jueves, 15 de diciembre de 2022

Ascenso en 1970, a la zona del accidente aéreo de 1950.

 Ascenso en 1970, a la zona del accidente aéreo de 1950.

Oswaldo Manrique.

En el mes de diciembre de 1970, un grupo de jóvenes estudiantes y trabajadores, que formaban parte del Club Juvenil, del sector La Hoyada de La Puerta, estado Trujillo, organizaron como actividad conmemorativa de los 20 años del accidente aéreo del Douglas DC-3- C47-DL  de Avensa, en el que falleció un significativo grupo de estudiantes venezolanos, el primer ascenso colectivo al sitio Cañada Grande,  en el Páramo de Las Siete Lagunas, a una altura de 2.800 m.s.n.m.  Iban marchando con sus marusas y frazadas sobre los hombros, con alegría, entusiasmo y las ganas de conocer el sitio del accidente. 

En esta vieja fotografía, de izquierda a derecha, parte del grupo de jóvenes excursionistas, en Cañada Grande, en diciembre de 1970; de pie, cargando la esfera metálica encontrada, Regulo Torres "la Papa"; Alfonso Briceño y otro, sostienen la lámina metálica del avión siniestrado; sentados Pedro Abilio Castillo, Alirio Araujo, Pedro Pablo Rivero, y Alfonso Araujo.  También se ve a Marcos Salcedo, Antonio "Toñito" Torres, Eccio Moreno y otros jóvenes de la Parroquia. 

Salieron del casco urbano de La Puerta, caminando hasta La Lagunita, aquí, pernoctaron en un galpón de Eustoquio Araujo. En la mañana al desayunar, emprendieron la marcha, poco a poco y con el mismo ánimo.

La ruta que emprendieron los excursionistas fue entrar por el Paramito, a veces iban en fila, otras en grupo, cantaban, reían, conversaban, contando anécdotas.  Llegaron a Piedras Blancas, descansaron un rato, reanudaron la caminata y pasaron por el helado Chegué, el lugar de casas vacías; continuaron  hasta que vieron la Cruz Colorada, que anuncia el camino de la Laguna Negra (Santuario Indígena Maen Shombuk o Siete Lagunas), y finalmente, llegaron a Cañada Grande, a la casa de paso que allí está construida, había gente, y atendieron a Eccio Moreno, que le dio tembladera y quedó sin oxígeno, el temido mal de páramo. Le prepararon un bebedizo de frailejón y manzanilla, que lo recuperó. 

En la imagen, parte del grupo de excursionistas que subieron a conocer y recorrer el sitio del accidente del avión de Avensa (Cañada Grande, Páramo de La Puerta), ocurrido en 1950. 


Entre los que hicieron el ascenso, según el recuerdo de Alfonso Araujo y Jorge Mendez, se encontraban Pedro Abilio Castillo, Alirio Araujo, ejerce como educador,  Eccio Moreno (+), fue educador, Jorge Méndez, hoy abogado, Pedro Pablo Rivero, se formó Guardia Nacional, hoy jubilado, Marcos Salcedo "la Chuta", también funcionario de la Guardia Nacional, Regulo Torres (+) "la Papa", Toñito Torres (+), Alfonso Briceño, jubilado, Angel Alfonso Araujo, fue Prefecto de La Puerta, la mayoría estudiantes del liceo Rafael Rangel. 


En la imagen,gente del caserío Cañada Grande, con parte del grupo de excursionistas que subieron a conocer y recorrer el sitio del accidente del avión de Avensa (Cañada Grande, Páramo de La Puerta), ocurrido en 1950. 


Tres de los participantes del ascenso, Pedro Pablo Rivero, Alfonso Araujo y Jorge Mendez, en amena y reciente conversación sobre el tema recordaron que en esa excursión estuvo Luis José Rodríguez, oriundo de Caracas, estudió en el Colegio Nuestra Señora de La Paz y vivía en la casa de Nerio Rodríguez, le costó subir, pero llegó.

En Cañada Grande permanecieron 3 días, conociendo y recorriendo el área del accidente, conversaron con algunos de los testigos que presenciaron el suceso, y aprovecharon de compartir los comestibles que llevaron con gente de este caserío montañero. 

Ángel Alfonso Araujo, entre frailejones de Cañada Grande, años después, seria el Prefecto de La Puerta. Gráfica cortesía de Pedro Pablo Rivero.

Una señora y su hija, habitantes de esa serranía.


Entre frailejones de Cañada Grande, cargando su morral, Alfonso Briceño, del grupo de excursionistas de La Puerta. Cortesía de Pedro Pablo Rivero. 

El día 15 de diciembre de 1950, en este sitio, fallecieron 27 estudiantes de bachillerato del Colegio San José de la ciudad de Mérida, un estudiante universitario y los tres tripulantes del avión; ésto causó muchos días de profunda consternación en el país  y quedó como hito de tristeza en la historia de la cotidianidad de nuestra comarca.


El latón del avión de los muertos y la esfera brillante.

El mismo día que transitaron por la hermosa Laguna Negra, donde no existía la Capilla San Francisco Javier, que construyeron años después los maestros, familiares y compañeros de estudios de las víctimas del accidente, bajaron hasta Cañada Grande, y luego a una cascada, a la pequeña laguna casi paradisíaca, desde donde se ve el lago de Maracaibo, que se encuentra ubicado, antes del lugar donde está parte del fuselaje y los restos de la aeronave siniestrada.

En la imagen, parte del grupo de excursionistas que subieron a conocer y recorrer el sitio del accidente del avión de Avensa (Cañada Grande, Páramo de La Puerta), ocurrido en 1950. 


Explicaron Méndez y Alfonso Araujo que por lo empinado del sitio donde cayó el avión de Avensa, la fuerte neblina y lo frondoso, caminaron hasta donde pudieron, no contaban con implementos de seguridad para bajar más profundo. Sin embargo, lograron observar la dispersión de las partes del avión, en diferentes lugares. 

En la gráfica, se puede observar a parte de los excursionistas de 1970, entre ellos, en primer plano a Regulo Torres "La Papa", atrás sentados a Alfonso Briceño y a Alirio Araujo. Cortesía de Pedro Pablo Rivero. 


Uno de estos excursionistas, consideró bajar al pueblo, un pedazo de latón de aluminio del avión siniestrado, como prueba de haber llegado al sitio del siniestro., otros creyeron conveniente bajar una esfera metálica brillante o bola de hierro, que parecía una bobina o arranque de la aeronave, en fin bajaron como pudieron las dos piezas. 

Niños de esta serranía. 


 El pedazo de latón, que medía metro y medio de largo, lo firmaron todos estos excursionistas, y lo exhibieron un tiempo largo en el local del Club, ubicado en la esquina de la calle 2 con avenida Páez de La Puerta. 


Varios excursionistas acompañados de niños de esta comunidad serrana. 

Cuando iban de regreso a La Puerta -recuerda Alfonso Araujo-, que bajando, ellos comentaban, que el ascenso los llenó de mayor espiritualidad, por haber logrado llegar al sitio del accidente aéreo, donde encontraron  mucha tranquilidad, pero además con gran satisfacción por el hermoso paisaje que encontraron en todo el recorrido que hicieron a este Páramo, una de las serranías guardianas de nuestra Parroquia.

La Puerta, diciembre 2022.



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