domingo, 21 de julio de 2019

Las primeras maestras de La Puerta.



Oswaldo Manrique R.

El primer registro histórico sobre un espacio para la educación en nuestra comarca lo encontramos en una publicación-vocero oficial de la Superintendencia de Instrucción Pública del año 1911,  denominada  Revista Pedagógica, en la que aparece como plantel público la Escuela Nacional Mixta de Niñas de La Puerta N° 22; este, era su nombre y registro oficial. 
En los inicios del siglo XX, en medio de un período dictatorial oscurantista y tiempo de caudillos, sujeta la vida rural a los designios de la ley del talión, la actividad magisterial, se le llamó acertadamente la “Causa de la Instrucción Primaria” (Revista Pedagógica. N° 2. Trujillo, agosto 1911). Se comenzaba un proceso de ruptura con más de 300 años de analfabetismo pleno, que enrumbara hacia el avance moral y el progreso intelectual, y en concreto, este proceso lo asumieron los primigenios educadores, como una campaña social de guerra contra el analfabetismo. No se puede obviar, que fue una dilatada iniciativa en el tiempo, por lo menos para La Puerta, ya que en 1870,  se había firmado el Decreto de Instrucción Primaria Pública y Obligatoria, durante la presidencia del general Antonio Guzmán Blanco, pero en nuestra parroquia la escuela llegó muy tarde.



Fotografía de 1946. Calle La Legua, a 200 metros de esta casa, 35 años antes, estuvo ubicado el primer plantel público, bajo la denominación de Escuela Nacional Mixta de Niñas de La Puerta N° 22. Obsérvese la calle de tierra y las condiciones, bases, paredes y techos de las viviendas, en el centro del pueblo.  

De acuerdo con aquel dato documental, en la segunda década del siglo pasado, los instrumentos básicos con que contaba esta escuela, no pasaban de una casa vieja en la transversal 8 frente a la Plaza Bolívar, con pupitres para 12 alumnos, una pizarra para ejercicios gramaticales y operaciones aritméticas, la serie de 6 cartones Geográficos de Colton, el Mapa de los Estados Unidos de Venezuela,  de esta forma se llamaba la República, la colección de Alfabeto en cubos de madera, con las letras mayúsculas grabadas en negro y las minúsculas para la enseñanza de las letras, así como, el equipo Gimnástico de Phellen; eran estas, las herramientas con que contaban las inaugurales y abnegadas maestras, para impartir enseñanza primaria a los niños de este pueblo rural. 
A los docentes de estas escuelas, se les llamó Preceptores. Las primeras preceptoras de esta Escuela Nacional Mixta N° 22, fueron la señorita Sofía Ramírez, que era la Directora del plantel, y como Subdirectora, la señorita María Teresa Heredia. Abnegadas educadoras que cumplían labores de aula y también de índole administrativa. (Revista Pedagógica. Trujillo. 1911).  Ambas eran bachilleres, en ese tiempo no existía escuela Normalista, sin embargo, el bachiller no era una simple credencial o cartulina como lo es hoy día, sino que representaba mucho conocimiento y estudio; ellas eran idealistas militantes en la cruzada contra el analfabetismo, afrontando decepciones, poca remuneración, pero firmes en cumplir su misión de vencer las sombras. 
Como dato importante, relativo a los ingresos económicos de los maestros, el aporte mensual que daba la Gobernación a las Escuelas Federales, era de 100 Bolívares, provenientes del “Sobrante de la Renta Estadal”.    



Bajo la Superintendencia del señor Pedro Carrillo Guerra, se determinó el esmero magisterial  en el cuido y atención a la lectura, las maestras cada día escogían la lección que debía leerse varias veces, palabra a palabra en la primera ronda, dando a los estudiantes las explicaciones sobre los significados; de dos a dos palabras en la segunda ronda, de modo que se pudiera notar la concordancia y armonía que alcanzaran, y una tercera ronda, leyendo las oraciones completas, para que los alumnos pudieran detallar el valor ortográfico de la puntuación en el oído. Ese era el método exhaustivo que se aplicaba en dicha escuela, para aprender a leer, inclusive, podían hacerlo sobre artículos de prensa o de revistas (Revista Pedagógica, pág. 10. Julio 1911).    
La directora de la escuela, la maestra Sofía Ramírez,  al parecer pertenecía a una familia de Niquitao, que se asentó en La Puerta, a principios del siglo XIX, de la que solo fueron adjudicatarias de tierras del Resguardo Indígena,  Trinidad y María Rosario Ramírez  (Adjudicación 43ª,   lote N° 60, con 100  mts de frente, colindante por el norte con Gregoriana Moreno).  Sofía,  tuvo oportunidad de cursar estudios de bachillerato y aprobó los exámenes de magisterio que se realizaban periódicamente en la misma Superintendencia de Instrucción Pública en la ciudad de Trujillo, así como, las diferentes evaluaciones que se le hacían al exigente cargo.  Su físico era de aspecto menudo, sencilla en el vestir, de gruesa cabellera negra,  de espíritu amable, culta, consagrada al magisterio, fue ejemplo y guía para los nuevos docentes de la parroquia.

Según los tratadistas, el apellido Ramírez, es  castellano, casi exclusivamente de Madrid (España), ya que fue en esa ciudad que estuvo su solar primitivo desde tiempos inmemoriales.   El apellido se hizo presente en la conquista y posterior colonización de Venezuela, donde personajes llamados Ramírez participaron en dichas empresas, aunque por ser un apellido de origen patronímico, las distintas ramas carecen de relación genealógica entre sí, es decir, no poseen el mismo origen.  A una de esas ramas, que se asentó en Trujillo, pertenecía la maestra Sofía, quien ocupa un sitio prominente entre los educadores de La Puerta.





Un interesante dato histórico, indica que  el 2 de julio de 1911, asistió en representación del plantel, la señorita Heredia, a la Asamblea de Institutores realizada en la ciudad de Trujillo, una especie de claustro educacional, en el que participaban el Dr. e historiador Amílcar Fonseca, Monseñor Mejía y el maestro José Luis Faure Sabaut, entre otros,  convocada por la Superintendencia de Instrucción Popular, en homenaje a los Fundadores de la Patria, se cumplía el primer centenario de la firma del Acta Magna de la libertad, el 5 de julio de 1811.  La maestra María Teresa Heredia, que era una especie de subdirectora,  según indicios que hemos encontrado, nació en otro apartado pueblo rural: Niquitao, en la penúltima década del siglo XIX. Provenía de una familia en la que se registró una encomiable lista de destacados educadores trujillanos, como la señorita María del Rosario Carrillo Heredia, los doctores Ignacio y Alfredo Carrillo, la señorita Braulia Heredia, entre otros; igualmente de  poetas, estudiosos, aunque varios de sus miembros fueron autodidactas, ejemplo de ello, su pariente el poeta José Ramón Heredia, quien se convirtió en uno de los escritores trujillanos de mayor brillantez en su época, diplomático, quien integró  la Generación del 28 y el grupo literario Viernes, ya adulto mayor, en 1974,  recibió el Premio Nacional de Literatura con Antología poética.  En la importante Asamblea de Institutores trujillanos, a la que asistió la maestra Heredia, fue aprobada entre otros puntos, la creación de 12 nuevas escuelas, una de ellas, proyectada para la población de La Puerta. (Revista Pedagógica. Trujillo. 1911).     
Estas dos maestras, como hemos dicho, militantes de la causa de la instrucción del pueblo, que habían asumido el apostolado educativo en favor de La Puerta, sabían que en aquel contexto dictatorial, debían aprovechar el tiempo, por eso eran categóricas al expresar que pueblo que no valorara su escuela y sus maestros, era un pueblo condenado a sufrir las consecuencias de “…tan censurable irreflexión. Sobre él pesará…las siete conocidísimas  plagas y calamidades de todo orden…” (Revista Pedagógica. N° 2. pag. 34. Trujillo.  Agosto 1911). Solo con la escuela, se podía avanzar hacia los estadios del progreso.
En el Directorio de la Superintendencia de Instrucción Pública de 1912, dirigida por Pedro Carrillo Márquez, continua como Preceptora de la Escuela Nacional Mixta de Niñas N° 22 de La Puerta, la maestra Sofía Ramírez.
Fueron estas señoritas, las primeras que sirvieron como maestras de grado, directoras y subdirectora del primer plantel educativo público de La Puerta, cumpliendo una significativa y extraordinaria labor educativa y social para esta comunidad.  Las vidas de estas dos maestras, se hacen acreedoras al reconocimiento y gratitud de nuestra población.  Justo es, rescatar su legado para la memoria histórica de nuestra parroquia.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Al paso del Dr. José Gregorio Hernández por La Puerta, en 1888.

Por Oswaldo Manrique (*) Luego de pasar la Navidad con su familia, de profundas convicciones católicas, donde disfrutó el reencuentro y co...