jueves, 24 de septiembre de 2020

Bomboy, río moribundo.

 

  Bomboy, río moribundo.


Oswaldo Manrique Ramírez.


El cuarto domingo de septiembre se celebra el Día Mundial de los Ríos, con el objetivo de concienciar sobre el valor de los ríos y promover su protección y conservación, así como, acciones colectivas y efectivas ante la amenaza de su desaparición. Se originó en Canadá bajo los auspicios de la ONU. También el 14 de marzo, como día de acción contra las represas. El objetivo de este artículo, es insistir en su valor, su actual y grave situación  y mejorar la sensibilidad pública en torno a esto.

Un grupo de educadores, vecinos y amigos de La Puerta,  encabezados por el docente Leonardo Paredes, ha venido promoviendo la 1ª. Edición de la marcha Conociendo nuestro río, y su significación histórica, cultural y ecológica, una especie de  reencuentro comunitario en la rivera del río, para recorrerlo y conocerlo, estableciendo algunas definiciones básicas, como:  

¿Qué es el rio Bomboy? ¿Qué es una naciente? ¿Qué es lo que se denomina su cauce? ¿Qué es el caudal del Bomboy? ¿Qué es la rivera del rio? ¿Cuáles son las partes que componen el Bomboy?  ¿Qué son los espacios de vega y dónde están ubicadas? ¿Qué son los humedales de nuestro valle?


Una buena oportunidad el 27 de septiembre de 2020, Día Mundial de los Ríos, para promover iniciativas y acciones en favor del rescate de nuestro Bomboy. 


¿Cuál es su valor y beneficios que da?: abordar cuáles son los servicios eco sistémicos que brinda a la humanidad, el suministro de agua dulce; alimentos, materiales de construcción, y biodiversidad. Para los habitantes de La Puerta, tiene extrema importancia y significación, por la belleza natural y la diversidad de la vida animal y vegetal que disfrutamos, el sostenimiento del paisaje natural, hacen que sea lugar turístico y de recreación, así como su carga histórica y cultural (*).

¿Por qué se le llama río moribundo? Problemas de drenaje, desviación de aguas para riego, vertido de desechos y residuos sólidos, el impacto urbanístico.

¿Cómo conservarlo?: existen pequeñas acciones, que podemos emprender, como recoger la basura que encontremos en sus riveras o sitios aledaños, depositarla en bolsas, respetar las plantas y animales que sean parte del hábitat, no los mates ni molestes.  

También, podemos ir sensibilizando a la gente y a los organismos públicos y privados, agricultores, comerciantes, empresarios del turismo, pobladores e instituciones parroquiales de La Puerta y Mendoza, sobre la necesidad de establecer proyectos hídricos en la cuenca del Bomboy, ejemplo:

1) aprovechar el tratamiento y la depuración de las aguas residuales para restaurar los humedales.

2)  reducir la presión hidrográfica, optimizando el riego en los cultivos agrícolas y mejorar la biodiversidad de La Puerta.

La comunidad toda, tiene la palabra.

(*) El mes que viene, en este mismo blog, saldrá publicado el artículo Rio Bomboy, su significado histórico. Igualmente, en youtube, en el canal del profesor Leonardo E. Paredes, pueden ver la entrevista que me hizo en el mes de agosto, sobre este tema.


La Puerta, septiembre de 2020.

Omanrique761@gmail.com

martes, 15 de septiembre de 2020

Mario Briceño Iragorry, amante de La Puerta.



Oswaldo Manrique R.



<<Nosotros, en cambio, no hemos buscado en nosotros mismos los legítimos valores que pueden alimentar las ansias naturales de progreso. Cegados por varias novedades, nos hemos echado canales afuera en pos de falsos atributos de cultura hasta llegar a creer mas, pongamos por caso, en las “virtudes” del existencialismo que en la fuerza de nuestros propios valores culturales>> (Briceño-Iragorry, Mario. Mensaje Sin Destino.).


Este año se cumplen 123 años del natalicio del maestro Mario Briceño-Iragorry, quien aun, nos sigue enseñando. Su vasta obra, aun por leer la mayor parte y comprender serenamente, en su debida amplitud, así lo confirma. Nos dejó en sus libros, enseñanzas y la restante, nos la sigue dictando; por supuesto, tiene mucho que decir en estos momentos.  



Fotografía portada del libro Mi Infancia y Mi Pueblo, de don Mario Briceño Iragorry.  Cronografía N° 2809.

Hubo un evento significativo, que trata de su práctica y ética política, que me permito recordar. El 16 de diciembre de 1952, a los pocos días de haberse realizado el proceso comicial (30 noviembre 1952) para escoger los representantes ante la Asamblea Nacional Constituyente, denuncia  ante el mundo el gran fraude que se haya podido cometer en comicios americanos, autor material e intelectual, el dictador Marcos Pérez Jiménez. Aunque don Mario salió electo y reconocido como asambleísta por el Distrito Federal, con mucha valentía y dignidad, hizo pública su decisión de no  concurrir ni convalidar a la espuria anti asamblea constituyente que preparaba formar la dictadura, lo que consideraba una traición al pueblo. 

Siendo Abogado, Maestro, Escritor, Ensayista y político destacado,  dedicó la parte profesada de su vida, al estudio de la historia venezolana, promoviendo la construcción del sentimiento de nacionalidad, pertenencia e identidad, con nuestro pequeño y gran terruño, profundo pensador bolivariano, nacionalista y antiimperialista, por esas características, el periodista trujillano y líder popular más  trascendente del siglo XX venezolano, Fabricio Ojeda,  lo calificó como el gran Cruzado Antiimperialista.   

Don Mario Briceño Iragorry, el cruzado nacionalista.
Don Mario, como le decían en sus mejores tiempos, escribió que había nacido en <<la tierra de María Santísima>>,  la ciudad de Trujillo, el 15 de septiembre de 1887, y explicó por qué llamaba así a su región nativa, <<lo hacemos movidos por el deseo de testimoniar en forma sencilla el arraigado afecto para nuestro lugar de origen…de respetar la porción de territorio nacional donde adquirieron el indeclinable y sagrado derecho a ser llamados venezolanos>> (Mi Infancia y Mi pueblo. Pág. 13. ). Murió en Caracas el 6 de junio de 1958, a los pocos días de haber regresado del exilio, moría así, quien se había convertido en la esperanza de los venezolanos, para conducir los destinos de la República.


La Puerta, no es un Pueblo, es una Puebla.

Confieso que entre los temas que he aprendido de Don Mario, o por lo menos me ha puesto a meditar y a investigar, se encuentra que La Puerta, mi localidad de vida, históricamente no es un PUEBLO, sino una PUEBLA; en el momento en que Mario Briceño Iragorry  dictó su discurso de ingreso como individuo de número, en la Academia Nacional de la Historia, en el año 1929, hizo  una mención agradable en relación a La Puerta. Al hacer referencia del hidalgo capitán español  y co-fundador de Trujillo,  Hernando Hurtado de Mendoza, que fue Alférez Real y Alcalde ordinario de dicha ciudad, que le fue adjudicada Encomienda en el valle del Bomboy, también  hizo referencia a su hijo Don Jacinto Hurtado de Mendoza, “…sucesor de su padre en la encomienda que tenía en la Puebla de San Pablo de Bomboy…”. (Discurso de Mario Briceño Iragorry, a su ingreso a la Academia Nacional de la Historia, en 1929) (Subrayado nuestro). Obsérvese que no lo llamó Pueblo, sino Puebla, que tenía y  tiene otro carácter, importancia y significado, y en efecto, es cierto lo que  afirmó  y dijo en su discurso sobre nuestra comarca,  lo he explicado en un artículo ya publicado en el blog, titulado La Puerta, una Puebla, no un Pueblo. 

Lo otro es, lo relacionado con la función de la historia, que le da un carácter diferencial, y que se debe asumir como una enseñanza importante en estos tiempos, al respecto escribió: 
<< es  mantener viva  la  memoria  de  los  valores  que  sirven  de  vértebra al  edificio  social.   Su  objeto  es  presentar  las  formas antiguas  como  elementos  indispensables  para  el  pro­ceso  de  reelaboración  de  cultura  que  corresponde  a cada  generación.   No  se  puede  mejorar  lo  que  no  se conoce.   No  se  puede  crear  cuando  se  ignora  la   resis­tencia  de  los  elementos  donde  se  fundará  la  nueva obra.   Para .que  la  Patria  sea  la  tierra  feliz  de  nues­tros  hijos,  debemos  verla  y  amarla  como  el  grato  le­gado  de  nuestros  padres.   Cuando  el  extranjero  sin estirpe  local  hace  suyo  y  lega  a  sus  hijos  el  suelo  de la  nueva  Patria,  le  lega  no  sólo  un  campo  para  la lucha y  para  la  muerte, sino  el  patrimonio  de  Historia a  cuyo  goce  y  signos  se  ha  sumado  voluntariamente>> (Briceño-Iragorry, Mario. Introducción   y   defensa de nuestra historia. Pág. 13. Tipografía Americana. Caracas. 1952).   

Como tercer punto, me enseñó cómo se siente y se quiere a un pueblo, de forma desprendida y hasta poética,  cuando describió a La Puerta de comienzos del siglo XX, en su única novela Los Ribera, publicada en 1957, que invito a todos a releer. En ella, describió a esta comarca rural así:

<<Un camino que conduce a La Puerta a través del estrecho y delicioso valle…Enfrascados los viajeros en el interesante tema de la política, no se dieron cuenta de la vía ni de los dorados trigales del contorno, hasta que llegaron al deliciosos sitio de “El Pozo”, ya despejado de la niebla mañanera y en cambio alumbrado por un sol esplendoroso que daba mayor nitidez a los lirios inmensos y vueltos hacia el suelo, pendiente de las frondosas matas de floripón ahiladas a la vera del camino>>  (Briceño-Iragorry, Mario. Los Ribera. Pág. 80.En: La Puerta, un pueblo. José Rafael Abreu. Tomado de Un valle, una aldea, un río, de Alirio Abreu Burelli).

Al parecer a finales del siglo XIX y comienzos del XX, La Puerta, era insignificante, inclusive para los viajeros y visitantes. El camino que conducía a La Puerta desde Mérida, en bestias, tocaba pasar Timotes, La Mucutí, El Portachuelo, La Lagunita, Quebrada Seca, que eran las posesiones y grandes trigales  del coronel Sandalio Ruz y su familia,  y de los hermanos Burelli García, para luego llegar a la finca “El Pozo”, cercana a la zona urbana de La Puerta. No existía la actual carretera, solo la vía intermontana de la cordillera.



En la gráfica, un aspecto de la antigua población de la puerta. Cronografía N° 3237.

Con seguridad este destacado ensayista, el conocimiento que tuvo de La Puerta, lo percibió directamente, en su fase de estudiante, cuando hizo sus estudios en el Colegio Nacional de Varones de Valera, y luego en 1916, cuando tenía que recorrer en caballo o en bestia, el único camino de Valera a Mérida, que es justamente el que describió en su novela.
Al escrutar que había pocas casas, narra que se apearon en la más grande y bonita, los atendió su dueño Don Natividad Sulbarán, a quien describió, que, <<lucia su ruana azul y su ancho sombrero pelo de guama>> éste  Sulbarán, además de hacendado, era primera autoridad del Municipio. Los invitó a desayunar, <<les fueron servidos los típicos platos de la tierra fría>> (Ídem). Don Natividad existió y dejó descendencia; la finca también existe. Describió la amabilidad de la gente, y el gusto de ver y tener la visita de esporádicos visitantes, de seres de otros lugares, así fuesen de Mérida y del mismo Trujillo.  




Don Natividad Sulbarán, hacendado, propietario de la Hacienda “El Pozo”, al que se refiere Briceño Iragorry en su novela Los Ribera. Cronografía N° 2802. 

         Al recordar su viaje, <<continuaron entre sembradíos de trigo y maíz, el camino del estrecho y delicioso valle de La Puerta>>, hace referencia al poblado urbano, “La pequeña población se ha mantenido pese a su antigua data en escaso desarrollo” (Ídem); por supuesto, no se refiere al despojo de tierras de 1892, que  hicieron a los indígenas, la demolición de sus viviendas y su desalojo, quedando este sitio, en poder de los gamonales.
Describe don Mario, como si de un video de turismo se tratara, lo siguiente: <<Las casas son sencillas, las aceras están a medio hacer, la iglesia es pobre, la plaza es solo un solar abierto, sembrado de menuda hierba>> (Ídem); en efecto, lo que se conocía como plaza real, luego plaza principal y finalmente Bolívar, era eso, un gran cuadrado de tierra con alguna hierba menuda, y era totalmente inclinada, con una acequia en uno de sus costados.
Su percepción sobre la gente es la siguiente: <<Sus vecinos son buena gente agricultora, que vive de la molienda del trigo, de la fabricación del queso y de la saca de panela>>; verdaderamente, eran inmensos trigales, que arrimaban al molino de la Calle 3, de los hermanos Burelli García; también, lucían extensos cañaverales e ingenios, muchos trapiches que destacaban en las diferentes haciendas, con alambiques que sacaban productos y bebidas alcohólicas; existía mucha cría de ganado vacuno y ovino para la elaboración de quesos, cuajadas, sueros y otros  alimentos, particularmente en las riveras del río Bomboy, ciénagas, y en las tierras reservadas para el desarrollo urbano del Municipio, que fueron también despojadas; era una autentica comarca rural.


La Puerta está obligada a pensar en la muerte.

Es interesante la apreciación de Briceño Iragorry, sobre un tema fundamental en su obra, la educación y religión de los pueblos, escribió: <<Apenas había una escuela primaria y el Cura poco cuidaba de sus feligreses…No obstante las pocas letras de sus moradores, La Puerta es a manera de aula para aprender filosofía convencional>>; y va revelando por qué, en contraste de la frondosa serranía, se había trazado el cementerio, por lo que la vida de esta población <<discurre frente a los propios muertos>>; es cierto, la Plaza Bolívar, la escuela de primeras letras, la sede de la Prefectura, autoridad policial y el templo, están justamente cerca y a un nivel superior o terraza, donde se podía observar el camposanto; por supuesto, en esa época no existían edificaciones en el lado donde hoy están la Prefectura y el Puesto Policial, el Hotel El Padrino y otras casas, no había nada y se veía fácilmente el cementerio.



Fotografía portada de un ejemplar de Obras Selectas, en que se incluye la novela Los Ribera, de don Mario Briceño Iragorry, en la que vierte su agradable  descripción de La Puerta.    

         En  esa  percepción, sobre tópicos filosóficos de la vida y como tema de dimensión espiritual y religiosa, agregó lo siguiente:<<En la mañana, al mediodía, en la tarde…la gente de La Puerta está obligada a pensar en la muerte>>, y hasta los arboles y vegetación pareciera que por el movimiento de la ventisca, <<parece que fueran inclinados por la ventisca para saludar constantemente a los difuntos. Sin que la meditación ocupase a planos superiores, el hombre de La Puerta se acostumbró a mirar con naturalidad cercana el problema de la muerte y aprendió a compenetrase a la vez, con lo transitorio de la vida>>  (Ídem).  Como colofón de su interpretación, de la espiritualidad colectiva de esta población, insertó palabras del padre Contreras, quien al pasar por el cementerio, rezó alguna oración a los difuntos, y refiriéndose al pueblo, dijo: <<Ojala el pensamiento de la muerte, los enseñe a bien vivir>>. Seguramente, este cura es Humberto Contreras, párroco de la ciudad de Valera, quien realizó una obra social recordada,  enorme y duradera, y es posible que lo incluyera en su novela como un homenaje a este sacerdote.  



Fotografía del joven escritor Mario Briceño Iragorry, con su familia.

Como se puede intuir y obtener, de la fina, adecuada y razonada descripción que hizo Mario Briceño Iragorry, de La Puerta de finales del siglo XIX y comienzos del XX, no solo detalla la fisonomía, virtudes y patrimonio geofísico del lugar, sino que precisa valores y aspectos por los que se guiaba la quieta y hasta filosófica población, que le da una adecuada densidad histórica, al espacio y tiempo en que se desarrolló la actividad principal de los caudillos, y que le aporta eso que llamó “fisonomía diferencial a los pueblos”. Aparte de eso, manifestó su querencia personal hacia esta Puebla.  
El 6 de marzo de 1991, los restos mortales de don Mario, ingresaron al Panteón Nacional. Se deben re-publicar sus obras completas.




 La Puerta,  septiembre del 2020.



lunes, 14 de septiembre de 2020

Carmen Pacheco, una particular historia de vida.


 

Oswaldo Manrique Ramírez.

 

Durante varios años del pasado siglo,  cuando uno pasaba por la avenida Bolívar en las mañanas, se veían apostadas en el sector La Hoyada, a un grupo de hombres y mujeres muy bien ataviados, los hombres de paltó y corbata, las mujeres con el acento de elegancia, como si de reuniones sociales se trataran. Algunos con paraguas, lentes, abultadas carteras, maletines, revistas, bastones, sombreros, llegaban sonreídos a ese punto de encuentro que irradiaba la claridad del sol.  Entraban y salían, como si allí se organizaran y buscaran las instrucciones del día, son sus hermanos de culto. Ya no existía el negocio de Tolentino, era la casa solariega, antigua y cálida de Carmen Pacheco y su familia, que servía de punto de encuentro de la esperanza, de guía de gente honesta, sencilla, de distintos  sectores. Otros, que no son de su fe religiosa, iban a buscar opciones y consejos  a sus problemas individuales o familiares, a tratar sus inquietudes o simplemente para escuchar la agradable conversación de Carmen, a oír sus orientaciones, sus vivencias, anécdotas. Su casa era centro constante de encuentros. Carmen los atiende a todos y a todos los anima y fortalece en sus momentos de desaliento; además, los visita cuando sale en su actividad, a llevar la palabra evangelizadora.   

 

1.- Carmen Pacheco sonriente,  una mañana, entre las plantas del patio de su casa. Fotografía tomada en agosto 2020. Cronografía N° 20200823WA0032.

 

Ocupa un lugar destacado entre las mujeres y vecinas. Toda la gente en La Puerta, vecinos, campesinos, comerciantes, mujeres, niños, viejos, jóvenes, escueleros, universitarios, profesionales, todos la llaman formalmente  Carmen Pacheco, y con ese nombre se fue haciendo referencia popular y ejemplar a todo lo largo y ancho de nuestra comarca.

Muy arraigado a la lucha y al esfuerzo por prosperar económica y socialmente en una época de mucha necesidad y carencias en el Estado Trujillo, es el origen de esta mujer.  Su nombre: Jacinta del Carmen Pacheco,  se asomó a la vida el 11 de septiembre de 1943; es la hija del comerciante mendocino Tolentino Pacheco, uno de los más activos y emprendedores comerciantes de la Parroquia la Puerta, a mediados del siglo XX; Tolentino, fomentó una de las casas comerciales más prosperas en la antigua calle Real, hoy Avenida Bolívar, sector La Hoyada, Parroquia La Puerta, del Municipio Valera, del estado Trujillo;   allí vivieron y trabajaron los Pacheco. Este establecimiento comercial, fue el primero de la comarca que fue objeto de un robo (1953), planificado por una banda bien organizada de amigos de lo ajeno, proveniente de varios Estados (1). Su madre, la señora María Isabel Pacheco.


2.- Panorámica de la avenida Bolívar de La Puerta, en la segunda acera que se observa a la izquierda, donde van dos señores, es el frente del negocio de telas de Tolentino, donde trabajó y atendió Carmen Pacheco.  Fotografía histórica de 1949.   Cronografía N° 091830.

 

Este mes de agosto, en la búsqueda de datos biográficos de personajes contemporáneos, en el proceso de reconstrucción de la historia de La Puerta, tuvimos la oportunidad de abordarla sobre algunos aspectos de sus vivencias.  

 La instrucción primaria, la recibió en dicha parroquia, en la Escuela José Luis Faure Sabaut, que tenía como aulas unas casas propiedad del señor Luis Ignacio Araujo, que se encontraban ubicadas en la calle 8, entre las Avenidas Bolívar y Páez, frente a la Plaza Bolívar de nuestra comarca.  Relató que de esa fase de su vida, recuerda a sus maestros Carmen de Mejía, al Bachiller García, Laura Briceño, y fungía como director de la institución el Maestro Julio. 

Tuvo como compañeros de clases, a Jesús Manuel, Alfonso Aldana, Ana Ismaín, que ya mayor fue esposa de Juan Terán, el que fue Prefecto; Auxiliadora Lamus, Trina Rivas, Bertha Rivas y otros más. En sus recuerdos, aflora como si los estuviera viviendo, que, <<iba mucho para el campo a recoger chayota, maíz, caraota, sembrábamos en el campo como un conuco con la abuela María>>; se refiere al campo de Los Barriales, después convertida en Hacienda El Rosario,  en las tierras asignadas para expansión urbana de La Puerta (Juicio de Partición de Posesiones del  Resguardo Indígena, de 1891), al que iba con su abuela María del Rosario Pacheco.

El trabajo aprendizaje en el negocio familiar.

La infancia de Carmen, fue la cotidiana en un pueblo rural andino, se disfrutaba y a la vez, se aprendía a  trabajar; recordó que <<en el campo era jugar, buscar leña para cocinar >>. Momentos que se acuerda con satisfacción,  y la enseñaron  a trabajar con Tolentino, aprendió las reglas del comercio de telas, agregó que <<primero fue a barrer, acomodar las piezas de tela, se vendían por metros como la crehuela, la popelina, el liencillo, el kaki, dril, se vendía la cotiza (alpargates), sombreros de paja>>; optó por trabajar, ayudar a su padres en el sostenimiento económico de la familia.

 

3.- A la derecha, de perfil, viendo hacia la puerta del negocio, Carmen Pacheco, en plena juventud. A su izquierda su papá Tolentino, de paltó, camisa y sombrero.  Cronografía N° 3109.

 

Recordó que en el negocio de su papá, se vendían <<mucho los budares de tierra para hacer arepa, cazuelas, ollas de barro, tinajas para llenar y enfriar agua>>; explicó que estos utensilios eran elaborados por las manos de las señoras alfareras de Carorita, herederas de la técnica y belleza artesanal de los Timotes,  en la mina de Tierra de Loza, también llamada Tierra Colorada, aquí en La Puerta.   

Siempre ha vivido en La Puerta, recuerda de aquella época de su juventud que,  fue << muy bonita, todos me querían, todos mis amigos y amigas>>. Gozaba desde siempre, esa virtud de socializar y hacer amigos.

Su vida de juventud fue sencilla, trabajo y familia, <<en ese tiempo, muy diferente, primero que no había esa luz eléctrica, por el año 1951, había electricidad muy bajita, papá Tolentino tenía una lámpara de gasolina, la prendía era él solo>>.  Con el pasar del tiempo, su papá cambió el rubro de las telas y vestido, <<después teníamos una bodega de víveres. Nosotros trabajamos hasta el día que por el 1995. Todo era bonito, tranquilo, muy bonito, no yo en otra parte gustaría que volviera la tranquilidad, no recuerdo nada, todo bien>>; eso, la tranquilidad,  es lo que aspira que volviera a esta época.

Su ingreso al mundo espiritual y contemplativo. Los tesoros más valiosos son invisibles.

Su figura es de un aspecto austero, conjugado con alegría y jovialidad. Un exterior que quizás esconde su espíritu amable, y más,  su blando y sensible corazón. Ha consagrado su vida y sus desvelos por su familia, primero su padre y madre, luego sus hermanos, hermanas y sus sobrinas, ayudando y enseñándoles para que pudieran encarar sus vidas sin apartarse de la dignidad,  hasta que se incorporó a su fe religiosa. Tolentino Pacheco murió en 1987 (2). A su comunidad la sigue sirviendo con solidaridad, amor y desinterés. A ella acuden personas de diferentes caseríos y sectores, para escuchar sus consejos, su palabra educativa o simplemente para escucharle sus anécdotas o gentiles bromas, vínculos que han solidificado el respeto que se tiene hacia ella.

Se le preguntó si había alguna razón en particular para entregarse a la actividad religiosa, y respondió, que <<la razón para ser Testigo de Jehová, el honor de llevar el nombre de un Dios todopoderoso…no todas las religiones aseguran el tomar de Dios una esperanza, una fe y se reconoce por sus frutos>>; como tantas otras personas, tiene sus ideas bastantes distanciadas de <<la clerigalla de misa y olla>>; no cree en imágenes; sin embargo, está inmersa en una muy profunda vivencia evangelizadora, con una ejemplar sensibilidad social,  caritativa y solidaria con sus semejantes; tomó el uso de la palabra espiritual, como medio para llevar algo de esperanza y consuelo a sus congéneres.

   
                  4.-   Carmen Pacheco, en su casa,  gráfica reciente. Cronografía N° 20200824WA0001.

No cree en imágenes esculpidas, pero afirma lo siguiente <<para poder resolver problemas como la paz, satisfacción, tener una vida satisfecha con todos los hijos e hijas, la virtud y la apacibilidad es una cualidad de las personas que tienen paz interior>>. Esta manera de pensar y actuar, se corresponde con esa cotidianidad de la que comentamos anteriormente, muchos a diario, acuden a ella, quizás a tomar un poco de esa sobriedad y sosiego que transmite.

Más adelante, complementa: <<Afrontar los sinsabores de la vida con calma y autocontrol es igual, sentir alegría, es embellecer la población. Todo lo que tengo es paz interior>>. Sin duda su apostolado, lleva además de ese objetivo pacifista: el de fomentar la alegría y también la belleza colectiva, de su pueblo.

Se le indagó sobre su mejor cualidad personal, reveló simplemente que <<hay mucha cualidades que nos vienen en vida y para mostrar gratitud por los beneficios que no se ven, los tesoros más valiosos son invisibles como la amistad con Dios, la oración, la ayuda del espíritu santo, para saber cuál es la cualidad que más le gusta se puede decir hay tantas virtudes, los caracteres son muchos buenos y malos y uno no se puede decir este es mi carácter porque hay tantos que podemos decir es el mío diría “bueno”, lo dicen son los que tratan a la persona y tienen su concepto>>. Así como goza de espiritualidad, también exhibe mucha humildad.

Sus preferencias personales. Uno tiene que avanzar no quedarse varado.

Es normal encontrarla en el jardín, en el solar de su casa. Sus conocimientos en materia de plantas medicinales y ornamentales, le han creado una suerte de maestría en estos rubros, desde su época de siembra, cuido, riego, tipo de corte, aplicaciones y el resto de lo que significa el tratamiento y cuido de estas plantas alternativas para la salud de la gente.


5.- Otra gráfica de nuestro personaje, sentada en el jardín de su casa.  Fotografía tomada en agosto 2020. Cronografía N° 20200823WA0033.

 

Sobre sus preferencias gastronómicas, es mujer de gustos sencillos, <<decir de la comida no toda es buena, a mi me gusta la criolla, sopa de costilla como se hacía antes, arepas de maíz cachapa, cuajada criolla, se comía carne asada, no frita en los años 1970, una sopa con papa y fideos así se llamaban los espaguetis, se comía con tomate y cebollín>>. Estos son deleites criollos de la comarca.

Disfruta la lectura, lo dice sin cortapisas, <<a mi me ha gustado la lectura desde cuando aprendí a leer, en primer grado era un Libro Primario, así se llamaba. En segundo grado Esmel muy buena lectura, recuerdo que era el Himno a la Verdad; tales como el Reloj lectura de Marianela, y muchas lecturas; por ejemplo en tercero y cuarto grado eran enciclopedias, de Editorial Andar, Asia Medina de Dan. En quinto y sexto grado recuerdo Historia de mi Patria, de J.M. Siso Martínez, Historia Universal de Humberto Bartoli, libros, luego leía novelas como Cien años de soledad, Don Quijote de la Mancha, de Miguel de Cervantes, leí un libro de Scot Fitzgerald, El Gran Gatsby, también Doña Bárbara de Rómulo Gallegos, también leí El Padrino y otros más; después de convertirme en  Testigo de Jehová, la Biblia,  es un libro para toda la humanidad, toda la literatura de la organización social>>. Solo el que tiene el hábito de la lectura, puede llevar con fundamento, la palabra evangelizadora como hace Carmen, en las mañanas, cuando se viste, se arregla y sale en compañía de sus correligionarios a caminar por estas calles y carreteras, para llegar a las casas de nuevos adeptos.


6.- Esta era la antigua casa de Carmen Pacheco; de 5 puertas y ventanas. Se desplomó en el 2019, tenía 96 años de construida. Aquí funcionó el comercio de telas de Tolentino Pacheco, padre de Carmen. Este negocio fue objeto de atraco en noviembre de 1953, reseñado por la prensa, constituyó el primer robo a establecimiento mercantil en la población de La Puerta.  Cronografía N° 2846.  

 

Es de las mujeres que no se atornillan ni encasillan en el tiempo, se le preguntó qué sensación tuvo cuando se desplomó su casa, una de las más antiguas de la parroquia y dijo: <<cuando se desplomó la casa “no”, la cambiamos por otra casa nueva, tenia noventa y seis años, me dio alegría, uno tiene que avanzar no quedarse varado como dice el Eclesiastés, un simple amador de la plata no está satisfecho con plata, la casa era vieja, todo lo que tengo ha sido mi trabajo con papá Tolentino, aprendí mucho, con la vida nunca lo dejé solo, yo me considero una persona agradecida, primeramente Dios me ha dado una vida feliz en sus bendiciones, sentirse valorada por sus hijas e hijos, estoy muy agradecida con papa Tolentino por haberme dejado esta casa ¿Dónde iba yo a vivir? Por eso le doy las gracias de corazón, me siento agradecida y estaré mas convencida de lo mucho que me quieren y me valoran>>. Mujer agradecida con la familia y con la vida.


7.- Don Tolentino de Jesús Pacheco, padre de Carmen Pacheco,  en su negocio de víveres. Con avanzada edad, tenia los guantones  puestos para el despacho de alimentos. Encima de uno de los cajones, uno de los niños Viera. Cronografía N° 3108.

 

Lo anterior es una pequeña referencia de su vida, en la que siempre ha procurado conjugar los compromisos de la fe que profesa con los compromisos como ciudadana. Siendo como es, Carmen Pacheco, ejemplo y guía de las mujeres de nuestra comunidad de La Puerta, debe reconocerse en ella, su aporte en cultura moral, espiritual y social.  

(1)  Más información de este hecho, ver nuestro artículo El Primer Robo en La Puerta, publicado en este mismo blog.  

(2)   Más información de este personaje, ver nuestro articulo Tolentino Pacheco, de los primeros tenderos de La Puerta, publicado en este mismo blog.  

La Puerta, septiembre 2020.

Omanrique761@gmail.com

jueves, 10 de septiembre de 2020

Habladas, palabras y modismos (1).

Modismos o expresiones comunes de la gente del Páramo y zona urbana de La Puerta, Trujillo, en Venezuela. Algunas han ido desapareciendo.


Oswaldo Manrique Ramírez.

Apreciados lectores, la lista de expresiones y palabras que publicamos a continuación, es con el fin de difundir, las que se han podido recopilar hasta ahora, compartirlas y preservarlas como pequeña muestra de la particular forma de hablar de nuestra gente, en las alegres  “alegadas”, conversas  y habladas, de las tradiciones y cultura andina y de la misma cotidianidad que nos enorgullece. Son en su mayoría, esas expresiones creadas por nuestros abuelos para llamar o definir ciertas cosas, con las que a veces nos burlamos de nosotros mismos. No se incluyen aquí, los vocablos indígenas y mestizos que aun se usan y se han recopilado en el Páramo de La Puerta.


Expresiones afirmativas:

Ansina’ Ansina mesmo. Si. Así mismo.

Antestualmente. Eso está bien. Correctamente, más que un  documento.

Mesmamente.  Exactamente.


Panorámica de La Puerta, Estado Trujillo en Venezuela, tomada desde su lado norte. Cronografía de este blog N° 2906.


Expresiones de negación:

¡Na! Es utilizado como señal de flojera o desdén para significar: no o negativo. En dialecto Timoto significa: Él es o ella es. 


Expresiones de dolor:

¡Ah rigoritico! Expresión en pequeño, de lamento, sentimiento e inconformidad.


Expresiones calificativas de personas:

¡Allá va la penca aquella! Loca. Molestosa. Alegrona.

Baboso. Mentiroso. También Bambo.

Ese si es trucha. Mentiroso, hablador de paja.

Ese jilacho e’ viejo. Para decir pobre viejo.

¡Es más gueso!  Pichirre. Le dan por el codo y abre los dedos del pie.

Guamuo o guama. Persona fastidiosa, repetitiva.  

No sirve ni pa’ guayuco e’ muerto. Muy flojo, descuidado, irresponsable, no sirve para nada.

Rosnó el borococo. Se escucho al búho, para decir, habló el otro.

Se vino con aquel arrebiate. Acompañantes, Vividor, chulo, 

Tatuco. Persona pequeña y gorda, también se utiliza para designar la cesta de recoger café.


Expresiones relacionadas con los bebedores:

Como lamesana de miche sanjonero.

Escurra, escurra. Beba ligero el miche. 

Se volvió tuche. Se pasó de cucharadas (de miche), se emborrachó.


Expresiones relacionadas con las parejas:

Amancebao. Lo usan para referirse al que vive en pareja sin casarse.

Le dieron agüita e’ breva. Se volvió loco de enamoramiento, se bajó al pozo.

Se fue con el tercio aquel. Hombre pequeño o incompleto.

Le invadieron el barbecho: que  la preñaron.

Le montaron la enjalma. Igual que la anterior.

Le tiraron la carpeta. Ya tuvo relación sexual.

Le volaron las tapas: perdió la virginidad.

Yo no soy ningún acolchao o aconchabao. Mantenido, perezoso, vago.

Avenida Bolívar de La Puerta, Estado Trujillo en Venezuela, en los años 40 del siglo XX. Colaboración de Alfonso Briceño. Cronografía N° 091830.


Expresiones de saludos:

Como faltriquera e’ pobre. Se usa como respuesta de cómo está la situación. Sin cobres en el bolsillo.

Ipale ¡Majincho! Desganado, de piel amarilla, anémico.

Pa’ Carrizales, moliendo vidrios con el rabo. Cuando preguntan por algún familiar que esta fuera de Trujillo, le responden esto, queriendo decir que esta sudando la gota gorda, trabajando.  

¿Pa’ onde vas rabo pa’tras?. Graciosa expresión para preguntar para dónde vas.

Pa’ onde van aquellos chorotes. Para dónde van los muñecos o bien vestidos aquellos.

Po’ allí lo vide. Si,  lo vi por ahí.

¿Qué tal Morao?, saludo al que se echa mucho palo y se le nota por el color de la cara.

¡Saludes! Quiere decir ¡saludos!

Va pué.

Venia rosnando.  Por ahí se le escuchó que venía. 


Expresiones de molestia.

¡Coma bastante achicuca!. Que se vaya a la porra o al infierno o al mismísimo CDLM.

Le voy a echar una jarta cuando lo vea. Lo voy a regañar, reprender.

¡Nojople! Sustituye la escatológica ¡No joda! o no moleste tanto. 

No sea tan busaca. No sea usted tan idiota. Tan tonto.  


Expresiones de estar bien.

Se echó una tiempla. Se usa para decir, que la persona comió bien y está satisfecho.

Uva. Para expresar sintética y concisamente, estoy o me va bien.

Expresiones de supersticiones:

¡Y me puse la camándula por si acaso! La contra para evadir la pelona (muerte). 

Expresiones de malestar:

Chino malarte o china malarte. Para decir muchacho o muchacha, respondón, que no hace caso, tremendo o atrevido.

Y se dio en la jícara. Se pegó en la cabeza.

Las patas jinchás. Las piernas y pies hinchados, cansados, adoloridos.

Pacencia y en el rabo resistencia. Expresión filosófica de la gente de  montaña, relacionada con la paciencia, esperar, aguantar, conformismo y la reflexión antes de tomar una decisión en las dificultades.

Uno de los sitios más concurridos por los habitantes de La Puerta, para conversar, los bancos de la plaza Bolívar. Cronografía de este blog N° 3331.


Otras más cotidianas:

Ah hijo e’ la chuta o la chuya. Es una expresión de asombro.

¡Ajúmele! Váyase ligero.

Amaneció con fogaje. Con Fiebre, Alta temperatura

Chorriaito pué. Bajando poco a poco.

Emparamao de frio. Titiritando de frio.

Dejó un chirganito. Que dejó solo un pedazo de carne muy pequeño.

Deme una peyita. Algo de chimó.

Deme tantico chimó. Deme un poco de chimó.

Deme un cuello corto. Para decir en la venta de licores, deme un traguito de ron o miche en un vaso pequeño cafecero; “cuello largo”, es el que sirven en vaso mediano.

 Esta cundido de vejigas o de piojos. Lleno de erupción en la piel o piojos en el cabello.

Le dieron por la jeta (también la jocica)  y se la dejaron colorada. Le dieron un golpe en la boca y se la pusieron hinchada y roja.

Michito o tantico e’ miche. Aguardiente elaborado entre zanjones fermentando la panela, destilándolo y aromatizándolo con esencia de anís. También suele utilizarse para indicar cualquier bebida alcohólica.

Madre Mono. Se utiliza la palabra madre para engrandecer al referirse a la parte intima de la mujer.

Móntese a kachute. Móntese sobre mis hombros o espalda. Kachute en lengua Timoto, en sus acepciones es Dios, lo que está arriba, también como iglesia y domingo.

No deje la marusa. No deje la bolsa o el paquete.

Si quiere más,  pida mondongo. Expresión que dice al invitado, quien invitó a comer, y acaba de pagar lo consumido.

Usted si es chuco. Para decir, usted si es corto en algo, o hace las cosas pequeñas o mal. 

¿Y No lo trujo?  ¿Y no lo trajo?

Es nuestra aspiración, al publicar este catalogo de palabras y expresiones comunes  usadas en  nuestra comarca, que debe tomarse como una primera recopilación que se somete a la revisión de la comunidad de La Puerta, para que puedan hacer sus propias correcciones, y asimismo, puedan complementar y aportar las que seguramente, aun faltan, lo que pueden hacer en la ventana de Comentarios, al final de este artículo. Consideramos que esta es una manera de estimarnos nosotros mismos y de propiciar el dialogo en estos tiempos de pandemia.  

La Puerta, octubre 2020.

Omanrique761@gmail.com


Agripina Burelli Garcia de Parra, la Preceptora de la primera escuela de La Puerta.

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