martes, 28 de julio de 2020

Quema del Edificio Municipal de La Puerta, 2017.




Oswaldo Manrique R.

La edificación que hasta la década de los 80 del siglo pasado, fue catalogada como Palacio o Edificio Municipal de La Puerta (hoy Parroquia), del Estado Trujillo, en Venezuela,  con un diseño muy particular para la época de su construcción, fue objeto de la candela, es decir, fue quemado un inmueble que no debería incendiarse, por los motivos que fueren, por ser de uso y utilidad pública. 

El edificio al que me refiero, tiene características muy particulares, artísticas y estéticas. En sus inicios (con ese propósito se construyó),  fue la sede del Gobierno Civil y Militar Municipal; posteriormente, aquí se ubicaron las oficinas de la Prefectura y la Junta Comunal y Parroquial, funcionó también, el Juzgado de Municipio, y ha sido y es  el local del Puesto Policial, incluyendo su calabozo; todo eso, nos indica que es un inmueble donde se han realizado muchos eventos trascendentes para nuestra comunidad. 

 Construido a mediados del siglo XX, su arquitectura tiene un toque neoclásico, que lo hace original; pero que varía de acuerdo a la pintura que le toque en cada periodo gubernamental.  Edificio de dos plantas, con techo de platabanda, en su fachada se observa,  cornisa encima de la puerta de acceso, igualmente en la parte superior del edificio, amplias  ventanas de hierro y vidrio, en los dos niveles, puerta también de hierro. Fue construido con bloques y concreto, se distingue de las demás edificaciones que se encuentran alrededor de la Plaza Bolívar y del casco histórico de La Puerta.


Fotografía histórica, tomada al Palacio Municipal de La Puerta, al poco tiempo de su inauguración.  Obsérvese, tiene en la parte alta de la fachada, el asta con la bandera nacional. En la puerta de acceso, un policía con el uniforme de kaki, corbata negra y gorra,  que se usaba en esa época. Cortesía del profesor Beltrán Briceño.  

La edificación es de forma rectangular, tiene dos pisos y la azotea. Ocupa una esquina y tiene dos frentes de líneas neoclásicas, en las que predominan sus ventanas. La esquina es curva; su fachada tiene cornisa, igualmente, tiene cornisas a nivel de las ventanas.
En la planta baja, con frente a la Plaza Bolívar, hay un solo acceso a las oficinas de gobierno, iluminado por un amplio ventanal vertical; por el lateral, hay otro acceso, con escaleras exteriores. Por un núcleo de escaleras se tiene acceso a  la segunda planta.
 Se encuentra situado en el centro del área urbana de la Parroquia La Puerta, Municipio Valera, Estado Trujillo, en Venezuela, específicamente,  en la avenida Páez esquina con Calle 7, en  el lado oeste, de la Plaza Bolívar, cerca del templo San Pablo Apóstol  y locales comerciales de diferentes estilos.    
La edificación dañada, fue construida en tiempos del gobierno de Marcos Pérez Jiménez, y se inauguró como  Palacio o Edificio Municipal -porque anteriormente La Puerta, era Municipio-, y forma parte de nuestro patrimonio inmobiliario histórico, que debemos conservar y proteger.

Incendiada la sede de la Prefectura y el Puesto Policial de La Puerta (2017).

El viernes 28 de julio del 2017, la población de La Puerta, quedó sin sede para la autoridad parroquial (Gobierno y Policía), como consecuencia de los desordenes y actos de violencia, de grupos opositores al gobierno del presidente Nicolás Maduro, acciones  que también se expresaron en importantes rincones de Venezuela.

Como consecuencia de estos actos violentos, que se conocen como la “guarimba”, la Gobernación del Estado, decidió cerrar la Estación Policial 2.4 de FAPET, que es el único punto de seguridad de la comarca, por no reunir condiciones para su actividad; igualmente, cerró la Prefectura Parroquial. Dicha sede tuvo un cierre aunque temporal, bastante largo, debido a las continuas  protestas y amenazas de los exaltados opositores, que exigían la salida del Presidente de la República, pero también, se acumulaban otros resentimientos colectivos, que se suman y no son de orden político.


Estado en que quedó el antiguo Edificio Municipal, hoy sede de la Estación Policial 2.6, y  asiento de la Prefectura Parroquial, como consecuencia del incendio. Fotografía tomada de: Diario La Calle, de circulación nacional, edición del 2 de agosto del 2017.

Con las denominadas “Guarimbas”, según el Diario La Calle,  se puso en riesgo, la integridad física personal de los funcionarios policiales, es cierto, también son seres humanos. De esa forma, los habitantes quedaron abandonados,  sin el resguardo policial y en algunos medios de comunicación, se leyó que  el pueblo habría quedado sin Ley, es decir,  un pueblo sin Ley, epíteto muy usado en esta época, en que se han rehabilitado dictatoriales delitos como la llamada y mal utilizada “Resistencia a la autoridad”, suerte de patente de corso, con lo que reducen y mancillan  a humildes pobladores.

Otro dato que se pudo leer en el referido diario, fue que voceros del gobierno regional, expresaron que había que proteger a los 20 funcionarios policiales que hacen vida en esta sede, lo que sorprendió a todos los parroquianos, porque con esa cantidad, jamás hubieran quemado la sede de la Prefectura. Pero, interesante, parece mentira o contradictorio, durante el tiempo en que estuvo cerrado el puesto policial, disminuyeron los delitos, robos y hurtos, y la población como que se sentía más segura; quizás fue una sensación, pero eso comentaron los vecinos, comerciantes y los productores,  inclusive, los llamados malhechores, azotes de barrio, desvalijadores, como que también se cuidaban o lo pensaban dos veces antes de cometer cualquier fechoría, sobre todo cuando se enteraron que el CICPC, iba a realizar rondas periódicas y patrullaje selectivo por esta parroquia y sus contornos. Parodiando los dichos de Oscar Yánez, esto no  me lo contaron ¡así ocurrieron las cosas!.  


Jóvenes exaltados y protestando el día 28 de julio del 2017, en la bajada de la Calle 7 de La Puerta, en dirección al viejo Edificio Municipal, hoy sede de organismos parroquiales. Fotografía tomada de: Diario La Calle, de circulación nacional, edición del 2 de agosto del 2017.

La sede policial de La Puerta, no fue la única que destrozaron en el estado Trujillo, también la del barrio El Milagro en la ciudad de Valera sufrió ataques parecidos y fue destrozada por manifestantes. 
En la historia de La Puerta, estos actos no son algo nuevo, en 1958, a la caída del gobierno del  general  Marcos Pérez Jiménez, también se produjeron  destrozos, hechos por los exaltados demócratas ante tantos años de nefasta y cruel dictadura. Igualmente, a los días de haber triunfado electoralmente el señor Rómulo Betancourt, hubo un hecho de sangre por motivaciones políticas, en el que resultó muerto un joven de la resistencia contra la bota militar, lo que generó destrozos por parte de una multitud enardecida.  

Entrada del antiguo Edificio Municipal de La Puerta, se puede leer en unos cartones, el siguiente grafiti: “cerrado por guarimbas”. Fotografía tomada de: Diario La Calle, de circulación nacional, edición del 2 de agosto del 2017.

Esto ocurrió, repito el 28 de julio del 2017, que será recordado, como un acto de indignación popular por motivos políticos, para unos, sean adeptos al gobierno o a la oposición, pero para otros, es deplorable y lamentable porque se lesiona un bien público de carácter histórico, patrimonio de todos, hecho éste,  que queda registrado en nuestra  historia local.

La Puerta, julio 2020.

sábado, 25 de julio de 2020

Víctor Delgado, el “gordo” Víctor (2).

Se nos marchó el Gordo Víctor.

Oswaldo Manrique R.

La despedida de un amigo, vecino y colaborador tan entrañable como lo fue para mí Víctor Delgado, el apreciado “Gordo” Víctor, es trance de inexpresable desánimo personal, que apenas permite formular  tristeza en algunas líneas sencillas y sinceras, que quizás  no logren tributar sus meritos personales.

Víctor Delgado, murió en medio de esta compleja y confusa pandemia mundial de algo que llaman Coronavirus (Covid19), este mes de julio. Esa enfermedad planetaria, nos mantiene en cuarentena desde hace 4 meses, bajo el cumplimiento de protocolos higiénicos. Lo enterraron funcionarios de organismos oficiales sanitarios y estuvimos impedidos sus familiares y amigos de verlo en sus últimos momentos, y menos aun, pudimos acompañarlo y tributarle la usual despedida, ni escoltar sus restos hasta el cementerio. Todo fue rápido y sorpresivo. Para eso, no estábamos preparados, quedamos frustrados porque fue como un doloroso y perpetuo arrebato de parte de  nuestro recuerdo colectivo,  lo que consideramos un derecho.

 Víctor Delgado, el popular "Gordo" Víctor.

Ya no lo veremos andar con su flaca e ingeniosa figura, por las calles de La Puerta, con su infaltable sombrero; ni encontrarlo en la plaza, o en algún negocio, o en una esquina, siempre con su fresca sonrisa entre vecinos, y con la atención debida para darle la respuesta que usted le requiriera sobre cualquier asunto de esta  población. A pesar de que lo conocía y trataba desde hace muchos años, fue hace unos pocos, que fuimos estableciendo una amistad sólida, que fue generando comunes afectos, coincidencias,  solidaridades y análogos propósitos de trabajar por el rescate del patrimonio cultural e histórico de La Puerta.

Fue uno de los pocos que clamaban por salvar la verdad fáctica, por rescatar nuestro patrimonio tangible e intangible, por recuperar nuestras tradiciones y costumbres,  que es como decir, salvar la verdad de nuestro propio destino histórico.  Conoció de primera mano, cómo se habían tergiversado algunos hechos, y en fin, confirmé, que esa historia local que nos han contado, ha sido inclinada en favor de quienes han visto a La Puerta y sus tierras, mas como un medio de beneficio personal, que como voluntad forjadora de pueblo. Eso  lo evidencié con la autoría de la construcción del templo parroquial, él trabajó en esa obra,  y también, con el reclamo y  lucha por las campanas centenarias de San Pablo Apóstol, las que desaparecieron por arte de magos y no las han querido regresar, así se van perdiendo  nuestros derechos a tañer el último paseo y tributo a  nuestros difuntos, o el llamado a nuestras celebraciones litúrgicas más sencillas. Son enseñanzas que quedan.

El gordo Víctor -como lo refirió él-, en un relato de su vida, sus anécdotas, y pensamiento, que está publicado desde diciembre del 2019, en este mismo blog,  nació hace 80 años,  en  un lugar  llamado “Las Aletas”, una especie de caserío enclavado en lo que era un inmenso cañaveral, aquí mismo en el sector El Molino de Mimbón, jurisdicción de la Parroquia La Puerta, Municipio Valera, estado Trujillo, en Venezuela, en donde vivió hasta el año 1946. Fueron sus padres: Ana Teresa Delgado y Antonio José Delgado, eran primos, aunque oriundos de sitios distintos, una de La Puerta y el otro de Jajó. 

  Víctor Delgado, el popular "Gordo" Víctor, sentado en la Plaza Bolívar de La Puerta.

El gordo Víctor, era una de las mas envidiables memorias de nuestra comarca,  un extraordinario colaborador para este blog, que se ha propuesto aportar a la descolonización de la historia local, al rescate de sus tradiciones, costumbres y a develar la verdad de los hechos más destacados, aquí ocurridos. Cuando conversábamos de determinado tema, y le asomábamos alguna opinión contraria a la suya, decía ¡A mí no me van a meter cuentos sobre La Puerta, porque toda mi vida la he vivido aquí! Y lo decía con tanta efusión y seguridad, que teníamos  que quedarnos callados. Debo confesar, que él, así como, Tulio Rivas, el último  Xikoke, que se nos fue el año pasado,  me enseñaron a entender y valorar más, las tradiciones y el patrimonio histórico y cultural de nuestra parroquia.

Porque fui su vecino, vivíamos en casas que quedan a menos de 200 metros de distancia, y nos entendimos para reconstruir la historia parroquial, puedo afirmar que Víctor fue una persona de inalterables convicciones y valores ciudadanos, de generosos sentimientos de lealtad para sus vecinos y amigos,  y como si fuera un muchacho, gozaba del valor y la serenidad para enfrentar la más difícil contingencia. Fue un ser agraciado, la vida lo recompensó, tuvo una  solidaria esposa, Crelia Terán  y una honorable familia.  Era un hombre feliz, porque así me lo confesó, era un hombre que se sentía feliz y eso era lo que irradiaba en sus conversaciones, a pesar de su seriedad y sobriedad.   Así lo conocí.

*
Me voy a permitir, transcribir aquí, dos mínimos extractos de la entrevista que le hice el año pasado, que revelan además de lo anecdótico, simpático  y costumbrista de este personaje, su claro conocimiento de lo vivido y contado.

<<…y vendí arepa de horno!
Desde los 8 años trabajó la agricultura, en los cañamelares de la parroquia, con un lapso  inciso, fue vendedor de pan criollo por las calles y casas de la población, en una especie de carretilla de madera, de una sola rueda, pan que elaboraba la señora Carmen Carrasquero, y además ofrecía al publico una exquisitez local: las arepas de horno (que componían con dulce y queso),  costaban una locha. Me preguntó si las había comido, ante mi negativa, dijo, ¡eran muy sabrosas!  Se detuvo unos segundos y siguió el relato: <<…había trigo, las familias sembraban en sus solares, trigo y molían trigo ahí donde los Burelli que luego fue de Luis Ignacio Araujo y después este se los vendió al mismo Burelli. Allí se molió trigo como hasta el año1950. Era el trapiche, había un cañaveral donde hoy está el hotel Cordillera…>> (Entrevista citada, publicada en este blog).   El remoto grano de las culturas orientales y mesopotámicas, se había incubado en los páramos y en la vena regional, nuestras abuelas cuando les tocaba hacer las arepas, la llaman harina del norte.

Otra gráfica de Víctor Delgado, el popular "Gordo" Víctor, en la Plaza Bolívar de La Puerta. 

“El pocillo de manteca a medio”. Costumbres culinarias. 

Sentando en la plaza, miró hacia su derecha, señaló hacia la calle 8 y dijo: <<…por ahí, bajaba una acequia y las familias tenían que buscar su agua ahí. Desde los años 30…>>, se refería al agua para cocinar y beber.
Por haberlo vivido, rememora con desenvoltura sobre el tema de los alimentos de la familia, <<…Por lo menos en los 50, no conocíamos la harina pan, ni el aceite; tampoco se comía carne de res. Las familias del pueblo, sus comidas eran caraota y arvejas bien aliñadas con cebolla y cilantro que no faltaba porque había mucha siembra en los solares, nos las servían acompañadas de plátano y cambures cocidos, porque el maíz era muy costoso para comer arepa;  la gente criaba sus gallinas, habían huevos, pollo y criaban puercos, esos eran los alimentos básicos con que nos alimentaban a diario. El desayuno para nosotros era lo que quedaba de la tarde anterior…>>; se detiene en el relato y apaciguadamente agrega: <<fueron épocas de muchas limitaciones pero se comía, porque se sembraba>>.  Esto es como un sabio consejo para los economistas que dirigen la actual situación del país>> (Entrevista citada, publicada en este blog).  

Hasta luego, inmutable amigo, cronista de causas difíciles, desinteresado colaborador, que tu pueblo, el que tanto quisiste y te preocupó, te recuerde y conserve para el futuro,  tu ejemplar desempeño ciudadano.

La Puerta, julio de 2020.
Omanrique761@gmail.com

viernes, 24 de julio de 2020

Bolívar ecuestre, gráficas.



Estatua ecuestre de Bolívar, historia en gráficas.
Trujillo, Venezuela.

                                 Oswaldo Manrique R.

3ª. Galería fotográfica.

 Amigos lectores, a propósito de que se cumple un año más del nacimiento del Padre de la Patria, nos permitimos publicar un conjunto de 10 fotografías, sobre uno de los monumentos civiles  más imponentes de nuestra región,  por su tamaño majestuoso, su belleza artística y por su significado histórico, se trata del Bolívar ecuestre de Trujillo,  obra en memoria y tributo al Libertador; cada gráfica con su breve nota explicativa.  Incluimos en esta entrega, dos fotografías que consideramos necesarias en este dossier, una, de la Plaza Bolívar de Valera, y otra, de la Plaza Bolívar de La Puerta, nuestra comarca. Esta es la 3ª. entrega de fotografías antiguas de la temática de obras civiles y religiosas relacionadas con La Puerta, Estado Trujillo, en Venezuela.

La estatua ecuestre de Simón Bolívar, de Trujillo.


Gráfica N° 1.- Histórica fotografía de 1930.  Ingreso del morrocotudo camión “chingo”, marca Federal, que trasladó la voluminosa estatua de Simón Bolívar, a la ciudad de Trujillo en 1930. Obsérvese que también traía una caravana de carros atrás, se presume, que eran los que transportaban al personal técnico y ayudantes que montarían la majestuosa obra de bronce. La proeza del traslado (organización y logística) desde Puerto Cabello, sitio al que llegó la estatua desde Italia, donde fue elaborada, hasta la ciudad de Trujillo,  fue hecho en dos camiones marca Federal, adaptados, preparados y reforzados para soportar el peso de tan especial encomienda,  por el señor Rudolf Gerbes, de nacionalidad alemana, cuando en Venezuela las carreteras eran de tierra y piedra, mal acondicionadas o no compactadas y con puentes angostos, que no soportaban el enorme peso de la estatua, que estaba envuelta en guacales; a otros puentes tuvo que desmontarle las vigas de la parte superior para que pudiera pasar la alta carga y al cruzarlo, volver a armar la estructura,  todo eso lo tuvo que superar este personaje germano y sus ayudantes.  Solo recorriendo el tramo Puerto Cabello a San Felipe, consumió tres semanas. Colaboración de Huma Rosario Tavera. Cronografía N° 110jpg.  


Gráfica N° 2.- Histórica fotografía de 1930.  Toma general del momento en que se realizan los trabajos de montar la estatua, sobre la base, en la Plaza Bolívar de Trujillo; se observa el andamiaje y los obreros dando los últimos detalles a la obra. Según el escritor y poeta Rodolfo Izaguirre, pariente de este Gerbes, el desplazamiento de la estatua desde el camión hasta colocarla sobre la base fue dificultosa, porque tuvo que resolver lo de la inclinación, lo que hizo improvisando con vigas de hierro, fuertes listones de madera y gruesos mecates para rodar la pesada escultura y ponerla en el lugar preciso. Colaboración de Huma Rosario Tavera. Cronografía N° 113jpg.  


Gráfica N° 3.- Histórica fotografía de 1930.   Toma precisa del momento en que está llegando la estatua a la ciudad de Trujillo, pasando por la esquina del Hotel Trasandino, donde según su publicidad, había "buena mesa y variada". Obsérvese la alegría y entusiasmo de la gente, y hasta parece que paró el tránsito automotor, aquel día.   Relató el mismo Izaguirre en una conferencia, que cuando el general Eustoquio Gómez, presidente del Estado Lara y primo del “Benemérito”, se enteró que pasaría por esos predios la estatua ecuestre, dijo que la erigirían allí en Barquisimeto. Esto preocupó al alemán quien llamó inmediatamente al general Emilio Rivas, Presidente del estado Trujillo, éste a su vez, llamó al general Juan Vicente Gómez, quien de forma clara y tajante le hizo saber a Eustoquio, que la estatua era para Trujillo y punto. Ganaron una los trujillanos con el dictador, en el merecido homenaje al Padre de la Patria. Colaboración de Huma Rosario Tavera. Cronografía N° 108jpg.



Gráfica N° 4.- Histórica imagen de 1930.  Otra gráfica más amplia, del traslado de la estatua ecuestre del Libertador y Padre de la Patria, a la ciudad de Trujillo. Se puede apreciar la enorme estatua embalada, montada sobre el camión, pasando por el frente del Hotel Trasandino de la ciudad de Trujillo. Los hombres trajeados con paltó y sombrero, y las damas con  vestidos domingueros, algunas con trajes largos, para la ocasión de bienvenida de la estatua que honra al Padre de la Patria.  Los jóvenes, con pantalón corto, y su paltó y sombrero. Fue todo un acontecimiento histórico.  Colaboración de Huma Rosario Tavera. Cronografía N° 109jpg.


Gráfica N° 5.- Histórica fotografía de 1930.  Trabajadores empujando la base que sostendría la enorme estatua de Bolívar. Se puede apreciar, los escalones elaborados y que la base ya tenía el Escudo Nacional. Colaboración de Huma Rosario Tavera. Cronografía N° 111jpg.


Gráfica N° 6.- Histórica fotografía de 1930. Trabajadores en plena construcción de la base del monumento, es decir, donde se montaría la estatua ecuestre de Bolívar. Colaboración de Huma Rosario Tavera. Cronografía N° 112jpg.


Gráfica N° 7.- Histórica fotografía de 1960.   Estatua ecuestre del Libertador, Plaza Bolívar de la ciudad de Trujillo, Venezuela.  Algunos historiadores han afirmado que la monumental estatua fue colocada el 24 de julio de 1930, quizás quisieron decir que fue inaugurada en esa fecha. Esta obra que muestra a Bolívar, sobre un <<encabritado caballo que se sostiene en sus dos patas traseras>>,  fue fundida por el escultor Vittorio de Leda, en su taller de Viareggio, Italia, basado en el modelo de Adamo Tadolini y Pedro Tenerani, de la  erigida en el Perú en 1859. Tres ingenieros, también alemanes, que laboraban en el Puerto de La Ceiba, Carlos Polens, Carlos Bosch y Carlos Graewe, también colaboraron en la colocación de esta formidable estatua de bronce.


Gráfica N° 8.- Histórica fotografía de 1927. Plaza Bolívar de Trujillo. En este lugar,  que era la antigua Plaza Mayor, antes de colocar la estatua ecuestre del Libertador,  se encontraba la estatua del eminente prócer trujillano, Dr. Cristóbal Hurtado de Mendoza, Primer Presidente de Venezuela,  es decir, que al instalar la de Bolívar,  estuvieron las dos, por un tiempo, en la misma plaza.Encontrada en Guía General de Venezuela, obra del geógrafo francés Francis Bennet, publicada en 1929.   Cronografía N° 3388.




Gráfica N° 9.- Histórica fotografía de 1927. Plaza Bolívar de Valera (Estado Trujillo, Venezuela). Aquí por ser Municipio, corresponde estatua pedestre. Encontrada en Guía General de Venezuela, obra del geógrafo francés Francis Bennet, publicada en 1929.   Cronografía N° 3409.




Gráfica N° 10.- Fotografía reciente (2020). Plaza Bolívar de La Puerta (Estado Trujillo, Venezuela). Aquí por ser parroquia, corresponde solo Busto. Cronografía nuestra N° 3330.


Julio 2020.




jueves, 16 de julio de 2020

Guake, misionero de los páramos.



Oswaldo Manrique R.
  

I.-

Los viajeros, visitantes y turistas lo ven, a pleno y ardiente sol, pero pasan rápidamente desapercibidos; uno que otro, comentará algo de su color, tamaño, forma de misionero o de su posición, que en masa, hileras y orden, declinado o en-rumbado hacia una cuesta, otorga al paisaje una particular y natural representación artística. Rara vez, se parará alguien a detallarlo, salvo para tomarse una rápida fotografía, poniéndolo de fondo y al enviarla o subirla de acuerdo a las modernas tecnologías y redes sociales, continuar camino en la espesa capa de niebla. La cantidad de miradas alegres y satisfechas que recibe ¡la mayoría de ellas, de personas del extranjero!


Bella panorámica del paisaje frailejonero del Santuario Maen Shombuk (7 Lagunas),  La Puerta, Trujillo, en Venezuela. Se puede observar flores y pétalos de tonos morados, combinados con finas y fulgurantes violáceas.  Cronografia de este blog, N° 3753. 

Bajitos, erguidos, ladeados, soportando la barriguda cabeza, propia de la tonsura, siempre lentos, meditabundos, son y constituyen el propio paisaje de los predios altos y fríos. El Guake, es una pequeña planta de hojas amplias, robustas y aterciopeladas, destacando como corona real, una flor de color amarillo de oro. Sale, crece y se reproduce en un hábitat exclusivo: los páramos. Guake, de acuerdo a lo investigado, es el vocablo indígena, Muisca-Timoto, con el que los indígenas denominaban desde tiempos inmemoriales, al popular frailejón, mucho antes de la llegada de la ocupación española.  

Alguna vez, en nuestra inquieta edad, fuimos a “raquetearlo” y quitarle un poco de esa especie de resina dulce que echa, y que hoy,  se comercializa abundantemente para varias actividades, entre ellas la producción de mermeladas y dulces exquisitos.  En Mérida, la hemos probado como mermelada de buen sabor. Tiene un extraordinario valor apícola, por la producción de néctar y polen; esto es polinizado por las abejas recolectándolo de sus flores. Echa una miel de color amarillo, manteniendo su característico aroma y sabor de frailejón.  En las tribus Timotes, que habitaron los páramos y sus descendientes, entre ellos los de La Puerta, acostumbraban desde tiempos inmemoriales elaborar una pasta del cocimiento de la planta, que bota una resina suave y agradable al paladar, y que utilizaban como manjar dulce. 

En la gráfica, parte de la Cumbre del Cerro San Antonio, Páramo de las 7 Lagunas,  La Puerta, Estado Trujillo, Venezuela, se puede ver la abundante vegetación  de Guake. Cronografía N° 2567 


Solo el que ha nacido, tiene familia o es amigo de gente del páramo, o haber tenido la oportunidad de vivir temporalmente en  estas montañas, puede tener noción de las virtudes silenciosas, de la solidaridad innata y de la multifacética nobleza del Guake, mejor conocido como frailejón y científicamente como Espiletia.
En mi artículo anterior, El venerable del Páramo, explicaba las bondades entre ellas, la enorme función ambiental, de absorber agua de la neblina y almacenarla; sin embargo, me abstuve de revelar vivencias particulares, que solo los pobladores de las zonas parameras tienen, que van desde su uso como brebajes y guarapos medicinales para combatir la tos, gripe y enfermedades bronquiales, así como para los aromáticos bajos de cocciones calientes para limpiar las vías respiratorias, porque tiene propiedades sudoríficas; es  bueno en pomadas y preparados con su resina y trementina para fricciones musculares o para poner una cataplasma al que padece de parálisis, o enfermo de reuma y algunos lo indican para la histeria de las mujeres, en fin, es bueno para las enfermedades, lesiones,  heridas y parece que hasta para ayudar contra los tormentos del ánimo. en estos tiempos de pandemia, su uso se ha multiplicado.

Su utilidad domestica, haciendo un pequeño ejercicio de rememoración, comienza desde el patio central de las casas, donde se estila como ornamento y arreglo de flores, es innegable el bello color amarillo de sus flores. En lo interno, se les ve cerca del fogón, las abuelas agarran las ollas y budares con bojotes de hojas amarradas, lo usan para lavar y restregar los trastos, hay quienes incorporan a sus escobas caseras hojas de guake para barrer y quitar el polvo en las casas. 

Hermoso sendero hacia las 7 Lagunas, Santuario Maen Shombuk, se puede percibir una colorida y       esplendorosa vegetación de Guake. La Puerta, Trujillo, en Venezuela. Cronografía N° 3725.   

Quién no se acuerda de la alegría del cuerpo, cuando nuestras abuelas, agarraban el bojotico de hojas de guake para levantar la olla, de la que salía el humeante olor de guisado de arveja y coles o el feriado mute con pedazos de puerco y caraota con maíz; o en aquellas mañanas, cuando tomaban el caldero y el centro del desayuno era un pomposo mojito de huevo con sus jugueticos, como dicen ahora los muchachos.  Asimismo cómo olvidar, haber disfrutado de los más exquisitos y artesanales quesos ahumados que allí se producen. Sea de cabra o de leche de vaca, su sabor, textura, aroma, color es excepcional; son envueltos en hoja de frailejón para conservarlos y dotarlos de esas ricas cualidades.

Para el campesino, no acostumbrado a cargar rollos ni paquetes de papel sanitario, utiliza en la emergencia, sus hojas velludas y algodonadas para secarse y limpiarse sus partes pudendas.  Pero su responsabilidad y rol mayor, es el que no se ve, el frailejón o guake, es una planta que cumple la función de acumular agua. En síntesis, esa es parte de la polifacética nobleza de este misionero y del interés por proteger esta especie.
Es pertinente, ahora que se viene comercializando esta planta, con fines medicinales,  farmacológicos,   comestibles y otros, que se emprendan políticas de Estado para su protección y uso, así como la conservación del suelo y el paisaje, es decir, su hábitat natural: los Páramos, debido a su particular proceso de reproducción y crecimiento, como derecho de las generaciones futuras, que involucre desde los órganos educativos, culturales, y científicos en el rescate de nuestra cultura ancestral, en lo que los frailejones cumplen un papel importante, hasta los pobladores y visitantes de los páramos. Debemos abordar con una nueva lógica, el tratamiento del tema del ancestral Guake, que depare  tecnología, ciencia y beneficio para los pueblos, unida a la cautela en su extracción, para no hablar de peligro de extinción.

II.-

Lo que me movió a escribir nuevamente sobre el tema, fue que uno de los lectores de este blog, interpeló sobre la palabra con la que los Timotes, llamaban al frailejón, antes de la llegada de los europeos a tierras americanas. El comentario interrogante me pareció de interés, por ser esta planta exclusiva de las zonas montañosas de Venezuela, Colombia y Ecuador. Siendo la Nación Timotes, un desprendimiento o perteneciente a los Muiscas-Chibchas, en su proceso de expansión hacia estos predios trujillanos, incluyendo en el que nos encontramos, La Puerta.   

Introduzcámonos en el tema de forma sencilla. En la consulta al catalogo de vocablos de los Muiscas- Chibchas, de donde proviene la nación Timotes, encontramos:
Mu/guaca, guaqui, significando hierba o planta de hojas gruesas.
Mu/guasca, huazyca, que solían usar los indígenas indistintamente para identificar hierbas del genero de las Asteráceas, de climas parameros y templados, sus tallos son vellosos y pueden tener una altura entre 20 y 60 centímetros;  se incluye al frailejón dentro de este género (Diccionario de Muisquismos. En: Muysca.cubu.org).


Casi en la Cumbre de las 7 Lagunas. se puede ver. como protagonista de este espacio, al soberbio y hermoso Guake (frailejon) amarillo. La Puerta, Trujillo, Venezuela. Cronografía N° 4744.  

Mu/guasgüin, para llamar a aquellas pequeños arbustos con flores amarillas, de las montañas de la Cordillera Colombiana, rama de la Gran Cordillera de los Andes que se desprende del Nudo de Pamplona y que penetra en Venezuela (Táchira, Mérida y Trujillo) y se deprime en el Estado Lara. Asimismo, se dan en páramos con alturas superiores a los 2.500 m.s.n.m. (Ídem). Los tres vocablos, a los que nos hemos referido por su sinonimia y parecido fonético, se refieren a plantas silvestres del páramo. 
Guaque (Huake), según otros artículos consultados, sería la palabra indígena (Muisca) más difundida, con la que se llama al frailejón y que aún se conserva en ciertos páramos colombianos. Es un muisquismo, es decir, que proviene de la lengua Muisca; quizás sea un vocablo derivado de los anteriores, pero adecuado a la fonología española, que se usa poco o tiende a desaparecer, entre ellos: guake o huaque.

En el catalogo sobre dialectología regional, para los Timoto-kuikas,   recopilación del maestro Rafael María Urrucheaga, contenido en la obra del Doctor Amílcar Fonseca, también utilizada por el investigador Dr. Alfredo Jahn, encontramos palabras semejantes y coincidentes:
Gane, utilizado por los Timotes, para significar páramo (Fonseca: 320). Kiu-Gank, el páramo (Fonseca: 325).
gua, la mesa. 
Guaje, usado actualmente para designar un tubérculo silvestre parecido al ocumo. 
Guandá, para deisanr montañas, lomas y qeubradas. 
Guandú, legumbres.
Guate  (Huate), para distinguir hombre del páramo. Es el gentilicio aplicable a los habitantes de los páramos, solo si eran de raza indígena, es decir, de la nación Timoto. Usado desde tiempos remotos, proviene del Quechua y Muisca (Fonseca: pág. 321). El prefijo Gua “era silaba de significación variada, como sustantivo” que llegó con el proceso de expansión y poderío de los Muiscas hacia los Andes venezolanos (Ídem).

Una de las 7 Lagunas del Maen Shombuk, observese rodeada de abundante Guake .La Puerta, Trujillo, Venezuela. Cronografía N° 5703.    

Guate, también lo utilizaron los indígenas trujillanos, inclusive en las montañas de Carache, para designar un arbusto de los Humocaros y la zona fría, del que no se señalan sus características, pero se presume es el frailejón, por su virtud de ser de diversa variedad, se conocen actualmente, unas 60 especies que salen en páramos y sub-páramos (entre 2.600 y 4.200 de altitud) (Fonseca: pág. 322). Debo agregar, que el sabio Urrucheaga, hizo mayormente su recopilación lingüística indígena Timoto-Cuica en las montañas de Esnujaque, Jajó, La Puerta y Timotes, en el año 1844, y hablaba según sus biógrafos la lengua de los Muiscas, pobladores de los Andes Trujillanos y Merideños (Vida y Semblanza de Don Rafael María Urrucheaga, pag.22. Imprenta de Trujillo. 1973), y es el autor de la recopilación de ese Vocabulario, que se halla inserto en la obra “Los aborígenes del Occidente de Venezuela”, del Dr. Alfredo Jahn; ese trabajo se lo facilitó el ilustre historiador trujillano Dr. Amílcar Fonseca.

Aparte del reconocimiento y difusión en los páramos colombianos como guaque o guake (Huake), tanto lo encontrado en el diccionario de muisquismos, como en el de dialectología del Doctor Amílcar Fonseca, consideramos que es el vocablo de mayor coincidencia encontrado y el mas popularizado en aquellas tierras y seguramente, usado por nuestros Timotes; a la par, nos lleva a pensar que pudiera tener esta palabra, por la semejante fonología, varias acepciones, como antropónimo, indicativo de  indígena o habitante de los páramos; también,  para señalar lugar: Páramo (topónimo), y como fitónimo, en nuestro caso, para denominar al frailejón.

         III.-

Frailejón,  Guake, Nabalá, Soroco  o Espeletia.

No menos importante es, el conocer los otros vocablos con los que se suele  llamar al frailejón o guake (Huake).

Frailejón: este nombre, proviene de su descubrimiento en la primera expedición botánica realizada en el antiguo Nuevo Reino de Nueva Granada, encabezada por el investigador José Celestino Mutis, durante el reinado de Carlos III de España. Según la historiografía, al observarla los botánicos, puesta la niebla de los páramos, distorsionaba su aspecto natural, que solo veían unos capuchones que se asemejaban a los que llevan los frailes capuchinos, de ahí, que se les llame frailejón.

Un ejemplar esplendoroso de Guake (Huake) de los páramos venezolanos. 
Nabalá: es el nombre que le adjudicó el investigador Blake, para diferenciar la Espeletia Oculta. Proviene del Salmo 127.3, que significa herederos (Sidney Fay Blake. Contributions from the United States National Herbarium. 1924).

Soroco: en algunos sitios de Colombia, como parte del argot popular, se le llama Soroco, que significa lento, sonso, tonto, soquete. 

Espeletia: como especie herbácea, pertenece al género de las Asteráceas, propias o nativas de Venezuela, Colombia y Ecuador. Este nombre científico, se lo adjudicaron los primeros investigadores de esta planta, en honor al Virrey de la Nueva Granada José Manuel de Espiletia (1789-1797).

Con los datos antes expuestos, espero se encuentren cubiertas algunas interrogantes sobre el nombre originario de esta extraordinaria planta andina.

Febrero 2020.


Agripina Burelli Garcia de Parra, la Preceptora de la primera escuela de La Puerta.

Agripina Burelli Garcia de Parra, la Preceptora de la primera escuela de La Puerta.  Por Oswaldo Manrique (*) Un sitial destacado ocup...