Oswaldo Manrique R.
Principales
Tabiskeyes, Caciques y Caudillos de la
Comuna Indígena del Bomboy (La Puerta,
Estado Trujillo) Siglos XVI y XVII.
Tabiskey y señor del Bomboy.
Mientras en el páramo de las 7
Lagunas, se asentaban los valientes Xikokes, en Tierra de Loza, se
establecieron los alfareros, cerca Komboko y su tribu en los límites de los
Esnujakes y Jajoes, y el cacique Pitimay se asentaba con su gente hasta los
lindes de El Humo, en el valle del Bomboy, en una reconstruida comunidad,
ejercía el liderazgo de la dispersa tribu
indígena de las riberas del río, el llamado Cacique y señor del Bomboy. El serio físico de este
caudillo, de piel cobriza, fornido cuerpo y baja
estatura, estaba en fresca armonía con sus
rasgos fisonómicos, al tener su cara redondeada, sin pilosidad facial, con
delineada nariz equitativa a sus ojos, anchurosa frente y cabello negro apreciablemente
flameado.
El espacio territorial
del Bomboy, es un valle surcado por un importante río, que se une con el
Motatán. Sus riveras sirvieron como asiento de la dispersión de chozas y
pequeñas aldeas que con el tiempo se fueron convirtiendo en caseríos y pueblos,
alrededor de las sementeras e industrias incipientes que se fueron derivando,
con los recursos naturales del lugar, el trabajo indígena y el empuje del
colonizador.
En 1608, cuando llegó el
Obispo Alcega a Trujillo, organizó la 7ma. Doctrina, en la que incluyó la
encomienda del Bomboy (aunque asentó Bombay, en el Acta), constaba con más de
400 indígenas de la etnia Timotes. Se trataba de toda una gran comunidad
indígena, dispersa con sus chozas y sembradíos desde El Portachuelo de Malpica,
hasta términos con la Meseta de Valera, quebrada Doró de por medio, a todo lo
largo de las riveras del río Bomboy. Gozaban de su propia organización social y
política tribal. En esa estructura política y de poder colectivo indígena,
Bomboy era el cacique, el jefe, el más importante dirigente de esta laboriosa y
tranquila comunidad de aborígenes; no era un tipo de jefatura impositiva,
arbitraria y personalista; era diferente, era de hermandad, porque tenían y
sabían de su destino común, gobierno de consenso, basado en sabiduría espiritual de sus ancianos, eso era
su autogobierno, instituido sobre la sabiduría y experiencia funcional de
siglos, en enseñanzas de sus ancestros, con sus valores y con la práctica
diaria de la sobrevivencia y la convivencia. Partían de aquí, las bases humanas
y materiales sobre las que se cimentaría con el tiempo, un pueblo llamado San
Pablo Apóstol del Bomboy, conocido hoy con el nombre de La Puerta.
Resistencia indígena, cuadro alegórico. cnh.gob.ve
Fue el principal señor del Bomboy, el tabiskey principal de
los nativos de este valle. Se calcula, que pudo haber nacido en 1550. Bomboi o Bomboy, en lengua indígena es río de
aguas espumosas y blanquecinas, y sitio de aguas burbujeantes y de purificación de los aborígenes. Este Tabiskey, fue el líder de los nativos de las aldeas dispersas a todo lo largo de este valle y las márgenes del río de
este nombre, sin embargo, se intuye y es innegable, que por la obvia resistencia
expresada por este caudillo, ante el despojo de sus tierras por parte
del Capitán Juan Alvarez Daboin y los otros encomenderos, habria sido liquidado
físicamente, como ejemplo, para que el resto de los indígenas se sometieran a
la esclavitud en las encomiendas y luego, se concentraran en la posesión del
Resguardo, hoy área urbana de nuestra parroquia.
Por los requerimientos ancestrales establecidos
por la nación Timotes, de la cual se desprenden los Bomboyes, Xikokes,
Kombokos, Jajoes, Esnujakes, el carácter de este notable jefe indígena, con su
particular sensibilidad, era el de un hombre reservado, reflexivo ante las
turbulencias que le tocaron, observador de los hechos, contrastaba con sus
rasgos fisonómicos, de total dinamismo, baja estatura, articulaban en él una
reconocible belleza, hasta el punto de fundir su nombre con el de su tierra y
río sagrados: Bomboi.
Por su superficie plana y
beneficio de aguas, el territorio en el que ejercía su gobierno, fue el asiento
de las principales haciendas del valle, de la actividad industrial derivada de
la producción agrícola y pecuaria, también asiento de las principales actividades humanas. El grupo de aldeas indígenas diseminadas en
las riveras del rio, fueron asimilándose
progresivamente a las aportaciones
religiosas de los curas católicos y del régimen económico de plantación establecido
por los repobladores europeos. Nuestra sociedad rural primitiva del Bomboy,
desapareció, se incluyó en el nuevo
modelo social económico productivo y emergente de castas. Tampoco tuvo buena fortuna el nombre indígena
de Bomboi y todo lo que él simboliza; la arbitrariedad o conveniencia
historiográfica hispánica colonial, la convirtió en Momboy, que significa otra
cosa.
Un dato no menos
interesante por lo sugestivo es, que, en el informe del Obispo Mariano Martí, de 1777, los pueblos de Siquisay,
Santa Ana, Carache, Boconó, Santiago del Burrero, Jajó, la Mesa de Esnujaque,
Escuque, San Jacinto, tenían caciques
hereditarios, mientras el pueblo de La Puerta, no tenía cacique hereditario ni
electo, ni conforme a las leyes de Indias de 1614 y 1628, que consagraban el
respeto a ese derecho. Esto nos sugiere que, para este año en que hizo su
evaluación de esta comunidad indígena, habían sustituido o liquidado el
cacicazgo natural hereditario, signo de resistencia de los aborígenes, a pesar
que, hubo herederos del cacique o tabiskey Bomboy, hasta las primeras décadas
de la época republicana cuando menos, por encontrarse actas de
bautismo-nacimiento del Libro de bautismos de 1810, de nuestra parroquia.
El
apellido Bomboy, bien por emplearlo sus descendientes o parientes o bien como tributo
a su caudillo rebelde, lo siguieron utilizando los nativos de La Puerta, aun a
comienzos de la época Republicana. En el
Libro de Bautismos de la Parroquia La Puerta de 1810, se encuentra una partida
que reza lo siguiente: “ En La Puerta en quince de julio de mil
ochocientos y diez años puse ole y chrisma y di vendicion Canónica conforme al
Ritual Romano a José Manuel hijo natural de Ma. La Paz Bomboy, India Tributaria
de este pueblo: nació el día ocho de mayo del presente año: lo bautizó Juan
Bernabé Briceño y lo tubo Concepción Tafalléz y en la Iglesia José Ignacio
Tafalléz y su mujer María Elena Rondón, tributaria de este pueblo…Franco
Rosario D.” (Abreu, José Rafael. La
Puerta, un pueblo. Editorial Arte. 1969). Obsérvese que, a pesar del
comienzo del tiempo independentista, y de haber transcurrido dos siglos de
genocidio, los indios esclavos tributarios insistían en usar como apellido, el
nombre del cacique Bomboy, en lugar del encomendero. Esta acta de bautismo,
esta suscrita por el padre y prócer independentista Francisco Antonio Rosario,
párroco de La Puerta.
El Cacique Pitimay (señor de los 4
rangos).
Oswaldo Manrique R.
Nació y vivió en la propia
cima de la montaña, en el lado Este de La Puerta, donde podía ser el observador
de las tierras cultivadas por su tribu. De
este cacique Pitimay, proviene el nombre de este sitio, ocupado por indios
Jajoes, Xikokes, Kom,bokos y Timotes; al
parecer, fue un hombre reflexivo, cauteloso, logró que los encomenderos
comandados por Juan Álvarez de Daboín y Hernando Hurtado de Mendoza, le
respetaran sus posesiones y mantuvo con los colonos repobladores relaciones de
coexistencia pacífica.
Se considera que Pitimay, tanto por el
respeto que se le dio, como por el
ejercicio de la posesión de sus tierras,
fue en términos coloniales “ladino y de buena razón”, supo
entenderse con los conquistadores. Fue uno de los caudillos indígenas que se
hizo respetar ante su actitud de defender las tierras que le pertenecían y
ocupaban desde tiempos inmemoriales sus ancestros. Virtualmente, desde la llegada de los
conquistadores, encomenderos, hacendados, curas y colonos europeos a La Puerta,
el conflicto con él lo asumieron éstos, respetándose su posesión en lo que se
conoce desde La Culebrina, hasta la cima o montaña de Carorita. Reconocido como
caudillo principal y ejercía poder en la estructura
política-social en esta comunidad. Se desconoce
si tuvo alguna rivalidad -siendo ambos de la etnia Timotes-, con el señorío del
Tabiskey Bomboy, o si por el contrario
hubo solidaridad con la actitud de resistencia de éste, al momento en que
fueron encomendados y congregados en el área del valle donde hoy está
establecida la población de La Puerta en 1608, ni cuántas eran las leguas de
sus respectivos cotos. De acuerdo
a antiguos títulos de propiedad y documentos de ventas de tierras en la
zona alta de Carorita-La Culebrina-Los Cerrillos-El Molino, que hemos
podido leer, señalan todavía como linderos la Cima y el llano de Pitimay,
que era el cacique de esa comunidad, de
donde intuimos que por muchos años, se le consideró y respetó su posesión sobre
ella; sin embargo, estas tierras fueron vendidas y privatizadas. En dichos documentos, cuando se refiere al sitio, lleva la
preposición de, indicativo que la
cima pertenecía o era posesión de Pitimay;
por ello, inferimos que este era su espacio geográfico, y que este caudillo, liderizaba esta comunidad
indígena.
La cima de Pitimay, es un lugar
ubicado en el lado Este de la parroquia, y punto de deslinde geográfico-administrativo con la parroquia Mendoza Fría. Una montaña
alta, con fresco clima, y tierra fértil.
Fue dominio y sitio del cacique o principal llamado Pitimay o jefe de
los cuatro rangos dentro de la jerarquía de los nativos de Tierra Colorada
(Tierra de Loza, hoy forma parte de Carorita). Según el diccionario de
dialectología de Amílcar Fonseca, el vocablo está compuesto como la mayoría de
los nombres de caciques, con “piti” ,
que significa cuatro, y el sufijo “may” o “mai”, que es un aumentativo que califica
el poder del principal indígena, piti-mai = cuatro buenos, rangos o
superior.
Cacique Chegué, el irreductible de los páramos.
Oswaldo Manrique R.
¡Ches escúchame! ¡Ches escúchame! ¡Escúchame! Era lo que se percibía en lengua indígena, entre las cimas del helado cordón
montañoso. La tradición oral del páramo, recuerda que eran los gritos que
salían del cuerpo de un hombre delgado, vigoroso, de tez "toteada", con una
cortina de pelo negro sobre su frente, que sostenía con una cinta de fique.
Caminaba errante desde Malpica, tierra de los Mucutíes, recorriendo la zona del Páramo y las 7 Lagunas, a una altura de 3.000
m.s.n.m, hasta los lindes de Escuque, franja montañosa
extremadamente fría, con una vegetación frailejonera (Espeletia sp.), sitio de donde emerge el díctamo real, solo se encontraban venados, abultados
puercoespines, apetitosas lapas rabonas, roncos cunaguaros, fachosas comadrejas
y el
explorador oso frontino, en un deleitoso desfile, animado por el gorgoreo de aves de distintas
especies.
Pasaba tiempo en la Piedra del Muñeco, justo en el oráculo de sus
mojanes, él que era tan creyente y practicante, en el lugar de los Dioses, en
donde solo se encuentra silencio y el magnetismo energético y fuerza de las
explicaciones.
Chegué según la tradición oral de estos páramos, su
rango de guerrero se lo habría ganado combatiendo. Cuando llegó Álvarez Dabuim, con Hernando
Hurtado de Mendoza y Alonso Pacheco, al valle del Bomboy, en el repoblamiento
para la formación del pueblo de San
Pablo Apóstol (La Puerta), contaba aproximadamente 59 años de edad, habría
participado en la alianza de los Timotes, Xikokes, Kuikas y Excukeyes, que
derrotó a los primeros invasores españoles de Escuque. Esta alianza en una dura
y brutal batalla logró ponerlos en fuga, mataron a varios y pusieron el resto
en fuga hacia el Tocuyo; de esa manera frustraron la fundación de la ciudad de
Trujillo, en el sitio de Escuque (Juan de Castellanos. Archivo de Indias). Esta
acción, le dio a Chegue el carácter de principal combatiente indígena, que
todos respetaban en su tribu. Poseía y llevaba puesto su sayal, una especie de
túnica que le cubría el cuerpo hasta las rodillas, en forma holgada, sin
botones y sin amarres. siempre vivió en el Páramo de las 7 Lagunas, allí en una de las cuevas saqueadas, deberían encontrarse sus restos.
Chegué. Imagen colaboración para este
blog. 2753.
En dicha
experiencia de guerra indígena, los motivos según nuestro recordado amigo e
historiador Arturo Cardozo, en su obra Por el cauce de un pueblo (2005), escribió que cuando el Maese de Campo Diego García de Paredes, fue a El Tocuyo a
rendir cuenta de las resultas de la misión que le encomendaron, “sus compañeros observaron conducta
injuriosa para con los escuqueños: profanaron su templo, violaron sus mujeres y
se apropiaron de los bienes tribales. Esta actitud tan arbitraria hizo nacer en
el indígena un sentimiento de odio hacia el español; para 1558 sobrevino un
preparado ataque de los naturales que tomó de sorpresa a los españoles:
quedaron estos sometidos a la tenaz “guazábara” y a un prologando sitio. Tras
inenarrables días, los invasores, para no perecer, optaron por abandonar la
ciudad y la comarca. La primera tentativa de conquista había fracasado”.
Recoge la tradición oral parameña, que Chegué acompañó a los Excukeyes en esta
“guazabara”.
En este sitio, localizado al Oeste de la Parroquia, vivían los Xikokes, también de la etnia
Timotes, uno de los grupos más
interesantes por su conducta social y resistencia ante la invasión española,
aun, sus descendientes exhiben esa combinación de personas ariscas, escépticos y rebeldes; debemos
recordar que fueron los Timotes, quienes fueron reacios a aceptar la dominación
hispana en los Andes, y vivieron en esta zona inhóspita y helada para evitar
integrarse a la sociedad colonial y esclavista. Él, era su jefe: Chegué. Caudillo rebelde de los Xikokes, el mismo que
participó en el levantamiento de los Timotes, junto a su parentela con los Mucutíes
que no quisieron doblegarse ante el invasor español, pero al ser derrotados
tanto por los guerreros hispanos con sus bestias y por los curas con su
Cruz, se habían internado en el propio
riñón del páramo, su montaña sagrada de la Sierra de La Culata, donde
tenían la doble protección, la montaña que le daría todo, y a sus Dioses. El historiador Fonseca, pudo agregar: “…y
terribles fueron también los combates sucesivos, entre Timotes atletas y
cerrados…y españoles y tocuyanos…” (Fonseca, Amílcar. Orígenes Trujillanos. Pág. 29. Fondo
Editorial Arturo Cardozo. Trujillo. 2006). Eran las características básicas del
guerrero timoto. La oralidad local, al relatar sus hazañas, señalan que vivió unos 140 años aproximadamente, quizas porque consumía dictamo real.
Kukuruy, jefa y valiente Mojana.
Oswaldo Manrique R.
Kukuruy, es el nombre de
la Jefa de las indias e indios alfareros
de Tierra Colorada (Tierra de Loza para los colonos españoles). Indígena
trabajadora, destacaba por su arte con el barro, fue en nuestro criterio la
dirigente principal en esta caserio de La Puerta, Estado Trujillo.
Kukuruy, nació hacia el año 1556, aproximadamente. A
la llegada a este valle del Bomboy, de los capitanes encomenderos Álvarez
Dabuim, Hernando Hurtado de Mendoza y Alonso Pacheco, y el cura doctrinero
Antonio Montero en 1608, tendría unos 52 años de edad, con una experticia en el
arte de la alfarería y la cerámica que la destacaron como la de mayor
conocimiento en el manejo del barro, así como en su arte, estética, colores, lo
que la convirtió en la persona que representaba a ese grupo de familias que se
dedicaron a esa actividad.
La Mujer jefa indígena destacaba por sus cualidades en
algún arte u ocupación y por sus dotes como Mojana. telesurtv.net.
Kukuruy (Cucuruy):
este hermoso vocablo indígena significa
india muy piadosa, buena y solidaria, pudo ser la mojana de los bomboyes y
kombokos; por su terminación una persona de mucho poder, de acuerdo al
Diccionario de Dialectología de Fonseca.
Por su parecido al sonido gutural de algunas sublimes aves, puede ser paloma de cuello o cola larga.
Bastante parecida a la voz onomatopéyica
Cuculí, del Quechua, que significa
especie de paloma silvestre del tamaño de la domestica, pero de forma más
esbelta; de color cenizo y con una faja de azul muy vivo alrededor de cada ojo,
cola larga, alas cortas finas, pico largo y curvado, con patas con dos dedos
hacia adelante y dos hacia atrás (DRAE). Esta palabra quechua, como otras, pudo ser traída por los misioneros católicos,
a estas tierras. El antroponímico Kukuruy, en nuestro criterio es propio de los
Timotes, en esa riqueza de creación de nombres para los jefes principales de
los sitios, de acuerdo a las características de los mismos o de las denominadas
parcialidades (toponímicos); por lo que
sería propio de la gran variedad dialectal de los Timotes.
Komboko
Oswaldo Manrique R.
Cacique del sitio del rio seco o rio
dormido. Algunos antiguos cronistas, han apuntado que la aldea de los Kombokos,
estaría incluida en la tribu de los Xaxoes (Jajones) o Esnujakes, sin embargo,
tanto por su ubicación, como por su adscripción al pueblo de Doctrina de San
Pablo Apóstol del Bomboy (actual parroquia La Puerta), nos da pie para suponer
que eran propiamente el grupo de los Kombocos, que conformaron una comunidad
aparte, con su propio cabecilla principal de este nombre. Se ubicaron entre la rivera oeste del rio Motatán,
área cercana a las aldeas indígenas de los Jajoes (Xaxoes), los
Esnujakes y Timotes. El nombre del rio Motatán,
lindero oeste, o rivera de los Kombokos, grupo que conformaron desde El Horno,
Esnujaque y Timotes parte de los primeros pobladores del valle y Comuna
Indígena del Bomboy, significa “Stimots-Ustate-An”,
traducido significa “Timotes-Puerta-Yo”,
es decir, en sentido amplio: yo soy la Puerta de los Timotes. (Fonseca:
309).
Niños indígenas. Gráfica tomada de: telesurtv.com
Designado jefe o representante
principal, Komboko era el que ostentaba
más experiencia en cuanto a las
labores y producción agrícola, y mayores conocimientos religiosos, ejercía la
función de intermediador con las otras tribus o pueblos para intercambiar
productos, y asimismo, para aprender de
otras costumbres, eso propiciaba que sostuvieran relaciones dinámicas y fluidas con otras etnias.
En cuanto
al aspecto físico de Komboko, no pasaba
de medir 1 metro 60 centímetros de estatura física, con una cabellera lisa y
negra, que contrastaba con su piel de pigmento acanelado; su cara ovalada y
fáciles pómulos, destacando su recta y amplia nariz, lampiño todo el cuerpo.
Usaba como indumentaria, las comunes sayetas de lana cruda (Samalayetas según
el antiguo cronista Fray Pedro de Aguado) para protegerse del frio.
Este vocablo
indígena komboko
(Comboco), de acuerdo al Diccionario de Dialectología de Fonseca, significa
rio
de poca agua o rio seco, desemboca como vertiente del Bomboy. La palabra Comboco, en dialecto indígena Komboko,
viene siendo utilizada para denominar una quebrada que lo caracteriza y
desemboca como vertiente del Bomboy. Es un espacio de clima templado,
vegetación y paisaje interesante. Es un
punto límite del resguardo de las posesiones indígenas de La Puerta, es el Sector conocido actualmente como el
Chorrerón de La Nevera. Existe un viejo camino indígena a Timotes, por su
cercanía. Su importancia histórica
estriba en que es uno de los personajes principales de la Comuna Indígena del
Bomboy.
El cronista Fray Pedro de Aguado, explicaba que los
indígenas de los valles de las zonas altas de la Cordillera andina, usaban como
indumentaria la saya y el sayalete, una
especie de vestidura o túnica,
que usaban los hombres y las mujeres en las zonas de clima frio, que era hecha
en tejido de lana burda, pudiera ser de
algodón, que para aquella época sembraban y usaban los aborígenes. Apuntó que
los llamados conquistadores hispanos, clasificaron a los grupos indígenas que
encontraron en la Cordillera, «... dos maneras de gente; que la del pueblo
para arriba toda en la más gente de tierra fría de buena disposición y muy
crecido, los cabellos cortados por junto a la oreja y los miembros genitales
sueltos (...) las mujeres traen ciertas vestiduras sin costuras hecha a manera
de saya que llaman los españoles samalayetas, que les cubre casi todo el
cuerpo....». (Aguado, 1987: 454). Aguado explicó que, este grupo poblaba «... todo el valle para arriba del pueblo,
hasta los páramos…” (Encontrado en:
Gordones, Gladys y Meneses, Lino. El poblamiento prehispánico de la
Cordillera. pp. 37-71. 5 2 Boletín Antropológico. Año 22, Nº 60,
Enero-Abril 2004, ISSN: 1325 -2610. Universidad de Los Andes. Mérida);
agregando que, «La gente del pueblo para abajo
es más menuda y muy ajudiada: traen los cabellos largos, andan desnudos, como
los demás y son para menos trabajo; traen los genitales atados y recogidos a un
hilo que por pretina se ponen por la
cintura, y las mujeres tienen o traen vestidas las samalayetas que los demás de
arriba he dicho, que son de algodón>> (Idem). Esto nos da una ligera idea, que llevaban el
cabello corto, eran aseados y de buena
presencia dentro de su concepción de lo que era la “buena presencia” de los
hispanos. En cuanto al calificativo de
ajudiados, es importante aclarar, que serian prejuiciosos, le ponen como característico de estos
aborígenes, que se parecen a los judíos, en cuanto a sus gestos, presumimos que
de extrañeza ante el invasor, es decir,
persona de acciones malas, que tendenciosamente para los invasores
europeos se consideraban propia de judíos, los no católicos.
El Sitio situado en
el lado Este de la parroquia, en ruta hacia Timotes, Mérida, es Zona de
producción agrícola, que tiene de referencia la quebrada y cascada del mismo
nombre, de agua muy fría y clima igual. Existía hasta hace pocos años, un paseo alrededor de la cascada, y unos
pequeños pozos artificiales para uso de los turistas; que desapareció producto de una vaguada.
Caciques y Mandones (La
Puerta, Siglo XVII).
Oswaldo Manrique R.
Cacique Don Jasintho Mindax o Pacheco
Mendoza.
El cacique principal de este Pueblo de Doctrina de San Pablo Apóstol en
1687, era Don Jasintho Pacheco o Don Jasintho Mindax o Mendoza. Un autentico Bomboy, aunque para este tiempo tenía un nombre
cristiano, bautizado como fue a mediados del siglo XVII, una vez que avanzaba
el proceso desintegrador y genocida iniciado por el Capitán Juan Álvarez de
Daboín, contra los bomboyes. Para sus negocios,
podía usar el apellido de su encomendero. Don Jasintho Pacheco o Mindax, con su nombre cristiano, el
Mindax lo copiaban como apellido en documentos, que era la forma como
pronunciaban los indígenas el apellido Mendoza.
Resistencia indígena, cuadro alegórico. cnh.gob.ve
Don
Jasintho, era el tabiskey mayor, máximo jefe y caudillo de
esta Comunidad o comarca indígena del Bomboy,
podía usar el distintivo Don, como
privilegio que le dispensaba la Corona española, a los de su raza y rango. Su
labor, aunque no trabajaba ni pagaba tributo, por ser privilegio de los
caciques, era controlar que los demás indígenas trabajaran para el encomendero
y hacendado los días que les correspondía y pagar el tributo. Asimismo, estaba
bajo su subordinación el indio Andrés el Fiscal de doctrina, que cumplía
labores de adoctrinamiento o catequesis, que ayudaba a hablar el español a los
indígenas junto con el Cura Doctrinero Juan Buenaventura Cabrita y Losada, que
los reunía en la capilla de San Pablo Apóstol, uno de los templos más antiguos
de los Andes Trujillanos.
Cacique principal
de la 1ª. Encomienda perteneciente al Capitán don Alonso Pacheco de
Mendoza, mandaba un grupo de 107
indígenas, que no estaba constituido totalmente por Bomboyes, sino que los
encomenderos incorporaron nativos de otros sitios y tribus como los Fanay,
Burrusay, Gayones, Monteros y Boques.
Conforme a lo que asentó el alcalde de Trujillo Valera y Mesa, en el
acta de emancipación indígena de 1687, en este pueblo de San Pablo Apóstol,
solo este cacique era considerado por los curas y los hacendados como “ladino
y de buena razón” (Acta de
Matricula realizada por el alférez real Diego Jacinto Valera y Mesa, alcalde de
Trujillo, del 14 de noviembre de 1687. En: Castellanos, Rafael
Ramón. RELACIÓN DE UN VIAJE POR TIERRA DE
LOS CUICAS. Págs. 77 y 78. Ediciones del Ministerio de Relaciones
Interiores. Caracas. 1958); es decir, que era un cacique con el que se podían
entender, hablaba español, era razonable y receptivo; posiblemente por esta
cualidad, era el cacique principal de todo la comunidad, sobre el resto de los
caciques y mandones de las restantes 5 encomiendas. Seguramente, cumplía con
sus obligaciones de la fe católica, mientras que los otros jefes seguían a sus mojanes y
prácticas religiosas ancestrales; sus mojanes y sacerdotes cargaban en sus
macutes el Chorote y los palillos con los que los hacían mover, bailar,
sonar y brincar.
La hacienda de Pacheco de
Mendoza, comprendía explotación de caña
dulce, trigo, cría de animales vacunos y mulares, siembra de algodón y
derivados con industria de telares, molinos, trapiche, curtiembres, tejidos,
trilladora y alambiques, conformando una unidad de producción económica
diversificada y avanzada para dicha época.
Para el tiempo del cacicazgo de Don Jasintho del Bomboy, había varios
indígenas de su tribu, que se habían rebelado al régimen de explotación y
maltrato y fugado de la encomienda, entre ellos: uno de nombre Baltazar que era
uno de los principales tejedores en la industria de telas de la hacienda del
capitán Alonso Pacheco de Mendoza; y lo acompañaron otros indios de nombre
Marcos y un Pablo, que fueron bautizados
y se habían rebelado, yéndose hacia el Cumbe de las montañas de San Francisco
en Mendoza, o a los pueblos del sur del lago, indicativo de la resistencia
directa e indirecta de miembros de esta Comuna Indígena.
Es posible, según los registros
coloniales que hemos leído, que el
Pueblo de San Pablo Apóstol (La Puerta),
en virtud de que fue uno los
comarcas que no tenían derecho a tener cacique hereditario, que este Don
Jasintho, no fuere descendiente o pariente del
Tabiskey Bomboy, desaparecido por
obra de la violencia del capitán Juan Álvarez Daboín y los demás pobladores y
encomenderos del valle. Habría nacido, en el valle del Bomboy, en el año 1637
aproximadamente, aunque no se cuentan con Libros de nacimientos ni de
defunciones de esa época, se estima que pudo haber muerto a finales del siglo
XVII, y estaría enterrado en el Callejón de los Muertos, actual Calle Sucre con
Los Jumangues, detrás de la Iglesia San Pablo Apostal de La Puerta.
Cacique Don Fernando Saavedra.
Este era el jefe
indígena de la 2ª. Encomienda de la Doctrina San Pablo Apóstol
del Bomboy, perteneciente a doña Paula de Saavedra, con 51
indígenas, dedicada a plantación y
explotación de caña dulce, trapiche, alambique, algodón, ganado ovino, taller
de tejidos (Ídem). Al adoptar el bautizo
católico, como parte de su adaptación al régimen social colonial, les impusieron nombres castellanos, y ya
mayores, en sus negocios y asuntos civiles, agregaban como patronímico el apellido de su encomendero, que lo
distinguía por las generales de ley, de su condición de indio esclavo o
tributario o mestizo, pardo, lo que se asentaba en el acta de bautismo.
Cacique Don Marcos Sánchez.
Don Marcos
Sánchez, era el Cacique de la 3ª. Encomienda, perteneciente al
Capitán José de Sánchez Mejías, con 25 indígenas, dedicada a plantación y explotación de caña
dulce, trapiche, alambique. Grande en extensión, porque se componía de una
parte a partir de La Quebrada y otra, desde Timotes (Ídem).
Cacique Don Gonzalo Mindax.
Este indígena, fue
el principal de la 4a. Encomienda,
perteneciente a doña Juana Hurtado de Mendoza, con 24
indígenas, dedicada a plantación y
explotación de caña dulce, trapiche, alambique (Ídem). Esta Doña Juana, fue
tía-abuela del primer triunviro Presidente de Venezuela, doctor Cristóbal
Hurtado de Mendoza.
Resistencia indígena, cuadro alegórico.cnh.gob.ve
Joseph (Mandón).
Mandón Joseph, no
tenía el rango de Cacique, pero si ostentaba jerarquía en la estructura social indígena, fue el jefe de los nativos dentro de la 5a.
Encomienda, perteneciente al capitán Fernando Hurtado de
Mendoza, con 6 indígenas, dedicada a plantación y explotación de caña dulce,
trapiche, alambique (Ídem).
Mandón Pedro Clemente.
Perteneciente a
la 6a. Encomienda, del Cura
Doctrinero licenciado Juan Buenaventura Cabrita Losada, jefaturaba la población
de 22 indígenas, dedicada a plantación y explotación de caña dulce, trapiche,
alambique (Ídem). Este extraño caso, lo destaca el historiador Rafael
Castellanos, en el sentido que cumplía
funciones ampliamente contradictorias, era cura doctrinero de la comarca, que
tenía como parte de su misión
evangelizadora la protección de los naturales,
y a la vez, explotaba como encomendero y colono a los indígenas que le
habían encomendado.
Nota: estos son pequeños trozos de mi libro La
Puerta y su historia, en proceso de revisión, que comparto, para que los
estudiantes de la parroquia tengan alguna referencia documentada de estos
personajes originarios, que son protagonistas de una época importante de nuestra
historia local.
La Puerta, enero 2020.
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