sábado, 1 de julio de 2023

El antiguo templo de San Pablo Apóstol de La Puerta

El antiguo templo de San Pablo Apóstol de La Puerta.

Por Oswaldo Enrique (*)

<<el recuerdo de la torre que antaño presidía la comarca y que tímidamente demoraba sobre un valle de flores, al pie de inmensas montañas>> (Abreu Burelli, Alirio.  En: Abreu, José Rafael. La Puerta un pueblo. pág. 178. 1969).



 El breve resumen que aquí se comparte, fue extraído de una  parte, de la investigación documental e historiográfica sobre la incidencia ejercida por la Iglesia Católica en el proceso de evolución de La Puerta, como pueblo colonial de indios y luego, como expresión oligarca. De forma concreta, se escogió como referencia socio-religiosa, el Templo de Nuestro Señor San Pablo, y de forma particular la actividad y entusiasmo de los Curas, en una línea de tiempo, marcada por su empeño en construir, remodelar, reparar, reconstruir o reformar dicha edificación. 

Curas desde el siglo XVII al XX, involucrados en la construcción, remodelación, reparación, reconstrucción o reforma del antiguo templo de Nuestro Señor San Pablo Apóstol de La Puerta.

Ya era una comunidad indígena, desde tiempos inmemoriales, las viviendas y tupidos bohíos dispersas en el lado de la montaña por donde sale el sol, para protegerse del ventarrón y el frío que dispensa el serrano abra y poder observar la  altivez y el alegre sonido del río Bomboy.

Templo de San Pablo Apóstol de La Puerta, construido por el esfuerzo y dirección del Pbro. Pedro Santa Anna Vasquez de Coronado, en 1790. 

Para la creación y establecimiento institucional y eclesiástica de La Puerta como Pueblo de Indios y Pueblo Cabecera de Doctrina, una de las exigencias principales al igual que para las ciudades, fue que el sitio escogido estuviera poblado por aborígenes con el fin de adoctrinarlos, en este caso moraba un grupo de Indios Timotes, específicamente Bomboyes, como lo afirman los documentos de Encomiendas, y esto lo fija la Ordenanza, así:   “Que sean  poblados de indios y naturales a quien se pueda predicar el evangelio, pues este es el principal fin para el que mandamos hacer los nuevos descubrimientos y poblaciones.”  (Ordenanza: art. 36). Para nosotros, eran aborígenes Bomboyes, Xaxoes, Mukutís, Kombokos, Bicuyes y Xikokes, del señorío de los Timotes, los que se convirtieron en la mano de obra esclava,  para el enriquecimiento de los invasores europeos.

En el año de 1608, el Obispo fray Antonio de Alcega, organiza y ordena la conformación de la Séptima Doctrina, teniendo como Pueblo Cabecera de la misma, San Pablo de Bomboy (hoy La Puerta); el gobernador Alquiza, había confirmado la “Encomienda Valle de Bomboy”; Quebrada de Comboco” y Lomalla de Busandi”, al capitán Juan Álvarez Daboin, constituida por 408 indígenas que se hallaban en el valle del Bomboi, para su explotación y catequización (Briceño Perozo, Mario. Historia del Estado Trujillo. Pág. 57. ANH. Caracas. 1984); eso significaba concentrar los aborígenes en un solo lugar, se induce que a partir de este año, comenzó la conformación del Pueblo  de Indios de dicha  Doctrina, en la parte sur del valle de Bomboy, en lo que en parte es hoy el área urbana de La Puerta, y que luego pasaría a ser el Resguardo Indígena de La Puerta, hasta 1891.


1608. Pbro. Antonio Montero y la primera edificación religiosa: una capilla doctrinera “enramada”.

El proceso de construcción de una capilla, hecha de horcones y bahareque con  techado  de carruso, adosado con barro, y cobertura de paja paramera, para llegar al Templo que hoy tenemos en nuestra parroquia, comienza con los repartos de tierra y encomienda del pueblo originario de indígenas bomboyes del señorío de los Timotes, algunos años antes de 1601, tiempo en que hace dejación de la “Encomienda Valle de Vomboy” y la de “Quebrada de Comboco”, el encomendero Tome Dabuyn, capitán portugués, luego le fue otorgada a su hijo el capitán Juan Álvarez Dabuyn, que aparece en el registro organizativo del Obispo Fray Antonio de Alcega y el teniente gobernador Diego Ruiz Graterol; congregándolos en el sitio del resguardo, lo que hoy es el área urbana de la Puerta.  La vieja y  limitada ermita,   levantada en los comienzos del siglo XVII, y concluida en 1620, para tener un espacio donde sentarse los noveles feligreses a celebrar la santa misa y los sacramentos, eran de las criticadas “ramadas”, que el Obispo Martí consideraba indignas e indecentes. La primera fue una Capilla de este tipo, una especie de casucha de horcones y paja, de una sola nave, estaba ubicada en toda la esquina donde está hoy levantada la Casa Cural, avenida Bolívar, diagonal a la plaza, esquina frente a la casa de la familia Rodríguez. Con el avance económico de las plantaciones de los primeros encomenderos y sus indígenas avasallados, habría sido hecha con troncos de tirindí y guadua, con techo de paja, que con el tiempo sería sustituida por una construida de bahareque y techo de tablas y teja; era un sitio en el que la feligresía aborigen acudía a escuchar las misas, las noticias sobre los curas, mayordomos de fabrica y sacristanes, las visitas de los Obispos, y la preparación de las celebraciones, bautizos y confirmaciones. 

El padre Antonio Montero, fue quien acompañó al Obispo fray Antonio de Alcega, en su recorrido por el valle de Bomboy a finales de 1607, en su jornada de exploración y organización de las Doctrinas; al ser designado primer cura doctrinero, se distingue que fue el encargado de la construcción de la primera Capilla de San Pablo Apóstol (Briceño, 60). Se desconoce si asistió al II Sínodo Diocesano de Caracas, en 1609.

Esta Séptima Doctrina, ordenada por el Obispo Fray Antonio de Alcega, aunque se ve hoy irregular y contradictoria en su conformación,  tenía un objetivo de orden estratégico y geopolítico. Hasta el sitio Timotes (hoy del Estado Mérida) formaba parte del territorio del Virreinato de Santa Fe  (Colombia), y el lado colindante, La Puerta, correspondía a la  Capitanía General de Venezuela, aquí se iniciaban los lindes de la provincia, y se fue desarrollando el comercio e intereses fronterizos entre las dos jurisdicciones.  Para 1620, ya estaba construida la modesta Capilla, de barro, y techo de horcones de madera, cubierta de paja paramera.

1629. Pbro. Salvador de Carmona, sustituyó al padre Montero, fue de los más interesados en la desconcentración de los indígenas del valle, que habitaban en el Pueblo Cabecera de la Séptima Doctrina (La Puerta), lo  que dio origen al nacimiento del Pueblo San Antonio Abad (hoy Mendoza) y a San Pedro de Jajó, por decisión del gobernador Francisco de la Hoz Berrío, en 1620, lo que coherentemente cumplía con las disposiciones reales de concentración de los aborígenes.


La hermosa torre campanario del viejo templo, se conserva con modificaciones; desde hace varios años permanece muda, porque una "mano bendita" arbitrariamente se llevó las centenarias campanas, y no las ha devuelto.

Se tiene como otro dato importante de los inicios del proceso de adoctrinamiento católico de nuestros nativos Bomboyes, el año 1636, en el que ratificado el padre Salvador Carmona, como cura doctrinero del Pueblo San Pablo Apóstol del Bomboy (hoy La Puerta), fue quien sustituyó este año a su antecesor, el padre Antonio Montero (Briceño Perozo. Mario. Historia del Estado Trujillo. Págs. 56 y 57. Biblioteca Academia Nacional de la Historia. 1984). Fueron el abnegado padre Montero y luego el padre Carmona, los que asumieron la responsabilidad de construir y mantener en las limitadas condiciones de infraestructura la Capilla, durante la primera fase de la misión eclesiástica y evangelizadora con los indígenas Timotes y Bomboyes de este Pueblo de Doctrina, bajo la jurisdicción del Obispado de Venezuela, cuya sede estuvo primeramente en la ciudad de Coro hasta 1638, en que se trasladó a Caracas, con el Obispo Mauro de Tovar.  Dos años después, Carmona permanecía como Cura doctrinero (Documento de Encomienda de Cristóbal Hurtado de Mendoza, otorgada por el gobernador Francisco Núñez Melean. En: Zambrano, 16). Fray Juan de León, lo suplía en la Doctrina (Briceño, 60). 

1670. Pbro. Nicolás de Reyna y su fundación cartular.

El historiador Amílcar Fonseca, en Orígenes Trujillanos, en referencia a este Cura, señaló que junto con el encomendero Mateo de Párraga, fundó un pueblo llamado San Pablo de Bomboy, a orillas del rio de ese nombre; esto nos lleva a pensar en dos hipótesis, una, que se refería a la aldea San Pablo que fue creciendo en el área de Mendoza (zona norte del Valle), en los alrededores de la posesión San Pablo de Bomboy, verdaderamente cercana al cauce del río (Fonseca, T1, 313), o que fue una fundación cartular de reorganización espacial del Pueblo de Indios Cabecera de la Séptima Doctrina (zona Sur del valle, hoy La Puerta), que tuvo como centro de ella, la antigua Capilla, puesto que este, ya tenía varias décadas de constituido.

1687. Pbro. Licenciado Juan Buenaventura Cabrita Losada y su contradictorio status.

El padre Cabrita, era a la vez, encomendero y cura doctrinero. (Relación de un viaje por las tierras de los Cuicas); desempeñaba el rol de explotador y el de protector de los indígenas.

1760. Pbro. Fernando Paredes Barriga, Cura doctrinero. Al parecer, era descendiente de un pariente del capitán Diego García de Paredes, fundador de Trujillo (Fonseca, T2, 195). 

1777. Pbro. Pedro Santa Anna Vásquez  de Coronado, el  constructor del viejo templo de San Pablo Apóstol de La Puerta. De templo de indios a templo de  oligarcas.

El padre Coronado,  fue quien recibió al Obispo Mariano Martí, en la primera Capilla de techo enramado. Dicho Prelado anotó en su Informe de visita pastoral, lo siguiente <<13. San Pedro de Bomboy (La Puerta). Pueblo de Doctrina. Libro más antiguo: 1720. Almas; 349>> (Briceño, 92); era una comunidad indígena de lento crecimiento, que se mantuvo casi totalmente pura, según las añosas Relaciones Geográficas.

Duró bastante tiempo al frente de este pueblo; en 1782, aun era Cura Doctrinero de La Puerta y Mendoza (Partida de Bautismo de Antonio Nicolás Briceño, el coronel patriota).  Coronado, fue el constructor del viejo templo de San Pablo Apóstol de La Puerta, actividad que habría iniciado en 1790 (Partida Defunción del Dr. Antonio Nicolás Briceño, padre del mártir independentista, 1804).

Bien avanzada la segunda mitad del siglo XVIII, Pedro Santa Anna Vásquez de Coronado, preocupado porque la comunidad, no contaba con un templo adecuado y “decente”  para la feligresía católica del valle, emprendió su periplo para la construcción del mismo, en el lote de terreno que se le había asignado cerca de la plaza. Poca gente se prestaba a colaborar, pero eso no lo hizo desistir. Solicitó la anuencia del Obispo y a las autoridades de Trujillo, quienes le otorgaron la licencia para construirlo. Pidió limosnas y colaboraciones, y un domingo, luego de la misa habló del proyecto y colocó la primera piedra del templo y comenzó la obra, asi, fue obteniendo la colaboración de toda la comunidad católica, destacando un aporte que superaba el que dieron los españoles, los blancos criollos y los mestizos: los indígenas, que persistían en sus propias creencias, donaron un lote de terreno cuyo valor era altamente significativo, y esto facilitó la obra dedicada a Nuestro Señor San Pablo Apóstol del Bomboy. Esta negociación, era jurídicamente improcedente, no podían ser cedidas ni  enajenables, porque eran tierras comunitarias  asignadas a los aborígenes Timotes de este valle, pero quien tenía el deber de oponerse no se podía oponer: era el mismo cura Vásquez de Coronado. En los primeros folios del Libro de Fábrica de la Parroquia, se encuentra el primer inventario de bienes realizado  en 1931, aparece la donación de dicho lote de terreno, el Mayordomo Pedro González, registra que el templo parroquial tiene dentro de su patrimonio “Un terreno de San Pablo que fue donado por los indígenas valorado 1.200 bolívares” (Acta de Inventario del año 1931. Libro de Fabrica del templo de San Pablo Apóstol de La Puerta.  Archivo Histórico de la Diócesis de Trujillo).  Este curioso dato, nos hace pensar que la vieja donación, para los indígenas, tenía como objetivo, lograr la construcción de un  templo más adecuado.

El cura Vásquez de Coronado, logró levantar una edificación sencilla, pero que reunía lo que aspiraba la comarca, un templo católico andino, con espacio suficiente para el encuentro litúrgico, su altar, el presbiterio, sus bancos de madera, su campanario, su sacristía, el bautisterio, con suficiente terreno para cementerio;  posteriormente se haría la casa cural. Había logrado este sacerdote terminar, la construcción más importante de este nueva comarca, había logrado avanzar en la trasformación de esta aldea indígena, y abría el campo de perspectivas para la fusión de ambas culturas, de la cual derivaría nuestra conformación como pueblo. 

Dicho templo, fue construido en el mismo sitio y terreno de la primera capilla, la “enramada”, no hemos encontrado el contrato de construcción, por lo que se desconoce quiénes fueron los maestros de obra, albañiles y artesanos, carpinteros, alarifes y ayudantes que asumieron la construcción del sencillo templo, ni los cálculos y costos de obra, ni planos de ejecución,  lo que si se pudo determinar en esta indagación  fueron los materiales utilizados. Desde los inicios de la etapa colonial en Venezuela, las construcciones y obras, arrastraban la influencia de la arquitectura e ingeniería castellana, optando los colonos, por adaptar el estilo mediterráneo colonial a las características y materiales de construcción, en nuestro caso, de la zona andina. El gusto de los gobernantes, encomenderos, hacendados, mantuanos y de los sacerdotes, influyó mucho en las obras religiosas desarrolladas en la provincia, predominando el estilo español. 

La data de culminación del templo de San Pablo Apóstol del Bomboi, se  estima para finales del siglo XVIII, es decir, cerca de 1795, que es el año de la llegada como cura párroco de La Puerta y Mendoza, del sacerdote Francisco Antonio Rosario; considero que  estaba recién construido el templo de San Pablo Apóstol, por lo que el nuevo párroco se dedicó a fomentar la construcción de la capilla anexa al templo de San Antonio Abad, en la vecina parroquia Mendoza, obra que comenzó en el año 1796. En cuanto a esto, encontramos una nota curiosa, en  el acta de defunción del Dr. Antonio Nicolás Briceño, padre del coronel Antonio Nicolás Briceño “el diablo”, de fecha 21 de septiembre de 1804,  suscrita por el padre Francisco Rosario, se lee que,   hizo memoria testamental  ante testigos, en la que “…instituyó y ordenó a sus herederos y albaceas que de sus bienes le diesen a la Iglesia de San Pablo Apóstol de La Puerta, la suma de cincuenta pesos, pertenecientes a la fábrica de dicha iglesia, por cuenta del Presbítero Don Pedro Santa Ana, cura que fue de este pueblo..”  (Rosario Tavera, Huma. Trujillo, epicentro de la campaña admirable. Pág. 64. Imprenta del Estado Trujillo, 2010). Esto pudiera entenderse, que para este año,  ya estaba construido el templo en forma para los feligreses  y pagaba de esa manera su deuda. Lo interesante de este dato, es que  confirma que para finales del siglo XVIII, se tendría un primer templo decoroso y digno en esta Parroquia, gracias a la labor y emprendimiento del sacerdote Pedro Santa Ana Vásquez Coronado.

Esta edificación de solida construcción, duró en pie 175 años aproximadamente y fue sustituido por el Templo actual, construido por el padre Trejo, inaugurado en 1965. La escritora Ligia Burelli, la describió asi: <<Del techo de tirantes de la vieja iglesia, se desprendían dos columnatas formadas por listones de madera y que dividían el recinto en tres angostas naves. Los reclinatorios ocupaban las naves laterales, pero solo desde la Puerta del Perdón hasta las escalinatas que llevaban al altar>> (Burelli, Ligia. Un día volver. Pág. 33. Gráficas Franco. Caracas. 1992).

En la gráfica, se puede observar cómo era la parte interna del viejo templo de San Pablo Apóstol de La Puerta, construido por el Pbro. Pedro Santa Anna Vasquez de Coronado, en 1790. esta solida y modesta obra, fue demolida, al ser inaugurado el actual templo, en 1965. 

De igual forma, nos asoma el carácter elitesco que había adquirido el Templo, en las primeras décadas del siglo XX, al describir cómo se debía estar en este recinto, << En este espacio debían situarse las mujeres y los niños. Los hombres tenían que permanecer atrás, de pie o hincados en el suelo de ladrillo, durante las ceremonias>> (ídem); se refería a la nave central y las laterales. Agregó que, los hombres podían <<de acuerdo a su status social, llevar una silla –que otro cargaba por supuesto- y, sobre todo, un cojín en forma de anteojos: un redondel para cada rodilla>>(ídem); eran los convencionalismos propios de la pequeña oligarquía municipal, que se estaba conformando de un pueblo “sin indios y sin negros”, luego del despojo de las tierras del Resguardo indígena, en 1891.  

Mi recordado profesor, el  Dr. Alirio Abreu Burelli, en sus memorias contempla esta estampa: en <<la pequeña iglesia…moraban San Pablo, la Virgen de la Paz…y San Isidro eran parte de nuestras gentes…habían venido de lejos, pero estando entre nosotros, eran solo nuestros>> (Abreu Burelli, Alirio.  En: Abreu, José Rafael. La Puerta un pueblo. pág. 178. Caracas. 1969); eran de manufactura española.

1795. Pbro. Francisco Antonio Rosario, el protector de los indígenas. Este  sacerdote patriota,  llegó a ejercer su apostolado al Templo recién construido por el padre Coronado. Asumió el Curato en este año, según los primeros Libros Eclesiásticos de San Pablo de Bomboy (La Puerta), que hemos revisado y reposan en el Archivo Histórico de la Diócesis de Trujillo. Fue constructor de la hermosa Capilla de Mendoza y del Oratorio de la Virgen de Guadalupe de Indios, ubicado en la entrada norte de La Puerta (donde hoy se asienta el Hotel Guadalupe), y fue destruido a raíz del fraudulento Juicio de Partición del Resguardo Indígena, de 1891. Murió en 1847.

1847. Pbro. Zoilo Troconis, era Vicario de Escuque, fue amigo y confesor del padre Rosario y le tocó realizar los oficios de la sepultura eclesiástica de este. Ofició misas y otros servicios litúrgicos en este antiguo templo. Nació en Maracaibo en 1813, fue diputado por Trujillo. Murió en 1883, a los 70 años de edad.


1860. Pbro. Dr. Enrique María Castro, biógrafo del padre Rosario. 

El padre Castro fue párroco de La Puerta y Mendoza, desde este año y  pudo realizar el estudio concienzudo de los papeles y archivos personales del padre rosario, con lo que pudo rescatar gran parte de su vida y obra. También estuvo de párroco en Valera (1871-1873). En 1877, viaja al exterior.

El cronista José Rafael Abreu, menciona a cuatro Curas que oficiaron en este siglo,  en el Templo de San Pablo, sin embargo, no hemos encontrado ningún indicio ni elemento documental de su existencia, ellos son: Padre León;  Padre Flores; Padre Figuera; y el padre Florencio A. Paredes (Abreu, 67).

1882. José Asunción León, quien sin ser indígena, y participando de la componenda para despojar a los aborígenes,  obtuvo varios lotes de terreno en la fraudulenta Partición de  posesiones del Resguardo Indígena, en 1891. Para este tiempo, el Templo había cumplido más de cien años de construido y conservaba sus características fundamentales, que son las siguientes:

El diseño y distribución del espacio interno del templo, responde a la tendencia arquitectónica católica aplicada a las edificaciones religiosas en las colonias americanas. Planta rectangular, semejante al estilo basilical, que se describe en el acta de inventario   de 1882, cuya acta describe: “En el cuerpo de la Yglesia de La Puerta a trece de abril de mil ochocientos ochenta y dos el cura encargado de ella presbítero José Asunción León, asociado del Mayordomo de Fabrica, ciudadano Miguel Aguilar y los testigos, avaluamos Natividad Aponte y José Miguel Bustos se procedió hacer en debida forma el inventario de propiedades de la Yglesia. Primeramente. 1.- Caserón (o Cañón)  de tapias que constituye la Yglesia y a la espalda un cuarto que sirve de sacristía y otro a un costado del presbiterio que sirve para guardar…” (Libro de Fabrica del templo de San Pablo Apóstol de La Puerta.  Archivo Histórico de la Diócesis de Trujillo).   El inventario indica que era una construcción simple, sin ningún aditamento u ornamento arquitectónico que lo asemejara a un templo formal dentro de los cánones eclesiales tradicionales europeos. Suscribieron  el inventario el 16 de mayo de 1882: José Asunción León, cura párroco; el Mayordomo Miguel Aguilar; el jefe civil de la Parroquia José Natividad Aponte, quien no firma y lo hace a su ruego, Sebastián Alvarado.


Fueron Curas de esta Parroquia, desde comienzos del siglo XX, hasta 1965, en que se inauguró el Templo actual.

1900. Pbro. Juan Carrasquero, escuqueño. Abreu se refirió a él, como un <<virtuoso levita>> (Abreu, 67); fue el creador de la <<Sociedad de la Virgen Nuestra Señora de la Paz>> (Abreu, 58). 

1908. Pbro. Br. Eloy González Moreno y la reconstrucción del Templo.  González, oriundo de Santiago del Burrero (Trujillo). Formalizó la <<Sociedad San Isidro Labrador> de nuestra Parroquia (Abreu, 59). En el programa de fiestas de enero de 1909, el coronel Américo Burelli, lo llamó <<Venerable y progresista Cura Párroco>> (Programa de enero de 1909. La Puerta).  

Durante la gestión de este cura, el templo fue reconstruido por el gobierno del general Juan Vicente Gómez (Libro de Fabrica de la Parroquia la Puerta. 1882. Archivo Histórico Diócesis de Trujillo).

Llegado el siglo XX, la población de La Puerta, iba aumentando, el uso y  necesidades de un templo con mayores condiciones, fue preocupación del gobierno andino, al designar al Mayordomo de Fabrica de la Parroquia eclesiástica de La Puerta, en el año 1931, se realizara un inventario del patrimonio, que efectivamente se elaboró, en el que describe la edificación,  como sigue:  “…Ynventario   de la Yglesia Parroquial de San Pablo Apóstol de La Puerta, diez de abril del año mil novecientos treinta y uno…1.- El edificio reconstruido…tres naves sobre tapias de los lados y por el medio sobre pilares de madera, con una pieza después del Presbiterio que sirve de sacristía; al lado izquierdo un cuarto para el…al pie del mismo lado, otro que es Bautisterio y al lado derecho el edificio del campanario en dos pisos, todo está cubierto de tejas…” (Libro de Fabrica del templo de San Pablo Apóstol de La Puerta.  Archivo Histórico de la Diócesis de Trujillo).   Reseña una reconstrucción de este templo que fue erigido el siglo anterior, es decir, más de 140 años antes, bajo la dirección del padre Vásquez Coronado. Igualmente, describe que para 1931, la planta que eran de un cañón, pasó a tener tres naves, con la central conectada al altar principal, es decir, hubo una importante ampliación del vetusto Templo. Sus medidas generales aproximadas, eran 15 metros de frente (fachada principal), por 30 metros de fondo, con la posibilidad de ampliación hacia el terreno trasero. Este terreno, sirvió de cementerio (calles Sucre y Los Jumangues hoy), y el del lado derecho, era un cambural. Tanto el altar, el presbiterio y sacristía, se encuentran ubicados hacia el lado este del templo, que es la zona funcional de los curas y sus ayudantes durante los faenas litúrgicas; en lugares específicos de cara hacia los feligreses, se encuentran las imágenes de San Pablo Apóstol, San Isidro, la Purísima y la Virgen de la Paz, como joyas y cuarteto sagrado de esta Parroquia; se dice que esta orientación responde al símbolo sol, como se estila en los templos paganos. La entrada queda en su lado oeste, desde donde se extienden las bancas o asientos de madera, en dirección al altar.

Típico de la construcción andina colonial, la utilización de tapiales de barro como paredes, en lo interno, acoplaron pilares de madera, en calidad de columnas en la nave principal, que la diferenciaba de las laterales en el conjunto del templo.  Estaban totalmente techadas de tablones de madera traída del páramo y teja criolla elaborada por nuestros alfareros, tanto sus naves como el campanario, sacristía, bautisterio y el resto de sus ambientes. De fachada sencilla, estilo barroco, con puerta central de madera arqueada, que conjugaban con la entrada de piedra, en la sencilla fachada y sus paredes internas y externas totalmente pintadas de blanco, en contraste con el rubor de su techo. La torre del campanario, como se estilaba en esa época en Venezuela, de dos pisos, con hermosa cúpula en forme de diamante. Son las características de la antigua capilla, rural, pequeña, sin ínfulas de suntuosidad, pero igualmente solemne y cargada del misticismo religioso. Era el espacio de regocijo y encuentro,  querida por los fervientes feligreses, a la que le daban el calor humano y el cuido necesario propio del entusiasmo cristiano. 

El altar mayor levantado rectangularmente, cumplía las especificidades para colocar el cáliz, sus corporales, el misal y las hostias que se utilizaban en las misas.  Detrás de ese altar, se ubican las imágenes del Patrono, la Virgen de la Paz, la Purísima y San Isidro. Más atrás, -describen los inventarios-, se encontraba la sacristía, para ponerse los curas su hábitos, sotanas, estolas y bandas sagradas de acuerdo al acto litúrgico, allí, también están los escaparates y roperos, y también el mueble donde se guardan los objetos pertenecientes al culto.   Lo que se denomina en el inventario de 1882,   “…a la espalda un cuarto que sirve de sacristía y otro a un costado del presbiterio que sirve para guardar…”  , o señalado como “…una pieza después del Presbiterio que sirve de sacristía; al lado izquierdo un cuarto para el…” en el inventario realizado en 1931, es el lugar del templo donde está el Sacristán y a la vez, es usado por el Párroco y los otros curas para revestirse o cambiarse   antes y después de la misa, igualmente,  se guardan las hostias y el vino sin consagrar, el cáliz, las casullas, el agua, incienso, velas, y otros materiales. Para esa época, se llevaba el registro de bautismos, matrimonios  y defunciones de la parroquia.  El espacio de los curas, el respetado presbiterio, se diferenciaba como hasta hoy, por unos peldaños que dan acceso al altar, es el objeto de la mirada de los fieles  que encuentran sentados o parados en el amplio espacio central para los fieles presentes en la misa.

Esta capilla, guardaba y exhibía en su interior algunos tesoros como son las bellas y antiguas imágenes de sus santos. El mobiliario inventariado el día 13 abril de 1882, se encontraba en buen estado; en relación a las reliquias e imágenes, José Asunción León, cura párroco; el Mayordomo Miguel Aguilar y el jefe civil de la Parroquia José Natividad Aponte, registraron lo existente en el templo, entre eso, las  “…Imágenes: 1.- La imagen de la Virgen de la Paz. 2.- La Virgen Purísima. 3.- La imagen de San Isidro. 4.- El patrono San Pablo…” (Ídem). Asimismo, dan cuenta en dicho inventario de la existencia de nueve (9) alhajas o grupo de pequeñas joyas de plata del patrono, valoradas en total por más de 700 bolívares, que a los pocos años, desaparecerían.  

Panorámica tomada desde la torre campanario, cuando no la habían despojado de sus campanas.

1915. Pbro. Manuel Antonio González, era oriundo de Capacho, estado Táchira. Se le recuerda como Hijo Ilustre de aquella población, orador consagrado y pastor en Betijoque y Montecarmelo; sus últimos años, estuvo en la Arquidiócesis de Caracas.

1930. Pbro. Ernesto de Jesús Méndez, oriundo de Zea, Mérida.

El padre Méndez,  era un  <<ilustrado y virtuoso Presbítero>> (Abreu, 59); en nuestra Parroquia, fundó la “Sociedad de la Purísima”; a partir de este año, siendo párroco de La Puerta y Mendoza,  <<puso toda su energía espiritual en revivir desinteresadamente, la tradición de Carmania, el culto patriótico al Padre Rosario. Ese hombre, olvidado e incomprendido, fue por encima de todo un gran venezolano y un sacerdote según el corazón de Dios>> (Burelli, Regulo. El Patriota y el Santo. 1987).

La  historiografía al referirse a él, lo describe como un hombre excepcional, tanto, que en torno a su memoria se tejieron hechos, anécdotas y leyendas durante los años de labores pastorales en la ciudad de Trujillo, pues le tocó testimoniar el sonado caso que conmovió a todo el país, de la niña de los milagros Rosario Almarza, nativa de dicha ciudad, entre los años 1914 y 1917, que la tradición oral recuerda con especial bondad.

El tiempo que estuvo al frente de la Parroquia La Puerta, se identificó con su feligresía, y su labor cural se caracterizó por sus actos de piedad y caridad. De forma anecdótica y simpática lo recuerda la escritora Ligia Burelli, por <<el colepato del padre Méndez>> (Burelli, Ligia. Un día volver. Pág. 122. Gráficas Franco. Caracas. 1992), los muchachos de esa época soñaban con pasear por la polvorienta carretera en el convertible de este Cura. Murió en 1987. 

1935. Pbro. Rafael Ernesto Monsalve Citraro, oriundo de Tovar, Mérida 18-06-1903. Se ordenó como sacerdote el 29 agosto de 1926. En 1933 fue párroco de Montecarmelo. Estuvo un tiempo encargado de La Puerta, y era párroco de Escuque, fue uno de los curas que junto con el padre Trejo, fueron excomulgados por el padre Verde, cuando fundó la Iglesia Católica latinoamericana. 

1937. Pbro. Francisco José Verde. Nuestro amigo y Cronista de Valera, recientemente fallecido Don Luis González, se refirió a este cura como un <<personaje de antología>>. El polémico Padre Verde, nació en Carora, en 1899, murió en Caracas, fue párroco de La Puerta y Mendoza desde finales de los años 30. Andaba armado de su revólver, porque era Capellán del Ejército, y tenía enemistad con los oligarcas de la región. Vivió durante muchos años, en una casa grande frente a la plaza Bolívar de La Puerta, con vista a la Iglesia. Fue fundador y Obispo de la Iglesia Católica Venezolana.


Pbro. Ramón de Jesús Trejo, y su obra: el templo actual de nuestro señor San Pablo Apóstol de La Puerta.

El padre Trejo, era oriundo de Mucurubá, estado Mérida. Estuvo al frente de esta comunidad católica puertense, desde mediados de la década de los años 40. El 23 de enero de 1965 (aunque en la placa marmolea que está en la fachada se lee 25 de enero de 1965), fue día de celebración eclesiástica y popular del Santo Patrono, al ser inaugurado con la presencia del primer Obispo de la Diócesis de Trujillo, padre León Rojas Chaparro, el nuevo y actual templo, construida su última fase durante el gobierno del Dr. Raúl Leoni, que hizo el aporte económico para construir dicha obra, era cura párroco el Pbro. Mario Castillejo. 

Pbro. Ramón de Jesus Trejo. 

La iniciativa y desarrollo de su construcción se le reconoce al sacerdote Ramón de Jesús Trejo, preocupado por el crecimiento de la población y la visita constante de feligreses  de otros lugares de la República. La nueva edificación religiosa, grande y moderna para la época, fue levantada en el terreno contiguo, lo que era el cambural, que está en el lado derecho de la vieja capilla, que fue demolida para edificar la casa cural. Está construida en adobe de ladrillo quemado. La torre campanario que culminaba en su parte alta tipo diamante,  fue modificada al hacerla en forma redonda, quizás para que se viera mas esbelta y garbosa. 


1963. Pbro. Mario Castillejo, y la remodelación de la obra construida por el padre Trejo.

En la noche del 16 de agosto del año 1963, se presentó en Mendoza, el cura español Mario Castillejo ante el padre Trejo; él lo invitó a cenar y terminada ésta le dijo: <<Padre ahora lo llevo a La Puerta>>. 


Después de enseñarle la iglesia del pueblo, a cien metros estaba su futura residencia, y, <<dirigiéndose a  mí, me dijo “estas son las llaves de la iglesia” y ya sabe padre Mario, Ud., queda aquí como Párroco residente>>(Castillejo, Mario. Discurso con motivo de la celebración del 25 aniversario de la inauguración del templo Parroquial de La Puerta. 1990).   El padre Mario, en este discurso habló de remodelación del templo, porque en efecto, ya estaba construido casi en su totalidad. 

 

 (*) Portador Patrimonial Histórico y Cultural de La Puerta.

 La Puerta, junio 2023.

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