lunes, 14 de septiembre de 2020

Carmen Pacheco, una particular historia de vida.


 

Oswaldo Manrique Ramírez.

 

Durante varios años del pasado siglo,  cuando uno pasaba por la avenida Bolívar en las mañanas, se veían apostadas en el sector La Hoyada, a un grupo de hombres y mujeres muy bien ataviados, los hombres de paltó y corbata, las mujeres con el acento de elegancia, como si de reuniones sociales se trataran. Algunos con paraguas, lentes, abultadas carteras, maletines, revistas, bastones, sombreros, llegaban sonreídos a ese punto de encuentro que irradiaba la claridad del sol.  Entraban y salían, como si allí se organizaran y buscaran las instrucciones del día, son sus hermanos de culto. Ya no existía el negocio de Tolentino, era la casa solariega, antigua y cálida de Carmen Pacheco y su familia, que servía de punto de encuentro de la esperanza, de guía de gente honesta, sencilla, de distintos  sectores. Otros, que no son de su fe religiosa, iban a buscar opciones y consejos  a sus problemas individuales o familiares, a tratar sus inquietudes o simplemente para escuchar la agradable conversación de Carmen, a oír sus orientaciones, sus vivencias, anécdotas. Su casa era centro constante de encuentros. Carmen los atiende a todos y a todos los anima y fortalece en sus momentos de desaliento; además, los visita cuando sale en su actividad, a llevar la palabra evangelizadora.   

 

1.- Carmen Pacheco sonriente,  una mañana, entre las plantas del patio de su casa. Fotografía tomada en agosto 2020. Cronografía N° 20200823WA0032.

 

Ocupa un lugar destacado entre las mujeres y vecinas. Toda la gente en La Puerta, vecinos, campesinos, comerciantes, mujeres, niños, viejos, jóvenes, escueleros, universitarios, profesionales, todos la llaman formalmente  Carmen Pacheco, y con ese nombre se fue haciendo referencia popular y ejemplar a todo lo largo y ancho de nuestra comarca.

Muy arraigado a la lucha y al esfuerzo por prosperar económica y socialmente en una época de mucha necesidad y carencias en el Estado Trujillo, es el origen de esta mujer.  Su nombre: Jacinta del Carmen Pacheco,  se asomó a la vida el 11 de septiembre de 1943; es la hija del comerciante mendocino Tolentino Pacheco, uno de los más activos y emprendedores comerciantes de la Parroquia la Puerta, a mediados del siglo XX; Tolentino, fomentó una de las casas comerciales más prosperas en la antigua calle Real, hoy Avenida Bolívar, sector La Hoyada, Parroquia La Puerta, del Municipio Valera, del estado Trujillo;   allí vivieron y trabajaron los Pacheco. Este establecimiento comercial, fue el primero de la comarca que fue objeto de un robo (1953), planificado por una banda bien organizada de amigos de lo ajeno, proveniente de varios Estados (1). Su madre, la señora María Isabel Pacheco.


2.- Panorámica de la avenida Bolívar de La Puerta, en la segunda acera que se observa a la izquierda, donde van dos señores, es el frente del negocio de telas de Tolentino, donde trabajó y atendió Carmen Pacheco.  Fotografía histórica de 1949.   Cronografía N° 091830.

 

Este mes de agosto, en la búsqueda de datos biográficos de personajes contemporáneos, en el proceso de reconstrucción de la historia de La Puerta, tuvimos la oportunidad de abordarla sobre algunos aspectos de sus vivencias.  

 La instrucción primaria, la recibió en dicha parroquia, en la Escuela José Luis Faure Sabaut, que tenía como aulas unas casas propiedad del señor Luis Ignacio Araujo, que se encontraban ubicadas en la calle 8, entre las Avenidas Bolívar y Páez, frente a la Plaza Bolívar de nuestra comarca.  Relató que de esa fase de su vida, recuerda a sus maestros Carmen de Mejía, al Bachiller García, Laura Briceño, y fungía como director de la institución el Maestro Julio. 

Tuvo como compañeros de clases, a Jesús Manuel, Alfonso Aldana, Ana Ismaín, que ya mayor fue esposa de Juan Terán, el que fue Prefecto; Auxiliadora Lamus, Trina Rivas, Bertha Rivas y otros más. En sus recuerdos, aflora como si los estuviera viviendo, que, <<iba mucho para el campo a recoger chayota, maíz, caraota, sembrábamos en el campo como un conuco con la abuela María>>; se refiere al campo de Los Barriales, después convertida en Hacienda El Rosario,  en las tierras asignadas para expansión urbana de La Puerta (Juicio de Partición de Posesiones del  Resguardo Indígena, de 1891), al que iba con su abuela María del Rosario Pacheco.

El trabajo aprendizaje en el negocio familiar.

La infancia de Carmen, fue la cotidiana en un pueblo rural andino, se disfrutaba y a la vez, se aprendía a  trabajar; recordó que <<en el campo era jugar, buscar leña para cocinar >>. Momentos que se acuerda con satisfacción,  y la enseñaron  a trabajar con Tolentino, aprendió las reglas del comercio de telas, agregó que <<primero fue a barrer, acomodar las piezas de tela, se vendían por metros como la crehuela, la popelina, el liencillo, el kaki, dril, se vendía la cotiza (alpargates), sombreros de paja>>; optó por trabajar, ayudar a su padres en el sostenimiento económico de la familia.

 

3.- A la derecha, de perfil, viendo hacia la puerta del negocio, Carmen Pacheco, en plena juventud. A su izquierda su papá Tolentino, de paltó, camisa y sombrero.  Cronografía N° 3109.

 

Recordó que en el negocio de su papá, se vendían <<mucho los budares de tierra para hacer arepa, cazuelas, ollas de barro, tinajas para llenar y enfriar agua>>; explicó que estos utensilios eran elaborados por las manos de las señoras alfareras de Carorita, herederas de la técnica y belleza artesanal de los Timotes,  en la mina de Tierra de Loza, también llamada Tierra Colorada, aquí en La Puerta.   

Siempre ha vivido en La Puerta, recuerda de aquella época de su juventud que,  fue << muy bonita, todos me querían, todos mis amigos y amigas>>. Gozaba desde siempre, esa virtud de socializar y hacer amigos.

Su vida de juventud fue sencilla, trabajo y familia, <<en ese tiempo, muy diferente, primero que no había esa luz eléctrica, por el año 1951, había electricidad muy bajita, papá Tolentino tenía una lámpara de gasolina, la prendía era él solo>>.  Con el pasar del tiempo, su papá cambió el rubro de las telas y vestido, <<después teníamos una bodega de víveres. Nosotros trabajamos hasta el día que por el 1995. Todo era bonito, tranquilo, muy bonito, no yo en otra parte gustaría que volviera la tranquilidad, no recuerdo nada, todo bien>>; eso, la tranquilidad,  es lo que aspira que volviera a esta época.

Su ingreso al mundo espiritual y contemplativo. Los tesoros más valiosos son invisibles.

Su figura es de un aspecto austero, conjugado con alegría y jovialidad. Un exterior que quizás esconde su espíritu amable, y más,  su blando y sensible corazón. Ha consagrado su vida y sus desvelos por su familia, primero su padre y madre, luego sus hermanos, hermanas y sus sobrinas, ayudando y enseñándoles para que pudieran encarar sus vidas sin apartarse de la dignidad,  hasta que se incorporó a su fe religiosa. Tolentino Pacheco murió en 1987 (2). A su comunidad la sigue sirviendo con solidaridad, amor y desinterés. A ella acuden personas de diferentes caseríos y sectores, para escuchar sus consejos, su palabra educativa o simplemente para escucharle sus anécdotas o gentiles bromas, vínculos que han solidificado el respeto que se tiene hacia ella.

Se le preguntó si había alguna razón en particular para entregarse a la actividad religiosa, y respondió, que <<la razón para ser Testigo de Jehová, el honor de llevar el nombre de un Dios todopoderoso…no todas las religiones aseguran el tomar de Dios una esperanza, una fe y se reconoce por sus frutos>>; como tantas otras personas, tiene sus ideas bastantes distanciadas de <<la clerigalla de misa y olla>>; no cree en imágenes; sin embargo, está inmersa en una muy profunda vivencia evangelizadora, con una ejemplar sensibilidad social,  caritativa y solidaria con sus semejantes; tomó el uso de la palabra espiritual, como medio para llevar algo de esperanza y consuelo a sus congéneres.

   
                  4.-   Carmen Pacheco, en su casa,  gráfica reciente. Cronografía N° 20200824WA0001.

No cree en imágenes esculpidas, pero afirma lo siguiente <<para poder resolver problemas como la paz, satisfacción, tener una vida satisfecha con todos los hijos e hijas, la virtud y la apacibilidad es una cualidad de las personas que tienen paz interior>>. Esta manera de pensar y actuar, se corresponde con esa cotidianidad de la que comentamos anteriormente, muchos a diario, acuden a ella, quizás a tomar un poco de esa sobriedad y sosiego que transmite.

Más adelante, complementa: <<Afrontar los sinsabores de la vida con calma y autocontrol es igual, sentir alegría, es embellecer la población. Todo lo que tengo es paz interior>>. Sin duda su apostolado, lleva además de ese objetivo pacifista: el de fomentar la alegría y también la belleza colectiva, de su pueblo.

Se le indagó sobre su mejor cualidad personal, reveló simplemente que <<hay mucha cualidades que nos vienen en vida y para mostrar gratitud por los beneficios que no se ven, los tesoros más valiosos son invisibles como la amistad con Dios, la oración, la ayuda del espíritu santo, para saber cuál es la cualidad que más le gusta se puede decir hay tantas virtudes, los caracteres son muchos buenos y malos y uno no se puede decir este es mi carácter porque hay tantos que podemos decir es el mío diría “bueno”, lo dicen son los que tratan a la persona y tienen su concepto>>. Así como goza de espiritualidad, también exhibe mucha humildad.

Sus preferencias personales. Uno tiene que avanzar no quedarse varado.

Es normal encontrarla en el jardín, en el solar de su casa. Sus conocimientos en materia de plantas medicinales y ornamentales, le han creado una suerte de maestría en estos rubros, desde su época de siembra, cuido, riego, tipo de corte, aplicaciones y el resto de lo que significa el tratamiento y cuido de estas plantas alternativas para la salud de la gente.


5.- Otra gráfica de nuestro personaje, sentada en el jardín de su casa.  Fotografía tomada en agosto 2020. Cronografía N° 20200823WA0033.

 

Sobre sus preferencias gastronómicas, es mujer de gustos sencillos, <<decir de la comida no toda es buena, a mi me gusta la criolla, sopa de costilla como se hacía antes, arepas de maíz cachapa, cuajada criolla, se comía carne asada, no frita en los años 1970, una sopa con papa y fideos así se llamaban los espaguetis, se comía con tomate y cebollín>>. Estos son deleites criollos de la comarca.

Disfruta la lectura, lo dice sin cortapisas, <<a mi me ha gustado la lectura desde cuando aprendí a leer, en primer grado era un Libro Primario, así se llamaba. En segundo grado Esmel muy buena lectura, recuerdo que era el Himno a la Verdad; tales como el Reloj lectura de Marianela, y muchas lecturas; por ejemplo en tercero y cuarto grado eran enciclopedias, de Editorial Andar, Asia Medina de Dan. En quinto y sexto grado recuerdo Historia de mi Patria, de J.M. Siso Martínez, Historia Universal de Humberto Bartoli, libros, luego leía novelas como Cien años de soledad, Don Quijote de la Mancha, de Miguel de Cervantes, leí un libro de Scot Fitzgerald, El Gran Gatsby, también Doña Bárbara de Rómulo Gallegos, también leí El Padrino y otros más; después de convertirme en  Testigo de Jehová, la Biblia,  es un libro para toda la humanidad, toda la literatura de la organización social>>. Solo el que tiene el hábito de la lectura, puede llevar con fundamento, la palabra evangelizadora como hace Carmen, en las mañanas, cuando se viste, se arregla y sale en compañía de sus correligionarios a caminar por estas calles y carreteras, para llegar a las casas de nuevos adeptos.


6.- Esta era la antigua casa de Carmen Pacheco; de 5 puertas y ventanas. Se desplomó en el 2019, tenía 96 años de construida. Aquí funcionó el comercio de telas de Tolentino Pacheco, padre de Carmen. Este negocio fue objeto de atraco en noviembre de 1953, reseñado por la prensa, constituyó el primer robo a establecimiento mercantil en la población de La Puerta.  Cronografía N° 2846.  

 

Es de las mujeres que no se atornillan ni encasillan en el tiempo, se le preguntó qué sensación tuvo cuando se desplomó su casa, una de las más antiguas de la parroquia y dijo: <<cuando se desplomó la casa “no”, la cambiamos por otra casa nueva, tenia noventa y seis años, me dio alegría, uno tiene que avanzar no quedarse varado como dice el Eclesiastés, un simple amador de la plata no está satisfecho con plata, la casa era vieja, todo lo que tengo ha sido mi trabajo con papá Tolentino, aprendí mucho, con la vida nunca lo dejé solo, yo me considero una persona agradecida, primeramente Dios me ha dado una vida feliz en sus bendiciones, sentirse valorada por sus hijas e hijos, estoy muy agradecida con papa Tolentino por haberme dejado esta casa ¿Dónde iba yo a vivir? Por eso le doy las gracias de corazón, me siento agradecida y estaré mas convencida de lo mucho que me quieren y me valoran>>. Mujer agradecida con la familia y con la vida.


7.- Don Tolentino de Jesús Pacheco, padre de Carmen Pacheco,  en su negocio de víveres. Con avanzada edad, tenia los guantones  puestos para el despacho de alimentos. Encima de uno de los cajones, uno de los niños Viera. Cronografía N° 3108.

 

Lo anterior es una pequeña referencia de su vida, en la que siempre ha procurado conjugar los compromisos de la fe que profesa con los compromisos como ciudadana. Siendo como es, Carmen Pacheco, ejemplo y guía de las mujeres de nuestra comunidad de La Puerta, debe reconocerse en ella, su aporte en cultura moral, espiritual y social.  

(1)  Más información de este hecho, ver nuestro artículo El Primer Robo en La Puerta, publicado en este mismo blog.  

(2)   Más información de este personaje, ver nuestro articulo Tolentino Pacheco, de los primeros tenderos de La Puerta, publicado en este mismo blog.  

La Puerta, septiembre 2020.

Omanrique761@gmail.com

5 comentarios:

  1. UN CORDIAL SALUDO PARA LA ADMIRACION Y RECONOCIMIENTO DE ESTA LABOR INVESTIGATIVA Y TAMBIEN A LA FUENTE DIRECTA QUE ES LA SRA CARMEN PACHECO.... ME DA MUCHA ALEGRIA VER ESTA RESEÑA DE VIDA Y GRAN EJEMPLO DE FE.... CARMENCITA USTED ES UN EJEMPLO DE FE, MUY BONITA LA HISTORIA DE NUESTRO PUEBLO Y VER ESAS CUALIDADES TAN BRILLANTES EN TUS METAS ESPIRITUALES QUE TE CONDUCEN AL ENCUENTRO PERSONAL DE NUESTRO UNICO DIOS VERDADERO JEHOVÁ. BONITAS POSTALES.

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  2. Saludos José Manuel. Agradecido por su valioso comentario sobre este articulo, y también por su generoso reconocimiento. OM.

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  3. Mi querida Carmen Pacheco:
    La primera persona que Me brindó hospitalidad cuando llegue a vivir a ese hermoso pueblo.
    Fue una de las personas que me hizo reafirmar que si hay personas buenas y humanitarias.
    Y hoy más alegría me da saber que escogió servirle al Dios verdadero"Jehová".
    Que él vio en ella las cualidades que representamos de él.
    Jehová te de mucha salud y vida.
    Y si nunca te lo dije personalmente, y llegas a ver esto, mis más sinceras gracias por tu bella amistad y lo que representó.
    Siempre te recuerdo.

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  4. Saludos Esther Pacini. Le transcribo mensaje que le envía Carmen Pacheco. Hola Ester que alegria senti cuando el doctor oswaldo me dijo del mensaje. me contenta saber de usted, tanto tiempo, y mas aun, que conoció a jehová y su palabra La Biblia, es nuestra hermana espiritual, felicidades. Carmen Pacheco.

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