jueves, 31 de marzo de 2022

La Flecha, breve reseña histórica.

 

La Flecha, breve reseña histórica. 


Oswaldo Manrique.

Contenido:

1.- Algunas referencias del lugar.

2.- La iniciativa de Mitrídates Volcanes y el poblamiento de La Flecha.  

3.- El singular topónimo: La Flecha.

4.- Gentilicio.

5.- La trasandina dinamizó el crecimiento de La Flecha.

6.-  La gasolinera, punto de entrada y de salida.

7.- Escuela, servicios, gasolinera y comercios.

8.- Monumentos, lugares históricos y curiosidades religiosas.

9.-  La Flecha y su gente.

10.- Conclusión.

11.- Galeria Fotografica. 


1.- Algunas referencias del lugar.


Antiguamente, se le llamó Comboquito. Este sitio, que está dentro de la jurisdicción actual de la Parroquia La Puerta, Municipio Valera, estado Trujillo en Venezuela, formó parte de las posesiones desde tiempos ignotos de la comunidad indígena Bomboy, del valle del mismo nombre; una parcialidad de la poderosa Nación Timoto.


En el registro de caseríos y comarcas de 1920, elaborado y publicado por Américo Briceño Valero, La Flecha no aparece reseñada (Geografía del Estado Trujillo. editorial Cultura Venezolana. Caracas. 1920);  sin embargo, la posesión agrícola cercana denominada El Pozo, sí;  quizás la escasa población y las pocas casas, respondían a las que habían alrededor de esta hacienda. Tampoco aparece existente, para 1929, en la matrícula de sectores hecha por el geógrafo francés Bennet (Guía General de Venezuela. 1929). Antiguamente, se le llamó Comboquito (Kombokito), derivado de Komboko, que en lengua indígena significa quebrada o río dormido.

El Caserío La Flecha, se encuentra ubicado en jurisdicción de la Parroquia La Puerta, zona sur del área urbana de dicha Parroquia, bastante cercano al casco urbano, Municipio Valera, estado Trujillo, tiene el código postal oficial: 3106.

Distancia a Valera, estado Trujillo, 26,6 Kms., tomando ruta de la carretera trasandina, unos 48 minutos. Distancia a Timotes, estado Mérida, 28 Kms., tomando la Carretera Trasandina, Troncal 7, para unos 52 minutos, sin tráfico de carga.

2.- La iniciativa de Mitrídates Volcanes y el poblamiento de La Flecha.  


Mitrídates el ultimo montonero, irrumpe en La Maraquita.

Tiene sus orígenes como asentamiento social, en la dinámica iniciativa impulsada por Mitrídates Volcanes, un dirigente campesino de los sin tierra, nativo de Pueblo Llano, estado Mérida, que llegó a estos predios de La Puerta, en las montoneras del legendario coronel Sandalio Ruz, caudillo de la Sierra de La Culata, y de las fuerzas oligarcas trujillanas, que después abandonan, sin embargo, en opinión de sus herederos, entre ellos su nieto Pablo Volcán, aquel no congeniaba con el general Araujo, el "León de la Cordillera". Mitrídates, al intervenir y vencer con sus compañeros, la intrincada vegetación boscosa, subiendo por el primer camino indígena parameño, en el llamado Derrame o Chorrerón de La Maraquita, que se desprende del Páramo de Las Siete Lagunas, sobre la tercera década del siglo XX, se fue perfilando el comienzo de la historia de este caserío. Su otro  nieto Ramón Volcan “el Cholito”, hizo un importante esfuerzo por el mejoramiento del Dique de la Maraquita.    

Mitrídates Volcanes. Cortesía de Ayarid Volcán.  

Al tener dominio sobre las aguas, mediante la construcción de dique y canales, y haber deforestado gran parte de esa inhóspita zona, fue organizando parcelas de labor,  dadas a campesinos pobres, divididas con pretiles de piedra en su mayoría, convirtiéndose en un área fértil de producción agrícola, que a la vez, fue generando la necesidad de ocupar espacios cercanos, para vivir los parceleros, los peones, ayudantes, y lo mas adecuado era el área adyacente a La Maraquita, que es lo que hoy constituye el sector La Flecha; fueron pocas casas las que se levantaron, todas de bahareque y techo de fajina de caña.

Este dirigente agrario, promotor de esta área de producción, fue el lugarteniente del coronel Sandalio Ruz, históricamente se considera como el último montonero de La Puerta, porque sobrevivió a su jefe, a Cesáreo Parra y al coronel Américo Burelli, que juntos conforman los cuatro varones nacionalistas de la Cordillera de La Culata, asi como, Jose Antonio Pabón, el mártir de Palmira.

El señor Pablo Volcán, nieto de Mitrídates, recordó que en la familia se comentaba la anécdota, que en una de las jornadas de revueltas, lo venían persiguiendo a él y su pequeño destacamento, habían entrado a La Puerta, y los perseguidores le iban pisando los talones, iban muy cerca. Sin pensar mucho, bajó y tomó rumbo al cementerio. Entró y se escondieron pegados al muro de tapia; los enemigos llegaron hasta la esquina del muro exterior y uno de ellos miró el muro y dijo: - vámonos, esos no se van a meter en el cementerio (Conversación con Pablo Volcán.  La Flecha.  Octubre de 2021).  Así salvó Mitrídates su vida y la de sus compañeros. 

Señor Juan Pablo Volcán, nieto de Mitrídates Volcanes. Toma fotográfica del 2021, sector La Flecha, Parroquia La Puerta, estado Trujillo en Venezuela.  Cronografía propia de este blog, N°  5130.

El mismo señor Volcán, rememoró que cuando la revuelta contra Gómez, en rechazo a la rebatiña de las concesiones petroleras, su abuelo se fue a Montecarmelo, huyendo de los enemigos, se quedó un buen tiempo y se casó con Micaela Sulbarán, joven de ese pueblo. Regresó a La Puerta, donde decidió asentarse y formar familia (Conversación citada). Como se observa, de la partida de defunción de su esposa, Mitrídates no sabía leer ni escribir. Mitrídates está enterrado junto a su esposa Micaela, en el cementerio viejo de La Puerta. Murió con 98 años de edad, en 1954. 

Posteriormente, según lo recuerda el mismo Volcán, -quien nació en este sitio-, cuando avanza la construcción del tramo de la carretera trasandina, Valera-Timotes, va creando mejores condiciones de acceso, conectando la entrada al área urbana de La Puerta, es decir, una "y”,  el cruce o bifurcación donde está la bomba de gasolina, así fue llegando nueva gente y se fue amañando allí. También, la construcción de la vía La Flecha - La Lagunita, fue aportando atractivo al lugar.

Según el testimonio de Antonio Lino Rivero, nativo del Censo y destacado conocedor de estos hechos, explicó que en la primera etapa, estuvo relacionada con el hecho que, la maquinaria para la trasandina, la estacionaron en El Calvario, en la calle La Legua, en los alrededores de la antigua capilla de Fátima y el camino real, y desde este sitio, abrieron la carretera inicial, desde la calle La Legua hasta lo que hoy es La Flecha, que antiguamente, llamaban Comboquito (Conversaciones con Antonio Luis Rivero, en La Puerta, enero de 2022). Su padre, el maestro Martín Rivero, fue el capataz de estas obras viales.


En ese sitio, se divide la vía, una para La Lagunita, otra para entrar a La Puerta, y otra con dirección a Timotes, que es el ramal de la Trasandina. Se usaba mucho esta vía, debido a que el ramal de Valera a Timotes, paralela al río Motatán, es decir, desde el Cumbe, pasando por Quebrada de Cuevas, las crecientes dañaron gran parte de esta carretera. El gobierno nacional decidió construir el tramo carretero Mendoza-La Puerta, subiendo por la serranía, para llegar a Timotes, que concluyó en 1949.

La realidad rural fue cambiando, a partir de los años 80, cuando el desarrollismo urbanístico depredador, fue adquiriendo las tierras de La Maraquita, construyendo anarquizadas urbanizaciones para vacacionistas y turistas, hoy fantasmales y vacías, y dejando como resultado, un fuerte y lesivo impacto ambiental.  


3.- El singular topónimo: La Flecha.

Con la  existencia de la carretera trasandina, utilizada para ir a los pueblos de Mérida y Barinas, fue creando expectativas para el atractivo negocio del turismo y el comercio, fueron llegando personas de otros lugares de Venezuela y del mundo. 

En la memoria oral, no se olvida la anécdota en relación a este nombre, que ocurrió cerca de la plaza Bolívar. Cuentan que en una oportunidad le preguntaron al poeta Ángel González Rivas “el Guayanés”, que ejercía como comerciante de este pueblo, que por qué llamaban ese sitio La Flecha, y no se supo si por desconocimiento, porque él llego a vivir muchos años después, en los años 60 del siglo XX, o por jocosidad  o para asustarlo, le dijo al viajero: <<es que ahí, había un indio, que cuando se molestaba comenzaba a tirar flechas a diestra y siniestra>>, que al carro que pasara por la vía trasandina a Timotes, le lanzaba flechas, y el poeta que realmente no sabía cómo se originó ese nombre, recomendaba a las personas que tuvieran mucho cuidado al pasar por esos lados. 

         Lo cierto de la aparición del topónimo -según se lo escuché al profesor Carlos Volcán-, es que, en los años 40 del siglo XX, comenzando sus actividades la gente del Hotel Guadalupe, colocó una valla vial para orientar a los turistas, que tenía una destacada y simbólica flecha de color blanco, y abajo, en letras del mismo color el nombre: Hotel Guadalupe, ese es el origen del nombre, que a los habitantes se le hizo fácil señalar y llamar a este sitio como la Flecha, derivado del símbolo vial, que estaba en la valla. Ese aviso, desapareció hace muchos años. Imagínense, las pocas casas que habían en aquellos tiempos, que la bomba surtidora de gasolina, propiedad de Abdón Lamus "Don Audon", estaba en la entrada del hotel Guadalupe, zona norte del área urbana de La Puerta. 

       La versión precisa que nos da Antonio Lino Rivero, sobre el proceso de construcción de esta carretera, es la siguiente: <<En el año 1944/45 se construyó el tramo de carretera de La Puerta a Comboquito (hoy La Flecha) para empezar la construcción de la vía La Puerta-Timotes. Para esa época yo estudiaba en el grupo escolar José Luis Fauré Sabaut situado en la avenida Páez,  esquina calle 8, diagonal a la plaza. Cuando terminaron la vía La Puerta a Timotes, la unieron con la vía qué pasa por Pueblo Nuevo. En La Puerta, existía desde el año 1950 el famoso hotel Guadalupe y era donde llegaban los turistas zulianos. Al unir las vías Timotes-La Puerta- Pueblo Nuevo-Valera, el pueblo de La Puerta quedó un poco aislado y los turistas que iban de Maracaibo seguían directo para la Mesa de Esnujaque, que era un pueblo muy turístico y el clima parecido al de La Puerta. En vista de esto los dueños del hotel Guadalupe que habían perdido mucha clientela, instalaron una gran flecha en el sector Comboquito dónde les indicaba a los turistas dónde estaba ubicado el hotel Guadalupe; ese es el verdadero origen del nombre del sector La Flecha>>(Conversaciones con Antonio Luis Rivero, en La Puerta, enero de 2022). 

Como para que no quedara duda, aseguró con otro de los vecinos mayores: <<El que sabe bien esta historia es mi primo Rafael La Cruz, que vive en el sector el Viso, quien fue mi compañero de estudios en la Puerta, y trabajo en la venta de repuestos que tenía en la bomba de gasolina de Pablo Volcán, anteriormente la tenia Don Luis Ignacio Araujo, hermano de mi papá Martín>> (Idem)


4.- Gentilicio.

La generalidad de estos parroquianos, se les atribuye el gentilicio de puertenses, pero en lo específico,  el gentilicio que hemos escuchado que se le da a los nativos de este sitio, es el de flecheros y flecheras, sin haber conocido arco o ballesta, ni  disparado ninguna flecha.


5.- La trasandina dinamizó el crecimiento de La Flecha.


         El señor Juan Pablo Volcán, uno de sus mas antiguos pobladores, recuerda que otras casas se fueron levantando cuando se construyó la carretera trasandina; durante el gobierno de  Pérez Jiménez, llegó gente de otros lugares y se amañaron en el sitio, luego la vía fue asfaltada por el gobierno de Rómulo Betancourt en 1959 (Conversación con Pablo Volcán); sin embargo, mantuvo sus características agrícolas. Dicha comunidad está integrada por gente sencilla, agricultores, trabajadores, comerciantes. 

De acuerdo con el dato suministrado por el señor Volcán, nieto de Mitrídates, la parte de arriba, se le llamó antiguamente Comboquito, porque pasaba una pequeña quebrada de agua fresca y saludable, desde la montaña hasta los lados de la casa de Orangel Briceño, más arriba de lo que se conoce como El Vergel. 


        6.-  La gasolinera, punto de entrada y de salida.


Una infraestructura, que complementa el avance de este sitio, y ha sido emblemática para la comunidad parroquial, lo es la gasolinera,  la estación de servicios que se le llama comúnmente "la Bomba de La Flecha", que está en el cruce carretero, que fue instalada a comienzos de los años 60 del siglo XX.

Anteriormente, según Antonio Lino Rivero, nuestro apreciado colaborador y conocedor de estos sitios y hechos, hubo otra bomba de gasolina, muy pequeña, cuyo propietario era el señor Luis Ignacio Araujo, quien  la comenzó a construir entre los años 1947 y 1948. Para 1949, ya funcionaba la surtidora bomba, y una venta de repuestos del señor Cesar La Cruz, también vecino de este lugar.  

Si hay alguien vinculado a esta estación de servicios, e igualmente, del caserío La Flecha, es el señor Pablo Volcán, nieto de Mitrídates Volcanes, un testigo de excepción en cuanto a la formación, crecimiento y consolidación de este caserío. Ha sido un permanente protagonista y testigo de la vida de esta comunidad, aquí ha estado residenciado, y en la estación de servicios ha laborado por más de 60 años ininterrumpidos.  

Certificado original del permiso para el expendio de productos derivados de hidrocarburos, en la Estación de Servicios La Flecha, de 1965, Otorgada por el Ministerio de Minas e Hidrocarburos de Venezuela. Toma fotográfica del 2021, sector La Flecha, Parroquia La Puerta, estado Trujillo en Venezuela.  Cronografía propia de este blog, N°  5021.

En su local comercial, montado en lo alto de una pared, como si fuera un cuadro de pintura al óleo, exhibe el Certificado original del permiso que reza: <<De conformidad con el Decreto N° 187, concede a Juan Pablo Bolcan, permiso para el expendio de productos derivados de hidrocarburos, que se utilizan en el transporte terrestre>>, bajo la denominación de <<Estación R. La Flecha>>, situada en <<Carretera Vía Timotes, La Puerta, Edo. Trujillo>>; de combustible de fecha 1 de julio de 1965, Otorgada por el Ministerio de Minas e Hidrocarburos de Venezuela. Cronografía propia de este blog, N°  5021. Obsérvese que para esta fecha, oficialmente se le llamó  a este lugar: La Flecha.

Diploma de reconocimiento al señor Pablo Volcán por su participación en las actividades de  Asociación Trujillana de Empresarios Gasolineros (ATRUGAS), 1964. Cronografía propia de este blog, N°  5057.

A pocos centímetros y en la misma pared, también se puede observar, con cañuela y vidrio, el Diploma de reconocimiento al señor Pablo Volcán por su participación en las actividades de  Asociación Trujillana de Empresarios gasolineras (ATRUGAS), en el año 1964. Estos importantes documentos, nos dan información histórica, de esta estación de servicios como factor dinamizador del crecimiento del sector La Flecha, y que sustituyó a la Bomba anterior, e igualmente  a la surtidora de Audón Lamus, que funcionaba en la entrada norte de La Puerta, lateral a la entrada del Hotel Guadalupe.


7.- Escuela, servicios, gasolinera y comercios.

El gobierno construyó una escuela primaria, y paulatinamente, creció el caserío La Flecha, que hoy conocemos, vitrina de dos realidades socios económicos totalmente distintas, la que representa los agricultores y productores, y la gente sencilla nativa de este lugar, y la  que exhibe, las urbanizaciones propiedad de gente pudiente, que viene por temporadas vacacionales. La Escuela de la Flecha, es ahora denominada Escuela Concentrada La Flecha, NER N°5, que es una de las que primero se construyeron en la Parroquia.

Con el crecimiento poblacional, de unidades de producción, del transporte y de la actividad turística de La Puerta, el caserío entrecruzado, ha obtenido favorablemente cierta modernización en materia de servicios; existen algunos restaurantes, cafés, sitios de comida rápida y comercios, bodegas, barbería,  alojamiento en posadas turísticas, estación de servicios y gasolinera.


8.- Monumentos, lugares históricos y curiosidades religiosas.


Fundamentalmente La Flecha, ha sido y es una zona agrícola, en su alrededor existen fundos importantes como El Pozo, que anteriormente eran criaderos de ganado vacuno y ovino. Hubo hasta hace algunas décadas, una empresa de Champiñones, con nivel de exportación.

8.1.- El primer camino indígena de La Puerta al páramo de las Siete Lagunas, ingresando por La Maraquita,

8.2.- El viejo Chorrerón de la Maraquita.

8.3.- Zona de pretiles, elaborados el siglo pasado por los comuneros de Mitrídates Volcanes.

8.4.- Escuela de la Flecha, ahora denominada Escuela Concentrada La Flecha, NER N°5, que es una de las que primero se construyeron en la Parroquia.

8.5.- El famoso Dique de la Maraquita, que venció lo inhóspito de aquel lugar, y lo convirtió en zona de cultivos, y ahora de edificaciones vacacionales.

8.6.- La casa centenaria de Mitrídates Volcanes, el último montonero.

8.7.- La gasolinera, estación que ha prestado servicios por más de 60 años. 

8.8.- Las ruinas de la Champiñonera, hoy invadida.


         8.9.- Virgen del Carmen, de la peña.


De unos 20 centímetros aproximadamente, es la imagen de la virgen del Carmen, que colocó hace varios años, la señora Benita Abreu, al frente de su casa, ubicada en un recodo en la carretera trasandina, que va de La Flecha subiendo a Valeralta, en una peña muy inclinada. La reliquia la adquirió de unos artesanos de Isnotú. Como le viene de familia, ha sido y es devota de la Virgen del Carmen. Benita, sexagenaria, es oriunda del Alto de San Juan, que se encuentra en la ruta a Timotes, agradable caserío agrícola y de mucha espiritualidad religiosa. Ella le tiene mucha fe y la puso para la protección de los conductores, que transitan por esas curvas. La peña, por su forma, tamaño y en una fuerte curva, es de pasar con precaución. La agradable abuelita, dijo que la saca de su gruta de piedra, los 16 de julio, para sus rezos y cánticos en una casa vecina. Semanalmente le pone sus flores y la alumbra cuando se puede. Esto devela un particular culto mariano carmelita, en nuestra Parroquia.

8.10.- El Rey Negro de La Flecha.

Una de las curiosidades religiosas que se localizan en la parroquia La Puerta, estado Trujillo en Venezuela, lo es el Rey Negro de La Flecha.  Sentado, vestido con su amplia túnica color crema intenso,  turbante chocolate y roscón de rey, sentado, al lado de un enorme ánfora plateada, y pose de espera, sobre una alfombra mandarina, el barbudo rey negro, observa a los que bajan a pie y los que van en vehículo, hacia la población de La Puerta. Mide unos 20 centímetros de altura aproximadamente. En su lado derecho, hay una cruz de palma. Al parecer, es una imagen de Baltasar el Negro, uno de los simpáticos sabios o magos de Oriente, que fueron a visitar al niño Jesús recién nacido, y que se recuerda como tradición católica, cada 6 de enero.

Está ubicado, con cierta comodidad, en una especie de gruta natural, con un salido de piedra que lo protege, dentro de una peña, en la carretera que sube de La Flecha a Valeralta. Lo instaló ahí, el vecino de la casa azul de enfrente, hace unos pocos años. No se pudo localizar a este señor, y los  vecinos desconocen el motivo por el que lo colocó en ese lugar. La Flecha, por el número de casos, se le ha señalado históricamente como el caserío de los suicidios.


        9.-  La Flecha y su gente.

En cada lugar hay personas que destacan por ser forjadores, o participar colaborando y ser emprendedores en favor de su comunidad, los que se mencionan a continuación, entre otros, son reconocidos por ese espíritu propositivo. Hacemos la salvedad, que los nombres que señalamos a continuación, son algunos de los mas recordados en la memoria de esta colectividad de La Flecha, tanto por su participación en el proceso de construcción de este caserío y comunidad, como por aquellos, que en forma directa o indirecta, han dado su aporte, bien como agricultores, comerciantes, maestros, vecinos o simplemente por sus anécdotas y simpatía. Esto es, apenas el inicio de un esfuerzo reconstructivo de la historia local, para ir rescatando, tanto los hechos importantes, como los protagonistas; quien desee hacer algún agregado, corrección o aporte a este artículo, favor exponerlo en los comentarios o comunicarse por nuestros contactos. 

Mitrídates Volcanes, lugarteniente del legendario coronel Sandalio Ruz, caudillo de la Sierra de La Culata; intervino y vence con sus compañeros, la intrincada vegetación boscosa, Derrame o Chorrerón de La Maraquita, que dio inicio al asentamiento de esa zona y La Flecha.

Además de los pioneros constructores de comunidad, existen personas que se van ganando el afecto y el reconocimiento en el seno de sus familias vecinas por su espíritu proactivo, o por sus cualidades o acciones, como las que se menciona a continuación.

Juan Pablo Volcán, distinguido comerciante  y testigo de la formación de la comunidad de La Flecha.

Ramón Volcán “el cholito”, nació en La Maraquita (1923-2015),  fue un destacado dirigente agrario de la región,  y responsable activista comunitario, fue Presidente de la Junta Comunal de La Puerta. Nieto de Mitrídates, hizo un esfuerzo por el mejoramiento del Dique de la Maraquita.

Luis Ignacio Araujo, había instalado en ese sitio la primera Bomba surtidora de gasolina. Cesar la Cruz, quien en 1957, tenía allí una venta de repuestos cerca de la bomba de gasolina (Conversación con Antonio Lino Rivero. La Puerta. Enero 2022). De los primeros comerciantes de la zona.

Martin Rivero, maestro, fue el capataz de las primeras obras viales, particularmente el tramo La Puerta-La Flecha.

La maestra Olga, de las pioneras docentes de la escuela, y de las mas bondadosas, según recordó Ramon Albornoz, de los primeros alumnos y nativo de este sitio. 

Un personaje de la picaresca local, lo fue Lorenzo Romero “el gordo”, quien era comerciante y tenía en su local, unos micrófonos y de vez en cuando, se paraba en la entrada de su negocio, ubicado en el cruce, y se convertía en locutor, imitando a los de la radio, y se dedicaba a complacer con melodías a los conocidos. Recuerdan que a quien más molestaba: - ahora vamos a complacer a nuestro amigo Pablo Volcán, con una de las jilguerillas. E inmediatamente, le ponía un disco de acetato, resonando a través de las cornetas.

Hay también como en todo pueblo rural, cúmulo de creencias sobre las  facultades curativas, que se entremezclan con las extrasensoriales o mágicas, que se comentan y se atribuyen a ciertas personas. 

Donde la curandera Matilde, que en un tiempo, mantuvo a la comunidad preocupada por sus "efectivos" trabajos esotéricos y ocasionó reclamos ante las autoridades y también ante el señor cura,  por su supuesta alianza con espíritus infernales, pero a la vez, allí se fue constituyendo un punto espiritual, mágico y hasta misterioso, que destacó cuando la inesperada llegada del helicóptero presidencial en los tiempos del Dr. Rafael Caldera, y aterrizó en los predios de la casa vieja del Dr. Espinoza, destacado dirigente de Copei y del gobierno de Trujillo. En la memoria de Fermín Rivas, vecino de este lugar, está muy claro aquel episodio, en el que siendo niño, llamó a su mamá, porque había una señora bruja bien peinada montada de lado en una escoba, y la hélice del aparato, la había despelucado toda, y cuando se retiró, la señora logró coger vuelo.

Otro personaje del referido ambiente, lo fue Regina la hechicera de El Viso, de quien se dice, que no se le podía ver la cara dos veces, otros decían que hoscamente tenía una belleza oculta, de esas que no se ven de buenas a primeras, su estampa un poco dura, así como su fuerte mirada de ojos claros, pero cuando otorgaba una sonrisa, demostraba su belleza interior, y buenos augurios en el caso; algunos personajes parroquiales se les ligo sentimentalmente a esta señora.

El comentario de quienes la conocieron, era que no tenía el mismo poder de su mamá a quien llamaban "La Jorobada". A esta señora, la recuerdan como un ser fuerte y repulsivo, le gustaba regañar a los que acudían a ella; era de mediano tamaño, desgarbada, hosca, con una arruga cerca del labio superior, con nariz de tabique torcido y unos ojos sombríos, que todavía, no se ha definido el color, porque nunca miró de frente a sus pacientes.

El "Siete diablos" Dávila, también conocido como "Cacharrito", fue desde joven muy pendenciero, a quien le atribuían poderes sobrenaturales, como evitar ser herido mortalmente en sus sonadas peleas, o desaparecer ante el peligro de ser emboscado. 

El loco Juan Ruz, que cuando no dormía en los trapiches, lo hacía a orilla de la carretera, al parecer, trabajó por muchos años en la bomba de gasolina frente a Cobrapsa, en la avenida Bolívar de Valera.

El viejo Ramón Albornoz "el flechero", alumno de la maestra Olga, que ha dedicado su vida a trabajar como peón, en todas las haciendas de La Puerta. 


10.- Conclusión:

Como se puede apreciar, el conjunto de factores y hechos, que hemos explicado  anteriormente, dinamizadores de su modernidad  y de su economía, particularmente, la incursión en La Maraquita, la Carretera Trasandina, Troncal 7, Valera-Timotes;  la carretera La Flecha-La Lagunita; la gasolinera, la champiñonera, indican que este sitio se convirtió en un sitio de oportunidades, para propios y extraños que se quedaron a vivir y fomentar familias, y también nos señala el proceso transitado en la formación social, cultural e histórica de esta comunidad puertense, llamada La Flecha.


11.- Galería fotográfica.


Otra gráfica del Señor Juan Pablo Volcán, personaje emprendedor del sector La Flecha, en el momento que expone parte de la historia de ese Caserío. Cronografía propia de este blog, N°  5135.

Panorámica parcial de La Flecha y La Maraquita, tomada desde la gasolinera. Toma fotográfica del 2021, sector La Flecha, Parroquia La Puerta, estado Trujillo en Venezuela.  Cronografía propia de este blog, N°  101725



Hondonada desde el frente de la gasolinera; al fondo se puede observar parte de La Maraquita. Toma fotográfica del 2021, sector La Flecha, Parroquia La Puerta, estado Trujillo en Venezuela.  Cronografía propia de este blog, N°  102001



En el cruce, en dirección a bajar a La Puerta, el restaurant y venta de desayunos criollos. Cronografía propia de este blog, N°  102106.


El árbol simbólico de La Flecha. Cronografía propia de este blog, N°  102200


Vista general de la gasolinera de La Flecha. Toma fotográfica del 2021, sector La Flecha, Parroquia La Puerta, estado Trujillo en Venezuela.  Cronografía propia de este blog, N°  101556.


El Chorrerón de La Maraquita, en la parte inferior de la gráfica, se observan las parcelas convertidas en urbanismos muertos.  Cronografía propia de este blog, N° 124637


Virgencita de la peña, via La Flecha-Valeralta. Toma fotográfica del 2021, sector La Flecha, Parroquia La Puerta, estado Trujillo en Venezuela.  Cronografía propia de este blog, N°  134101


El Rey Mago Negro, de La Flecha. Toma fotográfica del 2021, sector La Flecha, Parroquia La Puerta, estado Trujillo en Venezuela.  Cronografía propia de este blog, N° 110107.  

La centenaria casa familiar de Mitrídates Volcanes, el último montonero y vencedor de La Maraquita, aun se conserva en pie. Cronografía propia de este blog.

Martin Rivero (1903-2014), fue el capataz en la construcción de la vía La Puerta-La Flecha, también se le recuerda por ser el primer maestro de la escuela del Censo en 1920, murió en Maracaibo, a la edad de 110 años.

Ramon Volcan, nieto de Mitrídates, en el Dique de la Maraquita. Cortesía de Ayarid Volcán. Cronografía  N° WAO038. 


Entrada a La Maraquita, es el mas antiguo camino indígena para llegar a los páramos
de la serranía de la Culata. Cronografía  propia de este blog, N° 2862. 



Otra panorámica de La Maraquita. Al fondo, desde la cima de la montaña, el Chorrerón de La Maraquita, sector La Flecha, Parroquia La Puerta, estado Trujillo en Venezuela.  Cronografía propia de este blog, N° 2858.

La Puerta, marzo 2022.

Omanrique761@gmail.com 


miércoles, 30 de marzo de 2022

Gavino Rivero y su bodega solidaria.

 

Gavino Rivero y su bodega solidaria.


Oswaldo Manrique.

 


Desde muy temprano y cumpliendo aquel dicho antiguo y popular que <<el que tenga tienda que la atienda>>, los bodegueros, pulperos y tenderos, como se les llamaba en aquellos tiempos, realizaban la ceremonia "espanta bichos", con algo de prosopopeya, luego de barrer con escoba de raíces parameras, iban rociando con cristalino gas plan (kerosen), la acera y la calle que hace frente a su respectivo negocio. 


Gavino Rivero Villarreal, uno de los antiguos tenderos de La Puerta.


Ese ritual, lo ejecutaban, Don Audon Lamus, en su tienda de telas y zapatos, en la entrada norte del pueblo, Tolentino Pacheco, en la Hoyada a una cuadra de distancia de éste; Gil Cómbita en su pesa de carne, comestibles y bar, y asimismo, el señor Gavino Rivero, a quien no le adjudicaron el título rural de "Don", como a otros acaudalados comerciantes, quizás por su particular forma de ejercer el comercio. Su nombre completo: Gavino Rivero Villarreal, nació en La Puerta el 20 de octubre de 1906, murió el 19 de junio de 1997. Se casó con Victoria Araujo, quien falleció en La Puerta, el 28 de mayo de 1998.

Hombre formal, ordenado, pulcro en su negocio de comestibles, y de mucha responsabilidad. 

 

Sus comienzos mercantiles.

El señor Gavino, era un hombre de labranza, tenía un lote de terreno, cerca de la Escuela de La Flecha, en la que por muchos años sembró caraota y maíz, la que comercializaba. 

En la casa que tenía Gavino, en el área urbana de La Puerta, a comienzos de los años 60 del siglo XX, le llegaron a alquilar la sala de la esquina, que tiene dos puertas, una que da a la calle 4, y la otra, a la avenida Bolívar, a pocos metros de la sede de la Escuela Técnica Agropecuaria, que dirigía el educador Isaac Araujo. El señor Gil Cómbita, que fue el arrendatario, puso ahí un comercio y bodega, al frente estaba el restaurante <<la vieja Carmelita>>, de grata recordación por sus exquisitas comidas criollas. Al poco tiempo, se muda Gil, al frente de la ETA, y un pariente de Gavino, de nombre Hernán Rivero, se lo alquila por ser buen punto, pero no duró, también se fue. Teniendo Gavino el local adaptado y con la estantería básica para el comercio, decidió abrir la bodega en 1965.

El señor Gavino Rivero Villarreal, en el interior de su bodega, ubicada en la esquina de la calle 4 con avenida Bolívar, La Puerta. Gráfica cortesía de Pedro Pablo Rivero.


Aquel hombre blanco, vestido a la antigua usanza, con paltó azul, camisa blanca, pantalón oscuro, alpargatas y con su sombrero gris, de buen trato, atendió personal y permanentemente su negocio, a ratos lo suplia su esposa Victoria; una que otra vez, lo ayudaba su hijo Pedro Pablo, quien se incorporó a la Guardia Nacional. 

Allí se le veía, en las mañanas y tardes vendiendo las arepas de maíz, la cachapa, el pan criollo, que elaboraban su esposa Victoria y su hija Flor, y con horarios establecidos, horneaban en el horno de adobes de arcilla traída de Tierra de Loza o Colorada, cercana a Carorita, que tenían en el patio, y apartaban tiempo para elaborar sus cocadas, el majarete o sus afamados polos de distintos sabores, que pedían los estudiantes. Para los adultos, tenía para que chispearan, su michito sanjonero.

 

Victoria Araujo de Rivero, esposa del señor Gavino Rivero Villarreal.

Madrugaba el hombre, cuando le tocaba atender sus cultivos en La Flecha, y al culminar, se le veía venir en su caballo, que lo guardaba en la parte trasera de la casa, donde había un pequeño potrero.  

Pedro Pablo Rivero, su hijo, recuerda que una mañana, se detuvo en los oficios la señora esposa de Gavino, para decirle algo que la tenia confusa. Le dijo al marido: - el Roque es del otro lado. Queriendole decir que al parecer era homosexual. Enseguida le contestó Gavino: - Usted si parece pendeja, no va a ser del otro lado si vive del cementerio pa’ llá, pa’ la carretera. La respuesta dejó perpleja a la señora y no se le ocurrió comentar más. 

 

Recordó su hijo Pedro Pablo Rivero, que la familia tenía como costumbre, cuando iban a comer los mayores, es decir, Gavino y su esposa, que ninguno de los hijos ni parientes, ni amigos, se acercaban al comedor, en ese momento casi sagrado, solo podían estar él con su señora, comiendo. Este matrimonio procreó 8 hembras y 3 varones. 

 

No, no, no, llévese uno... 

 

Todos los días, en los predios del alba, con brisa, neblina, se le veía detrás del mostrador, manipulando el peso, picando y envolviendo comestibles,  dinámico, ordenado y respetuoso, con su pulcra gala diaria y su infaltable sombrero, atendiendo a su clientela, y quedaba tiempo para saludar a los eventuales transeúntes. 

En aquel tiempo, cuando alguna madre de familia pequeña, necesitaba algún alimento o comestible, le decía al muchacho que fuera donde el señor Gavino, y había una razón para ello. En este pueblo andino, los muchachos le dirigían su mirada escrutadora de la tarde, esperando su palabra alentadora, la respuesta, un - ¡Si hay! 

Cuando antes me referí que al señor Gavino, no le decían "Don", por su particular manera de manejar su tienda; por ejemplo, si llegaba una persona y pedía algún alimento por bulto, panela, maíz, harina, arroz, o caraota, o que quería comprarle toda la existencia, él de inmediato le respondía: 

<<No, no, no, llévese uno para que le deje a los demás>>, y en efecto, le vendía una porción, equilibrando que los demás también pudieran comprar y comer.

En esta casa de la esquina de la avenida Bolívar con calle 4, de La Puerta, estuvo por más de 4 décadas, la Bodega de Gavino.


Aunque resulte paradójico, eso ocurría en la bodega del señor Gavino, era una especie de distribución equitativa y solidaria de los alimentos ofertados en el día, sacrificando la recuperación rápida de la inversión, que es uno de los objetivos de cualquier comerciante. Ésa actitud, le acreditó mucha confianza entre sus vecinos. 

- ¡Señor Gavino, Señor Gavino, yo llegué primero! Otro jóven cercano, decía:

- ¡atiendame a mi señor Gavino!

Eran los escueleros, y los estudiantes de la ETA, pidiendo las ricas cachapas o sus exquisitos polos, a quienes también les aplicaba la tabla rasa, cuando se ponían a pedir por lotes las sabrosas cachapas y arepas que preparaba la señora Victoria. Aquellos gritos y algarabía de los estudiantes con su apetito matutino, no alteraba su temperamento, por el contrario, era cuidadoso en atender y distribuir por orden de llegada, en eso no se inmutaba. 


Pedro Pablo Rivero, hijo del señor Gavino, cuando estuvo en la Guardia Nacional, hoy jubilado de dicha fuerza. 


Gavino, se hizo a pulso de honradez y de trabajo, fue un comerciante excepcional en La Puerta. Su solidaridad, es una de las más excepcionales virtudes que se puedan contemplar en el mundo del comercio de ayer y de siempre. Esta es una de las razones, por la que se elabora esta pequeña crónica local.

La Puerta, febrero 2022.

 Omanrique761@gmail.com

 

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