domingo, 24 de agosto de 2025

Diario de los Andes, en su 47 aniversario.

Por Oswaldo Manrique.

Desde el yo, debo decir que pertenezco a una generación que prefería comprar  para leer y compartir tres periódicos impresos al día, así quedáramos sin un cobrito en el bolsillo, pero nunca darnos el “lujo” de estar desinformado. Dos de circulación nacional y uno regional, indudablemente, el Diario de los Andes. 


En estos 47 años de existencia de “Los Andes”, como comúnmente se le llama, en mi parecer ha logrado la preferencia lectora en Trujillo, sin tomar en consideración que hace varios lustros tenia el mas alto tiraje en sus ediciones diarias, preferencia que ha cimentado en esa cualidad liberal, de apertura y receptividad a todas las vertientes del pensamiento, grupos sociales, culturales, ambientales, religiosos, políticos, eso le da mucha credibilidad  en cuanto a su objetividad e imparcialidad y por supuesto, genera la confianza de los lectores y la sociedad toda. Eso da una idea, del compromiso que ha sostenido con la entidad regional.

Asimismo, puedo hablar del nivel de compromiso con las causas nobles y luchas sociales de los pueblos trujillanos, con un ejemplo local, el de mi Parroquia, donde destaca la cobertura de la lucha Histórica de los años 80 del siglo XX. En la recién publicada Historia Hemerográfica de La Puerta, encontramos los siguientes datos: de 1980 a 1987, hubo 89 reseñas y notas periodísticas de diarios nacionales y regionales acerca del conflicto ambientalista y por la tierra, de las cuales 62 fueron realizadas por Diario de los Andes y sus más destacados periodistas de la época, convirtiéndose en la voz de aquel pequeño y aislado pueblo rural andino.  

Otro rasgo importante, más allá de la información, son sus segmentos y ediciones especiales. Son realmente esfuerzos que hace el Diario de los Andes, para coexistir en este mundo tecnológico y digital, que demuestran su respeto y compromiso con la memoria colectiva trujillana; podemos ver cómo se aborda el tema del género, nuestras heroínas en la historia local y regional o de personajes como Mario Briceño Iragorry, y el mismo  Dr. José Gregorio Hernández, con respeto, veracidad, este, con diferentes enfoques, desde lo académico hasta lo popular, el religioso, el científico, el ciudadano, el joven vacacionista, el universitario, el filosofo, el historiador, el sociólogo,  el bailarín, ejemplificando desde la crónica, sus valores ciudadanos, esos que crean conciencia, evitando la historia panfletaria, que tantos anacronismos, medias verdades y errores difunde.  

Igualmente, yo me felicito junto con todo el grupo de extraordinarios y arriesgados historiadores, escritores y cronistas, por estos primeros años del segmento Sentido de Historia, que todos los domingos nos hacen gozar espiritualmente de sus trabajos y artículos, iniciativa de nuestro recordado licenciado Elvins Gonzalez, y que hoy, lleva como buen timonel el Dr. Eladio Muchacho, sin duda, un proyecto hermoso e interesante, que se basa en el trabajo colectivo, que le ha dado la permanencia de estos años.

Debo confesar que quien me vincula a este proyecto es el profesor Alexis Berrío, mi buen amigo conversaba con el licenciado Elvins González por allá en el 2021, del trabajo que venía yo realizando sobre la reconstrucción de la historia local de La Puerta y un buen día me llama Elvins a quien considero hay que hacerle un gran reconocimiento por este proyecto, yo desconocía su cualidad docente, realmente lo desconocía, y  me invitó  y me incorporé con la esperanza de que la historia de mi pequeña localidad, los nuevos datos históricos y las nuevas informaciones acerca de la verdad de los hechos y personajes que se van visibilizando o la revelación de la historia oculta de este pequeño pueblo andino trascendiera mucho más de lo que podía yo hacer a través de la página de historia de La Puerta, que tenemos en Internet.

         Mas allá del placer que es leer cada una de las crónicas y artículos de los escritores, su temática variada y encantadora, los leo todos; para mí, debo decirlo que Sentido de Historia, constituye un cantón de aprendizajes, es una escuela, Elvins fue un maestro, muy disciplinado, lector de los trabajos y crónicas, atento ante las limitaciones que pudieran tener los escritores para respetar el formato, se me hizo difícil acostumbrado a escribir largos trabajos de investigación, lo del número de caracteres, su reducción de párrafos, me dio orientación en cuanto a cómo titular, tips  referenciales para diseñar las portadas e imágenes, aplicaciones tecnológicas, inclusive, me enviaba un mensaje indicando el impacto o la polémica generada por la crónica de la semana, una interesante y novedosa didáctica en la comunicación social; el que quiera convertirse en cronista de esta época, debe involucrarse en este bonito proyecto de Diario de los Andes, para mí es una escuela.

Diario de los Andes, se ha ganado un sitial de honor como espacio para difundir  información y contenidos que convocan a la reflexión, para la construcción del futuro de nuestra entidad, por eso, extiendo mis mejores deseos, porque se mantenga como ventana irreverente y luminosa para todos los que lo leemos. Felicitaciones a Don Eladio Muchacho y a todo el personal que hace posible, contar en estos tiempos, con el  Diario de los Andes.

(*) Portador Patrimonial Histórico y Cultural de La Puerta.

sábado, 16 de agosto de 2025

El nacimiento de un estandarte: Crónica del estreno de la Bandera de La Puerta, 2005.

Por Oswaldo Manrique (*)


Este 11 de agosto, se cumplieron 20 años de la presentación pública de la Bandera de la parroquia La Puerta del Estado Trujillo, Venezuela, esfuerzo de un grupo de puertenses preocupados por los símbolos de identidad, tradición, cultura e historia de esta pintoresca comunidad andina.


Con el advenimiento del siglo XXI, luego de violentos acontecimientos nacionales, no fue para La Puerta tiempo de expectativas y de quejas, por el contrario, fue de esfuerzo y logros.  La alegría de la comunidad se notaba  esculpida en las caras y en el saludo de quienes iban llegando a la Plaza.

 La profesora Emilia Briceño, no durmió en toda la noche, leyendo y corrigiendo, una y otra vez, el discurso de presentación que le tocó decir. Laura Sulbaran apresurando a las cofrades para tener el templo de San Pablo, lustroso y adornado para ese día especial, porque allá la tenían que llevar y la bendecirá el Padre. Simón el niño, desde muy temprano, le decía a su mamá:

- Apúrese que vamos a llegar tarde. Ilusionado porque le tocaba intervenir en el acto. La mamá, una de las organizadoras, profesora Belkix Villegas, preocupada por los detalles en los preparativos, lo llamaba a la calma. 

Recuerda la profesora Belkix Villegas, que habían pasado muchos años en los que no se celebraba ninguna actividad los 9 de agosto. En ese tiempo, la profesora Emilia Briceño, pertenecía al Acervo Patrimonial, y  coordinaba un grupo de mujeres voluntarias preocupadas por el cuido y ornato de la Plaza Bolívar, luchando que se respetara el área interna del monumento al Libertador, que pretendía ser ocupada por vendedores de baratijas y algunos artesanos, y decidieron, rescatarla con algo autenticamente significativo: completando los símbolos locales.

A mediados del año 2005, el grupo de vecinos de La Puerta, liderado por educadoras, promotores culturales, activistas sociales y ambientalistas, se reunieron para organizar un concurso para la elaboración de la Bandera Parroquial. Ahí establecieron una serie de requisitos y las bases para participar en el concurso. Como parte de ellos, se exigía que la simbología debía estar referida a la cultura, la historia, la agricultura y el ambiente propios de nuestra Parroquia; dar una breve explicación de los símbolos  utilizados, y con colores también sugeridos como el verde por las montañas, el azul por los ríos y colores pasteles;  una sugerencia no obligatoria, era que llevara una yunta de bueyes. La entrega del diseño de esta bandera estuvo pautada para el sábado 30 de julio del 2005. 

La selección de la Bandera, símbolo e hito en nuestra historia local.

El domingo 31 de Julio, se recibieron las banderas propuestas, que lograron la mejor representación de nuestra Parroquia, según los organizadores. Posteriormente el 4 de agosto del 2005, se procedió a la selección de la bandera en la sede de la Junta Parroquial de La Puerta y se hizo la pre-selección de ocho banderas participantes, según el acta que se levantó al efecto, quedando como finalistas tres banderas de los siguientes autores: Leonardo Peñaloza, Henry Rivera y Alida Briceño, donde el ganador por voto secreto fue el ciudadano Leonardo Peñaloza; esto fue aprobado por los ciudadanos Marcial Rangel y Giovanni Rojas de la Junta Parroquial, Pablo Roberto Andrade, Presidente; la profesora Emilia Briceño del grupo de Acervo Cultural, que promovió el concurso, María Carrizo, Carmen Faría, Prefecto, y la profesora Gloria Reynoso, recordada cronista de Mendoza del Bomboy, autora ganadora del concurso de la Bandera de Valera.

Una asociación civil para el rescate de las tradiciones culturales: Grupo de Acervo Cultural.

El grupo Acervo Histórico y Cultural de la Parroquia La Puerta, se constituyó como Asociación Civil el día 12 de septiembre del 2005, ante la Oficina Subalterna de Registro de los Municipios Valera, Motatán y San Rafael de Carvajal,  registrada bajo el número 01, tomo 20, Protocolo Primero de fecha 12 de septiembre del 2005, quedaron como directivos presidenta: Belkix Villegas, secretaria general: Emilia Briceño, tesorera: María del Carmen Carrizo, primer vocal: Laura Sulbarán y segundo vocal: Leonardo Peñaloza.

El estreno de la Bandera Parroquial de La Puerta: Así se vivió el acto.

En el Templo Parroquial, se presentó la dificultad para hacer la misa a tiempo, faltaba el Cura.  Mucha preocupación, hasta que llegó el Padre Julio Cesar León, quien los llenó de alegría, para agotar la parte espiritual de la programación: la misa y la bendición de la Bandera.  El padre León,  bendijo el emblemático estandarte.  Carmen Carrizo y Laura Sulbarán, fueron muy activas en esto. No repicaron las centenarias y broncíneas campanas porque ya se las había llevado "Mano Bendita", por cierto, aún no las ha devuelto.

Representantes del Páramo, de Carorita, la Lagunita, gente llana de los campos, con sus manos curtidas en la fértil tierra estaban allí, escribiendo una página singular, precisamente en el escenario tributo al Padre de la Patria. La amplia plaza Bolívar era el sitio de uno de los eventos de mayor significación de la Parroquia.  No era una de las batallas campales como las que aquí en La Puerta ocurrieron en el siglo XIX, sino que por el espíritu del esfuerzo de un grupo de vecinos, se logró obtener uno de los símbolos distintivos de su gentilicio.

Ciento noventa y cuatro años después, de haber sido elevado La Puerta a Pueblo Republicano, por iniciativa de los constituyentes provinciales Francisco de La Bastida y el Pbro. Francisco Antonio Rosario D, nuestros pobladores, izaron orgullosos su Bandera Parroquial.

Allá llegaron Jacinto Peñaloza y el señor Mario Paredes de La Lagunita, con las ofrendas florales para el Padre de la Patria, y las ofrendaron. 

El día 11 de agosto del 2005, en la plaza Bolívar de dicha población, se hizo la presentación pública del estandarte seleccionado correspondiendo la presentación y el discurso sobre esta bandera a la profesora Emilia Briceño, quien inició sus palabras con <<Oh Puerta nuestra hermosa tierra, te imploramos la gracia de algo de tu serenidad incomparable, para poder permanecer en ti, sigue extasiándonos con tu clima, cual crisol donde se templan las almas y renacen los corazones muertos, pon en nosotros un poco de amplitud de tu verde azul, de tu horizonte y todo el fuego radiante de tu sol, para adorar a la sombra de tus sembradíos al Dios de la unión, la libertad, la religión, la paz y la prosperidad, sembrar ideas y proteger nuestra madre naturaleza>> (Briceño, Emilia. Discurso. 2005. En papel); más adelante, en su discurso señaló que: <<nuestro equipo promotor de acervo histórico cultural de La Puerta, ha tenido la satisfacción de lograr el ansiado anhelo de ver cristalizado uno de nuestros sueños, complementar la simbología de nuestra Parroquia con la bandera emblema que un joven talentoso, creativo, haciendo gala de su arte, nos diseñó, dicho joven es Leonardo Peñaloza>> (Ídem). Las palabras de la profesora Emilia Briceño, con cuidada prosa, fueron bastante emotivas en favor de la comunidad y su futuro, con un mensaje sentido y esperanzador.  

Sentado en uno de los bancos, el juglar Tista Araujo La Cruz, filosofando los versos que le dedicaría a su pueblo, saludaba con su parsimonia característica. Mientras el joven artista, quien le dio materialidad al estandarte, explicaba el significado de los colores y los elementos. Salazar el de la radio, operativo con los equipos para dar cobertura.  

Como parte de la celebración, hubo presentaciones culturales de artistas locales. Se distinguió la presentación del niño Simón, quien se lució declamando A dónde va mi folclor, de la que transcribimos unos versos.

Señores pongan cuidado y a la vez mucha atención,

para que oigan un relato de algo tan conmovedor,

resulta que en esta tierra donde todo el mundo es león,

el que viene de afuera sale con su buen montón,

el artista que ha nacido en la tierra de Simón, 

siempre vive marginado tragándose su dolor,

mirando cómo los otros que vienen del exterior,

se llevan miles de dolares por una sola actuación,

 pero lo triste del caso es lo que dice un sector,

que nuestra música es mala y en su misión,

lo que nos viene del norte eso si tiene valor,

no hay un minuto en el día en que no se oiga su rumor,

pero para oír la nuestra, hay que ser madrugador.

Fue un acto formal, de cultura e historia  y también de mucha alegría y regocijo, ofrenda floral y presentación pública de la bendecida Bandera y representaciones culturales. A partir de este importante día, se recomenzó a celebrar todos los años el cumpleaños de La Puerta.   

Al final, la casa del niño Simón y de su mamá Belkix Villegas y su abuela Isabel, ubicada a pocos metros de la Plaza, se convirtió en el descanso de los organizadores y otros, donde hubo espontáneos cantando hermosas piezas criollas, acompañados de un lucido cuatro, otros conversando de la jornada cumplida, echaron cuentos, y brindis de café criollo. 

 

De un sueño a la tela: la Simbología de la Bandera local.

De acuerdo con los datos y la explicación escrita, la simbología de la Bandera de La Puerta, presentada por su creador bachiller Leonardo Peñaloza, quien nació en esta población el 15 de marzo de 1971, señala que: <<el significado de la bandera: entre sus cromos destaca con mayor énfasis el verde y el azul entremezclando con el verde y el marrón, estos en forma de rayos o destellos, el color azul indica sus abundantes aguas evidenciadas en las Lagunas y el río Momboy que corre desbocado por un lado del pueblo, el color verde irradia la calidez de su benigno y perfumado clima ventisquero y silvestre, el misterio natural con su exuberante vegetación, el haz de luces que se filtra a través de las hojas de esos bosques, pleno de variedades poliformes y especies de todos los reinos adornando la pasividad y el candor de la señorial Parroquia La Puerta. El centro lleva un círculo bordeado por dos cañas, cultivo colonial...sembradas en estas tierras aclimatándose perfectamente, para luego constituirse en un medio de trabajo y subsistencia, transformada en producción de panelas, batidos, cachaza, melcocha y azúcar, los cañaverales sirvieron para proporcionar una fuente de ingreso a los habitantes de La Puerta. El centro del círculo nos presenta el espacio sideral, alumbrando jubiloso todos los rincones de esta parroquia, más abajo se divisan sus imponentes serranías vigilantes que resaltan su poder y trascendencia en todas las funciones de la vida montarás, regalando todo el humus y la riqueza que alberga en sus entrañas, cuál alimento que una madre da a sus hijos con amor y desprendimiento. Para llegar hasta la cumbre de estas montañas, el Libertador y padre de la Patria don Simón Bolívar. En la parte inferior del círculo observamos los sembradíos que en las vírgenes tierras día a día los agricultores trabajan para producir cosechas de diferentes rubros, al fondo se divisa la imagen de un agricultor con sus bueyes en plena faena de arado>> (Copiado textualmente. En papel). Como se puede extraer de esta explicación, hay un esfuerzo por dotar a esta comarca de un símbolo tan importante, a pesar de las observaciones históricas que se le han hecho, La Puerta, tiene Bandera.

 

Cómo fue reseñada en la prensa regional, el gran día de nuestra bandera parroquial.

La prensa cubrió el evento. El día 11 de agosto del 2005, el Diario El Tiempo, de Valera, en la página 22, de información, tituló <<Aumenta el valor a lo nuestro. Parroquia La Puerta ya tiene bandera>>, información que dan las profesoras Belkix Villegas y Emilia Briceño, en nombre del acervo cultural de esta parroquia y presentan varias gráficas de la bandera. 

Posteriormente, el poeta Ángel González Rivas,  "el Guayanés" de este pueblo, escribió una  amena y ajustada crónica el día 23 de agosto del 2005, en el Diario El Tiempo, en la que expresó lo siguiente <<gracias al esfuerzo de varios hijos del pueblo ya La Puerta tiene su bandera la cual van enarbolar con orgullo; el acto estuvo maravilloso con la asistencia del poeta y escritor nativo de La Puerta Tista Araujo, licenciada María del Carmen Farías, Belkis Briceño, María del Valle Suárez, profesora Emilia Briceño, María del Carmen Carrizo, Laura Sulbarán, Belkis Villarreal y su mamá Isabel Rivas anfitrionas del acto, Simón Alberto González, Fátima Briceño, Henry Rivera, señor Isidro González, Aída Briceño, Leonardo Peñaloza y muchas más personas... La reunión fue como un reencuentro entre paisanos donde tocamos temas: como el rescate de las costumbres y tradiciones del pueblo conjuntamente con la Junta Parroquial, la prefectura, del jefe del puesto policial, el sacerdote, los comerciantes, los educadores y el pueblo en general. Pero también nos salimos de esa conversación tan interesante para pasar a disfrutar de otro alegre jocoso poético con las consejas y anécdotas del pasado de La Puerta, además con los chistes a flor de labios del poeta Tista Araujo con su brillante musa nos deleitó con bellas poesías de su propia inspiración, el pintor Leonardo Peñaloza quien ganó el concurso  de la bandera, Laura Sulbarán nos deleitó con su agradable conversación y sus chistes cortos. La profesora Emilia Briceño, fungió de reportera gráfica, además saboreamos un aromático cafecito gracias a doña Isabel, la profesora Belkis nos sorprendió con sus dotes artísticas tocando cuatro y cantando con una linda voz música llanera, que daban ganas de menear el esqueleto zapateo>>; un reencuentro de los promotores culturales y una amena velada cultural.

Al año siguiente, la Asociación Civil Acervo Histórico Cultural de La Puerta, además de enarbolar orgullosamente la Bandera de esta población, participó activamente en la programación de la Toma Cultural que se realizó el 21 y 22 de enero del 2006, que se relacionaba ya con las fiestas propiamente de enero de la Parroquia, donde hubo actos culturales, exposiciones artesanales, conciertos de nuestra escuela de música y la retreta inaugural de la Banda Bolivariana San Pablo del Momboy,  el campeonato de fútbol de salón y otras actividades de carácter deportivo.

Esta nota, es un reconocimiento a quienes tuvieron en sus manos, ese espíritu forjador de cultura, historia y tradición, para saldar esa vieja deuda histórica. Hoy, algunos de los integrantes de dicha Asociación, esta fuera del país; sin embargo, también se debe reconocer que su labor cultural dejó una huella importante. La capacidad, la pasión y la impronta que generaron no deben quedarse en el pasado. Nuestra Parroquia, los necesita hoy más que nunca, para seguir rescatando y construyendo cultura autentica, las manifestaciones colectivas tan necesarias para la vida en comunidad, los lugares de encuentro y expresión cultural, igualmente la de los creadores verdaderos, artistas y escritores y la expresión de sus talentos, en fin, para construir lo necesario para la vida en comunidad, protegiendo y enriqueciendo el patrimonio común, material e intangible, y desechar esa visión esquematizada de la denominada cultura  panfletaria. Es mucho, lo que se puede lograr en el futuro, pero juntos. Es necesario retomar el camino.

(*) Portador Patrimonial Histórico y Cultural de La Puerta

sábado, 9 de agosto de 2025

Los Orígenes de La Puerta


Por Oswaldo Manrique (*) 

 Bajo la Sombra de la Historia Oficial: Los Orígenes de La Puerta.

Desde 1970, cada 9 de agosto, se viene festejando una incierta, inverosímil y contradictoria historia de una supuesta “fundación” de La Puerta, ocurrida en 1620,  cuyo autor seria un “fundador anónimo”, basándose en un documento inencontrable de la muy antigua “Encomienda San Pablo de Bomboy”.  El interés que pongo en estas notas, es para que se reflexione, investigue y se discuta con criterio decisorio y responsable esta tergiversada y precaria historia de la “Fundación” de La Puerta, impuesta por la pequeña oligarquía municipal de aquel tiempo, y en todo caso se obtenga la certeza del comienzo o de los orígenes de la Comunidad Indígena Bomboy, sus primeros pobladores, y la de su forzosa conversión  a pueblo colonial esclavista,  así como, su sucesiva o posterior evolución como pueblo.  Por lo pronto, tocaré algunos puntos que se deben evaluar y analizar para abordar la veracidad histórica de este hecho principalísimo e histórico.  


Se nos ha inculcado a casi dos generaciones de puertenses, el infeliz argumento que La Puerta, habría sido “fundada” por un “fundador anónimo” el 9 de agosto de 1620, según un documento de la mencionada encomienda  (Abreu, 30), que habría ocurrido ese hecho histórico, lo que no se ha podido demostrar en forma alguna. En primer término, no existe ningún documento que avale tal invención, ni en los Archivos Históricos de Venezuela, ni en el Archivo General de Indias en España, ni de Santo Domingo. Segundo,  sí existe, el expediente de una “Encomienda San Pablo de Bomboy”,  que corresponde geográficamente a la Comunidad de San Pablo (existente) y la gran Posesión San Pablo de Bomboy (también existente), de la Parroquia Mendoza, es decir, en el lado Norte del Valle de Bomboy, otorgada al capitán Francisco Botello en 1595 (Zambrano, 11), según Mario Briceño Iraagorry, habría sido otorgada en 1571 (MBI. Tapices), y al fallecimiento de dicho Capitán, la heredó su viuda Catalina Fajardo, la gran terrateniente de este Valle, nieta del nacionalista Alonso Andrea de Ledesma, y posteriormente, se casó con el cura Cristóbal Hurtado de Mendoza, ancestro del primer Presidente de Venezuela. La profesora Gloria Reinoso, nativa de este sitio, dejó escrito interesantes notas acerca de la comunidad de San Pablo del valle de Bomboy. Esa versión distorsionada de la historia, la repite la historiografía oficial (Briceño Perozo, 276-278), lo que debe ser corregido; es decir, se ha pretendido sostener que en el espacio histórico del comienzo del Valle, en su parte Sur (La Puerta), estaría localizada la citada Encomienda, que realmente corresponde a los indígenas de Mendoza, pero en la zona norte del Valle. Lo desventurado, es que hace pocos años, fue paleografiado el expediente de esta Encomienda, y no aparece el aludido documento del 9 de agosto de 1620; y si no existe ese documento, ¿cómo se puede seguir afirmando y celebrando que La Puerta fue “fundada” por un “fundador anónimo” en dicha fecha?

En una hermosa estribación que se desprende del ramal septentrional del Pico Miranda de la Cordillera de los Andes, entre paisajes que susurran historias olvidadas, se  erigió La Puerta. Según los antiguos títulos de "Encomienda Valle de Vomboy" y “Encomienda Quebrada de Comboco”, otorgados a los capitanes Tomé de Dabuyn (1601) y Juan Álvarez de Dabuyn (1611); fue considerado, un valle de indígenas Timoto; esto quiere decir, que los primeros pobladores del territorio donde hoy está levantada La Puerta, fueron indígenas Bomboyes, de nación Timotes, que es una ramificación de la confederación Muisca, familia de la civilización Chibcha. En el titulo de confirmación de esta encomienda del 9 de mayo de 1611, consta que los jefes Timotes que gobernaban en las tierras donde hoy está levantada La Puerta, eran Bombas (Bomboy), Jasepe e Yguara.

La historia escrita que nos han suministrado de La Puerta, lejos de informar de estos orígenes, a menudo los esconde o los refiere como un laberinto de anacronismos e inexactitudes, incitando a la pesquisa casi de sabueso, en el tiempo.

Consultando la recopilación Historia Hemerográfica de La Puerta, que dispone en internet nuestra Parroquia, gracias al aporte de material informativo realizado por la profesora Belkix Villegas y el amigo Benito Rivas, encontré un artículo que aquí les comparto, a propósito del denominado y festivo Día de La Puerta, y que nos puede servir como guía didáctica, para confrontar la narrativa historiográfica y paradójica, que nos dice que la voz de sus habitantes originarios se ha perdido entre la bruma y el silencio cómplice del tiempo.

El 9 de agosto 1993, en la edición de  Diario El Tiempo, en la página 27, se encuentra un  artículo de un señor de apellido Villarreal, titulado La Puerta 373 años de existencia, que llamó poderosamente mi atención, por la desmesurada carga de anacronismos, incertezas e inexactitudes sobre la historia de La Puerta, que contiene.

 Si miramos la historiografía local, encontramos que sus pobladores originarios han desaparecido o no existen en el relato oficial. La Puerta, me atrevo a señalarlo, es precisamente eso: un misterio. Aquí se propone auscultar esas raíces, intentando desentrañar los mantos de una historia labrada con  trazos de anacronismos e incongruencias, propios del desconocimiento, o de un deliberado interés racista por esconder y desfigurar el hecho histórico,  sus consecuencias y responsabilidades.

Confrontando la  obcecada narrativa eurocentrista y manera  de proceder del gamonal.

Entre los anacronismos que se señalan en dicho artículo, se afirma lo siguiente: “La Puerta fue fundada a casi 128 años del descubrimiento de América y a 63 de la Fundación de Trujillo. 373 años hace que casi a la cabecera del Valle del Momboy una aldea timoto cuicas tuviera que encarar como mandato del destino la histórica transformación que insospechadamente también comenzara para ellos un agosto a la salida del almirante Cristóbal Colón de Palos de Moguer hacia el nuevo mundo".  La primera comunidad que habitó estas tierras, se denominó Bomboy o Vomboy, comunidad indígena del Bomboy,  (con (b) labial, no “Momboy” con (m), que no se sabe qué significa, ni la usaron nuestros primeros pobladores), no era una aldea timotocuica sino una comunidad del Señorío Tribal de la Nación Timoto, como se ha demostrado con añejos documentos Civiles y de la Iglesia; decía don Mario Briceño Iragorry, que para mantener viva la memoria de los valores que sirven de vertebra al edificio social, debemos conocer los documentos antiguos, como forma indispensable para la reelaboración de la cultura correspondiente a cada generación, en este caso: el Documento  Organización de Doctrinas de Trujillo,  del Obispo  Fray Antonio de Alcega, 1608; los títulos de “Encomienda Valle de Vomboy” y “Encomienda Quebrada de Comboco” de 1611 y confirmadas en Madrid, en 1620  (Ubicación: ES.41091. AGI/2311. Sto. Domingo, 41,N.23); el Informe de la Visita del Obispo Mariano Martí, 1777;  los Libros Eclesiasticos de La Puerta, abiertos por el padre y procer independentista Francisco Rosario en 1795, y el Expediente del Juicio de Partición de las Posesiones de Tierras del Resguardo Indígena de La Puerta, 1891, entre otros.   Dicha comunidad, se asentó en este valle Bomboy entre 450 DC a los 1.000 años DC, (Vargas: 1967; Wagner: 1969; Niño: 1988; Ramos: 1988: y Gordones y Meneses: 1992); dentro del proyecto de expansión de esa nación indígena, para controlar la vía hacia el lago de Coquivacoa (Maracaibo) y Mar Caribe. No se sabe de dónde sacan algunos y repiten otros, que era una aldea timotocuica.  

En segundo lugar, afirma sin fundamento alguno que hubo una “Fundación” de la Puerta" <<a escasos 128 años del famoso descubrimiento de América y a 122 años del descubrimiento de Venezuela en el tercer viaje de 1498>>; esto es otro anacronismo con falsedad, ni a NuestraAmérica la descubrieron como lo señala, ni Venezuela existía para ese tiempo, ni La Puerta fue fundada por los invasores europeos, lo que complementa con otra flamante falsedad con fundamento racista e intolerancia, que, habría sido en un agosto, cuando dicha comunidad indígena “tuviera que encarar como mandato del destino la histórica transformación” (Textual del artículo de prensa citado), es decir, sería un mandato necesario, portentoso, favorable e “histórico”: que dejaran de ser hombres libres y pasaran a ser esclavos o difuntos.  

La 3ra. equivocación se basa, en que, "justamente a esa distancia de tiempo, se establece la Cuarta Doctrina del Pueblo del Señor San Pablo, integrado por indígenas cuicas y timotes, formando seis encomiendas” (Textual del artículo de prensa citado); esto no es cierto.  Fue el Obispo Antonio de Alcega, autorizado por el Gobernador Sancho de Alquiza, incluyendo un acuerdo con el Virreinato de la Nueva Granada, que estando en esta zona la mayor concentración de indígenas del Valle del Bomboy, establece (80 años antes) la Séptima Doctrina, el 30 de octubre de 1608, integrada por siete (7) encomiendas, convirtiendo la ya existente comunidad Bomboy (originaria y asentada centenares de años antes, en este sitio), en “Pueblo de Indios” Cabecera de Doctrina  (No Encomienda San Pablo de Bomboy, que es otra cosa y corresponde a otro espacio geográfico), el que a partir de 1777  (Martí), lo reconocería documentalmente como <<San Pedro de Bomboy (La Puerta>>, en la estructura colonial de Trujillo, y como espacio de concentración de indios esclavos traídos de otras partes.

De lo que sí existen, documentos históricos y legales, que reposan en el Archivo General de Indias,  normalmente aceptados por los historiadores, es sobre el primer hecho de voluntad de poblamiento europeo de estas tierras, el del capitán Tomé Debuyn, de origen portugués. Antes de este importante hecho de la 7ma. Doctrina, ya existía la “Encomienda Valle de Vomboy”, asignada al capitán portugués Tomé Dabuyn, que es necesario mencionar porque hay algunos historiadores (Briceño Perozo) que aseveran que el principio y avance del nacimiento o de donde surgieron y se activó la evolución de los pueblos coloniales que tomaron los nombres de esos valles, se inició con las primeras Encomiendas que en este caso sería la de Tomé Dabuyn, que acompañó a Diego García de Paredes, en la fundación  de Trujillo, confirmada después por el gobernador de la Provincia de Venezuela don Diego de Osorio, en el año 1595, y aquel Capitán ejerció su derecho de dexación de encomienda en 1601, para luego las autoridades se la concedieran  junto a la “Encomienda de Quebrada de Comboco” y “Encomienda Lomalla de Busandi”, a su hijo el capitán Juan Álvarez Dabuyn, el vencedor de los zaparas y parautes, dirigidos por el cacique Nigale en las aguas de la laguna de Coquivacoa (Maracaibo).

Esta fue la Encomienda más significativa por su población y ubicación, para la historia de La Puerta, otorgada según titulo: AGI. Expediente. Confirmación de Encomienda de Valle de Vomboy y Quebrada de Comboco en Trujillo, Venezuela a Juan Álvarez de Buyn (1620-01-10). Resuelto. Ubicación: ES.41091.AGI/2311 Santo Domingo, 41, N. 23.  Todas las encomiendas tanto las localizadas en lo que sería con el tiempo La Puerta, como las de Mendoza, la de Timotes, la Quebrada Grande y la de Jajó que conformaban dicho pueblo, según los Títulos, eran indígenas de nación Timoto, No Kuica.  

Otra de las inexactitudes, es aquella afirmación que expresa: “aunque a raíz de la libertad que se le dio a todos los indígenas en 1687” (Textual del artículo de prensa citado), esto es otro error, no fue una libertad, fue un cambio de estatus de explotación humana, es decir, de la condición de esclavitud de servicio, pasaron a ser indios esclavos “tributarios”, manteniendo la condición de esclavos y hasta enfeudados (Ver Libros Eclesiásticos del Pueblo de Indios San Pablo de Bomboy. Archivo Histórico Diócesis de Trujillo).   

La enfermiza hipótesis del “ocaso de su suerte” y la resonancia de una presencia ancestral.

En ese trance intelectual, se plantea otra absurda afirmación, que debemos  desmantelar, es que: “aún con esa libertad para los genuinos habitantes ya se había tornado ineludible el desconcertante encuentro con el ocaso de su suerte, forzada por los colonizadores, quienes fueron los protagonistas de la desaparición de la genuina raza dejando sobre la misma tierra el mestizaje que hoy recuerda sin rencor ni resentimiento, la dolorosa historia del calvario que vivió todo un continente”; en esta invención, “el ocaso de su suerte” fue que para 1891, existían 16 comunidades indígenas en el país, una de ellas casi totalmente pura como etnia, era la comunidad Bomboy, ubicada en lo que era el Resguardo Indígena de La Puerta (tierras donde está asentada  hoy parte  del área urbana de La Puerta). Fue en dicho año (1891), a casi 400 años después de la llegada de Colon a América,  cuando se produjo el genocidio de La Puerta (no fueron los invasores europeos ni los colonizadores los que desaparecieron totalmente esta comunidad indígena), sino los hijos de los independentistas republicanos, un grupo de gamonales, hacendados y de extranjeros ambiciosos se pusieron de acuerdo e iniciaron un juicio fraudulento de Partición de las Posesiones de dicho Resguardo, para quitarle a los indígenas sus tierras y con ese juicio fraudulento en el que estaban involucrados personeros de la oligarquía como un gamonal de nombre Samuel Quebedo, lugarteniente del general Juan Bautista Araujo, el “León de la Cordillera”,  sus secuaces y otros gamonales, acuérdense que Leopoldo Baptista, el general y Dr., era el Partidor nombrado en este juicio y después nombran a José del Rosario Colina, y son los responsables de haber despojado de su tierra a esta gente indefensa, analfabeta y primeros pobladores. Lo “monumental” de este artículo sobre “historia de La Puerta”,  es que lamentable y dolorosamente se afirma que, a pesar del despojo de tierras y el genocidio, se produjo un “mestizaje que hoy recuerda sin rencor ni resentimiento, la dolorosa historia”; ¡qué bárbaro! ¿A qué mestizaje se refiere si los gamonales desaparecieron esta comunidad indígena? ¿Cómo pueden guardar rencor o resentimiento aquellos indígenas o sus descendientes si fueron extinguidos?

Sigamos desfacendo entuertos, como decía el ingenioso hidalgo.

Otra afirmación incierta es aquella que, “en la época de la campaña independentista y postcolonial se cayó la sepultura de los primitivos habitantes, que bien subsistían como grupo étnico o tal vez como simples elementos desorientados y dispersos”; la fibra racista o el reverberante “linaje de sangre”, de quien escribió estas falacias, pretende hacer ver que los indios eran pendejos y animalitos, y La Puerta un potrero o chiquero;  pero agregó otra monstruosa falsedad al señalar que “el Partidor de 1891 -otra aberración- distribuyendo y adjudicando 1.960 hectáreas a los comuneros de la región, quedando de esta manera cerrado el capítulo de la existencia de algún tipo de derecho o excepción, reserva o garantía para nuestros antecesores timotocuica sobre la tierra que por derecho natural consideraron de su propiedad”; cabe preguntar: ¿a cuáles comuneros se refiere? ¿Será a los genocidas? ¿A los extranjeros y gamonales? es decir, este señor racista, desinformado y desconocedor de la historia, pretende decir que no existen derechos sobre las acciones fraudulentas que se cometieron en contra de los primeros pobladores despojados de su tierra y el genocidio que se dio en ese momento. Así mismo, señala que desde esa Partición quedaron los exterminadores como beneficiarios de los resguardos, y no sé con qué número de descendientes, figuran en las adjudicaciones  apellidos que siempre han estado presentes en el pueblo de La Puerta”; vale la interrogante ¿serán los apellidos de los genocidas, italianos, gamonales y estafadores que aparecen en las adjudicaciones de tierras?

Esta es otra mentira, los escasos descendientes de los mestizos que están en las adjudicaciones, tienen los apellidos que usaban los encomenderos y son los que aparecen en los distintos documentos y títulos históricos que existen, entonces no se puede decir que los apellidos de italianos y de otra gente terrateniente de “estirpe y linaje” de pueblos vecinos, que jamás estuvieron aquí, que fueron gamonales y hacendados de otros sitios se podrían considerar comuneros indígenas, es una cuestión de injusticia, y de racismo evidentemente.

Por esas razones, es importante que motivado a ese juicio fraudulento de Partición,  debe iniciarse el estudio a fin de ser declarada la nulidad del mismo y las tierras deben ser reivindicadas y devueltas a la comunidad, como lo establece la ley que fue dictada por el presidente Antonio Guzmán Blanco; igualmente, tramitar la repatriación de las obras de cerámica precolombina de La Puerta, que está en museos de Francia, Alemania y Estado Unidos. Entonces esto, hay que aclararlo, esta narrativa que distorsiona por anacronismos eclipsando las voces, cultura, tradiciones, lengua, espiritualidad y la desaparición de nuestros primeros pobladores, nos convoca a una apremiante reconstrucción de nuestra historia local, porque son puntos importantes y no podemos continuar como loros repitiendo esa historia disfrazada con este tipo de falaces argumentos. Comencemos a llamar los sujetos, sitios, hechos, entes y las cosas por su autentico nombre, igualmente, a visibilizar y concretar el hecho histórico, sus consecuencias y responsabilidades, y emprendamos el camino a ser libres. La Puerta y su reconstrucción histórica urgente. Las autoridades tienen la palabra.

en conjunto los datos precedentes, merecen ser considerados como una iniciativa para que se promueva un proceso de reordenar las cosas, para ir descolonizando, de reconstruir nuestra historia,  el verdadero acervo histórico, en el que participen todos los que deben y quieren involucrarse en la discusión y debate necesarios de ese tema de interés para nuestra comunidad, y no se siga festejando estos  falsos y anacrónicos hechos.


 (*) Portador Patrimonial Histórico y Cultural de La Puerta.

sábado, 2 de agosto de 2025

Crónica de un pasado silenciado: La Puerta y la rebelión de los Comuneros, 1781.


Por Oswaldo Manrique (*).  


La historia del  pueblecito llamado La Puerta (así lo  denominó el Sabio Dr. José Gregorio Hernández Cisneros, en 1889), se desconoce casi en su totalidad. Apenas ligeros datos sobre el tercer violento poblamiento, a comienzos del siglo XX, una historiografía cargada de anacronismos que comienza con aquello de que  la erigió un “Fundador Anónimo”; de ahí, la necesidad de investigarla críticamente, desempolvar más de mil años de historia desconocida, y sacar información significativa y difundirla.  Hay  episodios relevantes de la Colonia, en el que dicho “pueblecito” indígena se agigantó y dio ejemplo de resistencia, lo que ayudó a cimentar la conciencia colectiva de lucha contra el régimen colonial español, de cara al advenimiento de la independencia. El que relato a continuación, es uno de ellos.



La Puerta: Corazón de la resistencia indígena.

¿Quién podía pensar en 1781, que los chontales de La Puerta, se mantendrían en silencio y calma, ante la avanzada de los Comuneros del Socorro? Nadie. Sin embargo, la historiografía regional y nacional, edulcoraron con elegancia y minimización, este episodio tan relevante de resistencia indígena de La Puerta, que operó contra el modelo monárquico español, y asimismo, contra el modo de producción esclavista-mercantilista, que apretaba mas los yugos.

La efervescencia revolucionaria, se mantenía alta y con más indignación, al conocer recientemente la forma en que fue capturado y muerto su Rey indígena: Don Pedro I, también llamado Túpac Amaru II, al que el año anterior habían reconocido y jurado como su gobernante. 

*

Hablaban en su lengua antigua, aunque todos sabían español. Previamente, Chegué, ataviado con su túnica blanca de algodón, vistosas y coloridas plumas de paují, había incensado con acharú, como rito para celebrar esta reunión decisoria. El sumo sacerdote, alzó sus manos hacia el cielo rezando alguna oración, y con el ceño abierto, miró a todos los convocados.   

-   ¡Huacani Kachute! Invocaba Chegué, mientras los demás, dirigiendo el dedo hacia el todopoderoso Dios Sol, para rogarle en aquellos momentos de angustia e incertidumbre, los iluminaran y les enviara señales, y esperanzados en los oráculos, repetían:

-  ¡Kachute! ¡Kachute!

Don Jashinto Mendoza, el cacique;  Julio Burrucay que era un experto gañan,  Juan el Gayón, Amaro el caudillo ganadero, Olaya Esmindax, Ignés Mexia, Constanza Pacheco, Lucía Saavedra y Chegué el máximo sacerdote; también estaban los Teregues, Tafallés y el cacique Pitimay, allí estaban.

Los sonrientes indígenas, formaron círculo alrededor del anciano sacerdote, unos alejados, otros, cerca, y las indias principales, permanecían en un ajustado grupo; una de ellas habló:   

-  Recuerden que, salieron de Santa Fe y pronto estarán aquí los comuneros del Virreinato, en todos los valles de los Timotes. Otra de las mujeres, con bastante ganas de expresarse dijo:  

-   Ya estamos cansados de tener que estar pagando impuestos al Rey, que en nada nos beneficia, y además, nos siguen oprimiendo con el pago del tributo.

Algunos decían que Olaya, era de mal carácter, porque era cruda en sus palabras, pero era luchadora de su tribu, sin reparar en funestas consecuencias y decepciones, inclusive, en las derrotas.

-   Si hasta por hacer y vender dulces, tenemos que pagar impuestos….

Uno de los jefes principales, no apartaba sus ojos del rostro de Ignés, quizás admirando su elocuencia, o por la hermosura de su piel, que la hacía ver radiante y fresca. Casi todos esperaban de esta lucha, un triunfo sin derramamiento de sangre  y la eliminación de los impuestos y restricciones del gobierno colonial. Ignés le hablo a su tribu:  

-   No podemos sembrar tabaco, ni hacer cigarrillos, ni chimó. No podemos ni consumir chimoíto para el trabajo, nos están quitando el sustento. Olaya inmediatamente agrego:

-   Dicen que vienen desde más allá de la frontera un ejército de <<indios, mulatos, jornaleros y agricultores armados de palos y machetes…eliminando estancos, exonerando impuestos y repartiendo el tabaco, chimó y aguardiente allí almacenado>>. Cuando Olaya, terminó de hablar, todos la respaldaron en medio de exclamaciones y vítores. Una de las presentes gritó:  

-   ¡Nos va a castigar Gabaldón y el Alférez Sancho! ¡los kiakes!

La misma Olaya, a toda prisa, se acercó a Don Jacinto, uno de los principales  y le agarró un papel, que tenía en la mano y le pidió que lo leyera. Era el denominado pasquín de los Revolucionarios del Socorro, las Capitulaciones de los Comuneros:

"a que los americanos se han de emplear en las plazas de primera plana en ambas líneas; que se quiten para siempre los jueces de residencia; que se modifiquen las medias anatas; que se modifique el correo, papel sellado y Bulas; que se quiten las sisas, almojarifazgos, armada, etcétera; que los bienes o rentas eclesiásticas no dentren en cajas reales como está mandado; que los escribanos lleven menos derechos que los acostumbrados. Y, que los oficios de la República no se den a los españoles europeos, sino en los casos de urgente necesidad; que el aguardiente se pregone y remate en el común; que la alcabala corra como antes en 2%, menos en los víveres" 

Al concluir la lectura, intervinieron varios, entre ellos, Shulio Burrucay,  manifestó:

-   Tit-chuk-miggfeue -   Como afectado por ser de los que jornaleaban en las haciendas para poder pagar el tributo al Rey, se preguntaba cómo iban a pagar más impuestos. 

-   Tshape-no! nakunan-no, kesits-no!  Que ni las mujeres ni los niños, participaran en esa lucha, solo los hombres.

-   El obispo Martí, escribió que nos cuidáramos. Una de las mujeres soltó lo que tenía en la mano, y la increpó:

- ¡Shuat-chfiu! Decir mentiras. Otras gritaron:

-   ¡Ñeu-no! Se sentían envalentonadas, sin miedo. Las mujeres dieron fortaleza y apoyo.

-   Kiu-kak-kambeuch,  dijo Don Jacinto, que hablara el indio grande, se refería al Pitimay, quien dijo exclusivamente y en español:

-  <<Sacudámonos tan pesado yugo, para vivir con alivio>>. Como lo indicaba el pasquín.  Luego le dieron la palabra a un Yguara, representante de los Páramos, quien dijo:  

-    Nuyeu-Mcheu! Prefiramos morir a seguir enyugados. 

-    Istots-Stimots-nichí!  Fue el gritó  que se escuchó. Era el orgullo de la raza andina, para decir bastante sangre Timoto hay aquí. Varios decididos, llevaban sus cuchillos de obsidiana, ya no para el sacrificio, sino para la guerra. El cacique don Jacinto, luego de haberlos escuchado a todos, solo dijo:

 -   ¡Teukp Tupac Katari!   preparémonos, llegó la hora de Túpac Katari.  Fue la expresión de don Jacinto, para sumarse a la lucha del paladín indígena suramericano.

Esperaban dar el grito de rebelión, todos se levantarían contra los españoles custodios del Resguardo Indígena de La Puerta, y apresarían  al Corregidor. Consumada la insurrección en La Puerta, tomarían Mendoza y otros poblados indígenas, hasta llegar a Trujillo, y tomar los Estancos y el Cabildo. Luego,  proseguir la marcha, hacia Maracaibo y Caracas. 

Juan Fanay,  se frotaba las manos y reía, maravillado de recordar, palabra por palabra, lo que había escuchado en la reunión de los caciques y principales con el Chegué.  A raíz, de la captura y muerte de Túpac Amaru II, mentor teórico de esta revolución,  el movimiento continuó, liderado por Julián Túpac Catarí, hasta 1782, quien fue también capturado, apagándose la flama revolucionaria de los Comuneros.

                                                                    *

Sonaron los flautines y redoblaron los tambores realistas en Trujillo.  La Rebelión de los Comuneros del Socorro y la incursión frustrada al Valle de La Puerta, en 1781. 

 

En julio de 1781, llegaron los Comuneros a Timotes, <<A pesar del programa de libertad, la rebelión hubo de detenerse en su marcha incruenta frente a la resistencia que le pusieron los capitulares de Trujillo, reunidos en La Mesa, y no dispuestos a proteger la invasión de su Distrito>>. (Briceño Iragorry, 147, 148). La onda expansiva de la protesta, había nacido en el Virreinato de Santa Fe, de cuyo Distrito había formado parte la provincia de Mérida de Maracaibo, y avanzaba hacia los otros pueblos de Venezuela.

A la sala del Cabildo de la ciudad de Trujillo, entra el malagueño don Joseph Gabaldón, Teniente de Gobernador, tuvo reconocimiento del Rey, por su lealtad al enfrenar la revolución de los Comuneros, posteriormente, fue Corregidor de Indios, en La Puerta.  Están reunidos el Alcalde y Alférez Real Sancho Briceño Uzcátegui, don Vicente Cardona, Miguel Vetancourt, Juan Antonio Barazarte, Pedro de Uzcátegui, Santiago Montilla y Luis Briceño, personalidades principales de esta jurisdicción, cuando está hablando el Dr. Antonio Nicolás Briceño, defensor del Rey de España. En la reunión de emergencia, se escuchó:

- Sus Mercedes, los indios están alzados, dicen que llegó la hora de Tupac Amaru. Esto lo exponía el doctor Antonio Nicolás Briceño, el leal realista, ante el Teniente de Gobernador. Presente el alférez real Don Sancho Briceño, le preguntó: 

- ¿Y vos cómo os enterasteis?

- Por los indios de mi hacienda La Concepción y las de otros hacendados del Valle, que ya no quieren ir a trabajar, sino que están esperando la hora y la llegada de la rebelión.

- Y aparte el torneo de noticias y rumores  que hay. Dos reynosos insurgentes que ingresaron a Trujillo y han convencido a muchos indios de aquí y se ha venido organizando ese movimiento. Le agregaba, Don José Gabaldón el vizcaíno, recién nombrado Teniente de Gobernador.

         El Dr. Antonio Nicolás Briceño, el viejo abogado realista, preocupado porque la amenaza del desmoronamiento de la hegenonia en el poder, pasaba por el miedo y debilidad, se fue directamente a la Sala Consistorial en Trujillo, a hablar con las autoridades. Presentes los cabildantes, les expuso su preocupación:

-    Debo informarles que <<Estando en mi finca de Mendoza (La Concepción),  a pocas leguas del Pueblo de La Puerta y a una jornada de Trujillo, al tener conocimiento de los tumultos promovidos por los Comuneros del Socorro, que ya traían para el mes de julio soliviantando el espíritu insurrecto de los Merideños, di aviso al gobernador de Maracaibo, D. Manuel de Ayala, y puse a su disposición lo que menester hubiese para las fuerzas que vinieran a contener a los revoltosos>> (Dávila, 12-13). Don Sancho, le preguntó:

-   Don Nicolas, y ¿qué respuesta le dio el gobernador?

-   El gobernador, me <<ordenó tener listas en el Puerto de La Ceiba cuarenta mulas de carga y diez de silla, pues salía el Ayudante Mayor de la Plaza, D. Francisco Alburquerque, con destino a Mérida>> (Ídem). Les dijo el angustiado Dr. Briceño, quien agregó: 

-    Como comprenderán, <<Efectuadas las primeras diligencias <<hice tocar cajas en mi hacienda, y levanté cuartel con mis criados, esclavos y comensales>>. Por eso les avisé a ustedes los Munícipes de Trujillo. Sancho, Alcalde y pariente del viejo Nicolás y pensando en sus haciendas en  San Pedro de Jajó, se paró, dio un golpe al escritorio y exclamó:

-    ¡Enfrentemoslo! Enseguida ordenó convocar las milicias, sacar los estandartes del Rey, así como, a sus soldados a caballo, con las banderas y armas. El Teniente de Gobernador D.  Joseph Gabaldón, los atajó y dijo:

-    Pues, antes de cualquier acto de guerra, vamos a reunirnos con los revoltosos.

Los Munícipes, resolvieron parlamentar con los merideños, los que contestaron por medio de Don Juan Nepomuceno Uzcátegui Dávila y Don Ignacio Quintero. Asienta el historiador Vicente Dávila que, <<En el pueblo de La Mesa, donde ya para el 24 de agosto se encontraba Alburquerque con sus fuerzas, que proveía Briceño con los frutos de sus tres haciendas inmediatas, se verificó la conferencia que puso término a la sublevación>> (ídem). Las autoridades de Maracaibo y de Caracas, enviaron contingentes militares para evitar que la invasión entrara a Trujillo.

    El 8 de agosto, el ejército rebelde ocupó la ciudad de Timotes, colindante con los pueblos indígenas del Bomboy  (La Puerta), San Antón de los Timotes (Mendoza), el de Jajó y La Mesa de Esnujaque, y difundió una proclama a los Trujillanos, en la que los exhortaba a incorporarse a esa rebelión popular. El movimiento de los Comuneros surgido desde El Socorro (zona de la hoy Colombia), que había designado en Mérida un gobierno revolucionario encargando  como Capitán General al mestizo José García de Hevia, líder de pequeños agricultores, artesanos, indígenas y mestizos  de Timotes, y hasta mujeres que se dedicaban a la siembra y explotación comercial de la cañadulce,  del tabaco, chimó y productores de miche artesanal, se fue expandiendo,  y corrió el frenesí  por  estas tierras del Pueblo San Pablo Apóstol del  Bomboy, Valle de nativos Timotes, también conocidas como Doctrina de La Puerta, que desde 1608, no le habían reactivado el sentimiento de resistencia indígena frontal, que posiblemente logró variar el trato de los encomenderos hacia los Bomboyes.

    Ese mensaje de reivindicación económica, caló mucho en  los indígenas Timotes, no solo los que habitaban la serranía de Mérida, sino los asentados en el Pueblo de San Pablo Apóstol del Bomboy (La Puerta), en San Antonio de los Timotes (Mendoza),  en San Pedro de Jajó o Mesa de San Pedro de Esnujaque y caseríos vecinos.  La proclama de los Comuneros enviada a los habitantes de estos pueblos,  clamaba: “Hermanos, hasta aquí habíamos venido engañados con los mandatos de aquellos crueles ministros, que mostrándonos la piel de oveja tenían para nosotros el corazón de lobo; bien habréis conocido que así los mismos de Santa Fe como los de Caracas nos han dado el veneno en taza de oro, esto es: que paliendo sus robos en cédulas reales, nos hecho reventar con el tosigo de alcabalas duplicadas, donativos desarreglados etc. Y así, basta ya de martirios y ver morir de hambre a nuestros padres, mujeres, hijos y familias” (Arciniegas, Germán. Los Comuneros. Tomo 2, pág. 64. Biblioteca Ayacucho. 1992).  Induce ese mensaje, un contenido anticolonial en el fondo, a pesar del reclamo reivindicativo en lo económico contra el monopolio comercial ejercido por el gobierno colonial.   

El frenesí conquistado por las ideas de los Comuneros del Socorro, llegó hasta los pueblos Trujillanos de frontera, entre ellos, La Puerta.

Lo más curioso, ocurrió en el valle del Bomboy, cuya población originaria, sojuzgada y explotada por los hacendados,  es de nación Timoto. El hacendado y terrateniente Dr. Antonio Nicolás Briceño, poderoso económicamente, se enteró de que ese movimiento de comuneros venía creciendo e influyendo en Trujillo, creando un clima de tensión y de auge popular, esto le preocupó, porque estaban en riesgo sus bienes, los medios de producción y la pérdida de la  fuerza trabajadora indígena, si se le alzaba.

La estrategia del gobierno colonial de Trujillo, y de los hacendados y colonos criollos, fue, una vez recibida la invitación a parlamentar de los revolucionarios de San Cristóbal, La Grita y Mérida, aislar a los indígenas de La Puerta, con un cerco de milicias, capataces, arrendatarios y colonos del Valle, mientras, las autoridades Capitulares de Trujillo, encabezadas por  Don Joseph Gabaldón y Sancho Briceño, conversaban e impedían la marcha pacífica de los revolucionarios, en el sitio de la Mesa de Esnujaque, pueblo indígena de frontera muy pequeño, sufragáneo, también  comprometido con dicha causa. Los Capitulares, aplicaron algo semejante a la máxima  “divide y reinaras”. Aisladas ambas comunidades indígenas, y con la llegada de fuerzas militares del Rey, pudieron convencer a los merideños, cesar en sus intenciones de avanzar hacia Maracaibo y Caracas. Los afectos al monarca español, lograron imponerse.

                                                                    *

Viendo las autoridades coloniales la seria amenaza, había salido desde Maracaibo, y también de Caracas, la llamada “Expedición de la Frontera”, integrada por más de 1.000 hombres armados leales al Rey de España, jefaturada por el Teniente Coronel Juan de Salas, para evitar el ingreso de Los Comuneros a Trujillo, precisamente a La Puerta, el límite político administrativo y jurisdiccional con el Virreinato de la Nueva Granada (hoy, Colombia).   

    Los dirigentes de los insurgentes,  enviaron comunicaciones a los autoridades y cabildantes trujillanas, entre ellos, don Joseph Gabaldonó Teniente de Gobernador y al alférez real Sancho Briceño Graterol, Alcalde, así como, a los propietarios criollos y a los mestizos de la zona, pero éstos, liderizados por Antonio Nicolás Briceño, el Abogado realista, padre del futuro prócer,  como buen súbdito de la Corona Española les dio un no rotundo, a la vez, que iban llegando a la Mesa de San Pedro de Esnujaque (o San Pedro de Jajó), las fuerzas realistas del gobernador de Maracaibo, retirándose los Comuneros, atrincherándose en Mérida. Este Briceño, ocupó cargos públicos importantes en Trujillo, fue Procurador; su pariente, Sancho Antonio Briceño, que lo acompañó en esta jornada,  en 1785, fue designado Teniente de Gobernador, el principal cargo político y administrativo de la ciudad. Mario Briceño Iragorry, en flamante discurso ante la Academia de la Historia, dijo sobre el abogado Briceño lo siguiente: “… Luchó contra los Comuneros de Mérida, cuyo movimiento se debeló debido al influjo de Briceño. Era persona de grandes recursos económicos…” (Discurso de Mario Briceño Iragorry, a su ingreso a la Academia Nacional de la Historia, en 1929).  Briceño, se enfrentó a la propia familia para defender a la   Monarquía Española, luego -aunque no obtuvo lo que aspiraba-,  cobró en privilegios esa defensa.

 

La Rebelión de los Comuneros agitaron las ideas libertarias en Venezuela.


Lo paradójico del acontecimiento es que los Comuneros de Mérida, habían  designado como Capitán a Francisco Antonio Uzcátegui y Rivas, esposo de Andrea Briceño, familia de los Briceños trujillanos,  aunque por su enfermedad y posterior deceso impidió ejerciera el cargo. Otro de los Briceño, José Ignacio, nacido en Trujillo, hijo de Basilio Briceño y Soto y María Gregoria Ruiz Valero, también fue designado como uno de los capitanes del movimiento merideño. A pesar de eso, otros miembros de la familia Briceño,  se opusieron abiertamente a la rebelión y acompañaron y participaron en su represión, esto les valió para solicitar méritos a la Corona, mientras que sus familiares rebeldes vieron peligrar sus propiedades por la confiscación de bienes que siguió a la derrota de la insurrección. Entre los fieles súbditos al Rey destacaron “…el merideño Ángel Briceño que buscó obtener el apoyo de parte de su familia de Trujillo, en donde la actuación de Antonio Nicolás Briceño y Sancho Antonio Briceño, permitió organizar una fuerte resistencia que impidió a los Comuneros abrirse paso hacia Caracas.”  (Muñoz Oraá,  Carlos Emilio.  Los Comuneros de Venezuela. Págs. 122 y sig. ULA. Mérida, 1971).   Además de la evidente división de la familia Briceño, hubo un aporte en mulas, víveres y dinero de las haciendas de estos Briceño, en el valle del Bomboy, con lo que montaron la resistencia entre Timotes, la Mesa de Esnujaque, Jajó  y la Puerta, a la amenaza de los Comuneros, mientras llegaron las tropas realistas. La subordinación y apoyo al régimen colonial por parte del viejo Dr. Briceño, realmente no respondía a razones de ser súbdito del Rey, sino al cuido de sus intereses que estaban en riesgo, debido a que conocían el malestar y la resistencia pasiva de los indígenas a su cargo.  Así se frustraron, los objetivos de expansión de tan vasto movimiento.

        Avanzó la insurrección  <<mesiánica y revolucionaria>>.

        Aunque contradictorio, el liderazgo mestizo de este movimiento, lo asumió parte de la familia Briceño, que estuvo dividida, un grupo seguía a Ángel Briceño, y otro a Antonio Nicolás, el abogado y padre del prócer,  aunque fue un movimiento amplio que recogía la vieja aspiración de los criollos, relacionado con la igualdad para optar a los altos cargos de gobierno, entre sus banderas: …a que los americanos se han de emplear en las plazas de primera plana en ambas líneas…”. Ocupada la Parroquia Ejido, cercana a Mérida, por más de 7 mil comuneros armados, siguieron avanzando; Briceño  Iragorry narró este hecho en sus Tapices, que el 28 de julio de 1781, … tres mil de ellos penetraron sin oposición a la ciudad de Mérida, y de allí dirigieron cartas a los cabildos de la ciudad de Barinas y Trujillo en que se invitaba a dichas poblaciones a sumarse al movimiento conocido en la Historia  con el nombre de Revolución de los Comuneros del Socorro…” (Briceño Iragorry, Mario. Tapices de Historia Patria. P. 147. 12°. Tapiz. Caracas, 1933). Seguía creciendo el germen de la libertad y la igualdad, ya no entre los propietarios criollos y mantuanos, sino en el seno del sector mayoritario de la población, los mestizos y lo que quedaba de la raza indígena.   

        La bandera de la autonomía, jugó un papel importante en la neutralización y fracaso del conflicto. Mario Briceño Iragorry, lo expone en la siguiente forma: <<El fracaso en tierras trujillanas de la Revolución de los Comuneros, lo explica, no la falta de anhelos autonómicos de los trujillanos, sino el aislamiento en que Trujillo estaba en relación a los problemas interiores de la Provincia de Mérida por formar su distrito, desde 1557, parte de la primitiva Gobernación de Venezuela, y haber estado sujeta aquella provincia hasta 1777 a la jurisdicción del Virreinato de Santa Fe>> (MBI, Tapices, 23). Se entiende que, la Provincia de Mérida, incluía a Maracaibo.  En 1777, es creada la Gran Capitanía General de las Provincias Unidas de Venezuela.

Los impulsores de la rebelión, no dieron el paso para la incursión y confrontación violenta.

 Sobre el ámbito de esa insurrección indígena refiere el médico e historiador Vicente Dávila, que “…llegó a Trujillo, sin que hubiera traído mas consecuencias que agitar las tierras occidentales de la Capitanía General de Venezuela y lanzar la chispa de un fermento que los hijos y nietos de dichos comuneros iban a recoger, cuando transcurridos algunos lustros, la libertad de Venezuela, personificada en Bolívar…pasaba la frontera y de victoria en victoria, realizara la campaña que le dio vida a la Segunda República…” (Dávila, Vicente. Discurso de ingreso a la Academia Nacional de la Historia). Así ocurrió, ese fermento libertario tuvo sus efectos en los pueblos de Trujillo.

En agosto de 1782, indultaron a los comprometidos en la rebelión, pero, los impuestos siguieron vigentes tal y como los había ordenado la Real Hacienda, ahora sostenida con mayor advertencia y represión. 

(*) Portador Patrimonial Histórico y Cultural de La Puerta.

 

 

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