lunes, 23 de septiembre de 2019

Las viejas calles de La Puerta.




                                                                        Oswaldo Manrique R.

Recuerdos históricos  narrados por las esquinas, calles y avenidas de la Puerta. 
   

Este articulo tiene la simple intención de rehabilitar la historia  pequeña, quizás un poco imperceptible y silenciada de nuestras viejas calles, hoy avenidas con flamantes nombres del procerato militar, y los caminos, pasos, vías, calles y callejones del área urbana de esta parroquia andina del estado Trujillo. Como amante de la historia y terco en rescatar la memoria colectiva de nuestra comarca, quiero evitar que el óxido imparable del tiempo cubra ese pasado que ellas encierran y visibilizar la valoración de su vigencia en la memoria popular. 
El Pueblo de indios Timotes de Nuestro Señor San Pablo del Bomboy, se convirtió bajo el régimen republicano, en Pueblo de La Puerta (1810). En 1821, formando esta Provincia trujillana,  parte del Departamento Zulia, La Puerta pasó a  integrar el Cantón Escuque, en condición de Parroquia. A raíz del triunfo de la Revolución Federal, encabezada por el general Zamora, Trujillo se declaró nuevamente Estado Soberano e Independiente, compuesto de 6 Departamentos,  La Puerta, pasó a ser Parroquia de Valera.
En 1905, es aprobada la Ley de División Territorial, por la que el Estado Trujillo, quedó dividido en 38 Municipios, uno de ellos fue La Puerta, como parte del Distrito Valera.  Varias décadas después, pasó a ser Parroquia, carácter político-administrativo que aun mantiene.

A comienzos del siglo XX, las calles y esquinas de La Puerta, no poseían nombre ni número como hoy, solo se conocían aquellas con referencia a las familias que allí tenían su residencia o de alguna persona importante de la comunidad como “Donde Andrea”, o por alguna actividad específica cuyo local o taller estaba ubicado ejemplo Calle  el Trapiche, o por su forma, como el sector populoso de La Hoyada y las Calles de los Canales. También se daban direcciones, relacionándolas a la distancia de la iglesia o de la plaza Bolívar, o que hacían alusión a anécdotas o hechos ocurridos en determinados sitios de sus calles, como las 2 Esquinas Calientes (la de la Plaza, donde Julián y la de la Hoyada, en el Panal), el Callejón de  los Espantos (cementerio indígena), o la famosa Esquina del Muerto, alusivo a un suceso racial de mediados del siglo pasado.
 El crecimiento lento de La Puerta, estuvo marcado por su aislamiento y la falta de carretera; esto, hasta la  4ª.  década del siglo XX. En lo económico su producción se centró en la parte urbana, en el cultivo de caña dulce y cría de ganado vacuno y lanar. En la zona alta (Páramos), se producía trigo, papa y arveja, que se entregaba a los pocos comerciantes establecidos en esa época o lo que se podía transportar hasta Timotes y Barinas, con arreos de mulas y venderlas en esos puntos. Era más cercano, para el comercio, hacerlo con estas ciudades que con Valera o Trujillo; inclusive, se continuaba usando la vía del páramo para llegar a los pueblo del lago de Maracaibo, para traer sal y pescado seco.  


Toma fotográfica de la plaza Bolívar actual (2019). Cronografía propia de este blog  2876.
    
Mendoza Fría, pueblo aledaño, si contaba con carretera, un ramal de la trasandina de 20 kilómetros a Valera, y aprovechaba esa situación, tenía 37 comercios abiertos y 16 grandes haciendas con sus ingenios, molinos y talleres, mientras que La Puerta solo contaba con 13 comercios funcionando para el año 1928 (Bennet, Francis. Guía General de Venezuela). Para ese año, apenas elaboraban el estudio para construir el trayecto de la trasandina Mendoza-La Puerta, que era de 8 kilómetros.
Los comerciantes de nuestra parroquia, que censó el francés Bennet, mayormente se fueron ubicando a lo largo de la Calle Real (hoy avenida Bolívar); fueron los siguientes: en la Calle 1, entrada Norte del pueblo, Audón Lamus; en los alrededores de la Plaza, Resurrección Araujo, Manuel Villareal (esquina Oeste de la Plaza), Tobías Briceño (en la esquina Este de la plaza, donde Julián Briceño), Hilario González, Ismael Maggioranni, José Abel González.  En la cercanía de la Hoyada, Obdulio Palomares, y entre la Calle Arriba y la Calle Abajo se ubicaron Aquilino Azuaje, Pedro Aldana, Emilio Ibarra, Isaías Ramírez, Carmen Rivero.  Se puede observar, la desproporción en el número de comercios, siendo La Puerta pueblo más antiguo que Mendoza, igualmente en relación a los hacendados, nuestra parroquia tenía 7 hacendados y Mendoza 16 hacendados; lo que describe un pequeño pueblo rural, con dos calles y unas pocas casas, y mucho menos, el área o cinturón social que se asentó años después en el borde de la trasandina. 

 El impulso del desarrollo de la comarca, se va a materializar varios lustros después, debido a varias circunstancias, la primera, el hecho de la construcción de la carretera trasandina que rompió el aislamiento y dio salida a la producción  agrícola; era más fácil y económico para la gente, ir por el viejo camino a Timotes, travesía a la Mucutí, porque La Puerta estaba a 16 kilómetros de distancia, que era la población con que mas relación comercial tenia y hacia donde se dirigían los arreos de mulas de nuestros productores y comerciantes. Asimismo ocurría con la ciudad de Barinas o por el viejo camino indígena entre montañas hasta los pueblos del sur del Lago de Maracaibo, para traer sal y pescado seco.   La segunda,   el lamentable y trágico accidente aéreo (el primero)  en el Páramo de La Puerta (Los Torres), que le dio difusión, interés y expandió el conocimiento de la existencia de un pequeño pueblo llamado La Puerta; y finalmente,  en 1937, el emprendimiento de un grupo de empresarios del estado Zulia, que construyó el Hotel Guadalupe, establecimiento turístico icono de la región. Con esta empresa hotelera comenzó a llegar el personal de nomina media y nomina mayor, de las Petroleras. Se hizo famoso en el país, que recién casados pasaran su luna de miel aquí, le decían el hotel de la luna de miel. Con el tiempo, se construyó la urbanización Chalets de Valle Verde, que le fue dando un estilo de modernidad europea adecuado a nuestra arquitectura andina, y prontamente, se desbordó una anárquica y espeluznante carrera de construcción de edificaciones arbitrarias que fueron extinguiendo las características de las viviendas coloniales de esta zona, lo que no ha cesado.
Otro de los hechos importantes que influyeron en el avance económico y la masificación del turismo de la comarca, fue el establecimiento en la avenida Bolívar, entre calles 3 y 4, de la Escuela de Peritos, donde cursaban estudios jóvenes de distintas partes del país, 80 % del Zulia, el otro 20 % eran oriundos de Guayana, Aragua, Carabobo, y Trujillo. Esta escuela le dio trabajo a muchas familias del pueblo, los estudiantes necesitaban quien les cocinara, les diera alojamiento y residencia, les lavaran la ropa. Los pequeños negocios de venta de pastelitos y empanadas, también se beneficiaban. El zuliano era más consuetudinario, porque estaba a 3 horas de Maracaibo. En los años 70, el Presidente elimina las Escuelas Técnicas, aunque quedaron las escuelas industriales y artesanales. No sabemos porque eliminaron esta institución. Aquí dio clases de Porcinotecnia, el amigo Nayim Vielma,   el cura Mario Castillejo, dio castellano; el zurdo Adalberto Martínez, Ingles; la profesora Yolanda Mendoza, geografía; Luis Darío también dio clases.  Todos esos hechos progresivos, fueron dando un impulso urbano vertiginoso, se fueron construyendo viviendas y urbanizaciones y sectores populosos como La Hoyada y luego,  el cinturón social de Pueblo Nuevo, a raíz del desarrollo del conjunto de edificios frente al Hotel Guadalupe, que generó el gran conflicto ambientalista nacional de los años 70 y 80.


Croquis del área urbana de La Puerta, con la señalización de las antiguos nombres de la calles. Boceto y Cronografía propia de este blog. 2807.

Frente al hermoso templo de San Pablo Apóstol, para 1928,  una Plaza Bolívar, que por su fuerte inclinación topográfica, con pocas plantas, sin ninguna vistosidad,  solo serviría  para amarrar las mulas que traían y llevaban la producción y mercadería de los comerciantes; sin embargo, era el centro del área urbana que remarca la Calle Real; en su lado norte (Calle 7), estaba la Casa Municipal, para este tiempo, las autoridades eran los siguientes personas: Jefe Civil del Municipio: José del Carmen Cuervo, José Ignacio Abreu, Secretario; el Presidente de la Junta Comunal: Ciriaco Carrasquero y Secretario: Antonio González.   En el lado Este, el templo de San Pablo Apóstol; y registra el geógrafo francés Bennett, que había para dicho año, dos escuelas, una de ellas en la parte sur de la plaza, en una de las casas de Luis Ignacio Araujo y otra por la Calle Real colindante con la 9. La primera escuela que tuvo La Puerta, fue fundada en 1910 según la  publicación y vocero oficial de la Superintendencia de Instrucción Pública del año 1911,  denominada  Revista Pedagógica, en la que aparece como plantel público la Escuela Nacional Mixta de Niñas de La Puerta N° 22; este, era su nombre y registro oficial; se intuye que por el lado Oeste, eran terrenos vacíos, algunos cañamelares y otros, pastizales públicos.  
De acuerdo a nuestra mirada, las calles más transitadas de nuestra comarca, la avenida Bolívar es muy andada de lunes a viernes, por estar ubicados las paradas de transporte entre las calles 7 y 9, así como el Callejón de los Muertos, donde está la zona escolar, el resto permanecen en calma.
De jueves a domingo, las calles alrededor de la Plaza Bolívar se tornan animadas por los visitantes y en las noches, por el furor y esparcimiento de los noctámbulos. Desde la fundación del Hotel Guadalupe, salen sus huéspedes a caminar la avenida Bolívar hasta la Plaza, bien para conocer nuestra comarca,  otros para estirar las piernas y comer algo. Asimismo, es paso obligado para algunos nativos y familiares que trabajan en sitios retirados, que regresan a pasar los fines de semana.  Cuando hay mayor circulación de gente, en domingo cuando la feligresía se dirige a cumplir sus oficios religiosos al templo San Pablo Apóstol; del mismo modo, en días de celebración de fiestas religiosas, antiguamente, se celebraban las Fiestas Patrias o nacionales. En diciembre, los jóvenes madrugadores, toman las avenidas Bolívar y Páez, y las Calles 7 y 8, movilizando sus carros de rolineras, en conjunción con las misas de aguinaldos,  tradición que aún se mantiene.


Fotografía del Presidente de la Junta Comunal en 1928: hacendado Ciriaco Carrasquero, de pie, con larga barba a la usanza de la época, al lado de familiares. 2801.


Las avenidas:

Generalmente, se conciben las avenidas, como la vía ancha y principal que conduce a un pueblo, localidad o sitio determinado; algunos las llaman principal arteria vial, con arboles a los lados y a veces, por lo menos en las ciudades, cuando son de varios canales y en ambas direcciones, tienen de por medio las  denominadas islas, que moderan el tránsito vehicular. En los pueblos andinos no; lo que conocemos como avenidas son las calles principales que no son bidireccionales para el tránsito de carros, tampoco son anchas ni tienen arboles en sus laterales, que son sustituidos por casas y solares. Sin embargo, gozan de tener un nombre, comúnmente de un personaje importante  o histórico, que las distingue.  
          La acuñación  de los nombres de Bolívar, Sucre, Páez y Urdaneta, que tienen hoy nuestras avenidas es en tributo a cuatro de nuestros más destacados héroes de la independencia y símbolos históricos de nuestra nacionalidad, no alcanzó espacio para recordar y honrar al coronel Antonio Nicolás Briceño “El Diablo”, nuestro más destacado prócer independentista, nativo del valle del Bomboy. La llamada avenida Los Jumangues,  era el misterioso Callejón  de los Muertos, que  responde a que en esta zona y en otras de La Puerta, sale una mata de ese nombre, que produce una pequeña fruta dulce de buen sabor y de buen olor y su madera muy útil.

Calle Real o Calle Principal de La Puerta, hoy  Avenida Bolívar.

Durante muchas décadas fue  la vía principal, de subir y bajar o entrada y salida de la comarca indígena Timotes del Bomboy (Pueblo de Nuestro Señor San Pablo Apóstol), y luego, del  área urbana de nuestra actual parroquia. Las otras dos calles, eran Calle Arriba (hoy Avenida Sucre) y Calle Abajo (hoy Avenida Páez).  En 1940, existían estas 3 calles. Como es de suponer, no existían reglas para el tránsito ni de personas ni de bestias y  a partir de la modernidad petrolera, de carros.  La avenida Bolívar, hasta  comienzos del siglo XX, era llamada Calle Real o principal de La Puerta, localizada en un trayecto de escaso kilómetro que va de Norte a Sur dentro del casco urbano de la Parroquia.  


Toma  Fotográfica de la antigua Calle Real, estado en que estaba a principios del siglo XX  (es hoy la avenida Bolívar), obsérvense las calles de tierra, al final, se logra ver el imponente campanario de la iglesia. Captada desde la Calle de Audón o Calle 1.   2844.

La avenida Sucre y la Páez, eran denominadas Calle Arriba y Calle Abajo respectivamente. Las tres avenidas  se encuentran  trasnversalizadas por 9 calles.  Aparte del nombre de las avenidas, Bolívar, Páez y Sucre, héroes de la independencia y forjadores de la Patria, ahora se agregó una pequeña, la Urdaneta;  los antiguos nombres de la gran mayoría de las calles han sido producto de algún acontecimiento o anécdota ocurrido en determinado momento de la historia o bien llevan los nombres de personajes que hicieron vida en ellas.   


Toma fotográfica de la avenida Páez actualmente, desde la Calle 1 en el sector La Hoyada. Cronografía propia de este blog. 2854.


La calle Sucre,  llamada antiguamente, Calle Arriba o Pueblo Nuevo.

La cuadra que va desde la avenida Bolívar con calle 7, hasta casi dar con la Calle de los Muertos (Jumangues), conocida en aquel tiempo como Pueblo Nuevo, desde ahí hasta los canales,  pertenecía a dos señoras: Hortensia González y Dolores Cuevas. Quienes vendieron en 1948, al señor Tobías Briceño, que a su vez vendió a  Felipe Briceño, papá del primo Julián (Documento Registro Subalterno del 14-1-1948).  Las vendedoras se quedaron con un pequeño lote en el lindero norte. Éste Felipe, junto con doña Cristina Rodríguez, se estableció en el terreno comprado, construyó casa y formó una familia de 8 hijos. Allí establecieron la Bodega El Campesino, uno de los más antiguos negocios, diagonal a la Plaza Bolívar, el mismo de las muy famosas “roscas de agua”, que identificaron a la comarca.  

El callejón de los Muertos o Calle del Cementerio indígena  (hoy parte de la avenida Sucre y Los Jumangues).

En el amplio espacio de tierras que quedaba detrás del templo San Pablo Apóstol (hoy urbanizado),  la avenida Sucre con calle 7,  desde esta esquina hasta donde está el grupo escolar Faure Sabaut  y Los Jumangues, fue el primer cementerio del pueblo, donde están las sepulturas de los primeros pobladores cristianos de La Puerta; existía un angosto paso, que luego seria una calle también estrecha, elevada (subida) y larga que era el acceso al cementerio indígena. Los encomenderos y curas doctrineros, establecieron allí el cementerio  de los primeros pobladores y los mestizos, cambiándole a los indígenas la practica ancestral de enterrar a sus muertos en vasijas y en zonas de sus santuarios, en sus ancestrales Guacas, y mintoyes que se construían en la cima del Paramo y montañas, para que la lluvia no profanara los huesos de su difuntos que ellos tenían en mucha estima, y los enterraban con sus objetos e instrumentos que usaban. 
Antes, de acuerdo a lo transmitido por la memoria oral, cuando alguien moría en los campos o en el páramo, lo traían (o bajaban) cargado en hamaca, en camillas o catres improvisados o en parihuelas  y muchas veces llegaban de madrugada o en la noche al pueblo,  cuando el cementerio no estaba abierto ni estaba el cura que también lo era de Mendoza Fría, aguardaban en donde hoy día esta la farmacia, en la parte baja de la iglesia, allí dejaban al muerto hasta el día siguiente cuando llegaba el cura o  permitían entrar al cementerio.
Estando el cura, lo llevaban al templo, donde le rezaban y permitían velarlo un rato, si era un hacendado o familiar de este, lo ponían en un mesón grande donde le rezaban su misa de cuerpo presente y hasta incienso le echaban a la urna. Al culminar el rito religioso, el cura y el monaguillo de guardia encabezaban el cortejo a pie, el muerto lo cargaban los deudos y amigos sobre sus hombros, por la Calle 7 hacia arriba, conocida como la Calle de los muertos, era la ruta al cementerio; si el difunto era una persona de fortuna, el cura, el mayordomo, sacristán y los acólitos encabezaban la marcha hasta el camposanto, seguidamente, la urna con el muerto y atrás los familiares.   Por eso, es que se escuchan entre nuestros abuelos, las historias y leyendas de espantos y ánimas que según ellos, deambulan por este sitio. 


Toma  Fotográfica del Callejón de los Muertos (2019).  Cronografía propia de este blog. 2877.

Esta área hasta la década de los años 60, era mucho más inclinada, la fueron  terraceando,  y con varias quebradas o los llamados canales de La Puerta, que luego fueron embaulando, para construir las urbanizaciones que allí están levantadas.  Cuentan los vecinos que, cuando estaban construyendo esta urbanización (finales de los 80 siglo XX), la maquina arrancaba las sepulturas y regaron los huesos de los difuntos, estudiantes de la Faure, llevaban los fémur completos para jugar y asustar a los otros estudiantes, eran los huesos de los indígenas difuntos. La señora Chana, que vivía en la Sucre, ahora vive en Pueblo Nuevo, afirmaba que en la Calle de los Canales, por donde los Salas,  a partir de las nuevas construcciones, comenzaron a salir los espantos indígenas.
Como dato del calendario, este callejón muy inclinado, es una de las vías más caminadas; de lunes a viernes, en las mañanas, nuestros estudiantes se dirigen por ella a sus centros de estudios, la Escuela José Luis Faure Sabaut y el Colegio Nuestra Señora de la Paz.

Calle de la Entrada (hoy, Calle 1). La esquina de Audón.

La calle, está definida como el tramo en una vía urbana, comprendida entre 2 esquinas. Nuestras calles son las vías transitadas que van entre 2 vías principales o avenidas, y ocupan el espacio entre las hileras de casas y solares de nuestra parroquia. Antiguamente, se les ponía nombres de personas o de alguna actividad o negocio, en la actualidad se les llama por números.
En los siglos XVII, XVIII y XIX, para ingresar y salir de  La Puerta, se hacía por la única calle principal o camino de tierra que existía para ese tiempo, que es lo que hoy conocemos como Avenida Bolívar. Con el  paso de las décadas, ocurrida la partición judicial que despojó a los indígenas de sus tierras del resguardo en 1891, desalojados y demolidas que fueron sus viviendas y chozas, comenzó a  expandirse la población y fue creciendo el número de casas, asimismo, fue formando y ordenándose las distintas calles que hoy tenemos. A principios del siglo XX, se abre la segunda calle, hoy Avenida Páez, en el área poligonal urbana (anterior resguardo indígena).  Se establece una calle para entrar y otra para salir, dedicando la Páez para llegar y transitar a las transversales de todo el  pueblo, para lo que se construyó una calle de ingreso que conectara con la Avenida Páez, que es lo que hoy conocemos como Calle 1.  Existe un proyecto municipal  y se reservó el terreno, para el acceso y conexión con la Páez, desde el sector conocido como Casablanca -antes del Hotel Guadalupe-, que ha sido también invadido.  
Lo que conocemos hoy como calle 1 ó de entrada al pueblo, para 1940, formaba parte de la hacienda de caña dulce El Rosario, llamada anteriormente Los Barriales, posesión del Resguardo Indígena de La Puerta hasta 1892, quedantes como ejidos comunales como resultado de la Partición Judicial, y luego, apareció como propiedad del señor Irenio Viera.      
Cuando no existía esta calle, era la entrada a terrenos ejidos y de desarrollo natural de la parroquia, convertidos -sin haberlo establecido la Partición Judicial de 1891-, en la Hacienda Los Barriales o  El Rosario en la que están construidos los polémicos edificios de Inturesa, frente al Hotel Guadalupe, motivo de las transcendentes luchas ecologistas libradas en las décadas de los años 70 y 80, que se quería convertir a La Puerta, en un pueblo para privilegiados, y que dio motivo a Alí Primera a componer y cantar su magistral Abran La Puerta.   Con la cimentación de la Calle (hoy avenida) Páez, se convirtió esa conexión en Calle 1, dándole un nuevo orden vial.  


 Toma fotográfica de 1946, la entrada a la zona urbana de La Puerta, por la esquina de Audón, hoy esquina de la Calle 1. Obsérvese la calle real o principal ( hoy Avenida Bolívar) de tierra y piedra, casas espaciadas, hechas de tapiales y tejas, las paredes blancas al parecer pintadas con cal,  no se ve ningún carro. Cronografía propia de este blog. 2515.

En esta calle, de las primeras familias, que se establecieron en los años 30, fueron  la casa del señor Audon Lamus, descendiente sefardí, donde se  instaló una de las principales y más antiguas y progresistas comerciales de telas y mercaderías de esta parroquia y de la región.

Calle El Matadero (hoy Calle 2).

La mayor parte de esta calle era ocupada por dos casas de la familia Viera.   En el sitio donde se encuentra la Calle 2, al final de ella,   estaba el matadero municipal, de ahí proviene su antiguo nombre, que aparece en el Registro de documentos de inmuebles; el ganado era degollado a la orilla del río Bomboy,   ese mismo que  empalma con el Motatán, y existía una especie de cobertizo donde se beneficiaba y vendían la carne. Debemos recordar que las familias campesinas acostumbraban a criar cochinos en sus pequeños solares, para vender a los pulperos del pueblo, era un pequeño ingreso.  
Una de las primeras casas que aquí se construyeron, fueron las del señor Camilo Paredes, la de la recordada señora Chuy Moreno, la de los más sabrosos  dulces criollos de semana santa y la casa de la familia del señor Eduardo Briceño y su esposa la señora Florentina. El señor Eduardo, fue la persona que junto con otros obreros metieron el sistema de cloacas del área urbana de  La Puerta, lo que se hizo a pico y pala, y se cargaba la tubería sobre los hombros de muchos hombres. Esto ocurrió durante el gobierno del Dr. Rafael Caldera en 1969.


Toma fotográfica calle 2 actual, desde la avenida Sucre. Cronografía propia de este blog. 2848.

En la esquina con avenida Páez,  una de las primeras casas fue la del señor Elbano Araujo, se le conocía porque andaba en un fornido caballo negro. Al frente estaba la casa de Luis Briceño, en donde se montó un bar, con rockola, subían los sábados y domingos gente de Valera a bailar y a beber. Vendía la famosa cerveza Heineken, a real; después, esta casa será del señor Antonio Rivas y se establecerá la Bodega La Gran Parada.  

 Calle donde “Huevan” (hoy calle 3).

Sobre el origen del nombre de esta  calle no hay información precisa, según la tradición oral se debe a que aquí vivió con su familia el señor Aquilino Terán, oriundo de Las Mesitas, era labriego, sembraba en haciendas cercanas, le decían Aquilino “Huevan”, por eso le llamaban a este sitio, donde “Huevan”. Quizás responde a  una apreciación  popular, es lo que se conoce hoy, como la calle 3. 
Lo que no encontramos fue la razón de que llamaran a este señor con ese cognomento, si era por  ingenuo,  lento o por algún defecto  físico como si cuando caminaba parecía que estuviera empollando huevos, o era de las personas  que abandonan el trabajo comenzado, indagamos sobre el por qué lo llamaban así y no pudimos encontrar la respuesta.


Toma fotográfica de la calle 3 actual, desde la avenida Sucre. Cronografía propia de este blog. 2847.

Señalan nuestros vecinos más antiguos, que la única casa que existía en la esquina de la 3 con avenida Páez, fue la casa de la señora Pragedes Paredes, después fue propiedad de la familia Santiago.
La parte final hacia el río, conocida hoy como La Malvinas y la urbanización El Portal, eran ciénagas y  potreros de engorde de ganado. Había dos casas, la del señor Azuaje y la del señor Andrés Quintero y su familia.

Calle El Trapiche (Calle 4).

Esta es la Calle 4 que conocemos, desde la hoy avenida Páez, hasta el río en una gran extensión, estaba una plantación de caña dulce y  el Trapiche de los Burelli. Estos terrenos formaban parte del Resguardo de La Puerta,  propiedad de los indígenas hasta 1891; hoy está el Hotel Cordillera.


Otra toma fotográfica de la denominada antiguamente Calle Abajo. Cronografía 2790.

En borde con la avenida Bolívar, esta la popular “esquina de los Palomares”. En esta  arista  vive la familia de Don Polo Palomares. Para finales del siglo XIX, parientes de esta familia eran gente de armas tomar, así lo registran historiadores de Trujillo. Muy probable que en este sitio se haya establecido en 1920, el negocio mercantil del señor Obdulio Palomares, de las primeras pulperías del pueblo, registrado por Bennet en su censo.  
         En las esquinas, por ser puntos geográficos populares, a cuenta de la riqueza  de algunos personajes se fueron construyendo viviendas y locales de pulperías o bodegas, y algunas  edificaciones  civiles, y gubernamentales. En esta calle del Trapiche de los Burelli, el gobierno regional  construyó el Salón de Usos Múltiples de la parroquia, cuyos usos se desconocen.

Calle del otro Canal (el de abajo, hoy Calle 5).

Han dicho algunos escritores, que varios episodios de la historia y misma la geopolítica han estado agitados por los Canales, han sido motivo de peleas y de secretos; ejemplos tenemos, como el de Panamá, o el del Cono Sur, entre el Océano Atlántico y el Pacifico, que custodian las Malvinas argentinas. La Puerta –salvando la distancia y la envergadura-,  también tiene sus Canales, que no han dado motivos de desencuentro pero si, de construcciones, unas de concreto y otras de leyendas e historias mágicas.  
Debe su nombre esta Calle,  a que pasa y es lecho de una quebrada que nace en la montaña del lado Este del pueblo y desemboca en el río Bomboy.  La primera casa que se levantó en esta calle, según la tradición oral-,  fue un rancho de fajina, de la señora Andrea Salcedo, oriunda del páramo de La Puerta (Los Torres). A la calle también se le llamaba: “donde Andrea”.

Calle el Canal de Arriba.   (Hoy calle 6).

Al igual que la 5, esta Calle, está transversalizada de Este a Oeste (avenidas Sucre, Bolívar y Páez),  por lecho de una quebrada, y a eso se debe su nombre de Calle Canal de Arriba. En los años 80, comenzaron a embaularla y construir sobre ella, aprovechado los vecinos el espacio. 
Una de las primeras casas que se construyeron en este lugar,  fue la del señor Rafael Abreu, padre del ingeniero Jorge Luis Abreu uno de los dirigentes principales de la lucha ecologista de los años 70 y 80. En esta casa, se montó la primera sala de cine que tuvo el pueblo en los años 60. 

Calle Abajo de la Plaza. Las 4 esquinas (Hoy Calle 7). 

A esta calle un cura con otra persona del pueblo, le había cambiado el nombre por el de calle los Jumangues.  En la esquina diagonal a la iglesia, el señor Chico Matheus, montó  una comercial y el Bar Restaurant El Valle, uno de los primeros centros de recreación familiar.
En la esquina aledaña a la casa parroquial y hasta la avenida Sucre, era propiedad de la señora Cristina Rodríguez de Briceño, por el lado de la Bolívar, se estableció  la Bodega El Campesino.
Bajando, a la izquierda, la Casa de la familia de doña Elba Rosales. En el mismo sentido, en esta inclinada cuadra, estaba la Prefectura. Al lado, estaba la casa de doña Clemencia González, que fue la primera posada que existió en el pueblo y ocupaba la gente que bajaba tarde del páramo o llegaban de otros sitios. Funcionó durante muchos años como  posada.


Toma fotográfica de 1950, la esquina de la Calle 7 con avenida Páez, desde la plaza Bolívar. A la izquierda, se observa la casa y negocio de Rafael Villarreal, hoy Bodega de Pablito Villarreal; a la derecha, el negocio y esquina de Pedro Villegas. Cronografía propia de este blog  2513.


La esquina, por los años 30, se conoció como “donde Pedro Villegas”  por estar ubicado el negocio de Pedro Villegas, el viejo, tío de los Villegas (parameños). Luego fue conocida por mucho tiempo y hasta la actualidad como la Esquina de Don Carmen, por establecerse el negocio y casa de Don José del Carmen Matheus.      
La del frente, cercana al rio, es la Esquina de Pablito, o de los Villarreal, gente del páramo. Aun se sigue llamando así, “donde Pablito”.   Esta casa la construyó el señor Rafael Villarreal, quien montó un negocio de víveres y comerciaba llevando en su camioneta papa y hortalizas del paramo para el mercado de Valera. Fue uno de los primeros negocios del pueblo. El muro grande que sirve de esquina y sostén de la edificación fue construido por el señor Concio Rivas y sus ayudantes en 1950. 

Esquina de la Prefectura.

Donde está hoy construida la Prefectura, antigua Casa Municipal (La Puerta fue Municipio), en 1930, era un terreno vacio. Parte de este terreno fue utilizado para construir una vivienda quedó haciendo lateral de la futura Casa de gobierno municipal.    Al lado, se construyó en 1940, una casa por el señor Encarnación Ortiz, oriundo del Tocuyo, estado Lara, que estuvo unos cuantos años viviendo ahí con su familia,  y vendió al señor Mauricio Torres, quien a principios de los años 60, lo convirtió en el Hotel El Padrino. Cerca, tenia 2 casas mas, con lo que se fue urbanizando el casco urbano del pueblo.


Toma fotográfica: a la derecha el edificio de dos plantas de la Prefectura.  Cronografía 2523.

Calle Arriba de la Plaza (hoy Calle 8).

Aquí se encuentran ubicados los solares del señor Luis Ignacio Araujo, que antiguamente eran barriales propiedad del Resguardo Indígena, luego estuvo en una de esas casas, el primer local de la escuela pública Faure Sabaut, en honor al gran maestro Don Jovic.



Toma fotográfica de calle Arriba de la Plaza (hoy calle 8). Los locales que se observan, formaban un solo inmueble, donde estuvo una de las primeras escuelas del Municipio. Terrenos propiedad del resguardo indígena de La Puerta hasta 1891. Cronografía propia de este blog  2879.

A esta calle un cura extranjero apoyado por algún gamonal del pueblo, le cambió el nombre a las calles y le puso a esta Calle Timoto-Cuicas, no sabemos por qué, ya que como lo han afirmado varios historiadores, incluyendo al coterráneo Rafael Ramón Castellanos, existió una nación Kuicas y otra nación Timotes, pero ninguna llamada timotocuica.

Calle de San José de Tarbes (hoy Calle 9).

En este sitio se estableció una especie de Convento escuela de las Monjas de San José de Tarbes, del que nos hemos referido en otro trabajo. A partir de los años 70, por así decidirlo un cura, le puso Calle de Tarbes y fue llamándose  de esa manera; al retirarse estas hermanas, la edificación pasó a ser ocupada por la Escuela de Música Adela de Burelli, y ahora le dicen calle de la Escuela de Música.


Toma fotográfica reciente, de parte de la cuadra sur, ocupada por la edificación de las Misioneras de Tarbes, en la Calle 9 o de Tarbes. Cronografía propia de este blog  2866.


Calle El Calvario,  también llamada Calle La Legua.

En este sitio  funcionó hasta primeras décadas del siglo XX, la Tejería y fábrica de adobes de barro,  una de las más populares de la región porque los alfareros eran gente de Tierra Colorada (Tierra de Loza), que eran indios Timotes, que se especializaron desde la antigüedad en la alfarería.

Fotografía de 1946, de la denominada antiguamente Calle La Legua, que conecta con la vía a La Flecha, y la bifurcación de la trasandina,  a la izquierda carretera a Timotes, y a la derecha, el ramal a La Lagunita. 2516.

 Hoy, se encuentran ubicadas en su alrededor,  la parada de los carros que van a la Lagunita, la Capilla de Fátima, la Santa Cruz de la Misión y la Cancha techada, la pequeña plaza tributo al hacendado y empresario Simancas Carrasquero y el Ambulatorio Rural.  

Toma fotográfica reciente del sector El Calvario, se observa, la parada de los carros que van a la Lagunita, la Capilla de Fátima, la Santa Cruz de la Misión y la Cancha techada. Cronografía propia de este blog  2864.

Siguiendo el camino del Calvario hacia La Flecha, se encontraba el Trapiche de los Carrasquero, frente a los Chalets, pasando el río, zona de extensos cañaverales, hasta 1891, eran tierras propiedad de los resguardos indígenas.

El Callejón de los Cementerios.

Desde la esquina de la calle 7 con avenida Páez, en donde se encuentra ubicado el edificio de  la Prefectura de La Puerta, comienza un callejón con fuerte subida,  que comunica a los 2 cementerios de nuestra comunidad (llamados el cementerio  Viejo y el cementerio  Nuevo), también conduce a la Cuesta de los Rondones, hasta el Paramo de La Puerta (Los Torres), y a la Carretera Transandina; esta   macadizada, pasan vehículos de doble tracción.  
Amigos lectores, estas mismas calles y avenidas fueron las transitadas por miles de personas durante los años 70 y 80 del pasado siglo, motivado al gran conflicto nacional ambientalista, surgido por la construcción de unos edificios a la entrada de nuestra comarca, entre ellos, estudiantes de las diferentes universidades del país, ambientalistas, músicos, artistas y personalidades de distintos campos de actividad. Aparte del uso diario que hacen los pobladores, anualmente, son transitadas por la devoción de los feligreses en procesión de San Pablo Apóstol patrono de nuestra parroquia, también, de la hermosa caminata mariana con la imagen de la Virgen de la Paz, a San Isidro, y en otras oportunidades a San Benito.  
Toda esta pequeña referencia de nuestra cotidianidad y tradición, describe parte de la valoración y utilidad de las calles de nuestra PUEBLA,  como la llamó Don Mario Briceño Iragorry, digna, prometedora y la más hermosa del mundo.  
 La Puerta, septiembre de 2019. 

Agripina Burelli Garcia de Parra, la Preceptora de la primera escuela de La Puerta.

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