Orígenes y primeros pobladores de
La Puerta. Nota N° 3.
Oswaldo
Manrique R.
Los lectores interesados sobre los orígenes de nuestro pueblo, querrán saber ¿De dónde
provenían los primeros pobladores indígenas
del denominado Pueblo Cabecera de
Doctrina San Pablo Apóstol del Bomboy, hoy
La Puerta?, veamos:
En 1608, ocurre uno de los hechos organizativos fundamentales para los pueblos andinos, cuando el Obispo
Fray Antonio de Alcega, estableció las primeras encomiendas, como elemento
generador del comienzo y orden de aquellas aldeas indigenas, dentro de los cánones previstos por el
Reino de España y la autoridad de la
iglesia católica. En esa organización
estratégica político-evangelizadora, incluyó la 7ma. Doctrina en la que ordena los denominados valles de los indios Timotes, y configuró la más extensa con más
de 400 aborígenes: la encomienda de Bombay (por cierto, algún comentarista escribió que
este prelado era sordo, porque habría escuchado Bombay por Bomboy, que es el
nombre autóctono indígena). El valle del Bomboy, como lo ha referido el Dr. Amílcar
Fonseca, en su obra Orígenes Trujillanos,
es uno solo, desde el Portachuelo de Malpica, hasta lindes con la Meseta de
Valera; este sería el comienzo de la historia de La Puerta, como pueblo colonial.
El amigo, historiador y colega
Arturo Cardozo (QEPD), en una sensata explicación acerca de los pueblos
y comunidades originarios, afirmó
que “…Por sus características
somáticas, por la raíz de sus vocablos y por sus tradiciones, se les considera
descendientes de los MUISCAS…”; se refiere a los Timotes o Timotíes que
poblaron el páramo y el Valle del Bomboy, que constituyen parte de las raíces
de lo que hoy es la población de La Puerta.
En varios estudios sobre las
sociedades primarias de los andes venezolanos, encontramos que fue Agustín
Codazzi, quien en 1.841, en su Resumen de
la Geografía de Venezuela, indicó una relación entre los pobladores
indígenas de Trujillo con las sociedades de los Muiscas, especialmente por
encontrar “…evidencias de identidades dialectales y fenotípicas…”; asimismo, coincide en este criterio, el
ilustre etno-historiador, geógrafo y antropólogo venezolano Miguel Acosta
Saignes en sus investigaciones sobre de
las sociedades indígenas de los andes venezolanos
Pero
fue el etnólogo e historiador Adolfo Ernst quien en 1.891, en su Etnografía Andina vinculó a los pueblos primigenios de los
Andes venezolanos con los Chibchas,
resaltando las afinidades en cuanto a lengua, costumbres culturales y la
cerámica. Años más tarde, Julio Cesar
Salas en 1908, elaboró una clasificación
de conjunto, sobre grupos indígenas merideños, variadas tribus independientes,
que se diferenciaban de los Timotes y de los Cuicas, en los límites de Mérida y
Trujillo, demostrando la existencia de una lengua madre común: la MUCU, y los
incluyó en la comunidad MUSCU; esas investigaciones nos revelan, que los
primeros habitantes del valle del Bomboy, formaban parte de la región
geohistórica Timotíes, sociedad autóctona y primitiva que se desarrolló
durante el periodo prehispánico, alcanzando a conformar un extenso y complejo
señorío primitivo dominio
Chibcha-Muscus que abarca territorialmente desde Tunja (Colombia), extendido
por las tierras de Táchira y Mérida,
hasta la zona alta trujillana, de La Culata. Siendo sus características
físicas: piel cobriza, rostro ovalado, piernas arqueadas, cabellos áspero, duro
y negro, escasos de barba.
Ahora
bien, se abre la obligada interrogante de
¿cómo vivían o cómo estaban organizados socialmente estos primeros pobladores
del Bomboy? Ustedes se preguntaran ¿sería cierto que
andaban desnudos, como Dios y sus madres los trajeron al mundo? Mucha gente ha
dicho y escrito, quizás despreciativamente que los indígenas no comían sino caraota,
maíz y yuca; Que vivían en el suelo, a
la intemperie; y además que no sabían
hablar ni comunicarse; de ahí, la especie de que eran salvajes, brutos e
incivilizados. La verdad es que algunos de estos comentarios dan muestra del
desconocimiento de nuestra historia, o de querer negarse a saber nuestras
raíces y orígenes. Veamos algunos aspectos de este asunto.
Para el momento en que Cristóbal
Colon, pisa Tierra de Gracia, en
1498, ya la sociedad Timotíes y su señorío, incluyendo el grupo de nativos del
valle del Bomboy (hoy La Puerta), habían
alcanzado un importante estadio de desarrollo sociopolítico y cultural,
estableciendo su particular y primitivo proceso de trabajo, relaciones sociales
de producción, que formaron la base de la sociedad y de la economía, que sirvió
para construir la formación colonial. Era este valle, en su época prehispánica,
un espacio básicamente agrícola y de cría de algunas especies de animales; como
comunidad indígena Timotes, usaban sus propias técnicas de siembra y riego de
sus cultivos, con el criterio de una economía colectiva, no mercantilista. A la
llegada del conquistador europeo, se establece la economía esclavista de plantación,
convirtiendo el valle en un territorio de encomiendas que surtían mano esclava
para el conjunto de haciendas de caña dulce, algodón, trigo y otros rubros, con
su industria derivada, instalando trapiches, molinos y talleres textiles.
Sobre la organización social que
tenían, escribió el historiador
trujillano Arturo Cardozo, que: “…Los aborígenes se hallaban diseminados en
parentelas a todo lo largo del espinazo de montañas…muy cerca de sus viviendas
aparecen los cultivos. Tallados en las faldas de los cerros y ascendiendo como
gigantes escaleras, lucían los andenes o terrazas…” Este Páramo y el valle, forman parte de la
Sierra de La Culata, también denominada Serranía Andina, haciendo alusión a los
andenes utilizados para el cultivo por los aborígenes. La nación Timotes, que
se mueve, migra y refluja con cierta itinerancia por la cordillera andina, producía comestibles para su familia y grupo,
pero también algún excedente para intercambiar por otros alimentos como la sal,
plátano, pescado seco, carne seca, cosas y aparejos que conseguía de los
pueblos pescadores Caribes de la zona sur del lago de Maracaibo. Así,
gradualmente, impulsando una particular
agricultura colectivizada, se
establecieron en este lugar.
Fotografía de la caratula del libro del Dr. Arturo Cardozo, Sobre el cauce de un pueblo, edición del
Fondo Editorial Arturo Cardozo, Gobernación de Trujillo, 2006.
Cardozo nos revela de complemento, algo
más interesante, que “…La
parentela adquiría suma importancia
entre los Timotes, ya que estaba constituida por la asociación de parientes de
la madre en línea directa y colateral; una especie de liga matriarcal que protegía a sus miembros no solo frente a las
fuerzas de la naturaleza y de las colectividades enemigas, sino que además
integraba un sistema económico mediante el cual se procuraba la alimentación,
la viviendas, y se satisfacían otras necesidades sociales…almacenaba los
alimentos, sembraba y cosechaba…”; lo
que nos induce a pensar que nuestros aborígenes, actuaban orgánica e
interdependientemente privilegiando el
parentesco matriarcal y la propiedad comunitaria de los medios de producción,
es un régimen socio económico de
comunidad primitiva, caracterizado por un limitado nivel de desarrollo
de las fuerzas productivas.
Nos aclaró también nuestro historiador trujillano que, “Desde
remotos e imprecisos siglos los Timotos- venían creando en aquellas elevaciones
su mundo y su ambiente. Los poblados indígenas estaban integrados por conjuntos
de ranchos, distribuidos irregularmente...”; como el que se asentó a
ambos lados del rio Bomboy.
Amigos lectores, seguro que el año que viene
celebraran los 400 años de una supuesta fundación en 1620, no la abundantemente demostrada invasión europea al pueblo indígena de La Puerta; sin embargo, espero que este articulo sirva de
reflexión y como punto de conversación franca y
fructífera, sin olvidar que la historia
tiene su valor y la fuerza permanente de futuro. Si queremos encontrar caminos
y explicaciones, busquémoslas en la historia. Los grandes pueblos hacen de su
historia el motivo de su avance y desarrollo. Y nosotros, aunque silenciada,
tenemos una, convirtámosla en nuestra fortaleza. Como siempre, será hasta la próxima Crónica de La Puerta y
su historia.
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