miércoles, 12 de junio de 2019

El paso de Bolívar por La Puerta (1813).


Oswaldo Manrique R.


A propósito de cumplirse este 12 de junio, 206 años del paso del Libertador Simón Bolívar, por La Puerta, es pertinente aclarar por didáctica, cuál fue el día que entró  y el recorrido que hizo al ingresar a la provincia de Trujillo, precisando ese lugar  y las razones para ello.
         Se ha escrito erradamente, bien por desinformación o por querer darle cierta sonoridad épica a nuestras comarcas -lo que en estos tiempos es fatal-,  que el Padre de la Patria habría “visitado” La Puerta, su plaza y su iglesia, también El Molino, Las Delicias, que igualmente se habría tomado un chocolate en la Casa de Manantiales en Los Cerrillos, que habría entrado a la hacienda La Concepción de los Briceño, en Mendoza Fría, y en fin, se habría bajado de su caballo en todos los lugares, hasta llegar a la casa del Padre Rosario en Carmania.




Gráfica tomada en junio del 2019, del busto tributo al Libertador, ubicado en el centro de la plaza Bolívar de La Puerta. Obsérvese las condiciones en que se encuentra, sin la placa leyenda.  Cronografía propia de este blog.



Los historiadores clásicos, nos han enseñado que hay dos factores que operan   forzosamente en la desaparición de un  buen lote de valores: el tiempo y el olvido; yo agregaría que también,   la distorsión  o la simulación de los hechos históricos.
He leído en una publicación de nuestra iglesia, que Bolívar “...visitó La Puerta en dos ocasiones: el 6 de junio de 1813, cuando se dirigió de Mérida a Trujillo…y en noviembre de 1820, cuando se dirigió a Trujillo para firmar el Armisticio y la Regularización de la guerra…” (Revista San Isidro hoy. Publicación de La Puerta. 2012). Esto me sorprendió porque me puso a pensar que hay dos o más historias con diferentes y particulares fechas sobre el ingreso del Libertador a Trujillo y las circunstancias de modo, lugar y tiempo en que se dio ese ingreso, lo que va en dirección distinta a las fuentes documentales existentes basadas precisamente en la obra epistolar del Libertador y de otros oficiales protagonistas de esos hechos.

  

La entrada triunfal de Simón Bolívar a La Puerta, y su marcha por la ruta indígena del Páramo.


 Siguiendo el rumbo marcado por Simón Bolívar, transcribo párrafos de un trabajo nuestro:  
“…En el desarrollo de su  Campaña militar Admirable, el Brigadier Bolívar llegó a Mérida el 23 de mayo de 1813,   donde es ungido con el título de Libertador. Debe destacarse que, en marzo de este año, el abogado y coronel Antonio Nicolás Briceño, llevó a Cúcuta alrededor de 200 hombres, para sumarse al  ejército emancipador.  Como parte de sus planes, el genio militar envía previamente a Trujillo, con antelación a Luciano D’Eluyar hacia Escuque a perseguir a Correa y sus tropas. Sobre la duda sembrada acerca de la batalla de Ponemesa, cerca de Betijoque, es pertinente la referencia que hizo el biógrafo de Bolívar, Ruiz Rivas,  “…El 3 de junio Luciano D’Elhuyar y Hermogenes Maza topan en el Páramo de Mucuchíes con los restos de las fuerzas de Ramón Correa y las arrojan de Ponemesa a Maracaibo…” (Ruiz Rivas, Guillermo. Simón Bolívar. Más allá del mito. Pág. 200, Fotoprin, Caracas, 1972). Además de esta referencia, el Cronista de Betijoque Rafael Arguello, mencionado por Contreras, escribió que la batalla ocurrió el 4 de junio de 1813, el ejercito de Bolívar, fue dividido en dos columnas, una comandada por D’Elhuyar y la otra por el trujillano Manuel Gogorza. El Libertador entró a la provincia de Trujillo el 12 de junio de 1813, y el 14 sale de Mendoza hacia la ciudad de Trujillo (Benigno Contreras.  Personajes trujillanos. Pág. 80. Ejemplar de Biblioteca MBI. Trujillo).   Al Coronel Atanasio Girardot lo envió a Trujillo, como jefe de la vanguardia, con unos 500 soldados patriotas, 800  caballos y un caudal de 40 kilos en pesos de oro.  Éste, entra el 9 de junio a la ciudad de Trujillo y forma un gobierno provisional, convocando el día 12 de junio a cabildo con el objeto de hacer público las decisiones del nuevo gobierno y la llegada en los próximos días, del Libertador, que había salido el 10 de junio de la ciudad de Mérida…” (Tomado de mi libro: Manrique, Oswaldo. Historia Local de La Puerta. 2019). Esta secuencia nos indica, que Bolívar ingresó a La Puerta desde Timotes, pasando por La Mucutí, el día 12 de junio de 1813 y que no pudo entrar a La Puerta, el día 6 de junio de 1813, como erradamente se ha escrito; el otro aspecto que se debe aclarar, es por dónde entró.   
 



Fotografía de cuadro pintado al oleo, de Bolívar saludando, sobre su imponente caballo blanco, al fondo la Cordillera. Tomado de: actualidad.rt.com


“… El brigadier,  “…ordena al Coronel Ribas cubrir la retaguardia y parte el día 10 para acampar en el lugar denominado Mendoza…” (Ruiz Rivas: Tomo I. pág. 200). Se entiende que partió de la ciudad de Mérida y acamparía obligatoriamente en Timotes.
 “…El criterio de varios cronistas e historiadores, en la oscuridad de la madrugada del 11 de junio, el cura párroco de La Puerta, Pbro. Francisco Antonio Rosario, salió  de su casa en El Cucharito para Timotes,  con caballos y  mulas para la remonta de los oficiales y tropa, con voluntarios indígenas, mestizos y esclavos para sumarse al ejercito patriota, además de varias  cajas con monedas de oro y plata que  habían aportado él y colaboradores de la causa  emancipadora, con recursos económicos, en su mayoría hacendados, comerciantes, artesanos y sacerdotes (Rosario Tavera, Huma. Trujillo, epicentro de la Campaña Admirable. Imprenta Oficial. Trujillo, 2009).    Entra a buena hora a Timotes, y espera la llegada de Bolívar, para unirse a él, en su cruzada por Trujillo. Al verlo, Simón Bolívar se alegra, bajó del caballo y se saludan con un fuerte abrazo, el padre Rosario le da la bienvenida y lo pone al tanto del personal que había llevado, los recursos y de los sucesos ocurridos con la recorrida del ejército  comandado por  Girardot. Luego de que acoplan los pocos trujillanos voluntarios  a las columnas revolucionarias,  emprenden la marcha con una fuerza militar  que venía organizando al paso que se iba produciendo la liberación de los pueblos de la cordillera andina.  El profesor Contreras, escribió que El Libertador entró a Trujillo el 12 de junio. El 14 sale de Mendoza (Benigno Contreras.  Personajes trujillanos. Pág. 80. Ejemplar Biblioteca MBI. Trujillo)…” (Manrique).  Coincido con esta afirmación porque debió llegar a Timotes a descansar luego del largo y escabroso paso por el páramo de  Mucuchies y El Águila;  salir de allí el 12 de junio, pasar a La Mucutí, La Lagunita y coger rumbo al Páramo de La Puerta, que era la ruta indígena expedita y rápida y segura, la intermontana de La Culata que existía, y llegar a la hacienda San Francisco (como lo afirmó Américo Briceño Valero, fue la primera casa trujillana donde llegó) en Mendoza Fría, propiedad del prócer civil y Constituyente de La Puerta, Dr. Francisco Antonio Labastida Briceño, en donde pernoctó la primera noche en esta Provincia (No existía carretera Timotes-La Puerta).  La segunda casa donde estuvo y pernoctó, fue en Carmania, propiedad del padre Francisco Rosario, cura párroco de La Puerta.




Vista del monumento levantado en tributo a nuestro Libertador, rememorando su paso por los Andes en su genial Campaña Admirable. Está ubicado en el punto carretero más alto de Venezuela,  denominado pico Cóndor (anteriormente El Águila), a una altura de 4.118 m.s.n.m. Foto: Miozotis Fabelo. Encontrada en:  http://www.radiorebelde.cu.
  
                                              

“…Al sonar el clarín, aquel grupo de hombres y mujeres, partieron de Timotes siguiendo a la escuadra de línea. Ese sonido anunciaba que seguían el camino hacia las intrincadas montañas de Trujillo. Entraban a una zona de agonizante histeria realista que habían padecido con particular saña pueblos como Escuque, Betijoque y Carache, que parecían plazas inexpugnables.  Al pasar por  la Loma de La Mucutí, ya los jinetes  de exploración le informaban que vecinos de La Puerta, lo esperarían en La Lagunita para saludarlo, solo faltaban 15 kilómetros por recorrer para llegar a  la hacienda San Francisco.  Él requería andar a paso ligero, y  por sitios donde pudiera evadir las emboscadas y los francotiradores enemigos.  Pocos fueron los trujillanos que avanzaron por colinas, montes y montañas, ríos y quebradas durante varios días para sumarse al ejército en su marcha libertadora. 
A primeras horas de la mañana, los destacamentos que acompañaban al Libertador, comenzaron a concentrarse en la calle real de Timotes; los que los observaban sabían la intención de esos soldados que desde Cartagena, iban a la toma y liberación de Trujillo; salieron de Timotes.  Pasaron  La Mucutí;   se adelantó la escuadra exploradora y de reconocimiento. Llega a La Lagunita, que se encuentra a varias leguas  del centro y plaza del  pueblo de La Puerta, donde no va a entrar porque pierde tiempo, revisan que entre la vegetación de mediano porte, que se da en aquel  sitio,  estuviera despejada de soldados o fanáticos realistas.   Este humedal lo rodean algunos matorrales, pastizales y un pequeño pastoreo.
Siguen la marcha, por un camino que la divide en dos partes, una mayor que otra, el área inundable.   En horas de la tarde, en una senda muy transitada por indígenas, al llegar a las cercanías de La Lagunita,   probablemente fue aquí, donde lo abordaron  Francisco Javier Briceño y su mujer Gertrudis, recién llegados luego de la fuga de la cárcel de Puerto Rico, para incorporarse al ejército libertador.  Las mujeres, niños  y ancianos reunidos en aquel sitio, al ver la primera escuadra militar, gritaron ¡allá viene!, ¡allá viene!  Cuando observaban que se acercaba, provocó que aumentara el bullicio. Se aproximaba Bolívar junto a su sequito; se veía imponente y portentoso sobre su caballo, que también venia con aspecto de guerra. Por donde pasaba, veía mayor número de mujeres, niños y ancianos, que lo saludaban a su paso y le llevaban comida, frutas y otros presentes.  Al llegar a un punto de la Lagunita,  ve y escucha  la aclamación y alegría de esa multitud. Él saluda con su mano en alto, lo reciben y le gritan ¡Viva Bolívar!, ¡Viva Simón! y alguna turbada señora a todo pulmón diría en buen español: ¡Viva Bolívar, carajo!  Sonreía, no veía hombres en esa recepción espontanea en el camino popular, que se le  dispensaba  al gigante de la Patria.  Sabían que los realistas al mando de Correa huían del ejercito  patriota, y la gran mayoría  conocía que a partir de ese momento, que La Puerta  ingresaba al tiempo de instauración de la más implacable, audaz y atrevida reivindicación social: la libertad…” (Manrique).  Lo que sí se puede asegurar, es que cuando  Bolívar, y sus huestes del ejército neogranadino, pasan por un costado de La Lagunita, para tomar el Páramo de La Puerta,    experimenta una sensación llamativa  de aquel monumental paisaje, y le sorprende el saludo y entusiasmo de aquellas mujeres, que sin ellas, no hubiera prestado atención. Precisamente eso, lo ayudó a recuperar la realidad, desde otro punto de comprensión, y de armonía con ellas.
 “… Por ahí,  ingresan a la alta travesía y continúan hacia el páramo, en ruta a las 7 Lagunas. Algunas mujeres  sabían que pasaría necesariamente por ahí; era el momento de verlo, conocerlo y saludarlo; también para bendecirlo, alabarlo y desearle éxito  en la campaña que aquí continuaba. A pesar de las limitaciones que acongojaban a la mujer de la colonia, sus lecturas y conversaciones sobre el movimiento emancipador, era de mucha importancia para ellas. Estaban informadas del avance en cuestiones de derechos civiles que aunque no mejoraban su condición, el alcance no se contradecía con el objetivo mayor de la lucha: la libertad de Venezuela.
         Todo esto transcurre en la tarde del 12 de junio del 1813, cuando el ejército libertador conducido por el Brigadier Simón Bolívar, entra triunfal al primer pueblo trujillano que le toca pasar: La Puerta. Ya Girardot y D’Elhuyar, habían puesto en fuga a los contingentes realistas al mando de Correa, que aun quedaban en Mérida, y ya tenía la información de lo que había ocurrido en Ponemesa, combate donde  también participaron las guerrillas trujillanas del coronel  Vicente de la Torre, que  dio como resultado el desplazamiento de los súbditos del Rey hacia Maracaibo. Seguía avanzando.
            Ese mismo día, y después de siglos de estar sojuzgadas por el imperio español, esas mismas tierras, ese primer pueblo trujillano que pisaba, pasaban a ser venezolanos en libertad. De aquí en adelante, los trujillanos ya no serian lo mismo, había en aquel mediano cuerpo que saludaba, un comandante, un líder, era la figura máxima de aquella revolución,   pues el ideal libertario se difundía a diario y superaba la fuerza misma de sus impulsores.

 

Foto de la casa colonial de la hacienda San Francisco, Mendoza Fría, Estado Trujillo,  donde al parecer  se alojó Simón Bolívar, el 12 de junio de 1813. Cronografía propia de este blog.


 Era evidente, que Bolívar, al asumir la comandancia del ejército libertador, lo hacía en un tiempo de mucha convulsión política, pero de mucha confusión y en algunos casos, ambivalencia entre los blancos criollos y los peninsulares; él como hombre de gran talento y sapiencia, estaba consciente que aquel momento era estelar para la lucha por la emancipación, y requería lograr el compromiso de los trujillanos y contar con el mayor de los apoyos para la causa, eso era decisivo.  Al retomar la marcha, volvió a extasiarse en el espacio de los héroes, que lo escoltaba desde la  Nueva Granada. Comprendiendo a la vez, que el trayecto de su meta, era preocupante y avanzó arrojadamente hacia el Páramo de La Puerta, hacia las 7 Lagunas, a paso de vencedor. Era la luz nueva que necesitaba el pueblo.  
         Tarde pero advirtiendo que aun le faltaban 4 horas de camino  y que aun clareaba, se mete y toma el camino del Paramito,  con su tropa, toda vez que los caminos antiguamente eran entre montañas, se enrumba hacia el Paramo de La Puerta. Se franqueó por la travesía indígena del páramo y las 7 Lagunas, de pronto se tornó neblinoso y comienza a bajar la temperatura.  A su paso observa algunos techos de paja despidiendo el humo de los fogones. Se dirigen a La Calzona, ante ellos se les presenta una  de las 7 Lagunas y santuario de los aborígenes.  En lo alto del páramo, en Piedras Blancas, en una disminuida panorámica, ven  El Arbolito y  solo encontró mujeres y niños saludándole, esto le produjo un arranque de frio intenso, que solo lo aminoraba el calor del viaje y el entusiasmo de sus fieles compañeros.
Iba  pensativo y de vez en cuando conversaba en algunos parajes con el oficial de su séquito sobre lo que iban  viendo en el camino.  Van por la senda de La Perdida, acercándose a la Laguna de San Juan, el temor a una inminente emboscada realista, se fue diluyendo en la medida que atravesaba el páramo y se acercaban a unos pocas leguas a El Paují, para llegar a La Mocojó; aquí  envió a un jinete  a explorar la hacienda San Francisco,  a la casa del Dr. Francisco Labastida Briceño, en donde le habían preparado agasajo y comida. Se movió  con cierta rapidez y el soldado regresó a informarle que había paso franco.  Aquí pernoctó el Libertador esa noche y previamente se reunió con Labastida Briceño para discutir sobre el Decreto de Guerra a Muerte y con los hermanos y parientes de Antonio Nicolás (El Diablo) Briceño…” (Manrique).   El Constituyente de La Puerta, era primo del coronel  Antonio Nicolás Briceño.


Fotografía desde otro ángulo de la casa de la hacienda San Francisco,  propiedad del Constituyente Francisco Labastida Briceño, donde  según el historiador Américo Briceño Valero,  pernoctó el Libertador, el 12 de junio de 1813. Cronografía propia de este blog. 



“…Hasta ahora, se ha tratado como ruta del Libertador, la que  indica el   derrotero  que marca  la carretera actual Timotes-La Puerta- Mendoza Fría- Valera. Para apartarnos de esta opción, se tomó en consideración que Bolívar por el momento crucial de la guerra, 1°) no debía tácticamente parar en distintos lugares del camino, lo que le atrasaba la marcha; Bolívar cuando le llegó la autorización del Presidente de la Confederación de Nueva Granada, José Camilo Torres Tenorio para entrar a Trujillo, su plan ya había sido delatado, y ordena al coronel José Félix Ribas, Jefe de la retaguardia avanzar ligero y reunirse con Girardot en Boconó, pensó en la inminente arremetida del ejército realista acantonada en Barinas.  Desde Bailadores, fechada el 24 de abril de 1813, Francisco de Paula Santander, le escribió carta en la que le informa que los militares realistas abandonaron la ciudad de Mérida, y se dirigían a concentrarse en  Trujillo (Blanco y Aizpurúa. Tomo 4. Pág. 557).   2°) era muy escasa la tropa que le acompañaba, lo que le impedía entrar en batalla campal con los realistas; 3°) no debía ni podía por razones de seguridad, transitar por los caminos arbitrarios, veredas zigzagueantes y descampados de las haciendas de caña del Valle del Bomboy; yendo por montaña, estaba en mejor posición de tiro, frente al enemigo y evitaba las emboscadas; 4°) para ese tiempo no existían carreteras ni caminos centrales ni formales como hoy, la carretera de La Puerta-Timotes; y 5°) no debió entrar al centro del pueblo de La Puerta ni a visitarlo para perder tiempo, tampoco a los otros sitios hasta Mendoza, porque los aportes de caballos y dinero que dieron los hacendados y la iglesia, ya los había llevado en la mañana el cura Rosario; no distinguimos algún motivo militar ni logístico como para entrar a la plaza y al templo de La Puerta a hacer “visitas” en medio de la guerra. También, estudiamos in situ, el viejo camino de recuas, que partía desde Timotes, pasando por La Mesa de Esnujaque, siguiendo al asentamiento indígena de Carorita, transitar La Culebrina, Cordillera Azul, Calembe, Cordillera del Humo, para  pasar a Jeromito, cruzar y finalmente llegar  a Mendoza, lo que era una verdadera larga e innecesaria odisea por la irregularidad de los terrenos.  Por eso se estima como la más idónea la ruta indígena cercana  que va desde la Mucutí, la travesía cómoda del Páramo de La Puerta (7 Lagunas), El Paují, la Mocojó, para entrar a la hacienda San Francisco, su primera parada y sitio de pernocta…” (Manrique).




Cronografía Estatua ecuestre del Libertador. Ubicada en la Plaza Bolívar (antiguamente Plaza Real) de la ciudad de Trujillo, cerca de la casa donde llegó el lunes 14 en la noche, y donde se firmó el Decreto de Guerra a Muerte el martes 15 de junio de 1813. Este emblemático monumento, tiene sus propias historias y anécdotas para haber logrado llegar a este lugar.  Foto: Miozotis Fabelo. Encontrada en:  http://www.radiorebelde.cu.


Como se ha explicado y este punto lo he debatido con cronistas de la región,  no contaba  La Puerta en aquel tiempo  con carretera como la que hay hoy día, que conectara con Timotes, solo existía la posibilidad del camino indígena  de la Cordillera, pasando por la Mucutí, luego La Lagunita y enrumbarse por el Páramo de La Puerta,  como en efecto, era el más expedito para las condiciones del pequeño ejército que comandaba Bolívar, lo que descarta que éste pudiera entrar a lo que hoy es el área urbana de la parroquia, como erradamente se ha escrito. Si entró a La Puerta, pero por el páramo.   Bueno, mis amigos lectores, espero les haya gustado esta entrega y será hasta la próxima crónica desde mi comarca.



4 comentarios:

  1. Bien documentado y analizado por Manrrique este trozo de historia patria. Admirable manera de insertar nuevas páginas indelebles en sustitución de aquellas narradas del puño y letra de convención oficial y tradicional cuestionada con decoro por Oswaldo Manrrique, nuevo historiador de vanguardia.

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  2. muy buenos aportes,lo que motiva a seguir buscando la historia de nuestro estado con personajes anónimos que forman parte de qu hacer trujillano y son los grandes protagonistas.Sigue escribiendo amigo soy un fanatico de tu blog.

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