sábado, 14 de marzo de 2020

Luis Beltrán Prieto Figueroa, joven rebelde eterno.



Oswaldo Manrique R.


<<doctor Prieto, productor de la enseñanza; luchador incansable por el bien colectivo; hechura afortunada de la naturaleza; extraño ejemplar de nuestra especie, a quien los años han retornado hacia la juventud; a usted buen sembrador de amor y de esperanza, a quien la vida tiempla y no fatiga; a usted que alto se eleva si duro lo golpean; a usted cuya alma se ha inspirado en vez de hacerse mustia en medio de tormentas; a usted que altivo va con la mirada al sol, rumbo a la libertad y hacia la vida, he querido entregar estas palabras>> (Salom Mesa. Memorias. Pág. 360. Desde un calabozo del Cuartel San Carlos, agosto 1976).

Compiten el periodo colonial, con el republicanismo militar oligarca, como negadores de la educación laica, democrática, humanística en Venezuela, mucho más en las áreas rurales, entre ellas,  la trujillana. Sin embargo, aparte de Simón Rodríguez, Andrés Bello, el maestro Rafael María Urrucheaga, execrados por quienes no los comprendieron,    hubo otros, que hicieron planteamientos, en momentos del Estado Nacional de opresión, de una educación para la formación integral de la persona, en el marco del humanismo. Uno de ellos, fue el Dr. Luis Beltrán Prieto Figueroa, el maestro de América, que nació en La Asunción, Estado Nueva Esparta, el 14 de marzo de 1902.
                                Dr. Luis Beltrán Prieto Figueroa, Maestro de Maestros.

El Maestro Prieto, como le decíamos quienes tuvimos la fortuna de conocerlo y andar un tiempo con él -de lo que nos sentimos muy orgullosos-, centró gran parte de su lucha en el campo educativo, aspiraba una educación, que fuese el adecuado proceso para lograr una sociedad solidaria, democrática, justa, y humanista; se le vio librando fuertes batallas, a veces solo, contra quienes pretendían mantener la hegemonía y el status, de manera muy particular en pleno siglo XX.  Abogado, educador, filósofo de la educación, político y poeta, pero más que esas credenciales, fue un Ciudadano, con C mayúscula y radiante.
Lo conocí, participando en el movimiento estudiantil, por medio de otro educador destacado, el  Profesor José Ángel Arenas, que me invitó a que lo acompañara al centro de Caracas, que iba hablar con Prieto, sobre las detenciones de dirigentes estudiantiles; eran tiempos en que la izquierda pasaba por uno de sus naturales procesos: la División. Allí, en la letrada y fea oficina del Maestro, se encontraban, Guido Acuña y el legendario Salom Mesa, que eran los diputados defensores de los derechos humanos.
Le pregunté a Fermín Ancheta, mi compadre, cuál era en su criterio, la cualidad que más  resaltaba en la personalidad del maestro e inmediatamente me respondió: su anti catolicismo. Recordó también, muy  rápido, que, uno de los 5 puntos por los que el movimiento golpista militar contra el maestro Rómulo Gallegos, fue precisamente la Ley Orgánica de Educación Nacional de 18 de octubre de 1948, de la que fue coredactor Prieto Figueroa, inclusive, la llamaban el “Decreto Prieto”, sobre el Estado Docente, tesis prietista que imponía la educación laica, y el Estado asumiría la función indeclinable de la educación en el país, quitándole a la iglesia católica tal atribución; aunque se les permitía, que si querían usar las instalaciones y planteles educativos, para la educación católica,  lo tenía que hacer fuera del horario normal de clases. En dicha Ley, refrendada por el ilustre novelista Don Rómulo Gallegos, Presidente de la República, y por su Ministro de Educación, Luis Beltrán Prieto Figueroa, se consagraba además de la gratuidad,  << La educación es función esencial del Estado>> (art. 1) (Prieto Figueroa, Luis Beltrán. De una Educación de Castas a una Educación de Masas. pag.240.Fondo Editorial Ipasme. Caracas. 2005); su objeto <<formar ciudadanos aptos para la vida y para el ejercicio de la democracia, fortalecer los sentimientos de la nacionalidad, acrecentar el espíritu de solidaridad humana y fomentar la cultura…se orienta hacia la valorización del trabajo como deber cívico fundamental…>> (art. 2). Uno de los artículos más polémicos fue el del anticlericalismo católico, que se estableció en el artículo 7 << No podrá realizarse dentro de los establecimientos docentes, públicos o privados, ni durante el curso de cualquier actividad extraescolar que se cumpla con fines educativos y promovida por el Estado…ninguna propaganda política partidarista ni de doctrinas contrarias a los principios democráticos…o que favorezcan el desarrollo de antagonismos religiosos, étnicos o sociales>>. Esta era la fundamentación de su propuesta educativa, humanista y democrática, tesis que ampliara en su obra El Humanismo Democrático y la Educación, de 1957.  
Recordé la famosa anécdota, que se le achaca al Maestro Prieto y que grupo repetíamos en el grupo para desestresarnos, que una vez iba en un vuelo de Caracas, hacia Margarita, y a su lado sentado estaba uno de los Obispos de la época, cuando de pronto entró el avión en zona de turbulencia muy fuerte, los pasajeros les abordó el pánico,  una señora gritó ¡Virgen der Valle Bendita! ¡Recen! ¡Recen¡  Monseñor y que vio al Maestro persignándose, y cuando llegó la calma, le dijo: - ¿ doctor lo vi persignándose  y usted no es anticatólico?, Prieto, le respondió: - Monseñor, eso es allá en la tierra, aquí en el cielo es otra cosa. 
Al abordar con la misma pregunta al estimado amigo, mi profe en  Economía Política  y viejo compañero de luchas, el economista  Luis Salas Ochoa, dijo que su cualidad más importante, era su jovialidad, que por ser margariteño, le era innata. El Maestro, además de su talento y sabiduría para abordar y responder aun en las más difíciles situaciones, siempre tenía una respuesta jocosa a flor de labio. Así como era de feo, desasistido de belleza física, (le decían el Orejón, moreno y muy alto), desbordaba con ese algo o don personal, que producía que lo amaran, se sentía hacia él  una especial querencia colectiva,  incidiendo hasta en nuestro interno y deleite espiritual, con esa gracia;  fue un ejemplar de belleza y estética excepcional.  Recordó Fermín, que en la ocasión en que Luis se iba a despedir de sus compañeros de la organización donde militaba, porque se iba a estudiar a la Universidad de La Habana, estaba el  Secretario General, quien al despedirlo le dijo: -espero que venga pronto. Inmediatamente, el Maestro Prieto, que ahí se encontraba, le ripostó con natural franqueza: - ¿Doctor y usted cree que él  va para la Habana a un taller de corte y costura? Ese era Prieto.
El maestro Prieto, echando un pie. Gráfica de globovison.com.
En una oportunidad, me tomé dos whiskys en su casa, era un ser normal, le gustaba el whisky, me parece que era un cumpleaños. Y llamaba la atención, la plaquita en el frontis de su casa, una vivienda sencilla construida por algún organismo de vivienda para la clase media, en la que se podía leer: Ancha y Ajena; le preguntamos a qué se debía ese nombre, y él con su voz finita, casi aterciopelada, respondió: - Bueno, ancha, porque mi familia y mis amigos son muchos y aquí caben todos, y ajena, porque no he terminado de pagarla, debo la hipoteca. Así era de sencillo y sincero, este hombre que había ocupado las más altas posiciones de gobierno y estuvo a punto de ser Presidente de la República. 
Igual interrogante le impuse a Manuel Márquez, abogado, nativo de Motatán, y como los anteriores, tenía su opinión del Maestro, me dijo: su honestidad. Era un hombre sincero, sencillo, franco y autentico. Rememoró la vez que estuvo en Valera y en la rueda de prensa, le preguntaron sobre su anticomunismo, él le respondió al periodista que <<el “anti”, es la negación de todo, y yo, no puedo negar nada, porque sería como negarme a mí  mismo>>. Tuvo la entereza de romper las amarras ideológicas reformistas, al declararse socialista, pero siempre presente en su pensamiento, su acendrado Bolivarianismo; al efecto, escribió: << Se ha dicho que “sin teoría revolucionaria no hay revolución”. De otra parte podría afirmarse que sin información política y humana los dirigentes de la cosa pública, los conductores de las masas no sabían encontrar el derrotero cierto para la praxis que la política demanda. Lideres ayunos de toda información dan bandazos y tan pronto apuntan a la izquierda como a la derecha, se detiene en el centro para volver a las formas conservadoras que han contenido el avance de la humanidad, en busca de sistemas que contribuyan a forjar un destino mejor y a crear condiciones de vida favorables para las masas trabajadoras y para el pueblo en su totalidad>> (Prieto Figueroa, L.B. Del tradicionalísimo la modernidad. págs. 9, 10 y 17. Caracas. 1976   ); se declaró en la <<lucha revolucionaria por la liberación nacional y la democracia socialista…Inspirados en los grandes ideales de Bolívar y de los demás hombres forjadores de la patria>>. Como complemento de esto, léase su ensayo El magisterio americano de Bolívar.

Rubrica de Luis Beltrán Prieto Figueroa. Cronografía de este blog N° 3279.
  El viejo Prieto, como le decía la muchachada, era una especie de padre bonachón, benefactor, de esos tipos simpáticos, buena gente. Escucharlo era convencerse más, que valía la pena seguir luchando, que definitivamente la vida con todas sus complejidades, virtudes y accidentes, sigue siendo maravillosa. Confieso que el primer libro que leí, fue uno pequeño, de edición rustica gris, parecía hecho de cartón,  no me acuerdo si fue el poeta Guido Acuña, quién me lo obsequio, el titulo: Joven Empínate,  me sorprendió, algunas lagunas propias de la edad y del manualismo dogmatico marxista-leninista en que deambulábamos, fueron reorientadas. Les contaba a Manuel y a Fermín, que a finales de la década de los 70, ingresando en la universidad, yo no quería participar en movimientos ni en militancia, por alguna razón que ya no recuerdo. Carlitos Dávila, el actor y publicista, me llamó un día y me invita a que colaborara con la campaña electoral del Maestro, que necesitaba que su campaña publicitaria  la empujaran los jóvenes, yo no quería; me fue a buscar a mi casa, y en la discusión, me dijo ¿qué culpa tiene el viejo en esa arrechera tuya? y me hizo entrar en razón. Fui a acompañarlo, a los pocos días,  a una sesión fotográfica en la Plaza La Concordia, donde estaba una gente de una compañía de publicidad, el lunes siguiente, salió en una página completa del diario El Nacional y otros periódicos del país, un afiche, en el que aparecía el Maestro caminando acompañado por 6 o 7 jóvenes, uno de ellos era yo,  y un eslogan que decía la verdad: En él se puede creer. Luego, esa misma foto, se transformó en el afiche de su campaña electoral a Presidente de la República. Por supuesto, no ganó; fue su última campaña por la Presidencia de la República, 1978. Lo acompañé, cuando en Venezuela estaba descaradamente desatada la feria saudita de millones de dólares que entraban por renta petrolera, renta que indigestó a la clase política que cedió sus espacios a los empresarios y a la burguesía parasitaria, cuando se valoraba y atendía como eventos más importantes del país, inclusive, por encima de una elección presidencial, el certamen del Miss Venezuela y la elección de la directiva de Fedecamaras; la Venezuela de la sociedad de cómplices.   
Hoy, que se cumplen 118 años de su nacimiento, es propicio exhortar a los cámaras de mi generación y de otras, que anduvieron con él, y están dispersos en la geografía venezolana y fuera de ella, a perseverar en los postulados que le aprendimos, con orgullo lo digo y lo escribo, porque sus ideas, sus propuestas, tienen mucho que aportar en esta hora tan compleja. El Prieto, al que aquí me refiero, tiene mucho que aportar en este momento.
 Considero, que el país, aun no ha dado el merito a la obra intelectual de Prieto Figueroa, que la valore y la armonice con las grandes  expectativas del país. Además de su ejemplo tesonero en la lucha social, magisterial  y política, el insigne Maestro, nos dejó el caudal intelectual de sus escritos, en los que abordó los temas fundamentales de la República, con pasión nacionalista y bolivariana, propugnando bases de justicia social, pulcritud administrativa, y justa distribución de la riqueza.




Ejemplares de parte de su producción intelectual. Cronografía de este blog N°  3276.
Tuvo el acierto de profundizar en lo más profundo de la educación, para que fuera entendido y tomado en cuenta por los burócratas del gobierno. Sobre el apoliticismo del educador,  escribió lo siguiente: <<el ejercicio del magisterio no puede producir una capite diminutio que lo coloque en la categoría de entredicho político… ¿castrados políticos serán capaces de formar el espíritu libre, la recia mentalidad y el ardoroso amor a la libertad que infundiera Simón Rodríguez a su discípulo predilecto, el Libertador de América?>> (Prieto Figueroa, Luis Beltrán. Los Maestros, Eunucos Políticos. Pág. 46 Fundación Luis Beltrán Prieto F. Caracas. 2008); mas adelante, apuntó: << La obra imperiosa de la educación del pueblo que ha de salvarse debe ser realizada por maestros que sean integralmente ciudadanos, hombres capaces de darse en  la palabra y en la acción y que en todos los actos de su vida ´puedan servir de ejemplo al pueblo que se va a educar. Educar para la vida social, para la colectividad no puede ser función de eunucos políticos sin responsabilidad y sin sentido de solidaridad, sin influencia en la colectividad>> (Prieto F: 61).


Caratula de El maestro como líder. Cronografía de este blog N° 3278.

Así como enfrentó a la clase política hegemónica, por ejemplo, cuando la reversión y la chucuta nacionalización petrolera de CAP, o el problema fronterizo y de Guayana Esequiva, junto con el gallo Silva calderón, fueron las voces en el desierto que rechazaron tan infames procesos. Cuando opinaba, la gente lo escuchaba, tocaba la conciencia del país, era la reserva moral la que hablaba; por eso, era un hombre incomodo para el país político y las clases dominantes. En la Venezuela de hoy, hacen falta, hombres como el Maestro.
 Fue un severo crítico del líder político del país, al respecto escribió: <<en las épocas revolucionarias, ya lo dijimos, hombres de hogares humildes alcanzaban la categoría de líderes. ¿Por qué razón? Porque, rotos los moldes sociales, dentro de los cuales el hombre humilde, aunque capaz, no tenia oportunidad de actuar, se destacan sus grandes condiciones de dirigente y asciende al liderazgo, precisamente en la circunstancia en que éste se hace más difícil y requiere una mayor suma de aptitudes para su ejercicio, lo que pone de manifiesto el papel de la situación interactuando con la personalizad para crear el liderazgo>> (Prieto Figueroa, Luis Beltrán. El concepto del Líder, el maestro como Líder. pág. 60. Monte Ávila Editores. Caracas. 1979); era partidario, del liderazgo colectivo.

                         

En la política intervino activamente, con fines y medios éticos ejemplarizantes. Cronografía de este blog N°  3272. 
Me dispuse a escribir una nota antiolvido, de menudencias y cosas sencillas del Maestro de carne y hueso, no una semblanza, ni biografía ni datos  de su vida, que hay muchas, tampoco, un clamor de resignación nostálgica;  la nota tenía que ver con el recordatorio de haber andado con uno de los grandes hombres de esta humanidad de lo cual nos sentimos orgullosos, de algunas vivencias, lo digo en plural, porque a ese grupo de amigos que aun nos comunicamos, nos alimentó el espíritu, nos nutrió el ideario, que considero,  es más que suficiente, en toda la amplitud de lo que esto significa.  
Esa “cofradía o hermandad escarlata”, que podía reunirse en un apartamento en la parroquia el Valle de Caracas, o que podía ocupar espacios importantes de los Caracas, o encontrarse un fin de semana en Canchunchú Florido, o en el hermoso Delta del Orinoco, debe romper la burbuja de la expectativa, de la rebeldía sin militancia o simplemente de resignación critica.
En estos momentos, y este es un caso para el análisis político, no hay donde militar, no es que seamos una especie de cuadros políticos alienígenas, observen, no hay donde militar en Venezuela, lo que existe y se practica, es la anti política, en el campo de la izquierda, de la derecha y hasta de centro, pero no es excusa,  siento que tenemos un compromiso con las ideas fundamentales y coincidentes que profesamos, con la ética que nos transmitió el Maestro y principalmente con el país.   Disculpen que lo haga en forma directa con unos, e indirecta con otros, me refiero a Luis Salas, Evencio Gallardo, Fanely Mesa, Norelkis, Andrés Caleca, David Fermín, Luisito Valderrama, Chuo Oduver, Fermín Ancheta, Edgar y el macho Walter Gavidea,  Víctor Álvarez, Johnny Balza, Mario Isea, Rodrigo Cabezas; Aquiles Álvarez, el motatanense, discúlpenme a quienes no nombro por desliz de la retentiva; pero además invoco, el espíritu de nuestros hermanos: la bella Rosita Ojeda, la comandante regañona y bien informada;  Antonio García, ilustre jurista;  y nuestro medico cantor, el Dr. Carlos Torres Bracho, quienes pasaron a otro plano de lucha, y sé que coinciden con esto que les estoy planteando. Son horas transicionales y complejas, que vive el país, estacionado en un punto confuso para muchos, en el que se desconoce si es de avance y sacrifico, que para otros, es simplemente de retorno. Es el gran arcano que toca localizar, para utilizar una frase de Maneiro. 


La Puerta, marzo 2020.  
Lapuertaysuhistoria.blogspot.com

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