viernes, 24 de enero de 2020

Caciques de La Puerta.





Oswaldo Manrique R.


Principales Tabiskeyes, Caciques y  Caudillos de la Comuna Indígena del Bomboy (La  Puerta, Estado Trujillo) Siglos XVI y XVII.




Tabiskey y señor del  Bomboy.

Mientras en el páramo de las 7 Lagunas, se asentaban los valientes Xikokes, en Tierra de Loza, se establecieron los alfareros, cerca Komboko y su tribu en los límites de los Esnujakes y Jajoes, y el cacique Pitimay se asentaba con su gente hasta los lindes de El Humo, en el valle del Bomboy, en una reconstruida comunidad, ejercía el liderazgo de la dispersa tribu  indígena de las riberas del río, el llamado Cacique y señor del Bomboy. El serio físico de este caudillo, de piel cobriza, fornido cuerpo  y  baja estatura,  estaba en fresca armonía con sus rasgos fisonómicos, al tener su cara redondeada, sin pilosidad facial, con delineada nariz equitativa a sus ojos, anchurosa frente y cabello negro apreciablemente flameado.     
El espacio territorial del Bomboy, es un valle surcado por un importante río, que se une con el Motatán. Sus riveras sirvieron como asiento de la dispersión de chozas y pequeñas aldeas que con el tiempo se fueron convirtiendo en caseríos y pueblos, alrededor de las sementeras e industrias incipientes que se fueron derivando, con los recursos naturales del lugar, el trabajo indígena y el empuje del colonizador.  
En 1608, cuando llegó el Obispo Alcega a Trujillo, organizó la 7ma. Doctrina, en la que incluyó la encomienda del Bomboy (aunque asentó Bombay, en el Acta), constaba con más de 400 indígenas de la etnia Timotes. Se trataba de toda una gran comunidad indígena, dispersa con sus chozas y sembradíos desde El Portachuelo de Malpica, hasta términos con la Meseta de Valera, quebrada Doró de por medio, a todo lo largo de las riveras del río Bomboy. Gozaban de su propia organización social y política tribal. En esa estructura política y de poder colectivo indígena, Bomboy era el cacique, el jefe, el más importante dirigente de esta laboriosa y tranquila comunidad de aborígenes; no era un tipo de jefatura impositiva, arbitraria y personalista; era diferente, era de hermandad, porque tenían y sabían de su destino común, gobierno de consenso, basado en  sabiduría espiritual de sus ancianos, eso era su autogobierno, instituido sobre la sabiduría y experiencia funcional de siglos, en enseñanzas de sus ancestros, con sus valores y con la práctica diaria de la sobrevivencia y la convivencia. Partían de aquí, las bases humanas y materiales sobre las que se cimentaría con el tiempo, un pueblo llamado San Pablo Apóstol del Bomboy, conocido hoy con el nombre de La Puerta.


     Resistencia indígena, cuadro alegórico. cnh.gob.ve

 Fue el principal señor del Bomboy, el tabiskey principal de los nativos de este valle. Se calcula, que pudo haber nacido en 1550.  Bomboi o Bomboy, en lengua indígena es río de aguas espumosas y blanquecinas, y sitio de aguas burbujeantes y de purificación de los aborígenes. Este Tabiskey, fue el líder de los  nativos de las aldeas dispersas a todo lo largo de este valle y las márgenes del río de este nombre, sin embargo, se intuye y es innegable, que por la obvia resistencia expresada por este caudillo, ante el despojo de sus tierras por parte del Capitán Juan Alvarez Daboin y los otros encomenderos, habria sido liquidado físicamente, como ejemplo, para que el resto de los indígenas se sometieran a la esclavitud en las encomiendas y luego, se concentraran en la posesión del Resguardo, hoy área urbana de nuestra parroquia.  
 Por los requerimientos ancestrales establecidos por la nación Timotes, de la cual se desprenden los Bomboyes, Xikokes, Kombokos, Jajoes, Esnujakes, el carácter de este notable jefe indígena, con su particular sensibilidad, era el de un hombre reservado, reflexivo ante las turbulencias que le tocaron, observador de los hechos, contrastaba con sus rasgos fisonómicos, de total dinamismo, baja estatura, articulaban en él una reconocible belleza, hasta el punto de fundir su nombre con el de su tierra y río sagrados: Bomboi. 
Por su superficie plana y beneficio de aguas, el territorio en el que ejercía su gobierno, fue el asiento de las principales haciendas del valle, de la actividad industrial derivada de la producción agrícola y pecuaria, también asiento  de las principales actividades humanas.  El grupo de aldeas indígenas diseminadas en las riveras del rio, fueron  asimilándose progresivamente  a las aportaciones religiosas de los curas católicos y del régimen económico de plantación establecido por los repobladores europeos. Nuestra sociedad rural primitiva del Bomboy, desapareció,  se incluyó en el nuevo modelo social económico productivo y emergente de castas.  Tampoco tuvo buena fortuna el nombre indígena de Bomboi y todo lo que él simboliza; la arbitrariedad o conveniencia historiográfica hispánica colonial, la convirtió en Momboy, que significa otra cosa.    
Un dato no menos interesante por lo sugestivo es, que, en el informe del Obispo Mariano  Martí, de 1777, los pueblos de Siquisay, Santa Ana, Carache, Boconó, Santiago del Burrero, Jajó, la Mesa de Esnujaque, Escuque, San Jacinto,  tenían caciques hereditarios, mientras el pueblo de La Puerta, no tenía cacique hereditario ni electo, ni conforme a las leyes de Indias de 1614 y 1628, que consagraban el respeto a ese derecho. Esto nos sugiere que, para este año en que hizo su evaluación de esta comunidad indígena, habían sustituido o liquidado el cacicazgo natural hereditario, signo de resistencia de los aborígenes, a pesar que, hubo herederos del cacique o tabiskey Bomboy, hasta las primeras décadas de la época republicana cuando menos, por encontrarse actas de bautismo-nacimiento del Libro de bautismos de 1810,  de nuestra parroquia. 

         El apellido Bomboy, bien por emplearlo sus descendientes o parientes o bien como tributo a su caudillo rebelde, lo siguieron utilizando los nativos de La Puerta, aun a comienzos de  la época Republicana. En el Libro de Bautismos de la Parroquia La Puerta de 1810, se encuentra una partida que reza lo siguiente: “ En La Puerta en quince de julio de mil ochocientos y diez años puse ole y chrisma y di vendicion Canónica conforme al Ritual Romano a José Manuel hijo natural de Ma. La Paz Bomboy, India Tributaria de este pueblo: nació el día ocho de mayo del presente año: lo bautizó Juan Bernabé Briceño y lo tubo Concepción Tafalléz y en la Iglesia José Ignacio Tafalléz y su mujer María Elena Rondón, tributaria de este pueblo…Franco Rosario D.” (Abreu, José Rafael. La Puerta, un pueblo. Editorial Arte. 1969). Obsérvese que, a pesar del comienzo del tiempo independentista, y de haber transcurrido dos siglos de genocidio, los indios esclavos tributarios insistían en usar como apellido, el nombre del cacique Bomboy, en lugar del encomendero. Esta acta de bautismo, esta suscrita por el padre y prócer independentista Francisco Antonio Rosario, párroco de La Puerta.

El Cacique Pitimay  (señor de los 4 rangos).

Oswaldo Manrique R.

 Nació y vivió en la  propia cima de la montaña, en el lado Este de La Puerta, donde podía ser el observador de las tierras cultivadas por su tribu.  De este cacique Pitimay, proviene el nombre de este sitio, ocupado por indios Jajoes, Xikokes, Kom,bokos y Timotes;  al parecer, fue un hombre reflexivo, cauteloso, logró que los encomenderos comandados por Juan Álvarez de Daboín y Hernando Hurtado de Mendoza, le respetaran sus posesiones y mantuvo con los colonos repobladores relaciones de coexistencia pacífica.


Cacique Pitimay  (señor de los 4 rangos). Boceto propio de este blog. 2805.   

Se considera que Pitimay, tanto por el respeto que se le dio, como  por el ejercicio de  la posesión de sus tierras, fue en términos coloniales “ladino y de buena razón”, supo entenderse con los conquistadores. Fue uno de los caudillos indígenas que se hizo respetar ante su actitud de defender las tierras que le pertenecían y ocupaban desde tiempos inmemoriales sus ancestros.  Virtualmente, desde la llegada de los conquistadores, encomenderos, hacendados, curas y colonos europeos a La Puerta, el conflicto con él lo asumieron éstos, respetándose su posesión en lo que se conoce desde La Culebrina, hasta la cima o montaña de Carorita. Reconocido como  caudillo principal  y ejercía poder en la estructura política-social en esta comunidad. Se desconoce si tuvo alguna rivalidad -siendo ambos de la etnia Timotes-, con el señorío del Tabiskey  Bomboy, o si por el contrario hubo solidaridad con la actitud de resistencia de éste, al momento en que fueron encomendados y congregados en el área del valle donde hoy está establecida la población de La Puerta en 1608, ni cuántas eran las leguas de sus respectivos cotos.  De acuerdo a antiguos títulos de propiedad y  documentos de ventas de tierras en la zona alta de Carorita-La Culebrina-Los Cerrillos-El Molino,    que hemos podido leer, señalan todavía como linderos la Cima y el llano de Pitimay, que  era el cacique de esa comunidad, de donde intuimos que por muchos años, se le consideró y respetó su posesión sobre ella; sin embargo, estas tierras fueron vendidas y privatizadas.  En dichos documentos,  cuando se refiere al sitio, lleva la preposición de, indicativo que la cima pertenecía o era posesión de Pitimay;  por ello, inferimos que este era su espacio geográfico, y que  este caudillo, liderizaba esta comunidad indígena.
La cima de Pitimay, es un lugar ubicado en el lado Este de la parroquia, y punto de deslinde geográfico-administrativo  con la parroquia Mendoza Fría. Una montaña alta, con fresco clima, y tierra fértil.  Fue dominio y sitio del cacique o principal llamado Pitimay o jefe de los cuatro rangos dentro de la jerarquía de los nativos de Tierra Colorada (Tierra de Loza, hoy forma parte de Carorita). Según el diccionario de dialectología de Amílcar Fonseca, el vocablo está compuesto como la mayoría de los nombres de caciques, con “piti”  , que significa cuatro, y el sufijo “may” o “mai”, que es un aumentativo que califica el poder del principal indígena, piti-mai = cuatro buenos, rangos o superior. 

Cacique Chegué,  el irreductible de los páramos.

Oswaldo Manrique R.

¡Ches escúchame! ¡Ches escúchame! ¡Escúchame! Era lo que se percibía en lengua indígena, entre las cimas del helado cordón montañoso. La tradición oral del páramo, recuerda que eran los gritos que salían del cuerpo de un hombre delgado, vigoroso, de tez "toteada", con una cortina de pelo negro sobre su frente, que sostenía con una cinta de fique. Caminaba errante desde Malpica, tierra de los Mucutíes, recorriendo  la zona del Páramo y las 7 Lagunas, a una altura de 3.000 m.s.n.m, hasta los lindes de Escuque, franja montañosa extremadamente fría, con una vegetación frailejonera (Espeletia sp.), sitio de donde emerge el díctamo real,  solo se encontraban venados, abultados puercoespines, apetitosas lapas rabonas, roncos cunaguaros, fachosas comadrejas y  el  explorador oso frontino, en un deleitoso desfile, animado por  el gorgoreo de aves de distintas especies. 
Pasaba tiempo en la Piedra del Muñeco, justo en el oráculo de sus mojanes, él que era tan creyente y practicante, en el lugar de los Dioses, en donde solo se encuentra silencio y el magnetismo energético y fuerza de las explicaciones.
Chegué según la tradición oral de estos páramos, su rango de guerrero se lo habría ganado combatiendo.  Cuando llegó Álvarez Dabuim, con Hernando Hurtado de Mendoza y Alonso Pacheco, al valle del Bomboy, en el repoblamiento para la formación del  pueblo de San Pablo Apóstol (La Puerta), contaba aproximadamente 59 años de edad, habría participado en la alianza de los Timotes, Xikokes, Kuikas y Excukeyes, que derrotó a los primeros invasores españoles de Escuque. Esta alianza en una dura y brutal batalla logró ponerlos en fuga, mataron a varios y pusieron el resto en fuga hacia el Tocuyo; de esa manera frustraron la fundación de la ciudad de Trujillo, en el sitio de Escuque (Juan de Castellanos. Archivo de Indias). Esta acción, le dio a Chegue el carácter de principal combatiente indígena, que todos respetaban en su tribu. Poseía y llevaba puesto su sayal, una especie de túnica que le cubría el cuerpo hasta las rodillas, en forma holgada, sin botones y sin amarres. siempre vivió en el Páramo de las 7 Lagunas, allí en una de las cuevas saqueadas, deberían encontrarse sus restos. 


                              Chegué. Imagen colaboración para este blog. 2753.

En dicha experiencia de guerra indígena, los motivos según nuestro recordado amigo e historiador Arturo Cardozo, en su obra Por el cauce de un pueblo (2005), escribió que cuando el  Maese de Campo  Diego García de Paredes, fue a El Tocuyo a rendir cuenta de las resultas de la misión que le encomendaron,  “sus compañeros observaron conducta injuriosa para con los escuqueños: profanaron su templo, violaron sus mujeres y se apropiaron de los bienes tribales. Esta actitud tan arbitraria hizo nacer en el indígena un sentimiento de odio hacia el español; para 1558 sobrevino un preparado ataque de los naturales que tomó de sorpresa a los españoles: quedaron estos sometidos a la tenaz “guazábara” y a un prologando sitio. Tras inenarrables días, los invasores, para no perecer, optaron por abandonar la ciudad y la comarca. La primera tentativa de conquista había fracasado”. Recoge la tradición oral parameña, que Chegué acompañó a los Excukeyes en esta “guazabara”.

En este sitio, localizado al Oeste de la Parroquia,  vivían los Xikokes, también de la etnia Timotes,  uno de los grupos más interesantes por su conducta social y resistencia ante la invasión española, aun, sus descendientes exhiben esa combinación de personas  ariscas, escépticos y rebeldes; debemos recordar que fueron los Timotes, quienes fueron reacios a aceptar la dominación hispana en los Andes, y vivieron en esta zona inhóspita y helada para evitar integrarse a la sociedad colonial y esclavista. Él, era su jefe: Chegué.  Caudillo rebelde de los Xikokes, el mismo que participó en el levantamiento de los Timotes, junto a su parentela con los Mucutíes que no quisieron doblegarse ante el invasor español, pero al ser derrotados tanto por los guerreros hispanos con sus bestias y por los curas con su Cruz,  se habían internado en el propio riñón del páramo, su montaña sagrada de la Sierra de La Culata, donde tenían la doble protección, la montaña que le daría todo, y a sus Dioses.  El historiador Fonseca, pudo agregar: “…y terribles fueron también los combates sucesivos, entre Timotes atletas y cerrados…y españoles y tocuyanos…” (Fonseca, Amílcar. Orígenes Trujillanos. Pág. 29. Fondo Editorial Arturo Cardozo. Trujillo. 2006). Eran las características básicas del guerrero timoto. La oralidad local, al relatar sus hazañas, señalan que vivió unos 140 años aproximadamente, quizas porque consumía dictamo real.   


Kukuruy, jefa y valiente Mojana.


 Oswaldo Manrique R.


Kukuruy, es el nombre de la  Jefa de las indias e indios alfareros de Tierra Colorada (Tierra de Loza para los colonos españoles). Indígena trabajadora, destacaba por su arte con el barro, fue en nuestro criterio la dirigente principal en esta caserio de La Puerta, Estado Trujillo.  
Kukuruy, nació hacia el año 1556, aproximadamente. A la llegada a este valle del Bomboy, de los capitanes encomenderos Álvarez Dabuim, Hernando Hurtado de Mendoza y Alonso Pacheco, y el cura doctrinero Antonio Montero en 1608, tendría unos 52 años de edad, con una experticia en el arte de la alfarería y la cerámica que la destacaron como la de mayor conocimiento en el manejo del barro, así como en su arte, estética, colores, lo que la convirtió en la persona que representaba a ese grupo de familias que se dedicaron a esa actividad.


La Mujer jefa indígena destacaba por sus cualidades en algún arte u ocupación y por sus dotes como Mojana.  telesurtv.net. 

 Kukuruy (Cucuruy): este hermoso vocablo indígena  significa india muy piadosa, buena y solidaria, pudo ser la mojana de los bomboyes y kombokos; por su terminación una persona de mucho poder, de acuerdo al Diccionario de Dialectología de Fonseca.  Por su parecido al sonido gutural de algunas sublimes aves,  puede ser paloma de cuello o cola larga. Bastante parecida a la voz onomatopéyica Cuculí, del Quechua,  que significa especie de paloma silvestre del tamaño de la domestica, pero de forma más esbelta; de color cenizo y con una faja de azul muy vivo alrededor de cada ojo, cola larga, alas cortas finas, pico largo y curvado, con patas con dos dedos hacia adelante y dos hacia atrás (DRAE). Esta palabra quechua, como otras,  pudo ser traída por los misioneros católicos, a estas tierras.   El antroponímico  Kukuruy, en nuestro criterio es propio de los Timotes, en esa riqueza de creación de nombres para los jefes principales de los sitios, de acuerdo a las características de los mismos o de las denominadas parcialidades (toponímicos);  por lo que sería propio de la gran variedad dialectal de los Timotes. 


Komboko
Oswaldo Manrique R.

Cacique del sitio del rio seco o rio dormido. Algunos antiguos cronistas, han apuntado que la aldea de los Kombokos, estaría incluida en la tribu de los Xaxoes (Jajones) o Esnujakes, sin embargo, tanto por su ubicación, como por su adscripción al pueblo de Doctrina de San Pablo Apóstol del Bomboy (actual  parroquia La Puerta), nos da pie para suponer que eran propiamente el grupo de los Kombocos, que conformaron una comunidad aparte, con su propio cabecilla principal de este nombre.  Se ubicaron entre la rivera oeste del rio Motatán, área cercana  a las aldeas indígenas de los Jajoes (Xaxoes), los Esnujakes y Timotes.  El nombre del rio Motatán, lindero oeste, o rivera de los Kombokos, grupo que conformaron desde El Horno, Esnujaque y Timotes parte de los primeros pobladores del valle y Comuna Indígena del Bomboy, significa “Stimots-Ustate-An”, traducido significa “Timotes-Puerta-Yo”, es decir, en sentido amplio: yo soy la Puerta de los Timotes. (Fonseca: 309). 



                                     Niños indígenas. Gráfica tomada de: telesurtv.com 

Designado jefe o representante principal, Komboko era el que ostentaba  más   experiencia en cuanto a las labores y producción agrícola, y mayores conocimientos religiosos, ejercía la función de intermediador con las otras tribus o pueblos para intercambiar productos, y asimismo, para  aprender de otras costumbres, eso propiciaba que sostuvieran relaciones dinámicas  y fluidas con otras etnias. 
En cuanto al aspecto físico de Komboko,  no pasaba de medir 1 metro 60 centímetros de estatura física, con una cabellera lisa y negra, que contrastaba con su piel de pigmento acanelado; su cara ovalada y fáciles pómulos, destacando su recta y amplia nariz, lampiño todo el cuerpo. Usaba como indumentaria, las comunes sayetas de lana cruda (Samalayetas según el antiguo cronista Fray Pedro de Aguado) para protegerse del frio.
Este vocablo indígena komboko (Comboco), de acuerdo al Diccionario de Dialectología de Fonseca, significa  rio de poca agua o rio seco, desemboca como vertiente del Bomboy.  La palabra Comboco, en dialecto indígena  Komboko,  viene siendo utilizada para denominar una quebrada que lo caracteriza y desemboca como vertiente del Bomboy. Es un espacio de clima templado, vegetación y paisaje interesante. Es  un punto límite del resguardo de las posesiones indígenas de La Puerta,  es el Sector conocido actualmente como el Chorrerón de La Nevera. Existe un viejo camino indígena a Timotes, por su cercanía.  Su importancia histórica estriba en que es uno de los personajes principales de la Comuna Indígena del Bomboy. 
El cronista Fray Pedro de Aguado, explicaba que los indígenas de los valles de las zonas altas de la Cordillera andina, usaban como indumentaria la saya y el sayalete, una  especie de vestidura o  túnica, que usaban los hombres y las mujeres en las zonas de clima frio, que era hecha en  tejido de lana burda, pudiera ser de algodón, que para aquella época sembraban y usaban los aborígenes. Apuntó que los llamados conquistadores hispanos, clasificaron a los grupos indígenas que encontraron en la Cordillera, «... dos maneras de gente; que la del pueblo para arriba toda en la más gente de tierra fría de buena disposición y muy crecido, los cabellos cortados por junto a la oreja y los miembros genitales sueltos (...) las mujeres traen ciertas vestiduras sin costuras hecha a manera de saya que llaman los españoles samalayetas, que les cubre casi todo el cuerpo....». (Aguado, 1987: 454).  Aguado explicó que, este grupo poblaba  «... todo el valle para arriba del pueblo, hasta los páramos…” (Encontrado en:   Gordones, Gladys y   Meneses, Lino. El poblamiento prehispánico de la Cordillera. pp. 37-71. 5 2 Boletín Antropológico. Año 22, Nº 60, Enero-Abril 2004, ISSN: 1325 -2610. Universidad de Los Andes. Mérida); agregando que,  «La gente del pueblo para abajo es más menuda y muy ajudiada: traen los cabellos largos, andan desnudos, como los demás y son para menos trabajo; traen los genitales atados y recogidos a un hilo que por pretina se ponen por  la cintura, y las mujeres tienen o traen vestidas las samalayetas que los demás de arriba he dicho, que son de algodón>> (Idem).  Esto nos da una ligera idea, que llevaban el cabello corto, eran  aseados y de buena presencia dentro de su concepción de lo que era la “buena presencia” de los hispanos.  En cuanto al calificativo de ajudiados, es importante aclarar, que serian prejuiciosos,  le ponen como característico de estos aborígenes, que se parecen a los judíos, en cuanto a sus gestos, presumimos que de extrañeza ante el invasor, es decir,  persona de acciones malas, que tendenciosamente para los invasores europeos se consideraban propia de judíos, los no católicos.
El Sitio situado en el lado Este de la parroquia, en ruta hacia Timotes, Mérida, es Zona de producción agrícola, que tiene de referencia la quebrada y cascada del mismo nombre, de agua muy fría y clima igual. Existía hasta hace pocos años,  un paseo alrededor de la cascada, y unos pequeños pozos artificiales para uso de los turistas; que desapareció  producto de una vaguada.

Caciques y  Mandones (La Puerta, Siglo XVII).


Oswaldo Manrique R.


Cacique Don Jasintho Mindax o Pacheco Mendoza.

El cacique principal de este Pueblo de Doctrina de San Pablo Apóstol en 1687, era Don Jasintho Pacheco  o Don Jasintho Mindax o Mendoza.  Un autentico Bomboy,  aunque para este tiempo tenía un nombre cristiano, bautizado como fue a mediados del siglo XVII, una vez que avanzaba el proceso desintegrador y genocida iniciado por el Capitán Juan Álvarez de Daboín, contra los bomboyes. Para sus negocios,  podía usar el apellido de su encomendero.  Don Jasintho Pacheco o Mindax, con su nombre cristiano, el Mindax lo copiaban como apellido en documentos, que era la forma como pronunciaban los indígenas el apellido Mendoza.


                               Resistencia indígena, cuadro alegórico. cnh.gob.ve

 Don Jasintho, era el tabiskey mayor, máximo jefe y caudillo de esta Comunidad o comarca indígena del Bomboy, podía usar el distintivo Don, como privilegio que le dispensaba la Corona española, a los de su raza y rango. Su labor, aunque no trabajaba ni pagaba tributo, por ser privilegio de los caciques, era controlar que los demás indígenas trabajaran para el encomendero y hacendado los días que les correspondía y pagar el tributo. Asimismo, estaba bajo su subordinación el indio Andrés el Fiscal de doctrina, que cumplía labores de adoctrinamiento o catequesis, que ayudaba a hablar el español a los indígenas junto con el Cura Doctrinero Juan Buenaventura Cabrita y Losada, que los reunía en la capilla de San Pablo Apóstol, uno de los templos más antiguos de los Andes Trujillanos.   

Cacique principal de la 1ª. Encomienda perteneciente al Capitán don Alonso Pacheco de Mendoza,  mandaba un grupo de 107 indígenas, que no estaba constituido totalmente por Bomboyes, sino que los encomenderos incorporaron nativos de otros sitios y tribus como los Fanay, Burrusay, Gayones, Monteros y Boques.
Conforme a lo que asentó el alcalde de Trujillo Valera y Mesa, en el acta de emancipación indígena de 1687, en este pueblo de San Pablo Apóstol, solo este cacique era considerado por los curas y los hacendados como “ladino y de buena razón (Acta de Matricula realizada por el alférez real Diego Jacinto Valera y Mesa, alcalde de Trujillo, del 14 de noviembre de 1687. En: Castellanos, Rafael Ramón. RELACIÓN DE UN VIAJE POR TIERRA DE LOS CUICAS. Págs. 77 y 78. Ediciones del Ministerio de Relaciones Interiores. Caracas. 1958); es decir, que era un cacique con el que se podían entender, hablaba español, era razonable y receptivo; posiblemente por esta cualidad, era el cacique principal de todo la comunidad, sobre el resto de los caciques y mandones de las restantes 5 encomiendas. Seguramente, cumplía con sus obligaciones de la fe católica, mientras que  los otros jefes seguían a sus mojanes y prácticas religiosas ancestrales; sus mojanes y sacerdotes cargaban en sus macutes el Chorote y los palillos con los que los hacían mover, bailar, sonar  y brincar.
La  hacienda de Pacheco de Mendoza, comprendía explotación  de caña dulce, trigo, cría de animales vacunos y mulares, siembra de algodón y derivados con industria de telares, molinos, trapiche, curtiembres, tejidos, trilladora y alambiques, conformando una unidad de producción económica diversificada y avanzada para dicha época.     
Para el tiempo del cacicazgo de Don Jasintho del Bomboy, había varios indígenas de su tribu, que se habían rebelado al régimen de explotación y maltrato y fugado de la encomienda, entre ellos: uno de nombre Baltazar que era uno de los principales tejedores en la industria de telas de la hacienda del capitán Alonso Pacheco de Mendoza; y lo acompañaron otros indios de nombre Marcos y un Pablo, que  fueron bautizados y se habían rebelado, yéndose hacia el Cumbe de las montañas de San Francisco en Mendoza, o a los pueblos del sur del lago, indicativo de la resistencia directa e indirecta de miembros de esta Comuna Indígena.   
 Es posible, según los registros coloniales que hemos leído,  que el Pueblo de San Pablo Apóstol (La Puerta),  en virtud de que fue uno los  comarcas que no tenían derecho a tener cacique hereditario, que este Don Jasintho, no fuere descendiente o pariente del  Tabiskey  Bomboy, desaparecido por obra de la violencia del capitán Juan Álvarez Daboín y los demás pobladores y encomenderos del valle. Habría nacido, en el valle del Bomboy, en el año 1637 aproximadamente, aunque no se cuentan con Libros de nacimientos ni de defunciones de esa época, se estima que pudo haber muerto a finales del siglo XVII, y estaría enterrado en el Callejón de los Muertos, actual Calle Sucre con Los Jumangues, detrás de la Iglesia San Pablo Apostal de La Puerta.

Cacique Don Fernando Saavedra.

Este era el jefe indígena de  la 2ª.  Encomienda de la Doctrina San Pablo Apóstol del Bomboy, perteneciente a doña Paula de Saavedra, con 51 indígenas, dedicada a  plantación y explotación de caña dulce, trapiche, alambique, algodón, ganado ovino, taller de  tejidos (Ídem). Al adoptar el bautizo católico, como parte de su adaptación al régimen social colonial,  les impusieron nombres castellanos, y ya mayores, en sus negocios y asuntos civiles, agregaban como patronímico  el apellido de su encomendero, que lo distinguía por las generales de ley, de su condición de indio esclavo o tributario o mestizo, pardo, lo que se asentaba en el acta de bautismo. 

Cacique Don Marcos Sánchez.

Don Marcos Sánchez,  era el Cacique de la 3ª.  Encomienda, perteneciente al Capitán José de Sánchez Mejías, con 25 indígenas,  dedicada a plantación y explotación de caña dulce, trapiche, alambique. Grande en extensión, porque se componía de una parte a partir de La Quebrada y otra, desde Timotes (Ídem).

Cacique Don Gonzalo Mindax.

Este indígena, fue el principal de la   4a. Encomienda, perteneciente a doña Juana Hurtado de Mendoza, con 24 indígenas,  dedicada a plantación y explotación de caña dulce, trapiche, alambique (Ídem). Esta Doña Juana, fue tía-abuela del primer triunviro Presidente de Venezuela, doctor Cristóbal Hurtado de Mendoza.



                               Resistencia indígena, cuadro alegórico.cnh.gob.ve   

Joseph (Mandón).

Mandón Joseph, no tenía el rango de Cacique, pero si ostentaba  jerarquía en la estructura social indígena,  fue el jefe de los nativos dentro de la 5a. Encomienda, perteneciente al capitán Fernando Hurtado de Mendoza, con 6 indígenas, dedicada a plantación y explotación de caña dulce, trapiche, alambique (Ídem).

Mandón Pedro Clemente.

Perteneciente a la 6a. Encomienda,  del Cura Doctrinero licenciado Juan Buenaventura Cabrita Losada, jefaturaba la población de 22 indígenas, dedicada a plantación y explotación de caña dulce, trapiche, alambique (Ídem). Este extraño caso, lo destaca el historiador Rafael Castellanos,   en el sentido que cumplía funciones ampliamente contradictorias, era cura doctrinero de la comarca, que tenía como parte de su  misión evangelizadora la protección de los naturales,  y a la vez, explotaba como encomendero y colono a los indígenas que le habían encomendado.
Nota: estos son pequeños trozos de mi libro La Puerta y su historia, en proceso de revisión, que comparto, para que los estudiantes de la parroquia tengan alguna referencia documentada de estos personajes originarios, que son protagonistas de una época importante de nuestra historia local.   

La Puerta, enero 2020.


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