Oswaldo Manrique R.
En nuestros pueblos andinos,
encontramos a personas que destacan no
por su obra resaltante en la vida pública, sino que son de baja condición
económica o con rasgos, actitudes o formas de ser muy particulares, con poca o ninguna simpatía, que se van convirtiendo en
personajes populares y hasta iconos de los mismos pueblos. Uno de ellos, fue el
llamado “Culo Negro”. Su nombre Rafael Araujo "el Chupando"
De acuerdo con la oralidad local, este personaje
era muy serio, introvertido, hosco, no acostumbraba a conversar con nadie,
vivía su propio mundo y seguramente era feliz, porque no se quejaba ni andaba
expresando aspectos de sus carencias o precarias condiciones económicas. Eso,
al grupo de ociosos –que existe en todo pueblo-, le llamaba la atención, no
para ayudarlo sino para molestarlo y hacer bromas, de él.
Cuadro de “Culo Negro”, elaborado al óleo sobre tela por el pintor RéguloBriceño. Cronografía de este blog N° 3149.
Refieren en el pueblo los
mayores, que “Culo Negro” hacía camino al andar, con sus pocas
posesiones en los bolsillos del pantalón y viviendo su ermitaño y asceta
mundo. Su ruta: La Mesa-Timotes-La
Puerta-Timotes. Diariamente caminaba por
las calles Sucre, Bolívar y la Páez, en cuyas esquinas acostumbraba a hacer sus
correspondientes paradas cargadas de mutismo y calma, luego
se podía detener gran parte del día en la plaza Bolívar y en distintos parajes de La Puerta, pendiente en su silencio y su
paso, de localizar a quien osara llamarlo por su desagradable remoquete.
Era una persona muy arisca, no
socializaba, al parecer era oriundo de La mesa de Esnujaque, pero se la pasaba en La Puerta. se caracterizaba porque usaba mas de lo normal, con 3 o 4 sombreros uno encima del otro, y se ponía dos pantalones o dos fluxes y sin camisa. Su manera de deambular lo equiparaba a un filósofo griego. tocaba un pito de carruso. Los eternos e infaltables jodedores del
pueblo, particularmente los de la “esquina caliente”, la de la Plaza donde
Julián Briceño, y los de la Hoyada, lo provocaban. Cuando alguno de estos
intranquilos deseaba disgregar el grupo y lo veía, solo gritaba ¡Culo Negro! e
inmediatamente el solitario personaje montando en cólera, buscaba piedras y
emprendía a pedradas al grupo; cuando
estos corrían, él los perseguía hasta las mismas entradas de sus casas. A veces
las pegaba.
Otra gráfica del cuadro del personaje popular en referencia. Cronografía de este blog N° 3148.
El caminante “Culo Negro”, fue uno de
los personajes populares más famosos de nuestra comarca. Era un hombre moreno, de
mucho e hirsuto pelo negro, frente muy arrugada, de mediana estatura, vestía
pantalón de kaki y saco o paltó de colores y a cuadros, botas, normalmente andaba
barbudo. Dormía en los trapiches, otras veces, en la casa de un hermano en Valeralta. Cuando estaba en sus
cabales, vendía zapallos, ramas, hortalizas que ofrecía a las familias de la
comarca. La razón o el motivo que le pusieran ese cognomento a su vida, se
desconoce. No se sabe, si fue porque no se encontraba a gusto en ningún sitio,
o porque siempre andaba silencioso, desarreglado y perturbado, o porque alguna
vez tuvo dinero y lo despilfarro en corto tiempo; el asunto es, que siempre se
le llamó y se le conoció como “Culo Negro”.
No se dejaba sacar fotografías, ni entrevistar, ni conversaba, tampoco
se supo su verdadero nombre. Un día lo vio el pintor de La Mesa de Esnujaque,
Regulo Briceño, en Timotes y lo llamó, le pidió que se dejara pintar por él,
pero se negaba. Luego de entablar una extraviada conversación con él, lo convenció a cambio de una cuarterita de
miche y logró su cometido, pintó al singular personaje, cuyo cuadro hoy
compartimos en este blog; este retrato lo conserva Julián Briceño, en la Bodega
El Campesino, quien nos permitió fotografiarlo. Tanto el personaje de carácter popular, que
hizo vida en el siglo XX en nuestra parroquia, como el cuadro al oleo elaborado
por el pintor Régulo Briceño, que se ha hecho famoso por sus obras de gran
valor pictórico, forman parte de nuestro patrimonio cultural, que bien merece
ser reseñado.
Enero 2020.
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