El longevo maestro Martín Rivero.
Oswaldo Manrique
R.
En estos días, en
que nos vemos abrumados por la pandemia mundial del Covid-19, que ha afectado
sin mensura, a los de la tercera edad, nos llena de regocijo, recordar vidas de
gente que anduvo y marcó un rumbo, por y contra, ese imponderable llamado
tiempo. Son seres únicos.
El 11 de noviembre
de 2013, fue celebrado el cumpleaños N° 110, del señor Martín Rivero, en la
ciudad de Maracaibo, donde vivió mucho tiempo, más por resolver las necesidades
materiales de su familia en crecimiento, que por su inclinación residencial. Ese día su hijo Antonio Lino Rivero, le dedicó
unas palabras de felicitación y agradecimiento, que sintetizó en <<Hemos
aprendido de ti a amar la vida>>. Esta
celebración se recordó y comentó en La Puerta, por sus amigos y parientes; era
otro ejemplo de longevidad puertense.
Martin Rivero, nació
en el caserío El Censo, jurisdicción de la Parroquia La Puerta, Municipio Valera,
estado Trujillo, el 11
de septiembre de 1903, hijo de doña Catalina Rivero y Resurrección Araujo, éste,
padre del conocido hacendado Luis Ignacio Araujo. En su
colectividad, se distinguió siempre como un hombre colaborador, de vida
sencilla y constante espíritu de lectura y de servicio. Fue altamente apreciado
y recordado por haber sido el primer maestro de la escuela del caserío El Censo,
la cual fundó en 1920. Su recuerdo perdura en la mente de los hijos y nietos de
sus alumnos, quienes recuerdan la sencillez y atención con que impartía sus enseñanzas
de primeras letras y sus orientaciones.
Se casó en 1935, con la joven Leonor
Paredes, oriunda del sector El Charcal, situado en el suroeste de la Parroquia
La Puerta, nació el 13 de marzo de 1913, hija de Pablo Paredes y Lucia Toro.
Sus hermanos: Regina, Aurelia, Santos, Gregorio. Aura y Matías Paredes, éste último,
tuvo la Bodega de la entrada de Pueblo Nuevo. (Rivero.
Antonio Lino. Señora Leonor. Impresión Fotostática. Maracaibo. 2011); con Leonor
procreó seis hijos, Américo que murió tempranamente; Emma Rosa, José Américo, a
este hijo le reiteró este nombre de pila porque era un admirador del coronel
Américo Burelli García, caudillo militar nacionalista y emprendedor hombre del
desarrollo y de la prosperidad de La Puerta; Antonio Lino, Carmen Delia, y
Misael Antonio Rivero Paredes. En el Censo, vivieron hasta 1940.
Martín fue el maestro de primeras
letras en El Censo; había estudiado en la escuela de La Puerta, que regentaba
don Lucio Viloria. Fue agricultor y se desempeñó como buen albañil en aquellos
tiempos. Su familia y él, se mudaron a una finca de la sucesión de Rafael González, en el sector
San Martín; le estaban vendiendo la finca, pero no tenía el dinero y se tuvo
que mudar para el sector El Pozo, de don Antonio Carrasquero, donde trabajó
como medianero.
En 1942, Martin se muda a La Puerta,
donde adquirió su solar en la avenida Páez, a pesar que le daba para
mantenerse, la familia fue creciendo, y decidió ir en busca de nuevos derroteros; allí vivió
hasta 1948.
Un día a finales del año
de 1944, se comenzaron a ver los mechurrios prendidos, cerca de la capilla del
Calvario, que significaban el avance a la modernidad de este pueblo rural.
Igualmente, vieron con mayor frecuencia al maestro del Censo, el señor Martín
Rivero, que pasó a ser el caporal de aquellos trabajos tan importantes. En
efecto, comienzan a construir la
carretera trasandina, que permitiría unir a La Puerta con Timotes y pueblos
vecinos. Eran los tiempos del presidente
Medina, militar, demócrata y modernizador del país, a quien derrocaron a los
pocos años.
La apertura de esa nueva
oportunidad de trabajo para los puertenses, los llenó de buenas expectativas. La gente no quería saber nada de
política, de militares, ni de sacrificios, y se presentó la oportunidad de
trabajar. Concio Rivas, pragmático y fraterno amigo del maestro Martin,
comentó <<nosotros estamos con el que nos de trabajo>>, y
así fue el ánimo que hubo en la construcción de esa carretera.
La maquinaria pesada para la construcción de la trasandina, la
estacionaron en El Calvario, en la calle La Legua, en los alrededores de la
antigua capilla de Fátima y el camino real, y desde este sitio, abrieron la
carretera inicial, desde La Legua hasta lo que hoy es La Flecha, que
antiguamente, llamaban Comboquito.
El maestro Martín Rivero, rodeado de sus familiares. Imagen cortesía de Antonio Lino Rivero.
Recuerda Antonio Lino Rivero, hijo del maestro
Martín Rivero, que los obreros trabajaban amarrados con gruesas cabuyas y
algunas guayas, porque había mucha tierra movediza y los enormes árboles se
venían; igualmente, cuando iban a dinamitar un cerro, avisaban previamente a la comunidad para que
estuvieran alerta y se encerraran en sus casas (Conversación con Antonio Lino
Rivero. La Puerta. 19 enero 2022).
Su hijo Antonio Lino, recordó que, en
1949, <<la situación económica era muy difícil, el pago era pequeña
cosa, mi padre decide mudarse con la familia a Maracaibo, en busca de trabajo y
mejores condiciones de vida>> (Ídem). Al llegar a dicha ciudad,
se alojan en una casa de un primo de nombre Camilo Rivero, que se la cedió
porque se había divorciado, con la condición que se la desocupara cuando se la pidiera,
porque tenía en proyecto casarse nuevamente.,
Su paisano Alberto Burelli, quien era jefe de almacén de
Zulia Motors, gran comercial ubicada en la avenida Libertador, le consiguió un
trabajo provisional a su papá Martín, en el que estuvo entre 1950 y 1965, es
decir, lo provisional duró 15 años.
Rivero, es considerado uno de los
viejos poetas locales, compartió con los bardos Juan de La Cruz y Concio Rivas,
espontáneos trovadores de esta localidad. Le dedicó sus versos condensados a su
pueblo, en <<Lamentos de un
deudor>>, tributo a su pueblo, en el que explica por qué se fue de La
Puerta a Maracaibo en 1948. De esa forma, consumó este poeta, el vínculo de la fuerza creadora
del pueblo serrano, con los más finos y bien elaborados versos:
En el año 48
yo estaba decepcionado de deudas alcanzado
y en muy mala situación
no tengo comparación De lo tanto
que yo he luchado
pues, no encontraba trabajo
para poderme remediar.
Tuve que hipotecar la casa
con el terreno haciéndome
muy sereno para darme ese valor,
pero siempre con dolor
con mi casa hipotecada.
Mi mujer descontrolada de
ayudarme a trabajar me dijo:
Vaya a buscar donde consiga
un empleo porque, lo que yo deseo
es que ¡No se tire a matar! y
no le vaya a quedar
el puro trabajo en vano.
…………………………
Ya tengo conocimiento
Lo que vale ser honrado
Y no ser desordenado en el
Modo de vivir. Para
Poder conseguir hay que
Ser recomendado.
Este poema, algo más
largo, es la muestra del invariable y profundo afecto a su tierra serrana. Después
de un largo centenario, es decir, once décadas con siete meses, de laboriosa vida,
el vetusto maestro Martín Rivero, falleció el 10 de julio de 2014, rodeado del afecto y admiración de sus familiares y amigos en la ciudad
de Maracaibo.
<<Lamentos de un deudor>>
Texto completo del poema <<Lamentos de un deudor>>, que dedicó el maestro Martín Rivero, a su tierra natal La Puerta. Cortesía de Antonio Lino Rivero.
La Puerta, 10 de julio 2022.
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