La Puerta, Estado Trujillo,
en Venezuela.
Oswaldo Manrique Ramírez.
Maen-Shombuk, el Santuario Indígena.
Al comienzo de los tiempos en que se
produjo el proceso de expansión de los Muscus y Timotes por la Cordillera de la
Culata, estableciendo su camino intermontano hasta el Puerto de Gibraltar en el
lago de Coquivacoa, se fue asentando la
Comunidad Indígena del Bomboy, en el valle del mismo nombre; junto con esto, se
fue consolidando un espacio y paraíso espiritual, un gran santuario indígena de los integrantes
de esa comunidad: los Bomboyes, Xikokes, Kombokos, Mucuties, Xaxoes y Esnujaques, que es el
monumento de la resurrección de esa cultura aborigen, autóctona, que
inmortaliza esta raza, a pesar del genocidio y su desaparición, quedando sus
dioses y lugares principales.
Arriba, Mapa de MAEN-SHOMBEUCH, Santuario de las 7
Lagunas. Se puede localizar con cierta facilidad, el Santuario Indígena,
en el Páramo de las 7 Lagunas, La Puerta, Estado Trujillo, en Venezuela. Idea y diseño de Oswaldo Manrique y
Licenciada Yaritza Rivas. S/E, elaborado en el 2019, para este blog.
Desde la población de La Puerta, existen 3
caminos indígenas muy antiguos para llegar a él, la Cuesta de los Rondones, que
se inicia al frente del cementerio, o bajada de la Prefectura de La Puerta; el
camino más viejo, el de La Maraquita, cercano a La Flecha, por donde invadió el
pirata francés Gramont de la Mote, para
saquear y quemar a Trujillo en 1678, y un tercero, que es el de los Bicuyes,
frente a lo que se conoce como Parcelamiento El Rosario (antigua hacienda). A
pie, se puede recorrer, en senderismo, en
bestia también; por este camino se
encuentra la carretera para vehículos de doble tracción que pueden lograr un
buen trayecto en menor tiempo, para luego emprenderlo hasta el mismísimo Páramo de Las 7 Lagunas.
Aparte existe la vía ancestral desde Mérida-Timotes-La Mucutí-Paramito-Chegué,
que también conduce al Santuario.
Precisamente
en esta serranía, se conformó con el paso de las distintas glaciaciones, un
lugar hermoso, para algunos encantado, mágico, santo, de proyecciones
magnéticas que por su composición topográfica, altura, hidrográfica, climática,
quebradas, manantiales, cuevas, lagunas, depresiones, riscos, caminos, farallones,
su historia, espiritualidad, solo se puede catalogar como un excepcional
santuario indígena. Son siete sagrados depósitos de agua dulce, de origen
glaciar, hermosas y seductoras Lagunas, con sus propias historias y encantos,
cada una ha sido denominada por los pobladores de este páramo, con un nombre
que responde a su forma y características. El paraíso santuario al que me refiero,
está conformado por 7 Lagunas o espejos de agua, cada una con su respectivo
nombre y su propia historia: Laguna Negra, Laguna Gata, la Calzona, la
Corcovada, Corazón, La Ciega o Tapada y la Madre de la Laguna Gata.
En este espacio se veneraban las
divinidades o elementos fundamentales de los indígenas, y también, los
espíritus de sus antepasados. A tal fin, los restos de sus muertos, eran
enterrados en las distintas cuevas que están cercanas a estas lagunas, y era su
costumbre, ir en grupos como en especie de peregrinación familiar, a rendir
tributo a sus antepasados o a realizar sus actos y ritos mágico religiosos, por
ejemplo a dar gracias al Dios de las cosechas, o al de la lluvia. Se conoce por
tradición oral, que el maestro Mateo de Párraga, cofundador de La Puerta en
1670, sostenía que cada 56 años, los indígenas Timotes se congregaban todos en
un determinado lugar, para resolver sus grandes problemas colectivos y
trascendentales. Este espacio de misticismo, era idóneo para la meditación y la
obtención de respuestas Esta demás decir
que es un sistema frágil, natural, que
ha sido visitado y poco intervenido.
Agradable toma parcial de la Laguna Negra.
Obsérvese el aviso “LAGUNA NEGRA. ALT. APROX. 3.650 MSNM”. Páramo de las 7
Lagunas, La Puerta, Estado Trujillo, en
Venezuela. Cronografía N°074446.
Es
MAEN-SHOMBEUCH (Maen-Sombuk), que en lengua Timoto significa las 7 Lagunas, es
el Santuario de los simbólicos 7 ojos mágicos de agua, las 7 Lagunas parameras,
en la cultura, espiritualidad e historia de la Comunidad Indígena de los
Bomboyes, pobladores precolombinos de La Puerta. La composición anterior, está formada por maen, que es el vocablo indígena usado
para indicar siete (7), y shombeuch o shombuk,
palabra compuesta por shom y beuch, para designar o representar el elemento
físico agua, la última, adjetivo de bastante, fuerte o permanente; unidas ambas voces Maen-Sombuk, indican 7
lagunas (Dialectología Timoto-Cuicas. Fonseca, Amílcar. Orígenes Trujillanos. Tomo I. Págs. 279 al 305. Fondo Editorial
Arturo Cardozo. Trujillo. 2005). Este sería el nombre con el que representarían
los indígenas Bomboyes, Xikokes, Mukutís, Kombokos y Xaxoes, a su gran Santuario,
Maes-Sombeuk.
En el estudio de este nombre
Maen-Shombuk (7 Lagunas), se descubrirá toda una cosmovisión indígena, en lo
que vendría a ser la tendencia natural a la libertad, igualdad, solidaridad,
colectivismo, y a la vez, nos encontraremos con el origen más remoto de nuestro
humanismo y de nuestras raíces.
El Santuario de las 7 Lagunas.
Según los añejos cronistas, este espacio, era
el escenario más importante desde lo colectivo, para los Bomboyes, Xikokes,
Mucutís, Jajoes y Timotes, era el lugar no solo de peregrinación y reunión cada
cierto número de años, como lo señalaba el maestro Mateo de Párraga, sino que era el lugar de los festejos y de las ofrendas de estas
formaciones indígenas. Fueron las 7 Lagunas, eso: un santuario sagrado. En el
pasado fue un espacio protegido y
respetado por estos aborígenes.
Panorámica de 3 de las 7 Lagunas, que
conforman este santuario y mágico sitio,
obsérvense a la Gata, la Corva o Corcovada, la Negra; y mucha neblina y
vegetación frailejonera. Páramo de las 7 Lagunas, La Puerta, Estado Trujillo, en
Venezuela. Cronografía N° 101522.
Existe en él, mucha vegetación de
frailejón, musgos y díctamo real y otras especies parameras. Sin contar con un
estudio preciso de su fauna, se calcula que pudieran existir en este
ecosistema, unas 150 especies de aves, entre las que destacan, paují copetón,
pavas, gallineta, pericos, lechuzas, colibrís.
Como
referíamos anteriormente, para la oralidad de nuestra comarca, el
Maen-Shombeuch: es un bello paraíso-santuario indígena, es decir, un complejo holístico natural
religioso, que se encuentra asentado en el páramo sagrado de La Puerta. Se han
tejido muchas leyendas acerca de ellas, los vecinos de estos lares, señalan que
estarían custodiadas por uno seres llamados “momoyes”, otros que por unos entes
pequeños que andan con guadaña en ristre, quienes viven en sus
alrededores. Según estas creencias, los
visitantes no deben pisar muy duro, brincar, ni gritar, ni lanzar piedras a las
aguas, porque se molestan estos
vigilantes, y se apodera del lugar una espesa neblina, que puede extraviar a
las personas; algunos han contado que se han encontrado gente muy hermosa,
serenos y simpáticos ancianos o bellas mujeres y hasta los han invitado a
fiestas, y al ser abrumados por su encanto, van a aparecer en otros
lugares. Son leyendas que se mantienen
desde tiempos muy antiguos, repito, en la oralidad paramera.
Para
nuestros ancestrales y primeros pobladores indígenas de la etnia Timoto, este
hermoso y excepcional sitio fue de su
más alta y secreta valoración y respeto personal y colectivo. Fue un espacio
sagrado de alto valor mítico y religioso, el lugar de sus Dioses, de su templo
místico y el de sus venerados muertos. Esto, ha sido mantenido por sus
sucesores y se ha querido conservar como espacio sagrado, en la tradición
familiar de nuestro páramo. Se dice que la Laguna de Urao, que
está en Lagunillas, seria en la
antigüedad, la laguna más importante entre todas las lagunas sagradas de los Andes;
sin embargo, su importancia estriba en lo que producía, la sal de Urao,
utilizada por los indígenas para la elaboración del chimó, utilizado en sus
rituales y ceremonias, pero no por ser fundamentalmente, un espacio místico.
El investigador
Julio Cesar Salas, en su obra sobre los orígenes de nuestros primeros
pobladores, clasifica y agrupa a los Timotes y Kuicas para el estado Trujillo;
igualmente, ubica en el segundo grupo de su clasificación de los pueblos
indígenas andinos, como Mucus-Timotes, ubicados en la región del rio Motatán,
incluyendo a los Timotes, Bomboyes, Jajoes, Esnujaques, Mucutís, Mucurujunes,
razones obvias, agregamos, Kombokos y Xikokes. (Los aborígenes de la Cordillera
de los Andes. Publicado por la Facultad de Humanidades de la ULA, Mérida, 1971,
2. ª Edición, la primera se hizo en 1908). Igualmente en: (Etnografía de
Venezuela (estados Mérida, Trujillo y Táchira), Publicado por la Dirección de
Cultura de la ULA, Mérida, 1956). Esas expresiones étnicas fueron los primeros
pobladores de La Puerta.
Ubicado
en la gran Cordillera de los Andes venezolanos, específicamente, en el lado este de la parroquia La Puerta, del
Estado Trujillo, en Venezuela, a una
altura que sobrepasa los 3.000 m.s.n.m., zona paramera o alpina, muy helada y
húmeda durante todo el año, no se presta como hábitat permanente de personas, a
pesar de que en sitio cercano hay unas pocas familias, muy antiguas, viviendo
en casas hechas en piedra y barro, con sus fogones internos. Aparte, en muchas
de las mesetas y llanos de estos páramos, lo que pudiéramos llamar zona media o
de subpáramo, a una altura de más de
2.000 m.s.n.m., se han mantenido viejas
comunidades descendientes indígenas Timotes, que devinieron en mestizajes, pero
que aún conservan sus costumbres y algunos de su vocablos, hay caseríos, fincas, escuelas, y es atravesada por una
carretera agrícola que llega desde la zona urbana de La Puerta. Están dotados también, por un conjunto de
quebradas, cascadas, torrentes, que sirven de fuente hídrica para las casas,
anteriormente para el riego y las acequias, hoy sustituido por el sistema de
riego.
Este páramo es surcado por la vía o camino intermontano que conduce al
Lago de Maracaibo, anteriormente ruta comercial al puerto de San Antonio de
Gibraltar y lógica salida al Mar Caribe. Complementada su riqueza indígena, con
una de las obras de ingeniería más interesantes de nuestro mundo prehispánico,
me refiero a Las Escaleras, que es una secuencia de escalones de piedra de gran
tamaño, cortadas en forma angular y
acoplados uno sobre otro, que sirven para subir o bajar con relativa facilidad por el borde de un verdadero precipicio y
pendiente. Se dice, que el tipo de piedra con el que fue construida esta
escalera, no se consigue en este lugar.
Detalle de las Escaleras indígenas. Se puede
observar los cortes y el tipo de piedra rústica en que están elaboradas estas
escaleras que facilitan el paso y por medio de las que se ahorran media hora de
camino para llegar al Santuario Indígena Maen Shombuk, en el Páramo de las 7
Lagunas, La Puerta, Estado Trujillo, en Venezuela. Obsérvese que los peldaños, son bordeados por
esas piedras, que sirven también de pasamano o agarre. Según Tulio Ramón Rivas,
el último Xikoke, esas piedras, no se encuentran en el páramo, él consideraba
que fueron traídas por los indígenas, de la zona baja, posiblemente de Arapuey.
Cronografía N°102149.
Asimismo,
fue este páramo histórico, zona de libertad, de protección y de amparo para los
grupos y tribus relativamente cercanas que como los motilones, mucuchies y
mucurubaes, timotes lo transitaban, que <<espantados por el ruido de la
Conquista, erraban en los páramos y selvas sin someterse>> (Salas,
Julio C. Etnografía de Venezuela (estados Mérida, Trujillo y Táchira), pág. 4.
Publicación de la Dirección de Cultura de la ULA, Mérida, 1956). Este era un
espacio libertario, de los indígenas que fueron despojados de sus tierras del
valle del Bomboy, por los invasores europeos encabezados por los capitanes Juan Alvarez de Daboin y Hernando Hurtado de Mendoza. La memoria paramera, nos ha
aportado la leyenda del indígena rebelde Chegué, que peleó en la Guasabara
contra los soldados de Diego García de Paredes, que saquearon el templo de Ikake y a
Escuque, como primer sitio en que se fundó la ciudad de Trujillo; aquel nativo,
asentado muy cerca de las 7 Lagunas, durmiente de las cuevas, habría vivido más
de 140 años, según se ha escuchado, ayudado por el catire díctamo real.
Esas 7 cavas naturales de agua, muchas veces amanecen en forma de espejos de cristales
de hielo dulce, de diferentes tamaños y colores, en las que según la tradición
oral se posan o aparecen personajes o momoyes vigilantes ante el mal uso que
hacen los visitantes de ellas, o su alteración sónica, como protagonistas de
muchas leyendas que les han tejido, conforman el conjunto paradisíaco indígena
al que me refiero.
Piedra del Muñeco, Piedra Kachuta o
Piedra sagrada del Sol.
Como parte
de su enorme belleza y especialidad natural, tiene una corona, que es el templo
de los sumos sacerdotes indígenas y mojanes, me refiero a la Piedra del Muñeco,
llamada así por los primeros pobladores del páramo. Es una enorme piedra donde se
realizaban los más importantes ritos y ceremonias de este pueblo indígena. Una
enorme roca que es corona de este sitio, lo más alto del páramo, como decían
mis viejos abuelos y tíos, <<donde primero llega el Sol>>, esta piedra representaba para nuestros
ascendientes un fenómeno natural que los privilegiaba por ver el sol primero, y
a la vez, un símbolo religioso, es la Piedra de Kachuta (Dios) o Piedra sagrada
del Sol, que es como decir, donde todos los días, primeramente se posa Dios. En
esta enorme, compacta y dura roca mineral, tallada por la misma naturaleza, al
borde de un precipicio, donde solo se le permitía acceder o subir al sumo
sacerdote, mojan y sus ayudantes. Antes
del saqueo a mediados del siglo pasado, por varios arqueólogos e investigadores
norteamericanos e ingleses, allí se encontraban las muestras de tributo y
devoción de nuestros indígenas a sus Dioses; los muñecos, chorotes, platos y
vasijas para la manteca o aceite
incensario, los platos para frutos y los de encender aceite de cacao, los
recipientes de los ovillos de algodón, la cestería de plumas, los cantaros de
agua sagrada y de distintas mezclas y otros vestigios de su inobjetable fe religiosa. Allí acudían los nativos, en las contingencias más difíciles
de la vida comunal, a recibir, a escuchar de ella, las señales que dentro de
sus creencias y supersticiones los orientaban en la toma de sus decisiones. La
dirección de estas ceremonias estaba a cargo del Mojan.
Toma amplia del Filo de la Laguna Negra, se
puede observar los riscos y farallones.
Santuario indígena Maen Shombuk. Páramo de las 7 Lagunas, La Puerta, Estado Trujillo, en Venezuela. En lo más alto o cima de este
páramo, existe un templo, constituido por una enorme roca denominada Piedra del
Muñeco o de los Chorotes, también llamada Piedra Kchuta (Piedra de Dios), en
lengua Timoto, que utilizaban los indígenas
Bomboyes, primeros pobladores de La Puerta, en sus ritos y celebraciones
mágico-religiosas. Tomada por Antonio Lino Rivero, colaboración de Tulio Rivas. Cronografía N°2639.
El
mojan era un personero importante dentro de la estructura social y de poder de
los indígenas Timotes, por su sabiduría, su religiosidad, y por ser él custodio
y el mas versado en la cultura ancestral. Fray
Pedro de Aguado, de los mas añejos cronistas de indias, los llamaba “Brujos”
“Charlatanes” e “ignorantes”, que hacían ritos demoníacos alrededor de las
lagunas, al efecto escribió sobre las actos de Mojanería, lo siguiente: <<La
gente de más reputación entre ellos es los mohanes y farautes que con el
demonio tratan, los cuales son dedicados y criados desde pequeños para este
efecto; y éstos ni labran ni siembran ni tienen cuidado de cosa alguna de
estas, porque de todo lo necesario les proveen los demás indios>> (Fray
Pedro de Aguado, Recopilación historial..., op. cit., T. II, libro 13, cap. IV,
pp. 475-476 (Sic). Fray Pedro de Aguado, Recopilación historial de Venezuela,
Caracas, Biblioteca de la Academia Nacional de la Historia, T. II, libro
undécimo: Descubrimiento de las Sierras Nevadas, 1963, p. 454); esto
fija una idea, del cuido, formación y el respeto que daban los aborígenes a sus sacerdotes.
Sobre
las facultades de estos mojanes, ese mismo cronista escribió:
<<y si se ven en alguna necesidad de temporales o enfermedades acuden a
ellos que lo remedien. Estos mohanes, para dar a entender que consiguen y
alcanzan enteramente del demonio lo que los otros indios les ruegan, se van a
los montes y arcabucos y a partes lagunosas y cenagosas, y allí invocan al
demonio en su lenguaje y dan muchos golpes con varas en los árboles y que por
aquellos medios alcanzan lo que piden, que las más veces suelen ser aguas para
las sementeras y esperánlo a hacer en sazón que ven el tiempo revuelto o turbio
o propincuo para llover y como luego después de haber hecho estas
supersticiosas ceremonias acierta el tiempo a hacer su natural curso y a
llover, dicen estos mohanes a los demás indios que mediante su buena diligencia
y aún su querer y voluntad ha llovido y los indios créenselo muy de plano, y
así no les falta más de adorarlos por los dioses>> (Ibídem). En la anatemización que buscaba este cronista,
solo le faltó agregar aquello de la tradición oral, sobre la trasmutación que
se daba en los mojanes, al convertirse en zamuros, basados en su festiva danza
de los animales. Este pasaje de Aguado, describe las
características y atribuciones de los Mojanes dentro de la nación aborigen,
poder, facultades, sabiduría, respeto, religiosidad, y hasta efectividad en sus
menesteres más sencillos, como el conocimiento de los ciclos de lluvia.
Las prácticas
de Mojanería, aun se realizan. En este mismo blog, publicamos en el año 2019,
una crónica sobre un suceso ocurrido en Mendoza Fría, en 2016, tiempo de vaguadas
que dejaron muchas casas derrumbadas, y se observaron correr entre el lodo y el
agua, chorotes y muñecos amorfos entre los escombros, produciendo sorpresa a una
señora de la comunidad que gritaba a un grupo de familias del Cerro La Guaira,
que esa brujería era la causa de la tragedia.
Sobre la vigencia actual de dichas creencias y práctica de Mojanería, la
doctora Jacqueline Clarac de Briceño, en uno de sus interesantes trabajos sobre
este tema, incluyó las siguientes interrogantes para la reflexión: a) ¿Cómo es
posible que, después de casi cuatro siglos y medio de conquista, estén vigentes
esas creencias y prácticas del pasado? Sobre todo si consideramos que los
españoles bautizaron y catequizaron a los indígenas, y persiguieron a sus
“mohanes” y a todos aquellos que eran susceptibles de ser acusados de
“brujería”; y b) ¿Cómo pueden estar vigentes hoy, dichas creencias y prácticas no
solo en las poblaciones que descienden directamente de los indígenas, sino de
otras, con diferentes inclinaciones espirituales y culturales?
Ritos y celebraciones espirituales.
Maen-Shombeuch,
era el punto donde además de elevar las
plegarias y de reflexión de los mojanes,
se consultaba a los Dioses. Incensaban con manteca de cacao u otros
frutos. La hoja, espiga y flor del guake (frailejón), servía de aroma incienso; llevaban de zonas
cercanas, frescas hojas de aliso o laurel criollo, con el que también incensaban
en tazas de barro que se ofrecían a sus deidades, a los elementos sagrados y a
sus muertos. Bebían en las ceremonias, masato, cacao, dulce, aguardiente, y
chicha. Un lugar para untar, humificar con olores medicinales, los cuerpos de enfermos.
Piezas o muñecos Timoto-Kuikas, Colección Museo
Tulene Bertoni. Se puede percibir la forma humana en estas piezas, y semejantes, eran
ofrendadas por los indígenas Bomboyes a sus Dioses, en el Santuario Maen Shombuk. Páramo
de las 7 Lagunas, La Puerta, Estado
Trujillo, en Venezuela. Cronografía N° 2730.
En
relación a Trujillo, apuntó Fray Pedro Simón que << Hay muchos jeques y
hechiceros que hablan con el diablo, a
quienes les manda le ofrezcan cacao quemado en braserillos de tierra las grasas
de cacao [que los españoles llamaban chorote] para lo cual lo muelen y cuecen y
dejándolo enfriar se cuaja encima la manteca, por ser la cosa mejor que tienen
los indios>> (Ibidem). Si
bien es una torcida e interesada apreciación de los ritos y ceremonias de estos
sacerdotes, describe este elemento del ritual,
semejante al incensario eucarístico de los católicos.
Las Cuevas sagradas, plano espiritual
de los muertos.
Más
abajo, en medio de una extraordinaria y colorida vegetación de frailejones,
musgo verde y fresco, y de díctamo real,
alargador de la vida, se hallan en una composición armónica y mitológica, las
cuevas utilizadas como centros sagrados de segundo orden, algunas veces como
escondites y como cementerio o lugar de los mintoyes de los tabiskeyes, mojanes y principales de la tribu.
La tradición oral, y escuchado particularmente de voces de nuestras
propias familias, que hasta mediados de los años 50 del siglo pasado, habían
muchas ofrendas que fueron desplazadas hacia otras partes del mundo, por
investigadores y visitantes; dejaron los rotos: Hombrecillos fornidos,
animalitos, piedras alas de murciélagos, colmillos, conchas, esqueletos de animales y hasta huesos pequeños que daban la
tonalidad musical a los famosos chorotes y pectorales líticos, usados para los
ritos religiosos; se han encontrado esos, pero sin darle una recolección y
orden, para rescatar el patrimonio indígena.
Los dioses de estos páramos.
El Canto Guerrero de los Timotes, para algunos Timoto-Cuica, traducido al castellano por el filólogo e
investigador Rafael María Urrecheaga, quien lo oyó de los mismos aborígenes
pobladores de la Mesa de Esnujaque, colindante con La Puerta, de donde era
oriundo, nos da elementos interesantes. En la cosmovisión de los Bomboyes,
además de su espacio territorial y de vida, de hombre y comunidad, existe un
ámbito mágico al cual acudían, que se encuentra en los páramos, ocupado por
Madre Chia (Diosa Luna), y otras 2
deidades ancestrales, sobrenaturales que los guiaba y los regia en los aspectos
fundamentales de su vida en comuna, como problemas colectivos, la actividad
agrícola y los ciclos del <<llanto divino del cielo>>,
los cultos y celebraciones de la etnia, la gran reunión colectiva que se
producía cada 56 años, la vía intermontana de comunicación con los otros
pueblos (Sierra Nevada-Lago de Maracaibo), y la reenergización de la fortaleza de los Tabiskeyes y Mojanes.
La Mojanería ancestral de los Timotes y Bomboyes, fundamentada en sus
deidades, Padre-Chés (Dios Sol), luz de
los guerreros, el que da valor y
fuerza, e indica las armas para el
combate. Madre Ikake, es la naturaleza. Cada una representaba un ámbito, pero
invocando las tres divinidades a la vez, podían resultar efectivos los
pedimentos de fenómenos naturales y hasta trágicos, como el fuego, agua,
viento, truenos, tempestades. (Urrecheaga, Rafael María. Canto Guerrero. En: Vida y Semblanza de Don Rafael María Urrecheaga. Varios autores. Págs.
25 y 26. Ediciones del Ejecutivo del
Estado Trujillo.1973). Urrecheaga, es también autor del Vocabulario Timoto-Cuica,
inserto en la obra Los aborígenes del
Occidente de Venezuela, del Dr.
Alfredo Jahn; también incluido en Orígenes
Trujillanos, de don Amílcar Fonseca, que utilizamos como textos de consulta.
Aquí,
se rendía tributo a Chés, el Dios de los páramos andinos. Según el investigador Julio
Cesar Salas, se realizaba la “fiesta del
Chés” o la “bajada del Chés”, los aborígenes se pintaban con mezclas de
achiote, bailaban enmascarados, danzando con música de flauta, guaruras,
tambores y maracas. Agregó un dato interesante, que cuando bailaban tendían a
imitar la forma de caminar los animales, podemos intuir, por ejemplo, el brincado de los monos, el paso fuerte de
los tigres, los ligeros movimientos y sacudimientos de las alas de las aves, al igual, que el remedo de sus sonidos,
animales por los que sentían gran predilección. Aun en los páramos, se consigue gente que cultiva el arte de imitar el sonido de las aves.
Toma
parcial del camino al Santuario indígena Maen Shombuk. Páramo de las 7
Lagunas, La Puerta, Estado Trujillo, en
Venezuela.Tomada por Antonio Lino Rivero, colaboración de Tulio Rivas. Cronografía N° 2633.
En una
de sus importantes afirmaciones acerca de la sociedad indígena andina y sus
transformaciones, la investigadora Jacqueline Clarac, señala que la
colonización en Venezuela fue tardía, debido a que nuestros indígenas <<presentaron
mayor y más larga resistencia a esos europeos>> (Clarac de Briceño, Jacqueline. La persistencia de los dioses. Etnografía cronológica de los Andes
venezolanos. Fundación el perro y la rana. Pág. 21. 2017. Versión digital).
Coincidente con esta tesis, hemos señalado en otro artículo, que los descendientes de
los primeros pobladores del valle del Bomboy, y mestizos, que aun viven en nuestro páramo,
utilizan prácticas y técnicas de intercambio y trabajo solidario ancestrales en
la agricultura, igualmente, en aspectos
de su cotidianidad, vivienda como en el caso del Xikoke; se usan vocablos indígenas
y mezclados; trato de hermandad en los caseríos más antiguos; el manejo colectivo
de los asuntos prioritarios; y sus ritos religiosos a Santo Domingo, San Benito,
San Antonio, y el mismo San Isidro, son simuladas tradiciones indígenas, como muestra de un sincretismo, que hace
perdurar aspectos de la cultura de la nación Timoto, en este páramo.
Fundamentada
en un trabajo que realizó dicha investigadora en la Cordillera merideña, rompe
con la idea acentuada por los historiadores que, nuestra cultura gira sobre la
raíz hispana; al igual que este absurdo, tomó como conclusión que es falso en
cuanto a que la religión del campesino andino es mayoritariamente católica o
por lo menos de raíz eminentemente católica, afirmando que, “…la concepción del mundo de dicho campesino
y su práctica simbólica primero tuvieron raíces prehispánicas, segundo habían
integrado ciertos elementos de la cultura española, y tercero incorporaron
también ciertos elementos de alguna o algunas religiones de origen africano…”
(Clarac: pág. 21). Pusimos antes de ejemplo, el caso del Cerro La Guaira (Mendoza
Fría), en 2016, que confirma esta aseveración.
De las
creencias indígenas, no se puede excluir el respeto que sentían por los
murciélagos y que hasta hoy en los páramos, se conocen como los “bichos malos”
o las “brujas”, protagonistas de las invenciones y leyendas que nos contaban en
la noche alrededor del fogón, nuestros
abuelos, entre ellos, los quijotescos enfrentamientos por la cacería de las
brujas y su reencuentro en el día siguiente, o los enamoramientos y acosos de
éstas, hacia los varones de la casa, o las beldades encontradas en los
solitarios caminos, que los enloquecían, forman parte de nuestro mundo de mitos,
leyendas y cuentos. Otro tanto de respeto, sentían por la lechuza, que mucho
miedo imprimía y da en los niños, en las noches sin luna de nuestros páramos.
*
Es cierto, que es
poca la información y datos sobre la evolución de La Puerta como pueblo, apenas
escasos datos aislados, incompletos, del periodo prehispánico y hasta del mismo
colonial que ha sido desvirtuado; hace unos años fuimos sorprendidos con la
información que en pleno comienzo del siglo XXI, un directivo de la Junta
Parroquial ordenó que la documentación histórica de nuestra parroquia, se
llevara en cajas de cartón a la azotea del edifico municipal, porque él
necesitaba más espacio de oficina, perdiéndose así, todo el acervo
institucional histórico de la parroquia;
cuando se dice en nuestro caso, que el método histórico, nos limita
conseguir abundantes elementos relacionados con nuestros ancestros indígenas
andinos, y mucho menos, sobre su visión cosmogónica o concepción del mundo, es
cierta esa debilidad, lo que hemos venido sustituyendo con la tradición oral,
que nos surte de información útil de los campesinos del páramo, para
reconstruir la memoria histórica de nuestra Comuna Indígena del Bomboy.
Histórica fotografía de 2012. Laguna La Gata, en el Páramo de las 7
Lagunas, forma parte del mágico santuario Maen- Shombeuch, de los indígenas
Bomboyes, primeros pobladores de La Puerta, Estado Trujillo, en Venezuela. Tomada por Antonio Lino Rivero, colaboración de Tulio Rivas. Cronografía N° 2641.
Maen Shombuk, es uno de los
monumentos naturales más hermosos de Venezuela y del planeta, posee gran valor espiritual, paisajístico,
ecológico, arqueológico e histórico. Aparte de las distintas anécdotas y
leyendas que seguro escuchará, el que lo visita, queda encantado con la
belleza, grandiosidad y la experiencia de la carga energética que
allí se adquiere.
Nuestra intención con este articulo,
es el de fomentar, reconocer y visualizar la belleza de la biodiversidad
natural de los humedales encontrados en las 7 Lagunas, el Maen-Shombuk,
santuario mayor indígena de la Cordillera de la Culata, que además es, una
raíz, un espacio histórico, ya no solo por nuestros antecedentes indígenas, que
choca contra la ignominia, de una historia local genocida que habría comenzado
un 9 de agosto de 1620, esclavizando y
exterminando nuestros primeros pobladores, sino por la historia del futuro que nace y
crece con la marcha del tiempo, cada vez más vigorosa.
La Puerta, julio, 2020.
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