sábado, 24 de diciembre de 2022

Francisco Gutiérrez, el anunciador de la navidad.

 Francisco Gutiérrez,  el anunciador de la navidad.


Por: Oswaldo Manrique.



En nuestra Parroquia La Puerta, diciembre es el mes del regocijo y del reencuentro familiar y de la amistad.  Tradicionalmente las fiestas de navidad se prolongan hasta el año siguiente, cuando se empalma con la bajada de los Reyes, el robo y  búsqueda del Niño Jesús, y se extendía un poquito más, hasta la celebración de los patronos católicos San Pablo Apóstol y Nuestra Señora de la Paz.  En las distintas casas los preparativos comienzan a mediados de mes, cuando se escuchan los redondos sonidos de las carruchas o carros de rolineras sobre el asfalto; que compendiaban con los repiques de las campanadas, que las desaparecieron a finales del siglo XX, y no las han devuelto, y los preparativos familiares del pesebre y ese símbolo de la hermandad y prosperidad: las hallacas, y,  en la gran víspera de la navidad, se queman fuegos artificiales.  Durante este periodo, las calles, plaza, esquinas, y en los caseríos foráneos,  junto con la pintada de las casas de vivos colores, se expresaba la señal de bienvenida, felicidad y renovación.

 A mediados del siglo pasado, uno de sus habitantes, hacía saber e informaba a toda la comarca que había llegado el tiempo de la Natividad de Jesús.  “Chico” Gutiérrez como lo llamaban en el pueblo, con unos pequeños y maravillosos artilugios, anunciaba,  contagia y entusiasma a su comunidad. Eran minúsculos petardos, hechos de piedrita motatanense, pólvora, azufre y papel, se fabricaban y vendían en su casa, ubicada a la entrada del pueblo, en la avenida Páez esquina con calle 1, de La Puerta, estado Trujillo. 



El arte del estruendo y la luz.

Los historiadores coinciden en que fueron probablemente los mongoles los que introdujeron la pólvora y los cohetes chinos en Europa en torno a 1241. A esta industria, de la pirotecnia que se desarrolló en el siglo XIV, época en que se inventaron las armas de fuego,  se agregó la fabricación de los fuegos artificiales para las celebraciones de victoria o paz.  Durante el renacimiento surgió la industria italiana de pirotecnia, que destacó por la elaboración de los fuegos artificiales, y hacia la mitad del siglo XVII, los fuegos artificiales se utilizaban como entretenimiento a una escala sin precedentes en Europa, haciéndose populares incluso en lugares de reunión y jardines públicos.  (Diccionario Encarta 2009. Microsoft Corporation).

A nuestras tierras andinas, donde  persiste la tradición en el uso  de los fuegos artificiales, le llegó con el europeo Al andaluz, desde el siglo XVII. En La Puerta, como pueblo andino y religioso, es común que se utilicen en sus distintas fiestas y celebraciones populares y católicas estos artificios de luces y explosiones artificiales. Un  antecedente importante lo encontramos en el Programa de las Fiestas de La Puerta de 1909, en el que se destaca que a las 8 pm, se quemaran vistosos y variados fuegos de artificio, en la Plaza Bolívar, y el 25 de enero de 1909, día del patrono, se inició con <<una gran diana de música, triquitraquis, boladores y recamaras, despertaran como en el día anterior, a los animosos fiesteros, que no sepan o no puedan huir de las groseras impertinencias del rudo clima de la época>> (Programa de las Fiestas de La Puerta. 1909. En papel). Este seria, el primer dato histórico sobre el uso de los fuegos artificiales en nuestra Parroquia.


Piedritas navideñas y caras de alegría.


Los escueleros se ponían de acuerdo y buscaban en la casa de Don Chico Gutiérrez, aquellas minúsculas cosas para iniciar la alegría, en sus faltriqueras, bolsillos “robagallina” o bolsillos pequeños, salían Calle Arriba y Calle Abajo, iban sacando sus atesoradas piedritas y las iban lanzando contra el piso o contra la pared o algún muro aquellos días fríos de diciembre; se puede decir, que se ponían felices como los ángeles, tan alegres como su mismo prójimo podía estar. Su felicidad compartida, gritando sin desvergüenza: - ¡Es navidad!


En las casas de familia, al comenzar a escuchar los primeros petardos, nos despertaba y nos disponía a un entusiasta día de celebración navideña. En ese ambiente cálido y armónico, nos  abrumó durante varios años, este anunciador estruendoso de la Navidad andina, con las estruendosas detonaciones de las populares "piedras" artificiales, que generaba risas, bromas y chanzas en la muchachada.  Algo de esa sensación quedaba al final del día, al  vencerlos el cansancio de tanto reír las ocurrencias al tirar las diminutas “piedras”, aquel silencio que los envolvía los subyugaba, como si fuera un regalo todavía por abrir.


El taller de la alegría navideña, el de los fuegos artificiales.


En una casa ubicada en la entrada norte del pueblo (área urbana de La Puerta), se fabricaba con todo detalle y con la seguridad necesaria, los fuegos artificiales que llenaban de  alegría a los niños, adolescentes y a cuanto ocioso alegre habitaban en este poblado. Era la casa taller de  Francisco Gutiérrez o Don Chico Gutiérrez, como también se le llamaba.   


En este taller, su operario principal, cuidadoso como era, mantenía el hermetismo necesario para la elaboración de los fuegos artificiales conocidos como “piedritas” navideñas; una especie de petardo pequeño que era capaz de producir un estruendoso sonido al ser lanzados contra el piso o las paredes, era la alegría de los niños para sorprender a los amigos, y también, la utilizaban los mayores, esos jodedores de las esquinas, para reírse a carcajadas del que era sorprendido y asustaban.

Corrobora su hijo David Gutiérrez, lo que recuerda y comenta la memoria oral de esta localidad: <<mi papá se destacó en el arte de la Pirotecnia, aunque él sabía fabricar varios productos nos enseñó a hacer lo que hoy conocemos como las Piedras Navideñas o Piedras Explosivas, ya que era más fácil su fabricación y menos compleja la manipulación, estas las comenzó a fabricar al final de la década de los 50, solo con ánimo de diversión familiar y compartir un buen momento con los vecinos, pero fue en el año 1968, cuando un maracaibero llegó a la casa y le compró treinta Piedras que tenia reservadas para la Navidad y le hizo otro encargo, luego otro, y después otro pedido y posteriormente le prometió que el compraba toda la producción y asi fue como iniciamos la comercialización de este producto, que representó nuestra fuente de ingreso para la Temporada navideña…y aprovechando este legado la familia desarrolló este arte>> (Datos biográficos de Francisco Gutiérrez, suministrados por wasap, por David Gutiérrez, 11-12-2022); en la década de los años 70 del siglo XX, en la ampliación de sus horizontes y buscando nuevos derroteros, se muda y se residenció en Maracaibo, establece la fábrica de fuegos artificiales y otros negocios. Este emprendimiento, tecnología y secretos, se lo enseñó a su hijo Eladio, que luego quedaría a cargo. 

El mismo David, explicó que,  <<en el año 1.988, todos los hermanos varones constituimos una empresa la cual llamamos en honor a nuestro padre con las iniciales de su nombre Francisco Antonio Gutiérrez, FAG. Fuegos Artificiales Gutiérrez, para lo cual compramos un hermoso terreno llamado Granja La Muchachera, allí construimos galpones, oficinas, canchas deportivas y llegamos a tener más de cien trabajadores, llevando cantidades de este producto para Caracas y Oriente donde las pagaban a muy buen precio. Posteriormente nos dedicamos a la importación de Fuegos Artificiales de Estados Unidos y China, a donde tuve que viajar en varias ocasiones, constituyéndonos como la primera Empresa importadores de Productos Pirotecnicos del Occidente de Venezuela y aunque vivo en Estados Unidos aún conservamos esta próspera empresa, ahora Pirotécnica Gutiérrez Hnos. C. A. PIGUCA. Ubicada detrás de Kapital La Limpia >> (Ídem); los hijos redimensionaron el legado. 


Como buen hijo y respetuoso caballero David Gutiérrez reconoce que, <<Esto lo hemos logrado Gracias a este hermoso legado recibido de nuestro progenitor Francisco Antonio Gutiérrez y también a que hemos encomendado al Creador del Universo nuestras obras, planes y proyectos y El ha afirmado nuestros pensamientos>> (Ídem). 

Igualmente, Don Chico, fabricaba las habituales “bombas”, que salen desde un mortero metálico a propulsión, explotando estruendosamente en el aire, que se usan para sacar alegremente a los santos del templo, y también para la recorrida de San Benito y sus chimbangueles. En las fiestas de calle y profanas, se exhibieron por su colorido y espectáculo los llamados “toros”, con el que se persigue a los espectadores, asi como, las luces giratorias, que hacían mover la rueda, al son de las explosiones,  y otros fuegos que eran el entretenimiento de niños y adultos.


La particular historia de vida del artesano de la alegría navideña.

Francisco Antonio Gutiérrez, nació en el caserío Agua Clara, Municipio Valera Edo. Trujillo, cerca de Carmania, la histórica propiedad del padre Rosario, <<el día 5 de enero 1.908, hijo natural de Don Adilon Rumbos, y Elodia Gutiérrez, (de aquí el nombre de su hijo preferido y su nieto ambos de nombre Eladio Antonio Gutiérrez (privilegiados ya que le asignaron el primer nombre de la mamá y su segundo nombre). Elodia, su madre  <<muere cuando Francisco Gutiérrez, era un pequeño de nueve años de edad>> (Gutiérrez).

 Era hijo de un señor español, de fuerte carácter, que contrastaba con la personalidad de Francisco. David, hijo de nuestro personaje explicó: <<Adilón Rumbos, su papá conocido por ser un acaudalado hombre de negocios, de origen español, propietario de la Hacienda San Pedro, que comprendía casi todo el territorio de la ciudad de Valera, calificado por ser un hombre de carácter recio>>  (Ídem).  Siendo un niño, tomó la decisión de irse de la casa de familia, <<ya que en su condición de huérfano no recibe el trato que él esperaba de su padre, labrándose una vida llena de adversidades, dificultades y limitaciones, pero con el esfuerzo, esmero y pasión que aprendió de su hermana mayor de crianza Guadalupe Valero y la confianza en Dios, inicia esta nueva aventura, desarrollando una excelente creatividad y logra prosperar de manera sorprendente>>. (Ídem). Hizo sus estudios de primeras letras y muy niño se fue de la casa familiar en busca de nuevos  senderos, en los que pudiera desplegar sus inquietudes, adquirir conocimientos y vivir su vida  

Francisco  o Chico como le llamaban,  se casó en 1933, a los 25 años de edad con una hermosa  joven de 18 años de edad,  María de Jesús Uzcátegui, quien nació en 1915, en Monte Carmelo, Edo. Trujillo, y con ella <<engendró ocho hijos, de mayor a menor: Perpetuo Ramón, María Ernestina del Carmen, Francisco Omar, Edenis Josefina, Eladio Antonio, David Alberto, María de Jesús y Óscar Gonzalo Gutiérrez Uzcategui>> (Gutiérrez);  los cinco primeros, nacieron en La Puerta, y el resto en Valera.  La esposa murió en Maracaibo, en mayo de 1997.

Francisco Antonio Gutiérrez, se establece en la Puerta, y fomenta su familia y logra materializar parte de sus ilusiones y proyectos, su hijo David, rememora que en la comunidad fue,  <<conocido por ser un hombre cariñoso y protector con sus hijos, filántropo, generoso, servicial, integro con principios éticos, morales y espirituales bien formados que se gana el respeto y el cariño de la comunidad de La Puerta, convirtiéndose en el padrino de casi todos los niños de la época, recuerdo que a mis siete años de edad, en La Puerta, cuando íbamos para la Iglesia en todo el trayecto, los niños y jóvenes le pedían la Bendición, esto constituía para mí una gran satisfacción y admiración por mi progenitor>> (Ídem)El aprecio del que gozaba en el pueblo, lo fue convirtiendo en padrino de muchos niños de la comunidad, inclusive en su familia recuerdan cuando se hizo famosa la frase de  "Ahí están peleando los hijos de padrino". 

Un relato familiar.

Era melómano, le gustaba mucho la música, y tenía una antigua vitrola para recrear sus oídos. Rememora David, uno de los gustos de su padre: <<Entre sus posesiones más recordadas era una Vitrola que era un equipo de sonido de cuerdas, (sin electricidad) usaba discos de acetato, de 45 y 33 RPM., recuerdo escuchar y ver bailar con mucha alegría a las personas cuando escuchaban las Orquestas La Sonora Matancera, La Billo’s Caracas Boys, Los Melódicos etc. Toda la gente contemporánea con mi papá y jóvenes de la época aprendieron a bailar con esta Vitrola. (No existía el Reggaetón, perreo, ni vallenato)>> (Ídem). Recuerda nuestro colaborador Benito Rivas, que siendo niño le tocó en una fiesta en casa de Don Chico, a la que asistió con su familia, darle a la manivela de la vitrola por un espacio de tiempo y se iba turnando con otros niños, para que pudieran disfrutar y bailar la música.

En las localidades alejadas de las ciudades, es una característica del poblador,  el cuidar  y apreciar sus vehículos,  por eso,  <<Otra posesión que lo identificó era un Jeep Willys, año 1.953. Aunque tenía tres vehículos (Un camión 1.952, este lo regaló, el Jeep Willys, y una Camioneta Jeep). Todos estos vehículos comprados nuevos de paquete, cosa poco común aún para la gente rica de la época, conservó por mucho tiempo el Jeep Willys>> (Ídem). Se marcharon esos tiempos.


Los mandatos de la medicina y la herbolaria.

Desde muy joven fue estudioso de la herbolaria y observador de los temas de salud y medicina. Se convirtió en practicante de medicina y puso en alto su destreza para curar heridas y torceduras, pero siempre bajo la instrucción y dirección de un medico, inyectaba y administraba a los enfermos  las medicinas, muchas de ellas naturistas, que ordenaba el facultativo. Recuerda su hijo David Gutiérrez, que, <<Francisco Antonio Gutiérrez era un hombre polifacético, desarrollaba múltiples disciplinas, la más destacada era que él fue practicante de la Medicina, llegó a ser  asistente del Dr. Parajan (Parjan), un reconocido médico de la época en La Puerta>>; el Dr. Luis Parjan, de origen húngaro,  medico graduado en la UNAM, en la ciudad de México, fue el pediatra de varias generaciones de valeranos, y estuvo muy ligado a la población de La Puerta. Murió en 2020, en Panamá. 


Algo anecdótico y la gente admiraba fue que, <<<<mientras este médico Parajan (Parján) estaba sin atender a nadie, papá en cambio tenía cola de pacientes para ser atendido por Don Francisco, con excelente resultados, obviando al profesional de la medicina Dr. Parajan, que además de diagnosticar a los pacientes también fabricaba una parte importante de las medicamentos que prescribía a sus pacientes con éxito sorprendente, el resto recomendaba a la Farmacia Sucre, recuerdo que cuando vivíamos en La Puerta, lo visitaban personas de Las Virtudes Edo. Mérida, y viceversa, cuando vivíamos en Las Virtudes, asistían pacientes de La Puerta, a tratar su salud con él >> (Ídem).  Parján fue considerado un buen médico, tuvo su consultorio en la antigua Clínica Jhonker, de la ciudad de Valera, hoy Clínica Rafael Rangel, donde estuvo Francisco Gutiérrez, como su asistente.  


Don Chico Gutiérrez, el polifacético.

Trabajó el metal, elaboraba alambiques, artesano, tuvo en su casa en calle 1 con avenida Páez, de La Puerta su taller, donde trabajó la madera, hizo muebles, pero también se ocupaba en lo que sería su actividad fundamental: la pirotecnia y la elaboración de las famosas "piedras", usadas por los muchachos en Navidad y en las fiestas populares de los pueblos andinos. 

Francisco Gutiérrez, de joven fue curioso, detallista, con sus pocos estudios formales, fue autodidacta, incursionó en varias disciplinas, que lo fue capacitando para ser un hombre multifacético y útil a su comunidad, <<<<conocía el arte de la Carpintería, mecánico, albañil, plomero, soldador, construcción de viviendas, aunque nunca le prestó estos servicio a nadie si los ejecutó ayudando a la comunidad y construyendo sus propias viviendas ya que tenía siete de ellas construidas por el mismo (cuatro en la Puerta, una en Las Virtudes, unan en Los Caraños, estas dos, en el Edo. Mérida y una en Maracaibo. Sector 23 de Enero); también fabricaba jabones medicinales, lámparas y plantas de Luz con carburo, grasas, conos para barquillas, mantequilla exquisita>> (Ídem). Recuerda el puertense Jorge Albarrán, quien hoy vive en el estado La Guaira, que siendo muchacho, y por vivir cerca de Don Chico, él fue su ayudante, y le hacía diligencias y mandados a quien considera un hombre de mucha sabiduría.

Edenis Josefina, hija de Francisco, recuerda que vio a su papá <<hablar ingles fluido con unos personajes importantes, él nos enseñaba pero desconocía esta habilidad, esto fue como resultado de que cuando era soltero a los 22 años viajó a las Islas del Caribe, con un investigador y científico venezolano que se me escapa el nombre, donde aprendió este idioma>> (Ídem).


Hombre de principios y el valor de la palabra.

Fue un buen padre de familia y buen colaborador y respetuoso de su comunidad, donde logró labrarse el respeto de todos, Don Francisco Gutiérrez, gustaba de expresar sus ideas y principios ciudadanos. Sus decíres no eran solo promesa u oferta barata.  El mismo David Gutiérrez señala que <<Don Francisco como era conocido, tenía frases que lo escuchaba cuando aconsejaba estas eran: La persona que se roba un medio (Bs. 0,25) se roba un millón. Otra frase era: La persona que no sirve para nada, sirve para manejar un carro>>; muy cierto esto. 

Francisco Antonio Gutiérrez. Imagen cortesía de David Gutiérrez. 

En una oportunidad, un señor conocido le gustó y le propuso comprar una casa que había construido, Gutiérrez aceptó vendérsela por 4 mil Bolívares. Un pariente le dice que cómo iba a vender en ese precio, si valía el triple. Francisco le respondió: - yo, ya dí mi palabra (Conversación telefónica con David Gutiérrez.   10-12-2022). En efecto, la vendió en 4 mil Bolívares. 

Vicisitudes 

Un día, viajaba en su apreciado Jeep Willis, y le llegó a la parte trasera del carro de un norteamericano; este, se bajó “engorilado”, como era de contextura fuerte, lo  agarró y lo alzó por los brazos, Francisco reacciona y le dio un cabezazo y le partió la nariz. Cuando le preguntaron de aquel hecho, dijo: - ¡A mí ningún musiú me va a venir a joder! (Ídem). Reacción criolla y nacionalista.

Su hijo David Gutiérrez, quien colaboró para la elaboración de esta semblanza, es un destacado ciudadano, presidió el Rotary Club de Maracaibo, cursó estudios de Teología, en Texas, Estados Unidos, allá se avecindó y es Pastor de una Iglesia, y actualmente, es empresario y dirige una organización de hombres de negocios en Texas. 

Francisco fue el causante de ese tiempo de las caras sonrientes de los niños y jóvenes de nuestra Parroquia La Puerta. Era el anunciador de la llegada de la felicidad, alegría y magia de la navidad. Envolviendo a todos en aquel maravilloso ambiente popular y religioso, dado por los artificios creados en su casa que constituían el atractivo y principal aderezo de nuestras tradiciones y celebraciones andinas.  Francisco Gutiérrez <<partió a las Moradas Eternas, el Viernes Santo 24 de Marzo de 1978, en el Hospital Central de Maracaibo, por insuficiencia renal>>,  a la edad de 70 años. 

Fue la creación de Francisco Antonio Gutiérrez: su pirotecnia, que afloraba los bonitos deseos de reír, compartir, obsequiar, visitar a los familiares y amigos, y esa espiritualidad navideña de desear lo mejor y la prosperidad para el venidero año. Vida y obra, que merece ser reconocida y  registrada en la historia local y cultural de nuestra comunidad.

La Puerta, diciembre 2022.

omanrique761@gmail.com 

 

 


jueves, 15 de diciembre de 2022

Ascenso en 1970, a la zona del accidente aéreo de 1950.

 Ascenso en 1970, a la zona del accidente aéreo de 1950.

Oswaldo Manrique.

En el mes de diciembre de 1970, un grupo de jóvenes estudiantes y trabajadores, que formaban parte del Club Juvenil, del sector La Hoyada de La Puerta, estado Trujillo, organizaron como actividad conmemorativa de los 20 años del accidente aéreo del Douglas DC-3- C47-DL  de Avensa, en el que falleció un significativo grupo de estudiantes venezolanos, el primer ascenso colectivo al sitio Cañada Grande,  en el Páramo de Las Siete Lagunas, a una altura de 2.800 m.s.n.m.  Iban marchando con sus marusas y frazadas sobre los hombros, con alegría, entusiasmo y las ganas de conocer el sitio del accidente. 

En esta vieja fotografía, de izquierda a derecha, parte del grupo de jóvenes excursionistas, en Cañada Grande, en diciembre de 1970; de pie, cargando la esfera metálica encontrada, Regulo Torres "la Papa"; Alfonso Briceño y otro, sostienen la lámina metálica del avión siniestrado; sentados Pedro Abilio Castillo, Alirio Araujo, Pedro Pablo Rivero, y Alfonso Araujo.  También se ve a Marcos Salcedo, Antonio "Toñito" Torres, Eccio Moreno y otros jóvenes de la Parroquia. 

Salieron del casco urbano de La Puerta, caminando hasta La Lagunita, aquí, pernoctaron en un galpón de Eustoquio Araujo. En la mañana al desayunar, emprendieron la marcha, poco a poco y con el mismo ánimo.

La ruta que emprendieron los excursionistas fue entrar por el Paramito, a veces iban en fila, otras en grupo, cantaban, reían, conversaban, contando anécdotas.  Llegaron a Piedras Blancas, descansaron un rato, reanudaron la caminata y pasaron por el helado Chegué, el lugar de casas vacías; continuaron  hasta que vieron la Cruz Colorada, que anuncia el camino de la Laguna Negra (Santuario Indígena Maen Shombuk o Siete Lagunas), y finalmente, llegaron a Cañada Grande, a la casa de paso que allí está construida, había gente, y atendieron a Eccio Moreno, que le dio tembladera y quedó sin oxígeno, el temido mal de páramo. Le prepararon un bebedizo de frailejón y manzanilla, que lo recuperó. 

En la imagen, parte del grupo de excursionistas que subieron a conocer y recorrer el sitio del accidente del avión de Avensa (Cañada Grande, Páramo de La Puerta), ocurrido en 1950. 


Entre los que hicieron el ascenso, según el recuerdo de Alfonso Araujo y Jorge Mendez, se encontraban Pedro Abilio Castillo, Alirio Araujo, ejerce como educador,  Eccio Moreno (+), fue educador, Jorge Méndez, hoy abogado, Pedro Pablo Rivero, se formó Guardia Nacional, hoy jubilado, Marcos Salcedo "la Chuta", también funcionario de la Guardia Nacional, Regulo Torres (+) "la Papa", Toñito Torres (+), Alfonso Briceño, jubilado, Angel Alfonso Araujo, fue Prefecto de La Puerta, la mayoría estudiantes del liceo Rafael Rangel. 


En la imagen,gente del caserío Cañada Grande, con parte del grupo de excursionistas que subieron a conocer y recorrer el sitio del accidente del avión de Avensa (Cañada Grande, Páramo de La Puerta), ocurrido en 1950. 


Tres de los participantes del ascenso, Pedro Pablo Rivero, Alfonso Araujo y Jorge Mendez, en amena y reciente conversación sobre el tema recordaron que en esa excursión estuvo Luis José Rodríguez, oriundo de Caracas, estudió en el Colegio Nuestra Señora de La Paz y vivía en la casa de Nerio Rodríguez, le costó subir, pero llegó.

En Cañada Grande permanecieron 3 días, conociendo y recorriendo el área del accidente, conversaron con algunos de los testigos que presenciaron el suceso, y aprovecharon de compartir los comestibles que llevaron con gente de este caserío montañero. 

Ángel Alfonso Araujo, entre frailejones de Cañada Grande, años después, seria el Prefecto de La Puerta. Gráfica cortesía de Pedro Pablo Rivero.

Una señora y su hija, habitantes de esa serranía.


Entre frailejones de Cañada Grande, cargando su morral, Alfonso Briceño, del grupo de excursionistas de La Puerta. Cortesía de Pedro Pablo Rivero. 

El día 15 de diciembre de 1950, en este sitio, fallecieron 27 estudiantes de bachillerato del Colegio San José de la ciudad de Mérida, un estudiante universitario y los tres tripulantes del avión; ésto causó muchos días de profunda consternación en el país  y quedó como hito de tristeza en la historia de la cotidianidad de nuestra comarca.


El latón del avión de los muertos y la esfera brillante.

El mismo día que transitaron por la hermosa Laguna Negra, donde no existía la Capilla San Francisco Javier, que construyeron años después los maestros, familiares y compañeros de estudios de las víctimas del accidente, bajaron hasta Cañada Grande, y luego a una cascada, a la pequeña laguna casi paradisíaca, desde donde se ve el lago de Maracaibo, que se encuentra ubicado, antes del lugar donde está parte del fuselaje y los restos de la aeronave siniestrada.

En la imagen, parte del grupo de excursionistas que subieron a conocer y recorrer el sitio del accidente del avión de Avensa (Cañada Grande, Páramo de La Puerta), ocurrido en 1950. 


Explicaron Méndez y Alfonso Araujo que por lo empinado del sitio donde cayó el avión de Avensa, la fuerte neblina y lo frondoso, caminaron hasta donde pudieron, no contaban con implementos de seguridad para bajar más profundo. Sin embargo, lograron observar la dispersión de las partes del avión, en diferentes lugares. 

En la gráfica, se puede observar a parte de los excursionistas de 1970, entre ellos, en primer plano a Regulo Torres "La Papa", atrás sentados a Alfonso Briceño y a Alirio Araujo. Cortesía de Pedro Pablo Rivero. 


Uno de estos excursionistas, consideró bajar al pueblo, un pedazo de latón de aluminio del avión siniestrado, como prueba de haber llegado al sitio del siniestro., otros creyeron conveniente bajar una esfera metálica brillante o bola de hierro, que parecía una bobina o arranque de la aeronave, en fin bajaron como pudieron las dos piezas. 

Niños de esta serranía. 


 El pedazo de latón, que medía metro y medio de largo, lo firmaron todos estos excursionistas, y lo exhibieron un tiempo largo en el local del Club, ubicado en la esquina de la calle 2 con avenida Páez de La Puerta. 


Varios excursionistas acompañados de niños de esta comunidad serrana. 

Cuando iban de regreso a La Puerta -recuerda Alfonso Araujo-, que bajando, ellos comentaban, que el ascenso los llenó de mayor espiritualidad, por haber logrado llegar al sitio del accidente aéreo, donde encontraron  mucha tranquilidad, pero además con gran satisfacción por el hermoso paisaje que encontraron en todo el recorrido que hicieron a este Páramo, una de las serranías guardianas de nuestra Parroquia.

La Puerta, diciembre 2022.



sábado, 10 de diciembre de 2022

Doña Arminda Elena Valera de Mejía, maestra de ejemplar templanza.

 Doña Arminda Elena Valera de Mejía, maestra de ejemplar templanza.


Por: Oswaldo Manrique.


Hablar de esta connotada educadora, significa exaltar los valores humanos, la escuela, la cultura y la espiritualidad de Mendoza del Bomboy. Se le reconoce como una de las docentes más destacadas y recordadas por la población de Mendoza del Bomboy. Su nacimiento coincide con uno de los hechos históricos más significantes del magisterio latinoamericano, la creación de la Sociedad de Maestros de Instrucción Primaria, bajo el liderazgo firme del maestro de maestros Luis Beltrán Prieto Figueroa, es decir, en plena dictadura gomecista. 


La profesora Arminda, nació el 12 de octubre de 1932, en un pintoresco y pequeño pueblo conocido como Mitón, jurisdicción del Municipio Candelaria, estado Trujillo.  Descendiente de una familia de reconocido aprecio local, vinculada a los sectores de la agricultura, docencia y otras actividades profesionales. Arminda inició su formación, como cualquier niña mitonence de su época, en la modesta escuela que funcionaba en el pueblo, donde recibió las primeras letras y enseñanzas.  

Al concluir sus estudios en educación, ingresó al campo de la docencia, dando clases, y estuvo muchos años en la Escuela Padre Rosario, en la población andina de Mendoza. El carácter amoroso, entusiasta y comunicativo en su labor, dejó una hermosa y profunda huella en el espíritu de los que tuvieron la dicha de recibir sus enseñanzas. 

En cada pueblo rural andino, la cotidianidad es compleja,  marcada por el espacio, clima, recursos naturales, religiosidad, costumbres, su pequeña oligarquía,  sus curas, y la escuela, a esa combinación está sujeto  su modo de vida, de ser, de pensar, de actuar, de reaccionar; por supuesto, el poblador, le da gran valor a esa realidad, está dispuesto a mantenerla de alguna manera,   lo  que culturalmente está arraigado desde los tiempos de sus ancestros, y no quiere cambiarla. 

Cuando llegó Arminda Valera, a la escuela de Mendoza, a trabajar con aquel animo   y armada con frescos, modernos y transformadores conocimientos en el campo de la educación para aplicarlos,  se encontró con serios tropiezos, de personas que no consideraban conveniente la atención de sus novedosas enseñanzas. Pero de todas estas vicisitudes, aprendió que estaba sola, apenas con la solidaridad de algunos docentes y alumnos; situación que debió enfrentar abriendo su mano caritativa.  Asi, siguió adelante en su labor magisterial y en su caritativa labor social  en favor del más necesitado y en la actividad religiosa, en aquel pueblo desconocido para ella,  de esa forma fue venciendo los miedos, y a la vez, conociendo aquel hermoso valle fresco y productivo.

Su compañera de labores y colega Gloria Reinozo, expresó de ella, lo siguiente <<Educadora... quien ha hecho abstracción de las espinas que en este duro apostolado le han herido su sentimental espíritu... pero ...ha dejado la diestra puesta sobre el alma de los niños y la otra sobre el pedestal eterno de la educación>> (Reinozo, Gloria. Palabras de despedida a la Directora de la Escuela Padre Rosario. En papel. Mendoza. 1995); al parecer, con estas palabras se reivindicaba un poco, lo que tuvo que aguantar doña Arminda, en su duro esfuerzo y trayecto pedagógico. 

Arminda Elena Valera de Mejía, que tanto sus cercanos, como los no tanto, la llamaban Doña Arminda, seguramente por su templanza y  emprendedora  inteligencia, de extenso vocabulario que expresaba con suave voz y fina dicción, marcó de admiración y pertenencia a este Valle trujillano, de valores como el esfuerzo y estudio, asi como de una innegable sensibilidad cívica, bondad y de servicio a su comunidad. 

Reinozo, de su hermosa prosa, le recuerda en vida, ante la congregada reunión de despedida del plantel donde vertió todo su conocimiento educativo:  <<Maestra, usted llegó a este pueblo con la edad en que todo se ve color de rosa, aquí ha transcurrido la mayor parte de su vida, contrae nupcias con un mendocero, forma su entrañable hogar, y más tarde da frutos de su amor, tres hijos que complementan su dicha; sin olvidar a su tierra natal Mitón ni a su círculo familiar>> (ídem).  Los Valera de Mitón, es un grupo familiar muy extendido en Trujillo,  inclusive, se puede encontrar gruesas ramas en el Zulia y en Lara. Doña Arminda, como le llamaban por respeto en el pueblo, se casó con Pedro Luis Mejía, que trabajó muchos años en la línea de transporte Valera -Mendoza; procrearon a Soraya, Luis Eduardo, trabajó en CANTV, destacado deportista, fue miembro de la selección de softbol del estado Trujillo, José Manuel y Beatriz.  

Mitón, donde están las raíces de doña Arminda, es un sitio de clima fresco, está situado en una franja de rocas, algunos lo describen como encaramado en el estribo de la Loma de Durán,  a una altura de 1.244 msnm, pueblo pequeño, agrícola cafetalero,  cerca están los pueblos Chejendé, Torococo y Mitimbús. Son gente amable y religiosa, sus patronos son Santa Filomena y San José, pero al pasar el tiempo, Arminda sucumbió ante los encantos del mágico Valle de Bomboy y su gente. 

La misma profesora Reinozo, le reconoce como voz del pueblo, la larga y benefactora labor desempeñada, <<Más tarde se gana el cargo de directora el cual asume con verdadera eficiencia y eficacia, sobresaliendo muy por encima del nivel honroso de las gentes laboriosas>> (ídem); ¡Que fortaleza y vocación!  Demostró gran vocación por la docencia, amaba la educación y a ella le dedicó su vida. Esta maestra fue jubilada a los 62 años de edad. La profesora  Arminda, fue titular de la Cédula de identidad personal fue la N° V- 1.398.822,  vivió la mayor parte de su vida en una casa de la población y parroquia Mendoza, valle de Bomboy, Municipio Valera, estado Trujillo, Venezuela.  

Aquel día de 1995, de celebración y despedida porque dejaba la institución Padre Rosario, para disfrutar de su bien ganada jubilación, la profesora Reinozo, la comprometía, al decirle: ante los presentes en el homenaje, <<Sabemos que su jubilación no puede ser para olvidarnos>> (ídem); en efecto, la institución siempre contó con el apoyo solidario de esta destacada educadora de ¡Nuestro hermoso valle de Bomboy! 

La Puerta, diciembre 2022.
omanrique761@gmail.com 

jueves, 1 de diciembre de 2022

La profecía del Dr. Fausto, llegó al Bomboy

 

La profecía del Dr. Fausto, llegó al Bomboy.



Por Oswaldo Manrique



Afirmó el historiador Francisco Herrera Luque, que hasta el año 1775, no se tenía fuente fidedigna de la existencia real del Dr. Fausto o simplemente Fausto el hechicero, cuando se localizó la  misiva de Felipe. Sí, hubo antes, referencias en el campo del espiritismo y de la brujería del siglo XVIII, sobre este pronosticador de sucesos inolvidables (Herrera Luque, Francisco. La huella de Fausto en Venezuela. En: Bolívar de carne y hueso. Pág. 122. Editorial Ateneo de Caracas. 1983). Fue la Dra. Federica Ritcher, que tradujo y publicó en Boletín de Academia de la Historia (1964), una carta escrita en la ciudad de Coro en 1540, a 3 años de haber sido fundada dicha ciudad por el welser Juan de Ampíes. 


El autor de este documento, es Felipe de Hutten, de 29 años de edad, quien le refiere detalladamente a su dilecto hermano Mauricio, Obispo de Würzburg, las vicisitudes que vivió en el territorio que se convertirá en Venezuela. Felipe, es miembro de una de las más antiguas y nobles familias de Alemania. Nació en 1511, segundo vástago de Bernardo de Hutten, representante del emperador alemán. 

Las profecías consisten en predecir situaciones futuras, basados en diferentes fuentes, algunos como los doce profetas menores que le dieron contenido al Antiguo Testamento, en la inspiración divina; otros, como el europeo Camerarius, cimentados en sus conocimientos de astrología. También los hay, aquellos que se fundamentan en el estudio de las señales y características que observan de algunas situaciones precedentes, reales y concretas. Metodológicamente, quizás, este tema sea considerado como conjetura y lesione la sensible mirada de “La Ciudad Letrada” trujillana, en su labor de enjuiciar todo nuevo tópico que sea desempolvado.  

Cuando Felipe, joven explorador, hace preparativos para partir de Europa, hacia Venezuela, <<aparece Fausto en la sede episcopal. Llevado de la mano de Daniel Stevar, un fraternal amigo de Hutten, Fausto, luego de trazarle su horóscopo se muestra espantado de lo que la voz de los hombres, seguramente, le hizo ver en los astros, ya que eran escandalosos, aunque exiguos, los mineros alemanes que retornaron vivos de la primera expedición que en 1529 llegó a Venezuela>> (Frank Barón. "Doctor Fausto from History to Legend”. 1978. En Herrera, 124). Continuando Barón, su relato, el señalado hechicero, apoyándose en sus conocimientos zodiacales le dijo a Felipe, <<No debe marcharse, cuando la luna está en Piscis en oposición a Marte, auguro grandes desventuras y un trágico final>> (Herrera, 124). Al conocer de esto, el mago Camerarius, y sabiendo la excesiva codicia de los Habsburgo y de sus banqueros, comenzó a burlarse de aquel "profeta menor", y consigue convencer a Felipe y a su hermano Obispo. 

A finales de 1534, sale la expedición en busca del ansiado El Dorado a la Casa del Sol, principal objetivo de dicha empresa. Por su parte, Fausto sigue insistiendo en los peligros dramáticos, que acecharán a Hutten. Camerarius, al enterarse, le escribe a Stevar, <<No os preocupéis por lo que dice Fausto; no son más que supersticiones infructuosas que os mantienen en suspenso con no sé con qué tipo de trucos>> (Barón. En Herrera, 125). En 1537, publicó un libro en el que menciona la expedición y le auspicia prospero desarrollo y término feliz, por lo que habría mayor riqueza para los welser y para el monarca alemán. 

Felipe de Huten (o Urre), llegó a ocupar el importante cargo de  Capitán General de Venezuela; sus hermanos años después, en carta dirigida al rey Felipe II, encontrada en la Colección de  Documentos de Indias, Tomo V, referida por el historiador Ángel de Altolaguirre y Duvale,  al fallecimiento de Jorge de Spira, indicaron que <<la Audiencia de Santo Domingo proveyó por capitán general de dicha provincia (Venezuela) al dicho Felipe Huten>> (Relaciones Geográficas de la Gobernación de Venezuela. p.176. Ediciones de la Presidencia de la República. Caracas. 1954).   

En efecto, <<Desde el año de 1533 había sido elevado Coro al rango de Obispado, cuya silla ocupaba don Rodrigo Bastidas, que fue nombrado provisionalmente gobernador de Venezuela por la Audiencia de Santo Domingo, mientras la Corte proveía la vacante de Spira. Tenla este prelado por lugarteniente de su autoridad civil a Felipe Urre, pariente en todo de los Welsers y por agente de sus empresas a Pedro Limpias, capaz de serlo de Alfinger. El descubrimiento del Dorado era la manía favorita de los españoles en la Costa Firme, y los dos comisionados del obispo Gobernador partieron por diferentes puntos a renovar en busca de este tesoro las vejaciones de los factores alemanes>>  (Bello, Andrés. Resumen de la Historia de Venezuela. En: Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes).  Fue  delegado del gobierno provisional del Obispo Bastidas.

Al año siguiente, Felipe de Hutten, le escribe (Coro, 1538), a su padre, contándole todos los <<sufrimientos, terribles penalidades e insólitas sorpresas>> que ha tenido que padecer. Para ese momento, de los 490 hombres que partieron de Coro en busca de la Casa del Sol, solo quedan con vida 150, producto del hambre, enfermedades y la belicosidad de las tribus. Uno de los espeluznantes relatos fue aquel, en el que les tocó comer <<gusanos, hierbas, raíces...aún devorando algunos carne humana contra la naturaleza...Un cristiano fue encontrado cuando cocinaba con hierbas un cuarto de muchacho indio>> (Herrera, 124-125). Se cayeron de cuajo, los augurios de Camerarius.

Señala Altolaguirre y Duvale, que, la cuestionada <<política de aventuras solo son imputables a los Welser, pues si bien a Huten correspondía, como a Capitán General, todo lo relativo a entradas y descubrimientos, al fin y al cabo no era más que el ejecutor de las ordenes que le dictaba la Compañía mercantil alemana, que a toda costa quería llegase a las ricas comarcas de que tan favorables noticias habían traído Espira y los compañeros de Alfinger>> (Relaciones Geográficas de la Gobernación de Venezuela. p.176). Cuando el monarca español retoma el control sobre las tierras en América,  prosigue igualmente las aventuras: la invasión, el despojo, el saqueo y el genocidio.

Una de las entradas historiográficamente mas recalcadas en la búsqueda de oro, ocurrió  <<En agosto de 1541 Felipe de Hutten (o Urre) salió de Coro a descubrir, siguiendo una ruta paralela a la que habían llevado Federmann y Espira; cuatro años y medio duró la expedición>> (Relaciones Geográficas de la Gobernación de Venezuela. p.176. Ediciones de la Presidencia de la República. Caracas. 1954).

La profecía del popular Fausto se cumplirá, a los pocos años. En la obra Los Welser en la conquista de Venezuela, de Juan Friede, se encuentra el infeliz desenlace. En 1546, como lo testimoniaron los indios Magdalena y Perico, Hutten, el buscador de El Dorado,  en una noche de luna llena, en una celada al pie  de la Sierra de Coro, es capturado por un antiguo y resentido escribano de los Welser, así,  <<encontrará la muerte por obra de un felón llamado Juan de Carvajal, quien,...le disputa al germano su derecho a gobernar la Provincia>> (Herrera, 127). Como era noble, tuvo que decapitarlo con arma de metal noble, lo que hizo ordenándole a un esclavo, lo degollara con un plebeyo machete, que <<para mayor suplicio, esto embotado>>, los españoles odiaban al alemán. 

El mismo Altolaguirre y Duvale, narró asi el hecho:  <<Tuvo Felipe de Huten la desgracia de pasar por allí (El Tocuyo, tomado por Carbajal), a la vuelta de su frustrada expedición en busca del Dorado, y temeroso Carbajal de que haciendo valer sus derechos, le quitase el gobierno que había usurpado, le dio muerte…(1546) y los principales de la gente de Huten>> (Relaciones Geográficas de la Gobernación de Venezuela. p177. Ediciones de la Presidencia de la República. Caracas. 1954. Después vendrá la página del desbarate de Lope de Aguirre, del que el capitán Francisco de Graterol, trajo una mano a enterrar en la plaza de Trujillo. 

Según nota del historiador Ángel de Altolaguirre y Duvale,  <<en los siglos XVI y XVII el español emigraba a América en busca de aventuras; atraianle al Nuevo Mundo, con irresistible fuerza, las maravillas que de él se contaban, los peligros y azares de la conquista, la variedad e tipos y costumbres de sus habitantes y, sobre todo, la esperanza de adquirir gloria y fortuna en poco tiempo; por esto se encontraba siempre gente dispuesta a tomar parte en las expediciones de descubrimiento, y muy poca para labrar los campos, comerciar o establecer industrias>> (Relaciones Geográficas de la Gobernación de Venezuela. p. XI. Ediciones de la Presidencia de la República. Caracas. 1954); sobretodo gente ganada para la violencia.

Sobre la crueldad y la violencia desatada por estos europeos (alemanes, españoles, portugueses e italianos, gran parte de los historiadores extranjeros y nacionales reconocen que era debido a su incultura y rudeza en el siglo XVI, Mr. Humbert, en su obra L’occupation allemande du Venezuela, expuso <<los conquistadores del siglo XVI, cualquiera que fuese la nación a que pertenecían, presentaban todos el mismo carácter>>   (Relaciones Geográficas de la Gobernación de Venezuela. p XII. Ediciones de la Presidencia de la República. Caracas. 1954). Debemos agregar, la ambición desmedida de estos personajes, por obtener fortuna fácil, tierras; por eso, el lento desarrollo económico por lo menos hasta 1728, que fluyó de alguna manera basado en los conocimientos y técnicas de labor de nuestros indígenas que fueron esclavizados, asi como, las fuentes de agua y los caminos serranos que conducían al lago de Maracaibo, para sacar la producción; igualmente, ocurrió lentitud en cuanto a lo político y social de nuestra provincia, <<los vecinos estaban todos “bajo el toque de campana” (en la Puerta, se le llamó “la matraca” en tiempos de la dictadura); mas adelante escribe: <<el párroco enseñaba la religión cristiana, la escritura y gramática castellana y las cuatro primeras reglas de aritmética, con lo que se daban por bien instruidos>> (Relaciones Geográficas de la Gobernación de Venezuela.  p. XXVI. Ediciones de la Presidencia de la República. Caracas. 1954); esto, no era para los indígenas.  Sobre esas características psicosociales, se puede leer Los Viajeros de Indias, obra del Dr. Francisco Herrera Luque.

 Herrera, al concluir su historia, cargada de directas y colaterales leyendas, sobre el Mefistófeles de Fausto, sus viajes siderales, quien se hizo famoso por su pacto con el demonio, a cambio de perenne juventud, el personaje de Goethe como elegante invisible, con aquello de <<es tan horrible su aspecto que sería contraproducente invocarle en imagen>> (Herrera, 129); leyenda del propio demonio, seguido por su transmutación en perro negro, <<que deja por donde pasa una línea de fuego>> (Herrera, 133); afirmó que el Dr. Fausto, no se equivocó en cuanto a la precisión y acierto de su profecía para Venezuela, adjuntando la siguiente pregunta: <<¿cuál es la huella de ese hombre excepcional y de este tremendo drama en nuestro medio, en nuestra historia, folclore y consejas? ¿Qué sucedió en Venezuela, donde necesariamente se tuvo noticias de la profecía y todos fueron testigos de su fiel cumplimiento? 

Es indudable que Hutten, comentó a sus compañeros de expedición, a los pobladores de Coro, a los alemanes que aquí quedaron, el acierto de Fausto el hechicero, el hombre del ocultismo, en cuanto al destino de su expedición. Agrega Herrera Luque, otra interrogante sobre los testigos de este drama ¿Qué sucedió con aquel reducido contingente de hombres de donde arranca la nacionalidad?  Se refería a capitanes que  como  Juan de Villegas, Diego de Losada y como Francisco Infante, fundadores de ciudades, antepasados infinitos y forjadores de la historia, es bastante probable que hayan conversado de ello, a pesar de sus creencias. 

Pero al Dr. Herrera Luque, se le escapó el nombre de uno de los principales guerreros españoles que acompañaron a Hutten en su empresa, el capitán Sancho Briceño, quien fue el primer alcalde de Coro, quien  tuvo vasto conocimiento del dramático periplo de Hutten en Venezuela y de la materialización de la profecía de Fausto.


La profecía de Fausto, llegó a Trujillo.


El alcalde Briceño, sin dudas, fue testigo fiel y presencial del cumplimiento de tal profecía, tan cercano que estuvo del linajudo germano en los objetivos de su expedición.  El viejo cronista Juan de Castellanos, en el canto Segundo de su obra Elegías de Varones Ilustres de Indias, lo llamó <<joven de siniestro hado>>.

Dar una respuesta al requerimiento de Herrera Luque, tendríamos que señalar algunos indicios, quizás genéricos, en el campo histórico, etnológico, cultural y el de creencias, que es muy amplio en mi localidad. En la mentalidad serrana de La Culata, particularmente en los predios de La Lagunita y el Páramo de La Puerta, se relata lo del infernal y grande “perro negro con ojos de fuego”, nuestro amigo Alfonso Araujo, quien fue Prefecto de esta Parroquia, recuerda que en una oportunidad, le impidió el paso hacia Quebrada Seca. Para los primeros pobladores el Keuña, enemigo de Kachuta, Dios bueno, lo identifican con el azotador español, es posible que tenga algo del demonio faustiano. 

    El mismo Herrera Luque, señala lo de los espíritus burlones y pequeños, que en Las Siete Lagunas, llamamos Momoes o momoyes, fuente de tantos mitos y leyendas, también el jinete sin cabeza, que algunos han visto o escuchado a las 12 de alguna lúgubre noche, por nuestros caminos, que pudiera recordar el triste final de don Felipe de Hutten, que en conjunto formarían parte del mito fáustico. 

Pero no es eso, lo que considero significativo, es otro aspecto referido a la presencia, por lo menos del conocimiento de la profecía de Fausto en el valle de Bomboy, que fue el asiento de la estancia del matrimonio del capitán español Sancho Briceño y doña Antonia Samaniego Cuaresma de Melo y de su descendencia.

El Maestre de Campo Sancho Briceño verdugo y Álvarez de la Caxel, Conquistador y Poblador de Indias, fue Alcalde de Coro en 1528. Participó en la expedición de Felipe von Hutten (o Hutre), que se internó tierra adentro por espacio de cinco años (1542 a 1547); en estas incursiones fue herido de flechas y estuvo a punto de morir. 

En 1558, con Francisco Ruiz de Vallejo, participó en la entrada contra los Cuicas (Coycas), en el repoblamiento de Trujillo y aquí se residenció, fomentando haciendas, hatos, industria y residencia en el valle de Bomboy, bienes que siguieron poseyendo sus herederos. 

Su hija Ana Briceño Samaniego, se casó con el capitán Francisco de La Bastida, de los fundadores de la ciudad de Trujillo, quien también se residenció en dicho Valle, colindando con su suegro.  Afirma Vicente Dávila que,  de la <<Bastida conocía de las ejecutorias que su suegro tuvo de presentar, cuando salió de Arévalo su patria, probando su hidalguía, según la usanza de aquel tiempo entre las personas de lustre que venían a las conquistas de Indias>> (Dávila, 5).  Fue una fuerte y duradera alianza familiar, económica y de poder político en Trujillo. Sancho, es séptimo abuelo del mártir Antonio Nicolás Briceño y sus hermanos próceres, nacidos en el Valle de Bomboy, al igual que de los La Bastida.

Un descendiente, el Dr. José de Briceño, escribió en 1884, sobre <<ese inexplicable enemiga que persigue nuestro nombre...a pesar de su limpieza y lustre>> (Dávila, 364); y explicó <<D. Sancho Briceño fue el progenitor de la familia de este apellido en la ciudad de Trujillo>>; Baralt sin embargo, se refirió de este como <<se envió a la Corte de España un tal Sancho Briceño, ...vocablo ... según la Academia, indica, desprecio. Primer estigma>>, afirmando que ese mácula ha caído sobre sus descendientes.

Agregó el mismo Dr. De Briceño,  que a su abuelo Antonio Nicolás Briceño del Toro, conocido como el Abogado, sus servicios a la Corona, entre ellos haber enfrentado y neutralizado la incursión de los Comuneros en tierras trujillanas, fueron mal recompensados. Al hijo de este, que fue coronel y abogado <<el famoso Antonio Nicolás Briceño (el Diablo), primer mártir de nuestra Independencia, el fogoso constituyente de 1812, en el primer Congreso de la República, derrama su sangre en patíbulo, y los historiadores patrios le apellidan asesino porque declaró la guerra a muerte... ¡Estigma!>> (Ídem). 

En la continuación escribió que, <<Su hermano Dr. Domingo Briceño Briceño, el Libertador de Maracaibo...su fortuna la perdió en la guerra magna, y los Representantes de un Congreso de Venezuela, le negaron una pobre pensión que solicitaba en su achacosa ancianidad. ¡Estigma!>>. Al finalizar su carta, mencionando la hipócrita actitud del presidente Guzmán Blanco, hacia los Briceño, apuntó << ¿Qué más? ...¿No he tenido razón para creer que nos persigue una misteriosa e incomprensible estigma? (Dávila, 365). 

Puede que se vea este tema como fatalismo o mera especulación, pero cuando es comentada intrafamilia y además escrita y explicada por uno de sus integrantes, se convierte en una especie de realismo histórico crítico. 

Según la tesis de Herrera Luque, pudiera entenderse y extenderse el efecto dramático y cruento de la profecía en nuestro medio y en la historia local y regional, que sería tema para investigadores. Lo que sí se aprecia de lo anterior, se induce, se intuye, se presume y es indicativo, que la huella de Fausto, llegó a Trujillo; pero me abstengo, de analizar si en la vieja y actual situación política, económica, cultural, espiritual y social, pudiese tener incidencia dicha aciaga predicción.

La Puerta, diciembre 2022.

omanrique761@gmail.com 

 

Agripina Burelli Garcia de Parra, la Preceptora de la primera escuela de La Puerta.

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