martes, 30 de junio de 2020

José Gregorio Hernández, Beato trujillano.




Oswaldo Manrique R.

El día 19 de junio del 2020,  el Papa Francisco, en la ciudad del Vaticano, firmó el decreto por medio del cual se aprueba el milagro, que abre el proceso para elevar a la condición de Beato al Dr. José Gregorio Hernández, un trujillano laico. Se han comenzado a dar muestras colectivas de celebración y júbilo por tan agradable noticia, sobre todo que ocurre en medio de esta pandemia mundial que preocupa al mundo y particularmente a los venezolanos y venezolanas. 

Independientemente de su carga religiosa, la valoración de su obra, de su vida, personalidad y de su legado, es un hecho importante y por eso, es digno de ser registrado como un acontecimiento de relevancia histórica,  que enaltece  al país.
La devoción de la feligresía de La Puerta, por el Dr. José Gregorio Hernández, -según narran vecinos de mayor edad-,  la encausa el padre Ramón de Jesús Trejo, cura párroco de esta población, en el año 1949, cuando la alta autoridad de la Iglesia Católica en Venezuela, dio inicio al proceso de canonización para designarlo santo, lo que coincidía con el comienzo del proyecto de la construcción del nuevo Templo de San Pablo Apóstol. Siendo el promotor de esta obra, el párroco decidió que entre las 5 imágenes que iban a estar en los vitrales de la fachada, una era la del Dr. Hernández; esto, lo hemos explicado en el artículo El primer Vitral de José Gregorio Hernández,  publicado en este mismo blog.

Cuando afirmamos en dicho articulo, que el templo de San Pablo Apostol de La Puerta, fue inaugurado en 1965, no podemos esconder que el vitral fue elaborado en la década de los años 50 del siglo XX, que tuvo que paralizarse la construcción por falta de recursos, no así los vitrales, que los había hecho el maestro Salvatore. De ser cierto lo publicado hasta ahora sobre la fecha de construcción del templo y el circuito religioso de Isnotú, es decir, que fue en 1960, en terrenos donados por el señor Francisco Araujo, pudiéramos decir que este vitral de La Puerta, dedicado al Dr. Hernández,  sería el primero elaborado en Venezuela y en el mundo.  



Vitral del Dr. José Gregorio Hernández, Templo de San Pablo Apóstol, La Puerta, Trujillo, en Venezuela. Cronografía propia de este blog, N° 5778.

Para esa época, no era Siervo de Dios, ni tenía jerarquía como para adorarlo en los templos católicos, y el padre Trejo, estudioso de los fenómenos sociales y religiosos, le habría encargado al maestro Salvador, italiano, artista, herrero y vitralista, hiciera tan hermoso tributo. Fue en 1972, se le reconoce como Siervo de Dios, y  años más tarde, en 1986, cuando el Papa Juan Pablo II, examinó sus virtudes heroicas y lo declaró <<Venerable>>.   

Pequeña gruta en honor al Dr. José Gregorio Hernández, Venerable. Entrada del Hotel Los Andes, ubicado en Avenida Bolívar, entre calles 1 y 2,  La Puerta, Estado Trujillo, en Venezuela. Se puede apreciar decorada en piedra rustica, y teja criolla, en el nicho principal la imagen de cuerpo entero, material cerámica, traje en color negro. Corona la parte superior, la Santa Cruz. Cronografía propia de este blog, N° 3449.


José Gregorio Hernández. Imagen de cuerpo entero, aproximadamente 1 metro de alto, elaborada por artistas nacionales. Fue adquirida por el señor Giovanni Batista Bianchi, en el año 1992, en Isnotú, quien era su devoto.  La gruta está construida en piedra rustica del Valle del Bomboy, fue diseñada y construida por el arquitecto italiano Fernando Lombardo. Tiene iluminación interna, y en el nicho inferior, hace unos años, era una pecera.  Está ubicada a la entrada del Hotel Los Andes, Avenida bolívar, La Puerta, Trujillo, en Venezuela. Cronografía propia de este blog, N° 3474.


Toma del nicho superior de la gruta, se observa la imagen del José Gregorio Hernández. Cronografía propia de este blog, N° 3475.


Toma cercana a la imagen de José Gregorio Hernández. Cronografía propia de este blog, N° 3476.


La Puerta, julio 2020.

miércoles, 24 de junio de 2020

Valera histórica, en fotografías



2ª. Galería fotográfica. 


Oswaldo Manrique Ramírez.



Valera, de Trujillo, Venezuela, en Fotografías antiguas.   

Amigos lectores, a continuación tienen la segunda entrega de fotografías antiguas de la temática de obras civiles y religiosas relacionadas con La Puerta, Estado Trujillo, en Venezuela. Nos permitimos publicar un conjunto de 10 fotografías, sobre una ciudad a la que además de tener una incidencia importante en la vida de nuestra región andina,  nos une profundos lazos históricos, nos referimos a Valera,   la principal ciudad comercial, política  y urbana del Estado Trujillo, en la ocasión de estar celebrando un año más del nacimiento de su patrono San Juan Bautista. La próxima entrega programada (1° de julio), será exclusivamente de La Puerta. 

La parroquia eclesiástica de la ciudad de Valera, tiene la advocación católica de San Juan Bautista, apóstol éste, quien desde tiempos remotos, ha sido venerado para el buen desarrollo de la agricultura, el progreso y  el bienestar de la gente, y algunos dicen, que hasta para conseguir pareja. En una ligera retrospectiva, Valera, ha tenido favorables índices de crecimiento social, cultural, económico y urbanístico, producto de hombres y mujeres emprendedoras, amables y consecuentes. Quizás, la designación de ese patronazgo, lo haya hecho el Obispo de la Diócesis de Occidente de Venezuela, Rafael Lasso de la Vega, como  homenaje y distinción a su  protector  el arzobispo Juan Bautista Sacristán, no tan estable en Santa Fe de Bogotá, en tiempos de la independencia suramericana. 


Gráfica N° 1.- Histórica fotografía de 1918. Foto de la Antigua Plaza Bolívar de Valera.  Encontrada en el Tomo II, pág. 52-A, de Testimonios del Periodismo Trujillano, escrito por Don Luis González. Se puede observar, el viejo Templo de San Juan Bautista, a su izquierda el “Centro Industrial”, la Botica y la “Casa de Corredores”.    Cronografía N° 2973.  



Gráfica N° 2.-  Fotografía histórica 2011. San Juan Bautista con su báculo, símbolo espiritual. Escultura en bronce, erecta en la plaza adyacente al templo homónimo, en el centro de la ciudad de Valera, Estado Trujillo, Venezuela.


Gráfica N° 3.-  Fotografía histórica 2017. San Juan Bautista sin el báculo, se lo llevaron los amigos de lo ajeno y del bronce. Al parecer, antes del 2010, se habían llevado otra estatua del patrono, del mismo material.  Gráfica de Ailyn Hidalgo, Diario El Tiempo. 




Gráfica N° 4.- Valera en 1920. Calle de piedra, al centro un hombre galopa su jamelgo. Al frente de un local comercial, descansan antiguos y sudorosos vehículos. Colaboración Wilmer Viloria.



Gráfica N° 5.-  Fotografía histórica de parte de la artística fachada del “Teatro Libertad”, inaugurado con una fastuosa fiesta popular y artistas internacionales, el 11 de octubre de  1956.  Colaboración Wilmer Viloria.


Gráfica N° 6 .-   Fotografía histórica de 1960.- Esquina de Valera, en la calle 11 con avenida 12, se observa, a la entrada en forma de arco de una casa, un señor con casco, parece un militar o funcionario policial de la época. Colaboración Wilmer Viloria.



 Gráfica N°  7.-  Una de las primeras fotografías de la ciudad, Valera verde y con calles de tierra, se puede percibir al fondo y a la derecha, el templo de San Juan Bautista.  Colaboración Wilmer Viloria.


Gráfica N° 8.-   Esquina de la famosa “Heladería Roma”. Se puede observar el estilo de las casas de dos plantas, con balcón; igualmente, el gran aviso con iluminación de neón. Al frente, parada una bicicleta con su cajón de repartidor (antiguo sistema delivery). Colaboración Wilmer Viloria. Cronografía N° 72785231.


Gráfica N° 9.-  Valera. Vieja calle 10, a la derecha se puede observar, el templo de San Juan Bautista.   Colaboración Wilmer Viloria.  Cronografía N° WA0002.



Gráfica N° 10.-  Estampa en el mercado de la Valera vieja. Dos paisanos, jugando a la entrada del local comercial N° 35, sobre un cartón, al parecer,  zorro y gallinas. Colaboración Wilmer Viloria.    


A todos nuestros generosos amigos, vecinos y lectores, les pedimos dejen su comentario en el blog, acerca de esta recopilación fotográfica y si tienen información que corrija o complemente la que publicamos, se lo agradecemos. Igualmente, a quienes tengan fotografías antiguas de personajes, populares,  artistas, militares, políticos, sacerdotes, deportistas, comerciantes, educadores, profesionales, empresarios y hacendados de La Puerta, que quieran compartir en este empeño de rescatar nuestra memoria histórica, le agradecemos nos las hagan llegar al siguiente correo.

La Puerta, junio 2020.




martes, 23 de junio de 2020

Pueblo Rockolero y Alegre.


         Las Rockolas musicales.


                                                          Oswaldo Manrique R.

El capitalismo, acostumbró a los pueblos a surtirlos de cuanto invento se le ocurriera vender. Los comerciantes, como parte de la cadena económica, sirven de agentes en esa práctica. A comienzos de la década de los sesenta del siglo pasado, las pulperías, bodegas o negocios mercantiles de La Puerta, llegaron las famosas rockolas, que se consideraron escandalosas y para otros, la fórmula de masificar la música para los que no tenían tocadiscos o gramófonos en este medio rural. Allí, metiendo una moneda, podían escuchar los corridos, rancheras, mejicana, bolero, joropo y cualquier expresión de música popular que estuviera de moda, lo que  estimulaba al escucha a seguir consumiendo en el local. Eran unas  maquinas bastante populares,  permitiendo que el melómano escogiera de una lista de canciones, la que más le gustara. Se estima que en 1910, mejoraron y modernizaron el sistema del cilindro con que se iniciaron las primeras rockolas, y fue sustituido por un mecanismo que reproduce el grupo ordenado de  discos de 45 rpm, mediante la introducción de monedas y haciendo su selección personal.  
La rockola impactó el mundo de la diversión y el entretenimiento de los habitantes de La Puerta. En muchos sitios de la comarca se instalaron estas maquinas musicales. Las más visitadas en su época de apogeo, para bailar y conseguir pareja, fueron las del Centro Familiar El Valle, de la señora Elda Torres, local frente a la plaza Bolívar, atendido por su hijo Kike Matheus, recuerdo a Alfonso Rivas, del páramo, que entraba al mediodía, alborotando y gritaba “llegó la alegría” e iba directo a la rockola, a poner un porro o alguna cachicamera del momento, eran dos o tres mesas que se ocupaban rápidamente para escucharle sus historias fantásticas  y a bailar muchachos; otra de las rockolas que se convirtió en parte de la cotidianidad musical de los puertenses, fue la del “Centro Social Tropical”, en la calle Bolívar, entre calles 3 y 4, La Puerta, local de dos niveles, resturant y área bailable, del señor Gil Combita; otro de los de mayor recordación fue la popular “Terraza Zulia”, en la avenida Bolívar, entre calles 2 y 3, La Puerta, su dueño era el señor Benito Sánchez; en estos establecimientos se podía además de comer y  escuchar la música, bailar en el local, conversar las parejas de novios, hasta el amanecer. Fueron muchas las parejas de enamorados y matrimonios que generaron estos lugares.

A pesar de ser unos aparatos o armastotes barrigones y pesados, median casi metro y medio de alto, las rocokolas, eran las reinas más buscadas en los centros de esparcimiento, restaurantes, fuentes de soda, bares, bodegas y pulperías; en los años 60, del siglo XX, eran el centro de la alegría y la fiesta popular. Asi como producían diariamente mucho dinero, también eran aparatos costosos.

Los fines de semana o en días de fiestas del pueblo y religiosas, se podía observar, como los jóvenes solitarios, entraban a  los locales e iban directo a la maquina musical, era como si estuvieran embrujados, directo a meter la moneda y a marcar la escogida, ni siquiera saludaban a los otros rockoleros presentes; luego, pedían su cerveza, se ubicaban en alguna mesa y a disfrutar del momento.  Hubo rockola en el negocio y gallera del señor Jacinto Peñaloza, que tenia un variado repertorio,  a media cuadra de la plaza; y otras, no menos animadas como las de Augusto Carrasquero, local y gallera, ubicada en la calle Bolívar, a una cuadra de la Iglesia, donde tenían buenas rancheras y variadas criollas y extranjeras.

De las rockolas que se convirtieron en el principal instrumento de animación  musical de los pobladores de La Puerta, debemos anotar las de Rodulfo Combita y Escolástico Combita, ubicada en la Calle Páez, con rancheras, boleros, guarachas y baladas; también las del señor  Antonio Rivas y la señora Marta Combita, entrando por la Calle 3, hoy cerca del Hotel Cordillera; igualmente hubo música de moneda en el negocio de Escolástico Combita, ubicado en la calle Páez,  a media cuadra de la Prefectura. En el restaurant  "Pastelito de Oro", en La Hoyada, también hubo rockola. En La Flecha, había rockola en los negocios de  Pablo y el de Ramón Volcán, en este negocio de Ramón aprendió a bailar el amigo Oscar Volcán, atendía y bailaba; y en el sector la “Y”, la del señor Enrique Aldana. Si, era cierto, que algunos vecinos, para justificar las cucharadas, decían “voy a esperar que suene la mia”, algún porro, o cualquier ranchera, lo que alargaba la alegria y a veces, una de Julio Jaramillo o Daniel Santos para la tristeza; pero una u otra situacion, aderezada con musica. Jaramillo, estuvo en la Discoteca “La Araña”, cantando y libando como los buenos, según me lo contó Gustavo Duque, el popular regente del Pastelito de Oro.  


                                            Las mas conocidas eran las Rockolas marca Segburg-Wurlitzert.

Así como era causa y sostenimiento de los bebedores, los más melómanos, acudían todos los fines de semana a cerciorarse y escuchar las nuevas canciones, que llegaban en los acetatos que iban cambiando cada cierto tiempo, en esos aparatos musicales. Por ahí desfilaban las voces mexicanas de Pedro Infante, Jorge Negrete, Javier Solis, José Alfredo Jiménez, Antonio Aguilar, o de ilustres caribeños como Beny Moré, Celia Cruz, Rolando la Serie, o sureños como Leo Marini y Lucho Gatica, entre otros.  
Con la llegada de los aparatos de sonido en sus diferentes modalidades y los discos compactos (CD),  las rockolas, pasaron a ser de la tercera edad y fueron sustituidas y arrumadas en el cuarto de los cacharros viejos. La mayoría era de marca Segburg-Wurlitzert, la más vendida fue la Modelo Spectra, que cargaba  con 80 Discos y la Rockola Marca Ami modelo G-120, algunos dueños de estos negocios o hijos de éstos, aun las conservan como reliquias. Así se amenizaron durante una época, las celebraciones en nuestra parroquia.


La Puerta, junio 2020.

omanrique761@gmail.com 


domingo, 21 de junio de 2020

La Bandera de La Puerta, su revisión cuatricentenaria.





Oswaldo Manrique R.


El símbolo más funcional y efectivo desde el punto de vista de la identificación gentilicia de un país, de un estado o localidad, es sin duda, la bandera; agregaremos, que particularmente por su color, que es el que logra impactar y llamar la atención, por el pigmento que exhibe, según lo explicaba en el Tratado “Teoría del Color”, el poeta y científico germano Johann Wolfgang von  Goethe,  elemento que provoca emoción, y a la vez, va promoviendo su valor simbólico, es decir, comunica la línea ideológica de quienes la enarbolan (Color  y Psicología, pág. 81). 
En 1813, en sintonía con el Decreto que iba a librar, Bolívar exhibió en Trujillo, una bandera de la Guerra a Muerte, con recuadros rojo, blanco y negro; de esta solo queda el boceto en el Museo Nacional de Bogotá. La Bandera de la Guerra a Muerte, al parecer fue utilizada y destacó en la Batalla de Araure, ocurrida el 5 de diciembre de 1813, luego del polémico decreto dictado en Trujillo, por el Libertador Simón Bolívar. 
Símbolo del periodo histórico de la Guerra a Muerte, razonado y propuesto  por el Coronel trujillano Antonio Nicolás Briceño a las fuerzas patriotas en Cúcuta; una especie de fase de exterminio (1813-1820), en el que cualquier prisionero de origen peninsular o canario debía ser pasado por las armas, fusilado. 



La Bandera de la Guerra a Muerte.  Cronografía N° 3353.

En 1824, en la campaña magna por los Andes, luchando por la libertad de los países suramericanos, Simón Bolívar usaba otra bandera que lo acompañaba en sus actividades  guerreras,  “…A la entrada se veía el pendón del Libertador…” (Von Hagen, Víctor W. Las 4 estaciones de Manuela. Pág. 111. CVE. Bogota. 1982);  así como sirve para fomentar y difundir el derecho de nacionalidad y de pertenencia, a una  determinada comunidad de gentes, también sirve para distinguirse en una causa revolucionaria.
El citado autor alemán, escribió que, “Dentro de una choza india, donde el inerte pendón rojo de Simón Bolívar colgaba de una lanza, los oficiales de su estado mayor verificaban la extensión de su victoria…” (Von Hagen: 125). La bandera roja, es de las que califican los expertos cromáticos, como de colores calientes, tiene por tanto sobrada capacidad de expresión, mucha luminosidad y mucha fuerza estimulante e impactante. Los psicólogos, la refieren como el color de la pasión, sin embargo, es un color para la seguridad y el equilibrio. Para Bolívar, seguramente, significaba el color de la vida y de la libertad.
Concluida la guerra independentista, los llamados oligarcas, conservadores, ponchos, chutos trujillanos de la etapa republicana,  se arrogaron el rojo, como el color de su bandera ideológico-política.  Hoy, las banderas rojas, tienen otro significado, diametralmente opuesto.

La Bandera de La Puerta.

La Puerta, como comunidad de gentes, tiene su bandera. Según la explicación que encontramos de la confección de este símbolo,  en el libro del Dr. Abreu Burelli,  “…En la bandera se destacan  sus colores verde y azul, en forma de rayos o destellos que significan, el azul, las aguas de las lagunas de los páramos y del río Momboy, y, el verde su exuberante vegetación. Dentro del circulo, que rodean los rayos azules y verdes, podemos observar el mundo sideral, pleno de luces que iluminan las montañas y el valle” (Abreu Burelli,  Alirio.  Un Valle, una Aldea, un río). Indica igualmente, que fue diseñada por un pintor nativo de nombre Leonardo Peñaloza y “…la elección estuvo a cargo de un jurado nombrado con motivo del concurso convocado a tal efecto…” (Íbidem).  El verde y el azul, son colores clasificados como fríos, de esos que denotan y dan la sensación de ser sombríos, aéreos, lejanos, húmedos, aunque su luminosidad va de acuerdo a la tonalidad de ellos, esto según los estudios de Newton del año 1666 (Color Psicología: pág. 86). El azul, es el quinto color del espectro solar, se le identifica como el azul del cielo sin nubes, pero en el caso  de las aguas es el matiz más oscuro de este color, es espiritual, noble, idealista. Los Mayas identificaban el Norte con este color, igualmente, en la antigua China.  En la dinámica de colores, el verde revela las sensaciones antes señaladas, limitantes, oprimen, de dinámica escasa, sostenido en posición intermedia entre los colores calientes y fríos;  es el cuarto color del espectro solar;  es el color que asemeja la hierba fresca, la esmeralda y el cardenillo. Sobre la elección del jurado, no se ha encontrado ninguna información, ni de quienes lo integraron, ni quienes lo eligieron, y menos las razones para la escogencia de esta bandera. se hizo la indagación en el Concejo Municipal y no se encontró ningún dato ni Ordenanza al respecto. 

Bandera de La Puerta. Cronografía 3229. 

El Dr. Abreu Burelli explica que,  “En la parte inferior del círculo se observan los sembradíos en la tierra fértil y prodigiosa del valle y la imagen del agricultor con sus bueyes en la tierra recién arada”. (Ídem). Traemos a colación estos datos técnicos, para la reflexión sobre la necesaria armonía que deben tener las banderas.

En la parte final de la explicación del citado autor, señala que, “En la parte inferior del circulo una cinta con la inscripción 9 de agosto de 1620 nos recuerda la fecha de la  fundación de la Parroquia San Pablo del Momboy” (Ídem).  En esto tenemos que ser precisos, lo hemos divulgado mucho en nuestros escritos, conversaciones y conferencias, 1°) La Puerta, no fue fundada en esa fecha, no existe prueba de ello; el único acto de fundación es el de 1670, cuando el padre Nicolas de Reyna, cura doctrinero, y el Maestro Mateo de Párraga, realizaron una fundación cartular, de lo que existe documento, según el historiador Amilcar Fonseca, de resto,  lo que tuvo fue un proceso de formación como pueblo, evolutivo desde sus orígenes indígenas Timotes, pasando por el proceso de invasión-exterminio, hasta el fraudulento juicio de partición del resguardo (1608-1891), en que fueron desalojados los descendientes de los últimos aborígenes Bomboyes, primeros pobladores y sus casas demolidas.
2°)  Sobre este punto de la "fundación", es pertinente tomar en consideración y revisar,  por ejemplo,  ¿cómo se puede obviar, que en 1608 (12 años antes de la supuesta y falsa fundación de  1620), cuando le dan la primera y mas extensa Encomienda del Bomboy (La Puerta), a uno de los mas destacados genocidas de Venezuela, el capitán Juan Álvarez de Daboín, el exterminador de Nigale, de los indios zapara, alelíes y otras tribus, en 1607, al año siguiente le conceden esta encomienda como pago por los servicios de exterminio en el lago de Maracaibo?. Es este conquistador-genocida, el que desaparece al tabiskey Bomboy, y comienza su acción exterminadora de la resistencia indígena de este grupo Timotes y también los divide, trasladándolos a otros lugares, al punto que es San Pablo Apóstol del Bomboy (La Puerta), uno de los pocos pueblos que no se le otorgó el derecho a tener su cacique (Tabiskey) de orden sucesoral.   

Por eso, se insiste, en ¿cómo pueden seguir repitiendo y difundiendo -sobre todo los educadores y los políticos-,  que el 9 de agosto de 1620, es como una fecha de fundación? y para colmo, como una manera de justificar esto, basándose en que  en una pesquisa realizada entre 1658 y 1664, por el gobernador Pedro Porras Toledo y Vozmediana, habría concluido en que en la Encomienda del Capitán Diego de Hurtado de Mendoza, los indios eran bien tratados, estaban congregados y tenían pueblo e iglesia. Esto, además de absurdo, es una falacia.  Pregúntense: ¿Qué ser humano, que esté en sus plenos cabales, puede decir, que al ser  irrespetado en sus derechos naturales, despojado de sus tierras y sometido a un régimen de  esclavitud, sin pago alguno, y obligado a aceptar una religión a la que no le ligaba nada ni sentía, a abolir sus costumbres, cultura e idioma  ancestrales, se sentiría bien tratado por su esclavista y dueño? 
3°) Asimismo debemos insistir, en que en el proceso de descolonización de nuestra cultura e historia, debemos hacer el esfuerzo por comenzar a llamar  las cosas por su nombre. Este pueblo -como lo hemos investigado y difundido en varios artículos-, originalmente se llamó Bomboy, y no Momboy, como se ha venido difundiendo; hay un trabajo sobre ese tema en este mismo blog, que se puede leer.

 Y culmino, con lo siguiente: ¿es esa fecha, con ese motivo y acto de esclavitud,  a la que sometieron a los indígenas Bomboyes, la que tenemos que seguir aceptando y adoptarla para la “celebración o conmemoración de la ignominia cuatricentenaria en La Puerta? Esta comarca, por lo menos a la letra de la Primera Constitución Provincial, comenzó a ser considerado como Pueblo, y ademas, Pueblo republicano y libre, el día 2 de septiembre de 1811, fecha magna para todos los trujillanos y trujillanas.  Estamos a tiempo, de revisar esto de los símbolos parroquiales, las autoridades municipales, regionales y nacionales y los mismos pobladores, tienen la palabra.

 Junio  2020.



jueves, 18 de junio de 2020

Susana Duijm en La Puerta, 1956.



Oswaldo Manrique Ramirez.

Hubo mucha gente y también algarabía, en el terminal de pasajeros del Aeropuerto Antonio Nicolás Briceño de Carvajal, para dar la bienvenida a una representante de la bella mujer venezolana.   La esperaba la comitiva del Club de Leones, en el pasillo central, que la acompañaría y guiaría durante su visita.
Había ganado su reinado de belleza por elección popular, en el Salón Naiguatá del  Hotel Tamanaco de Caracas, el día el 9 de julio de 1955.  El nombre completo de esta beldad: Carmen Susana Duijm Zubillaga. Nació en Aragua de Barcelona, Estado Anzoátegui, el 11 de agosto de 1936. Murió en Porlamar,  el 18 de junio del 2016. 
 Además de ese triunfo nacional, obtuvo uno muy especial porque la convirtió en la primera mujer hispanoamericana en ganar el Concurso Internacional Miss Mundo, en 1955. Meses antes, había quedado como semifinalista en el certamen Miss Universo, en la ciudad de Long Beach, California,  USA.


En la gráfica de 1955, Susana Duijm, sonriendo, blandiendo su negra cabellera, ataviada con un traje de alta costura, en su brazo derecho lindas pulseras, y en el otro, sosteniendo un saco correspondiente a su vestimenta de dos piezas, y una cartera, bajando del avión de la Aerolínea Taca, que aterrizó en el Aeropuerto de Carvajal, Estado Trujillo. Cronografía N° 3848.

En una de las tantas entrevistas que  concedió, precisamente en el año 2016, al Diario Panorama, Susana, la reina, relató interesantes anécdotas que le sucedieron en el transcurso del proceso para su elección como la primera Miss Mundo venezolana.  Sobre los primeros obstáculos que tuvo que superar, recordó:
<<Yo no tenía ropa de diseñador pero con una costurera le supimos sacar provecho a mi figura con un traje ceñido al cuerpo. Unos días después viajé al Miss Universo en Estados Unidos y por primera vez una venezolana quedó entre las semifinalistas. Allí me vieron los organizadores del Miss Mundo y me invitaron a participar. Viajé a Londres completamente sola. Me las tuve que arreglar con unas cuñas que había hecho para el pasaje y para defenderme por allá. Después todos me decían, yo sabía que  ibas a ganar>>.

Toma general del antiguo Terminal de Pasajeros del Aeropuerto de Carvajal.

De las varias dificultades que se le presentaron en Inglaterra, y cómo se fueron resolviendo contó: 
<<Llegué a Londres con 15 días de anticipación porque me equivoqué de fecha, y allí estaba yo, llorando, con mis maletas en el aeropuerto sin conocer a nadie>>; el concurso estaba previsto para el 20 de octubre de 1955, día que efectivamente desfiló como representante de Venezuela.
Le había dado un dinero a un señor que siempre estaba en la plaza Bolívar (Caracas), para que enviara un cablegrama avisando mi fecha de llegada, pero como que se agarró los reales y nunca lo hizo. Un señor me vio llorando  y se acercó a preguntarme qué me pasaba. No tenía ni idea  de que se trataba de un periodista. Amablemente me ayudó, me explicó que me iba a hacer unas fotos y al otro día ¡salí en la primera páginaRecuerdo el titular: Belleza latina perdida en la neblina de Londres>>.
Pero al parecer, todo estaba previsto por el destino y contó que, <<En ese periódico se encargaron de contactar a los organizadores del Miss Mundo. Fue increíble que cuando gané el Miss Mundo, ellos me sacaron con el título: ¡Ganó nuestra muchacha! >> (Tomado de: desdelaplaza.com); vale aquello, que más vale caer en gracia, que ser gracioso.



Fotografía tomada en 1955,  panorámica de la entrada de Valera, por el lado sur, a la altura de lo que hoy es El Country, La Esperanza, es decir, en sentido La Puerta-Valera. Obsérvese las primeras edificaciones de la Urbanización Las Acacias; también,  la vía por la que tuvo que pasar Miss Mundo, Susana Duijm, cuando fue a visitar a La Puerta. (González, Luis. Testimonios del periodismo trujillano. Tomo XII. Valera). Cronografía N° 3054.

De la cobertura de la prensa regional nuestra, de la época, solo pudimos obtener, lo que reprodujo el cronista de la ciudad, periodista Luis González, en su memorial,  <<Susana Duim, Miss Mundo, llega a Valera en el curso de 1956 para una fiesta benéfica en el Club de Leones. Fue una mujer muy bella que impactó la sociedad inglesa en el certamen de 1955>> (González, Luis. Testimonios del periodismo trujillano. Tomo XII. Valera). Se presume, que tras su llegada al país el 1° de noviembre de ese año, estuvo en La Puerta y Valera,  a mediados de 1956. 
Fue invitada por el Club de Leones de Valera, a engalanar una fiesta para recolectar recursos económicos, para financiar proyectos humanitarios en favor de los niños y las escuelas, becas y ayudas a jóvenes de esta ciudad. 

Fachada del Hotel Guadalupe, en La Puerta, icono del turismo nacional, estado en que se encontraba en 1955, cuando lo visitó Susana Duijm, Miss Mundo.

Al llegar a la entrada del Hotel Guadalupe, los que la esperaban y acompañaron, le dieron un estruendoso aplauso, a aquella escultural hermosura que media  1,74 m de estatura, con un hermoso cabello negro y ojos café oscuro, que solo expedía simpatía y lozanía criolla.   Fue modelo, locutora, había trabajado como actriz en México, con éxito destacando en la trilogía El Norteño, con Antonio Aguilar.
Próximo a cumplirse 4 años de su partida a otro plano, recordamos esta página de la historia bonita de Venezuela.  ¡Salve Reina Hermosa y Pepiada!

La Puerta, junio 2020.

miércoles, 17 de junio de 2020

Maen-Shombuk, el Santuario (las 7 Lagunas).



La Puerta, Estado Trujillo, en Venezuela.


                                             Oswaldo Manrique Ramírez.





 Maen-Shombuk, el Santuario Indígena.

Al comienzo de los tiempos en que se produjo el proceso de expansión de los Muscus y Timotes por la Cordillera de la Culata, estableciendo su camino intermontano hasta el Puerto de Gibraltar en el lago de Coquivacoa,  se fue asentando la Comunidad Indígena del Bomboy, en el valle del mismo nombre; junto con esto, se fue consolidando un espacio y paraíso espiritual,  un gran santuario indígena de los integrantes de esa comunidad: los Bomboyes, Xikokes, Kombokos, Mucuties, Xaxoes y Esnujaques, que es el monumento de la resurrección de esa cultura aborigen, autóctona, que inmortaliza esta raza, a pesar del genocidio y su desaparición, quedando sus dioses y lugares principales.

Arriba, Mapa  de MAEN-SHOMBEUCH, Santuario de las 7 Lagunas. Se puede localizar con cierta facilidad, el Santuario Indígena, en el Páramo de las 7 Lagunas, La Puerta, Estado Trujillo, en Venezuela.  Idea y diseño de Oswaldo Manrique y Licenciada Yaritza Rivas. S/E, elaborado en el 2019, para este blog.   

 Desde la población de La Puerta, existen 3 caminos indígenas muy antiguos para llegar a él, la Cuesta de los Rondones, que se inicia al frente del cementerio, o bajada de la Prefectura de La Puerta; el camino más viejo, el de La Maraquita, cercano a La Flecha, por donde invadió el pirata francés Gramont de la Mote,  para saquear y quemar a Trujillo en 1678, y un tercero, que es el de los Bicuyes, frente a lo que se conoce como Parcelamiento El Rosario (antigua hacienda). A pie, se puede recorrer, en senderismo,  en bestia también; por  este camino se encuentra la carretera para vehículos de doble tracción que pueden lograr un buen trayecto en menor tiempo, para luego emprenderlo hasta el mismísimo Páramo de Las 7 Lagunas. Aparte existe la vía ancestral desde Mérida-Timotes-La Mucutí-Paramito-Chegué, que también conduce al Santuario.

Precisamente en esta serranía, se conformó con el paso de las distintas glaciaciones, un lugar hermoso, para algunos encantado, mágico, santo, de proyecciones magnéticas que por su composición topográfica, altura, hidrográfica, climática, quebradas, manantiales, cuevas, lagunas, depresiones, riscos, caminos, farallones, su historia, espiritualidad, solo se puede catalogar como un excepcional santuario indígena. Son siete sagrados depósitos de agua dulce, de origen glaciar, hermosas y seductoras Lagunas, con sus propias historias y encantos, cada una ha sido denominada por los pobladores de este páramo, con un nombre que responde a su forma y características. El paraíso santuario al que me refiero, está conformado por 7 Lagunas o espejos de agua, cada una con su respectivo nombre y su propia historia: Laguna Negra, Laguna Gata, la Calzona, la Corcovada, Corazón, La Ciega o Tapada y la Madre de la Laguna Gata.

En este espacio se veneraban las divinidades o elementos fundamentales de los indígenas, y también, los espíritus de sus antepasados. A tal fin, los restos de sus muertos, eran enterrados en las distintas cuevas que están cercanas a estas lagunas, y era su costumbre, ir en grupos como en especie de peregrinación familiar, a rendir tributo a sus antepasados o a realizar sus actos y ritos mágico religiosos, por ejemplo a dar gracias al Dios de las cosechas, o al de la lluvia. Se conoce por tradición oral, que el maestro Mateo de Párraga, cofundador de La Puerta en 1670, sostenía que cada 56 años, los indígenas Timotes se congregaban todos en un determinado lugar, para resolver sus grandes problemas colectivos y trascendentales. Este espacio de misticismo, era idóneo para la meditación y la obtención de respuestas  Esta demás decir que es un sistema frágil,  natural, que ha sido visitado y poco intervenido.


Agradable toma parcial de la Laguna Negra. Obsérvese el aviso “LAGUNA NEGRA. ALT. APROX. 3.650 MSNM”. Páramo de las 7 Lagunas,  La Puerta, Estado Trujillo, en Venezuela.   Cronografía N°074446.

         Es MAEN-SHOMBEUCH (Maen-Sombuk), que en lengua Timoto significa las 7 Lagunas, es el Santuario de los simbólicos 7 ojos mágicos de agua, las 7 Lagunas parameras, en la cultura, espiritualidad e historia de la Comunidad Indígena de los Bomboyes, pobladores precolombinos de La Puerta.  La composición anterior, está formada por maen, que es el vocablo indígena usado para indicar siete (7),  y shombeuch o shombuk, palabra compuesta por shom y beuch, para designar o representar el elemento físico agua, la última, adjetivo de bastante, fuerte o permanente;  unidas ambas voces Maen-Sombuk, indican 7 lagunas (Dialectología Timoto-Cuicas. Fonseca, Amílcar. Orígenes Trujillanos. Tomo I. Págs. 279 al 305. Fondo Editorial Arturo Cardozo. Trujillo. 2005). Este sería el nombre con el que representarían los indígenas Bomboyes, Xikokes, Mukutís, Kombokos y Xaxoes, a su gran Santuario, Maes-Sombeuk. 
En el estudio de este nombre Maen-Shombuk (7 Lagunas), se descubrirá toda una cosmovisión indígena, en lo que vendría a ser la tendencia natural a la libertad, igualdad, solidaridad, colectivismo, y a la vez, nos encontraremos con el origen más remoto de nuestro humanismo y de nuestras raíces.


 El Santuario de las 7 Lagunas.

 Según los añejos cronistas, este espacio, era el escenario más importante desde lo colectivo, para los Bomboyes, Xikokes, Mucutís, Jajoes y Timotes, era el lugar no solo de peregrinación y reunión cada cierto número de años, como lo señalaba el maestro Mateo de Párraga, sino que era el lugar de los festejos y de las ofrendas de estas formaciones indígenas. Fueron las 7 Lagunas, eso: un santuario sagrado. En el pasado fue un espacio  protegido y respetado por estos aborígenes.


Panorámica de 3 de las 7 Lagunas, que conforman este santuario y mágico sitio,  obsérvense a la Gata, la Corva o Corcovada, la Negra; y mucha neblina y vegetación frailejonera. Páramo de las 7 Lagunas,  La Puerta, Estado Trujillo, en Venezuela.  Cronografía N° 101522.  

Existe en él, mucha vegetación de frailejón, musgos y díctamo real y otras especies parameras. Sin contar con un estudio preciso de su fauna, se calcula que pudieran existir en este ecosistema, unas 150 especies de aves, entre las que destacan, paují copetón, pavas, gallineta, pericos, lechuzas, colibrís.
Como referíamos anteriormente, para la oralidad de nuestra comarca, el Maen-Shombeuch: es un bello paraíso-santuario indígena,  es decir, un complejo holístico natural religioso, que se encuentra asentado en el páramo sagrado de La Puerta. Se han tejido muchas leyendas acerca de ellas, los vecinos de estos lares, señalan que estarían custodiadas por uno seres llamados “momoyes”, otros que por unos entes pequeños que andan con guadaña en ristre, quienes viven en sus alrededores.  Según estas creencias, los visitantes no deben pisar muy duro, brincar, ni gritar, ni lanzar piedras a las aguas,  porque se molestan estos vigilantes, y se apodera del lugar una espesa neblina, que puede extraviar a las personas; algunos han contado que se han encontrado gente muy hermosa, serenos y simpáticos ancianos o bellas mujeres y hasta los han invitado a fiestas, y al ser abrumados por su encanto, van a aparecer en otros lugares.  Son leyendas que se mantienen desde tiempos muy antiguos, repito, en la oralidad paramera.
Para nuestros ancestrales y primeros pobladores indígenas de la etnia Timoto, este hermoso y excepcional  sitio fue de su más alta y secreta valoración y respeto personal y colectivo. Fue un espacio sagrado de alto valor mítico y religioso, el lugar de sus Dioses, de su templo místico y el de sus venerados muertos. Esto, ha sido mantenido por sus sucesores y se ha querido conservar como espacio sagrado, en la tradición familiar de nuestro páramo.  Se dice que la  Laguna de Urao, que está  en Lagunillas, seria en la antigüedad, la laguna más importante entre todas las lagunas sagradas de los Andes; sin embargo, su importancia estriba en lo que producía, la sal de Urao, utilizada por los indígenas para la elaboración del chimó, utilizado en sus rituales y ceremonias, pero no por ser fundamentalmente, un espacio místico.

El investigador Julio Cesar Salas, en su obra sobre los orígenes de nuestros primeros pobladores, clasifica y agrupa a los Timotes y Kuicas para el estado Trujillo; igualmente, ubica en el segundo grupo de su clasificación de los pueblos indígenas andinos, como Mucus-Timotes, ubicados en la región del rio Motatán, incluyendo a los Timotes, Bomboyes, Jajoes, Esnujaques, Mucutís, Mucurujunes, razones obvias, agregamos, Kombokos y Xikokes. (Los aborígenes de la Cordillera de los Andes. Publicado por la Facultad de Humanidades de la ULA, Mérida, 1971, 2. ª Edición, la primera se hizo en 1908). Igualmente en: (Etnografía de Venezuela (estados Mérida, Trujillo y Táchira), Publicado por la Dirección de Cultura de la ULA, Mérida, 1956). Esas expresiones étnicas fueron los primeros pobladores de La Puerta.

Ubicado en la gran Cordillera de los Andes venezolanos, específicamente, en  el lado este de la parroquia La Puerta, del Estado Trujillo, en Venezuela,  a una altura que sobrepasa los 3.000 m.s.n.m., zona paramera o alpina, muy helada y húmeda durante todo el año, no se presta como hábitat permanente de personas, a pesar de que en sitio cercano hay unas pocas familias, muy antiguas, viviendo en casas hechas en piedra y barro, con sus fogones internos. Aparte, en muchas de las mesetas y llanos de estos páramos, lo que pudiéramos llamar zona media o de subpáramo,  a una altura de más de 2.000 m.s.n.m., se han  mantenido viejas comunidades descendientes indígenas Timotes, que devinieron en mestizajes, pero que aún conservan sus costumbres y algunos de su vocablos, hay caseríos,  fincas, escuelas, y es atravesada por una carretera agrícola que llega desde la zona urbana de La Puerta.  Están dotados también, por un conjunto de quebradas, cascadas, torrentes, que sirven de fuente hídrica para las casas, anteriormente para el riego y las acequias, hoy sustituido por el sistema de riego.

 Este páramo es surcado por la vía o camino intermontano que conduce al Lago de Maracaibo, anteriormente ruta comercial al puerto de San Antonio de Gibraltar y lógica salida al Mar Caribe. Complementada su riqueza indígena, con una de las obras de ingeniería más interesantes de nuestro mundo prehispánico, me refiero a Las Escaleras, que es una secuencia de escalones de piedra de gran tamaño, cortadas en forma angular  y acoplados uno sobre otro, que sirven para subir o bajar con relativa facilidad  por el borde de un verdadero precipicio y pendiente. Se dice, que el tipo de piedra con el que fue construida esta escalera, no se consigue en este lugar.



Detalle de las Escaleras indígenas. Se puede observar los cortes y el tipo de piedra rústica en que están elaboradas estas escaleras que facilitan el paso y por medio de las que se ahorran media hora de camino para llegar al Santuario Indígena Maen Shombuk, en el Páramo de las 7 Lagunas, La Puerta, Estado Trujillo, en Venezuela.  Obsérvese que los peldaños, son bordeados por esas piedras, que sirven también de pasamano o agarre. Según Tulio Ramón Rivas, el último Xikoke, esas piedras, no se encuentran en el páramo, él consideraba que fueron traídas por los indígenas, de la zona baja, posiblemente de Arapuey. Cronografía N°102149.


Asimismo, fue este páramo histórico, zona de libertad, de protección y de amparo para los grupos y tribus relativamente cercanas que como los motilones, mucuchies y mucurubaes, timotes lo transitaban,  que <<espantados por el ruido de la Conquista, erraban en los páramos y selvas sin someterse>> (Salas, Julio C. Etnografía de Venezuela (estados Mérida, Trujillo y Táchira), pág. 4. Publicación de la Dirección de Cultura de la ULA, Mérida, 1956). Este era un espacio libertario, de los indígenas que fueron despojados de sus tierras del valle del Bomboy, por los invasores europeos encabezados por los capitanes Juan Alvarez de Daboin y Hernando Hurtado de Mendoza. La memoria paramera, nos ha aportado la leyenda del indígena rebelde Chegué, que peleó en la Guasabara contra los soldados de Diego García de Paredes, que saquearon el templo de Ikake  y a Escuque, como primer sitio en que se fundó la ciudad de Trujillo; aquel nativo, asentado muy cerca de las 7 Lagunas, durmiente de las cuevas, habría vivido más de 140 años, según se ha escuchado, ayudado por el catire díctamo real.
Esas 7 cavas naturales de agua, muchas veces amanecen en forma de espejos de cristales de hielo dulce, de diferentes tamaños y colores, en las que según la tradición oral se posan o aparecen personajes o momoyes vigilantes ante el mal uso que hacen los visitantes de ellas, o su alteración sónica, como protagonistas de muchas leyendas que les han tejido, conforman el conjunto paradisíaco indígena al que me refiero. 


Piedra del Muñeco, Piedra Kachuta o Piedra sagrada del Sol.

Como parte de su enorme belleza y especialidad natural, tiene una corona, que es el templo de los sumos sacerdotes indígenas y mojanes, me refiero a la Piedra del Muñeco, llamada así por los primeros pobladores del páramo. Es una enorme piedra donde se realizaban los más importantes ritos y ceremonias de este pueblo indígena. Una enorme roca que es corona de este sitio, lo más alto del páramo, como decían mis viejos abuelos y tíos, <<donde primero llega el Sol>>, esta piedra representaba para nuestros ascendientes un fenómeno natural que los privilegiaba por ver el sol primero, y a la vez, un símbolo religioso, es la Piedra de Kachuta (Dios) o Piedra sagrada del Sol, que es como decir, donde todos los días, primeramente se posa Dios. En esta enorme, compacta y dura roca mineral, tallada por la misma naturaleza, al borde de un precipicio, donde solo se le permitía acceder o subir al sumo sacerdote, mojan  y sus ayudantes. Antes del saqueo a mediados del siglo pasado, por varios arqueólogos e investigadores norteamericanos e ingleses, allí se encontraban las muestras de tributo y devoción de nuestros indígenas a sus Dioses; los muñecos, chorotes, platos y vasijas  para la manteca o aceite incensario, los platos para frutos y los de encender aceite de cacao, los recipientes de los ovillos de algodón, la cestería de plumas, los cantaros de agua sagrada y de distintas mezclas y otros vestigios de su inobjetable fe religiosa. Allí acudían los nativos, en las contingencias más difíciles de la vida comunal, a recibir, a escuchar de ella, las señales que dentro de sus creencias y supersticiones los orientaban en la toma de sus decisiones. La dirección de estas ceremonias estaba a cargo del Mojan.


Toma amplia del Filo de la Laguna Negra, se puede observar los riscos y farallones.  Santuario indígena Maen Shombuk. Páramo de las 7 Lagunas,  La Puerta, Estado Trujillo, en Venezuela. En lo más alto o cima de este páramo, existe un templo, constituido por una enorme roca denominada Piedra del Muñeco o de los Chorotes, también llamada Piedra Kchuta (Piedra de Dios), en lengua Timoto, que utilizaban los indígenas  Bomboyes, primeros pobladores de La Puerta, en sus ritos y celebraciones mágico-religiosas. Tomada por Antonio Lino Rivero, colaboración de Tulio Rivas.  Cronografía N°2639.

El mojan era un personero importante dentro de la estructura social y de poder de los indígenas Timotes, por su sabiduría, su religiosidad, y por ser él custodio y el mas versado en la cultura ancestral.  Fray Pedro de Aguado, de los mas añejos cronistas de indias, los llamaba “Brujos” “Charlatanes” e “ignorantes”, que hacían ritos demoníacos alrededor de las lagunas, al efecto escribió sobre las actos de Mojanería, lo siguiente: <<La gente de más reputación entre ellos es los mohanes y farautes que con el demonio tratan, los cuales son dedicados y criados desde pequeños para este efecto; y éstos ni labran ni siembran ni tienen cuidado de cosa alguna de estas, porque de todo lo necesario les proveen los demás indios>> (Fray Pedro de Aguado, Recopilación historial..., op. cit., T. II, libro 13, cap. IV, pp. 475-476 (Sic). Fray Pedro de Aguado, Recopilación historial de Venezuela, Caracas, Biblioteca de la Academia Nacional de la Historia, T. II, libro undécimo: Descubrimiento de las Sierras Nevadas, 1963, p. 454); esto fija una idea, del cuido, formación y el respeto que daban los aborígenes  a sus sacerdotes.
Sobre las facultades de estos mojanes,  ese mismo cronista escribió: <<y si se ven en alguna necesidad de temporales o enfermedades acuden a ellos que lo remedien. Estos mohanes, para dar a entender que consiguen y alcanzan enteramente del demonio lo que los otros indios les ruegan, se van a los montes y arcabucos y a partes lagunosas y cenagosas, y allí invocan al demonio en su lenguaje y dan muchos golpes con varas en los árboles y que por aquellos medios alcanzan lo que piden, que las más veces suelen ser aguas para las sementeras y esperánlo a hacer en sazón que ven el tiempo revuelto o turbio o propincuo para llover y como luego después de haber hecho estas supersticiosas ceremonias acierta el tiempo a hacer su natural curso y a llover, dicen estos mohanes a los demás indios que mediante su buena diligencia y aún su querer y voluntad ha llovido y los indios créenselo muy de plano, y así no les falta más de adorarlos por los dioses>> (Ibídem).  En la anatemización que buscaba este cronista, solo le faltó agregar aquello de la tradición oral, sobre la trasmutación que se daba en los mojanes, al convertirse en zamuros, basados en su festiva danza de los animales.    Este pasaje de Aguado, describe las características y atribuciones de los Mojanes dentro de la nación aborigen, poder, facultades, sabiduría, respeto, religiosidad, y hasta efectividad en sus menesteres más sencillos, como el conocimiento de los ciclos de lluvia.

Las prácticas de Mojanería, aun se realizan. En este mismo blog, publicamos en el año 2019, una crónica sobre un suceso ocurrido en Mendoza Fría, en 2016, tiempo de vaguadas que dejaron muchas casas derrumbadas, y se observaron correr entre el lodo y el agua, chorotes y muñecos amorfos entre los escombros, produciendo sorpresa a una señora de la comunidad que gritaba a un grupo de familias del Cerro La Guaira, que esa brujería era la causa de la tragedia.  Sobre la vigencia actual de dichas creencias y práctica de Mojanería, la doctora Jacqueline Clarac de Briceño, en uno de sus interesantes trabajos sobre este tema, incluyó las siguientes interrogantes para la reflexión: a) ¿Cómo es posible que, después de casi cuatro siglos y medio de conquista, estén vigentes esas creencias y prácticas del pasado? Sobre todo si consideramos que los españoles bautizaron y catequizaron a los indígenas, y persiguieron a sus “mohanes” y a todos aquellos que eran susceptibles de ser acusados de “brujería”; y   b) ¿Cómo pueden estar  vigentes hoy, dichas creencias y prácticas no solo en las poblaciones que descienden directamente de los indígenas, sino de otras, con diferentes inclinaciones espirituales y culturales?


 Ritos y celebraciones espirituales.


Maen-Shombeuch,  era el punto donde además de elevar las plegarias y de reflexión de los mojanes,  se consultaba a los Dioses. Incensaban con manteca de cacao u otros frutos. La hoja, espiga y flor del guake (frailejón),  servía de aroma incienso; llevaban de zonas cercanas, frescas hojas de aliso o laurel criollo, con el que también incensaban en tazas de barro que se ofrecían a sus deidades, a los elementos sagrados y a sus muertos. Bebían en las ceremonias, masato, cacao, dulce, aguardiente, y chicha. Un lugar para untar, humificar con olores medicinales, los  cuerpos de enfermos.


Piezas o muñecos Timoto-Kuikas, Colección Museo Tulene Bertoni. Se puede percibir la forma humana en estas piezas, y semejantes,  eran ofrendadas por los indígenas Bomboyes a sus Dioses, en el Santuario Maen Shombuk. Páramo de las 7 Lagunas,  La Puerta, Estado Trujillo, en Venezuela. Cronografía N° 2730.

En relación a Trujillo, apuntó Fray Pedro Simón que << Hay muchos jeques y hechiceros  que hablan con el diablo, a quienes les manda le ofrezcan cacao quemado en braserillos de tierra las grasas de cacao [que los españoles llamaban chorote] para lo cual lo muelen y cuecen y dejándolo enfriar se cuaja encima la manteca, por ser la cosa mejor que tienen los indios>> (Ibidem).  Si bien es una torcida e interesada apreciación de los ritos y ceremonias de estos sacerdotes, describe este elemento del ritual,  semejante al incensario eucarístico de los católicos.

Las Cuevas sagradas, plano espiritual de los muertos.

Más abajo, en medio de una extraordinaria y colorida vegetación de frailejones, musgo verde y  fresco, y de díctamo real, alargador de la vida, se hallan en una composición armónica y mitológica, las cuevas utilizadas como centros sagrados de segundo orden, algunas veces como escondites y como cementerio o lugar de los mintoyes de los  tabiskeyes, mojanes y principales de la tribu. La tradición oral, y escuchado particularmente de voces de nuestras propias familias, que hasta mediados de los años 50 del siglo pasado, habían muchas ofrendas que fueron desplazadas hacia otras partes del mundo, por investigadores y visitantes; dejaron los rotos: Hombrecillos fornidos, animalitos, piedras alas de murciélagos, colmillos, conchas, esqueletos de animales  y hasta huesos pequeños que daban la tonalidad musical a los famosos chorotes y pectorales líticos, usados para los ritos religiosos; se han encontrado esos, pero sin darle una recolección y orden, para rescatar el patrimonio indígena.

Los dioses de estos páramos.

El Canto Guerrero de los Timotes, para algunos Timoto-Cuica,  traducido al castellano por el filólogo e investigador Rafael María Urrecheaga, quien lo oyó de los mismos aborígenes pobladores de la Mesa de Esnujaque, colindante con La Puerta, de donde era oriundo, nos da elementos interesantes. En la cosmovisión de los Bomboyes, además de su espacio territorial y de vida, de hombre y comunidad, existe un ámbito mágico al cual acudían, que se encuentra en los páramos, ocupado por Madre Chia (Diosa Luna),  y otras 2 deidades ancestrales, sobrenaturales que los guiaba y los regia en los aspectos fundamentales de su vida en comuna, como problemas colectivos, la actividad agrícola y los ciclos del <<llanto divino del cielo>>, los cultos y celebraciones de la etnia, la gran reunión colectiva que se producía cada 56 años, la vía intermontana de comunicación con los otros pueblos (Sierra Nevada-Lago de Maracaibo), y la reenergización  de la fortaleza de los Tabiskeyes y Mojanes. La Mojanería ancestral de los Timotes y Bomboyes, fundamentada en sus deidades,  Padre-Chés (Dios Sol), luz de los guerreros,   el que da valor y fuerza, e indica  las armas para el combate. Madre Ikake, es la naturaleza. Cada una representaba un ámbito, pero invocando las tres divinidades a la vez, podían resultar efectivos los pedimentos de fenómenos naturales y hasta trágicos, como el fuego, agua, viento, truenos, tempestades. (Urrecheaga, Rafael María. Canto Guerrero.  En: Vida y Semblanza de Don  Rafael María Urrecheaga. Varios autores. Págs. 25 y 26.   Ediciones del Ejecutivo del Estado Trujillo.1973). Urrecheaga, es también autor del Vocabulario Timoto-Cuica, inserto en la obra Los aborígenes del Occidente de Venezuela,  del Dr. Alfredo Jahn; también incluido en Orígenes Trujillanos, de don Amílcar Fonseca, que utilizamos como textos de consulta.

Aquí, se rendía tributo a Chés, el Dios de los páramos andinos. Según el investigador  Julio Cesar Salas, se realizaba la  “fiesta del Chés” o la “bajada del Chés”, los aborígenes se pintaban con mezclas de achiote, bailaban enmascarados, danzando con música de flauta, guaruras, tambores y maracas. Agregó un dato interesante, que cuando bailaban tendían a imitar la forma de caminar los animales, podemos intuir, por ejemplo,  el brincado de los monos, el paso fuerte de los tigres, los ligeros movimientos y sacudimientos de las alas de las  aves, al igual, que el remedo de sus sonidos, animales por los que sentían gran predilección. Aun en los páramos, se consigue gente que cultiva el arte de imitar el sonido de las aves. 


Toma parcial del camino al Santuario indígena Maen Shombuk. Páramo de las 7 Lagunas,  La Puerta, Estado Trujillo, en Venezuela.Tomada por Antonio Lino Rivero, colaboración de Tulio Rivas.  Cronografía N°  2633.  

En una de sus importantes afirmaciones acerca de la sociedad indígena andina y sus transformaciones, la investigadora Jacqueline Clarac, señala que la colonización en Venezuela fue tardía, debido a que nuestros indígenas <<presentaron mayor y más larga resistencia a esos europeos>>  (Clarac de Briceño, Jacqueline. La persistencia de los dioses.  Etnografía cronológica de los Andes venezolanos.    Fundación el perro y la rana. Pág. 21. 2017.  Versión digital).  Coincidente con esta tesis, hemos señalado  en otro artículo, que los descendientes de los primeros pobladores del valle del  Bomboy, y mestizos, que aun viven en nuestro páramo, utilizan prácticas y técnicas de intercambio y trabajo solidario ancestrales en la agricultura,  igualmente, en aspectos de su cotidianidad,  vivienda como en el caso del Xikoke;  se usan vocablos indígenas y mezclados; trato de hermandad en los caseríos más antiguos; el manejo colectivo de los asuntos prioritarios; y sus ritos religiosos a Santo Domingo, San Benito, San Antonio, y el mismo San Isidro, son simuladas tradiciones indígenas,   como muestra de un sincretismo, que hace perdurar aspectos de la cultura de la nación Timoto, en este páramo. 
Fundamentada en un trabajo que realizó dicha investigadora en la Cordillera merideña, rompe con la idea acentuada por los historiadores que, nuestra cultura gira sobre la raíz hispana; al igual que este absurdo, tomó como conclusión que es falso en cuanto a que la religión del campesino andino es mayoritariamente católica o por lo menos de raíz eminentemente católica, afirmando que,  “…la concepción del mundo de dicho campesino y su práctica simbólica primero tuvieron raíces prehispánicas, segundo habían integrado ciertos elementos de la cultura española, y tercero incorporaron también ciertos elementos de alguna o algunas religiones de origen africano…” (Clarac: pág. 21). Pusimos antes de ejemplo, el caso del Cerro La Guaira (Mendoza Fría), en 2016, que confirma esta aseveración.
De las creencias indígenas, no se puede excluir el respeto que sentían por los murciélagos y que hasta hoy en los páramos, se conocen como los “bichos malos” o las “brujas”, protagonistas de las invenciones y leyendas que nos contaban en la noche alrededor del fogón,  nuestros abuelos, entre ellos, los quijotescos enfrentamientos por la cacería de las brujas y su reencuentro en el día siguiente, o los enamoramientos y acosos de éstas, hacia los varones de la casa, o las beldades encontradas en los solitarios caminos, que los enloquecían, forman parte de nuestro mundo de mitos, leyendas y cuentos. Otro tanto de respeto, sentían por la lechuza, que mucho miedo imprimía y da en los niños, en las noches sin luna de nuestros páramos.
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Es cierto, que es poca la información y datos sobre la evolución de La Puerta como pueblo, apenas escasos datos aislados, incompletos, del periodo prehispánico y hasta del mismo colonial que ha sido desvirtuado; hace unos años fuimos sorprendidos con la información que en pleno comienzo del siglo XXI, un directivo de la Junta Parroquial ordenó que la documentación histórica de nuestra parroquia, se llevara en cajas de cartón a la azotea del edifico municipal, porque él necesitaba más espacio de oficina, perdiéndose así, todo el acervo institucional histórico de la parroquia;  cuando se dice en nuestro caso, que el método histórico, nos limita conseguir abundantes elementos relacionados con nuestros ancestros indígenas andinos, y mucho menos, sobre su visión cosmogónica o concepción del mundo, es cierta esa debilidad, lo que hemos venido sustituyendo con la tradición oral, que nos surte de información útil de los campesinos del páramo, para reconstruir la memoria histórica de nuestra Comuna Indígena del Bomboy.


Histórica fotografía de 2012. Laguna La Gata, en el Páramo de las 7 Lagunas, forma parte del mágico santuario Maen- Shombeuch, de los indígenas Bomboyes, primeros pobladores de La Puerta, Estado Trujillo, en Venezuela. Tomada por Antonio Lino Rivero, colaboración de Tulio Rivas.  Cronografía N° 2641. 

Maen Shombuk, es uno de los monumentos naturales más hermosos de Venezuela y del planeta,  posee gran valor espiritual, paisajístico, ecológico, arqueológico e histórico. Aparte de las distintas anécdotas y leyendas que seguro escuchará, el que lo visita, queda encantado con la belleza,  grandiosidad  y la experiencia de la carga energética que allí se adquiere.

 Nuestra intención con este articulo, es el de fomentar, reconocer y visualizar la belleza de la biodiversidad natural de los humedales encontrados en las 7 Lagunas, el Maen-Shombuk, santuario mayor indígena de la Cordillera de la Culata, que además es, una raíz, un espacio histórico, ya no solo por nuestros antecedentes indígenas, que choca contra la ignominia, de una historia local genocida que habría comenzado un 9 de agosto de  1620, esclavizando y exterminando nuestros primeros pobladores,  sino por la historia del futuro que nace y crece con la marcha del tiempo, cada vez más vigorosa.

 La Puerta, julio,  2020.


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