lunes, 31 de octubre de 2022

La Capilla de La Lagunita

 La Capilla de La Lagunita. 

Por Oswaldo Manrique.


La algarabía de las primeras mujeres, jóvenes y mayores organizadoras de la celebración, comenzó a sentirse en la taciturna quietud de la parroquia La Puerta trujillana, ya se escuchan las cornetas y los ruidos de los viejos amortiguadores de los carros que iban subiendo y llegando en medio de la fresca mañana, y los muchachos del caserío La Lagunita, expresaban su alegría. Varios les gustaba montar a caballo y lo hicieron ese día, otros iban en la grupa. 


El largo camino atestado de agricultores y un repertorio de matronas con niños y sin ellos. El grito, el lloriqueo y las carcajadas de los  “chinos” no molestaba en absoluto, día de fiesta de y para todos.

- ¡Saludes y bendiciones! Se escuchan y se ven. En aquel tiempo, los niños y los jóvenes, se hincaban en el suelo y elevando las dos manos unidas, pedían la bendición al padrino, abuelo o al tío; de esa magnitud era el respeto hacia estás personas. 

Apenas a 50 metros, vivían las hermanas Araujo Paredes, colaboradoras de la comunidad, de una destacada  sensibilidad social y religiosidad.

Desde su casa familiar, Miguelito Romero, oía aquellos alborozados y sugestivos ruidos, iniciadores de tan ansiada inauguración y una espiritual y regocijante emoción, sentía en su pecho. Todo aquel año, se la pasó preocupado por su terminación, porque en los asuntos de Dios, se tenía que ser muy regio y cumplidor. 

Estuvieron integrantes de las autóctonas y emblemáticas familias de agricultores del lugar, los Ruz,  Carrizo, González, Rivero, Burelli, Parra, Abreu, Araujo, Paredes, Castellanos, entre otras. 

    Ahora, era grato hasta recordar los chascos que le ocurrieron para la construcción, sonreía benévolo, comprendiendo que espiritualidad y alegría, siempre estarán hermanadas. Ese día, se inauguró la Capilla, está cumpliendo por estos días, 40 años.


Breve reseña histórica.


Tradicionalmente en estos pueblos serranos, conocemos como Capilla, aquella edificación que se construye en lugares apartados de los núcleos urbanos, dotada de su altar, sus imágenes y retablos, y que la distingue su nombre o advocación particular, para que la feligresía católica del lugar, tenga un recinto para orar y recibir en determinadas fechas la eucaristía. La mayoría de las veces, su construcción ha sido producto de iniciativas de la comunidad, como fue el caso de la Capilla de La Lagunita.

En la gráfica, se observa el camino de tierra para el paseo a caballo, al fondo la capilla de San Martín de Porres, ubicada en La Lagunita. Imagen cortesía de Antonio Lino Rivero. 

El sitio de La Lagunita, está situado a unos pocos kilómetros de la población de La Puerta. Se llamó antiguamente El Portachuelo y para 1963, año en el que Miguel Romero, le compró a Francisco Villarreal está posesión, apenas habían unas 7 casas de familias agricultoras, alrededor del estanque de La Lagunita, que eran las de << Senobio Rivas, Carmelito Araujo, Domingo González, Argimiro González, la señora Trina, abuela de Luis Alfonso Rivero, y Numa Viloria que tenía una bodeguita>> (Notas enviada por Alberto Romero). Por los tiempos de su infancia, década de los años 40 del siglo XX, recordó Antonio Lino Rivero, quien es un amplio conocedor del lugar y de sus personajes, que <<en este caserío, apenas vivían cinco familias, la de Ulises Abreu, la de Pancho Abreu, Zenobio Rivero y un señor Argimiro, del que no me acuerdo el apellido>> (Conversación con Antonio Lino Rivero, el 18 de enero de 2022, La Puerta).

La capilla está situada al sur de la Parroquia La Puerta, Municipio Valera del estado Trujillo, a pocos pasos del turístico estanque, llamado La Lagunita. Está a unos 10 minutos de la población urbana de La Puerta, estado Trujillo; a 7 kilómetros de distancia del casco urbano de esa Parroquia. El mismo Antonio Lino, rememoró: <<Cuando yo vivía en San Martin en el año 1942-43 no existía lo que hoy es La Flecha y no había carretera de La Puerta a La Lagunita y sectores vecinos, solamente existía un camino real en Comboquito, tenía un negocio bien surtido el señor Santana Carrasquero, donde hacían sus compras los habitantes del campo>> (Ídem).


Siglos antes de aparecer el estanque que hoy conocemos como sitio turístico, se conoció este sitio como posesión El Portachuelo;  en 1777, fue considerado por el Obispo Mariano Martí, como lugar propicio para fomentar aldea o pueblo colonial con su iglesia, debido a su gente, su buen clima, sus aguas y a la fertilidad de la tierra. Altura sobre los 2.000 m.s.n.m. Su clima frío y húmedo, con temperatura que oscila entre 12 y 15 grados centígrados.

Sus primeros pobladores, fueron indígenas de nación Timoto;  precisó el historiador Amílcar Fonseca, que este sitio fue residencia del cacique o caudillo de nombre Mukutí, del que  quedó el topónimo, en un punto muy cercano, conocido por sus hechos históricos, algunos lo llaman El Paso de Bolívar; asimismo, era punto de ingreso y de paso,  en el antiguo camino indígena de la serranía, que conduce a los pueblos del sur del lago de Maracaibo. 

Posterior al reventón del estanque, hoy conocido como La Lagunita, en 1965, drenaron las casas anegadas que estaban a su alrededor y lo cercaron, que poco a poco, fue convirtiéndose en punto de atracción de visitantes y turistas. En 1975, fue inaugurada la carretera La Puerta - La Lagunita, que le dio mayor empuje económico a este sitio. La vía principal estaba asfaltada, y se mantuvo de tierra, la parte por dónde pasean a caballo, los turistas. 

En la década de los 80 del siglo XX, los habitantes de este caserío, en vista del aumento de la población y de los visitantes y turistas, se fueron poniendo de acuerdo para levantar una Capilla, que sirviera como recinto religioso de ellos y también para los visitantes de La Lagunita. Asimismo, convinieron sobre su advocación católica: el Santo de la escoba: San Martin de Porres (n.9-12-1579- m. 3-11-1639 Lima, Perú).  


¿Quién fue San Martín de Porres?


Enfermero, hierbatero, hizo curaciones, sanaciones, siendo fraile domínico, fue protector y favorecedor de los negros y mulatos, se le ha calificado como el patrono de la justicia social.

    Este símbolo de la humildad, también es conocido por su amor a los animales, se mantiene en el imaginario popular, la anécdota de la constante pelea del perrito abandonado y el gato, a lo que decidió ponerles un solo plato de leche, y les dijo la famosa frase: "coman y callen, y no rían"; y los animales lo obedecieron, hasta que apareció un ratón, metiéndose a beber del mismo plato y alteró la convivencia. Así era el primer Santo mulato de América.

Hemos indagado acerca de las motivaciones de escoger a este Santo, algunos piensan que por estar cercano a la finca San Martín, espacio agredido en aquellos aciagos momentos de la dictadura gomecista, cuando buscando al coronel Américo Burelli, para  capturarlo, logró escabullirse y salvar la vida de milagro, pero los bienes fueron saqueados y la casa fue quemada; otros creen que como es  protector de los animales, se tomó su nombre, y los más escépticos, que ninguna de las anteriores, sino que existía una cierta y antigua devoción por el Santo mulato. 

Señor Miguelito Romero, entusiasta promotor de la construcción de la capilla de La Lagunita. Gráfica cortesía de Antonio Lino Rivero.

El primero y más entusiasta de los colaboradores de esta obra comunitaria fue Miguel Romero, quien donó el terreno donde está construida la Capilla.  Antonio Lino Rivero, conocedor de esta iniciativa de la comunidad, recuerda que <<En el lugar donde construyeron la capilla, vivió el matrimonio constituido por Ramón Araujo y Eva Villarreal, cuando ellos se mudaron para La Puerta. Miguelito Romero que era el dueño de ese terreno, lo donó para que construyeran la Capilla, eso fue en la década de 1980>> (Conversación con Antonio Lino Rivero. La Puerta. 17 enero 2023). Hubo colaboradores como Miguel Ángel Burelli Rivas, y otros, que aportaron dinero, materiales y también los que dieron su trabajo, para la conclusión de tan ansiada obra religiosa. 

El mismo Rivero, explicó que <<La mayoría de la comunidad de ese sector, colaboró para la construcción de la Capilla los más colaboradores fueron Miguelito Romero, Eustoquio Araujo, Ubencio Abreu y la colaboración del Dr. Miguel Ángel Burelli Rivas, gracias a él se terminó de construir la capilla>> (ídem), una obra totalmente de la comunidad. 

Fue inaugurada en 1982, según el testimonio de Antonio Lino Rivero, nativo de El Censo,  quien estuvo ese día de regocijo cristiano para esta comunidad, que la Capilla, <<Se construyó gracias al esfuerzo de hombres como el señor Ramón Araujo, el Dr. Miguel Ángel Burelli, entre otros de la comunidad. El terreno, lo donó el señor Miguel Romero>> (Foto). Se comenzó a construir en 1980. La inauguración, fue el 3 de noviembre, día que se celebra el nacimiento del Santo mulato, en el que abrió sus puertas este recinto de oración. 

La inauguración fue fastuosa. La novel edificación estaba engalanada con guirnaldas y flores, en lo interno del recinto, los asientos con olorosas y hermosas flores y ramas, lo hacían más agradable. A San Martín, le celebran su fiesta litúrgica todos los años, el día 3 de noviembre. Rememoró igualmente Antonio Lino Rivero, quien estuvo presente en el festivo evento, que <<El día de la inauguración acudió la gente de La Lagunita y comunidades vecinas. Yo asistí a la inauguración, fue un acto muy emotivo y de mucha alegría para la comunidad>> (ídem), evidentemente, este sitio, avanzaba en equipamiento y urbanismo básico, dando el salto de simple caserío, a comunidad social organizada. En el año 2000, al lado de la Capilla, construyeron un pequeño ambulatorio.

En la gráfica, el momento en que se dirigían a inaugurar la Capilla de La Lagunita. Se puede observar al Dr. Miguel Angel Burelli, acompañado por el grueso de habitantes de la comunidad. Imagen cortesía de Antonio Lino Rivero.  

Pero la Capilla, no quedó solamente para abrirla los días de fiestas del Santo negro, sino que contaba con un grupo de capilleras que fungían de custodias del inmueble católico. Antiguamente, se le llamaba Capillero a la persona encargada de estos salones de oración, de cuidarlos, adornarlos y abrirlos, un cargo Ad honorem. De esta Capilla, se recuerdan a las hermanas Dolores, María, Francisca y Filomena Araujo Paredes, consecuentes colaboradoras del arreglo y cuido. 


Al cumplirse todas las actividades litúrgicas, los mayores se fueron retirando a sus moradas, las voluntarias capilleras, antes de salir, se arrodillaron, se persignaron en señal de respeto, y finalmente, cerraron la puerta. Miguelito las esperó, y así, se fueron caminando y conversando, las acompañó hasta su casa. Cerca del estanque, la algarabía de los jóvenes, esperando el brumoso y frío manto de la noche.

Este es uno de los sencillos y significativos acontecimientos socio religiosos de la comunidad de La Lagunita, ocurrido hace 40 años, que le dan materialidad a la evolución histórica, social, cultural y religiosa de la parroquia La Puerta, estado Trujillo, en Venezuela.

La Puerta, noviembre de 2022.

omanrique761@gmail.com 


sábado, 29 de octubre de 2022

El Resguardo Indígena de La Puerta.

El Resguardo Indígena de La Puerta.

Por Oswaldo Manrique. 


Al contrario de lo que se piensa, La Puerta, nunca fue asiento ni residencia del hombre blanco, ni del negro, ni se establecieron casas, estancias y factorías coloniales, porque sencillamente solo fue un pueblo de indios Timotes, cuya cotidianidad y costumbres era distinta a la de aquellos, como lo demuestran viejos documentos de encomiendas recientemente paleografiados, sumado a los libros eclesiásticos parroquiales que se han revisado y el expediente de la Partición Judicial del Resguardo Indígena de 1891, que demuestran que la historia local que nos han echado hasta el momento, no es cierta. 


Antes de la llegada de los europeos al Valle de Bomboy, existía una comunidad originaria, constituida por indígenas de nación Timotes. A comienzos del siglo XVII, con el otorgamiento de las Encomiendas y para evitar los malos tratos que dieron los encomenderos a los primeros pobladores y les continuaran despojando de sus tierras ancestrales, se selecciona y dota de tierras, como posesión exclusiva de los aborígenes diseminados en el valle del Bomboy, pero que serán también ocupadas por grupos indígenas desalojados de otras tierras, mudados y trasladados por sus encomenderos, desde Jajó, igualmente familias esnujaques, escuqueyes, jirajaras, cuicas, gayones y por supuesto, los grupos del contorno, como mukutis, kombokos, vikuyes y Bomboyes, como parte de la Doctrina, que fue la estrategia organizativa y de reducción de la conquista y colonización española de Trujillo. 

El inicio de la evolución de La Puerta, como pueblo colonial esclavista, se sitúa en los finales del siglo XVI, de acuerdo a las más recientes investigaciones paleográficas, sobre documental localizada en el Archivo General de Indias, obteniendo de esto, que habrían pasado al día de hoy, más de 420 años aproximadamente, desde aquel punto de partida. Siendo el primer encomendero del valle de Bomboy, el portugués Tomas de Buyn, también llamado capitán Tomé  Buy,  de  Vuyn  o  Avoin (Briceño Iragorry: Fundadores de Trujillo.1930).

Siendo Alcalde el capitán portugués Tomas Dabuyn, certificó que el 20 de diciembre de 1578, se encomendó al Capitán Alonso Pacheco, elaborar  las características geográficas de los predios trujillanos, y eran,  <<Al Norueste de Mérida, Distrito del Nuevo Reyno de Granada…toda tierra serranía y rasa, camino derecho; todo poblado de naturales, asi de la dicha ciudad de Mérida, como de esta>> (Relación gráfica y descripción de la ciudad de Trujillo, 1579. p. 140), tierras pobladas por aborígenes. Incluyen en dicha Relación de 1579, que <<Los pueblos de los indios como esta dicho repartidos por la tierra sin haber pueblo fundado. Fueron hechas las encomiendas por quebradas y por chapas y decoradas, de sierras, y en algunas partes fueron casas contadas. Está repartida toda la provincia del pueblo en seis doctrinas de sacerdotes>>  (Relación gráfica y descripción de la ciudad de Trujillo, 1579. p. 141); se entiende que para ese año, no estaban agrupados, ni reducidos ni concentrados los indígenas, en los llamados “pueblos de indios”.

De acuerdo a la distribución doctrinal, considerada de mayor importancia para el  ordenamiento poblacional de Trujillo, la realizada por el Obispo Fray Antonio de Alcega, en 1608, la comunidad indígena agrupada en la Séptima Doctrina, es decir, el Pueblo de San Pablo Apóstol de Bomboy (no confundir con la Encomienda del mismo nombre), estaría constituida por aproximadamente más de 959 indígenas de los llamados útiles;   se debe anotar que los principales caudillos aborígenes en este sitio, al tomarlos bajo su dominio en 1611, el encomendero Juan Álvarez De Buyn, hijo del capitán Tomas De Buyn,  eran: Bomboy (o Bombas), Jasepe, e Yguara, todos de raza Timoto.  En la descripción geográfica de 1578, de la ciudad de Trujillo,  cuyo alcalde era el capitán Tomé  Buyn,  incluye entre los datos importantes que, <<había en esta provincia cuando en ella se entró, catorce o quince mil indios hombres y ahora habrá cinco o seis mil; la causa de haber faltado tanto fueron las guerras porque han sido belicosos y revelados cuatro o cinco veces y muerto mucha gente>> (Relación gráfica y descripción de la ciudad de Trujillo, 1579. p. 139);  también por las dos epidemias, una de ellas en 1573,  de la llamada viruela. Comparando las cifras poblacionales de indígenas de 1578, con la que tenía San Pablo de Bomboy, en 1608, esta representaba más del 15 por ciento de la población indígena y mano de obra total de todo Trujillo.  

Según la normativa de Indias, las posesiones para la constitución de un pueblo de indios, cabecera de doctrina, era de una legua a los cuatro vientos, de tierra fértil para la agricultura, con rio cercano, para asegurarle a los indígenas un modo de subsistencia, de la cual una porción era para cultivos que se distribuirían entre la comunidad, otra para el pasto de ganado y la tercera para explotación en conjunto de todos los pobladores, en forma rotatoria y de labranza gratuita, cuyo producto se aportaba a la Caja de la Comunidad, y un sitio donde tener su vivienda, asi como su templo católico, vivienda cural, plaza y lugar de reuniones; pero fundamentalmente se establecía para que los encomenderos  asegurasen la mano de obra y el pago de tributo, concentrando y manteniendo bajo custodia, control social, doctrinario y vigilancia a los indígenas, que pasaron de estado de libertad a estado de esclavitud.  No podían vivir en estas tierras personas blancas ni negros ni mestizos en los primeros tiempos de coloniaje, se mantuvo hasta 1891. En 1687, cesa el régimen de encomienda,  y el pueblo de indios de La Puerta, junto con otras 15 comunidades, pasan en 1722 a formar parte del Corregimiento de Indios, cuyo primer Corregidor fue don José Pérez de las Nieves.

En nuestra investigación, componían el Resguardo, todas las tierras que están dentro de los siguientes linderos, <<están limitados por el Norte, con el Zanjón Negro o Quebrada “Guadalupe” hasta su entrada al rio Bomboy, y pasando este, la quebrada de las “Paperas”, la cual se sigue de para arriba hasta la cima; por el Sur, la Quebrada “Tafallez”; por el Este y Oeste, la cima de los dos cerros que forman los derrames del Bomboy>> (Registro Principal del Estado Trujillo. Documentos de la Partición de las posesiones de tierras de los Resguardos Indígenas de La Puerta. Inserto bajo el N° 49, del Año 1891); de esta forma, quedaron delimitadas en el texto de la Partición,  las tierras que comprendían el Resguardo Indígena de nuestra comarca: La Puerta, anteriormente denominado Pueblo de Indios San Pablo de Bomboy.  Los 2 cerros a los que se refiere el Partidor Judicial, son: el Paramo de La Puerta (Hoy llamado de los Torres) por un lado, y el de Comboco, por el otro; asimismo, precisando con los 2 derrames que son: Comboco y La Maraquita.

Este asentamiento forzoso llamado “pueblo de indios”, posteriormente Resguardo Indígena, en la forma establecida en el  modelo hispánico de poblamiento, fue ubicado en una  extensión  “…de mil novecientas ochenta y cuatro hectáreas…”, de tierras predominantemente agrícolas, ubicadas en el valle y en las riveras del Bomboy, en las que pudieron mantener relativamente sus cultivos ancestrales, permeados por los traídos por los colonizadores españoles, como el trigo, cacao y café.  Dichas posesiones fueron reprochablemente despojadas mediante un juicio fraudulento de Partición, a los indígenas Bomboyes que hasta 1891, se mantenían en casi su totalidad puros, usaban su lengua originaria, sus costumbres, religiosidad  y cotidianidad, juicio este, que estaría sujeto a la evidente nulidad, por lo que de acuerdo a los decretos y leyes sobre Partición de Resguardos, vigente para aquel tiempo del gusmancismo (1891), pasaban a ser propiedad de la comunidad. Parte de esta tierra, es lo que hoy conocemos como el área urbana de la Parroquia La Puerta.

Así, se fue consolidando el Pueblo Cabecera de Doctrina o Pueblo de indios San Pablo Apóstol de Bomboy (hoy La Puerta), en tierras de lo que se conoció como "Valle de indios Timotes" (no Timoto- cuicas), dentro de la estructura política religiosa española, de la ciudad de Trujillo de Nuestra Señora de la Paz. El primer cura doctrinero fue el Pbro. Antonio Montero, luego sustituido por el padre Salvador de Carmona. Debido a la necesidad de ahorrar en jornadas de camino y contar con la mano de obra más cercana debido al  crecimiento pecuario de la parte norte del Valle, se creó en 1620, el Pueblo de Indios San Antón Abad (hoy Mendoza).

Entre 1795 y 1847, fue protector y párroco de ambos, el cura Francisco Antonio Rosario, pupilo del obispo Ramos de Lora, además, prócer independencista, quien hizo construir un Oratorio con la advocación de Virgen de Guadalupe de indios, que resulta de los más antiguos y escasos recintos marianos de este tipo, en Venezuela.  

El padre Rosario, fue el único Cura que al implantarse el periodo republicano, tuvo dentro de este Resguardo, tierra para su manutención, concedida por los nativos, llamada Hacienda del Padre Rosario y allí fue también erigido el Oratorio de la Virgen de Guadalupe de Indios, ubicada en la parte norte de La Puerta, surcada por la quebrada la Guadalupe, donde hoy están el hotel de este nombre, los edificios de García Méndez, el parcelamiento y hacienda El Rosario, tierras que fueron invadidas por hacendados de la localidad, a comienzos del siglo XX, y debido a la centrífuga documental, cambiaron el nombre original por el que se conoce actualmente, de “hacienda El Rosario”.

         Sirva esta primera nota, como reconocimiento histórico de que el espacio que ocupa hoy la población urbana de La Puerta, son parte de las tierras ancestrales de la comunidad de nativos Bomboyes, de la etnia Timoto, en el valle del Bomboy.

La Puerta, octubre 2022.

Omanrique761@gmail.com

miércoles, 26 de octubre de 2022

Inauguración del polémico monumento a José Gregorio, en La Puerta (2020).

 

Inauguración del polémico monumento a José Gregorio, en La Puerta (2020).


Oswaldo Manrique Ramirez.


En la noche del lunes 26 de octubre de 2020, sonó el aparato campanero digital recién reparado, para anunciar la develación de una escultura en tributo al Dr. José Gregorio Hernández, hecho que fue presenciado por la feligresía de nuestra comunidad, donde se encuentra arraigado el fervor por el Venerable, ahora Beato de Dios. Se produjo esta inauguración, en momentos del regocijo y la celebración del reconocimiento del Milagro otorgado a la niña Yaxury Solórzano Ortega.

Los creyentes católicos de La Puerta, alegres y expectantes, en horas de la mañana, vieron por los aparatos de televisión, el acto exhumación de los restos del Beato, como acto legal, en el proceso de santificación que se le sigue. En la tarde noche, seguían regocijados en la liturgia, guiada por el párroco Pedro Artigas, puesto que ya, la venerada imagen de José Gregorio, puede estar asentada en los templos y capillas católicas del país. El Santo andino, el Santo trujillano.

Vista general del pequeño monumento dedicado al Dr. José Gregorio Hernández, en el jardín de la Casa Parroquial de La Puerta, estado Trujillo, Venezuela. Cronografía propia de este blog. 

La obra, que ha sido objeto de polémica, ha roto con la estereotipada figura tradicional o más conocida en base a la fotografía que se dice se tomó el Médico de los pobres, en Nueva York,  en 1917.  La comentada figura de cuerpo entero, vestida con un paltó blanco y pantalón negro, como de fiesta de tarde, en opinión de varios vecinos, no se parece a la figura del médico, de bata blanca, con o sin el estetoscopio, que se ve en hospitales y en cuanta estampita con oración se encuentra en repisas, puertas y paredes de las casas de familias, en solicitud de protección, de fe, por la sanación y salud de todos; tampoco, es la representación de un seglar religioso, en su entrega por los más humildes o de un científico o de un docente;  esta pareciera, la de un hombre bien vestido que se prepara para la fiesta o algún acto protocolar de gobierno o del jetset.     


Detalle de la fachada, en su parte inferior, del controvertido monumento dedicado al Dr. José Gregorio Hernández, en el jardín de la Casa Parroquial de La Puerta, estado Trujillo, Venezuela. Cronografía propia de este blog. 
  

Según sus biógrafos, aunque nuestro Beato era elegante, de bonita figura, gozaba del elevado temple de evadir tentaciones mundanas, un ser muy espiritual, tampoco era ostentoso en el vestir, en su maleta de viaje, además de su muda de traje negro, para las ocasiones y bailes a los que se le invitaban, solo cargaba un traje azul y una corbata negra; nunca se le conoció que anduviese vestido con paltó o traje blanco, salvo por la bata de médico, que le daba una rígida postura; por lo que esta escultura se ha tomado como algo descontextualizada o por lo menos, una versión alejada del sentido de su aspecto físico y valoración cultural, desde el punto de vista histórico. Una de las facetas interesantes de José Gregorio como hombre de carne y hueso, era su don artístico y estético, fue pintor, músico y sastre, elaboraba su propio traje, en telas que para aquel tiempo eran costosas, y de lo cual no hacía alarde, porque era un hombre de carácter regio y de mucha humildad, no era ostentoso. Esta obra, para algunos parroquianos y visitantes, también incurriría en carencia de armonía y a la vez, de estética.

Otra toma gráfica del monumento dedicado al Dr. Jose Gregorio Hernandez, en La Puerta,  estado Trujillo, Venezuela. Cronografía propia de este blog.  

De una revisión de la obra, colocada ocupando el limitado y austero jardín de la Casa Parroquial, se percibe que, en su totalidad, adolece de técnica compositiva y armonía; obsérvese la escala de la figura y su relación con el resto de los elementos. Tampoco coincide con las características señaladas por el Dr. Leopoldo Briceño Iragorry, que José Gregorio era blanco de piel tostada por el sol, de 1,60 m de estatura, con mirada vivaz, clara y transparente, no decaída; nariz perfilada, no chata; rostro ligeramente ovalado, es decir, de cabeza bien formada; y con una sonrisa acogedora y oportuna.

     Parte posterior del monumento dedicado al Dr. Jose Gregorio Hernandez, en La Puerta, estado Trujillo, Venezuela. Cronografía propia de este blog. 

La posición, alejada de su imagen con manos ocultas, proyectando su pecho en alto, en pose de ofrecerse al mundo de los necesitados y humildes, contrasta con ésta, en la que se le ve extendiendo sus  manos. Esta no se asemeja a la figura que se ha posicionado en los altares y en el sentimiento simbólico de los venezolanos.

Detalle de la figura del Dr. Jose Gregorio Hernandez, en el monumento levantado en el jardín de la Casa Parroquial de La Puerta, estado Trujillo, Venezuela. Cronografía propia de este blog.  La Puerta,

En su obra pictórica, era inclinado a usar colores ocre y al negro; su más hermoso cuadro el Corazón de la Virgen María, así lo demuestra; esto, pudiera aportar al reconocimiento que por su religiosidad, defina el color de su vestimenta.

Serán los feligreses y los visitantes, los que disiparán en el futuro, las correcciones y sugerencias sobre esta obra recién inaugurada, apenas su primer aniversario y también su suerte, como posible propuesta de icono testimonial de fe. Tema para los investigadores y especialistas. 

La Puerta,  2022.

Omanrique761@gmail.com


domingo, 9 de octubre de 2022

Encomenderos y Encomiendas del Pueblo San Pablo Apóstol de Bomboy.

 

Encomenderos y Encomiendas del Pueblo de Doctrina 

San Pablo Apóstol de Bomboy.


      Por Oswaldo Manrique.


Varios historiadores coinciden, en que el inicio y erección de la mayoría de pueblos coloniales serranos, sobre todo los más antiguos, sería consecuencia, de las denominadas encomiendas, es decir, su núcleo generador.

Este pequeño y productivo valle, conocido desde tiempos remotos como Bomboy  de <<indios Timotes>>, fue objeto desde finales del siglo XVI, de la invasión europea, las tierras despojadas a sus tranquilos habitantes, y estos, convertidos en esclavos. Aquella aldea, organizada en su particular y diseminada distribución y ubicación de viviendas, de acuerdo a su cotidianidad, hábitat y cosmovisión, fue saqueada y sus habitantes reducidos, recluidos y concentrados en una limitada posesión de una legua a los cuatro vientos, llamada Resguardo, que en la práctica, se constituyó en la cabecera del Pueblo de Doctrina San Pablo Apóstol del Bomboy, es decir, el conformado por los aborígenes encomendados, localizados en los sitios que hoy conocemos como La Puerta, Mendoza, Jajó y La Quebrada, del hoy estado Trujillo, que significó una amplia jurisdicción política religiosa y a la vez, espacio de frontera con el Virreinato. Los principales capitanes que poseyeron tierras y encomiendas de indios esclavos en este valle, fueron: 

Capitán Francisco de La Bastida. Considerado el Fundador de la ciudad de Trujillo, en su último asiento, el valle de los Mukas, en 1572.  Encomendero por derecho de conquista y fundación. Las tierras que le fueron adjudicadas a este Capitán, estaban localizadas en lo que hoy es la parroquia Mendoza, justo centro del valle de Bomboy. La posesión de tierras explotada por La Bastida, existe aún, conocida como Hacienda San Francisco, Parroquia Mendoza, municipio Valera, estado Trujillo. Se intuye que, esas tierras fueron trabajadas con los indígenas que tenía de la encomienda en el área de Boconó, grupo de 208 aborígenes Tostós, según la organización jurisdiccional católica de Pueblos de Doctrina, del Obispo fray Antonio de Alcega, de 1611 (Briceño Perozo, 56). 

Capitán Sancho Briceño. Acompañó a Diego García de Paredes y Francisco de La Bastida, en la conquista y fundación de Trujillo. Fue el primer alcalde de la ciudad de Coro. Desarrolló una próspera hacienda, colindante a la de su yerno el Capitán La Bastida, son las tierras del linaje Briceño, fue el primero de ese ilustre apellido en Trujillo. Esta posesión, aún existe, denominada hacienda La Concepción, aquí nacieron varios próceres independencistas, entre ellos, el Dr. y coronel Antonio Nicolás Briceño, conocido como "el Diablo Briceño". Allí funciona el Museo Casa Natal de Antonio Nicolás Briceño.

Capitán Juan Álvarez Dabuyn. Prestó servicios importantes para el Rey de España, entre ellos, el aniquilamiento del cacique Nigale y las tribus zaparas, aliles y otras, que no permitían el tránsito de barcos por el lago de Coquivacoa, hoy Maracaibo, lo que valoró el Gobernador Sancho de Alquiza, quien le confirmó la Encomienda  "Valle de Vomboy", a la que había hecho dejación su padre el capitán Tomé Dabuyn, el 23 de marzo de 1601, quien la había recibido años antes del Capitán General de Venezuela, Don Alonso Arias Vaca. A este Juan, se la otorgaron de primera vida, y también, la Encomienda "Quebrada Comboko", adyacente a la anterior, que poblaban el territorio que hoy conforma La Puerta. Le otorgó una tercera, la Encomienda denominada "Lomalla de Busandi"  (Titulo y Confirmación por el Capitán General de Venezuela Sancho de Alquiza 19 de mayo de 1611, confirmada en Madrid, por el Consejo de Indias, el 10 de enero de 1620. En: Zambrano, 42). Es de destacar que la Encomienda "Valle de Vomboy", fue la   de mayor cantidad de indígenas esclavos, 408 de la nación Timoto, y pasó a integrar la 7a. Doctrina (Briceño Perozo: 57), luego  pueblo de Doctrina San Pablo Apóstol de Bomboy, cuyo pueblo cabecera estuvo ubicado en lo que hoy es el área urbana de La Puerta.

    Capitán Blas Tafallés. Acompañó a Diego García de Paredes, en la avanzada de dominación contra los Cuicas. Por el llamado derecho de conquista y fundación, le fue otorgada la Encomienda de los Timotes, constante de 108 indígenas, que pasó a conformar la 7a. Doctrina, organizada por el Obispo Alcega (Briceño Perozo: 57). Las tierras que explotaba este capitán, pudieron estar localizadas entre La Mesa de Esnujaque, Quebrada Grande (Municipio Urdaneta) y La Mocotí y El Portachuelo de La Puerta. 

Capitán Hernando Hurtado de Mendoza y Acosta. El Pacificador español de Trujillo, liberó el camino de los Andes, de grupos de aborígenes rebeldes. Don Diego de Osorio, Capitán General de Venezuela, le otorgó la Encomienda en el valle de los Timotes, que antes fue de Juan de Umpierres y su mujer Ana Xacome. Umpierres muere y su viuda, junto con su nieta María Márquez de estrada y Umpierres, siguieron disfrutando de la encomienda, pero la declararon vaca, por dejación que hizo la viuda,  y la nieta, se casó con el capitán Hernando Hurtado de Mendoza, y logra que se la concedan a él. Hernando Hurtado de Mendoza, para 1610, tenía a su disposición 137 indígenas del valle de los Timotes, 18 nativos del valle de Carache, de Boconó 51 indígenas, y de Pocó, 174 aborígenes esclavos (Briceño Perozo, 56). 

Francisco de La Piñuela. Participó en las avanzadas de dominación europea contra los primeros pobladores. Por estos servicios al Rey de España, le fue otorgada la Encomienda de los Timotes, constante de 175 indígenas, que conforma parte de la 7a. Doctrina.

Pedro Gómez Carrillo. Acompañó a Diego García de Paredes, en la avanzada de dominación contra los Cuicas. Por el llamado derecho de conquista y fundación, le fue otorgada la Encomienda de los Timotes, constante de 131 indígenas, que conforma  la 7a. Doctrina, organizada por el Obispo Alcega (Briceño Perozo: 57). Es bastante probable, revisados algunos datos hereditarios, que esta encomienda, de acuerdo al acta de matrícula y libertad, elaborada por el Alcalde Jacinto Valera y Mesa, en 1687, sea la que obtuvo el capitán José de Sánchez Mexias, que, <<está debajo de Señor San Pablo un título y confirmación y se compone de dos Partidos que es el de La Quebrada y el de Timotes>> (Castellanos: 86). 

Juan Pacheco Maldonado. Exterminador del cacique Nigale y de los Zaparas y Aliles, en 1607. Le adjudicaron tierras en el valle de Bomboy, y le fue otorgada Encomienda de Burbusay, con un grupo de 545 indígenas esclavos (Briceño Perozo: 56); esta fue la Encomienda con mayor número de  integrantes en toda la región Trujillana.  Es muy probable, revisados algunos datos hereditarios de los Pacheco (Dávila),  que esta encomienda, de acuerdo al acta de matrícula y libertad de indígenas, elaborada por el Alcalde Jacinto Valera y Mesa, en 1687, tenga relación con la del capitán Alonso Pacheco de Mendoza, constante de 107 naturales (Castellanos: 81). 

Doña Catalina Fajardo. Esta dama, fue un personaje importante, en el campo del desarrollo y estabilidad del nuevo modelo económico en este valle. Junto con su esposo Francisco Botello, fueron los primeros beneficiarios del grupo de indígenas de la Encomienda “San Pablo de Bomboy", para 1629, Catalina estaba viuda y no cumplió con la gestión de Confirmarla para disfrutarla legalmente,  a pesar que la siguió explotando, y declararon la Encomienda, vaca, es decir, volvió a quedar a la disposición del Rey, sin asignación a colono en particular. Se casó con el hijo del capitán Hernando Hurtado de Mendoza, Cristóbal y éste obtuvo el otorgamiento de esta Encomienda, el 25 de enero de 1629, por parte del gobernador Juan de Meneses.

Un dato importante se encuentra en dicho documento, relacionado con ese grupo aborigen, que lo califican de Nación Cuyca, cuyo jefe principal, era Julián, debido a que ya estaba cristianizado,  <<los que viven y están mandados poblar en el pueblo de San Pablo de Bomboy, según y de la manera que los tubo y poseyó la dicha Cathalina Faxarda>> (Zambrano, 11); sin embargo, la mayoría era de origen Timoto. En esas condiciones, los tuvo el capitán y primer encomendero Francisco Botello, desde antes de 1592.  Se entiende de este párrafo, además de que pertenecían a la nación Cuycas, que la localización originaria de este  comunidad nativa convertida en esclava, no era propiamente de La Puerta, <<mandados poblar en el pueblo de San Pablo de Bomboy >>, esto es, donde estaba el Pueblo cabecera de Doctrina,  y luego Resguardo Indígena, sino que los mandaron a concentrar allí, por razones de control social, racial, adoctrinamiento y de administración de los esclavos. Lo que nos lleva a confirmar que una cosa es el Pueblo de Doctrina San Pablo Apóstol de Bomboy, y otra diferente, es la denominada "Encomienda San Pablo Apóstol de Bomboy", que integró junto con otras, dicho Pueblo de Doctrina, ubicado en lo que hoy, es el área urbana de La Puerta.  También es conveniente señalar, que aquella figura jurídico político religioso, es diferente del denominado Pueblo San Pablo Apóstol de Bomboy, como cabecera de Doctrina, que en realidad fue el denominado hasta el año 1891, Resguardo Indígena de La Puerta. Esta posesión de tierras, sólo incumbía al Rey de España y a los indígenas a quienes se les había asignado para su concentración y subsistencia, no le pertenecían a ningún encomendero. 

Al convertirse en heredero del capitán Hernando, Don Cristóbal gestionó la fusión e integración de la encomienda del sitio de Muxunp, otro en el sitio llamado "La Cuchilla, ambos en el valle de los Timotes, de su padre, con la Encomienda que tenía su esposa Catalina, la denominada "Encomienda San Pablo de Bomboy", lo que logra de las autoridades de Venezuela, el 2 de enero de 1638, aunque el Consejo de Indias, en Madrid, al final del proceso, se lo negó. 

Entre los encomenderos de otras zonas, que también figuran como dueños de sembradíos en mesas, mesetas, lomas, lomallas, llanos, llanitos, así como hatos, hatillos y potreros, en el valle de Bomboy: como Baltazar Aguilar, además de militar y encomendero, prestó importantes servicios a la Corona española, en el campo de la ingeniería y la construcción. Agregamos a Martin Cabrita; ambos eran poseedores de mesetas y posesiones agrícolas en el Valle de Bomboy, por haberlas obtenido como derechos de conquista, o como repartimiento, colonizadores, mercedes de tierras, o composición, y tenían sus grupos de aborígenes encomendados que traían a trabajar a estas tierras.

El valle de Bomboy que desde tiempos ignotos, fue calificado como mágico, por su exuberante fertilidad, y por la rápida prosperidad dada a los hacendados y terratenientes, tiene un nombre indígena hermoso cuyo significado encierra sus características innatas y otras un contenido filosofal, Bomboy, que toma del mismo nombre del río, que significa rio de aguas de espuma, altivas y fuertes, palpitantes, fogosas. Bomboy, no Momboy, que es una suerte de distorsión del topónimo auténtico y original.  Fue este valle, sus páramos y su río, el portentoso cosmos de la Comunidad indígena Bomboy, conformada progresivamente por Xaxoes, Xikokes, Mucutis, Bicuyes, Kombokos, y por supuesto, los Bomboyes. Se agregaron forzosamente Kuicas y nativos del pueblo  Jirajara, cuyo mejor ejemplo fue la princesa bozal Yeguenda.

Antiguamente, nos vendieron la idea que, la historia de La Puerta, comenzaba con los hacendados y caudillos y oligarquía municipal del siglo XIX, ocultando todo un rico y apasionante mundo anterior a éste. Los Bomboyes, desaparecieron gradualmente durante el periodo colonial, terminando la labor sistemática de extinción, los hacendados, curas, jueces, prestamistas, estafadores y gamonales, en 1891.

Nos ocultaron ese vergonzoso proceso de esclavitud y exterminio, pero dejaron que se les colara en el tiempo y por la fuerza misma de la palabra, raíces que se irán develando en el proceso de descolonización histórica, y los hermosos topónimos, nombres y palabras indígenas, que los mencionamos en la cotidianidad, que usamos a diario, desconociendo su hermoso e interesante significado. 


La Puerta, octubre de 2022.

Omanrique761@gmail.com

miércoles, 5 de octubre de 2022

Padre Francisco Rosario, al Panteón Nacional


Padre Francisco Rosario, al Panteón Nacional.

Por Oswaldo Manrique. 


Héroes trujillanos de la independencia, son casi desconocidos para los mismos trujillanos; Chipía, Gogorza Lechuga, José Trinidad Toro, Francisco La Bastida entran en esa cuenta, otros, como el padre Francisco Antonio Rosario, es referenciado, pero enfocado por la vieja "Ciudad Letrada" y la actual, simplemente como beato y dador de bienes materiales a su amigo Bolívar, cuando por el contrario, fue un ejemplar patriota y un docente y constructor de República. 

El innegable aporte político ideológico en el proceso constituyente para la creación de la Provincia, sumado a su renuncia a la primera Junta de Gobierno, la donación de los emolumentos que recibía como sacerdote, y el desprendimiento ejemplar de gran parte de su patrimonio económico en favor de la causa de liberación, nos da una idea de un ser sin envidia, ni deseoso de amasar fortunas, ni tener ambición de poder político, sino un preocupado y responsable ciudadano.



Rosario, docente y constructor de República.


Fray Ignacio Álvarez, sí presentó un proyecto de Constitución, de carácter hegemónico de la aristocracia terrateniente y el clero, que se aparta de la que elaboró Roscio, para ser adaptada a las provincias confederadas; era evidente que en su parte orgánica, fue elaborada para mantener a estas castas en el control del poder. Pero le faltó la parte conceptual del modelo político, su guía, la dogmática, que definiera su rumbo como ente confederado, misión que fue encargada a cuatro patriotas, su corrección de estilo y su presentación final. 

Sin demeritar el aporte de los otros tres constituyentes (Briceño, agricultor, el poeta Llavaneras y el cura marabino Monsanto), es bastante claro que el padre Rosario, gozaba de un nivel significativo de formación política jurídica, una especie de  teólogo y militante del panteísmo político, pero además, era conocedor de la realidad de su provincia y de Venezuela, siendo uno de los más destacados miembros del clero y del grupo de poder regional, los amos del valle de Bomboy, hablamos de las poderosas familias Briceño, Pacheco, La Bastida, Hurtado de Mendoza, Vetencourt, Terán, Fernández y otros vecinos, representantes de los factores de poder real; aunque suene chocante decirlo, la historia de Trujillo Provincia, en lo estratégico, nació aquí. 

La más sentida obra intelectual de Francisco Antonio Rosario y la de la mayoría de los representantes, fue la creación como meticuloso arquitecto, del Trujillo Provincia, como entidad y dignidad política, libertaria, autónoma, antimonárquica e histórica, que integró la Confederación de Venezuela, Independiente y soberana, esto es, la Patria Nueva.

Como estudioso del derecho, de la historia y talentoso político, este sacerdote patriota sabía que un sistema político fundamentado simplemente en castas, se desmoronaría. Al ser designado como corrector del proyecto constitucional aprobado, que no siguió el modelo sugerido por la Junta de Caracas para la Provincia, sabía que era muy poco lo que podía modificar del aspecto orgánico, por eso, su atrevimiento de poner acento en lo conceptual y dogmático, en los principios y valores fundamentales: la libertad, de la ruptura de las cadenas monarquistas, del establecimiento de la República confederada; asimismo acentuación, en la autonomía como entidad grupal, la igualdad de derechos, gobierno  justo, y la Patria Nueva, que encontramos en la Proclama de la Libertad. Rosario no sólo enarboló las banderas liberales y las de su formación sacerdotal, sino que  tuvo el esplendor de exponer en este documento trascendental la guía y el rumbo de ese nuevo sistema de gobierno provincial confederado, que aunque parezca contradictorio, le dio contenido político ideológico al proyecto Constitucional y a dicho proceso creador de la nueva Provincia (Trujillo), que era y significa a la vez, la construcción de la naciente República. Lo que fue una lección de razonamiento y objetividad civilista. 


El Homenaje nacional al padre Rosario, en 1961. 


En 1947 y 1987, se realizaron importantes tributos a nuestro cura y prócer trujillano, pero debemos destacar que en el año sequiscentenario de la independencia, se cumplió un exigente y ampuloso programa oficial de actividades, que demostraron la participación y el entusiasmo patriótico de los trujillanos en la celebración de tan magna gesta. La programación se cumplió en 1961, y como parte importante de ella, se realizaron en Trujillo: la <<inauguración de la Galería de Hombres Ilustres, en el Salón Principal de la Casa de Historia del estado Trujillo>> (Revista de la Sociedad Bolivariana N° 68. Pág. 693. Caracas. 1961), como reconocimiento a la actuación creadora y revolucionaria de nuestro Sacerdote, la colocación del retrato del <<Pbro. Francisco Antonio Rosario, en el Centro de Historia del estado Trujillo, a cargo de la Diócesis de Trujillo>> (Revista: 701). El Obispo Monseñor Antonio Ignacio Camargo, fue proactivo en estos eventos, al promover la reivindicación de los sacerdotes independentistas, entre ellos, este ilustre cura. 

También hubo, un evento de mucha importancia, que fue la Primera Asamblea Nacional Bolivariana, que se realizó en el interior del país, en el Centro de Historia, en la ciudad de Trujillo, en 1961, donde participaron los Centros y Sociedades Bolivarianas de toda la República, fue presidida por el Pbro. Rafael María Villasmil, don Alfonso Marín, como Vicepresidente y el profesor Juan Canelón Cestari, como Secretario. 

Pero ocurrió algo fulgurante, que debemos rescatar y difundir de este evento, en la sesión asamblearia del 25 de julio de 1961, a eso de las 6 de la tarde, fue escuchada por la selecta plenaria, la <<Conferencia del Pbro. Rafael Chacín, sobre la Vida y Obra del Padre Francisco Antonio Rosario, Prócer de la Independencia y amigo y colaborador de Bolívar>>, en el Salón donde celebra sus sesiones el Centro de Historia del estado Trujillo (Revista: pág. 499), fue un justo homenaje nacional de parte de los historiadores de Venezuela, a este  Cura independencista; fueron 5 días de sesiones, desarrolladas del 23 al 27 de julio de 1961, fue la única conferencia formal y además, disertada por un sacerdote que nacido en Trujillo, era Vicario en el Guárico y destacado historiador nacional, dedicada  a la vida y obra del Padre Rosario, párroco de La Puerta y Mendoza. Tuvo en mente glorificar y reivindicar el rol cumplido por este prelado revolucionario, y a la vez, restablecer el proceso para su santificación, en virtud del fallecimiento del destacado historiador Dr. Mario Briceño Iragorry, encargado de tales diligencias desde 1947.


El ciudadano y patriota ejemplar.


Es inquietante, que, cuando se cumplen 175 años del fallecimiento de este prócer y cura revolucionario, todavía se escucha cómo algunos -inclusive educadores trujillanos-, adictos a esa secta de mal intencionados "sepultureros" de nuestra historia local o simplemente por desinformación, siguen argumentando contra la gloria del padre Rosario, los mismos epítetos que los historiógrafos han vuelto añicos, sobre correrías profanas, que si bien no tienen algo de interés, tampoco afecta ni altera lo sustancial de su gloria, pues aquellos, pretenden silenciar u ocultar toda la riqueza que constituye la obra y pensamiento de este Presbítero, logros concretos e indiscutibles, que son el acrisolado estandarte, con el que Francisco Rosario se ganó su sagrado lugar en nuestra historia Patria.

Sobre Rosario el Patriota, Regulo Burelli Rivas, hizo una pertinente descripción en 1987: <<fue un patriota ejemplar...Amar a la Patria es servirla cada uno en la medida de sus fuerzas. El amor a la Patria se traduce en obra, civilizadora, en el esfuerzo por consolidar la unidad económica, social y espiritual entre los hombres que habitan la tierra donde nos tocó nacer...es servir a la colectividad... Así amó y sirvió a la Patria el Padre Rosario>> (El Patriota y el Santo Padre Rosario); y ahonda en el asunto, <<fue, además, hombre de trabajo y de empresa, y por ende un civilizador. Cultivó tierras, plantó haciendas, abrió caminos, introdujo mejoras, e hizo crecer y avanzar las fuentes económicas que, sin ser únicas, si son fundamentales en toda evolución social>> (ídem). Fue un patriota gigante este Cura, Párroco de La Puerta y Mendoza, entre 1795 a 1847.    

En nuestra historia, como lo expuso Mario Briceño Iragorry, falta  por reconocer la obra del pueblo civil, la historia de los prohombres de las regiones que se unieron para conformar la unidad de la Patria, uno de ellos: Francisco Antonio Rosario. Algunos lo prefieren Santo, otros, entre los que me incluyo, preferimos destacar su vena Patriota y de ejemplar ciudadano, y así, exhortar a todos los venezolanos a su reconocimiento, trasladando sus restos mortales al sitial de nuestros héroes, el Panteón Nacional. 

La Puerta, agosto 2022.

Omanrique761@gmail.com

Agripina Burelli Garcia de Parra, la Preceptora de la primera escuela de La Puerta.

Agripina Burelli Garcia de Parra, la Preceptora de la primera escuela de La Puerta.  Por Oswaldo Manrique (*) Un sitial destacado ocup...