miércoles, 16 de noviembre de 2022

Cristino Burelli, el molinero de La Puerta.

 Cristino Burelli, el molinero de La Puerta.

Oswaldo Manrique Ramirez.


La Puerta de los trigales y sus molinos.

La historia colonial de La Puerta, se encuentra marcada por un periodo de florecimiento económico, debido a la fertilidad de su tierra y a las bondades de su clima, me refiero al tiempo de trigales, lo que nos da cuenta el sabio Humboldt, a comienzos del siglo XIX. 


La significativa producción de trigo, se inicia en la segunda mitad del siglo XVIII, con el emprendimiento del hacendado Dr. Francisco La Bastida Briceño, propietario de grandes extensiones de tierras en el valle de Bomboy, como la hacienda San Francisco y posesiones en los llanos de San Pedro y La Lagunita; cercano a este último sitio, la oralidad sostiene que hubo uno de los primeros molinos de la región, de lo que quedó solo el nombre del sitio, es decir, Malpica, que puede ser indicativo de la primaria y rústica actividad de su molienda. Este topónimo aún se mantiene y se usa como distintivo del lugar.

El otro molino, del que se tiene conocimiento, es el ubicado en la zona norte de la Parroquia La Puerta, adyacente al área urbana, sector El Molino, llamado antiguamente por los indígenas, Molino Mimbón, que significa molino de río grande. El popular "Canita", Encarnación Briceño, nativo de este lugar y testigo de importancia, hoy con 96 años de edad, recuerda que la única vez que vio sacando una carga de harina de trigo de este molino, fue siendo niño, alrededor del año 1935, y por ese tiempo dejó de funcionar. La enorme piedra trituradora de este molino, tiene marcado en la parte superior en relieve el año 1821, que nos da una idea de la fecha en que fue puesto en funcionamiento esa factoría harinera, actualmente esa piedra, sirve de monumento y símbolo del caserío El Molino, parroquia La Puerta. 

El tercer molino, fue el que construyeron  a comienzos del siglo XX, en el tercer poblamiento de La Puerta, en un lote de terreno del área urbana.


Los  constructores del molino de trigo de La Puerta

Al estado Trujillo, a mediados del siglo XIX,  llegó una significativa camada de familias italianas, que en su mayoría echó raíces en nuestros pueblos. De esa inmigración, se avecindó en La Puerta, la familia Burelli, entre otras, que se vincularon a las más antiguas de origen mestizo, mezcla de Indígena con Al-andaluz, extremeño, vasco y portugués, que aportó un reconocido optimismo y voluntad ante las disimiles  dificultades, que se presentaron en esta apartada comunidad serrana del agro y la religiosidad.

Los primeros pobladores de apellido Burelli, que llegaron a La Puerta, fueron los hermanos Burelli García, junto con su padre Giuseppe Zenone Burelli Rafalli, oriundo de la isla Elba, Italia, y la madre doña Petra Cantalicia García, hacendada y dueña de las posesiones Quebrada Seca, el Censo, San Martín, Portachuelo, en jurisdicción del antiguo Municipio La Puerta; esta pareja se divorcia al tiempo, cuando los hijos ya estaban adolescentes. 

Giuseppe Zenone Burelli Rafalli “el Jurungo”, padre de Cristino Burelli García.


El hijo mayor de este matrimonio, fue Cristino. Se le recuerda en la fría y pequeña comarca andina, por su constante y activa movilidad, acompañado de su inseparable bastón, en la prestación de un servicio importante a la comunidad de La Puerta, entre avenida Páez y la margen este del río Bomboy, donde hoy está levantado el hotel Cordillera; me refiero al molino de trigo, cuya enorme piedra trituradora, era impulsada por las aguas de este río. Factoría que requirió del empeño y administración de una persona con conocimientos, además de su permanente atención. 

Su nombre completo es José Cristino Burelli García. Nació en Mendoza del Bomboy, estado Trujillo, Venezuela, en 1871. Sus padres, como señalamos antes, Giuseppe Zenone Burelli Rafalli, oriundo de la isla Elba, Italia, luego identificado como José Antonio Burelli, quien fue conocido   como el " Jurungo" Burelli; su madre doña Petra Cantalicia García, nativa de Mendoza, hija de don Roque García, poderoso terrateniente, con significativas posesiones en Valera, Mendoza y La Puerta, así como, de otros bienes de fortuna. El nombre Cristino, al parecer, se lo pusieron en honor a su abuelo italiano, aunque Cristino es el nombre del Santo Mártir y patrono de Portoferraio, en la Isla de Elba, lugar donde nació su padre Giuseppe Zenone.

Tuvo cuatro hermanos, que nacieron en el vecino y antiguo Municipio Mendoza, que llevaron por nombres: Francisco Alfredo Umberto, Juana Agripina, Pedro Mario, y el legendario coronel Américo Burelli García, admirado y querido por todos los pobladores de La Puerta. 

Coronel Américo Burelli, hermano de José Cristino Burelli García.


Como hijo mayor, es probable que le haya tocado, asumir responsabilidades familiares; en efecto, la mayor parte de sus años juveniles, los pasó con su padre "el Jurungo", <<quien atendía las propiedades de doña Petra>> (Rivero, Antonio Lino. Don Cristino Burelli. Relato en fotostato. Maracaibo. 2007), la esposa. Por documentos legales hallados, evidencian que también por su propio esfuerzo de superación, Cristino adquirió tierras en La Puerta, que puso a producir, en un ambiente cargado de mucho optimismo.

La simpatia del cojo Cristino.

Antonio Lino, al igual que su padre el recordado maestro Martín Rivero, quien murió con 110 años de edad, ambos nativos del caserío El Censo, fueron muy allegados y conocedores de la familia Burelli; en un breve relato biográfico anotó que Cristino era de piel morena, de ojos claros, y de mediana estatura, cuyo rostro, <<todo el tiempo derrochaba buen humor y simpatía>> (ídem); El Censo, fue posesión de doña Petra Cantalicia García, madre de estos Burelli.

Ada Abreu Burelli, sobrina de este personaje, escribió acerca de sus rasgos físicos y de personalidad de su tío, se intuye que cuando él, estaba en edad avanzada,  <<Su barba gris, sus ojos azules, su dulzura, la gracia de su acento y de sus cuentos lo hacían un personaje amado, sabio, encantador>>; (Abreu Burelli, Ada. Reencuentro con una infancia. pág 75 y sig. En: Burelli Abreu, Alirio. Un Pueblo, una aldea, un río); es posible que esa gracia en la pronunciación, estuviese vinculada a palabras de lengua italiana, que seguramente utilizaban entre familia y las hablaba con fluidez; los cuentos son propiamente virtud de la edad de los abuelos. Esos rasgos de su personalidad, coinciden con los que nos expuso en su relato, Antonio Lino Rivero.

Agregando el mismo Rivero, que, Cristino en una de sus andanzas de juventud, <<sufrió un accidente (caída) y quedó cojo de una pierna y tuvo que usar bastón por el resto de su vida>>, esto por supuesto, le causó fuertes marcas en su cuerpo y en el plano emocional, sus mismos vecinos y amigos comenzaron a llamarlo "el cojo", al renquear su pierna, al caminar con dificultad, apodo de burla, que no le gustaba. Para ir superando su situación de discapacidad, perdida del uso natural de esa extremidad, se fue refugiando en el trabajo, lo que lo ayudó progresivamente a tener una vida normal. Se convirtió, en la persona de esa familia, mas experimentada en cuanto al manejo de la empresa de molino de trigo.

 La escritora Ligia Burelli, dejó una descripción de lo bromista que era este personaje,  <<Cristino era uno de los hermanos mayores de Pedro. Había pasado gran parte de su vida en el campo y allí se había quedado con su viejo padre. Cristino era un tipo singular. De mediana estatura, moreno y de ojos juguetones y claros, derrochaba todo el tiempo simpatía y buen humor, nunca participó de las inquietudes de sus otros hermanos, pero se divertía con los famosos “Nacionales”, cuando llegaban al Portachuelo, indagando sobre el paradero de los rebeldes. Sin identificarse, Cristino adoptaba una cómica actitud de inválido y a cada grupo que llegaba le daba pistas no falsas sino diferentes, mientras apuntaba con su garrote a los lugares más distantes e inaccesibles por donde habían escapado los perseguidos. >> (Burelli Rivas, Ligia. Humo de Higueras. Capitulo XXVII. Pág. 146-147. Editorial Arte. Caracas. 1979); lo que hacía  <<sentado a las puertas de su casa fumándose un tabaco, con polainas y sombrero de pelo e’ guama, simulando ser un comerciante que pasaba por allí por casualidad>> (Ídem).


Cristino se hizo molinero.

Al igual que sus hermanos, aprendió y se dedicó a la producción agrícola, principalmente al cultivo de trigales, la zona de posesiones familiares como  El Portachuelo, San Martín, Quebrada Seca, San Pedro, cercana a La Puerta, desde el siglo XVIII, fueron amplios y prósperos trigales, de alta calidad, según lo refirió el sabio Humboldt, en su obra Viaje a las Regiones Equinocciales. Doña Petra y sus hijos, continuaron la explotación de este rubro, en esas heredades.   

En la fraudulenta Partición Judicial de las Posesiones del Resguardo Indígena de La Puerta, en 1891, se desconoce cómo el "Jurungo" Burelli, salió beneficiado con un lote de tierras indígenas, a las que llamó "las Vegas del Momboy" (Rivero),  localizadas en lo que hoy es el área urbana de La Puerta; allí  doña Petra Cantalicia García, de su propio peculio construye un molino de triturar trigo, es decir, para procesar e industrializar la alta producción triguera  de esta zona, lo que atendió en los primeros tiempos José Antonio Burelli, el Jurungo. 

El Jurungo mantuvo vinculación con el partido oligarca y sus dirigentes, entre ellos, el clan de los Araujo-Baptista. En el Libro de Actas de Nacimientos del Municipio La Puerta, del año 1896, se lee fácilmente que la Primera Autoridad Civil y Política de este Municipio, es Luis Burelli. De esto se intuye, que Burelli entró a ejercer ese cargo, designado por el Gobernador Rafael Terán, poeta trujillano; este es un dato interesante, porque para este año 1896, habían transcurrido unos 4 años del desalojo de los indígenas y la demolición de sus casas. Este Burelli, es Luis Burelli Rafaelli, se presume nacido en Italia,  hermano del “Jurungo”, que se había posesionado de un lote de terreno de los indígenas en la Partición Judicial del Resguardo de La Puerta (1892), que es el mismo, que en el Censo de extranjeros de 1873, lo califican como comerciante en Montecarmelo. 

A ese molino, según Rivero, llegaba gente de todos los sectores de La Puerta y otros sitios aledaños, a moler su trigo, <<por cada quintal molido le tocaban cuatro kilos de harina como pago de maquila al dueño del molino>> (ídem), el molino dio buen resultado económico para esta familia.  Para marzo de 1913, el coronel Américo Burelli, estaba dedicado a la pacifica actividad comercial y agrícola del trigo y su derivado: la harina, en la población de La Puerta; esta afirmación consta en documentos del Tribunal de La Puerta, como la demanda propuesta por este, contra el deudor Ignacio Abreu, de fecha 22-3-1913, ante dicho Juzgado, por incumplimiento en la entrega de harina de la maquila. (Encontrado en: Libro Documentos Varios1900-1916. Registro de Poderes Juzgado Municipio La Puerta, julio 28 de 1900. Juez Rafael Monreal. Ignacio González. Secretario.  Archivo Juzgado Primero de Municipio Valera, estado Trujillo); sin embargo, hay otras voces que nos describen aun más la actividad del molino de trigo. 

Con elegante y agradable prosa de Ada Abreu Burelli, apreciemos el dibujo del hermoso paisaje donde estaba ubicado el molino de los Burelli García,  <<había una ventana, allí estaba todo el paisaje: la frescura del rio, la esmeralda de sus vegas, la musicalidad de la acequia que corría por debajo del piso de este lugar de trabajo>> (Abreu Burelli, Ada. Reencuentro con una infancia.pag 75 y sig. En: Burelli Abreu, Alirio. Un Pueblo, una aldea, un rio); asi de hermosa era La Puerta, como lugar del molino, y la infraestructura diseñada con su canal, para el uso motriz del agua.  

De igual forma, la citada escritora, nos describe con holgura el molino de trigo de La Puerta,  <<tenía esta casa (la de los Burelli García) un pequeño río que conducido por un canal de mampostería aportaba su fuerza para mover las piedras del molino>>; el canal fue construido con piedra rústica, armada y ajustada de forma adecuada para conducir el agua, desde el cauce del río. Igualmente, hace referencia de las características de su principal operador,  <<después nos íbamos corriendo al molino, a buscar al tío Cristino, hermano muy querido de papa Pedro, él estaba allí esperándonos>> (Ídem); el tío, es Cristino Burelli, quien estuvo al frente de ese viejo molino de La Puerta, llamado el molino de los Burelli, que encierra una hermosa época de esta comarca, parte de su historia.

Cuando falleció su padre Giuseppe Zenone Burelli, en lo adelante, Cristino se encargará del molino, y sus hermanos le encomendaron ser el capataz de esa factoría, <<que él debía conocer mejor que nadie. Así que el oficio de molinero fue solo para Cristino>> (ídem); es conocido que el trabajo del molinero, es producir harina de trigo, para lo que se requiere conocer desde el cultivo y la calidad de la semilla, el manejo cabal del molino y la trituradora, y el producto: la calidad de la harina. Su pariente Ligia Burelli, escribió:  <<Cristino era una autoridad en la materia…el trigo húmedo pesa mucho>> (Ligia Burelli, 147).     


Sus hermanos, se dedicaron al cultivo y producción agrícola de sus extensas posesiones. Pedro Mario, muere en Valencia, Cristino continúa al frente del molino, y su hermano el coronel Américo Burelli, continúa en la cárcel del dictador Juan Vicente Gómez. 

Pedro Mario Burelli, hermano de Cristino Burelli García.


Ada Abreu Burelli, al recordar a su tío Cristino, deja entrever algo de soledad en éste, al apuntar, <<Con él estábamos un rato en el molino. Él vivía allí, preparaba su comida un poco a la italiana un poco a lo criollo>> (Idem); son remembranzas de cuando Cristino era anciano, que no coinciden con lo apuntado por Rivero, en cuanto a que se separó de la fabrica de harina de trigo y se fue a vivir en San Rafael.

Antonio Lino Rivero, sin embargo escribió que,  Cristino, con el pasar del tiempo, se mudó al sector San Rafael, en la parte alta de la serranía del Censo, jurisdicción del Municipio La Puerta, tierras que heredó de su madre Petra Garcia, quien falleció en Mendoza, cuando contaba 50 años de edad; allí, hizo familia, aunque nunca se casó, según los apuntes del mismo Antonio Lino, fue muy prolífico, se le conocieron más de cinco hijos. Uno de ellos, de nombre Leo, y tres que procreó con Edelmira, una joven del lugar,  posteriormente, hubo otros hijos. En algunos árboles genealógicos, encontrados en la web, aparece una dama de nombre Gorgonia Rivero, como su cónyuge, pero en su acta de defunción, indica que era de estado civil soltero.

A Cristino le fue bien económicamente, adquirió varios bienes, inclusive, algunos de carácter familiar. En 1921, compra un  lote de terreno que le vende el mismo Juez del Municipio La Puerta, Ygnacio González, el 30 de abril de dicho año, ubicado frente al Oratorio del padre Francisco Rosario, es decir, hoy, lo que está frente al Hotel Guadalupe, colindando por un lado con terrenos de Macrobio Delgado,  por el otro con terrenos de Eulogia Avendaño, y Juan Bautista Pacheco,  y finalmente, con el río Bomboy. Para el momento de esta negociación, el Coronel continuaba preso en la cárcel del Castillo San Carlos del Zulia. El manejo de los órganos de gobierno y justicia local, estaban en poder de los terratenientes; al leer este documento se evidencia que es el mismo Juez Ygnacio González, quien le vende el terreno a Cristino Burelli, hermano del coronel Burelli, y el mismo Juez en su negociación,  extrañamente como funcionario, autentica y da fe que le está vendiendo dicho bien. 

         En el año 1922, pocos días antes de  morir su hermano Umberto (Francisco Alfredo Umberto Burelli García), éste, le vende los derechos que sobre el Molino de trigo tenia, el 4-2-1922. En el documento de compraventa  se puede leer lo siguiente: (folio N° 60). Yo Humberto Burelli vecino de este Municipio La Puerta mayor de edad agricultor…declaro: que he vendido a mi hermano Cristino Burelli vecino de este Municipio mayor de edad agricultor…el derecho que poseo en el molino de moler trigo sito en solares de este Municipio y que hube por herencia materna y está en comunidad con lo de Pedro Mario Burelli y el comprador>> (Encontrado en: Libro Documentos Varios 1900-1916. Registro de Poderes. Juzgado Municipio La Puerta, julio 28 de 1900. Juez Rafael Monreal. Ignacio González. Secretario.  Archivo Juzgado Primero de Municipio Valera, estado Trujillo); esto evidencia, que, el molino, era propiedad de Petra Cantalicia García, y a su muerte, lo heredan proindiviso sus cinco hijos Burelli García, entre ellos, Cristino.

         En el mismo año 1922, 4 días después  de haber adquirido los derechos sobre el molino de trigo de su hermano Humberto, también adquirió por venta que le hizo éste, a Cristino y a sus hermanos Pedro Mario Burelli, José Américo Burelli y Agripina Burelli viuda de Parra, del derecho de tierra de la posesión “San Martin y Loma del Senso”; el documento correspondiente autenticado el 8-2-1922, contiene lo siguiente:   “folio 69. Febrero 8 1922. Yo Humberto Burelli vecino del Municipio La Puerta, mayor de edad, agricultor y en capacidad legal para todos los acto de la vida civil declaro: que he vendido irrevocablemente a mis legítimos hermanos Cristino y Pedro Mario Burelli, José Américo Burelli y Agripina Burelli viuda de Parra,  los dos primeros y la ultima vecinos de este Municipio y el tercero detenido actualmente en el Castillo  San Carlos, representado este por su apoderado Pedro Mario Burelli, todos vecinos mayores de edad y agricultores y la ultima con los oficios domésticos y capaces para contratar, el resto del derecho de tierra que poseo en la posesión “San Martin y Loma del Senso” en jurisdicción de este Municipio, o sean tres cuartas partes por haber vendido una cuarta parte al señor Carmen González. Este terreno que hoy vendo lo hube por herencia materna y linda por el pie con Ciriaco Carrasquero, sucesión de Antonio Sierra y Rafael Abreu; por un costado posesión de Carmen González y Juan Domingo Araujo; por otro costado con Rafael Abreu y por cabecera con derrames para Montecarmelo y por el este el filo de la montaña>>. (Encontrado en: Libro Documentos Varios 1900-1916. Registro de Poderes Juzgado Municipio La Puerta, julio 28 de 1900. Juez Rafael Monreal. Ignacio González. Secretario.  Archivo Juzgado Primero de Municipio Valera, estado Trujillo); se hizo constar en este documento que José Américo Burelli, para ese tiempo, se encontraba detenido en el Castillo  San Carlos, y en esa negociación estuvo representado por su apoderado Pedro Mario Burelli, su hermano. Otro dato interesante es, que esta venta es contemporánea con  el Poder especial que da su hermana Agripina el 21 de abril 1922, al señor José Abel González para que la representara en el inventario liquidación y partición de los bienes quedantes al fallecimiento de su  hermano Humberto, que al parecer era propietario de otros bienes y murió el 16 de marzo de 1922, de cirrosis del hígado. 

Panorámica de la comarca La Puerta, estado Trujillo; gran parte del siglo XX, se caracterizó por su ruralidad. 

 Como elemento importante de nuestra investigación documental, localizamos el acta mortuoria de nuestro personaje, la cual compartimos a continuación.

Partida defunción de Cristino Burelli. Transcripción del original.

<<N° 50.  Ramón Briceño Araujo, Primera autoridad Civil del Municipio La Puerta; hago constar que hoy día quince de octubre de mil novecientos treinta y seis,  se presentó a este Despacho el ciudadano Pompilio Lamus, de cuarenta y seis años de edad, casado, agricultor de este Municipio y manifestó que anoche a las diez falleció en la casa N° 21 de esta población Cristino Burelli, de sesenta y cinco años de edad,  soltero, agricultor y de este Municipio, y de las noticias adquiridas aparece que murió de enfermedad mal definida. Los testigos presenciales de este acto fueron Pablo Rivas y Natalio Rondón, mayores de edad y vecinos de este Municipio. Leída la presente acta al presentante y testigos, manifestaron su conformidad, y no firman por decir no saber. El Jefe Civil. Ramón Briceño A. (Fdo.). Secretario. Alberto Burelli R. (Fdo.)>>. (Libro de defunciones año 1936. Unidad de Registro Civil Parroquia La Puerta).

 José Cristino Burelli García, hombre de mucha voluntad laboral, murió a la edad de 65 años, en la casa N° 21, del área urbana del antiguo Municipio La Puerta, estado Trujillo,  el 14 de octubre de 1936, de enfermedad mal definida. Su aporte a la economía y su constancia al trabajo, representan lo más notable de sus talentos. Trabajó con constancia desde sus años mozos, en su tierra andina. Varios lo recordarán con admiración y algunos lo adversarán, pero no se puede negar su presencia y labor específica, en los anales de la agroindustria de La Puerta, en los añorados y poéticos tiempos de trigales.

La Puerta, noviembre de 2022. 

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lunes, 31 de octubre de 2022

La Capilla de La Lagunita

 La Capilla de La Lagunita. 

Por Oswaldo Manrique.


La algarabía de las primeras mujeres, jóvenes y mayores organizadoras de la celebración, comenzó a sentirse en la taciturna quietud de la parroquia La Puerta trujillana, ya se escuchan las cornetas y los ruidos de los viejos amortiguadores de los carros que iban subiendo y llegando en medio de la fresca mañana, y los muchachos del caserío La Lagunita, expresaban su alegría. Varios les gustaba montar a caballo y lo hicieron ese día, otros iban en la grupa. 


El largo camino atestado de agricultores y un repertorio de matronas con niños y sin ellos. El grito, el lloriqueo y las carcajadas de los  “chinos” no molestaba en absoluto, día de fiesta de y para todos.

- ¡Saludes y bendiciones! Se escuchan y se ven. En aquel tiempo, los niños y los jóvenes, se hincaban en el suelo y elevando las dos manos unidas, pedían la bendición al padrino, abuelo o al tío; de esa magnitud era el respeto hacia estás personas. 

Apenas a 50 metros, vivían las hermanas Araujo Paredes, colaboradoras de la comunidad, de una destacada  sensibilidad social y religiosidad.

Desde su casa familiar, Miguelito Romero, oía aquellos alborozados y sugestivos ruidos, iniciadores de tan ansiada inauguración y una espiritual y regocijante emoción, sentía en su pecho. Todo aquel año, se la pasó preocupado por su terminación, porque en los asuntos de Dios, se tenía que ser muy regio y cumplidor. 

Estuvieron integrantes de las autóctonas y emblemáticas familias de agricultores del lugar, los Ruz,  Carrizo, González, Rivero, Burelli, Parra, Abreu, Araujo, Paredes, Castellanos, entre otras. 

    Ahora, era grato hasta recordar los chascos que le ocurrieron para la construcción, sonreía benévolo, comprendiendo que espiritualidad y alegría, siempre estarán hermanadas. Ese día, se inauguró la Capilla, está cumpliendo por estos días, 40 años.


Breve reseña histórica.


Tradicionalmente en estos pueblos serranos, conocemos como Capilla, aquella edificación que se construye en lugares apartados de los núcleos urbanos, dotada de su altar, sus imágenes y retablos, y que la distingue su nombre o advocación particular, para que la feligresía católica del lugar, tenga un recinto para orar y recibir en determinadas fechas la eucaristía. La mayoría de las veces, su construcción ha sido producto de iniciativas de la comunidad, como fue el caso de la Capilla de La Lagunita.

En la gráfica, se observa el camino de tierra para el paseo a caballo, al fondo la capilla de San Martín de Porres, ubicada en La Lagunita. Imagen cortesía de Antonio Lino Rivero. 

El sitio de La Lagunita, está situado a unos pocos kilómetros de la población de La Puerta. Se llamó antiguamente El Portachuelo y para 1963, año en el que Miguel Romero, le compró a Francisco Villarreal está posesión, apenas habían unas 7 casas de familias agricultoras, alrededor del estanque de La Lagunita, que eran las de << Senobio Rivas, Carmelito Araujo, Domingo González, Argimiro González, la señora Trina, abuela de Luis Alfonso Rivero, y Numa Viloria que tenía una bodeguita>> (Notas enviada por Alberto Romero). Por los tiempos de su infancia, década de los años 40 del siglo XX, recordó Antonio Lino Rivero, quien es un amplio conocedor del lugar y de sus personajes, que <<en este caserío, apenas vivían cinco familias, la de Ulises Abreu, la de Pancho Abreu, Zenobio Rivero y un señor Argimiro, del que no me acuerdo el apellido>> (Conversación con Antonio Lino Rivero, el 18 de enero de 2022, La Puerta).

La capilla está situada al sur de la Parroquia La Puerta, Municipio Valera del estado Trujillo, a pocos pasos del turístico estanque, llamado La Lagunita. Está a unos 10 minutos de la población urbana de La Puerta, estado Trujillo; a 7 kilómetros de distancia del casco urbano de esa Parroquia. El mismo Antonio Lino, rememoró: <<Cuando yo vivía en San Martin en el año 1942-43 no existía lo que hoy es La Flecha y no había carretera de La Puerta a La Lagunita y sectores vecinos, solamente existía un camino real en Comboquito, tenía un negocio bien surtido el señor Santana Carrasquero, donde hacían sus compras los habitantes del campo>> (Ídem).


Siglos antes de aparecer el estanque que hoy conocemos como sitio turístico, se conoció este sitio como posesión El Portachuelo;  en 1777, fue considerado por el Obispo Mariano Martí, como lugar propicio para fomentar aldea o pueblo colonial con su iglesia, debido a su gente, su buen clima, sus aguas y a la fertilidad de la tierra. Altura sobre los 2.000 m.s.n.m. Su clima frío y húmedo, con temperatura que oscila entre 12 y 15 grados centígrados.

Sus primeros pobladores, fueron indígenas de nación Timoto;  precisó el historiador Amílcar Fonseca, que este sitio fue residencia del cacique o caudillo de nombre Mukutí, del que  quedó el topónimo, en un punto muy cercano, conocido por sus hechos históricos, algunos lo llaman El Paso de Bolívar; asimismo, era punto de ingreso y de paso,  en el antiguo camino indígena de la serranía, que conduce a los pueblos del sur del lago de Maracaibo. 

Posterior al reventón del estanque, hoy conocido como La Lagunita, en 1965, drenaron las casas anegadas que estaban a su alrededor y lo cercaron, que poco a poco, fue convirtiéndose en punto de atracción de visitantes y turistas. En 1975, fue inaugurada la carretera La Puerta - La Lagunita, que le dio mayor empuje económico a este sitio. La vía principal estaba asfaltada, y se mantuvo de tierra, la parte por dónde pasean a caballo, los turistas. 

En la década de los 80 del siglo XX, los habitantes de este caserío, en vista del aumento de la población y de los visitantes y turistas, se fueron poniendo de acuerdo para levantar una Capilla, que sirviera como recinto religioso de ellos y también para los visitantes de La Lagunita. Asimismo, convinieron sobre su advocación católica: el Santo de la escoba: San Martin de Porres (n.9-12-1579- m. 3-11-1639 Lima, Perú).  


¿Quién fue San Martín de Porres?


Enfermero, hierbatero, hizo curaciones, sanaciones, siendo fraile domínico, fue protector y favorecedor de los negros y mulatos, se le ha calificado como el patrono de la justicia social.

    Este símbolo de la humildad, también es conocido por su amor a los animales, se mantiene en el imaginario popular, la anécdota de la constante pelea del perrito abandonado y el gato, a lo que decidió ponerles un solo plato de leche, y les dijo la famosa frase: "coman y callen, y no rían"; y los animales lo obedecieron, hasta que apareció un ratón, metiéndose a beber del mismo plato y alteró la convivencia. Así era el primer Santo mulato de América.

Hemos indagado acerca de las motivaciones de escoger a este Santo, algunos piensan que por estar cercano a la finca San Martín, espacio agredido en aquellos aciagos momentos de la dictadura gomecista, cuando buscando al coronel Américo Burelli, para  capturarlo, logró escabullirse y salvar la vida de milagro, pero los bienes fueron saqueados y la casa fue quemada; otros creen que como es  protector de los animales, se tomó su nombre, y los más escépticos, que ninguna de las anteriores, sino que existía una cierta y antigua devoción por el Santo mulato. 

Señor Miguelito Romero, entusiasta promotor de la construcción de la capilla de La Lagunita. Gráfica cortesía de Antonio Lino Rivero.

El primero y más entusiasta de los colaboradores de esta obra comunitaria fue Miguel Romero, quien donó el terreno donde está construida la Capilla.  Antonio Lino Rivero, conocedor de esta iniciativa de la comunidad, recuerda que <<En el lugar donde construyeron la capilla, vivió el matrimonio constituido por Ramón Araujo y Eva Villarreal, cuando ellos se mudaron para La Puerta. Miguelito Romero que era el dueño de ese terreno, lo donó para que construyeran la Capilla, eso fue en la década de 1980>> (Conversación con Antonio Lino Rivero. La Puerta. 17 enero 2023). Hubo colaboradores como Miguel Ángel Burelli Rivas, y otros, que aportaron dinero, materiales y también los que dieron su trabajo, para la conclusión de tan ansiada obra religiosa. 

El mismo Rivero, explicó que <<La mayoría de la comunidad de ese sector, colaboró para la construcción de la Capilla los más colaboradores fueron Miguelito Romero, Eustoquio Araujo, Ubencio Abreu y la colaboración del Dr. Miguel Ángel Burelli Rivas, gracias a él se terminó de construir la capilla>> (ídem), una obra totalmente de la comunidad. 

Fue inaugurada en 1982, según el testimonio de Antonio Lino Rivero, nativo de El Censo,  quien estuvo ese día de regocijo cristiano para esta comunidad, que la Capilla, <<Se construyó gracias al esfuerzo de hombres como el señor Ramón Araujo, el Dr. Miguel Ángel Burelli, entre otros de la comunidad. El terreno, lo donó el señor Miguel Romero>> (Foto). Se comenzó a construir en 1980. La inauguración, fue el 3 de noviembre, día que se celebra el nacimiento del Santo mulato, en el que abrió sus puertas este recinto de oración. 

La inauguración fue fastuosa. La novel edificación estaba engalanada con guirnaldas y flores, en lo interno del recinto, los asientos con olorosas y hermosas flores y ramas, lo hacían más agradable. A San Martín, le celebran su fiesta litúrgica todos los años, el día 3 de noviembre. Rememoró igualmente Antonio Lino Rivero, quien estuvo presente en el festivo evento, que <<El día de la inauguración acudió la gente de La Lagunita y comunidades vecinas. Yo asistí a la inauguración, fue un acto muy emotivo y de mucha alegría para la comunidad>> (ídem), evidentemente, este sitio, avanzaba en equipamiento y urbanismo básico, dando el salto de simple caserío, a comunidad social organizada. En el año 2000, al lado de la Capilla, construyeron un pequeño ambulatorio.

En la gráfica, el momento en que se dirigían a inaugurar la Capilla de La Lagunita. Se puede observar al Dr. Miguel Angel Burelli, acompañado por el grueso de habitantes de la comunidad. Imagen cortesía de Antonio Lino Rivero.  

Pero la Capilla, no quedó solamente para abrirla los días de fiestas del Santo negro, sino que contaba con un grupo de capilleras que fungían de custodias del inmueble católico. Antiguamente, se le llamaba Capillero a la persona encargada de estos salones de oración, de cuidarlos, adornarlos y abrirlos, un cargo Ad honorem. De esta Capilla, se recuerdan a las hermanas Dolores, María, Francisca y Filomena Araujo Paredes, consecuentes colaboradoras del arreglo y cuido. 


Al cumplirse todas las actividades litúrgicas, los mayores se fueron retirando a sus moradas, las voluntarias capilleras, antes de salir, se arrodillaron, se persignaron en señal de respeto, y finalmente, cerraron la puerta. Miguelito las esperó, y así, se fueron caminando y conversando, las acompañó hasta su casa. Cerca del estanque, la algarabía de los jóvenes, esperando el brumoso y frío manto de la noche.

Este es uno de los sencillos y significativos acontecimientos socio religiosos de la comunidad de La Lagunita, ocurrido hace 40 años, que le dan materialidad a la evolución histórica, social, cultural y religiosa de la parroquia La Puerta, estado Trujillo, en Venezuela.

La Puerta, noviembre de 2022.

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sábado, 29 de octubre de 2022

El Resguardo Indígena de La Puerta.

El Resguardo Indígena de La Puerta.

Por Oswaldo Manrique. 


Al contrario de lo que se piensa, La Puerta, nunca fue asiento ni residencia del hombre blanco, ni del negro, ni se establecieron casas, estancias y factorías coloniales, porque sencillamente solo fue un pueblo de indios Timotes, cuya cotidianidad y costumbres era distinta a la de aquellos, como lo demuestran viejos documentos de encomiendas recientemente paleografiados, sumado a los libros eclesiásticos parroquiales que se han revisado y el expediente de la Partición Judicial del Resguardo Indígena de 1891, que demuestran que la historia local que nos han echado hasta el momento, no es cierta. 


Antes de la llegada de los europeos al Valle de Bomboy, existía una comunidad originaria, constituida por indígenas de nación Timotes. A comienzos del siglo XVII, con el otorgamiento de las Encomiendas y para evitar los malos tratos que dieron los encomenderos a los primeros pobladores y les continuaran despojando de sus tierras ancestrales, se selecciona y dota de tierras, como posesión exclusiva de los aborígenes diseminados en el valle del Bomboy, pero que serán también ocupadas por grupos indígenas desalojados de otras tierras, mudados y trasladados por sus encomenderos, desde Jajó, igualmente familias esnujaques, escuqueyes, jirajaras, cuicas, gayones y por supuesto, los grupos del contorno, como mukutis, kombokos, vikuyes y Bomboyes, como parte de la Doctrina, que fue la estrategia organizativa y de reducción de la conquista y colonización española de Trujillo. 

El inicio de la evolución de La Puerta, como pueblo colonial esclavista, se sitúa en los finales del siglo XVI, de acuerdo a las más recientes investigaciones paleográficas, sobre documental localizada en el Archivo General de Indias, obteniendo de esto, que habrían pasado al día de hoy, más de 420 años aproximadamente, desde aquel punto de partida. Siendo el primer encomendero del valle de Bomboy, el portugués Tomas de Buyn, también llamado capitán Tomé  Buy,  de  Vuyn  o  Avoin (Briceño Iragorry: Fundadores de Trujillo.1930).

Siendo Alcalde el capitán portugués Tomas Dabuyn, certificó que el 20 de diciembre de 1578, se encomendó al Capitán Alonso Pacheco, elaborar  las características geográficas de los predios trujillanos, y eran,  <<Al Norueste de Mérida, Distrito del Nuevo Reyno de Granada…toda tierra serranía y rasa, camino derecho; todo poblado de naturales, asi de la dicha ciudad de Mérida, como de esta>> (Relación gráfica y descripción de la ciudad de Trujillo, 1579. p. 140), tierras pobladas por aborígenes. Incluyen en dicha Relación de 1579, que <<Los pueblos de los indios como esta dicho repartidos por la tierra sin haber pueblo fundado. Fueron hechas las encomiendas por quebradas y por chapas y decoradas, de sierras, y en algunas partes fueron casas contadas. Está repartida toda la provincia del pueblo en seis doctrinas de sacerdotes>>  (Relación gráfica y descripción de la ciudad de Trujillo, 1579. p. 141); se entiende que para ese año, no estaban agrupados, ni reducidos ni concentrados los indígenas, en los llamados “pueblos de indios”.

De acuerdo a la distribución doctrinal, considerada de mayor importancia para el  ordenamiento poblacional de Trujillo, la realizada por el Obispo Fray Antonio de Alcega, en 1608, la comunidad indígena agrupada en la Séptima Doctrina, es decir, el Pueblo de San Pablo Apóstol de Bomboy (no confundir con la Encomienda del mismo nombre), estaría constituida por aproximadamente más de 959 indígenas de los llamados útiles;   se debe anotar que los principales caudillos aborígenes en este sitio, al tomarlos bajo su dominio en 1611, el encomendero Juan Álvarez De Buyn, hijo del capitán Tomas De Buyn,  eran: Bomboy (o Bombas), Jasepe, e Yguara, todos de raza Timoto.  En la descripción geográfica de 1578, de la ciudad de Trujillo,  cuyo alcalde era el capitán Tomé  Buyn,  incluye entre los datos importantes que, <<había en esta provincia cuando en ella se entró, catorce o quince mil indios hombres y ahora habrá cinco o seis mil; la causa de haber faltado tanto fueron las guerras porque han sido belicosos y revelados cuatro o cinco veces y muerto mucha gente>> (Relación gráfica y descripción de la ciudad de Trujillo, 1579. p. 139);  también por las dos epidemias, una de ellas en 1573,  de la llamada viruela. Comparando las cifras poblacionales de indígenas de 1578, con la que tenía San Pablo de Bomboy, en 1608, esta representaba más del 15 por ciento de la población indígena y mano de obra total de todo Trujillo.  

Según la normativa de Indias, las posesiones para la constitución de un pueblo de indios, cabecera de doctrina, era de una legua a los cuatro vientos, de tierra fértil para la agricultura, con rio cercano, para asegurarle a los indígenas un modo de subsistencia, de la cual una porción era para cultivos que se distribuirían entre la comunidad, otra para el pasto de ganado y la tercera para explotación en conjunto de todos los pobladores, en forma rotatoria y de labranza gratuita, cuyo producto se aportaba a la Caja de la Comunidad, y un sitio donde tener su vivienda, asi como su templo católico, vivienda cural, plaza y lugar de reuniones; pero fundamentalmente se establecía para que los encomenderos  asegurasen la mano de obra y el pago de tributo, concentrando y manteniendo bajo custodia, control social, doctrinario y vigilancia a los indígenas, que pasaron de estado de libertad a estado de esclavitud.  No podían vivir en estas tierras personas blancas ni negros ni mestizos en los primeros tiempos de coloniaje, se mantuvo hasta 1891. En 1687, cesa el régimen de encomienda,  y el pueblo de indios de La Puerta, junto con otras 15 comunidades, pasan en 1722 a formar parte del Corregimiento de Indios, cuyo primer Corregidor fue don José Pérez de las Nieves.

En nuestra investigación, componían el Resguardo, todas las tierras que están dentro de los siguientes linderos, <<están limitados por el Norte, con el Zanjón Negro o Quebrada “Guadalupe” hasta su entrada al rio Bomboy, y pasando este, la quebrada de las “Paperas”, la cual se sigue de para arriba hasta la cima; por el Sur, la Quebrada “Tafallez”; por el Este y Oeste, la cima de los dos cerros que forman los derrames del Bomboy>> (Registro Principal del Estado Trujillo. Documentos de la Partición de las posesiones de tierras de los Resguardos Indígenas de La Puerta. Inserto bajo el N° 49, del Año 1891); de esta forma, quedaron delimitadas en el texto de la Partición,  las tierras que comprendían el Resguardo Indígena de nuestra comarca: La Puerta, anteriormente denominado Pueblo de Indios San Pablo de Bomboy.  Los 2 cerros a los que se refiere el Partidor Judicial, son: el Paramo de La Puerta (Hoy llamado de los Torres) por un lado, y el de Comboco, por el otro; asimismo, precisando con los 2 derrames que son: Comboco y La Maraquita.

Este asentamiento forzoso llamado “pueblo de indios”, posteriormente Resguardo Indígena, en la forma establecida en el  modelo hispánico de poblamiento, fue ubicado en una  extensión  “…de mil novecientas ochenta y cuatro hectáreas…”, de tierras predominantemente agrícolas, ubicadas en el valle y en las riveras del Bomboy, en las que pudieron mantener relativamente sus cultivos ancestrales, permeados por los traídos por los colonizadores españoles, como el trigo, cacao y café.  Dichas posesiones fueron reprochablemente despojadas mediante un juicio fraudulento de Partición, a los indígenas Bomboyes que hasta 1891, se mantenían en casi su totalidad puros, usaban su lengua originaria, sus costumbres, religiosidad  y cotidianidad, juicio este, que estaría sujeto a la evidente nulidad, por lo que de acuerdo a los decretos y leyes sobre Partición de Resguardos, vigente para aquel tiempo del gusmancismo (1891), pasaban a ser propiedad de la comunidad. Parte de esta tierra, es lo que hoy conocemos como el área urbana de la Parroquia La Puerta.

Así, se fue consolidando el Pueblo Cabecera de Doctrina o Pueblo de indios San Pablo Apóstol de Bomboy (hoy La Puerta), en tierras de lo que se conoció como "Valle de indios Timotes" (no Timoto- cuicas), dentro de la estructura política religiosa española, de la ciudad de Trujillo de Nuestra Señora de la Paz. El primer cura doctrinero fue el Pbro. Antonio Montero, luego sustituido por el padre Salvador de Carmona. Debido a la necesidad de ahorrar en jornadas de camino y contar con la mano de obra más cercana debido al  crecimiento pecuario de la parte norte del Valle, se creó en 1620, el Pueblo de Indios San Antón Abad (hoy Mendoza).

Entre 1795 y 1847, fue protector y párroco de ambos, el cura Francisco Antonio Rosario, pupilo del obispo Ramos de Lora, además, prócer independencista, quien hizo construir un Oratorio con la advocación de Virgen de Guadalupe de indios, que resulta de los más antiguos y escasos recintos marianos de este tipo, en Venezuela.  

El padre Rosario, fue el único Cura que al implantarse el periodo republicano, tuvo dentro de este Resguardo, tierra para su manutención, concedida por los nativos, llamada Hacienda del Padre Rosario y allí fue también erigido el Oratorio de la Virgen de Guadalupe de Indios, ubicada en la parte norte de La Puerta, surcada por la quebrada la Guadalupe, donde hoy están el hotel de este nombre, los edificios de García Méndez, el parcelamiento y hacienda El Rosario, tierras que fueron invadidas por hacendados de la localidad, a comienzos del siglo XX, y debido a la centrífuga documental, cambiaron el nombre original por el que se conoce actualmente, de “hacienda El Rosario”.

         Sirva esta primera nota, como reconocimiento histórico de que el espacio que ocupa hoy la población urbana de La Puerta, son parte de las tierras ancestrales de la comunidad de nativos Bomboyes, de la etnia Timoto, en el valle del Bomboy.

La Puerta, octubre 2022.

Omanrique761@gmail.com

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