jueves, 28 de enero de 2021

San Martín – Quebrada Seca, sendero de caudillos



Oswaldo Manrique R.



Hacia la parte Sur de nuestra Parroquia, en la vía La Lagunita-La Puerta, se localiza uno de los lugares más hermosos y de mayor carga histórica. Fue tránsito ancestral de los indígenas Timotes, desde el sitio de La Cordillera y de Isnabus,  hacia lo que era la aldea de la Comunidad indígena del Bomboy (hoy La Puerta). En este sector de Quebrada Seca, hay un muy antiguo cementerio de los aborígenes que fue varias veces saqueado, y se llevaron los tótem de piedra, homenaje de los viejos pobladores a sus difuntos, hay una pequeña gruta de la Virgen que -según la tradición oral-, intenta calmar la furia de los deudos y vigilantes.  Se reconoce que son los predios de labor agrícola y también de correrías de los tres varones de la cordillera, el nacionalista coronel Américo Burelli, fue propietario de un gran fundo de trigales aquí en el Portachuelo y Quebrada Seca, igualmente, el legendario justiciero coronel Sandalio Ruz, productor agrícola de La Mucutí, Garabulla y el Portachuelo, otro tanto, el esfuerzo del guerrillero Mitrídates Volcanes, en La Maraquita, era de hecho su ruta, marcada en contingencias superiores y patriotas, por los cascos de sus caballos.

Este fue el camino, sobre los lomos de las bestias, frecuentado por el escritor trujillano, en su años de estudios universitarios en la Universidad de Mérida, y que recordó con su fina prosa, en su única novela <<Los Rivera>>; también, pudo ser, parte del camino que transitó el Dr. José Gregorio Hernandez, según una de sus cartas, relatando su viaje a Timotes, para luego proseguir a ejercer su profesión en Mérida.  

Hoy día, asfaltado y útil, ese viejo camino, que por iniciativa y esfuerzo de Filadelfo Villegas y otros productores para convertirlo en carretera agrícola,  se puede disfrutar de un bello sendero para propios y visitantes, que llena de energía y repone el entendimiento con la naturaleza. A continuación, compartimos varias gráficas de este sendero, tomadas en la mañana del martes 26 de enero del 2021.



En esta gráfica, tomada en horas de despliegue del Sol, se puede apreciar, un arco iris, sobre el riego que cae en éste predio agrícola de Quebrada Seca, Parroquia La Puerta, Trujillo en Venezuela. Cortesía de Yadira Rivas. WAO048.



Bajando de La Lagunita, encontraremos esta quebradita, es San Martín, que viene mermando en su caudal de agua, por la intervención humana. Parroquia La Puerta, Trujillo en Venezuela. Cortesía de Yadira Rivas. WAO023.



Una posesión agrícola cercada y con muros de piedra rústica de la zona. Parroquia La Puerta, Trujillo en Venezuela. Cortesía de Yadira Rivas. WAO015.



El predio de la derecha, cercado de tablón,  formaba parte de la finca San Félix, sector Quebrada Seca, propiedad del coronel Américo Burelli, hoy de los Picón Rivero, y hacia la montaña se encuentra el antiguo cementerio indígena. Parroquia La Puerta, Trujillo en Venezuela. Cortesía de Yadira Rivas. WAO022.



Panorámica de colores naturales y de labor de Quebrada Seca. Parroquia La Puerta, Trujillo en Venezuela.  Cortesía de Yadira Rivas. WAO025.



La mirada en el descanso,  la ocupa el exquisito verdor de este sembradío, sector San Martín. Parroquia La Puerta, Trujillo en Venezuela. Cortesía de Yadira Rivas. WAO018.



El abra al final, aquel hermoso vértice, que la iluminación solar va despejando entre montañas de La Maraquita a La Puerta. Caminando, bajando de forma suave, se va percibiendo el colorido que emite esta zona campesina. Parroquia La Puerta, Trujillo en Venezuela. Cortesía de Yadira Rivas. WAO014.



Atractivos cultivos del sector San Martín, vía La Puerta-La Lagunita, Trujillo en Venezuela. Cortesía de Yadira Rivas. WAO020.



 Otra panorámica del sector Quebrada Seca, vía La Puerta-La Lagunita, Trujillo en Venezuela. Cortesía de Yadira Rivas. WAO016.



Un segmento de la fresca y hermosa camineria cordillerana de San Martín-Quebrada Seca, Parroquia La Puerta, Trujillo en Venezuela. Cortesía de Yadira Rivas. WAO014


La Puerta, enero 2021.

Omanrique761@gmail.com


sábado, 23 de enero de 2021

Héctor Rosales Bello, joven mártir


Héctor Rosales Bello, joven mártir


Oswaldo Manrique.


Tal día como hoy, en 1958, salieron a recorrer las calles de La Puerta, Trujillo en Venezuela, en marcha alegre, entusiasta, izando la bandera nacional,   muchos pobladores, hombres y mujeres, jóvenes y viejos, trabajadores y campesinos de esta pequeña comarca, gritando ¡Cayó la dictadura!  ¡Cayó  el tarugo! dirigidos por un joven demócrata y conspirador, desafiante del miedo y de la persecución, su nombre: Héctor Rosales.

Integrante de una familia laboriosa, culta y afecta a las ideas políticas democráticas, Héctor  Rosales,  se vinculó desde adolescente a las organizaciones sociales y políticas radicales. Nació en La Puerta, Estado Trujillo en Venezuela, en 1932, hijo de Elba Bello de Rosales, estimada matrona de esta comarca, quien murió a los 97 años, hija del garibaldino y oriundo de la isla Elba, Francisco Bello Polito; el padre, Manuel Rosales Aranguren, integrante de una familia de la cultura e intelectualidad regional y de gobierno. Sus hermanos Hugo, Carmen, y los doctores Rafael y Rogelio Rosales Bello, este último, también Coronel de las Fuerzas Armadas,  fue durante mucho tiempo juez de Betijoque. 

La personalidad de Héctor, conjugaba con su carisma y  buena reputación  individual; era un hombre blanco, de facciones agraciadas, un ser hermoso, bondadoso, de mucha sensibililidad humana y para colmo, revolucionario. Héctor debido a sus actividades políticas debió  salir varias veces de su lar nativo para  esconderse y evadir la persecución de los esbirros de la Seguridad Nacional (SN), policía política del régimen dictatorial, en varias ocasiones, a partir de 1956, tocándole  esconderse  en diversas casas de amigos y familiares, en Valera, Trujillo y Caracas.


Héctor Rosales, joven mártir,  ataviado con su liqui lique blanco. Imagen cortesía del Dr. Hugo Rosales. Cronografía N° 20201277 WAO0018.




La situación de sojuzgamiento, tiranía y violación de los derechos civiles y humanos, que vivían los pobladores de La Puerta, sometidos al régimen de “la Matraca”, en el que solo se podía estar en la calle, de 6 de la mañana hasta las 6 de la tarde, hora en que pasaba el gendarme de turno,  tocando la reprochable campana de la tarde para que la gente se metiera en sus casas, como si se tratara de pastorear vacas por personas, le parecía muy indignante; pero además de eso, su inclinación ideológica democrática, formada mayormente en el seno de su familia, fundadora del partido Acción Democrática (AD), dirigido por el doctor Leonardo Ruiz Pineda y otros mártires que dieron sus vidas luchando por un régimen de libertades, se sumaba a  la efervescencia juvenil de la época, que desde las escuelas, liceos y universidades se había planteado la resistencia y el derrocamiento del dictador Pérez Jiménez, eso, lo hizo entregarse valientemente a la lucha clandestina y a incorporarse al movimiento juvenil de la Junta Patriótica, que en Venezuela, presidia el periodista trujillano Fabricio Ojeda e integrada por personalidades de los partidos AD, Copei, URD y el PCV.

Se había ganado, en los círculos de la resistencia en Valera y Trujillo, una fama de aguerrido y eficiente activista del movimiento, que lo convirtieron sin duda en un personaje juvenil destacado y comentado en todo el país,  en esa descripción oral de  la historia social y política de Venezuela, no contada, pero que en forma de crónica recorrió  ambientes familiares, partidistas  trujillanos, buena parte del siglo XX. 

Recordaban nuestros abuelos y los más antiguos vecinos de la parroquia, que Héctor, era muy audaz, siendo organizador y  responsable coordinador incansable de las actividades y reuniones políticas de la resistencia entre Mendoza y La Puerta, había asumido la tarea  arriesgada de distribuir en horas de la madrugada, en los zaguanes de las distintas casas de esta ultima comarca, de los volantes y publicaciones de la Junta patriótica. El joven Rosales, como ferviente católico, en sus actividades secretas estuvo en estrecha combinación con el padre Trejo, párroco de la iglesia y con quien estuvo en comunicación permanente, y formaba parte de la resistencia.

Marcos Pérez Jiménez, militar dictador y presidente de la República, desde  1952 hasta 1958,  estableció un régimen despótico y abusivo que suprimió los principales organizaciones sociales y los  partidos políticos  y sindicatos, e implantó  un sistema  político que silenciaba y perseguía a la oposición, favoreciendo  su  gestión de gobierno en favor de la explotación petrolera y las concesiones a empresas estadounidenses.


El 23 de enero 1958, en La Puerta.

Desde el 21 de enero, el país estaba en tensión por el llamado a la huelga general, pero el día llegó, el momento estelar por el que tanto esfuerzo puso Héctor y muchos de los habitantes de su comunidad, amaneció el 23 de enero de 1958, terminó la dictadura del general Pérez Jiménez.  Fue Héctor Rosales Bello, en dicho Municipio, el dinámico activista y conductor del movimiento de resistencia contra la dictadura y brutal tiranía de Marcos Pérez Jiménez.  El otro joven trujillano Fabricio Ojeda, como presidente de la Junta Patriótica, desde Caracas, había hablado en cadena radial nacional, que se abría un futuro de libertades para todos los venezolanos

Héctor con su entusiasmo y alegría juvenil desbordante, poniendo alto volumen al aparato receptor, escuchó los primeros boletines informativos radiales el 23 de enero, inmediatamente compartió la buena nueva y fue  entusiasmando a un grupo de amigos y familiares, así como a los jóvenes que como él, estaban en el comité contra la dictadura de La Puerta, y salieron a las calles, a recorrerlas, con la bandera nacional,  lo que motivó a la mayoría del pueblo a salir a festejar y compartir la noticia: habían derrocado la dictadura militar, habían tumbado al “tarugo” Pérez Jiménez; por supuesto, esa algarabía no agradó a ciertas personas afectas al régimen. Él, que se había convertido en activo personaje y símbolo local de la resistencia local,  era la voz de esa victoria popular, y se fueron a realizar la toma de la sede del gobierno municipal,  con las consecuencias materiales sobrevenidas como expresión del odio y el rechazo que tenia la gente al gobierno de facto y brutal, quemaron el edificio, que pocos años antes, había construido e inaugurado el régimen perezjimenista. Definitivamente, el dictador fue derrocado por un movimiento civil y militar ese día, y se montó en un avión y se exilió en Estados Unidos.


Una bala cargada de odio y venganza le quita la vida.

Después de un periodo de aislamiento y persecución policial y militar, la vida social y política se abría a nuevas formas y libertades, lo cual celebraba; ya el día pasaba de ser de 12 horas, a poder ser disfrutado en sus horas completas con libertad, La Puerta, abandonaba “la matraca”, se recuperaban las garantías constitucionales y el respeto a la vida y a los derechos elementales del ser humano.

En las elecciones de diciembre de ese mismo año, se designan las autoridades del nuevo régimen poltico de gobierno, principalmente el Presidente de la República, que recayó en Romulo Betancourt, del partido AD, del que Héctor y su familia eran correligionarios.  El 20 de diciembre de 1958, en plena avenida Bolívar, con calle 7, festejando el triunfo del candidato Betancourt, con sus compañeros de causa democrática, Hector fue victima de úna bala sacrílega y bastarda, que le fulminó el corazón y le  acabo la vida. El pueblo enardecido, tomó el edificio municipal y la sede de la policia, causando serios daños materiles.

De este deplorable hecho, el poeta Ángel González Rivas, el apreciado guayanés, escribió: <<lo sucedido a Héctor Rosales Bello, joven apuesto de apenas 26 años, saturado de bondad, quien hacía la caridad constantemente, pero un día en una emboscada que le tendieron, una mano asesina disparó un revolver y cegó su vida, pobre de los verdugos que asesinaron a Héctor porque hoy están pagando el crimen en el plano tierra, arruinados y con la conciencia sucia>> (González Rivas, ángel. Costumbres y mitos. Pág. 37. Valera. 1995).  El crimen de que fue víctima, lo lanza a la notoriedad, inscribiéndolo en ese  realismo social post dictadura, porque contradictoriamente, no fue víctima de las fuerzas policiales de la dictadura contra la que luchó, sino  que fue presa del odio político que se expresó, en los primeros días en que se festejaba el proceso electoral, del comienzo de un nuevo modelo político en Venezuela, recuperando el país los derechos políticos y ciudadanos; mucho mas, en  ambientes aldeanos, pobres, desamparados y sumidos en el abandono por el  anterior régimen de fuerza, dirigido por el general Marcos Pérez Jiménez   

Se puede sintetizar la presente nota biográfica, en que el principal y más destacado objetivo de vida de Héctor Rosales, fue el de sacar a su pueblo de la humillación y el oscurantismo al que lo tenía sometido la dictadura perezjimenista, y transformar a Venezuela en un país con libertades civiles, avanzando hacia una nación moderna. Persiguió ese objetivo con total desprendimiento y con conciencia política y ciudadana; ese fue su rasgo fundamental de vida, lo que lo convirtió en un ejemplo de la juventud y para las nuevas generaciones de nuestra comunidad. El molino del tiempo, nos devuelve a la memoria, la lucha de este joven mártir de nuestro pueblo, ¡Héctor Vive!

 La Puerta, 23 de enero del 2021.


Omanrique761@gmail.com

miércoles, 20 de enero de 2021

Granizada en La Puerta, abriendo el 2021.

 

Oswaldo Manrique R.


Tuvimos recientemente, un amanecer de granizo suave sobre la parte alta de nuestra parroquia. Si, en el Páramo de La Puerta, se extendió una hermosa capa de blanquecino granizo, sobre su extraordinario y místico paisaje. El día martes 5 de enero del 2021, a las 7 de la mañana, con 6 grados de temperatura, ocurrió la precipitación de escarcha de hielo de agua, de tamaño minúsculo y translúcido.

Existe la percepción que por las características geológicas de nuestra Parroquia, por su altitud y el clima, se producen frecuentemente este tipo de fenómenos, pero no es así, por estar Venezuela en zona tropical.

El llamado granizo suave o blando -según los entendidos en la materia-, se forma de nubes de llovizna. Es un verdadero espectáculo ver formarse en las lagunas, en los suelos, las plantas, árboles, flores y frutos, de nuestra zona paramera y subparamera la hermosa y blanquecina capa de escarcha helada. Su estado y formación no es agresivo para las personas. Por esta época, durante los primeros días de enero, comienzos de año, experimentar y disfrutar la vivencia de esta granizada, es perspectiva favorable para asumir los nuevos retos y empellones que se anuncian en relación con la pandemia que nos aqueja, del Covid19. 

Granizo suave y blanco sobre la superficie del sector el Llanito, Páramo de La Puerta; se puede observar al fondo, la capa superior del agua de la laguna, congelada. Cortesía de Yadira Rivas.



Sector el Llanito,   al fondo, dos becerros. Páramo de La Puerta, Trujillo en Venezuela. Cortesía de Yadira Rivas.


Granizo blando sobre la vegetación corta de la posesión el Xikoke, Paramo de La Puerta, Trujillo en Venezuela. Cortesía de Yadira Rivas.


Otra  gráfica, se observa  granizo blanco y suave en  la posesión el Xikoke, Páramo de La Puerta, Trujillo, Venezuela.  Cortesía de Yadira Rivas. 

Otra cosa son las nevadas, que se dan en el pico el Collado del Cóndor, antes Pico el Águila, estado Mérida, entre los meses de julio y septiembre, aquí en La Puerta, recibimos los anuncios de estos fenómenos meteorológicos  a través de los fuertes ventarrones que se van sintiendo, son vientos muy fuertes, algunas veces, con silbidos y temperaturas desfavorables para las personas.



Montaña de la  parroquia Cabimbú, Municipio Urdaneta, Trujillo.  2021.  Cortesía del Prof. Edgar Angulo.



Fresas. Montaña de la  parroquia Cabimbú, Municipio Urdaneta, Trujillo.  2021.    Cortesía del Prof. Edgar Angulo.



Flores revestidas de cristal de hielo. Montaña de la  parroquia Cabimbú, Municipio Urdaneta, Trujillo.  2021.     Cortesía del Prof. Edgar Angulo.



Arbustos. Montaña de la  parroquia Cabimbú, Municipio Urdaneta, Trujillo.     2021.  Cortesía del Prof. Edgar Angulo.



Hojas repolladas. Montaña de la  parroquia Cabimbú, Municipio Urdaneta, Trujillo.  2021.    Cortesía del Prof. Edgar Angulo.




Vegetación corta. Montaña de la  parroquia Cabimbú, Municipio Urdaneta, Trujillo.    2021.   Cortesía del Prof. Edgar Angulo.



Cristales. Montaña de la  parroquia Cabimbú, Municipio Urdaneta, Trujillo.    2021.   Cortesía del Prof. Edgar Angulo.


Escarcha. Montaña de la  parroquia Cabimbú, Municipio Urdaneta, Trujillo.     2021.  Cortesía del Prof. Edgar Angulo.

 


Combinación de colores. Montaña de la  parroquia Cabimbú, Municipio Urdaneta, Trujillo.    2021.   Cortesía del Prof. Edgar Angulo.

 

Otra panorámica escarchada. Montaña de la  parroquia Cabimbú, Municipio Urdaneta, Trujillo.    2021.   Cortesía del Prof. Edgar Angulo.


La Puerta, enero 2021.

Omanrique761@gmail.com

sábado, 16 de enero de 2021

Orlando Montes, el médico ambientalista.

Orlando Montes, el médico ambientalista.


                                    Oswaldo Manrique Ramírez


Cifraba esperanzas en los días de diciembre, que este año no mermaría más, mi caja de amigos y amigas; sin embargo, el destino no da tregua. El 2020, se llevó en Perú, a dónde fue a visitar a una hija,  Chicho Acosta, el hombre bondadoso, amigo de todos, baluarte de caminando con la oreja del 68, joven víctima de las balas siniestras del régimen Puntofijista. Se llevó, la pandemia, al "coco" Alfredo Suárez, compañero de luchas sociales y aventuras, hombre solidario; en Valera, particularmente en la comunidad de Bellavista, recordarán su labor desde el Registro Inmobiliario, el que requería una medicina o llevar algo de comer a su casa, no se caía con él, en diciembre esa espontánea fiesta colectiva de la hallaca más grande de Valera, que se convirtió en tradicional y motivo de un autentico encuentro de pobladores. durante muchos años, nos estuvimos viendo y hablando casi a diario en La Puerta, mientras construía poco a poco, su pequeña posada con garita, en La Flecha. Se llevó al poeta Francisco Morillo Font "Paco", amigo de emprendimientos intelectuales, acentuado con El Nuevo Venezolano, quizás aventura con Domingo Alberto Rangel. Se llevó a Iván Turmero, a quien dejé de ver desde que se fue a una embajada en Asía, a representar a nuestra República. Diezmó a nuestro compañero de luchas Luis Briceño “Pelo”, atento y buen conversador. Al pana Pedro Mena, también víctima de covid19, en Miami, extraordinario periodista y mejor amigo, le dio la mano a muchos venezolanos, arrojados por la diáspora; se llevó a mi vecino y colaborador Víctor Delgado “el Gordo”; en síntesis, le dio muy duro el destino a mi alcancía de la amistad.


Dr. Orlando Montes Pacheco, destacado médico y luchador ambientalista valerano.

Lo que tampoco esperaba, fue la infausta noticia este mes de enero,  del fallecimiento de Orlando Montes, médico amigo. Nos conocimos a comienzos de los 90, con pocos años en el ejercicio de la medicina; fue en la urbanización popular Lasso de la Vega, en Valera, en casa de Luisa y Ramón Moreno, allí nos vinculamos en algunas jornadas y luchas sociales y políticas, el historiador Ildemaro Araujo, la colega Margarita Saavedra, el economista Alfredo Viloria y otros personajes de la vida de esta ciudad de las Siete Colinas. Montes, era inquieto, muy proactivo, preocupado siempre por asuntos macros, y el resto por las cosas más sencillas. Un día se reunió con el grupo y nos planteó que la lucha tenía que ser de carácter ambientalista, y nos sorprendió cuando explicó que el problema de mayor entidad de la ciudad, era el río Momboy (Bomboy). Tuvo alguna resistencia en el grupo, aunque todos coincidimos y fuimos solidarios con la propuesta, lo considerábamos un macro problema, porque éramos muy pocos. Orlando que era inquieto a los pocos días, con su grueso vocerrón, aquel atlético hombre blanco, de escasos cabellos, bien vestido, con su paltó marrón, que era el color que prepondera en su vestimenta, mocasines marrones y camisas blancas, volvió con el proyecto de una fundación para el rescate y saneamiento del río Momboy (Bomboy), que como algo característico de él, tenía un nombre más largo que los de todos los nombres unidos de sus integrantes, invitándonos a la primera jornada de limpieza de la rivera de dicho río, comenzando en los alrededores de la prefectura de La Puerta.

En la jornada siguiente, hubo un festival de parapente, uniendo a varios jóvenes de la urbanización San Isidro, no decayendo en su idea de salvar el histórico río y su cuenca. Luego incorporó carreras de bicicletas, caminatas, actos deportivos y culturales. En esas largas reuniones en busca de una bandera de lucha por Valera, que hacíamos en Laso de la Vega, se dieron discusiones políticas e ideológicas de cierto calibre, a veces extensas y tomábamos mucho café. Interrumpíamos la discusión, y se paraba Orlando, se salía de la casa y comenzaba otra reunión pero con los fumadores. 

 Residenciado con su familia en la urbanización las Acacias, tuvo como vecinos y amigos jóvenes de la clase media y alta valerana.  Había heredado de su padre, medico como él, unas tierras en Mesa Larga, en Mendoza, allí se la pasaba los fines de semana, tenía un proyecto de construir un centro vacacional de salud, no obtuvo financiamiento.

Lo contradictorio, es que tuvo que ejercer su profesión en otras partes del país, aquí no pudo lograr que lo avalarán para hacer el curso de salud pública, porque era un hombre radical y librepensador y lo obligaban a inscribirse en el partido Acción Democrática (AD). En el Vigía, pueblo de Mérida, atendió un consultorio, que a la vez, era farmacia y venta de productos naturistas, en el que fue desarrollando sus conocimientos de homeopatía y de medicina ancestral.

Nació en Valera, hijo de Rogelio Montes Domínguez y de Alba Barbarita Pacheco, quienes estaban avecindados en la urbanización las Acacias de la referida ciudad, allí se crió junto con sus hermanos Lourdes Teresita, Yda María, Oliver y Rogelio Luciano Montes Pacheco. Sin embargo, visitaba con mucha frecuencia a Lasso de la Vega, una de las urbanizaciones populares, de mayor organización y solidaridad social, desde su fundación. Desde muchacho, Orlando tenia allí muchos amigos, debido a que su padre Rogelio Montes Domínguez, otro médico humanista, era amigo del padre Juan de Dios Andrade, lo visitaba con cierta frecuencia, cura recordado por sus obras sociales en favor de los más necesitados y también por ser el cronista de la Ciudad de Valera. 

 Este interesante médico, algo excéntrico, nos curaba algunas dolencias con aquellas flores de Bach, inclusive, una vez llegué a casa de Alfredo Viloria, tenía a su anciana mamá, enferma, que no quería salir de la cama, y había llegado Orlando, quién de forma jocosa le dijo: - qué te pasa vieja? le dijo que se detuviera y le dio con la palma de la mano en la espalda y como santo milagro, Felipa Perdomo de Viloria, de 70 años, se reanimó, y se puso a hacer sus oficios caseros, como si no hubiese tenido nada. Alfredo y yo, quedamos sorprendidos. Siempre andaba con su estetoscopio, podía olvidar cualquier cosa menos el estetoscopio. Donde lo necesitaran siempre estaba dispuesto a ayudar al enfermo. 

Hubo la oportunidad, con el cambio de gobierno, postular a un grupo de profesionales a cargos de dirección en el Ipasme,  estando Montes trabajando en otra ciudad, se le llamó y aceptó venirse. Estuvo varios años como director médico de la Unidad del Ipasme en Trujillo, luego fue personal profesional de nómina. Atendía en las tardes su consulta privada en una casa amarilla de la calle 10 de Valera. Fue todo un personaje singular. Una vez en su despacho de director en la unidad de Trujillo, donde acudí a buscar libros de la Editorial del Ipas, le vi al lado de la teléfonera una foto donde está dándole la mano al presidente Chávez, al ver mi cara de asombro, me dijo, está me la sacó un amigo burguesito en una recorrida que hizo el comandante, en aquella época en que no quería participar en elecciones, me fotografió para echarme una broma y reír con los amigos. Resulta que hubo una selección nacional de directores para un curso importante, y los iban entrevistando, cuando le tocó a él sacar un papel del maletín, se vio la foto y el entrevistador le dijo tocándole el hombro: - estás seleccionado. Desde ese día, la llamó su foto salvadora. Siendo Director, que significaba para los anteriores funcionarios una cómoda posición para mandar, tener secretaria y estar sentado, él rompió con esa irregularidad y en la Unidad veía enfermos como cualquier médico de la institución. 


    Dr. Orlando Montes, entusiasta ambientalista. 




Siempre exhibió esa sencillez personal, que no era José Gregorio Hernández, ni buscaba la gloria, el asunto era sin creerse iluminado, aportar desde el espacio que le tocaba, ayudar a resolver los problemas. De extracción social clase media, hijo de un médico apreciado en la ciudad, desde muy niño tuvo inclinación por la ciencia, la física, la química de las cosas, estudioso de las creencias y supersticiones de la gente, que forma parte de la realidad y no se puede obviar que concurre en el tema de la salud. Conocía por haberlo recorrido a pie la cordillera de La culata, particularmente, la de Mendoza y La Puerta, asimismo, el valle del Bomboy, en toda su extensión. 

Tenía 1.80 mts de estatura, con ese tamaño que destacaba, algunas veces me lo encontré caminando en el centro caluroso de la ciudad, en plena tarde con su liqui liqui blanco, se reía o con su chaqueta marrón de cuero. Si nos veíamos en el eje vial, era seguro que teníamos que parar a hablar, lo que siempre eran largos ratos y los amigos que nos veían, también.

Las poblaciones de La Puerta y de Mendoza, pierden a un esforzado y consecuente defensor del ambiente, de la cuenca hidrográfica y de todo el valle del Bomboy, fue Orlando un incansable, dinámico y didáctico difusor y concientizador de la defensa del ambiente y de la salud pública. Murió el 08-01-2021, en Valera. QEPD. 


La Puerta, enero 2021.


Omanrique761@gmail.com


viernes, 15 de enero de 2021

Urbanización San Benito de La Puerta.


Antecedentes históricos de la comunidad y Urbanización San Benito de La Puerta, también conocida como Las Malvinas.


Oswaldo Manrique Ramírez.


Entre los años 1981 y 1982, tiempo de gobierno copeyano,  se fue gestando un grupo de habitantes sin viviendas, de La Puerta y sus alrededores, encabezado y guiados -aunque parezca raro-, por la dirigencia del partido de gobierno en la localidad.  La mayoría, gente de escasos recursos, vivían alquilados o arrimados a sus padres y familiares.

Por iniciativa de algunos habitantes, comenzaron la búsqueda y la lucha por un terreno para construir viviendas de interés social. Seria suerte o coincidencia, que se presentó un conflicto por una ciénaga, que utilizaba la Escuela de Peritos, para hacer sus observaciones y prácticas agropecuarias, en el lado este del río Bomboy, entre el trapiche y el matadero. Al cerrar dicha Escuela, durante el gobierno de Rafael Caldera, Isaac Araujo el director, que había hecho algunas mejoras, quiso venderlo, pero apareció otro señor, que se decía dueño del terreno y lo reclamaba.

Un día en la tarde, del mes de julio de 1981, se presentó en la oficina del Prefecto, un marabino, solicitando se le diera autorización para construir una casa vacacional en una parcela de terreno ubicada en la ciénaga cerca del Matadero, que se la había vendido el profesor Isaac Briceño, director de la Escuela Técnica de Agricultura; el Prefecto se la negó.



Panorámica (desde la calle 2) de la urbanización San Benito, también conocida como Las Malvinas, en la  parroquia La Puerta; Estado Trujillo, en Venezuela.  Cronografía propia de este blog, N°  3672.


El señor Luis Ignacio Araujo, terrateniente, reclamaba también el terreno, porque él se lo había cedido al profesor Isaac, para que los estudiantes hicieran sus prácticas y sembraran cultivos cortos. El Prefecto llamó inmediatamente al señor Antonio Torres, y a Jacinto Peñaloza, Presidente y administrador de la Junta Comunal de La Puerta, respectivamente, a quienes les planteó lo del solicitante. El conflicto derivó en que las autoridades investigaron sobre la propiedad del terreno de casi media manzana, no les pertenecía a ninguno de estas dos personas y decidieron destinarlo para construir un desarrollo habitacional para gente humilde.

Resultó que este terreno, como todos los terrenos del área urbana de La Puerta, es de propiedad comunal, debido al fraude judicial de la Partición de las posesiones del Resguardo Indígena en 1891.

Uno de los promotores de este urbanismo, Alfonso Araujo, que era el Prefecto de la Parroquia, recuerda que, <<conversé con el Presidente del Concejo Municipal, Joaquín Padilla,  en ese tiempo no existía la figura de alcalde, y con el administrador Pablo Villegas Artigas, a quienes les planteé la idea de construir viviendas en el terreno; ellos solidarios, enviaron topógrafos e ingeniero, para estudiar la factibilidad del terreno; cuando leyeron el informe técnico, me recomendaron que solicitara audiencia con la gobernadora del Estado Dora Maldonado de Falcón, quien recibió a la comisión parroquial y autorizó la construcción de 25 viviendas de interés social, que las hizo ORDEC>>. Hasta aquí,  todo iba bien encaminado




Alfonso Araujo, quien era Prefecto de la Parroquia y uno de los promotores de la construcción de la urbanización San Benito.  Cronografía de este blog, N°  .








La “Thatcher y Galtieri”, contra los del “Tigre” Fernández.


Relató el mismo Alfonso Araujo, que <<la construcción se dio inicio en el siguiente mes, y coincidía con las elecciones internas de Copei, donde militaban las autoridades locales, un grupo encabezado por Araujo, Torres, Antonio Ramírez “el dientón” y el “gordo” Víctor Delgado, apoyaba a Eduardo Fernández “El Tigre”, y otro, dirigido por Coromoto Romero, Rafaelito Rivas y Pedro Ruz, a Abdón Vivas Terán; ganó éste último grupo. Esto se trasladó al proyecto de las casas y sus adjudicaciones, y me sacaron a mí y al  grupo promotor, creando malestar en algunos adjudicados que no tenían donde vivir. Hubo fuertes discusiones, y el gordo Martínez “el zurdo”, le puso a la dirigente copeyana del grupo triunfante el cognomento de la “Thatcher”, y a Pedro Ruz el de “Galtieri”, porque eran las voces que mas gritaban>>. 

Dichos apelativos, se los dieron a raíz de que en abril de 1982, se producía la guerra asimétrica por las Malvinas, entre los soldados argentinos que intentaron ejercer su soberanía sobre estas islas, por orden de quienes pretendían ocultar la decadencia del régimen de facto, los asesinatos y  el hambre que pasaba ese país del cono sur, y la arremetida de la fuerza armada británica, por recuperar sus “island Falkland”. En los aparatos de televisión y los de radio, solo se escuchaba “estamos ganando”, quizá en solidaridad verbal con los hermanos sureños. A pedazos, nos llegaban las declaraciones de los jefes de los dos bandos, la irreductible primer ministra Margaret Thatcher, y el dictador y miembro principal de la Junta Militar argentina teniente general Leopoldo Galtieri. 


¿Por qué la llaman las Malvinas?


Mientras eso ocurría en el sur del continente, en La Puerta, luego de construidas las casas, estaban por entregarlas, cuando comenzaron a invadirlas y hubo de entregarlas rápidamente, y no se dio la inauguración ni entrega oficial de las mismas.


Gobernadora Dora Maldonado de Falcón, que ordenó la construcción de la Urbanización San Benito, en La Puerta.  Gráfica de Repertorio Trujillano.   



Igualmente rememoró Araujo, que << Desde el momento, en que fue aprobado el proyecto de interés  social, el nombre era de Urbanización San Benito, pero debido a la conflictividad y discusión entre los involucrados en el proyecto, comenzó a conocerse como Las Malvinas, debido a que en ese tiempo se produjo la guerra de Las Malvinas>>, en el sur del continente, es decir la guerra entre las fuerzas militares inglesas y las argentinas, por las reclamadas Islas Falkland. La solidaridad y “mamazón de gallo” de los trujillanos, con el pueblo argentino, por lo menos en esto, fue evidente.



Otra gráfica  de la urbanización San Benito, también conocida como Las Malvinas, en la  parroquia La Puerta; Estado Trujillo, en Venezuela; se observa la calle principal que enlaza esta urbanización, con las calles 2 y 3 de dicha Parroquia.  Cronografía propia de este blog, N°  3671.

La urbanización San Benito, de 25 unidades habitacionales, cuenta con una calle principal que conecta con las calles 2 y 3. Varias veredas, dan el enlace peatonal a las viviendas, y tiene una cancha en su lado este. 

Ubicación geográfica:

La urbanización San Benito (también conocida como las Malvinas), se encuentra ubicada en el sector noroeste del casco urbano de la Parroquia La Puerta, Municipio Valera del estado Trujillo, en Venezuela.

Limites: norte, con la calle 2 de La Puerta; Sur con la calle 3, Oeste, con el río Bomboy; y Este con Avenida Urdaneta. La Urbanización tiene una calle principal, que la divide.

La Puerta, noviembre 2020.

Omanrique761@gmail.com

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