El Vitral de San Benito de Palermo.
Oswaldo Manrique R.
La aparición del culto a San Benito
de Palermo, en la población de La Puerta, puede responder a un proceso de
sincretismo que se basa en la antigua devoción de los indígenas Bomboyes y
Timotes, a Ches, Dios Sol y de las cosechas, cuyo ceremonial mágico religioso
se realizaba esencialmente entre los meses de diciembre y enero, adecuando y considerando
los católicos al Santo Negro, junto con San Isidro, Santos importantes de esta
población. Por datos encontrados, se debe atribuir a un cura nativo de uno de
los pueblos del sur de Mérida, conocedor y estudioso de este culto, padre Ramón de Jesús Trejo, párroco de La
Puerta desde mediados de la década de los 40 del siglo XX, quien encauzó y le
dio fuerza a este fervor religioso, así como lo hizo con el Dr. José Gregorio
Hernández.
En 1948, cuando el padre Trejo, inició la
construcción del templo actual de San Pablo Apóstol, en su proyecto incluyó,
como tributo al Santo Negro de los pueblos andinos, dedicarle un espacio de la
fachada principal, en donde colocó un hermoso vitral realizado por el artista
italiano y maestro constructor Salvador, contratado para diseñar y construir el
nuevo templo, que fue inaugurado en 1965, año en el que ya no estaba de párroco, el referido y bien recordado padre.
Vitral
de San Benito de Palermo, ubicado en el Templo San Pablo Apóstol de La Puerta,
Estado Trujillo, en Venezuela. Este vitral da mayor luz al centro del templo,
recordando el significado de la fuerza que da su presencia. Fotografía colaboración
de Adriana Manrique. Cronografía N° 14337.
La celebración o fiesta con baile,
música y bebidas, de la Bajada del Chés,
que realizaban los indígenas para conocer la suerte de las cosechas, presenta
una sinonimia con la Bajada de San Benito, con parecidas características y
elementos. Así como en la estructuración
ceremonial, y con el llamado retorno. Esa mixtura de elementos de devoción y fe
católicos, con los de la creencia mágica religiosa de los indígenas, dieron
como resultado, ese culto y fenómeno religioso a San Benito de Palermo, tan
extendido, y respetado por la población
urbana, como por la campesina y parameña de La Puerta. Debemos agregar la Fiesta a San
Antonio, como encuentro de parejas, que aun se celebra en el Páramo de La
Puerta, los Rosarios cantados a la Virgen y la Búsqueda del Niño Jesús robado, o
la Paradura del Niño, con sus pastores y cortejo de canto, también realizadas
en enero; la llegada de los Reyes ha ido desapareciendo. No
albergamos dudas, de que esto es parte de nuestro patrimonio cultural y
religioso.
San Benito de Palermo, esta es una de las imágenes mas antiguas de La Puerta.
Su ingreso como culto en nuestra comarca, pudiese atribuirse a las relaciones de
intercambio que sostenían los mestizos descendientes de los Bomboyes, Xikokes,
Kombokos y Mucutis, con los pueblos de esclavos negros llegados de África, en
virtud de su cercanía con el sur del
Lago, en el Puerto de Gibraltar y Bobures, quienes lo habían asumido como su
Santo y símbolo religioso, relaciones que se intensificaron debido al proceso de resistencia indígena en contra de los
curas y hacendados del valle del Bomboy; alguno ha señalado, que pudo venir de
los pueblos parameños de Mérida.
Son los europeos quienes a mediados
del siglo XIX, trajeron tanto las
imágenes como el fervor por San Benito el Moro, o Ajé -como le dicen ciertas
tradiciones africanas-, nacido esclavo, que lo tenían como muy milagroso, en Italia.
En lo que hemos investigado, el culto tuvo sus primeras manifestaciones en el
Páramo de La Puerta, luego se extiende a Pueblo Nuevo y a la Media Loma, donde
han organizado cofradías del Santo. La Capilla en honor a San Benito, en el
Páramo, fue inaugurada el 22 de agosto de 1982, por el padre Sergio Tesio, Párroco de
La Puerta, quien era oriundo de Italia y devoto de este Santo; está ubicada en el sector La Popa, terreno
donado por la familia Villegas Rivas. Uno de los capitanes más antiguos, de
esta primera Cofradía, fue el señor Santos Paredes, quien organizaba también, el
traslado de los Vasallos a otros pueblos de Trujillo, Mérida y Zulia.
En esta gráfica histórica, incluida en el dossier fotográfico
Recorriendo el Paramo de Los Torres
(2013), se observan en el acto de inauguración de la Capilla de San Benito,
construida por la misma comunidad, de
izquierda a derecha: Blas Albarrán (de sombrero oscuro); al lado un vecino; la
señora Villareal; el de sombrero es Amadeo Villarreal; el de flux y sombrero es
Filadelfo Villegas; a su lado, su madre
Doña Rosa Matilde Rivas; al lado un invitado de Valera; el padre Sergio Tesio,
párroco de La Puerta; a su lado, Silvia Villarreal cargando un niño; el de chaqueta roja, Irenio Villarreal. Al
fondo, se observa la entrada de la Capilla adornada con guirnaldas y flores
naturales del lugar. Capilla que debe ser declarada como
patrimonio material religioso católico de nuestra región trujillana. Cronografía N° 2669.
Conocedor de la idiosincrasia mágico
religiosa de los pueblos andinos, Trejo, ciertamente conociendo la devoción por
este santo y el mito de este culto que garantiza
que cuando la imagen del Santo está en
la Capilla o en el Templo, es el propio San Benito de Palermo, el que está
allí, esto es que, el sitio está protegido, y que todo lo que se le pida en
algún ritual será escuchado y concedido. En el fondo, esta parte del mito, es
la que siguen los devotos. Otro de los elementos importantes, es que el rito
enaltece y celebra la sensibilidad humana que se relaciona con la maternidad,
que lo simboliza con el pasaje mítico de que fue hijo de una reina blanca y un esclavo
negro; sobre su aparición, que fue recogido por Santa Ifigenia, cuando la caja
donde estaba metido, flotaba en un río, esto refleja alguna semejanza, con la
organización social de la cultura Timoto, tomando como eje a la mujer y el
respeto que sienten por ella.
En realidad, este Santo, de acuerdo a la historiografía
religiosa, era hijo de dos esclavos llevados de África a una plantación en San
Fratello, Sicilia, hoy Italia, donde se convirtieron al cristianismo. Sus
padres trabajaron tanto para su dueño esclavista, que éste en agradecimiento,
le concedió la libertad a Benito, cuando cumplió los 18 años, era analfabeto.
Padre Ramón de Jesús Trejo, párroco de La Puerta.
Chimbangueles
de San Benito de Palermo, del sector Pueblo Nuevo, durante una celebración de
San Isidro, en La Puerta, Estado Trujillo, en Venezuela. Cronografía N° 2793.En el área urbana, la familia Altuve, anualmente ha manifestado su devoción,
realizando por todas las calles, ritos y pagos de promesa con chimbangueles de la zona y de otros
lugares.
En fin, el padre Trejo, como merideño, nacido
en Mucurubá, en 1907, conocedor de estos
pueblos andinos, al aupar este culto, conocía que eso generaba mayor organización
y devoción popular y religiosa católica, mediante el ritual y festejo imperecedero de
ida y vuelta, como una especie de círculo cósmico, que los mueve a cambios, a
nuevas realidades, principalmente en campos donde hay más vulnerabilidad social
como son trabajo, salud, la familia.
La Puerta, julio 2020.
Saludos Manrique.
ResponderEliminarLas tradiciones o folclor con elementos extranjeros no se debieron a sincretismo a sino a imposiciones de la colonización
Saludos. Gracias por tu oportuno y pertinente comentario, el proceso de sincretismo en este caso, evidentemente se inició con la imposición de la filosofía y religión colonial europea, que se acentúa, con el neo-colonialismo y el endocolonialismo, porque lo hay; y dio advenimiento a esta tradición popular tan importante. OM.
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