lunes, 30 de marzo de 2020

Tratado de Paz y Reconocimiento (1845) como Nación Libre, Soberana e Independiente de la República de Venezuela.



Oswaldo Manrique R.

En Venezuela, durante el siglo XIX, no se conoció un hecho de mayor trascendencia que la Guerra de Independencia. Durante sus primeras décadas, se encontró  con eventos de innegables proyecciones históricas; en el ámbito bélico, grandiosos comandantes, tácticas y magnas batallas, así como, hechos fundamentales para consolidar lo conquistado con las armas: la vida en libertad, como elemento de primer orden en las escalas morales.

Acontecimientos como la firma en Trujillo, de los Tratados de Armisticio y de Regularización de la Guerra (1820), es de imponderable grandeza para la Patria y el Mundo del Derecho Internacional Humanitario, y no menos trascendente fue el otro Tratado, el de   de Paz y Reconocimiento (1845) como Nación Libre, Soberana e Independiente de la República de Venezuela, que consolidó el colosal esfuerzo de nuestros Libertadores, pues con este, quedó asegurado el destino libre y soberano de la nueva República: Venezuela. Es pues, el 30 de marzo de 1845, una fecha estelar en la historia mundial.
Se ha escrito y difundido, estos últimos meses, con motivo del Bicentenario de la firma de los Tratados de Armisticio y de Regularización de la Guerra en la ciudad de Trujillo, que habría  ocurrido en estos eventos de 1820, el reconocimiento de Venezuela como República soberana e independiente, por parte del Reino de  España,  afirmación que ha sido descartada fundadamente por historiadores e ilustres juristas del país, entre ellos, el trujillano Dr. José de Jesús Cooz. Como aporte documental a esta discusión, que nos debe llevar a  pertinentes aclaratorias, compartimos, algunas notas sobre el Tratado de Paz y Reconocimiento (30 de marzo de 1845) como Nación Libre, Soberana e Independiente de la República de Venezuela, compuesta de las Provincias y Territorios expresados en su Constitución, entre ellos, la de Trujillo; algunos lo han denominado Tratado de Paz y Amistad entre  Venezuela y España de 1845, otros, como   Reconocimiento diplomático de la Independencia de Venezuela.

Proceso de negociaciones.

Fragmentada la obra integracionista de Bolívar, la Gran Colombia, el gobierno del general Páez, tomó la iniciativa de negociar un Tratado con el Reino de España, para que se reconociese a Venezuela como Estado y Nación independiente; para ello en noviembre de 1833, comisionó al general y diplomático Mariano Montilla y Díaz Padrón (1782-1851);  estas gestiones duraron hasta el año 1834, en que no hubo acuerdo porque España entró en el conflicto llamado Primera Guerra Carlista. Las nuevas negociaciones se dan en 1839, cuando en dicho país, se reanuda la calma, es nombrado como representante plenipotenciario el Dr. Alejo Fortique González,  abogado, político y diplomático; sin embargo, las aspiraciones del Reino, A) que se pagaran deudas contraída por la antigua Capitanía General de Venezuela, y B) que se indemnizaran a los ciudadanos españoles que fueron expropiados en la Guerra de Independencia, fueron serios obstáculos para lograr el pacto.


                         General y diplomático  Mariano Montilla y Díaz Padrón

Concluidas las discusiones,  se llegó a un convenio entre ambos Estados, el 30 de marzo de 1845, se firma en Madrid, el tratado, constante de 20 artículos, por el Dr. Alejo Fortique, en su carácter de  Enviado Extraordinario y Plenipotenciario de la República de Venezuela, quien firmará a nombre del Presidente de la República, general Carlos Soublette,  y don Francisco Martínez de la Rosa, Miembro del Consejo de Estado español y representante de la Reina Isabel II.

General Carlos Soublette.

El Tratado, fue ratificado por el Congreso de la República de Venezuela, el 26 de mayo, y al día siguiente, el Presidente Soublette, le dio promulgación a la ley aprobatoria de dicho Tratado. En 1846, se tramitó ante las Cortes de Madrid, la reciprocidad ratificatoria. La Reina Isabel II de España, lo ratifica el 19 de junio de 1845, y el canje de ratificaciones ocurrió el 22 de junio de 1846. 
 En este proceso, hay un dato curioso, es que los representantes designados para cerrar las negociaciones, el Dr. Alejo Fortique y su sustituto, el general Urdaneta  mueren en dicho año, el primero, el 30 de octubre, en Londres,   y el segundo, el  23 de agosto de 1845, en la ciudad de Paris.


                                                                                                                                              Dr. Alejo Fortique Gonzalez.

Tratado de Paz y Reconocimiento como Nación Libre, Soberana e Independiente de la República de Venezuela, compuesta de las Provincias y Territorios expresados en su Constitución, entre ellos, la de Trujillo. 

<<…La República de Venezuela por una parte y Su Majestad la Reina de España doña Isabel II por otra, animadas del mismo deseo de borrar los vestigios de la pasada lucha de sellar con un acto público y solemne de reconciliación y de paz las buenas relaciones que naturalmente existen ya entre los ciudadanos y súbditos de uno y otro Estado y que se estrecharán más y más cada día con beneficio y provecho de entrambos, han determinado celebrar con tan plausible objeto un Tratado de paz, apoyado en principios de justicia y de recíproca conveniencia: nombrando la República de Venezuela por su Plenipotenciario al señor Alejo Fortique, Ministro de la Corte Superior de Justicia de Caracas y actual Enviado Extraordinario y Ministro plenipotenciario de la República cerca de Su Majestad Británica, y Su Majestad Católica a Don Francisco Martínez de la Rosa, del Consejo de Estado, Caballero Gran Cruz de la Real y distinguida Orden Española de Carlos III, de la de Cristo de Portugal, de la de Leopoldo de Bélgica, y de la del Salvador de Grecia, y su Ministro de Estado y del Despacho, y después de haberse exhibido sus plenos poderes y hallándolos en debida forma han convenido en los artículos siguientes:
Artículo 1°. S.M.C., usando de la facultad que le compete por decreto de las Cortes generales del Reino de 4 de diciembre de 1836, renuncia por sí, sus herederos y sucesores, la soberanía, derechos y acciones que le corresponde sobre el territorio americano, conocido bajo el antiguo nombre de Capitanía General de Venezuela , hoy República de Venezuela.
Artículo 2°. A consecuencia de esta renuncia y cesión S.M.C. reconoce como Nación libre, soberana e independiente la República de Venezuela compuesta de las provincias y territorios expresados en su Constitución: y demás leyes posteriores a saber: Margarita, Guayana, Cumaná, Barcelona, Caracas, Carabobo, Barquisimeto, Barinas, Apure, Mérida, Trujillo, Coro y Maracaibo y otros cualesquiera territorios e islas que puedan corresponderle.
Artículo 3°. Habrá total olvido de lo pasado y una amnistía general y completa para todos los ciudadanos de la República de Venezuela, y los españoles, sin excepción alguna, cualesquiera que haya sido el partido que hubiesen seguido durante las guerras y disensiones felizmente terminadas por el presente Tratado. Esta amnistía se estipula y ha de darse por la alta interposición de S.M.C. en prueba del deseo que le anima de cimentar sobre principios de benevolencia, la paz, unión y estrecha amistad que desde ahora para siempre han de conservarse entre sus súbditos y los ciudadanos de la República de Venezuela…>> (Reconocimiento Diplomático de la Independencia de Venezuela. En: catalogo.mp.gob.ve).


Como se puede entender de estos tres artículos fundamentales, se acordó entre las partes, el reconocimiento de Venezuela como Nación libre, soberana e independiente, y asimismo,  el total olvido de lo pasado y una amnistía general y completa para venezolanos y españoles. 

General Rafael Urdaneta. 

Este Tratado, no solo produjo la paz definitiva entre las dos naciones, el reconocimiento de la soberanía de la Nación y República venezolana, así como, la normalización de sus relaciones comerciales, culturales y diplomáticas y las mismas   familiares que se habían interrumpido, sino que liquidó toda iniciativa, movimiento o intención de grupos realistas que todavía conspiraban y persistían en la recuperación de las colonias para España.  El hecho que se haya tramitado y firmado durante la época del Paecismo, no desmerita la obra de la Diplomacia venezolana y los efectos que produjo dicho Tratado. Así lo veo yo


La Puerta, marzo 2020.
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sábado, 14 de marzo de 2020

Luis Beltrán Prieto Figueroa, joven rebelde eterno.



Oswaldo Manrique R.


<<doctor Prieto, productor de la enseñanza; luchador incansable por el bien colectivo; hechura afortunada de la naturaleza; extraño ejemplar de nuestra especie, a quien los años han retornado hacia la juventud; a usted buen sembrador de amor y de esperanza, a quien la vida tiempla y no fatiga; a usted que alto se eleva si duro lo golpean; a usted cuya alma se ha inspirado en vez de hacerse mustia en medio de tormentas; a usted que altivo va con la mirada al sol, rumbo a la libertad y hacia la vida, he querido entregar estas palabras>> (Salom Mesa. Memorias. Pág. 360. Desde un calabozo del Cuartel San Carlos, agosto 1976).

Compiten el periodo colonial, con el republicanismo militar oligarca, como negadores de la educación laica, democrática, humanística en Venezuela, mucho más en las áreas rurales, entre ellas,  la trujillana. Sin embargo, aparte de Simón Rodríguez, Andrés Bello, el maestro Rafael María Urrucheaga, execrados por quienes no los comprendieron,    hubo otros, que hicieron planteamientos, en momentos del Estado Nacional de opresión, de una educación para la formación integral de la persona, en el marco del humanismo. Uno de ellos, fue el Dr. Luis Beltrán Prieto Figueroa, el maestro de América, que nació en La Asunción, Estado Nueva Esparta, el 14 de marzo de 1902.
                                Dr. Luis Beltrán Prieto Figueroa, Maestro de Maestros.

El Maestro Prieto, como le decíamos quienes tuvimos la fortuna de conocerlo y andar un tiempo con él -de lo que nos sentimos muy orgullosos-, centró gran parte de su lucha en el campo educativo, aspiraba una educación, que fuese el adecuado proceso para lograr una sociedad solidaria, democrática, justa, y humanista; se le vio librando fuertes batallas, a veces solo, contra quienes pretendían mantener la hegemonía y el status, de manera muy particular en pleno siglo XX.  Abogado, educador, filósofo de la educación, político y poeta, pero más que esas credenciales, fue un Ciudadano, con C mayúscula y radiante.
Lo conocí, participando en el movimiento estudiantil, por medio de otro educador destacado, el  Profesor José Ángel Arenas, que me invitó a que lo acompañara al centro de Caracas, que iba hablar con Prieto, sobre las detenciones de dirigentes estudiantiles; eran tiempos en que la izquierda pasaba por uno de sus naturales procesos: la División. Allí, en la letrada y fea oficina del Maestro, se encontraban, Guido Acuña y el legendario Salom Mesa, que eran los diputados defensores de los derechos humanos.
Le pregunté a Fermín Ancheta, mi compadre, cuál era en su criterio, la cualidad que más  resaltaba en la personalidad del maestro e inmediatamente me respondió: su anti catolicismo. Recordó también, muy  rápido, que, uno de los 5 puntos por los que el movimiento golpista militar contra el maestro Rómulo Gallegos, fue precisamente la Ley Orgánica de Educación Nacional de 18 de octubre de 1948, de la que fue coredactor Prieto Figueroa, inclusive, la llamaban el “Decreto Prieto”, sobre el Estado Docente, tesis prietista que imponía la educación laica, y el Estado asumiría la función indeclinable de la educación en el país, quitándole a la iglesia católica tal atribución; aunque se les permitía, que si querían usar las instalaciones y planteles educativos, para la educación católica,  lo tenía que hacer fuera del horario normal de clases. En dicha Ley, refrendada por el ilustre novelista Don Rómulo Gallegos, Presidente de la República, y por su Ministro de Educación, Luis Beltrán Prieto Figueroa, se consagraba además de la gratuidad,  << La educación es función esencial del Estado>> (art. 1) (Prieto Figueroa, Luis Beltrán. De una Educación de Castas a una Educación de Masas. pag.240.Fondo Editorial Ipasme. Caracas. 2005); su objeto <<formar ciudadanos aptos para la vida y para el ejercicio de la democracia, fortalecer los sentimientos de la nacionalidad, acrecentar el espíritu de solidaridad humana y fomentar la cultura…se orienta hacia la valorización del trabajo como deber cívico fundamental…>> (art. 2). Uno de los artículos más polémicos fue el del anticlericalismo católico, que se estableció en el artículo 7 << No podrá realizarse dentro de los establecimientos docentes, públicos o privados, ni durante el curso de cualquier actividad extraescolar que se cumpla con fines educativos y promovida por el Estado…ninguna propaganda política partidarista ni de doctrinas contrarias a los principios democráticos…o que favorezcan el desarrollo de antagonismos religiosos, étnicos o sociales>>. Esta era la fundamentación de su propuesta educativa, humanista y democrática, tesis que ampliara en su obra El Humanismo Democrático y la Educación, de 1957.  
Recordé la famosa anécdota, que se le achaca al Maestro Prieto y que grupo repetíamos en el grupo para desestresarnos, que una vez iba en un vuelo de Caracas, hacia Margarita, y a su lado sentado estaba uno de los Obispos de la época, cuando de pronto entró el avión en zona de turbulencia muy fuerte, los pasajeros les abordó el pánico,  una señora gritó ¡Virgen der Valle Bendita! ¡Recen! ¡Recen¡  Monseñor y que vio al Maestro persignándose, y cuando llegó la calma, le dijo: - ¿ doctor lo vi persignándose  y usted no es anticatólico?, Prieto, le respondió: - Monseñor, eso es allá en la tierra, aquí en el cielo es otra cosa. 
Al abordar con la misma pregunta al estimado amigo, mi profe en  Economía Política  y viejo compañero de luchas, el economista  Luis Salas Ochoa, dijo que su cualidad más importante, era su jovialidad, que por ser margariteño, le era innata. El Maestro, además de su talento y sabiduría para abordar y responder aun en las más difíciles situaciones, siempre tenía una respuesta jocosa a flor de labio. Así como era de feo, desasistido de belleza física, (le decían el Orejón, moreno y muy alto), desbordaba con ese algo o don personal, que producía que lo amaran, se sentía hacia él  una especial querencia colectiva,  incidiendo hasta en nuestro interno y deleite espiritual, con esa gracia;  fue un ejemplar de belleza y estética excepcional.  Recordó Fermín, que en la ocasión en que Luis se iba a despedir de sus compañeros de la organización donde militaba, porque se iba a estudiar a la Universidad de La Habana, estaba el  Secretario General, quien al despedirlo le dijo: -espero que venga pronto. Inmediatamente, el Maestro Prieto, que ahí se encontraba, le ripostó con natural franqueza: - ¿Doctor y usted cree que él  va para la Habana a un taller de corte y costura? Ese era Prieto.
El maestro Prieto, echando un pie. Gráfica de globovison.com.
En una oportunidad, me tomé dos whiskys en su casa, era un ser normal, le gustaba el whisky, me parece que era un cumpleaños. Y llamaba la atención, la plaquita en el frontis de su casa, una vivienda sencilla construida por algún organismo de vivienda para la clase media, en la que se podía leer: Ancha y Ajena; le preguntamos a qué se debía ese nombre, y él con su voz finita, casi aterciopelada, respondió: - Bueno, ancha, porque mi familia y mis amigos son muchos y aquí caben todos, y ajena, porque no he terminado de pagarla, debo la hipoteca. Así era de sencillo y sincero, este hombre que había ocupado las más altas posiciones de gobierno y estuvo a punto de ser Presidente de la República. 
Igual interrogante le impuse a Manuel Márquez, abogado, nativo de Motatán, y como los anteriores, tenía su opinión del Maestro, me dijo: su honestidad. Era un hombre sincero, sencillo, franco y autentico. Rememoró la vez que estuvo en Valera y en la rueda de prensa, le preguntaron sobre su anticomunismo, él le respondió al periodista que <<el “anti”, es la negación de todo, y yo, no puedo negar nada, porque sería como negarme a mí  mismo>>. Tuvo la entereza de romper las amarras ideológicas reformistas, al declararse socialista, pero siempre presente en su pensamiento, su acendrado Bolivarianismo; al efecto, escribió: << Se ha dicho que “sin teoría revolucionaria no hay revolución”. De otra parte podría afirmarse que sin información política y humana los dirigentes de la cosa pública, los conductores de las masas no sabían encontrar el derrotero cierto para la praxis que la política demanda. Lideres ayunos de toda información dan bandazos y tan pronto apuntan a la izquierda como a la derecha, se detiene en el centro para volver a las formas conservadoras que han contenido el avance de la humanidad, en busca de sistemas que contribuyan a forjar un destino mejor y a crear condiciones de vida favorables para las masas trabajadoras y para el pueblo en su totalidad>> (Prieto Figueroa, L.B. Del tradicionalísimo la modernidad. págs. 9, 10 y 17. Caracas. 1976   ); se declaró en la <<lucha revolucionaria por la liberación nacional y la democracia socialista…Inspirados en los grandes ideales de Bolívar y de los demás hombres forjadores de la patria>>. Como complemento de esto, léase su ensayo El magisterio americano de Bolívar.

Rubrica de Luis Beltrán Prieto Figueroa. Cronografía de este blog N° 3279.
  El viejo Prieto, como le decía la muchachada, era una especie de padre bonachón, benefactor, de esos tipos simpáticos, buena gente. Escucharlo era convencerse más, que valía la pena seguir luchando, que definitivamente la vida con todas sus complejidades, virtudes y accidentes, sigue siendo maravillosa. Confieso que el primer libro que leí, fue uno pequeño, de edición rustica gris, parecía hecho de cartón,  no me acuerdo si fue el poeta Guido Acuña, quién me lo obsequio, el titulo: Joven Empínate,  me sorprendió, algunas lagunas propias de la edad y del manualismo dogmatico marxista-leninista en que deambulábamos, fueron reorientadas. Les contaba a Manuel y a Fermín, que a finales de la década de los 70, ingresando en la universidad, yo no quería participar en movimientos ni en militancia, por alguna razón que ya no recuerdo. Carlitos Dávila, el actor y publicista, me llamó un día y me invita a que colaborara con la campaña electoral del Maestro, que necesitaba que su campaña publicitaria  la empujaran los jóvenes, yo no quería; me fue a buscar a mi casa, y en la discusión, me dijo ¿qué culpa tiene el viejo en esa arrechera tuya? y me hizo entrar en razón. Fui a acompañarlo, a los pocos días,  a una sesión fotográfica en la Plaza La Concordia, donde estaba una gente de una compañía de publicidad, el lunes siguiente, salió en una página completa del diario El Nacional y otros periódicos del país, un afiche, en el que aparecía el Maestro caminando acompañado por 6 o 7 jóvenes, uno de ellos era yo,  y un eslogan que decía la verdad: En él se puede creer. Luego, esa misma foto, se transformó en el afiche de su campaña electoral a Presidente de la República. Por supuesto, no ganó; fue su última campaña por la Presidencia de la República, 1978. Lo acompañé, cuando en Venezuela estaba descaradamente desatada la feria saudita de millones de dólares que entraban por renta petrolera, renta que indigestó a la clase política que cedió sus espacios a los empresarios y a la burguesía parasitaria, cuando se valoraba y atendía como eventos más importantes del país, inclusive, por encima de una elección presidencial, el certamen del Miss Venezuela y la elección de la directiva de Fedecamaras; la Venezuela de la sociedad de cómplices.   
Hoy, que se cumplen 118 años de su nacimiento, es propicio exhortar a los cámaras de mi generación y de otras, que anduvieron con él, y están dispersos en la geografía venezolana y fuera de ella, a perseverar en los postulados que le aprendimos, con orgullo lo digo y lo escribo, porque sus ideas, sus propuestas, tienen mucho que aportar en esta hora tan compleja. El Prieto, al que aquí me refiero, tiene mucho que aportar en este momento.
 Considero, que el país, aun no ha dado el merito a la obra intelectual de Prieto Figueroa, que la valore y la armonice con las grandes  expectativas del país. Además de su ejemplo tesonero en la lucha social, magisterial  y política, el insigne Maestro, nos dejó el caudal intelectual de sus escritos, en los que abordó los temas fundamentales de la República, con pasión nacionalista y bolivariana, propugnando bases de justicia social, pulcritud administrativa, y justa distribución de la riqueza.




Ejemplares de parte de su producción intelectual. Cronografía de este blog N°  3276.
Tuvo el acierto de profundizar en lo más profundo de la educación, para que fuera entendido y tomado en cuenta por los burócratas del gobierno. Sobre el apoliticismo del educador,  escribió lo siguiente: <<el ejercicio del magisterio no puede producir una capite diminutio que lo coloque en la categoría de entredicho político… ¿castrados políticos serán capaces de formar el espíritu libre, la recia mentalidad y el ardoroso amor a la libertad que infundiera Simón Rodríguez a su discípulo predilecto, el Libertador de América?>> (Prieto Figueroa, Luis Beltrán. Los Maestros, Eunucos Políticos. Pág. 46 Fundación Luis Beltrán Prieto F. Caracas. 2008); mas adelante, apuntó: << La obra imperiosa de la educación del pueblo que ha de salvarse debe ser realizada por maestros que sean integralmente ciudadanos, hombres capaces de darse en  la palabra y en la acción y que en todos los actos de su vida ´puedan servir de ejemplo al pueblo que se va a educar. Educar para la vida social, para la colectividad no puede ser función de eunucos políticos sin responsabilidad y sin sentido de solidaridad, sin influencia en la colectividad>> (Prieto F: 61).


Caratula de El maestro como líder. Cronografía de este blog N° 3278.

Así como enfrentó a la clase política hegemónica, por ejemplo, cuando la reversión y la chucuta nacionalización petrolera de CAP, o el problema fronterizo y de Guayana Esequiva, junto con el gallo Silva calderón, fueron las voces en el desierto que rechazaron tan infames procesos. Cuando opinaba, la gente lo escuchaba, tocaba la conciencia del país, era la reserva moral la que hablaba; por eso, era un hombre incomodo para el país político y las clases dominantes. En la Venezuela de hoy, hacen falta, hombres como el Maestro.
 Fue un severo crítico del líder político del país, al respecto escribió: <<en las épocas revolucionarias, ya lo dijimos, hombres de hogares humildes alcanzaban la categoría de líderes. ¿Por qué razón? Porque, rotos los moldes sociales, dentro de los cuales el hombre humilde, aunque capaz, no tenia oportunidad de actuar, se destacan sus grandes condiciones de dirigente y asciende al liderazgo, precisamente en la circunstancia en que éste se hace más difícil y requiere una mayor suma de aptitudes para su ejercicio, lo que pone de manifiesto el papel de la situación interactuando con la personalizad para crear el liderazgo>> (Prieto Figueroa, Luis Beltrán. El concepto del Líder, el maestro como Líder. pág. 60. Monte Ávila Editores. Caracas. 1979); era partidario, del liderazgo colectivo.

                         

En la política intervino activamente, con fines y medios éticos ejemplarizantes. Cronografía de este blog N°  3272. 
Me dispuse a escribir una nota antiolvido, de menudencias y cosas sencillas del Maestro de carne y hueso, no una semblanza, ni biografía ni datos  de su vida, que hay muchas, tampoco, un clamor de resignación nostálgica;  la nota tenía que ver con el recordatorio de haber andado con uno de los grandes hombres de esta humanidad de lo cual nos sentimos orgullosos, de algunas vivencias, lo digo en plural, porque a ese grupo de amigos que aun nos comunicamos, nos alimentó el espíritu, nos nutrió el ideario, que considero,  es más que suficiente, en toda la amplitud de lo que esto significa.  
Esa “cofradía o hermandad escarlata”, que podía reunirse en un apartamento en la parroquia el Valle de Caracas, o que podía ocupar espacios importantes de los Caracas, o encontrarse un fin de semana en Canchunchú Florido, o en el hermoso Delta del Orinoco, debe romper la burbuja de la expectativa, de la rebeldía sin militancia o simplemente de resignación critica.
En estos momentos, y este es un caso para el análisis político, no hay donde militar, no es que seamos una especie de cuadros políticos alienígenas, observen, no hay donde militar en Venezuela, lo que existe y se practica, es la anti política, en el campo de la izquierda, de la derecha y hasta de centro, pero no es excusa,  siento que tenemos un compromiso con las ideas fundamentales y coincidentes que profesamos, con la ética que nos transmitió el Maestro y principalmente con el país.   Disculpen que lo haga en forma directa con unos, e indirecta con otros, me refiero a Luis Salas, Evencio Gallardo, Fanely Mesa, Norelkis, Andrés Caleca, David Fermín, Luisito Valderrama, Chuo Oduver, Fermín Ancheta, Edgar y el macho Walter Gavidea,  Víctor Álvarez, Johnny Balza, Mario Isea, Rodrigo Cabezas; Aquiles Álvarez, el motatanense, discúlpenme a quienes no nombro por desliz de la retentiva; pero además invoco, el espíritu de nuestros hermanos: la bella Rosita Ojeda, la comandante regañona y bien informada;  Antonio García, ilustre jurista;  y nuestro medico cantor, el Dr. Carlos Torres Bracho, quienes pasaron a otro plano de lucha, y sé que coinciden con esto que les estoy planteando. Son horas transicionales y complejas, que vive el país, estacionado en un punto confuso para muchos, en el que se desconoce si es de avance y sacrifico, que para otros, es simplemente de retorno. Es el gran arcano que toca localizar, para utilizar una frase de Maneiro. 


La Puerta, marzo 2020.  
Lapuertaysuhistoria.blogspot.com

Sandalio Ruz, Caudillo de la Cordillera.


         Oswaldo Manrique R.






Tañen hasta en las piedras del Páramo de las 7 Lagunas, las marchas a pie y a caballo, de singulares hombres que son emblemáticos de la temeridad, el nacionalismo, la  gallardía y que siempre sonarán por los siglos a rebelión popular y campesina, entre esos,  es obligatorio incluir a José Sandalio Ruz Moreno, conocido simplemente como el Coronel Sandalio Ruz. En este artículo voy a compartir ciertos y pocos rasgos de este ilustre personaje, vinculado a La Puerta, Timotes  y sus páramos.  

Nació José Sandalio Ruz Moreno, en un sitio llamado Los Aposentos, entre  El Portachuelo (La Puerta) y Altamira de Garabulla (Timotes), en el año 1853; en la antigüedad, se denominaba asi, al sitio placentero,  de descanso, para el personal al servicio de la realeza imperial.  Sus padres: José Ysidoro Ruz Moreno y María del Carmen Moreno.  Tuvo, varios hermanos entre ellos: Francisco Javier, Pedro Ignacio y Eulalio Ruz Moreno. Desde muchacho, fue una persona altiva e impulsiva, quizás algo soberbio, los jóvenes de su caserío y de los sitios vecinos, lo respetaban; no le aguantaba guamas  a nadie, y el que se metía con él, fuese marandango, fortachón o flacuchento, le soltaba su  pescozón.  



Imagen antigua de La Puerta, no variaría mucho de la de principios de siglo XX. Tomada desde el lado este del río Bomboy; obsérvese los sauces y la tupida vegetación en el viejo camino al pueblo, al fondo destaca el Templo de San Pablo Apóstol y su torre campanario culminando en forma de invertida copa. Cronografía N°  3237.

 Sandalio estuvo muy ligado a  La Puerta, no solo porque era el poblado  urbano más cercano a su hogar y sus tierras, sino porque contaba con las pocas facilidades de encuentro social, servicios, iglesia, y las casas de residencia de los dueños de las comerciales de Mendoza.  Era La Puerta, de finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX, una comarca rural. En una interesante descripción de ella, Mario Briceño-Iragorry, detalló su recorrido desde Mérida, llegar a Timotes y su paso a La Puerta, por un camino y lugar, que precisamente son las posesiones agrícolas de los Ruz, escribió:
<<Un camino que conduce a La Puerta…Enfrascados los viajeros en el interesante tema de la política, no se dieron cuenta de la vía ni de los dorados trigales del contorno, hasta que llegaron al delicioso sitio de “El Pozo”, ya despejado de la niebla mañanera y en cambio alumbrado por un sol esplendoroso que daba mayor nitidez a los lirios inmensos y vueltos hacia el suelo, pendiente de las frondosas matas de floripón ahiladas a la vera del camino >> (Briceño-Iragorry, Mario. Los Ribera. Pág. 80.En: La Puerta, un pueblo. José Rafael Abreu).  La estampa de los dorados  trigales, nos da una idea, del carácter de la economía de este pueblo.
A comienzos del siglo XX, La Puerta, había entrado a un periodo de calma, casi de insignificancia, era  solo agricultura, quietud y belleza, tanto para los viajeros y visitantes, como para los pobladores. El viejo camino indígena que conducía a La Puerta desde Mérida, en bestias, tocaba pasar Timotes, La Mucutí, El Portachuelo, La Lagunita, Quebrada Seca, que eran las posesiones y trigales del coronel Sandalio Ruz y su familia,  y de los hermanos Burelli García, para luego llegar a la finca “El Pozo”, cercana a la zona urbana de La Puerta. No existía la actual carretera, solo la vía intermontana de la cordillera.
Al escrutar que había pocas casas, narra que se apearon en la más grande y bonita, los atendió su dueño Don Natividad Sulbarán, a quien describió, que, <<lucia su ruana azul y su ancho sombrero pelo de guama>> éste Sulbarán, además de hacendado, era primera autoridad del Municipio. Los invitó a desayunar, <<les fueron servidos los típicos platos de la tierra fría>> (Ídem). Refiere la amabilidad de la gente, y el gusto de ver y tener la visita de esporádicos visitantes, de seres de otros lugares, así fuesen de Mérida y del mismo Trujillo. 
         Al recordar su viaje, <<…continuaron entre sembradíos de trigo y maíz, el camino del estrecho y delicioso valle de La Puerta…>>, hace reseña del poblado urbano, <<…La pequeña población se ha mantenido pese a su antigua data en escaso desarrollo…>> (Ídem).; por supuesto, no se refiere al despojo de tierras que hicieron a los indígenas en 1892, la demolición de sus viviendas y su desalojo, quedando este sitio, en poder de los gamonales.
Describe don Mario, como si de un video de turismo se tratara, lo siguiente: <<…Las casas son sencillas, las aceras están a medio hacer, la iglesia es pobre, la plaza es solo un solar abierto, sembrado de menuda hierba…>> (Ídem); en efecto, lo que se conocía como plaza real, luego plaza principal y finalmente Bolívar, era eso, un gran cuadrado de tierra con alguna hierba menuda, y era totalmente inclinada, con una acequia en uno de sus costados.
Su percepción sobre la gente es la siguiente: <<…Sus vecinos son buena gente agricultora, que vive de la molienda del trigo, de la fabricación del queso y de la saca de panela...>>; verdaderamente, eran inmensos trigales, que arrimaban al Molino de la Calle 3, de los hermanos Burelli García; también, lucían extensos cañaverales e ingenios, muchos trapiches que destacaban en las diferentes haciendas, con alambiques que sacaban productos y bebidas alcohólicas; existía mucha cría de ganado vacuno y ovino para la elaboración de quesos, cuajadas, sueros y otros, particularmente en las riveras del rio Bomboy, ciénagas, y en las tierras reservadas para el desarrollo urbano del Municipio, que fueron también despojadas; era una autentica  comarca rural.
Es interesante la apreciación de Briceño Iragorry, sobre un tema fundamental en su obra, la educación y religión de los pueblos, escribió: <<…Apenas había una escuela primaria y el Cura poco cuidaba de sus feligreses…No obstante las pocas letras de sus moradores, La Puerta es a manera de aula para aprender filosofía convencional…>>; y va revelando por qué, en contraste de la frondosa serranía, se había trazado el cementerio, por lo que la vida de esta población “discurre frente a los propios muertos”; es cierto, la Plaza Bolívar, la escuela de primeras letras, la sede de la Prefectura, autoridad policial y el templo, están justamente cerca y a un nivel superior o terraza, donde se podía observar el camposanto; por supuesto, en esa época no existían edificaciones en el lado donde hoy están la Prefectura y el Puesto Policial, el Hotel El Padrino y otras casas, no había nada y se veía fácilmente el cementerio.
 En su  conocimiento, sobre tópicos filosóficos de la vida y como tema de dimensión espiritual y religiosa, agregó lo siguiente:<<…En la mañana, al mediodía, en la tarde…la gente de La Puerta está obligada a pensar en la muerte>>, y hasta los arboles y la vegetación,  <<…parece que fueran inclinados por la ventisca para saludar constantemente a los difuntos. Sin que la meditación ocupase a planos superiores, el hombre de La Puerta se acostumbró a mirar con naturalidad cercana el problema de la muerte y aprendió a compenetrase a la vez, con lo transitorio de la vida…>>  (Ídem).  Como colofón de su interpretación, de la espiritualidad colectiva de esta población, insertó palabras del padre Humberto Contreras, quien al pasar por el cementerio, rezó alguna oración a los difuntos, y refiriéndose al pueblo, dijo: <<Ojala el pensamiento de la muerte, los enseñe a bien vivir>>; ésto, nos pone a pensar, ¿a que se refería el padre? ¿Acaso, a ese pasado reciente de orgia de levantamientos y revueltas militares y caudillescas, donde estuvo involucrada esta población? ¿Estaban enterrados en ese camposanto, los muertos de los enfrentamientos y batallas que se dieron en esta comarca? ¿O se refería a los indígenas allí enterrados,  victimas de suicido, al ser despojados de sus casas y de sus tierras, en 1892?
Como se puede intuir y obtener, de la fina, adecuada y razonada descripción que hizo Mario Briceño Iragorry, de La Puerta de finales del siglo XIX y comienzos del XX, no solo detalla la fisonomía, virtudes y patrimonio geofísico del lugar, sino que precisa valores y aspectos por los que se guiaba la quieta y hasta filosófica población, que le da una adecuada densidad histórica, al espacio y tiempo en que se desarrolló la actividad principal de los caudillos, y que le aporta eso que llamó <<fisonomía diferencial a los pueblos>>.

En 1871, se alzaron los Ponchos trujillanos, y con 18 años de edad, Sandalio se fue de miliciano de la Revolución Azul, comandada por el general Juan Bautista Araujo, líder de los oligarcas trujillanos.  Lo acompañó también a la corta campaña de Coro, que se ejecuta en  1874, y regresa a los Aposentos, para casarse.  Al año siguiente, se casa con María Antonia Carrizo, nativa de Garabulla; en 1876, nace su primer hijo Nicolás,  luego  procrearon a  Pedro Ruz Carrizo, y finalmente a María Bella Herminia Ruz, nacida en La Puerta, en  1888.
         Trujillo, Mérida y Táchira, entre los años 1881 y 1899, conformaron el Gran Estado Los Andes, teniendo primero como capital provisional, la ciudad de Timotes, luego, como sede definitiva, la ciudad de Mérida.
En 1884,    estalla la Revolución del Miche, contra la Ley IV, que impuso fuertes impuestos y contribuciones fiscales a la producción y comercialización de especies alcohólicas, que afectó en forma directa a las familias trujillanas, inclusive a los Ruz, que tenían siembra de caña dulce,  comercio y alambique. Sandalio, aunque es llamado por los araujistas a sus filas, comprende que es una causa popular campesina y decide incorporarse con los suyos a la rebelión. En esta campaña regional, unidos ponchos y lagartijos, centenares de trujillanos en forma espontánea y voluntaria, se fueron tras las tropas del “León de la Cordillera”  a Mérida,  atacaron al gobierno del Gran Estado Los Andes, en la propia capital y lo derrocaron, que era presidido por el general Rosendo Medina, “daban por hecho (el pueblo), que la industria de la destilación de aguardiente volveria a ser libre, sin las trabas impuestas por la Ley IV, que iba en detrimento del laborioso agricultor e industrial andino” Gabaldon, Fabricio. Trujillanos Ilustrees. Pag.53. Ed. Presidencia de la Republica. Carcaas. 1993). Con esta demostración de apoyo popular, se fortelece la autoridad única del general Araujo, en todo el territorio de los Andes, y se decepciona el pueblo por el incumplimiento de su reivindicación  económica.     



General Juan Bautista Araujo, el legendario “León de la Cordillera”, jefe de las fuerzas civiles y militares de los oligarcas trujillanos. 

Dos años más tarde, su comandante el general Juan Bautista Araujo,  es nombrado autoridad de Trujillo, e inmediatamente se alzaron los liberales rechazándolo. Año de mucha conflictividad y  muertos, con al menos 15 levantamientos armados. En la revolución de este año (1886), el general Araujo y sus “espadones trujillanos”, como los denominó el escritor Mariano Picón Salas, derrota a los liberales en fuertes batallas como las de Colon y Capacho, estado Táchira, logrando así, la pacificación del Gran Estado Los Andes.  Araujo, regresó con 20 mil pesos y un rebaño de burros y carneros (Gonzales Guedez: pág. 95).    Nuestro “espadón trujillano” se incorpora a la tropa de José Eliseo Araujo, hijo del “León de la Cordillera”,  salieron de Jajó e invaden Mérida y toman la capital.  

Muerde el polvo de la derrota en su propio patio. 

 Mientras estuvo gobernando el célebre  “León de la Cordillera”, hubo tranquilidad política y Sandalio se fue a su casa, a trabajar sus tierras en El Portachuelo, La Mucutí, Los Aposentos y Altamira de Garabulla, hasta 1892, en que se le acabó la quietud del campo.           A comienzos de este año, estalla en forma, la Revolución Legalista o guerra contra el Continuismo del Presidente Andueza Palacios. Los Araujo y los Baptista, del partido conservador trujillano, se suman  al  movimiento liberal amarillo, que jefatura el general Joaquín Crespo,  en contra de los liberales del centro del país, que dirige el Presidente Andueza. Sandalio, toma nuevamente las armas para  enfrentarse a los legalistas liberales, y participa en un combate largo que comienza en Durí, pasa por Jajó y se va  a extender hasta su propio patio, a sus propias tierras.
En la campal acción de La Mucutí, las tropas afectas al “León de la Cordillera”, comandadas por sus hijos, también generales,  pusieron en práctica fingir la retirada para obligar a las fuerzas de la revolución liberal a que los persiguieran, para luego aprovechar, virar, retroceder y cargar a machete cuesta arriba y liquidarlos. Pero eran tropas no preparadas militarmente, montoneras reclutadas en las montañas, que no acataban las ordenes de retirada y lo que sobrevino fue el espontaneo “Sálvese quien pueda” y salieron en desbandada, presos de terror, huyendo hacia la Vega de Timotes y se escabulleron hacia Mérida, incorporándose a las fuerzas del general José Manuel Baptista, jefe de la revolución en Los Andes; hasta allá fue a dar Sandalio Ruz, lo alejaron hasta de su propia casa.
Desde La Lagunita,  el Estado Mayor de las fuerzas de la revolución liberal, integrado entre otros por el general Rafael Montilla Petaquero, el legendario “Tigre de Guaitó”,  convirtieron a La Mucutí en un lugar de muerte, allí quedaron tendidos más de 200 seres humanos, expuestos como festín de las aves y demás animales de rapiña (Gabaldon, Fabricio. Rasgos Biográficos de Trujillanos ilustres. Págs. 112 y 113).  Un verdadero fratricidio.  Sandalio muerde el polvo de la derrota, en su propia tierra; el trauma y el recuerdo de la Batalla de La Mucutí-El Portachuelo, le producirá más dolor y tristeza que las mismas  heridas sufridas en todos los combates.



General Rafael Montilla Petaquero, legendario  “Tigre de Guaitó”, vencedor de los oligarcas en el Portachuelo-La Mucutí en 1892, posesiones del coronel Sandalio Ruz.


También en ese año, se concluye la fraudulenta Partición Judicial de las posesiones ancestrales del resguardo indígena de La Puerta, con la que los indígenas fueron despojados de sus tierras, demolidas sus viviendas y ellos desalojados, en 1892, en un amañado juicio armado por los oligarcas y gamonales de la región, amparados por el gobierno liberal guzmancista.    Las tierras pasaron a ser propiedad de terratenientes, comerciantes, prestamistas, gamonales y estafadores.  Francisco Javier Ruz, hermano de Sandalio, se cuela en la partición y le adjudican tierras en propiedad.
En 1895,  Eulalio Ruz, otro hermano de Sandalio, con el que tiene diferencias ideológicas y personales,  es designado Jefe Civil y Primera autoridad, en el proceso de repoblamiento y reconstrucción de La Puerta, como pueblo para los oligarcas.





Firma de Eulalio Ruiz, hermano del coronel Sandalio Ruz, en un documento público, cuando era Jefe Civil de Municipio; tomada del libro de nacimientos del Municipio La Puerta, Estado Trujillo, correspondiente al año  1895. Por su forma y estilo, se intuye que era una persona instruida y culta. Cronografía propia de este blog. 3169.


         Cuando ocurre la separación de los Estados (1898), que conformaban desde 1881  el Gran Estado Los Andes, inmediatamente,  los oligarcas entran en campaña para recuperar el poder, el veterano general José María Baptista, el 11 de mayo del 98, ingresó en Valera y tomó el Cuartel y la casa de gobierno, hubo muertos y heridos, se va a Betijoque y logró derrotar a los lideres liberales generales Rafael González Pacheco y Pedro Jugo. El 6 de junio, se produce otro  recordado ataque contra Jajó, símbolo del poder de  los oligarcas; vencen a los generales Pedro Araujo, hijo del “León de la Cordillera”, y a Blas Briceño, el mentado “Chatico”. Leopoldo Baptista y Sandalio Ruz, se movilizan desde La Mucutí con poca tropa, y logran ayudar a escapar a sus correligionarios, que iban a ser objeto de exterminio.  


Antigua casa de gobierno de Valera, inaugurada en 1883. Fue tomada por la tropa  del general oligarca José Manuel Baptista en mayo de 1898. Cronografía N° 2943.

                  Como la gran mayoría de los “espadones trujillanos”, es incorporado Ruz, en 1902, como oficial  a la prestigiosa “División Trujillo”, comandada por el Dr. y general Leopoldo Baptista, en la campaña contra la llamada “Revolución Libertadora” del banquero Matos, financiada por la “Bermúdez Petroleum Company” y las empresas ferrocarrileras francesas y el gobierno norteamericano. Esta será su penúltima campaña militar.     



Leopoldo Baptista y su padre el general José Manuel Baptista, líderes del partido oligarca trujillano, también denominado de los “Ponchos”, en el cual estuvo militando Sandalio Ruz.


A raíz, del rechazo de la población en diversas regiones, contra la reelección del general Juan Vicente Gómez, como  Presidente de la República,  tras haberse denunciado que fomentaba la entrega de concesiones petroleras y mineras a empresas norteamericanas y otros países, y la venta de territorios importantes de Venezuela, se produce en  1914, la Rebelión de la Culata, un levantamiento de los Caudillos nacionalistas de La Puerta, Mendoza, Escuque, Jajó, Pueblo Llano, Timotes, Tabay  y otros pueblos de la Cordillera, entre los cabecillas de la rebelión, estaban el coronel Americo Burelli, coronel Trino Paredes, el general Golfredo Masini, los hermanos Federico y Juan Araujo, los hermanos Miliani y  el Coronel Sandalio Ruz. 


Lapida de concreto, de 1925, con la lisonjera frase “Viva Gómez y Adelante”, símbolo de la subordinación al dictador y amo del país. Cronografía N° 2956.

Meses antes, en 1913, el general Juan Vicente Gómez, había salido en campaña de guerra contra sus opositores, al punto que el 4 de agosto de este año, se encargó de la Presidencia de la República, el Dr. José Gil Fortoul. Comienza el proceso de consolidación de Gómez, como Amo y único jefe del Ejercito, asimismo, único gobernante y caudillo del país, llenando de presos políticos las cárceles y otros los enviaría al cementerio.



Coronel Américo Burelli, otro líder de La Puerta, involucrado en el alzamiento de la Cordillera en 1914, fue capturado y encerrado 16 años en la prisión del castillo de San Carlos del Zulia. Cronografía  N°  3083.


Algo quijotesco en su vida. El posadero de Carmania. La leyenda del sepulcro perdido.

Juyan lagartijas,
y juyan con juerza,
que por ‘ai viene Sandalio Ruz,
destajando cabezas.
(Del repertorio de Concio Rivas, Páramo de La Puerta).

  “…Hubo un tiempo en el que no participó en levantamientos, contiendas  ni guerras. Con el inicio de siglo y  sobrepasando los 40 años de edad, dejó las armas y se dedicó a su actividades privadas, pero como todo taita, que así se le llamaba al líder bienhechor, nunca le faltaba gente desvalida que le llegara con problemas, para que se los solucionara. Y, como emulando al ingenioso hidalgo, motivado por la necesidad de ayudar al desamparado, se aprestaba a luchar nuevamente contra la injusticia. Don Teófilo Ruz Briceño, relató que, entre Carmania arriba y Valera, existía una posada para viajantes, arrieros, comerciantes, forasteros, en donde se podía pernoctar y dejar la mercancía y las bestias. Al dueño de la posada se le ocurrió, comenzar a matar a los que llegaban con grandes cargamentos, desparecían los cadáveres y vendía la mercancía, las bestias las soltaba. Así había hecho en varias oportunidades, hasta que los deudos de una de esas víctimas, buscó a Sandalio Ruz para que le arreglara el problema. El coronel se buscó a Mitridates y a otro de sus secuaces y se fue una noche a Carmania donde el posadero, y definitivamente arregló el asunto, el posadero amaneció muerto decapitado. Allí, no volverían a desaparecer los viajeros, ni se perderían las mercancías, ni las cosas.  (Conversación con Don Teófilo Ruz Briceño. Sábado 29 de febrero de 2020. Timotes).  De esa manera, arreglaba los problemas de la gente; una especie de justiciero.  



  Otra gráfica de Sandalio Ruz (del boceto alegórico al personaje). Propiedad de este blog.  N° 3167.  

Lo que relató Teófilo, era como verlo tomar su mula, ponerse su ancho sombrero, su revólver al cinto y tomar su machete a desfacer entuertos, a enderezar las cosas, a buscar y enfrentar a los bandoleros, a solidarizarse con los deudos y viudas, y en fin, resolver los conflictos donde quiera que existieran…” (Manrique, Oswaldo. Sandalio Ruz, Caudillo de la Cordillera. En revisión. La Puerta, 2020). Pareciera que adoptaba en su pensamiento como código ético de su vida aquellas máximas cervantinas de  <<agravios que deshacer, tuertos que enderezar, sinrazones que emendar, y abusos que mejorar>>  Cosas de Quijotes, Quijanos o Quezadas.
                                                         *

“…Ya con 73 años de edad, el cuerpo cansado del “espadón trujillano”,  tras una penosa enfermedad, murió en su casa en La Cañada, cerca de Los Pavones, adyacente a la Quebrada de Tafallez, a las doce  del mediodía del 14 de marzo de 1929; causa de la muerte: Reumatismo agudo .  Como si todo lo hubiese planificado, al ser inhumado su cadáver, ante unos pocos familiares, su mujer María Antonia,  sus hijos Pedro y Nicolás, y su lugarteniente Mitridates Volcanes, el lugar donde fue enterrado se mantuvo secreto por muchos días, meses, años, décadas, como si fuere un pacto de silencio. Posiblemente, lo sacaron en parihuela, en la oscuridad de la noche, para que los vecinos no se enteraran y dirían que había salido de viaje. Ninguno dijo, y algunos murieron llevándose el dato oculto, la tumba, se convirtió en un gran enigma, no se supo el destino del Coronel, y los parientes, se olvidaron de él, otros, decían que su cadáver estaba insepulto, que se lo habían robado  o escondido en alguna vasija indígena…” Así nació, la famosa leyenda del sepulcro perdido, que develamos en nuestra obra Sandalio Ruz, Caudillo de la Cordillera



En la gráfica un hermoso arco, del techo de la nave central de la Basílica Menor de Santa Lucia, de la ciudad de Timotes, se lee: “Costeado por el Señor Eulalio Ruz.”, éste Eulalio, es hermano del Coronel Sandalio y fue Primera Autoridad de La Puerta, en 1895. Cronografía propia de este blog. 3264.


“…Quizás, esto que voy a agregar, se entienda como parte de misticismo o mitificación del personaje, que quiebra la pesquisa histórica, pero solo lo  comparto porque es parte de la investigación. El misticismo que rodea la vida y fama del Coronel Ruz, lo percibirá con el tiempo, el mismo Teófilo Ruz Briceño.  Éste narró que, en tres oportunidades, se produjo su somnífera aparición, como si hubiera salido de Garabulla, en lugar de la eternidad; el Coronel, tranquilo, despojado de su dureza, exclamó dirigiéndose a él:
 - ¡Gracias, por haberme arreglado la sepultura! y se retiró de esa escena onírica y espiritual, se iba bajo una sombra luminosa, y luego, como una tenue luz en la lejanía.  
Nuestro entrevistado, dice tener el don de soñar, pero fueron estas pocas veces que alguien lo aborda con esa misteriosa designación y agradecimiento, y considera que pudo haber algo de superstición…”  
                                                              *




Fachada principal de la Basílica menor de Santa Lucia, de la ciudad de Timotes.  Cronografía propia de este blog. 3263.





El Dr. y  general Leopoldo Baptista y el dictador Juan Vicente Gómez, durante los años de la denominada “sociedad de participación”.    

En el contexto de la insurrección parameña de 1914, este personaje se transformó en un héroe campesino, en una de las figuras más destacadas de la lucha anti feudal y antiimperialista de comienzos del siglo XX. Sería necio decir, que era simplemente un guerrillero reivindicativista o “bandolero” por sus acciones armadas, cuando lo cierto es que simboliza y encarna el ideal de las clases sociales explotadas y débiles, para ir haciendo revolución a su manera, enfrentando a una de las dictaduras más terribles que se haya enquistado en Venezuela. 


 General Juan Araujo (no confundir con el “León de la Cordillera”), en 1925, uno de los jóvenes trujillanos que dirigieron junto con Ruz, la rebelión de la Cordillera; estuvo 8 años preso, por este hecho. 

El propósito de este artículo sobre el Coronel Sandalio Ruz, se encuentra dentro del marco del rescate de personajes y hechos importantes de nuestra localidad: La Puerta, Estado Trujillo, en Venezuela, que han sido silenciados, analizándolos dentro del contexto en que se desenvolvieron, así como los ideales que los guiaron en sus luchas; nos aportan elementos importantes para la comprensión de la actual crisis económica petrolera y minera de la Venezuela del siglo XXI. Este 14 de marzo, se cumplen 91  años de su fallecimiento.


Nota: Nuestro ensayo Sandalio Ruz, Caudillo de la Cordillera, centra  atención en el proceso de  post guerra federal republicano de caudillos,  de finales del siglo XIX y comienzos del XX, en el que se desataron expresiones y núcleos guerrilleros campesinos nacionalistas en la Cordillera de la Culata, en su mayoría espontaneas, sin direccionalidad y cargadas de pasión nacionalista y violencia política. El caso específico es el alzamiento de varios caudillos locales, entre ellos, Sandalio Ruz, productor del agro, participando con su montonera parameña  entre  1913-1916, contra la dictadura gomecista entreguista y lacaya de los yanquis.  Fueron los varones de la Cordillera, para los grandes asuntos del país, en una hora mermada. 


La Puerta, Marzo 2020.




















  

Agripina Burelli Garcia de Parra, la Preceptora de la primera escuela de La Puerta.

Agripina Burelli Garcia de Parra, la Preceptora de la primera escuela de La Puerta.  Por Oswaldo Manrique (*) Un sitial destacado ocup...