Nuevas aportaciones al estudio del proceso de formación, erección y
fundación de La Puerta, como pueblo
colonial hispano católico andino. El Silencio sobre la autentica
Fundación.
Oswaldo Manrique R.
Un pueblo de indios
Timotes.
Sobre la fundación de La Puerta como
Pueblo, dentro del marco de las Ordenanzas Reales o cánones imperiales hispanos, solo existe el
documento de Vilches y Narváez, que da cuenta de la fundación cartular de La
Puerta, en 1670, sin embargo, existen varios hechos documentados que nos dan
una pista sobre su evolución como pueblo colonial, por lo que no existe una
fecha determinada en la que se coincida como de inicio de poblamiento o
asentamiento social de La Puerta, debido
a que muchos siglos antes del arribo de los invasores españoles, ya existía una
comunidad indígena Timotes o Bomboyes, ocupando estas tierras, con actividad
agrícola importante y ocupando y ejecutando la cacería en su páramo y montañas,
de los que proveía sus alimentos, guiados por valores ancestrales de
colaboración, mutualismo y solidaridad, en el marco de una estructura social y
política del señorío indígena Timote (Stimots). Lo que existió posteriormente,
fue la conformación y erección como Pueblo de Doctrina con indios.
Los castizos documentos de
Encomiendas de Trujillo, que se conservan en el Archivo General de la Nación,
informan que uno de los grupos o
pueblos primitivos instrumentalmente clasificados, son los “Indios de Nación Timotes en el Valle del Bomboy”, (Olmo, Elisael
José. San Miguel de Burbusay. Pags.192
y 193. Versión digital); de donde se puede extraer que los primeros habitantes
del Valle y del Páramo de La Puerta, concernían a la Nación indígena Timotíes
(Stimots). Esto quiere decir, que el proceso de poblamiento de La Puerta y su
páramo, se inicia como consecuencia del
desplazamiento y/o expansión de los Muiscas de Nueva Granada (Colombia).
1.- Chegué, cacique de los Xikokes (Páramo de La Puerta) Cronografía 2753.
Esa afirmación la sostienen, varios
antropólogos, etnólogos e historiadores, que han investigado el periodo
prehispánico andino venezolano, los Timotes o Timotíes son una ramificación de la confederación
indígena Muisca, llamados también Tunjas, Hunza o Junzas, familia del
pueblo Chibcha, proveniente de Centroamérica, esencialmente recolectores y
cazadores, que aparecieron producto de un proceso migratorio indígena entre el
año 500 A.C. y el 800 D.C. en la provincia de Tunja, de la hoy Boyacá,
República de Colombia que se fueron
desplazando hasta parte del territorio de la Capitanía General de Venezuela, posiblemente en busca de mayores
territorios fértiles, expansión, dominio y desarrollo económico, que serian
algunas de las razones determinantes para el asentamiento social en estos
páramos y valles.
El
historiador trujillano, fallecido
recientemente, Rafael Ramón Castellanos,
explicó como resultado de una de sus investigaciones que la clasificación o
agrupación difundida hasta ahora, sobre los pueblos originarios del Estado
Trujillo, está basada en las obras de Américo Briceño Valero, Orígenes
Trujillanos de Amílcar Fonseca y de Datos históricos de la antigua Provincia de
Burbusay, del escritor Pedro A. Valenzuela; dentro de esa clasificación
tradicional ubicaron: “En
tercer lugar encontramos los Timotíes, que fueron habitantes de los hoy
municipios La Mesa de Esnujaque, La Puerta, Jajó, La Quebrada, Mendoza y
vecindarios. Las tribus integrantes eran los Jajoes, Esnujaques o Exnuxaques,
Quicoquis, Duríes, Mocotíes, Combocos, Emiyaques y Miyayíes”
(Castellanos, Rafael Ramón. Relación de un viaje por tierra de
los Cuicas: con notas del libro del Obispo Mariano Martí". Pág. 20. Ediciones del
Ministerio de Relaciones Interiores. Caracas. 1958). Afirmando que los pobladores originarios de
La Puerta, Mendoza y vecindarios, fueron integrantes de los Timotes,
Castellanos agregó que, debido a esa orientación tradicional, se ha venido por
mucho tiempo asumiendo el reagrupamiento de estos disimiles pueblos, como
Timoto-Cuicas, y los historiadores no han profundizado sobre el tema,
argumentando que “ambas
tribus habrían sido poderosas y representaron dos aspectos en las informaciones
oficiales del régimen colonial”. (Ibíd.).
Coincidiendo con don Rafael Ramón, comentaremos de esto, en otro artículo.
2.- Estampa de niños indígenas sentados
con distintas expresiones.
De
nuestras investigaciones y a los efectos locales, podemos destacar
formaciones de familias, parentelas o comunidades de indígenas Timotes, como
los Kombokos, en caseríos del lado este de nuestra parroquia, como el Alto de
San Juan, quebrada Comboco, El Toldo, incluyendo, Tierra de Loza (Carorita) y La Flecha,
gobernados por el cacique Pitimay y la
principal Kukuruy. Hacia el lado sur-oeste, caseríos como Quebrada Seca, Media
Loma, Juan Martin, El Censo, Lagunita, con poblamiento de indios Mucutís. Hacia el
nor-oeste, Portachuelo de
Malpica, Paramito y Paramo de las 7 Lagunas, lindes con Escuque hubo
poblamiento de Xikokes, teniendo como líder al cacique Chegué. En el sector centro y noreste, Las Delicias,
Pan de Azúcar, El Molino de Mimbom, Santa Bárbara, Barriales y las riveras del
río, poblada de Bomboyes. Era la composición social pre hispana del área
territorial de la actual parroquia La Puerta.
Posterior a la demostrada
consolidación de las aldeas de indios Timotes dispersos en este valle a lo
largo del río Bomboy, es decir, en el antiguo señorío de los briosos Timotes,
se cuentan varios momentos importantes de la hispanización. Por didáctica y
para que lo perciban las nuevas generaciones de Trujillo, hemos procurado darle
en este articulo, la continuidad histórica necesaria como elemento primordial
para ubicar y comprender el proceso de construcción de La Puerta, encadenando
la transición del antiguo pueblo de indios Timotes del Bomboy, a la
conformación definitiva como pueblo colonial hispano.
3.- Pitimay, cacique de los 4 rangos (Cima de Pitimay, Tierra de Loza o Colorada,
Carorita). Cronografía
2805.
1608. El Obispo Alcega y la gran Encomienda del Bomboi.
La Puerta, fue evolucionando como
pueblo hispano-católico, de acuerdo a varias datas significativas, de los
siglos XVI, XVII y XVIII. En efecto, y aunque suene a imprecisión, son diversos
hechos documentados que demuestran las mejores intenciones, esfuerzos y
fundamentos estratégicos de los representantes del Reino de España y de la
curia de la Provincia de Venezuela, por crearlo en razón de su importancia
geopolítica y jurisdiccional y por ser espacio compartido por indígenas Timotes
y Reinosos (Virreinato de Nueva Granada), que desconocían las líneas
imaginarias y fronterizas.
En el proceso de construcción del
Pueblo de La Puerta, hay 3 elementos de importante atención: a) la estructura
de poder y de gobierno colonial, con el Cabildo de la ciudad de Trujillo, que
representaba el esquema imperial de implantar la autoridad y los valores de la
civilización invasora hispana; b) las Encomiendas, que fue el modelo de
explotación indígena para darle el impulso económico a los pueblos coloniales
(no indígenas) en gestación; y c) los curas y sus Obispos como gobernantes de
la Iglesia Católica, que cargaron sobre sus hombros la organización y
construcción de los pueblos, dotándolos de religión, cultura y educación. Para
algunos historiadores, entre ellos Mario Briceño Iragorry, fueron estos curas
los verdaderos constructores de la historia misma, afirmación que no
compartimos en su totalidad. La autoridad de los Obispos, junto con los
encomenderos que eran los que mandaban en las haciendas, le fueron dando cuerpo
social y organicidad a los pueblos coloniales, transformando la conciencia de
los aborígenes, en mentes coloniales, hispanización que no fue labor sencilla
ni fácil, así como en la dotación de tierras de resguardo, que en la práctica
era el área de sus viviendas y conucos familiares y espacios de labor y
explotación agrícola comunitaria.
En la memoria histórica de Trujillo,
el año de 1608 es un hito en el transcurso del neo poblamiento de su espacio
territorial, cuando de manos del Ilustrísimo Señor Obispo Fray Antonio de
Alcega, se realiza quizás el más importante proceso de distribución,
organización político-religiosa de Pueblos Cabeceras de Doctrinas y Encomiendas
de indígenas del suelo trujillano. La visita pastoral con esta misión, la realizó
este cura franciscano, entre los años 1605 y 1610, y es considerado como el
proceso de reordenamiento y poblamiento mejor llevado desde la Iglesia, que
permitió el fortalecimiento irreversible de los pueblos en Trujillo. El Obispo
Alcega, según la relación escrita de su visita pastoral, organizó la región
trujillana en 9 y ½ Doctrinas, las Encomiendas de indígenas,
numero de éstos sometidos, los nombres de los Encomenderos, así como los hatos
y solares, con sus lugares de ubicación que la comprenden. Este fue, en nuestro criterio una interesante
muestra de la cartografía del poder, que denota la visión geopolítica de este
Obispo, al conformar la 7ma. Doctrina, obviamente considerado como espacio de
frontera, esto es, organizó una complicada fragmentación de los grupos
indígenas, en lo que involucró las comunidades aborígenes de La
Puerta-Mendoza-Timotes-La Quebrada-Jajó, espacio territorial perteneciente a
Venezuela, bajo la jurisdicción de la Audiencia de Santo Domingo (hoy,
Dominicana), con linderos del Virreinato de Nueva Granada, que comenzaba en lo
que es hoy, la población de Timotes, estado Mérida. Este Obispo logró
visualizar la importancia estratégica de esta zona para aquella época, tomando
en consideración la latente disfuncionalidad de los pueblos indígenas, en
relación a los propósitos coloniales.
Repetimos fue en 1608, que se
otorgaron las primeras encomiendas por el Obispo Fray Antonio de Alcega, en las
que se incluyó (la 7ma.) una de las más extensas, la del Bomboy (la anotó como
Bombay, por eso, algunos articulistas le llaman sordo a dicho Obispo), valle
que va desde El Portachuelo, hasta lindes con la Meseta de Valera, con 408 indígenas Timotes, al colono Juan
Álvarez Daboin (de Dabuim). Aquí se organiza, se inicia y evoluciona la economía de plantación con la
explotación de la mano de obra esclava aborigen, dándole de hecho y
paulatinamente la organización básica de
pueblo católico. En nuestro criterio, a partir de este hecho organizativo de
Doctrina de la Vicaria de Trujillo, de 1608, se gesta la conformación de La
Puerta, como futuro pueblo colonial. La denominada 7ma. Doctrina estaba
integrada por las siguientes encomiendas: “Cap. Hernando Hurtado de Mendoza, en
su encomienda de los Timotes, 137 indios. Blas Tafallés, en los Timotes, 108
indios…Pedro Gómez Carrillos, en los Timotes, 131 indios. D. Francisco de la
Piñuela, en Timotes, 175 indios. Cap. Hernando Hurtado de Mendoza, en Pocó, 174
indios” (Briceño Perozo: pág. 57). Según este escritor trujillano, esta
doctrina ocupaba lo que hoy es jurisdicción de los Municipios (hoy parroquias)
Mendoza y La Puerta y parte de Timotes.
Por su parte el historiador Rafael Ramón Castellanos Villegas, señaló que la ubicación y extensión de este pueblo era
compleja, al punto que para establecerla de acuerdo con deducciones, había que
trazar “un punto en donde se crucen dos líneas procedentes de La Quebrada a La
Puerta la primera y de Jajó al actual pueblo de Mendoza la segunda” (Castellanos, Rafael Ramón. Relación de un viaje por tierras de los
Cuicas. Pag77 y 78. Publicación del MRI. Caracas. 1958)). De donde se intuye que la extensión
geográfica de esta Doctrina, era mucho mayor.
Si
empalmamos su creación o erección documental eclesiástica de 1608, al proceso
de fundación de Escuque, que queda a poca distancia, y fue la primera fundación española en esta
zona de tierras Timotíes por Diego
García de Paredes y sus huestes conquistadoras, el 9 de octubre de 1557,
nombrándola como Nueva Trujillo, debe considerarse por su cercanía, que el
proceso de ocupación y conquista también tocó al pueblo del valle del Bomboy,
por su ubicación, fertilidad de la tierra, y su enorme río, siendo que, a
partir de esa fecha se comenzaría la construcción de la ranchería a las riveras
del río por Juan Álvarez Daboín, en una especie de concentración de nativos, al
igual que la demarcación de las haciendas y el proceso de sometimiento y
distribución de indígenas, que luego irían trabajar en las Encomiendas y
resguardos.
Los sitios privilegiados de acuerdo a las
Ordenanzas Reales de poblamiento eran aquellos que fueran llanos y
tendidos, como el Valle del Bomboy, y se exigía que estuviera cerca
de algún río, contiguo al paraje
seleccionado en el que se habría de trazar el pueblo. El Bomboy reunía las
características exigidas para fundar un Pueblo.
En la teoría de Herbert Spencer, la
formación de las sociedades y pueblos, anda mediante un sistema complejo, cuyos
elementos integrantes trabajan en conjunto para promover la armonía social.
Esto, dentro de un enfoque amplio, indica que las estructuras sociales en su
conjunto impulsan la evolución de la sociedad, al igual que cada uno de los
elementos que lo conforman, es lo que se denomina el funcionalismo
estructuralista, enseñanza interesante sobre la evolución de los pueblos.
Echando mano a la tesis funcionalista, la evolución de nuestros pueblos
coloniales andinos, entre ellos La Puerta, estuvo direccionada en términos de
la función de cada uno de sus factores constitutivos, entre los que podemos
contar con las principales: los grupos y familias indígenas Timotes,
proveedoras de la mano de obra y fuerza de trabajo esclava para el régimen
económico mercantilista de plantación, que ayudó a la función social de
evolucionar de una sociedad primitiva colectivista a un régimen de esclavitud
colonial.
Los grupos de familias Timotes,
ubicados a lo largo del valle del Bomboy (La Puerta), organizados como estaban
en tribus, pero no concentrados, sino dispersos, realizando sus siembras en el
marco de una economía colectiva, explotando sus conucos, igualmente hacían
tejidos en el Páramo, hacia el lado Oeste de nuestra localidad, actividad que
aun se mantiene, y la cerámica ancestral y artística, en el sector Tierra de
Loza (Tierra Colorada le decían los indígenas), en el lado Sur-Este de la
Parroquia. Estas gentes eran libres y sus decisiones las tomaban en colectivo,
bajo la dirección de sus caciques o mandones, o principales (otros los llaman
chacoy y tabiskey).
4.- Fachada del templo actual de San Pablo Apóstol de La Puerta, símbolo de
la religiosidad católica e institución impulsora de nuestro pueblo. Cronografía
2781.
Las instituciones y poderes reales
las reconoce Spencer, como partes estructurales de las comunidades de gentes,
entre ellas, la Iglesia y su Doctrina católica, el Cabildo de Trujillo que
ejercía la dirección de la vida civil y militar colonial de los pueblos,
privando los intereses de los hacendados y encomenderos; las Encomiendas que era la institución
colonial organizadora y controladora de la fuerza de trabajo esclava indígena
que se utilizó en las haciendas; la legislación de Castilla y la de Indias,
normativa imperante en cuanto a la fundación y erección de los pueblos y
ciudades, lugares y villas; la Real
Audiencia de Santo Domingo, que era el organismo que impartía justicia en la
jurisdicción de los pueblos de Venezuela, cuyo límite con el Virreinato de
Santa Fe de Bogotá, era precisamente la zona de los indios Timotes, y fundamentalmente el modelo económico de
plantación esclavista-mercantilista que fueron implantados en el valle del
Bomboy, todas esta instituciones ayudaron a la función social de construir,
preservar y a evolucionar a la parroquia colonial de La Puerta. A esto, debemos
sumar, las costumbres y tradiciones, que forman también parte de esos elementos
constitutivos u órganos que son interdependientes entre sí e inciden en el
proceso evolutivo del pueblo.
En la teoría evolutiva de Spencer,
las necesidades funcionales son: la regulatoria, la de producción de bienes,
servicios, y la última, la formas de
distribución de esos recursos, que es la riqueza, esto es lo que le da la
fuerza impulsora a la evolución de los pueblos, que en síntesis no son más
que los intereses y privilegios y la
lógica de acumulación, de los hacendados encomenderos, el gobierno colonial y
la iglesia.
9 de agosto de 1620. La inexistente Fundación.
La historiografía local ha venido
afirmando sin señalar la fuente documental que, La Puerta habría sido “fundado”
y establecido como Pueblo de Doctrina el 9 de agosto de 1620, sin embargo,
existe fuente documental que para el reordenamiento de los pueblos y doctrinas
hecho en 1608, por el Obispo Fray Antonio de Alcega, se incluye la
encomienda de esta comarca (Bombay), denominado a partir de esa fecha como Pueblo del Apóstol del Señor San Pablo del
Bomboy, también conocido como La Puerta, en el sitio Valle del Bomboy, que
posteriormente, la historiografía haría referencia que se habría entregado en calidad de encomienda al
capitán Don Diego Hurtado de Mendoza y otros encomenderos, asignándole para
trabajo, cuido y adoctrinamiento el grupo de indígenas aquí asentados desde
tiempos inmemoriales, y que por medio de esa patente de invasor-encomendero,
los despojó de sus tierras y los incorpora a la doctrina católica.
El
historiador Marco Aurelio Vila, en una de sus investigaciones sobre pueblos
coloniales, data también su fundación en 1620, y agregó simplemente lo
siguiente de La Puerta, “Martí (1777) quien lo denomina Pueblo San
Pablo Apóstol de Bomboy…La Puerta, señala 20 casas concentradas con 22 familias” (Vila, Marco
Aurelio. Antecedentes coloniales
de Centros poblados de Venezuela. Pág. 233.
UCV, Caracas. 1978); se refiere al Obispo Mariano Martí, uno de los
prelados que dejó información sobre sus visitas pastorales y observaciones a
los Pueblos de Doctrina en 1777. Describe así,
la existencia de una aldea de casas agrupadas en un solo lugar. Descartamos lo de la fundación; porque no se
tiene fuente documental, por lo menos hasta 1670, de que se halla fundado dentro de los cánones reales e
hispanos de poblamiento, por eso se considera que, lo que hubo inicialmente por
parte de los conquistadores fue la entrega de indios mediante las encomiendas,
el despojo por vías de hecho y fuerza de sus tierras, y el sometimiento de los
grupos de indígenas Timotes asentados en este Valle.
5.- Fotografía histórica: Calle Real
(Avenida Bolívar) en 1920, toma fotográfica desde la Calle 1, entrada del
pueblo, al final se ve el templo de San Pablo. Se observan casas de bahareque,
techos de teja criolla y la calle de tierra. Cronografía 2844.
A
contrapelo, el cronista de Valera
Gallegos Celis, también afirmó sin señalar la fuente documental que La Puerta
habría sido “fundada” el año 1620, y el pueblo de Mendoza, en 1651 (Gallegos Celis, Rafael. Valera siglo XIX. Pág. 117. Fondo
Editorial Arturo Cardozo. Trujillo. 2007).
Otros historiadores, afirman documentos en mano que, La Puerta habría
sido fundada 50 años más tarde, como lo explicaremos más adelante.
El
mismo Mario Briceño Perozo, en su Historia
del Estado Trujillo, da una referencia de “Fundación”, aunque sin ninguna
fuente documental, en la siguiente forma:” se da como año de la fundación de San
Pedro de Momboy (a) La Puerta el de 1620…” (Perozo: pág. 277); del
análisis de esta referencia, se obtiene: 1) que no existe fuente documental, en
consecuencia no hay prueba de la Fundación; 2) le cambió el nombre de San
Pablo, por el de San Pedro; 3) le cambió igualmente, el nombre original de Bomboy,
por el de Momboy; 4) mencionó el año 1620, pero no indicó el día y el mes de
esa fundación, y no los podía mencionar por no tener sostén documental de la
pretendida fundación; 5) cuando dice “…se da como año de…”, se entiende
que no lo afirma ni lo sostiene, y esto, lo basa en la siguiente anotación: “…un
año antes estuvo hasta el otro lado del río Motatán el Juez Visitador Dr.
Alonso Vásquez de Cisneros, de la Real Audiencia de Bogotá, quien recorrió el
partido de Mérida, entre el 23 de abril de 1619 y el 28 de agosto de 1620; en
septiembre de 1619 estuvo en el valle de Timotes, en la frontera con la
provincia de Venezuela. Del recorrido de Vásquez de Cisneros quedaron en
territorio merideño diez y ocho poblaciones dotadas de plaza, iglesia y moradas
para las autoridades y viviendas destinadas a los naturales con tierras
suficientes y bien delimitadas para su labores propias…” (Perozo: pág.
277). Sería absurdo pensar, que conformaron de esa manera todos estos pueblos
reinosos en Mérida, y los de Trujillo, que pertenecen a la misma etnia de
indígenas, y en los mismos valles y tierras ancestrales, no se le diera
organicidad y reconocimiento de su existencia para ese año 1619, por lo que
difícilmente puede tenerse como fecha de fundación 1620, ni como fecha de
erección como pueblo de doctrina y mucho menos como de fundación, ya que se
había conformado desde 1608.
En 1621, gestión del Gobernador y
Capitán General Francisco de la Hoz Berrío, cuando se redefinen y dividen las
nuevas encomiendas, se registra que ya existe o estaba creado el pueblo de indios de San Pablo Apóstol del
Bomboy, y crean un nuevo pueblo dividiendo el valle del Bomboy, llamado de San
Antonio Abad, después Cañada de Mendoza
o parroquia Mendoza Alta (hoy desacertadamente llamado Mendoza Fría). Al establecer
este otro pueblo, reasignaron a los indígenas que iban a uno y otro, con
lo que los dividieron y lograron en la práctica dominar y controlar a los aborígenes. Sobre la
pretendida fundación de La Puerta, el investigador Salas Méndez, ha escrito
que “sus orígenes son bastantes
antiguos y como la gran mayoría de los pueblos trujillanos, se formaron por el
agrupamiento de indios de las encomiendas. La que se conoce como más antigua
(encomienda) es la que fue otorgada a Don Alonso Pacheco Velásquez, a la cual
se agregó la de Don Fernando de Ledezma, expedida la primera por el capitán
Diego Franco de Quero. Hubo otra encomienda que fue asignada a Don Cristóbal
Hurtado de Mendoza con la particularidad de que en el documento de asignación
hay un párrafo que dice “que los indios de dicha encomienda están
juntos y congregados en el Valle de Bomboy, donde son naturales y tiene su
pueblo e iglesia dedicada a san pablo, con todos los ornamentos necesarios…”
(Salas Méndez: pág. 187). Lo más probable
–no lo afirma- que pudo haber ocurrido alrededor de 1620, cuando se le otorgó
la encomienda a Don Alonso Pacheco Velázquez, pero esto no es signo de
fundación ni de erección, sino el reconocimiento de que existía un pueblo de
indios Timotes desde hacía muchos años en este sitio y se había construido la
capilla católica. (Pérez Carmona, Antonio. Trujillo.
1970). De esto, podemos deducir lo
siguiente: 1) los indios se reagruparon y concentraron en este mismo sitio,
donde hoy está la parroquia; es decir, no hubo el traslado de indios de otras
aldeas o sitios hasta La Puerta, tampoco –al parecer-, hubo necesidad de
reducir tribus o grupos violentamente para su adoctrinamiento. 2) aceptaron congregarse en este lugar,
porque eran nativos del mismo y eran sus tierras ancestrales, vivían aquí en
comunidad desde tiempos inmemoriales y no los trajeron obligados a este sitio.
3) la invocación como Pueblo de San Pablo Apóstol, se le debe al capitán
Cristóbal Hurtado de Mendoza, encomendero, hijo de don Hernando, el
conquistador español, como lo hemos
señalado en otros artículos, fue cura, su esposa era católica practicante. 4)
que el pueblo de indios Timotes, estaba congregado y de hecho creado, mucho
antes de 1620, en que se otorgó la encomienda a don Cristóbal. 5) para 1620, ya
existía la iglesia “con todos los ornamentos necesarios”, y asimismo, existía el
pueblo de indios, que en 1621 se organizaría como pueblo católico de San Pablo
Apóstol del Bomboy, hoy La Puerta, lo que robustece nuestra tesis de que habría
sido erigido o se iniciaba su construcción en 1608, conforme a lo previsto por
el Obispo Fray Antonio de Alcega. 6) de la interpretación de los pareceres de
los nombrados historiadores, se intuye que no hay seguridad sobre la fecha de
erección y menos de su fundación y se incurriría en error al confundir
el reordenamiento y ratificación de encomiendas, con el acto de erección como
Pueblo Cabecera de Doctrina con la advocación de San Pablo Apóstol del
Bomboy, lo que había ocurrido años
antes, en 1608. 7) Así, comenzaba una
nueva etapa en el proceso de esclavitud, que permitió el avance de la economía
de plantación, en un clima de tranquilidad, implantando la cultura hispana y la
religión católica en los indígenas, por lo menos hasta 1781, en que se produjo
la intentona de los Comuneros del Socorro, que llegó hasta nuestra provincia.
También han difundido esa fecha
(1620), pero sin determinar la fuente histórica, los siguientes escritores:
Américo Briceño Valero (Geografía del
Estado Trujillo); el geógrafo francés Francis Bennet (Geografía General de Venezuela), y el cronista de Valera, padre
Juan de Dios Andrade, en su publicado (Discurso
con motivo de los 350 años de la fundación de La Puerta. 1970).
Lo curioso, en relación a la pretendida fundación de La
Puerta en 1620, es que no existe o por lo menos no se ha encontrado (salvo el protocolo de Vílchez de 1670), el
acta que debió levantarse el día de esa fundación, que debió estar en los
archivos correspondientes de la Gobernación de la Provincia de Venezuela, o
cuando menos en el Cabildo de Trujillo, y ese documento no aparece por
ninguna parte, como dice mi ilustrado
amigo Don Segundo Peña Peña, Cronista de Motatán, esa fundación no tiene “fe de
bautismo” ni “partida de nacimiento”, repito, por lo menos hasta que se
formalizó la fundación como pueblo en el Protocolo de Vílchez de 1670.
En mi indagatoria
personal, he tenido la oportunidad de conversar con algunas personalidades que estuvieron
presentes en 1970, cuando se fijó esa fecha de fundación, y lo que obtuve
acerca de esto, es que al no existir un documento fidedigno sobre la fundación,
se tomó la data de las primeras encomiendas, y en relación al día y mes, serian
arbitrarios, porque el objetivo era celebrar los 350 años de esa “Fundación”, para
rescatar el gentilicio y darle contenido histórico a nuestra comarca.
1636.- La Doctrina de
San Pablo de Bomboy, ejemplo de evolución religiosa y prosperidad económica.
Es importante agregar al tema, el
profundo significado de los hechos de los Obispos y sus visitas pastorales, en
ese proceso de conformación de pueblos. En esa fecunda labor, se reconoce el esfuerzo para la erección de
La Puerta como pueblo, que se detalla en el siguiente dato histórico de su evolución,
tenemos que en 1636, el pueblo de San Pablo Apóstol del Bomboy, recibió la
visita del obispo Dr. Juan López Agurto de la Mata, quien en su Informe
Pastoral ratificó la evolución de la
religiosidad de los habitantes y la prosperidad de esta comarca, que tenía como
cura doctrinero al padre Salvador de Carmona, quien sucedió al padre Antonio
Montero, que había pasado a cumplir su misión en San Miguel de Burbusay. Uno de los periodos de mayor crecimiento económico
del valle del Bomboy, fue el siglo XVII, debido a su ascenso a Pueblo de Doctrina,
dentro de la jurisdicción política y religiosa de Venezuela, el auge de las
plantaciones de caña de azúcar, algodón, tabaco, cacao, maíz y trigo, y su
organización social para el fomento de las mismas.
6.- Fotografía histórica: El hermoso campanario del
anterior Templo a San Pablo Apóstol de La Puerta, a la izquierda la pequeña Capilla,
donde hoy esta levantada la Casa Parroquial. Cronografía 2785.
A la llegada de los llamados
conquistadores europeos al valle del Bomboy, habitado y trabajado por indígenas
Timotes, se encontró con un lugar donde habían significativos cultivos de
algodón, de los que sus productores elaboraban determinados tejidos y su
vestimenta, así como, lienzos ordinarios y pita que intercambiaban con otros
pueblos indígenas, inclusive con gente de El Tocuyo. Esa oportunidad no la
despreciaron los españoles y valiéndose del conocimiento indígena de tejidos,
comenzaron a mejorar la técnica de las telas y montaron talleres textiles,
convirtiéndose en un género de comercio importante. Cosa parecida, ocurrió con
el cacao, que también era sembrado y cosechado por los indígenas en el período
pre hispano, el maestro Briceño Iragorry, en una de sus investigaciones
concluye en que los Timotes y Cuicas, además de ingerirlo como alimento
(Chocolate), usaban granos de cacao como
moneda para el intercambio comercial, pero es a partir del siglo XVII, cuando
este rubro incrementó su producción. (Mario Briceño-Iragorry, "Sistema monetario de los timotocuicas",
Anales de la Universidad Central de Venezuela, Julio - Septiembre, 1928). En
relación al tabaco, que también es
originario de América, fue a partir del siglo XVII, cuando llegó a alcanzar su
desarrollo más notable.
Durante esa etapa,
se fueron incorporando los indígenas al nuevo modo de producción, y se encargan
de las encomiendas, importantes personajes con poder y rango social en la
ciudad de Trujillo. Familias como los Hurtados de Mendoza, Saavedra, Briceños,
Mexias, Graterol y La Bastida, fueron construyendo sus casas de residencia y se
mudaron al valle del Bomboy, donde se
marcarían episodios importantes del periodo histórico colonial y luego del
republicano. Con este avance económico, el gobierno de la Provincia de
Venezuela organiza otro pueblo, que se
desprende de las primeras encomiendas de 1608 (hoy, Mendoza Fría), en tierras
de Álvarez Daboín, que fueron adquiridas por hacendados españoles, quienes
fundan extensas haciendas; y la iglesia y
su templo, veía resultados en el cumplimiento de su importante rol, en la
construcción de este pueblo andino. De igual forma, se desprendió Jajó, de
Esnujaque.
1662. La pesquisa sobre
las encomiendas y encomenderos del valle de Bomboy.
En un interesante expediente abierto
en 1662, por el Gobernador y Capitán General de Venezuela, Don Pedro de Porres
Toledo y Vosmediana, se realizó una pesquisa (investigación), sobre la
situación de los indios del valle del
Bomboy, encomendados al capitán Cristóbal Hurtado de Mendoza y a su hijo
Fernando de Ledesma, en cuyo documento
se dejó constancia que “…se encuentran juntos y congregados en el
mencionado valle, de donde son naturales y tienen allí pueblo e iglesia
dedicada a San Pablo, disponiendo de todos los ornamentos necesarios para la
celebración del culto, que el cura doctrinero es el padre Nicolás de Reyna, que
los indios e indias trabajan con herramientas que les ha suministrado Hurtado
de Mendoza, que este trabajo es de tres días a la semana, ya que los otros tres
días se los dan para descansar y atender a los conucos propios; que al cabo del
año el encomendero les da algodón y camisetas; que a los indios y a las indias
no se les da mal tratamiento, no se les injuria, ni se les quita lo que tienen;
que los indios no son azotados no aprisionados, ni existe botalón ni cárcel;
que cuando enferman, el encomendero los atiende y hace curar…” (Briceño
Perozo, Mario. Historia del estado
Trujillo. pag.276. edición ANH. Caracas.1984). Y agrega este autor que “A pesar de lo positivo de la averiguación,
consta que al encomendero le hizo cargos la Gobernación y Capitanía general por
ciertas omisiones, que se especifican en documento de 16 de mayo de 1662…”
(Idem). Estos títulos de encomiendas los habría legitimado el gobernador
anterior Don Andrés de Vera y Moscoso.
Para varios historiadores y
cronistas, “La encomienda que se conoce como más
antigua es la que fue otorgada a Don Alonso Pacheco Velásquez” que es de 1620 (Salas Méndez: pág. 187). Por lo que hemos encontrado en ciertas
publicaciones, se percibe, que a raíz de
la valoración de estas encomiendas, se tomó la fecha de otorgamiento de esta
encomienda, como fecha de “fundación” de La Puerta.
El silencio en torno a la fundación cartular de La Puerta del 29 de
julio de 1670. De pueblo de indios Timotes a Pueblo colonial hispano-católico.
El acto de fundación de La Puerta,
según documento público se verificó en 1670, por orden de las autoridades civiles y
eclesiásticas; se realizó una fundación cartularia formal, asistiendo el
agrimensor, el cura, la tropa y el comisionado, a realizar el reordenamiento
del pueblo, en las siguientes circunstancias:
Avanzada la economía rural de este
valle, siendo cura doctrinero el padre Nicolás de Reyna desde 1658, se le reconoce junto al maestro Mateo de Párraga
como autores de su fundación. En las
diversas fechas que se han señalado como
de fundación o erección hispano-canónica de la Puerta como pueblo, solo el
historiador trujillano Dr. Amílcar Fonseca, dio fuente documental, basado en el
Protocolo de Vílchez y Narváez, y apuntó
en su obra Orígenes Trujillanos, lo
siguiente: “San Pablo del Bomboy: pueblo a orillas del rio de ese nombre, fundado
en 1670 por Don Nicolás de Reyna y Mateo de Párraga” (Fonseca: pág. 313
Tomo I). Esta es la referencia y un
dato histórico interesante para La Puerta en su evolución de pueblo, porque
informa sobre la fundación formal y su consolidación como pueblo indígena de
Doctrina Católica (Manrique, Oswaldo. Historia
Local de La Puerta. 2019). Si tomamos esta referencia documental, el 29 de
julio del año que viene estaría esta parroquia arribando al 350 aniversario de
su fundación.
Es pertinente, reproducir el dato
histórico que el escritor trujillano, Fonseca, hizo en
referencia al Bomboy y a la fundación, en la siguiente forma: “Bomboy:
San Pablo de Bomboy: Pueblo a orillas del rio de ese nombre, fundado en 1670
por Don Nicolás de Reina y Mateo Parraga (Protocolo Wilches y Narváez del R.S.)
Servía en 1719 de doctrinario Don Fernando de Paredes. Testamento de la Vicaria
– Block A. “(Fonseca, Amílcar. Orígenes
trujillanos. Tomo 1, pág. 137. Ejemplar
Biblioteca MBI. Trujillo). Como
hemos relacionado anteriormente, salvo este dato documental, no hay
coincidencia en los historiadores y cronistas en cuanto a la fecha de la
posible Fundación, sin embargo, si hay una obvia concomitancia en que mucho antes del 9 de agosto de 1620, ya existía
una Aldea de indios Timotes, establecida siglos antes, como pueblo a lo largo y
ancho del Valle y el río Bomboy, e igualmente, en cuanto a la erección o
reconocimiento eclesiástico del valle del Bomboy, como Pueblo de Doctrina, y
que posteriormente en 1670, habría ocurrido la Fundación cartular y
jurisdiccional, de acuerdo a ese documento que reposa en el Registro Público de
Trujillo, señalado por Amílcar Fonseca.
Toca hacer algunas reflexiones sobre este importante
documento para nuestra parroquia, como por ejemplo: 1) este título de
fundación, suscrito por el funcionario colonial autorizado para realizarla
Mateo de Párraga, y el Padre Reyna, como Cura Doctrinero, tiene carácter de
documento histórico, público y jurídico, porque le dieron fe pública, a la
usanza de la época, y se encuentra inserto en nuestro Registro Público de
Trujillo. 2) como documento jurídico e histórico que por sí solo hace plena fe
para todos, debe dársele el valor como prueba fehaciente de la fundación de La
Puerta como pueblo colonial efectivamente realizada, en la fecha antes
señalada, hecho jurídico e histórico que se desprende de este instrumento
cartular. 3) esta acta relativa a la
fundación, que se ha venido silenciando, que fue levantada en nombre del Rey de
España y por los lineamientos de la Iglesia católica, señala un conjunto de
hechos y derechos cartularios, en cuanto al reconocimiento de su población,
tierras, privilegios de la iglesia, derechos de los indígenas, de los
encomenderos, y establece la autoridad de gobierno y jurisdicción, es decir, un
conjunto de poderes que se institucionalizaron con la fundación. 4) existiendo
esa antigua y manuscrita acta de fundación,
no se puede seguir diciendo que La Puerta fue fundada en un año, mes y
día distinto, existiendo fecha cierta de fundación, que es el 29 de julio de
1670.
Igualmente es obligatorio, analizar
que si bien es cierto que existe esta prueba fehaciente de cuándo exactamente
fue fundada La Puerta, como pueblo colonial, es pertinente atemperar sobre las
razones y circunstancias que motivaron tal fundación. Llama poderosamente la
atención y debemos considerar que desde
1608, en que el Obispo Alcega, otorgó la gran Encomienda del Bomboy a Juan
Álvarez Daboín, hasta la fecha de esta fundación, habían transcurrido 52 años
de crecimiento económico y poblacional, la mezcla racial, así como la transculturización y el
adoctrinamiento de los aborígenes en el mismo lugar del valle del Bomboy, que
de acuerdo a los Informes de las visitas pastorales de los Obispos, entre ellos
el Dr. Juan López Agurto de la Mata en
1636, estaba en plena y efectiva
evolución como pueblo colonial, desde el punto de vista religioso, civil y
económico; es decir, era inobjetable la existencia del pueblo de La Puerta en
el marco del modelo de vida y cultura colonial impuesto por la Corona española;
impulsado –según la teoría de Spencer-, en el funcionalismo estructuralista, en
la labor sincronizada de las estructuras sociales en conjunto, con el objetivo
de construir este pueblo.
Ahora bien, observando las
circunstancias así, la fundación realizada en la fecha mencionada, solo pudiera
considerarse como una fundación de carácter cartular, de reconocimiento de la
existencia de un pueblo ya formado evolutivamente, maduro, con más de medio siglo
-para esa fecha-, de cotidianidad comunitaria, sin contar el periodo como
pueblo prehispánico. En tal sentido y bajo esa óptica, debe apreciarse y
tenerse el 29 de julio de 1670, como día de la fundación cartular de La Puerta
como pueblo colonial.
Otra reflexión que es pertinente,
está relacionada con algunas interrogantes que nos hacemos: ¿cuáles fueron las
razones para silenciar, ocultar y desestimar este documento de inestimable
valor histórico? ¿Qué causa o interés privó en la dirigencia de las instituciones
públicas, en las autoridades municipales, los educadores, cronistas,
historiadores y de las fuerzas vivas de La Puerta, en 1970, para ocultar ese
documento? ¿Por qué se silenció el dato histórico de fundación suministrado por
el historiador Amílcar Fonseca? ¿Por qué celebrar 350 años, en 1970, sin fuente histórica alguna, cuando pudieron
celebrar los 300 años de la fundación, contando con ese soporte documental?
Partiendo de la tesis del funcionalismo
estructuralista de la conformación evolutiva de esta comarca colonial, mientras
no se cuente con un documento probatorio, que nos evidencie que el pueblo de La
Puerta, fue fundado en 1608 o en 1620, habría que dar por válido que la
refundación cartular católica y jurisdiccional, ocurrió, de acuerdo al dato
suministrado por el historiador trujillano
Amílcar Fonseca, el 29 de julio del año de 1670, cuya misión cumplieron
el maestro Matías de Párraga y el cura Don Nicolás de
Reyna,
según el documento que reposa en el archivo citado por aquel en su obra Orígenes Trujillanos. Hablamos de fundación cartular, porque en
nuestro criterio, La Puerta, es el
resultado de un proceso evolutivo que parte desde 500 años antes de Cristo, en
que se establecieron los primeros pobladores indígenas Timotes en este valle,
según las investigaciones genéticas del sabio venezolano Miguel Layrisse y del
norteamericano Johannes Wilbert.
Sin embargo, lo que ocurrió en 1670, con Mateo de Párraga y
Nicolás de Reyna, fue el cumplimiento mediante esa Fundación cartular, del
reconocimiento de la erección de esta comunidad, como Pueblo Colonial y de
Doctrina Católica bajo autoridad, jurisdicción
y gobierno Colonial castellano, aunque insistimos que ya era un antiguo
pueblo de indios, luego seria Cabecera de Doctrina y colocarían forzosamente a
los nativos aislados y agrupados, bajo la advocación católica del señor San
Pablo Apóstol del Bomboy.
7.- Fotografía de 1946.
Panorámica de la Avenida Bolívar, vista desde la Calle 1. Cronografía
2519.
Los
fundadores de 1670.
Se desprende del citado documento público e
histórico, que el licenciado Mateo de Párraga, el 29 de Julio de 1670, y autorizado por las
autoridades de Trujillo, fundó formalmente
al Pueblo San Pablo de Bomboy, pudiera decirse latu sensu, es
el fundador de La Puerta, junto con el Sacerdote Nicolás de Reyna, quien era
el responsable de esta Doctrina y sus colaboradores franciscanos, de los cuales
no conocemos sus nombres.
El
maestro Mateo de
Párraga, a quien se pudiera señalar como uno de los fundadores cartulares del
Pueblo de La Puerta, fue un educador
español, un hombre intelectualmente formado para la administración pública
Colonial, que llegó a Trujillo, cuando habían pocos centros de enseñanza. Fundó
en 1653, la Escuela Mateo de Párraga, que fue floreciente y dotó de buena
formación a los hijos de los mantuanos peninsulares y criollos de la época. Una
educación guiada por la tesis de Alcurnio, dictando clases de Gramática,
Dialéctica, Matemática, Retórica y Filosofía. Párraga, se convirtió por su
sabiduría, en un funcionario de alta utilidad para el gobierno colonial, por auto del 8 de octubre 1657, el
Gobernador y Capitán General Don Andrés de Vera y Moscoso lo designa como administrador de la extensa Encomienda
de Carache, hasta 1667. En 1670, se le
designó junto con el sacerdote Nicolás de Reyna, para darle formalidad y orden
a la erección del Pueblo del señor San Pablo Apóstol del Bomboy; el 9 de
agosto de 1670, según el historiador trujillano Amílcar Fonseca, se había
cumplido con tal instrucción (Fonseca, Amílcar. Orígenes trujillanos. Tomo 1, pág. 137. Ejemplar Biblioteca MBI. Trujillo).
“…El 29 de Julio de 1670, Mateo de
Párraga y el Sacerdote Nicolás de Reyna fundan a San Pablo del Bomboy…” (Fuente: pagina web: Datos Históricos de Trujillo y Venezuela. https://adalbertoga7.wordpress.com). El estudioso maestro Don Mateo de Párraga, eficiente funcionario de la
Corona Española, pertenece por su
apellido, a una dinastía de maestros constructores de las Islas Canarias (Fraga
González, Carmen. Estudios Canarios. Pág. 23. 1979). El 6 de febrero de 1673, procediendo
también como funcionario de gobierno, Párraga certifica por medio de
declaración y documento que habían
“…desaparecido los encomenderos fundadores de Santa Ana de Trujillo…”. (Tomado en: Rafael Ramón Castellanos: Cronología de Santa Ana de Trujillo. Digital). También certifican este hecho, los
hacendados Sancho Briceño Graterol, Pedro Azuaje Saavedra y Juan Pérez de la
Peña.
El cura Don Nicolás
de Reyna, era un sacerdote de noble linaje, estaba emparentado con personajes
de la real sociedad española peninsular, fue un minucioso y detallista
sacerdote, que impulsó cuando fue cura doctrinero de La Puerta, el
acondicionamiento y remodelación del templo de San Pablo apóstol en 1670.
Además, ante el desarrollo económico y social de la comarca, hizo el esfuerzo y
logró que se le autorizara para proceder a la fundación. El objetivo de esta
fundación ordenada por el Alcalde, era
claro, formalizar, mediante acto solemne y consolidar el lugar como pueblo,
político, jurisdiccional y religioso, en base a una instrucción de gobierno y a
la profusa devoción cristiana, como lo demuestra el interés por dejar
constancia de su nombre y de la fecha de la susodicha fundación, en el
Protocolo Notarial de Vílchez.
En efecto, y luego de la cronología antes detallada,
concluimos que gracias a la actitud de los primeros pobladores de la nación
Timotes establecidas desde tiempos inmemoriales, se debe aquilatar la
permanencia de este emprendimiento y asentamiento poblacional en el hoy sitio
de La Puerta, por lo que no tenemos la menor duda, que la fecha cierta de
constitución del Pueblo indígena Timotíes del Valle del Bomboy, incluyendo su
Páramo, fue mucho antes de la llegada del conquistador Diego García de Paredes
en 1557, de los encomenderos y doctrinarios en 1607, en 1620 y de Mateo de
Párraga y Nicolás de Reyna en 1670. Esto, sería en primer término, importante
de señalar.
14 de noviembre de 1687. La conformación definitiva como pueblo
colonial.
El
historiador trujillano Rafael Ramón Castellanos, ha afirmado que antes de 1687,
no se contaba con datos fidedignos como para analizar el proceso histórico
político y social de lo que es hoy Trujillo y particularmente los pueblos y
parroquias que lo conforman. Fue en el referido año, que se practicó el mayor censo que se conozca en nuestro
territorio, se matriculó exhaustivamente cada Pueblo de Doctrina de Indios y
cada encomienda, se otorgó la sui generis libertad ordenada por Cédula Real, y
se asignó tierra para el Resguardo Indígena de La Puerta, parte de él, es el que conforma hoy un poco más de la
poligonal urbana. El Acta del Alcalde Jacinto Valera y Mesa, es de fecha 14 de
noviembre de 1687, de donde hemos podido sacar información histórica importante
acerca de la situación socioeconómica y religiosa de aquella época, y aspectos
de su proceso evolutivo como pueblo.
8.- Vista panorámica de La Puerta,
año 1950. Cronografía 2518.
Uno
de los datos más relevantes en lo relativo a la historia y orígenes de La
Puerta, en su evolución como pueblo, lo encontramos en dicha Acta del Alcalde
Valera y Mesa; en la denominada Cuarta Doctrina: Pueblo del Señor San Pablo,
constituida por 6 Encomiendas, de las cuales hubo una adyacente al Resguardo
Indígena de La Puerta (hoy Poligonal Urbana), unas en la cercanías de La
Quebrada, otras en San Antonio Abad (Mendoza) y otra en Timotes. Su ubicación
geográfica, a 27 kilómetros de la Quebrada. Aquí radica, lo que hemos venido
difundiendo que La Puerta, no es lo que satíricamente vienen difundiendo los
cronistas y algunos historiadores de que sería el sitio “por donde se entra y por donde
se sale” o que habría un portón a la entrada del pueblo (Santa Bárbara)
y otro a la salida (La Flecha), cuando lo cierto es, que no existía carretera;
sino un punto estratégico para la estructura política administrativa colonial,
que avizoró el Obispo Fray Antonio de Alcega, como por el gobernador, en la
conformación de este espacio de indios Timotes, como un importante espacio geopolítico de frontera.
Por ello, en 1608, otorga la gran Encomienda del Bomboy, desde el Portachuelo,
hasta las inmediaciones de la meseta de Valera (hoy, quebrada Doró,
Carmania), con más de 400 nativos
Timotes, a Juan Álvarez Daboín (de Dabuim); y se cuentan encomiendas en tierras
de lo que después será el pueblo de San Antonio Abad (Mendoza), que aparece
como desprendimiento de ellas.
El
citado historiador confirma nuestra apreciación, cuando intenta dar una
explicación de la ubicación exacta del Pueblo indígena de San Pablo Apóstol (La Puerta). La
disgregación encomendil, la expone de la siguiente forma: “…La ubicación exacta del pueblo de San
Pablo no la hemos podido lograr definitivamente, aunque podemos establecerla de
acuerdo con deducciones que son muy favorables entre un punto en donde se
crucen dos líneas procedentes de La Quebrada a La Puerta la primera y de Jajó
al actual pueblo de Mendoza la segunda…” (Castellanos,
Rafael Ramón. RELACIÓN DE UN VIAJE POR
TIERRA DE LOS CUICAS. Págs. 77 y 78. Ediciones del Ministerio de Relaciones
Interiores. Caracas. 1958). Al elaborar el croquis sugerido por este
historiador, nos damos cuenta que es
precisamente un espacio conformado por pueblos y grupos cordilleranos andinos
de la etnia Timotes, extenso territorio,
estrechamente vinculados con las comunidades del Virreinato de Nueva
Granada. Recordemos que lo que es hoy Timotes, perteneció a dicho Virreinato y
tenía vínculos comerciales con la provincia de Barinas.
Las
encomiendas para dicho año, estaban
otorgadas así: capitán don Alonso Pacheco de Mendoza, encomienda de doña Paula de Saavedra,
encomienda del capitán José Sánchez Mejías, encomienda de doña Juana de
Mendoza, encomienda de Fernando Hurtado
de Mendoza, y la encomienda del licenciado Juan Buenaventura Cabrita de Losada, “curiosidad
en que el cura doctrinero era a su vez dueño y señor de una encomienda”. (Castellanos: 77). Preocupación del
autor, por lo contradictorias de las funciones y atribuciones de este
cura.
Tiempo después, avanzado el Siglo
XVII,
apuntado por el historiador
trujillano Mario Briceño Perozo en su Historia
del Estado Trujillo, ocurre en 1687,
“…la
conformación definitiva del pueblo se logra 67 años después, en tiempo del
gobernador y capitán general Dr. Diego de Melo Maldonado…cuando el Alférez Don
Diego Jacinto Valera y Meza, en fecha 14 de noviembre de 1687, practicó la
visita real de Encomiendas y en norma de una Cédula de S.M. y en cumplimiento
de instrucciones precisas del Gobernador de la Provincia, el supradicho Melo
Maldonado, hizo la matricula de naturales, a quienes se garantizó la
libertad y se les asignó tierras…” (Perozo: 277. Subrayado
nuestro). Este dato histórico es
fundamental, porque encierra el hecho
más relevante para la población nativa de La Puerta, en lo que coinciden
historiadores como el momento en el que realmente se considera conformado y
fundado el Pueblo San Pablo Apóstol del Bomboy (hoy La Puerta), dentro de los
cánones españoles. Las primeras
instituciones de las que se tiene constancia documental son las encomiendas y
la erección canónica como pueblo de doctrina y luego como cabecera de doctrina,
aunque no se puede ocultar una historia de miles de años, con una definición
social, política, geográfica y cultural prehispánica. En 1687, se confirman
formalmente 3 hechos fundamentales: el primero, se otorgó a los naturales una
sui generis “libertad”, porque no debía existir ningún natural sirviendo como
esclavo, quedando a pagar a partir de esa fecha, tributo real con su trabajo
personal, es decir, pasaban de indio esclavo a la condición de indio
tributario; segundo, en representación
del gobernador y del mismo rey de España, se le asignó tierras a esta comunidad aborigen, se entiende que
una legua a los cuatro vientos, que son las denominadas posesiones indígenas
del resguardo, donde se ha venido desarrollando el pueblo de La Puerta; y por último, se le dio reconocimiento de
Pueblo Cabecera de Doctrina San Pablo Apóstol del Bomboy, a partir del cual,
tiene existencia real y unitaria como
conglomerado social católico,
proyectando una particular identidad, historia y cultura, en un proceso
de mixturización hispano-indígena, integrada a la jurisdicción política y a la
Vicaría de la ciudad de Trujillo. Este
es el hito cierto que marcó el inicio del proceso bajo el nuevo orden imperial
colonial, en lo político, económico, social, cultural y religioso, como pueblo
de apenas 333 años de conformada definitivamente.
Posterior a la realización del censo
colonial de indios, que arrojó que La Puerta, contaba con 235 indígenas
incluyendo la gente del Páramo, que sería un pequeño porcentaje de esta
cifra, el Alcalde de Trujillo, Alférez
Diego Jacinto Valera y Mesa, en 1687, dio a conocer la Real Cédula, mediante la
cual el Rey de España y del Nuevo Mundo, otorgaba la libertad a quienes hasta
la llegada de los invasores del Rey, siempre habían sido libres, los indígenas
de las encomiendas de Trujillo, argumentando que ningún natural, debía
permanecer esclavo o sirviendo como tal, en repartimientos y encomiendas, en
todo caso, pasaba a partir de esa Cédula, a otro modelo de explotación: el
régimen de Tributos a la Real Hacienda, y al enfeudamiento.
Luego de la
visita de Diego Jacinto Valera y Mesa en 1687, con el que se cierra un ciclo
que se inició en 1560 en la región Trujillana, nace el interés de la Real
Hacienda y de la Iglesia en conocer realmente el número exacto de indígenas que
quedaban en los distintos pueblos de Venezuela, esto, en función de saber
cuántos estaban en capacidad de pagar tributo.
En ese contexto el Obispo Diego de Baños y el Gobernador Marqués del
Casal realizan un padrón de indígenas
tributarios en 1691, que da como resultado un total de Timotes y Momboy, de
cincuenta y cuatro (54) indígenas
que pagaban tributo en dinero o su equivalente en
frutos.
1777.
La mención de La Puerta, en el Informe de la visita
pastoral del Obispo Martí.
La mejor demostración que nuestra
comarca, se le llamaba desde antiguo, como pueblo de La Puerta, es la mención
documental, que encontramos en el
Informe de la visita pastoral del
Obispo Mariano Martí. El historiador Briceño Perozo, en su obra antes señalada,
anotó lo siguiente: “El Obispo Martí
al mencionar al pueblo de San Pedro señala: alias La Puerta y Humboldt le da
este nombre al ponderar que en las montañas de Mérida y Trujillo se cultivan
los cereales de Europa y con La puerta cita a Santa Ana…” (Perozo: pág.
276).
Noventa años después de la
anunciada libertad de los indígenas, según el informe de la visita pastoral del
Obispo Martí (1777), se erguía el Pueblo de Doctrina, en el sitio del Bomboy,
como una zona de encomienda ya consolidada y ordenada y los nativos ahora en
calidad de siervos, seguían pagando tributo con su trabajo directo al hacendado
y mezclándose parentalmente con él. Esto, se mantendría así, hasta 1891, en que
ocurrió el oscuro y amañado juicio de partición de las tierras del Resguardo
Indígena de La Puerta, por el cual los autóctonos pobladores aborígenes fueron
desalojados de sus tierras, sus casas demolidas, y obligados por las
circunstancias, siendo todos pobres, analfabetos y desasistidos, migraron hacia las montañas u otras partes
del país. Entre 1687, en que les asignaron las “ancestrales, inalienables e
imprescriptibles” tierras del Resguardo Indígena de La Puerta, hasta que los
despojaron en el año 1891, transcurrieron 204 años, en que se cierra este
capítulo de cotidianidad indígena, de nuestra historia local.
Conclusión:
En resumen,
podemos comenzar a hablar de un pueblo de indios ya existente y consolidado
dentro del señorío estructural de los Timotes, cuyos inicios de colonización
europea se dieron en 1608, con la categorización dada por el obispo Fray
Antonio de Alcéga; que luego, se reordena económicamente en 1620, cuando se
otorgan, legitiman y reconocen las encomiendas del Bomboy; que posteriormente
se funda cartularmente el 29 de julio de 1670, con el nombre de La Puerta por
el sacerdote Nicolás de Reyna y el maestro Don Mateo de Párraga, de acuerdo al
Protocolo de Vílchez; y que finalmente, en 14 de noviembre de 1687, se conforma
definitivamente como pueblo colonial, se le asigna tierras por el Alférez
Valera y Mesa, liberando a los indios esclavos de las encomiendas y a la vez,
se reconoce como pueblo Cabecera de Doctrina de San Pablo Apóstol del Bomboy
(Hoy La Puerta). Esto quiere decir, que
su conformación como pueblo es evolutiva y no fundacional como se ha pretendido
afirmar.
Considero que lo de la “fundación”
del 9 de agosto de 1620, no tiene basamento ni fuente documental.
9.- Arco de entrada a La Puerta, monumento levantado en
tributo a los hechos históricos y personajes que enaltecen el gentilicio de
nuestra comarca. Cronografía 2772.
Sin
la menor duda, es el 14 de noviembre de 1687, el hito mas importante en la
evolución de La Puerta, como pueblo colonial andino, porque sin obviar los
antecedentes y hechos a que me he
referido anteriormente, que fijan bases importantes a tomar en cuenta, es este
hecho relevante el que nos permite definir claramente la organización política,
económica, social, cultural y religiosa, que le dio conformación como pueblo
colonial histórico. El Acta del Alcalde Valera y Mesa, acredita el orden,
organización y poder que imperaba en esta comarca y en sus encomiendas, que son
elementos básicos para el estudio de los hechos que nos ilustran sobre ese
proceso de construcción de pueblo colonial y su orden histórico.
Evolución
Político-Territorial republicana.
A
La Puerta, siempre se le consideró como una parroquia del Cantón de Escuque, y
el Páramo solo un sector de aquella, de importancia, por ser parte del camino
intermontano de las 7 Lagunas, (Cordillera de La Culata) para llegar a Mérida y
la Nueva Granada, y también al lago de Maracaibo. Otro elemento a tomar en cuenta, es la
adyacencia de estas comunidades indígenas a gran parte del rio Motatán y el
Bomboy, que según algunos datos, aquél,
era limitadamente navegable en algunos de sus segmentos y había
propuestas para convertirlo en navegable en su totalidad, de lo cual no quería
estar excluida Venezuela. El padre Madariaga,
se refirió a uno de esos proyectos.
En 1810 (9 de octubre), cuando el
Distrito Municipal Trujillo (que era su carácter y entidad política durante la
Colonia), se declaró Provincia
Confederada, La Puerta ostentaba la condición de Pueblo, lo que se ratificó el
2 de septiembre de 1811, con la Constitución Provincial. Luego en el mismo año
1811, con la Constitución Nacional, se confirmó la misma condición
jurídica-política. Entre 1814 y 1819,
la Provincia de Trujillo, debido al continuo estado de guerra, pertenecía a la
Provincia realista de Maracaibo.
En 1821, formando esta Provincia,
parte del Departamento Zulia, La Puerta pasó a
integrar el Cantón Escuque, en condición de Parroquia.
A raíz del triunfo de la Revolución
Federal, encabezada por el general
Zamora, Trujillo se declaró nuevamente Estado Soberano e Independiente,
compuesto de 6 Departamentos. La Puerta, pasó a ser Parroquia de Valera.
En 1905, es aprobada la Ley de
División Territorial, por la que Trujillo, quedó dividido en 38 Municipios, uno
de ellos fue La Puerta, como parte del Distrito Valera. Varias décadas después, pasó a ser Parroquia,
carácter político-administrativo que aun mantiene.
La Puerta, 9 de agosto de 2019.
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