Por Oswaldo Manrique (*)
En el tiempo de nuestras abuelas, al
referirse a este lugar, se persignaban y decían “el Santo Templo”, otras, más
involucradas en la religión lo señalaban como
“La Puerta del Perdón”; los indígenas lo llamarón “kachuta”, todos se
referían al templo de Nuestro Señor San Pablo Apóstol de La Puerta. Una
duda nos planteaba el testimonio dado
por Víctor Delgado “El Gordo Víctor”, en relación a quién diseñó el templo actual,
si fue el arquitecto Graziano Gasparini o fue el Padre Ramón de Jesús Trejo, y si hubo diferencias de
concepto cuando decidieron a comienzos de los años 60, dar los remates para
concluirlo, lo que nos llevó a requerir el Libro de Anales y el de Fabrica de
la Parroquia, resultando infructuosa la búsqueda. Recientemente, seleccionando
viejas fotografías, la profesora Belkix Villegas, me facilitó varias, que
sorpresiva e inmediatamente dieron respuesta a mis inquietudes sobre el modelo
arquitectónico original ideado por el padre Trejo, para el templo.
El templo de San Pablo Apóstol de La Puerta y el concepto arquitectónico
religioso del padre Trejo.
La idea que guiaba al promotor y
proyectista del nuevo templo, que lo fue expresando en la medida que avanzaba
la construcción, hasta su
conclusión a finales de la década de los 50, resulta muy interesante para la historia local. Su
concepción arquitectónica, estética y
artística que como talentos aportó a la obra, además de su conocimiento de la
realidad y valoración de la feligresía propia y extraña, su religiosidad,
cultura, costumbres, el devocionario de las Sociedades y grupos carismáticos que
hacen vida en la Parroquia, y la gente que acudía a esta iglesia, y algo muy peculiar, la significativa
incorporación al Templo de nichos especiales para dos expresiones y cultos
populares, el de san Benito de Palermo, y el del recién declarado Siervo de Dios Dr. José Gregorio
Hernández, que para finales de la década
de los 40, apenas comenzaba su proceso canónico de beatificación. Todos estos
elementos, configuran a mi juicio, una concepción arquitectónica y estética del
recordado Padre Ramón de Jesús Trejo, basada en las nociones filosóficas
catolicistas sobre estos temas, y con mayor acento, en la tradición Pablista,
en la historia y en la misma realidad devota y sus circunstancias, para
conceptuar su sueño: el aspirado nuevo Templo de Nuestro Señor San Pablo
Apóstol de La Puerta, en el estado Trujillo.
Los detalles ocultos en el concepto arquitectónico religioso de Trejo y
su obra el templo de San Pablo Apóstol de La Puerta.
Edificada sobre un amplio terreno,
donado por los indígenas Bomboyes, en el siglo XVIII, la construcción del
templo actual, se inició según el testimonio de uno de sus trabajadores, en
1948 (Ver articulo Víctor Delgado “el Gordo Víctor”, en: lapuertaysuhistoria.blogspot.com),
por iniciativa, y bajo la dirección del padre Ramón de Jesús Trejo, con
recursos de la comunidad, en tiempos de una de las más crueles dictaduras, fue
levantando esta edificación religiosa. Se descartan aportes de gobierno, toda
vez, que el Padre participaba en la resistencia opositora y fue en un momento
detenido.
Dicen que las imágenes hablan y
aclaran más que mil palabras. Las que compartimos, corroboran que el templo
actual de nuestra Parroquia, encierra dos concepciones arquitectónicas, dos
esfuerzos distintos y dos épocas distintas de ejecución, una de mayor y largo
esfuerzo y sacrificio, y otra de fácil y corto aliento. Cuando fue
iniciada la obra religiosa con la colaboración comunitaria y privada, se
invierte muchos años en construirla, Trejo era demócrata y al llegar la
dictadura en 1952, comenzó a tener obstáculos para continuarla, y otra de fácil
aliento, que contó con el presupuesto del gobierno nacional en 1963, cuando
la obra estaba terminada, faltando acabados, remates y detalles decorativos, estaba en funcionamiento y se recibía
misa y otros actos litúrgicos en ese recinto religioso. Las fotografías que describen y testimonian el
hermoso proyecto del recordado Padre Trejo, que acompañan este artículo, es una
composición de 4 imágenes, con parte del simbolismo oculto del templo San Pablo
Apóstol de La Puerta.
Fotografía N° 1.- La fachada original trejiana.
En la fotografía se puede apreciar,
la fachada tal cual como la concibió el Padre Trejo, mostrando en su diseño una
correspondencia con las más antiguas fachadas mediterráneas, como la clasifican
algunos especialistas en arquitectura renacentista, ejemplo como la que aún se
conserva en La Asunción (1571), isla de Margarita, en el estado Nueva Esparta,
joya desde donde se irradió la evangelización. Con columnas y vértice con
especie de claraboya u ojo de buey en la parte alta y central; con escalera al
frente, especie de protección en su entrada típica del arte renacentista,
herencia colonial del siglo XVI, atemperada en estos fríos, con materiales de
construcción aquí encontrados.
Se observa la regia, pero a la vez,
sencilla fachada religiosa, que le da un
encanto a la vista. Su entrada, distinta a la actual, es de dos puertas
rectangulares, asemeja las grandes y pequeñas casas de familia y fraternidades;
se ingresaba desde los niveles de la calle, por normales escaleras, sin
ostentosos escalones y barandas versallescos o afrancesados. En el frontis
amplio y alto, un círculo espacioso de luz, asemejando al sol, diferente a lo
que se percibe en el actual. Toda esta fachada del templo San Pablo Apóstol en
su conjunto, representa arte y religiosidad, pero además, una definición
arquitectónica.
De igual forma, aparecen los nichos y vitrales como expresiones
de la fe, uno de ellos dedicado a José Gregorio y otro al Negro San Benito, que
son emblemáticos y de significado y culto popular. El padre Trejo quería solo
tres vitrales, al mismo nivel, quizás porque merecían el mismo rango y sitial;
también, para la mayor iluminación y calidez en su interior, totalmente
diferente a la ubicación actual. Son detalles muy básicos, de belleza y
sencillez en la ornamentación, que se deben destacar. Véase, la claraboya
grande enmarcada en la parte alta de la fachada, estilo neogranadino, debajo
del vértice, proyectada, para la entrada de los rayos de sol, la iluminación
celeste, ese detalle fue eliminado.
La torre campanario desde 1790, símbolo por más de 200 años
del valle de La Puerta, la torre ideada y construida por el padre Pedro Santa
Anna de Coronado, influencia del virreinato de Nueva Granada, torre única de
varias plantas, con acceso por el templo, que culmina en forma de diamante, del
antiguo templo y la misma del templo actual, se puede apreciar que en el
concepto de Trejo, nada había qué rebajarle ni cambiarle, sin embargo, lo que
quedó de la antigua, en la actual, fue
que agregaron una claraboya, que se había proyectado en la fachada, sustituyendo
una de las ventanas. Trejo mantenía la idea que en la parte culminante siguiera
con su punta de diamante, como símbolo del pueblo, y el arquitecto Gasparini la cambió a forma
totalmente distinta a la que tenemos hoy, de media naranja o forma redonda. En
líneas generales, se nota la diferencia de criterios entre la actual fachada
voluptuosa del arquitecto Gasparini, y, la sencillez colonial andina, del padre
Trejo.
Esta fotografía fue tomada por Rafael
Antonio Rivas, a finales de los años 50
del siglo XX. Imagen cortesía de la
profesora Belkix Villegas.
Fotografía N° 2. Las bases estructurales del nuevo templo San Pablo Apóstol.
Se puede observar, la parte interior del templo en plena construcción. El espacioso centro litúrgico, recinto de oración y oficios divinos, consta de tres naves, divididas por anchas columnas de concreto y friso, la central, guiada por el altar principal, con doblez y entrada visible por la derecha y la izquierda a la Sacristía; es la de mayor amplitud y longitud, porque conecta con el presbiterio, a pesar de diferenciarse por los escalones para llegar a él.
El vecino y amigo Michel González
Villegas, ha tenido la gentileza de colaborar con esta gráfica que corrobora
nuestra hipótesis, con su rotulada fotografía de las Bases de la nueva
iglesia. González Villegas, explica que un amigo francés de su familia,
de nombre Edmund, actualmente en Canadá, con el que intercambia fotografías, se
la envió con el siguiente comentario: <<un italiano que sabía que tomaba fotos
me pidió que le sacara una de él, trabajando. Aproveché de la oportunidad para
sacar dos fotos más, hacia La Lagunita y hacia El Molino>> (en digital); imágenes tomadas
desde la Torre Campanario, el más antiguo símbolo de La Puerta (1.790), aún en
pie y muda, una "mano bendita" la despojó hace pocos años, de sus
campanas centenarias. En la grafica se puede detallar además, lo siguiente:
Los escalones corridos, para subir al
presbiterio. Se observan 6 de las 12 columnas,
con base cuadrada, más altas que las laterales. La calidad de la
construcción que se percibe a través de la gráfica, es de materiales propios
para la obra, como ladrillos quemados y columnas de base cuadrada y sobre ellas
vigas, de concreto.
En el lateral o nave izquierda, se
observan dos escalones, vigas de carga del techo más baja que la central. En el lateral o nave derecha, se observa,
semejando una especie de dos pequeñas capillas, una de ellas cerrada, donde hay
un tanque. Montado en rústicos andamios, el contratista o albañil de la obra,
presumiblemente el italiano Masó, al que se refiere “El Gordo Víctor” (artículo
citado). Otro testimonio y ejemplo de
cómo se construyó con la mano de obra voluntaria, con niños y jóvenes de la
comunidad, como lo recuerda Benito Rivas, cofundador del Comité Pro Defensa de
La Puerta, que, <<yo siendo niño trabajé allí, cargando en mi
carrucha de madera, pacas de cemento>>. De igual manera explicó
que, <<al llegar los materiales para la obra, por ejemplo los ladrillos, la
arena, los vecinos colaboraban sobre todo los muchachos, los jóvenes y los
menos jóvenes, me acuerdo que yo tenía una carrucha y en ella cargaba pacas de
cemento cuando estaba en plena construcción, y como éramos niños pues ahí nos
las arreglábamos, para llevarle a los obreros y a los maestros, los materiales>>, organización espontanea y comunitaria para el trabajo.
El “Gordo” Víctor expresó, que el
maestro Masó el italiano, se notaba que conocía mucho de ingeniería y de
construcción y se reunía con el padre Trejo que le hacía sugerencias y él las
aplicaba técnicamente, algunos visitantes que llegaban al apreciar los trabajos
hacían comentarios sobre lo grande y bonito que iba a ser el templo, quizás la
ambiciosa obra impulsada con recursos solo aportados por la comunidad y los
amigos del Cura, únicamente se le podía
ocurrir a un soñador o a un genio, pero lo que se puede decir, es que el padre
Trejo, fue un hombre de mucha fe, de trabajo, de mucho esfuerzo, un sacerdote
excepcional, hoy olvidado por la pesadez interesada de la pequeña oligarquía
parroquial.
El aspecto que se observa en su
totalidad, en la fotografía, nos induce
a pensar en una obra de aspiraciones y corte renacentista, pero igualmente, en
esa observación y comparación se puede obtener, un concepto arquitectónico,
como recinto religioso, de oración y de paz, formidable e incomparable, el que
proyectó el padre Trejo, hombre culto, inclinado por las artes plásticas, fue
quien descubrió e incentivó a Josefita Sulbarán nuestra extraordinaria pintora,
a continuar con su vocación artística.
La fotografía N° 2, fue tomada por un
joven francés de nombre Edmund, quien en los años 50 del siglo XX, vivió con su
familia en La Lagunita. Imagen cortesía
del amigo Michel González Villegas.
Fotografía N° 3. Detalles de una fachada sencilla y maravillosa.
Ubicada en todo el frente de la vieja
Plaza Bolívar, se observa un vehículo, el acceso al templo se cumple directamente de la calle. No se observa
escalinata ni barandas como la actual de concreto, permite a los concurrentes y
transeúntes, mayor visibilidad hacia el templo. El pórtico de entrada o puerta. a diferencia
de la vieja Capilla de 1790, así como del templo actual, redonda y enmarcada,
la de Trejo era rectangular, símbolo sencillo de la Casa de la Madre Iglesia,
un pórtico sin ostentación, sin recuadro ni marco, característico de la
sencillez y receptividad de las casas de nuestros pueblos rurales andinos. Esto
sin duda forma parte de la elaboración conceptual arquitectónica de Trejo y
tiene un importante significado para el catolicismo, representa el umbral del
templo, como punto de transición entre lo que se considera el mundo profano o
exterior, y lo que es el campo sagrado o casa de salvación y de acogida.
Podemos observar en la fotografía, lo
largo, sencillo, alto y ancho frontis, que representa una gran riqueza
simbólica, asimismo, se puede advertir las dos largas, delgadas y paralelas
columnatas, directas a sus capiteles, y al vértice, de buen realce, con igual
perfil y destacado relieve en la fachada, dando un sutil toque de majestuosidad
romana, junto a su gran significado espiritual católico, con una gran claraboya
de luz estilo neogranadina. La fachada actual, se observa, columna sobre
columna, con un frontón tipo vértice sobre bajado. El abnegado Padre,
integró los vitrales tipo ventana, correspondiendo a la puerta, en el estilo
habitual de cualquier casa de familia andina.
En la fachada que se observa en la
gráfica, se nota una importante diferencia en cuanto al concepto arquitectónico
entre el sentido sencillo, familiar, sin ostentaciones, de acceso abierto y
directo que le dio Trejo al templo, y el que finalmente le dio el arquitecto
Graciano Gasparini, ejecutado por el constructor Giacomo Spera.
Esta
fotografía fue tomada por Rafael Antonio Rivas, a comienbzos de los años 60 del siglo XX. La niña
sentada en la plaza, es la hoy profesora Belkix Villegas. Imagen cortesía de
esta profesora.
La concepción arquitectónica y
estética del padre Trejo, seguramente discutida con el maestro Mazeud y el
maestro y artista de vitrales Salvatore, se guía por ese tipo de arquitectura
colonial religiosa mediterránea, por lo que estaríamos ante un concepto de
templo con algunos visos catedralicios, con planta rectangular, tres naves
diferenciadas por arcos y hermosas
columnatas; dos puertas rectangulares de madera.
La obra contaba con el beneplácito
del Obispado de Mérida, del cual Trujillo era sufragánea, y el padre Ramón de Jesus Trejo,
miembro de su Curia. Avanzada la obra, el 4 de junio de 1957, el Papa Pio XII,
crea la Diócesis de Trujillo, designando como Primer Obispo al sacerdote
tachirense Monseñor Antonio Ignacio Camargo, quien falleció en diciembre de
1961, y lo sustituye Monseñor José León Rojas Chaparro.
El padre Trejo, por falta de recursos
económicos, suspende la fase de acabados y remates de los trabajos, y asi, con
la estructura en obra limpia, cuerpo, paredes, mobiliario, imágenes y techo,
logra ponerla en uso para los actos litúrgicos (Burelli, Miguel. Discurso de inauguración. 1965). El señor
Víctor Delgado “Gordo Víctor”, quien trabajó en esta obra, al ser entrevistado
recordó que la obra se paralizó por un tiempo a mediados de los años 50, con
los vitrales ya hechos y fijados en la fachada, faltando muy poco para terminar
la edificación, por falta de recursos y también de material, porque el Padre
era hostigado por la dictadura imperante, y viendo los vecinos lo bien que
trabajaban estos maestros italianos, los contrataron y se fueron con sus
obreros a construir la casa del señor Marco Tulio Viloria. En enero de 1964,
fue creada por Monseñor José León Rojas, Obispo de Trujillo, la Parroquia eclesiástica San Pablo, en La
Puerta, siendo su primer párroco, el padre Mario Castillejo (Abreu Burelli,
Alirio.179).
Fotografía N° 4. El templo actual de San Pablo Apóstol de La Puerta.
En la gráfica, se puede apreciar parte de las características contrastantes del templo actual, inaugurado en 1965, templo de fachada majestuosa, por su amplitud, altura y anchura. El diseño interior del templo actual, está conformado por tres naves. En las tres, hay amplios asientos o bancas de madera con sus respectivos reclinatorios, la central tiene doble cantidad de asientos. Presbiterio amplio, así como el altar. Elevadas paredes, donde se ubican las imágenes de los santos, detrás está la sacristía.
Esta fotografía N° 4, fue tomada por el autor de esta nota, en 2018.
Para Trejo hombre detallista, de fina
estética, culto en cuestiones artísticas y de belleza, cada uno de los
elementos y espacios del templo, tenían una razón, un significado y en su
conjunto, le dan la vida a esta hermosa obra para la oración y la religiosidad;
por eso, hacemos una aproximación en el estudio y comprensión de esos detalles,
en el contexto del proyecto original que lo guiaba, que expresa una concepción
hermosa y diferente a la que resultó de la remodelación final y actual. Dicho
de otra forma, la diferencia entre el concepto arquitectónico de un hombre de
la Iglesia, y el de una persona de la Academia. Belleza o funcionalidad, eso es
un tema interesante.
Sirva esta primera nota, reveladora
de algunos de sus secretos constructivos y de diseño originales, como aporte a
la historia de este espacio católico de oración, patrimonio cultural religioso
de la comunidad de La Puerta.
(*) Portador Patrimonial Cultural e Histórico
de La Puerta
La Puerta, noviembre 2023.
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