viernes, 1 de mayo de 2020

Plaza Bolívar de La Puerta, su Historia.



                                                      Oswaldo Manrique Ramírez.


Contenido:
1.- Apuntes históricos sobre nuestra Plaza Bolívar.
2.- Descripción física.
3.-  Significación patrimonial. 
4.- Localización geográfica
5.- Eventos históricos.


<<La plaza es referencia física y cultural, es orientación y es también pasado: allí la puede leer cada uno de los habitantes, a través de mil historias personales que se desarrollan dentro de su marco…la plaza es un lugar afectivo para la comunidad y para cada uno de sus habitantes..>> (Juan Carlos Pérgolis, Arquitecto e  Historiador argentino).


Hasta hace pocos años, la población de La Puerta, tuvo grandes problemas de seguridad, conjugada con la alegría de los comerciantes, corredores inmobiliarios y hoteleros, sumado la exigua y débil asistencia vial, policial y de gobierno, embotellamiento vehicular, desbordadas fiestas callejeras particulares, en fin, se expresaba, la subjetividad de llegar a un espacio para ser “libre”, todo eso y otras mala horas de nuestros tiempos modernos, eran los augurios para los presentes momentos de dificultades. La fuerte actividad vacacional durante las temporadas altas y bajas, se desplazaba en la plaza, como parte del plan de estadía de los vacacionistas.
Aparte de lo anterior, desde la séptima década del siglo pasado, fueron muchos años de un período de noctambulismo, recreación y anarquía de un turismo erradamente aceptado, que desbordó al pequeño y bucólico pueblo rural, que no estaba preparado para eso. Pero siempre, el punto de encuentro, llegadero, terminal, del esparcimiento familiar, de compras por estar cercado de comercios, y de celebración, fue la Plaza.
La mayoría de las veces, se le llama la Plaza del Pueblo o simplemente la Plaza, que en efecto lo es, pero  nos cuesta recordar y hasta se nos olvida, que es la Plaza Bolívar; razones y sin razones, esto ocurre a menudo.  


En esta gráfica general del área urbana de La Puerta, Estado Trujillo, Venezuela,  se puede observar, en la parte inferior derecha, la  Plaza Bolívar en el año 1970, al fondo el templo de San Pablo Apóstol. Cronografía 2766.

Con razón, coinciden escritores y especialistas que, las obras de arte que tienen nuestras plazas, son desconocidas, algo en lo que se esmeraron nuestros antepasados en dejarnos como legado, pero que en nuestro tiempo son simplemente ignorados y en algunos casos, desconocidos. De allí, que no exista la preocupación por sus conservación y protección, mucho más, las de nuestra comarca que es considerada, como una simple “parroquia foránea “   en el argot político administrativo de nuestra ilustre Municipalidad de Valera,  cuyo centro, queda a más 20 kilómetros de distancia del nuestro, siendo de acuerdo a nuestra Constitución Nacional, el órgano del Poder Público  más cercano a la gente. Partiendo de las anteriores premisas, iniciaremos este artículo,  con un esbozo histórico de lo que conocemos como la Plaza Bolívar de La Puerta.

Apuntes históricos sobre nuestra Plaza Bolívar.

Periodo precolombino

Antes de que llegara en 1601, el capitán portugues Tomé De Buyn, como primer encomendero, estas tierras (de La Puerta) se encontraban habitadas por la civilización y cultura precolombina denominada Timoto. Estos aborígenes, se fueron asentando en el angosto valle, que tiene forma irregular, algunos segmentos con hasta 45 % de inclinación, con montañas, colinas  y faldas del sistema paramero de las 7 Lagunas, entre los Chorrerones de Komboko y La Maraquita, con una tupida red de quebradas que surtían al río Bomboy, que le daba una condición privilegiada a los suelos, aptos para la agricultura, que impulsaron el poblamiento indígena,  asentándose (sedentariamente) cercano a los terrenos donde desarrollaron sus actividades productivas en el valle, faldas, paramos y sub paramos. Gozando además de otros factores, como su clima y paisaje, y la vía intermontana que comunicaba con los pueblos del sur del Lago de Maracaibo y el Puerto de Gibraltar. Esas características, permitieron la expansión de la nación Timotes, con sus expresiones Bomboyes, Kombokos, Jajoes, Esnujaques, Xikokes y Mucutís, que fueron conformando la Comunidad Indígena del Bomboy.


Los indígenas Timoto, siempre reservaban de su espacio histórico, un terreno abierto de encuentro,  donde reunirse y conversar sus asuntos comunes. El valle del Bomboy, no podía ser la excepción. 


Primeros años de la conquista. Etapa inicial: 1608 a 1687.

Con la llegada de los guerreros y encomenderos europeos, una vez que fueron dominando a los indígenas, se fue conformando el Pueblo de Doctrina y se congregó y agrupó a éstos, en los mismos terrenos que venían ocupando desde tiempos inmemorables,  en lo que se conoció como la posesión del Resguardo Indígena, lo que permitió su control social, esclavitud  y adoctrinamiento católico.  Estas tierras eran ocupadas por la Comunidad Indígena del Bomboy, es decir, antes de 1601, en que se otorgó la primera gran encomienda del Bomboy al capitán Tomé De Buyn, y después,  hasta 1891, fue un pueblo de indígenas y mestizos, concentrado y teniendo como núcleo funcional de dicha comunidad, una pequeña meseta  del valle, lado este del río Bomboy, que constituye hoy el área urbana de La Puerta.   
En dicha área, se asignó un terreno, como llegadero y espacio de encuentro  para las actividades comunitarias indígenas, religiosas y hasta de intercambio, adaptado a las diversas necesidades colectivas; era lo que han denominado los especialistas una plaza libre o seca.  Por su lado este, se construyó el templo a San Pablo Apóstol y atrás el cementerio; por su lado sur, una acequia, que durante muchas décadas sirvió de fuente de agua para los habitantes; hacia el oeste, el río Bomboy; y por el norte, el Valle. Era la plaza libre de la aldea,  del Resguardo Indígena de La Puerta y el centro de la cotidianidad de la Comunidad del Bomboy,  y en sus alrededores las viviendas de los aborígenes; posteriormente, habrá casa real y de policía (lateral Norte), como en cualquier pueblo tradicional colonial indígena. Bomboy, en lengua Timoto, significa río de aguas espumosas, libres y brillantes.  

         Periodo de consolidación colonial.

La consolidación de la economía de plantación, hizo que los herederos de los guerreros europeos,  encomenderos, colonos y hacendados, construyeran en tierras del Valle, sus casas y residencias, organizándose para expandir y cuidar la producción y comercialización de bienes. Trigo, caña dulce, maíz, cueros, algodón, telas y otros rubros se comercializaban, hasta los inicios del movimiento independentista.  
Durante el periodo de encomiendas y esclavitud colonial, ocupado finalmente este territorio por invasores europeos,  gozaba de su templo dedicado a San Pablo Apóstol del Bomboy, advocación que habrían promovido los Capitanes Hernando Hurtado de Mendoza y su hijo Cristóbal, de los primeros encomenderos de este pueblo; éste último, fue sacerdote, luego se casó; de esta parentela  proviene nuestro primer Presidente de Venezuela, el Dr. Cristóbal Hurtado de Mendoza.  


Fotografía antigua de parte del Valle que los indígenas Bomboyes, ocuparon como primeros pobladores. 3189.

         El sitio de la actual plaza Bolívar, fue escogido por el Padre Nicolás de Reyna, como plaza y centro principal de  este pueblo indígena,   en el lado este del río Bomboy, frente al antiguo camino del Portachuelo, ruta hacia la Sierra Nevada y el Virreinato de la Nueva Granada (hoy Colombia); la Cuesta de  la Maraquita y la del Páramo de la Puerta- 7 Lagunas, que conducen al Lago de Maracaibo. En 1670,   el cura doctrinero del Pueblo de Nuestro Señor San Pablo del Bomboy (que era el nombre oficial y eclesiástico de nuestra aldea), padre Nicolás de Reyna y el maestro Mateo de Párraga, en un acto de fundación cartular,  trazaron la cuadrícula española, se midió y ordenó este pueblo de indios y se demarcó el terreno de la plaza  (Fonseca, Amílcar. Orígenes Trujillanos. Pág. 313. FEAC. Trujillo. 2004).  Como se puede  corroborar en la actualidad, el trazado urbano se diseñó en cuadricula y se implantó la medida de cien metros para cada cuadra. La calle principal, se llamó calle real, hoy Avenida Bolívar.   
A la plaza concurrían los pobladores, a las actividades litúrgicas desarrolladas en el templo, principalmente las dedicadas al patrono San Pablo, o las de la Purísima, que ya se implantaban con la llegada de los europeos y su religión católica, semana santa, Corpus Cristi, lo que obligaba a adornar la plaza con arreglos florales y los tradicionales arcos multicolores con alusivas insignias al festejo. Seguidamente, con el paso del tiempo se van adoptando las fiestas populares, con cantos, juegos, corridas de toros, de cintas, palo encebado y otras actividades.

1810, el incipiente Republicanismo.

Con la llegada de la emancipación, se firmó la primera Constitución de la Provincia de Trujillo, La Puerta, pasó a categoría de Pueblo, y la plaza, pasó de colonial a ser  libre, no obstante siguió siendo el lugar de reuniones informativas de los bandos en conflicto, y espacio para las tropas, y de concentración de los apresados y reclutados. Durante las primeras décadas del siglo XIX, mantendrá su función de espacio abierto para las distintas actividades colectivas, festivas  y religiosas de sus habitantes.

Fotografía antigua de la vieja Capilla de San Pablo Apóstol de La Puerta. Color digital Profesor Beltrán Briceño. Cronografía N° 3156.

Se le llama plaza, a aquel lugar ancho y espacioso dentro de un poblado al que suelen afluir varias calles (DRAE), generalmente, están cercanas al templo, a las edificaciones publicas y negocios y casas principales. En sintonía con esta definición,  el maestro José Rafael Abreu, en su memoria escrita sobre La Puerta, dedicó un aparte que tituló <<La Plaza>>, para  describirla en la siguiente forma: <<La plaza era escenario de los grandes acontecimientos del pueblo; en ella se hacían las procesiones religiosas, los paseos de las bandas de música en los días de fiesta, las corridas de toros… Pero cotidianamente no era sino el principio y fin de las calles del pueblo y de todos los caminos que conducían a él. Y, debido a que durante muchos años un arroyo atravesaba la plaza, allí abrevaban los que venían de los páramos o de los numerosos caseríos del valle>> (Abreu, José Rafael. La Puerta, un pueblo. Publicado en 1969). Funcionalmente, en los umbrales del siglo XX, eso eran las plazas en estos pueblos andinos. 


1891. Privatización  del Resguardo, pueblo de oligarcas. La Plaza de las <<Buenas Tardes>>, para pensar en la Muerte. 

En la porción de tierras que dejaron para el desarrollo del nuevo pueblo,  como consecuencia de políticas liberales de los gobiernos Guzmancistas y  del fraudulento juicio de Partición de las Posesiones del Resguardo Indígena de La Puerta (20 de mayo de 1891), en el que los oligarcas y gamonales se apoderaron y se repartieron inescrupulosamente estas tierras, se mantuvo el espacio de la plaza del Bomboy o antigua plaza libre o seca, que era núcleo esencial de nuestro casco histórico; recuadro que sirvió de eje al nuevo desarrollo urbano, a sus nuevas calles y construcciones,  luego de la demolición de las casas de los indígenas Bomboyes y su efectivo desalojo de sus tierras ancestrales, con lo que concluiría el siglo XIX, para esta comarca.
Don Mario Briceño Iragorry, en su única novela, como si de un video de turismo se tratara, dio una hermosa descripción de lo que era la plaza principal de La Puerta, a comienzos del siglo pasado (XX),  <<Las casas son sencillas, las aceras están a medio hacer, la iglesia es pobre, la plaza es solo un solar abierto, sembrado de menuda hierba>> (Briceño-Iragorry, Mario. Los Ribera. Pág. 80.En: La Puerta, un pueblo. José Rafael Abreu); en efecto, lo que se conocía como plaza, luego plaza principal y finalmente Bolívar, era eso, un gran cuadrado de tierra con alguna hierba menuda, y era totalmente inclinada, con una acequia en uno de sus costados.
Don Rafael Abreu, escribió que en esta plaza no solo crecía hierba<<crecían otras cosas, las plantas medicinales conocidas con los nombres de “tomillo y cilantrillo” que adornaban la grama que, como una alfombra, cubría la superficie de aquel apacible lugar…también unas plantitas que producían una flor blanca que tenia la particularidad de abrir su cáliz al atardecer y cerrarlo a la mañana siguiente, por lo cual se le denominaba “buenas tardes”>>.  Esta referencia histórica, nos da una idea de la influencia criolla andina,  en cuanto a paisajismo y arquitectura,  adornar ese espacio de grama  con flores medicinales, de mucha utilidad, combinada con las flores angelicales  “Buenas Tardes”, que son un espectáculo natural, por sí mismas. La siembra en la plaza, de esta planta que es oriunda de zonas cálidas, nos lleva a pensar que hubo interés de adornar y traerla de los pueblos del sur del lago de Maracaibo o de los llanos de Barinas, sitios con los que había mayor comunicación.  Este concepto paisajístico, cambiará en el futuro.
La flor <<Buenas tardes>>, es llamada también Vicaria de Madagascar (Catharanthus Roseus);  el arbusto puede llegar a medir 80 centímetros de alto,  además de ornamental es medicinal, sus 5 pétalos se utilizan para curar dolencias y malestares en los ojos y para la diabetes, laringitis, faringitis y dolor de muelas. Últimamente, con las propiedades de esta planta, se están fabricando medicamentos contra el cáncer. Su cultivo es sencillo y no requiere mayores cuidados.


El color blanco sobre verde y frescor de esta planta <<Buenas Tardes>>, le daba el toque tranquilizador y hermoso a la plaza de nuestra comarca.  Gráfica tomada de: es.wikipedia.org/wiki/catharanthus_roseus. Concio

En su interesante apreciación, Briceño Iragorry, incluyó un tema fundamental en su obra, la educación y religión de los pueblos, al detallar: <<Apenas había una escuela primaria y el Cura poco cuidaba de sus feligreses…No obstante las pocas letras de sus moradores, La Puerta es a manera de aula para aprender filosofía convencional>>(Briceño-Iragorry, Mario. Los Ribera. Pág. 80.En: La Puerta, un pueblo. José Rafael Abreu);  y va revelando por qué, en contraste de la frondosa serranía, se había trazado el cementerio, por lo que la vida de esta población <<discurre frente a los propios muertos>>; es cierto, la Plaza Bolívar y el templo, están justamente cerca y a un nivel superior o terraza, donde se podía observar el nuevo camposanto para las primeras décadas del siglo XX, que fue cambiado de lugar, del lado Este, donde estuvo desde 1608,  al lado Oeste del río Bomboy; por supuesto, en esa época no existían edificaciones en el lado donde hoy están la Prefectura y el Puesto Policial, el Hotel El Padrino y otras casas, no había nada y se veía fácilmente el cementerio.
         En  esa  percepción, sobre tópicos filosóficos de la vida  comunal y como tema de dimensión espiritual y religiosa, agregó lo siguiente:<<En la mañana, al mediodía, en la tarde…la gente de La Puerta está obligada a pensar en la muerte>>, y hasta los arboles y vegetación pareciera que por el movimiento de la ventisca, <<parece que fueran inclinados por la ventisca para saludar constantemente a los difuntos. Sin que la meditación ocupase a planos superiores, el hombre de La Puerta se acostumbró a mirar con naturalidad cercana el problema de la muerte y aprendió a compenetrase a la vez, con lo transitorio de la vida>>  (Ídem).  Como colofón de su interpretación, de la espiritualidad colectiva de esta población, insertó palabras del padre Contreras, quien al pasar por el cementerio, rezó alguna oración a los difuntos, y refiriéndose al pueblo, dijo: <<Ojala el pensamiento de la muerte, los enseñe a bien vivir>>. Seguramente, se refería al admirable culto a la muerte que tienen los mexicanos. Este cura al parecer era Humberto Contreras, párroco de la ciudad de Valera, quien realizó una obra social recordada,  enorme y duradera, y es posible que lo incluyera en su novela como un homenaje a este sacerdote.  Don Mario, corrobora lo del maestro Abreu, cuando describió un estilo paisajístico muy rural andino. 
La población tuvo la oportunidad de ver, el muy antiguo circo de los gitanos, con sus hermosas mujeres y clarividentes. Las fiestas taurinas, se realizaban en el centro de la plaza, hasta mediados del siglo pasado (XX), en que comenzaron a traer las plazas armables y desmontables, que se ubicaban en El Calvario o en el llano de la hacienda “el Rosario”. Igualmente se instalaban allí, los llamados carruseles, las pistas de carros chocones, y los tahúres y sus mesas de juego.  Un arsenal de anécdotas se recoge en el pueblo sobre estas fiestas de cuernos. 
La plaza, era una manzana limitada por la calle real o principal (Hoy Bolívar) y la Calle de Abajo, (hoy Páez); la Capilla, se mantuvo en el lote o parcela donde está hoy la Casa Parroquial, en la esquina de la Plaza con calle 7, el espacio lateral era un cambural y pequeño conuco del cura doctrinero, que ayudaban a sembrar los indígenas Bomboyes, para sus alimentos, luego, según una fotografía que hemos detallado, pudo ser una especie de pequeña plazoleta de la iglesia. En la parte trasera, hacia lo que es hoy, la avenida Sucre, estaba el viejo Cementerio, también llamado el Callejón de los Muertos, hoy, urbanización Los Jumangues y está el Grupo Escolar Faure Sabaut.  
A partir de 1891, la antigua plaza de los  indígenas y mestizos, se convirtió en el núcleo desde donde se desprenderían la Calle de Arriba o camino real (hoy Avenida Bolívar), y la Calle de Abajo, (hoy Avenida Páez), y alrededor de ella, por su trazado tradicional colonial, denominado cuadrícula española, las distintas manzanas en que se dividió el área urbana del Resguardo Indígena de La Puerta. Por el costado Este, se ubica el templo de San Pablo Apóstol, antes del Bomboy, luego de La Puerta. Al hacer la demarcación urbana,  para que no quede dudas, en el lado Oeste, se nombró como avenida Páez, líder de la oligarquía,  donde posteriormente se  levantarían las edificaciones del Poder Municipal y Policial. Y la otra avenida,  la Bolívar, donde está ubicada la edificación de otro poder, el eclesiástico.
 La mayoría de las plazas principales o mayores, de los pueblos y ciudades de Venezuela, pasaron a llamarse Plaza Bolivar por decisión del primer gobierno del general Guzman Blanco, en homenaje al Padre de la Patria. Fue este primer mandatario,  quien promueve con mayor ahínco la construcción de plazas y monumentos en honor al  Libertador. Durante su primer gobierno, o sea, a partir del Decreto del 18 de noviembre de 1872, cuando hizo pública su decisión de iniciar la construcción de la estatua del Libertador (basado en el molde del artista italiano Adamo Tadolini, y fundido en la ciudad de Munich), de forma monumental, en el centro de Caracas, lo que continuará en otras ciudades, en sus otros períodos presidenciales (1870-1877; 1879-1884; 1886-1888). Guzmán, ordenó igualmente en la de Caracas, enterrar debajo de la estatua, un conjunto de elementos, que servirán a la posteridad,  para preservar la memoria histórica, entre esos: documentos como el acta de colocación de la primera piedra,  y otra,  del decreto que ordena la construcción del monumento; copia del primer censo de la Nación, de 1873 y ejemplares de varias Constituciones;  monedas, medallas, fotografías, libros de historia y geografía (Codazzi y Baralt), leyes y decretos de 1830 a 1850; copia del acta de independencia; todo debidamente guardado en cajas metálicas; es lo que se conoce como la <<capsula del tiempo>>. En la de La Puerta, se desconoce, si se hizo algo parecido.

Periodo petrolero modernizador.
Tardíamente,  se hizo realidad la Plaza Bolívar, se construye en 1943. 

Con la explotación del petróleo a comienzos del siglo XX, contando con ingresos significativos la República, la economía de plantación, comenzó su proceso de declive,  las ciudades de Valera y Trujillo, y otros pueblos, iniciaron desde 1901, un proceso bolivariano de homenajear a los Próceres y al Padre de la Patria, mediante la construcción de plazas y monumentos en cada uno de los pueblo de la República, y contaron con el auspicio y el apoyo del Dictador Juan Vicente Gómez, para este tipo de obras que reforzaban la identidad nacional. Fue en 1901, cuando en la ciudad de Valera, se comienza a llamar la antigua plaza del mercado, como Plaza Bolívar (La Riva vale); y 25 años después, el Presidente del Estado Trujillo, general Vincencio Pérez Soto, donó la estatua de bronce del Libertador, en 1925. 
Pero será en la cuarta década del siglo XX, que abrió sus puertas el Hotel Guadalupe (1940), icono en materia hotelera y turística del país, que comenzaron a llegar a esta comarca zafras permanentes de turistas, en su mayoría extranjeros, empleados y técnicos petroleros y distintas personalidades del mundo artístico, cultural, político y social,  cuando se percataron que la plaza no tenía ningún atractivo para estos visitantes y huéspedes.   Es precisamente en 1942, cuando  se había definido la liquidación del tiempo de caudillos,  que hubo la preocupación y el estimulo intelectual de la dirigencia de La Puerta, en que el cuadro de terreno llamado plaza, se convirtiera en un lugar principal de modernidad,  civilidad y embellecimiento de la comarca. Sería un sitio para celebrar los hechos y héroes fundamentales de la Patria, para actos cívicos, culturales y políticos; es decir, ya no sería el llegadero de burros, ni potrero de vacas y chivos,   se construiría  un espacio cívico, la plaza dedicada al Libertador. Aparece el sentimiento bolivariano, y la plaza seria custodiada por 2 calles, la antigua calle real, la de la salida, será la de Bolívar y la de ingreso, será la de Páez; esto seguramente tendría un mensaje ideológico de que la “godarria” seguía ejerciendo la hegemonía en este viejo Municipio. En otras ciudades y pueblos trujillanos, al parecer, para ese tiempo, no existían avenidas Páez.
Allí, a la sombra de algunos árboles añosos y arbustos, servía como amarradero de recuas de mulas, el terreno de la plaza, muy inclinado hacia su lado oeste; en uno de sus laterales (Sur) estaba la acequia donde los habitantes se surtían de agua para su consumo; mayormente, servía como descansadero de mulas y  abrevadero para comerciantes que venían a vender sus productos a esta aldea,  otros que transitaban hacia Timotes, Mérida y Barinas y pernoctaban en una de nuestras primeras casas que servían de posadas, y los domingos era el lugar de encuentro de la gente que venía a misa o a las fiestas religiosas de la Purísima y la del Patrono; estamos refiriéndonos, a la primera década del siglo XX, en la que ya se le comenzaba a llamar Plaza.
El maestro Rafael Abreu en sus memorias, escribió que,  <<En 1930, había alrededor de la plaza solamente once casas y en una de ellas, que aun existe, hubo una pulpería>> (Ídem) la pulpería que prestaba servicio a los viajantes, era de una señora de apellido Briceño, agregando que para el año 1900, era la única del pueblo. 
Muy pocas familias, habían quedado de los indígenas Bomboyes y  mestizos, quizás una docena, los nuevos dueños, todos terratenientes, de la oligarquía regional, apenas comenzaban a construir sus mansiones y residencias familiares, pero requerían un lugar simbólico, enaltecedor y representativo de la comarca, que sustituyera el <<  lugar de conmemoraciones; o un área común propia para el solaz o el reposo; eso (que) fue la plaza Bolívar, hasta 1942>> (Abreu), año en el que un grupo de vecinos se convocó y realizó una Asamblea Popular, a fin de formar una Asociación que se llamó <<Junta Pro-Plaza Bolívar>>, que elaboró un censo de la población <<para determinar la colaboración que cada uno debía prestar para la construcción de la plaza>> (Ídem). Se designó una comisión, que se dirigió a Trujillo, y conversó con el Presidente del Estado, Dr. Numa Quevedo, quien ofreció su cooperación y apoyo, para que se hiciera realidad la obra proyectada por la comunidad.


En esta gráfica histórica se aprecia el monumento que se comenzó a levantar en 1943; en la parte más alta de esa columna se engarzó el Busto tributo a Simón Bolívar. Fotografía tomada durante un acto cívico, a la izquierda, el señor José Ramón Simancas Carrasquero y a la derecha,  el señor Alberto Burelli. Se observa la forma cilíndrica de la base, en concreto y piedra, sobre ella, un escalón hexagonal, que sirve para colocar las ofrendas florales, bordeado en su parte inferior,  por la bandera nacional pintada directamente en el concreto; encima una gruesa columna cuadrada de 4 lados, de unos 3 metros de altura aproximadamente.   Fotografía colaboración del profesor Beltrán Briceño. 

Este mismo cronista, señaló que <<La participación del pueblo fue unánime>>; en ese empeño destacaron entre los contribuyentes, Don Rafael González, miembro de la citada Junta, quien dio la suma de 500 bolívares, que era una cantidad significativa para la época; también, Don Gonzalo Viloria, que era el Jefe Civil, y colaboraba semanalmente con los trabajos de construcción.
Fue realmente en este año de 1943, cuando se  inicia la construcción en La Puerta, de la Plaza con el nombre de Bolívar, mezclando los criterios de lugar de esparcimiento y símbolo de belleza, con los aires bolivarianos y se impuso el criterio marcial, en cuanto al busto, no el civilista de otros pueblos y ciudades.


Otra gráfica histórica, se puede apreciar cómo era el monumento que se comenzó a levantar en 1943; en la parte alta de la columna yergue imponente el Busto tributo a Simón Bolívar. 
También indicó otro dato importante sobre esta obra, <<El busto del Libertador, así como las placas de mármol con las inscripciones conmemorativas fueron donadas por Presidente de la República, general Isaías Medina Angarita” (Ídem). Medina, además de  demócrata, de ideas avanzadas,  y con el entusiasmo de convertir a Venezuela en una República moderna, fue un gran bolivariano.    Posiblemente la inauguración de la plaza en La Puerta, y el busto homenaje a Bolívar, ocurrió el 28 de octubre de 1943, fecha de celebración del onomástico del Libertador, como se acostumbraba en aquella época. Había llegado la hora, de que el pueblo y sus gobernantes, asumieran su deber de honrar a los próceres y fundadores de la Patria, los hechos heroicos, y también comenzara a respetar y honrar a su propia historia


Isaías Medina Angarita, Presidente de la República en 1943, quien donó el busto de Simón Bolívar, que se encuentra sobre pedestal, en el centro de la plaza epónima, de La Puerta. Su obra más importante, coinciden los historiadores, es el de haber colocado <<la semilla del aliento democrático en los corazones y mentes de cada uno de los venezolanos>>. Cronografía N° 5313.

El monumento al Libertador,  de La Puerta.

Los monumentos, decían los griegos, inspiran y representan poder. La mayoría de los que se construyeron y tributan a nuestros próceres, son de estilo épico romántico. El construido en 1943, de acuerdo a una fotografía de la época, tenía las siguientes características:
El Busto del Padre de la Patria erguía,  sobre una especie de columnata de 4 lados, construida en concreto, al parecer de unos 5 metros de altura aproximadamente, con un sobre piso o alero sobre el que estaba la escultura de bronce. Esa columnata, afincada encima de una base en concreto y piedras, de forma semicircular, pintada aparentemente con cal. Encima de esta base, existía un escalón hexagonal  menos ancho, que servía para colocar las ofrendas, cintas y flores al Libertador, en las fechas patrias; En este nivel se exhibió una decoración cromática, en cada lado o segmento, tenia pintada directamente en el concreto,  las tres franjas de la bandera nacional, con sus 7 estrellas blancas. Para llegar a este monumento, había caminerias en cemento rustico,  y paños de grama natural que la bordeaban.


Plaza Bolívar de La Puerta, Estado Trujillo.  Gráfica de parte del frontis de la base, encima el imponente busto del Libertador en bronce, en dirección nor-este; con las características que hemos señalado en este articulo; al fondo, las montañas del Páramo de las 7 Lagunas. Cronografía propia de este blog N°  3325.

El Busto de Bolívar, lo pusieron y lo elevaron tan alto, que la gente no lo podía ver. Sobre cuáles fueron las razones que privaron para diseñar esa columna cuadrada culminando en una placa o sobre piso de concreto con alero donde se puso el busto, columna casi obelisco, sobre una base redonda y encima un espacio hexagonal, se desconocen, sin embargo, existe un dato interesante, que lo apuntó el señor  Abreu:  << el pedestal fue construido por artesanos de la localidad, todo el cemento utilizado para la construcción de la nueva Plaza fue obsequiado por el Ejecutivo regional>> (ídem).  Quizá los artesanos, querían hacer ver, con este primer tributo de nuestra comarca al Libertador,  que la figura en lo alto, representaba  la libertad,   aunque pudo ser producto de la influencia en la época del estilo europeo, que se seguía en otras plazas similares.  Era si se quiere, una obra de albañilería, pero que expresaba cierto contenido artístico, que sin duda, daba cierta majestuosidad a aquel lugar de matas y flores.

Etapa de la democracia representativa.

Avanzada la mitad del siglo XX, derrocada el periodo de la dictadura del general  Marcos Pérez Jiménez, el nuevo liderazgo, adoptó  la inclinación por el mejoramiento y embellecimiento de la plaza. En las décadas de los años 60-70 del siglo pasado, el Concejo Municipal del Distrito Valera, contrató la remodelación y arreglo de toda la plaza, obra que duró unos dos años, tiempo durante el cual, el busto del Libertador estuvo secuestrado en el calabozo del  Puesto policial, debido a  la parálisis de la obra.
Entre esos trabajos de embellecimiento, hubo la nivelación y arreglo del área de la plaza y sus caminerías y aceras. El Busto de Bolívar, ya no estaría más en la gran columna, donde solo lo podían apreciar las aves volanderas, sino sobre una base más corta, donde se le pudiera ver de cerca. Ahora, la base estará cubierta con baldosas de color vino tinto, y letras en bronce. Posteriormente, en los otros gobiernos, realizarían las escalinatas de acceso en concreto, nuevos gradillas, rejas, con algunos arreglos de ornatos y nivelación. Lo que cambió de un lugar pasajero, tranquilo y de solaz, a uno de recreación, esparcimiento, atractivo y de vistosidad turística, convirtiéndose en un sitio encantador de nuestro patrimonio histórico, cultural  y material urbano.


Recuadro central de la Plaza Bolívar de La Puerta, Estado Trujillo,  en la que está la base y el busto del Libertador. Obsérvese los dibujos en el piso, de una especie de rosa de los vientos; también, las caminerías y los bancos de sentarse los visitantes. Los jardines con grama, pequeños arbustos y algunos árboles de pino. Los postes con las luminarias. Cronografía propia de este blog N° 3331.

Actualmente, partiendo de su centro, donde está ubicado el Busto del Libertador, se  desgajan sus caminerías en concreto, bordeada de muros de piedras criolla, en las noches tiene iluminación eléctrica,   amplios bancos   para sentarse, arboles de pino, que conjugan con el aroma de plantas ornamentales, y de coloridas flores. Tiene su glorieta, y en la acera este, frente al templo, una hilera de  bancas de concreto, protegidas por cercas metálicas.


En la gráfica tomada este año (2020), la acera del lado Este de la Plaza Bolívar de La Puerta, Estado Trujillo; se observa, en el centro, el majestuoso árbol de pino que todos los diciembre es encendido con bombillos de distintos colores; al parecer -según la oralidad local-, fue sembrado a mediados del siglo XX, por el Dr. Elías Anzola, uno de los primeros médicos de nuestra población. Igualmente se pueden ver, las bancas y en el centro de estos, la glorieta, pintadas sus dos columnas en azul y blanco, techo a dos aguas  de teja criolla roja. Cronografía propia de este blog N° 3332.    

Durante los años 2018-2019, el busto del Padre de la Patria,  se mantuvo en condiciones lamentables y descuido, que  algunas individualidades de la comunidad han venido reclamando.
En el 2018, inicié como poblador,  una campaña por la conservación y defensa de las obras y monumentos cívicos y religiosos, que conforman el patrimonio cultural e histórico del pueblo de La Puerta, Municipio Valera, Estado Trujillo, en Venezuela. Se me ocurrió (con plena conciencia que esto no da votos, ni dinero, ni alimenta gastronómicamente),  publicar gráficas del estado de abandono en que se encontraba el busto del Padre de la Patria,  el Arco de Entrada, símbolo del carácter histórico local; también nuestra preocupación por  la desaparición de las campanas centenarias de San Pablo Apóstol, así como, la revisión seria y responsable de la fecha de la supuesta fundación de 1620,  de lo que no existe ningún fundamento ni acto documental, salvo la fundación cartular de 1670, realizada por el maestro Mateo de Párraga y el cura Nicolás de Reyna,  lo que me llevó a enviar una carta a la alcaldesa y a los  concejales de Valera, poniéndolos en conocimiento de esta situación.  Todavía se espera respuesta.

2.- Descripción:
El área de la plaza Bolívar, tiene una extensión aproximada de 10 mil metros cuadrados, construida en sentido norte-sur, para una capacidad máxima de 1 mil personas. Su parte central, cuadrada, está en dirección nor-este.    Posee 8 caminerías de concreto, que conducen hasta el Busto; cada caminería interna tiene bancos de concreto. En la noche está iluminada con energía eléctrica  desde sus respectivos postes. 
El busto en bronce de Simón Bolívar actualmente se yergue, en el área central de la Plaza, sobre una  base cuadrada, construida en concreto revestido  de cerámica color vino tinto. Desaparecieron  sus letras en bronce, de la inscripción inaugural.  Destaca su frente amplia, con surcos pronunciados, vestido de militar,  cuello elevado adornado con destacados laureles; en su hombro derecho, charreteras de su grado militar, medallón (que pareciera la cara del general  Washington) en el centro del peto del uniforme, entre dos ramas verticales de laureles, que seguramente, era una tendencia del neoclasicismo decorativo de  poner medallones con escenas o figuras épicas. La capa, guinda de su hombro izquierdo.


Otra gráfica del centro de la Plaza Bolívar de La Puerta, Estado Trujillo. Cronografía propia de este blog N°  3330.

En una revisión  comparativa de otras esculturas, el busto de esta comarca, parece una copia de la parte superior (Busto) de la estatua pedestre de Simón Bolívar, elaborada por el escultor italiano Pietro Tenerani (1789-1869), que fue la primera  hecha en el mundo, que hoy se encuentra en la Plaza Bolívar de Bogotá, República de Colombia. Copia de este bronce, se halla en la Plaza Mayor de la ciudad de Angostura, Estado Bolívar. Pudiera ser también, copia de la estatua elaborada por el escultor francés Vital Gabriel Dubray (1813-1893), contratado por Guzmán Blanco, con motivo de  la celebración del primer centenario del nacimiento del Libertador. Otra  se halla en la ciudad de  Berlín, República de Alemania.


Gráfica del 2018. Busto de la Plaza Bolívar de La Puerta; elaborado  en bronce, donado por el Presidente de la República general Isaías Medina Angarita e instalado en 1943. Cronografía propia de este blog N°  3326.
  En su acera del lado este, frente al templo, avenida Bolívar de por medio, está levantada  una Glorieta, con su arco, en concreto; tiene dos escaleras de acceso en concreto, con pasamanos, desde el nivel bajo de la plaza, para subir al nivel de ella (la Glorieta). Antiguamente, la plaza no era plana, sino inclinada y esta parte era utilizada por los muchachos como una especie de tobogán, lanzándose desde donde esta la glorieta, hasta el centro donde estaba la columna, en un cuero seco.    


Gráfica tomada desde el centro de la Plaza, se puede observar, en la parte alta, la glorieta pintada en blanco y azul celeste, techo a dos aguas con teja criolla; tiene  una base de concreto, que a la vez, es un cuarto con su puerta, en el nivel inferior. A los dos lados, escaleras de acceso en concreto, con pasamanos frisado y pintado.  Al fondo, se ve la fachada del templo del patrono San Pablo Apóstol de La Puerta, Estado Trujillo.  Cronografía propia de este blog N° 3327.

          Por su lado oeste, le fue construida una franja de gradas en concreto,  para los turistas, que comúnmente llaman “El Tontodromo”. Esta parte de la plaza, fue construida por el maestro de obra Luis Alfonso Ramírez, y otros trabajadores de esta comunidad, a finales de la década de los 80 del siglo XX. 


Lado oeste de la Plaza Bolívar de La Puerta, Estado Trujillo. Se puede observar, la gradería, en forma de escalinatas (los de la esquina caliente, lo llaman el “Tontodromo”), que sirve para sentarse los visitantes en temporadas, o para observar las procesiones,  las fiestas de San Isidro y desfiles que se realizan en esta población. Cronografía propia de este blog N°  3324. 


 Igualmente, por sus lados norte y sur, goza de muros bajos, elaborados en concreto y revestidos en piedra de decoración. En las esquinas norte y sur, entradas y escalinatas con muros revestidos de piedra.  Las jardineras, que son 8,  están sembradas de  grama natural, y destaca también, un conjunto de  arboles de pino y otra clase.

En esta gráfica se puede observar la caminería, bancos de concreto revestidos en piedra rústica, con asiento de granito rojo; se ven, los jardines  hacia el lado sur-este  de la plaza, al final hay escalinatas, pasamano  y muro en concreto y piedra de decoración. Cronografía propia de este blog N° 3329.

En su lado este, hay un pino muy alto, emblemático de la época decembrina, al que se le instalan todos los años bombillos, cuyo encendido es símbolo del inicio de la navidad. 

3.- Significación  patrimonial.

La plaza Bolívar, que debería llamarse Plaza de Bolívar, sin duda alguna, es el núcleo principal de La Puerta, su sitio más representativo y su punto histórico, desde que indígenas Bomboyes la fueron ocupando como primeros pobladores; luego, con la entrega de encomiendas, mercedes de tierras en 1608,  se da comienzo a la construcción de la Capilla de San Pablo Apóstol, por los Capitanes Juan Álvarez de Daboín  y Hernando Hurtado de Mendoza, entre otros, fue y es centro de la evolución de esta comarca;   ahora con sus adyacentes edificaciones religiosas, político-administrativas, culturales, educativas,  convertida hoy, en espacio turístico y recreacional para sus asiduos visitantes, ha sido escenario de los más disímiles  eventos de carácter histórico, social, político, cultural, religioso, musical, deportivo y recreacional,  por lo que constituye  para el común de sus pobladores, su lugar natural de encuentro, parte de su vida  y de su cotidianidad.
Simón Bolívar, es sin lugar a dudas, el venezolano más trascendental de todos los tiempos, al dedicarse a la obra más noble y cruenta de los revolucionarios latinoamericanos: la libertad de los pueblos del imperio colonial español, por eso, se le llama El Libertador, Padre de la Patria, cuyo reconocimiento debe ser permanente. 


Gráfica del 2018, se observa la base del  busto del Libertador de la Plaza de La Puerta, deteriorado. Cronografía propia de este blog N° 2775.

La  Plaza Bolívar  de La Puerta, el  Busto de Bolívar que se encuentra en su espacio central, el  núcleo  poblado de La Puerta, el Cementerio, la sede de la Escuela de Música Adela de Burelli, la sede de la Medicatura Dr. Jaroslaw Truszkowski, son obras que constituyen patrimonio cultural de la Nación (Instituto de Patrimonio Cultural. Catalogo del Patrimonio Cultural Venezolano. Edición 2005); igualmente, el Parque ubicado al frente del Centro Comercial Valle Verde y las quebradas de la Parroquia; quedando excluidas muchas edificaciones, obras y monumentos naturales, civiles, religiosos e históricos, sin este carácter.


Estado actual (2020) del monumento a Bolívar, La Puerta, Estado Trujillo. El busto sobre una base, en  la que se observa, que le hicieron un remiendo con 3 baldosas de otro color, y sin las inscripciones de bronce que tenía. Cronografía propia de este blog N° 3326.
En su centro y como tributo eterno al Padre de la Patria, hay un busto de bronce, sobre una base de concreto revestido de cerámica. Por ello, esta Plaza es patrimonio histórico cultural del Municipio Valera, y asimismo, bien de interés cultural de la nación.  De conformidad con lo establecido en la Ordenanza para la regulación del uso, goce y disfrute de las Plazas Bolívar y demás plazas del Municipio Valera (2015), la Plaza Bolívar de La Puerta, es un bien del dominio y uso público municipal.


Gráfica con vista hacia el lado norte de la plaza, se puede observar, caminería, bancos de concreto revestidos en piedra rústica, con asiento de granito rojo; arboles de pino. Cronografía propia de este blog N° 3328.

 Con este artículo, hemos propuesto percibir a través de la historia de la Plaza Bolívar, un proceso de cómo los pobladores han resuelto sus necesidades de espacio habitable y de vida en sociedad  apegados a su  tradiciones, costumbres, cultura,  religión, economía, y particularmente en su arquitectura, que conforman su patrimonio cultural e histórico, que permite dotarnos del sentimiento de  identidad, reconocimiento y arraigo a esta comarca.

4.- Localización geográfica:

La mayoría de los aborígenes Timotes de La Puerta y sus descendientes y mestizos, se concentraron en los terrenos del Resguardo Indígena, que estaba conformado por un cuadro, teniendo como norte, desde la Quebrada La Guadalupe, llegando a Las Paperas y línea al Páramo; Este, desde Komboco a la quebrada La Guadalupe; Oeste, el filo del Páramo de La Puerta; y Sur, una línea entre los dos chorrerones: La Maraquita y quebrada Komboco. La temperatura de este lugar en 1920, era de 15° C°.
Está ubicada en el centro del área urbana de La Puerta,  entre avenidas Bolívar (lado Este) y Páez (lado Oeste), y las calles 7 (Norte)  y 8 (Sur), Parroquia La Puerta, Municipio Valera, Estado Trujillo, Venezuela.


Vista panorámica de la actual Plaza Bolívar de La Puerta, Estado Trujillo, Venezuela. Cronografía propia de este blog   2876.

5.- Eventos históricos:

Esta histórica plaza, que ha sido el punto de encuentro de los habitantes de esta comarca, y sitio ineludible para turistas nacionales y foráneos, ha sido escenario de eventos de cierta trascendencia.
De los hechos relevantes encontrados en nuestras investigaciones, dentro de una visión descolonizadora de nuestra historia y cultura, que ocurrieron en esta Plaza, aun antes de ser concebida con su actual nombre, como tributo al Padre de la Patria, contamos: 
El origen de La Puerta como experiencia y poblamiento indígena, se remonta a varios siglos antes de la llegada de la invasión europea, colonizadora, esclavista y genocida, como consecuencia del proceso de expansión de la civilización de los Mukas-Chibchas,  asentada en Tunja (hoy Colombia),  cuya expresión es la gran nación Timoto, siendo a su vez, la comunidad Bomboy, expresión de esa nación.
1559, luego de fundar a la ciudad de Mérida, el capitán Juan Rodríguez Suarez, con el propósito de expedicionar  y explorar en busca de minas de oro,  los Andes venezolanos y autorizado por el Ayuntamiento de Pamplona (Hoy Colombia), a finales de enero, <<tramonta el páramo de Timotes y se acerca a las márgenes de la laguna de Maracaibo>> (Briceño Perozo: 76), obligatoriamente, el Caballero de la Capa Roja, pasó por el valle y páramo de los Bomboyes.
1608, el Obispo Fray Antonio de Alcega, otorga la gran encomienda del Bomboy, con 408  aborígenes,  al capitán Juan  Álvarez de Daboín, el exterminador de las tribus rebeldes del lago de Maracaibo, junto con el capitán Pacheco Maldonado. 
1670, según el historiador Amílcar Fonseca y documento que reposa en el Registro Subalterno de Trujillo, La Puerta fue fundada cartularmente, ese año por el padre Nicolás de Reyna y el maestro Mateo de Párraga; se intuye por este dato, que fue el momento en que se trazó la cuadrícula española, se midió y ordenó este pueblo de indios y se demarcó el terreno de la plaza.
1678, fue en este valle, donde las milicias reales, junto con hacendados e indígenas, al mando del Capitán Fernando Manuel Valera de Alarcón, armaron las primeras emboscadas y trincheras, para enfrentar a los piratas franceses al mando de Francisco Esteban Granmont de la Mote, que bajaron por el viejo camino indígena de la Maraquita, para evitar el avance de éstos hacia la ciudad de Trujillo, la que saquearon e incendiaron.
1687,   se le asignó tierras por el Alférez y Alcalde Don Jacinto Valera y Mesa, a esta comarca de indios Timotes,  liberándolos de la esclavitud de las encomiendas y se reconoce como Pueblo Cabecera de Doctrina de San Pablo Apóstol del Bomboy (Hoy área urbana de La Puerta).  Por ser el sitio donde los aborígenes estaban congregados, gozaban de este centro o plaza, frente a la Capilla de San Pablo Apóstol, donde se reunían.  
1793, asume como cura párroco y doctrinero de La Puerta, el padre Francisco Antonio Rosario, eminente prócer independentista.
1810, el hacendado de La Puerta, Dr. Francisco Antonio de La Bastida Briceño y Fernández, y nuestro cura párroco Francisco Antonio Rosario, son las figuras sobresalientes que liderizaron el comienzo del periodo independentista en el valle del Bomboi y la liberación de Trujillo. 
1811, a finales de julio, en esta plaza, se hizo la votación y  el escrutinio público, en presencia del Justicia Mayor y del cura párroco Francisco Antonio Rosario, y de personas respetables,  proclamando al vecino  Dr. Francisco Antonio de La Bastida Briceño y Fernández, como representante de La Puerta, ante la Asamblea Provincial Constituyente.
1811, a finales de septiembre de este año, el prócer y Constituyente de La Puerta, Dr. Francisco Antonio de La Bastida Briceño y Fernández, tomó juramento de independencia y obediencia a la Constitución Provincial y sus Magistrados, a todos los vecinos y pobladores de nuestra comunidad, <<quienes dieron muestras de gozo por verse libres de gobiernos extraños y de haber renacido al dulce y benéfico que gozamos en nuestra Provincia>>. Igualmente informó que La Puerta, por consagrarlo dicha Constitución Provincial pasó de ser una aldea, a la condición de Pueblo republicano.   
1813,  en  junio de este año, pasa Bolívar con parte de su ejército libertador  por La Puerta (partió de Timotes, ingresó a La Mucutí, siguió por el Páramo de La Puerta y bajó a la Cañada de Mendoza), convirtiéndolo en el primer pueblo trujillano liberado en su Campaña Admirable, pernoctando en la noche, en la casa del constituyente Dr. Francisco La Bastida Briceño y su esposa Asunción Vethancourt, en la hacienda San Francisco. Al día siguiente, pernocta en la casa del cura Francisco Rosario, párroco de La Puerta.
1887, a mediados de este año, partió de este lugar, la tropa que se había concentrado en favor de la Revolución comandada por el Coronel Sandalio Ruz, en contra los desmanes y saqueos de la “Gonzalera” liberal.
1891, en noviembre de este año, en esta plaza, recibieron los pobladores de esa época, la noticia desde el Tribunal de Municipio, que quedaba al frente, de la sentencia dictada en el fraudulento juicio de partición del Resguardo Indígena de La Puerta, iniciado por los  terratenientes y gamonales oligarcas, mediante el cual, los indígenas y descendientes de los primeros pobladores, fueron despojados de sus tierras ancestrales, que fueron privatizadas  y demolidas sus viviendas, lo que será otro día de ignominia, repugnancia y deshonra para nuestro gentilicio local. 
1892, entre el 14 y 16  de abril de este año, este lugar fue tomado por las tropas liberales al mando del legendario general boconense Rafael Montilla Petaquero, indígena y campesino, conocido después como el “Tigre de Guaitó”, con motivo  el más demoledor, complejo, fratricida  y largo choque armado entre las fuerzas oligarcas (Ponchos) y las tropas liberales (Lagartijos), conocido como la Batalla de Durí-La Mucutí-El Portachuelo, en el que triunfaron estos últimos, dejando una estela de más de 200 muertos en nuestras montañas.  En esta batalla, salió derrotado el coronel Sandalio Ruz, nativo de  esta tierra de estirpe antiguo y guerrero.
1914, fue el lugar de concentración de los vecinos y Coroneles Américo Burelli y el legendario Sandalio Ruz, y su lugarteniente Mitridates Volcanes   y su tropa guerrillera nacionalista,  desde donde partieron y se alzaron contra el dictador Juan Vicente Gómez. 
1943, es convertida la plaza de La Puerta, en Plaza Bolívar, en homenaje al Padre de la Patria, erigiendo un monumento con busto en bronce.
1980, el domingo 20 de julio de este año, se realizó en esta plaza, el primer Cabildo republicano y democrático en el estado Trujillo, días antes de esta concentración multitudinaria,  el pueblo había emplazado resueltamente el <<Vamos a Cabildo>> a los concejales de Valera, comprometidos con el proyecto ecocida de Inturesa.   


Primera plana del Diario de Los Andes, en su edición del 22 de julio de 1980, se puede ver la asistencia al Cabildo realizado el domingo 20 de julio de ese año,  en la Plaza Bolívar de La Puerta. Cronografía   2911.

En la década de los años 80, del siglo XX, se libró en este valle una de las luchas ambientalistas de mayor trascendencia en Venezuela y Latinoamérica, siendo esta plaza, el sitio de reunión y concentración de los vecinos y de los pueblos solidarios, lo que se inmortalizó en el canto de Alí Primera.

Sin lugar a dudas, a partir de los datos de la construcción de esta plaza, su evolución, los hechos allí ocurridos y sus protagonistas,   podemos percibir gran parte de la historia local y regional. 

La Puerta, mayo  2020.

6 comentarios:

  1. Otro magnífico esfuerzo de Manrique documentando a La Puerta.
    A mi modo de ver, a partir de 1950 se comenzó a generar un ENCLAVE fenómeno
    cultural de desarraigo del habitante rural para ocupar cargos de servicio en el pujante plan de construcción promovido por inversores zulianos.
    Gracias Manrique por tan valiosa información.

    ResponderEliminar
  2. Saludos. sin duda alguna, la renta petrolera que comenzaba en ese tiempo a ser distribuida parcialmente entre las regiones, generó desarraigo y transculturización. Agradecido por tu valioso comentario. OM

    ResponderEliminar
  3. Excelente reseña historico-cultural de la plaza Bolívar de la puerta y en consecuencia de gran parte de los hechos más significativos que marcaron y siguen influenciado la vida de los pobladores de la puerta, visto desde esa porción de tierra que era lugar de encuentro de los bomboyes originarios luego sitio de descanso de mulas de los viajeros y posteriormente con el paso del tiempo la plaza que ha servido de distraccion encuentro y últimamente también de destrucción de sus espacios. Felicitaciones Oswaldo por esta investigación la puerta lo merece!

    ResponderEliminar
  4. Saludos Andrés. Coincido contigo en esa percepción sobre la plaza, aunque el corona, me ha permitido disfrutarla en estos días, a plenitud. El reclamo que se formuló ante la alcadía, dio resultado, por lo menos le pusieron -aunque mal pegados, unos retasos de cerámica que le taparon el pecho al Libertador. No he visto resultado en lo de las viejas campanas de San Pablo, pero sigo insistiendo. Gracias por tu felicitación. Un abrazo. OM.

    ResponderEliminar
  5. Andrés, te invito a leer, ver y compartir 4 dossier (junio, julio, agosto y septiembre 2020) de 10 fotografías antiguas cada una, de sitios y monumentos civiles y religiosos de La Puerta. Hoy publiqué el primer lote. Espero las disfrutes y echa a un lado la nostalgia. Saludos a la familia. OM.

    ResponderEliminar

Francisco Moreno y su ajicero de alto rango.

Por Oswaldo Manrique. En nuestros pueblos andinos, hay personas que vemos a diario en las calles, mostrando sus productos y desarrollando ...