Oswaldo Manrique Ramírez.
Pedro
Rondón, parameño echao pa’lante.
Personajes
del Páramo de La Puerta (2).
El Páramo de La Puerta,
también llamado de las Siete Lagunas (Maen Shombuk en dialecto Timoto), Estado Trujillo, en Venezuela, es una
formación que se desprende del Pico de Miranda de la Sierra Nevada, <<hermosa estribación, que se viene llamando
La Puerta, pero que es mejor llamarla de la Mocotí, pues nace del Páramo de las
Siete Lagunas, vecino del páramo de la Sal. La estribación de la Mocotí se deprime
lentamente y se pierde o rompe, casi de repente, para dar paso al mismo rio
Momboy, que se lanza sobre el Motatán>> (Bennet, Francis. Guía
General de Venezuela. págs. 272-273. Caracas. 1929). Esta pequeña descripción
de Bennet, sobre tan imponente cresta montañosa, está basada en los estudio de Agustín
Codazzi y de Américo Briceño Valero.
Panorámica del Llanito, importante y turístico sector del Páramo de La Puerta. Fotografía tomada por Antonio Lino Rivero (2012). Cronografía N° 2529.
Cuando se emprende la caminata desde el área urbana de La Puerta, para subir al páramo de las 7 Lagunas (Maen
shombuk), se comienza escuchar: nos vamos por la Cuesta de los Rondones. Este camino, nos permite llegar al sector el Llanito, donde algunos
los identifican como el inicio del Páramo; realmente es zona sub-paramera, caracterizada
por contar con un camino real, hoy amplia carretera, que era el utilizado por
los primeros pobladores (indígenas Timotes y Xikokes) de este lugar. La Cuesta
o primero de los caminos de los indígenas, llegaba hasta ese Llanito, provisto
de una pequeña laguna que hoy está casi desaparecida, cercana a donde estaba
como punto de descanso la bodega de Locadio Rondon, un señor de sonrisa amplia
y permanente, atento y servicial a todo visitante y vecino. Este Locadio, era
hijo de Concio Rondon. Siguiendo unos pocos
minutos ese camino, llegaremos a tierras de los Rondones, ubicadas en este sitio.
Según Antonio Lino Rivero, en la
década de los años 40 del siglo XX, en el sector de El Llanito del Páramo de La
Puerta (luego llamado Los Torres), se encontraban asentadas las familias
de Salvador Rondón y la señora Isaías Rivera, la de Concepción Rondón y la señora Brígida Vieras,
también la familia de Rafael Artigas y la de Martín Rivero y la señora Leonor Paredes,
éstos últimos, padres de Antonio Lino
Rivero, quienes vivieron aquí por espacio de un año aproximadamente.
El Llanito y toda la
falda del páramo, como lo explicó Tulio Rivas, descendiente de una de las más antiguas
familias de esta sierra, era propiedad de la señora mantuana Cordola Briceño, descendiente
del conquistador Sancho Briceño y de los próceres independentistas Antonio Nicolás
“El Diablo”, Francisco Javier “el excomulgado” y lider de los pardos y mestizos trujillanos, Domingo “El Negro Socialista”,
Pedro Fermín Briceño, entre otros; aquí ella tuvo hacienda y hato de ganado
vacuno y ovino. El viejo horno de tejas y ladrillos, que apenas se ve, así como
las bases y pisos de la estancia, que fueron borradas por el paso del tiempo y
de las maquinas que construyeron la carretera, eran las de la familia de doña
Cordola, quien vivía allí y administraba directamente sus empresas.
Siempre fue este
sector, un amplio paisaje agrícola, lleno de sementeras de papa, trigo y hortalizas. La principal
actividad era y es la agricultura. Relataba
igualmente Tulio Rivas, que en la época de la hambruna en los comienzos del
siglo XX, al páramo llegaron familias enteras de Pueblo Llano, Jajó, y de las
Mesitas de Niquitao, también gente de Monte Carmelo, Arapuey y Palmira. Varios
se asentaron en este lugar, entre ellos, tres hermanos oriundos del Estado Mérida.
José Salvador, Concio y Susana Rondón; gente muy trabajadora.
José Salvador Rondón, fue un ciudadano cuya vida transcurrió en aquella vetusta y tranquila sierra trujillana, entregándose al trabajo agrícola. Allí, fundó un hogar con María Isaías Rivera de Rondón, con quien se casó y procreó una numerosa familia de varones y hembras, también muy trabajadores, entre ellos a Pedro Alejandrino; Francisco, que se recuerda como agricultor y comerciante de La Puerta, vendedor de sus frescos duraznos; Marta, Bernabela, Fernanda, Juvencia y Ramona, que es la mama de Federico y Aurelio Rondón.
Otra toma del Llanito, importante y turístico sector
del Páramo de La Puerta, donde se asentaron los hermanos Rondón, a principios
del siglo XX. Cronografía N° 2528.
Era
el viejo José Salvador, hombre muy parco y serio en sus actividades, fue adquiriendo
algunas tierras con el producto de sus cosechas, y en vida fue repartiéndolas
entre sus hijos e hijas. Hombre recto y justo, gozaba de gran prestigio como
consejero de los pequeños agricultores del páramo que a él acudían para
plantearle problemas y buscar soluciones.
Entre
los hijos de Salvador, destaca Pedro Alejandrino, quien desde muy niño, tuvo la
inclinación por superarse y mejorar personalmente. Nació en el año 1932, en El
Llanito, sector del Páramo de La Puerta (llamado inexplicablemente Los Torres,
desde las primeras décadas del siglo pasado). Pedro Alejandrino Rondón, de niño
era llevado por su padre al viejo mercado municipal de Valera, ese mundo tan
variado lo impactó; asimismo, cuando lo llevaba a las grandes casas mercantiles,
todo lo observaba con detenimiento, para él, eso era extraordinario. Así que,
de la mano de su padre, fue recibiendo las primeras enseñanzas del comercio, lo
que aquilataba con su lucidez mental y memoria, que lo ayudaría a enfrentar en
su momento, las responsabilidades que le tocarían.
Panorámica general del antiguo Mercado Municipal
de Valera, donde Pedro Rondón se inició en el comercio, con un puesto de venta
de verduras. Cronografía N° WA0036.
Trabajó
junto con su padre y hermanos la agricultura. Les fue bien en esta actividad,
pero cuando pudo asumir sus propias decisiones, se va Valera a ejercer la
actividad comercial, y junto con ello, buscando superarse se inscribió en una
escuela para adultos, y se puso a estudiar primeras letras y nociones básicas
de matemáticas, lo básico para poder ejercer el comercio.
A los 19 años se casó en La Puerta, con María Emilia
Gutiérrez, oriunda de la vecina parroquia Mendoza del Bomboy, con quien procreó
a sus hijos: María Agueda, Amadeo (+), Felipe, Petra, Roberto, José Gregorio, Jorge
Luis (+) y Pedro.
Los inicios del
popular “Lloradera”.
Encausando su vocación, en la década de los
60, tenía un puesto de venta de hortalizas en el antiguo Mercado Municipal de
Valera, también estaban allí, sus dos
sobrinos, Federico que siempre le gustó el comercio, hoy vive en Colombia, y
Aurelio, quien luego se hizo barbero, y se dedicó a este oficio en forma
definitiva; ambos eran hijos de Concio Rondon. Para esa época, se mudó
definitivamente a La Puerta (área urbana), a una casa ubicada en la avenida Páez,
entre las casas de Rodulfo Combita y la de su pariente Felipa Rondón.
En la gráfica de 1963, montado a caballo Pedro Rondón, en su finca en el Llanito, en el Páramo de La Puerta. Subió en esta ocasión, como comisionado especial en la campaña electoral presidencial del Dr. Raúl Leoni. Colaboración del señor Felipe Rondón. Cronografía N° 3504.
Fue avanzando en sus negocios mercantiles, fue muy
hábil y hasta tuvo despachos de mercadería y hortalizas hacia el centro del
país. Su facilidad de palabra le daba cancha para la negociación. Compraba carga a los productores de La Flecha,
Carorita, el Alto de San Juan, Comboco, El Horno, hasta llegaba a los de
Timotes todas las semanas, para cumplir los despachos de Barquisimeto y uno específico
el de Supermercado Venepal, ubicado en la ciudad de Morón. Buscaba a los
productores donde estuvieran, y si no había lo que buscaba, ellos lo ayudaban
con otros productores; lo llamaban “Lloradera”, por esa virtud innata para
convencer.
Casa de amplio corredor y varias puertas, de una empresa
comercial de Valera, cercana al viejo Mercado Municipal. Cronografía N°
2F628B45.
¡Muchachos a comer poco y andar alegres!
Cuando salía a viajar por los despachos o a realizar
alguna diligencia de trabajo con sus hijos les decía: ¡Muchachos a comer poco y
andar alegres!, una forma de entusiasmarlos y comenzar bien el día, pero a la
vez, era la presencia de seres satisfechos y gozosos. Era su manera de ser, su espíritu emprendedor,
que iba moldeando en sus hijos mayores.
Así como los entusiasmaba para el trabajo, también les daba algunos consejos, muy propios de su experiencia de vida. Recuerda Felipe Rondón, su hijo, que Pedro gozaba de ser libre en sus actividades, no le gustaba estar subordinado a nada ni nadie. Siempre les recomendaba: ¡No le trabaje nunca a nadie! Para él, no ser asalariado, era una posibilidad de vida y también de seguir disfrutando la libertad. Cuando conversaba con sus paisanos, sobre el estado de las carreteras en esa época, y se iba a referir a las famosas Curvas de San Pablo, del Estado Lara, les decía ese paso es muy peligroso, porque es zona "culebrera".
Estampa de dos mayores entretenidos jugando en
una mesa, a la entrada de un local comercial, cerca del Mercado viejo de
Valera. Obsérvese la vestimenta usual de la época. Cronografía N°
S/N.
Pedro Alejandrino Rondón, no bebía alcohol, no fumaba, su entretenimiento era jugar dominó, tenía conspicuos compañeros de juego, a respetables vecinos, como: Juan Rivero, Hugo Rosales, Rito María Ramírez, Esteban Briceño, y el chistoso Ruperto Sulbarán, eterno secretario del Tribunal. Le gustaban los vehículos, tanto los de trabajo, como los de uso personal, a él, se se le vio manejar un novedoso Mustang, colo verde, de lujo, del año 1972; también un LTD, ambos de paquete.
Fachada de la empresa Trujillo Motors, de la ciudad de
Valera, concesionaria donde Pedro Rondón acostumbraba adquirir sus vehículos. Cronografía
N° 20624.
Espiritualmente era devoto de la fe católica, inclusive, participaba
de manera activa en la Sociedad de San Isidro, patrono de los agricultores,
todos los años por mayo, se le veía en la organización de las fiestas del
santo.
En
1982, fue de los principales impulsores y colaboró con la construcción de la
carretera del Páramo de La Puerta, cediendo un área de terreno de su propiedad
en Loma de los Vicuyes.
Gran
conversador, liberal, demócrata, a su manera, siempre militó en el partido Acción Democrática,
donde tuvo cargos de responsabilidad local y hasta le pagaban; alternó con compañeros que se convirtieron en
sus amigos, como Amadeo Rivas, Ramón Volcán (La Flecha), Rogelio Torres (Federación
Campesina), Hugo Rosales y Juan Matheus.
Sus últimos tiempos, los pasó en una casa en la esquina de la Plaza Bolívar, con calle 8. Así, transcurrió su vida, fiel a su vieja comarca y a sus gentes. Murió en La Puerta, en el 2011.
La
Puerta, septiembre 2020.
La pregunta de las 50 mil lochas ¿Que estarian jugando esos mayores?
ResponderEliminarSaludos amigo Felipe. Por lo que se puede observar, el cartón en forma de rectángulo, con los papelitos enrollados, parece que es el juego de "zorro y gallinas", muy popular y entretenido para esa época. OM.
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