miércoles, 4 de septiembre de 2019

Francisco Labastida, un prócer trujillano postergado.



                                     (El Constituyente de La Puerta).



Oswaldo Manrique R.

 En otros artículos me he referido al prócer y primer Constituyente independentista de La Puerta; considero oportuno publicar esta nota, a propósito de que el venidero año, se cumplirán 275 años de su nacimiento, que coincide con la celebración del Bicentenario de uno de los actos que él promovió como trujillano republicano, el  9 de octubre de 1810,  día de la dignidad trujillana.
Soy uno de los convencidos que, la declaración de la  emancipación de Trujillo, como provincia libre y la ruptura de la subordinación a la provincia goda de Maracaibo, no habría sido posible si en 1810, Francisco Antonio Labastida Briceño y Fernández, no hubiese participado como  impulsor de esa lucha de liberación.


Francisco Antonio La Bastida Briceño y Fernández “El Provincialista”. Retrato figurado elaborado en base a investigaciones genealógicas y características físicas de descendientes de este prócer. Cronografía propia de este blog. 2822.   

El hacendado, letrado, político de ideas republicanas y Teniente de Justicia Mayor  Dr. Francisco Antonio La Bastida Briceño y Fernández,  líder de los poderosos mantuanos del valle del Bomboy, salió de su hacienda San Francisco, en la Cañada de Mendoza y  recorrió durante el mes mayo de 1810, todas las aldeas, caseríos, haciendas y pueblos de su jurisdicción  promoviendo la organización del movimiento emancipador para desprenderse definitivamente del gobierno español de la provincia de Maracaibo a la que estaba sometida; y en la reunión de Trujillo, el 11 de junio de ese año, se aprueba el acto de desprendimiento del citado gobierno realista, lo que los historiadores y cronistas han llamado la Aclamación de Trujillo Independiente. 

          El día de la dignidad trujillana: 9 de octubre de 1810.

Con la angustia de no retroceder ante el futuro emancipador, Labastida fue uno de los impulsores de otro paso fundamental cuando siguiendo la línea estremecedora de la libertad que desde Caracas se venía lanzando,  el día 9 de octubre de 1810, se dirigió con su gente y otros hacendados, hacia la ciudad de Trujillo, donde en su Sala Consistorial se había previsto que se discutiría la proclamación de la Independencia, tras una acalorada discusión y con profundos razonamientos, se logró que dictaran la declaración de la independencia de Trujillo.
Sobre este hecho fundamental para Trujillo, me permito transcribir dos párrafos de mi ensayo biográfico Francisco Labastida, un trujillano postergado, que elaboré sobre la vida de este prócer  conocido en los foros republicanos como El Provincialista, con el tenor siguiente:  
<<…La Junta Suprema de Caracas, para promover y propiciar la incorporación del resto de la Provincias a la causa libertaria, designó al destacado abogado, y  líder  de la conspiración de los mantuanos,  Dr. Antonio Nicolás Briceño (primo de Francisco Labastida), para que lograra ese objetivo en Trujillo. Al llegar a la ciudad andina, convocó inmediatamente a los más destacados dirigentes de la región,  entre ellos, a Jacobo Antonio Roth, Manuel Delgado, Francisco Labastida, al levita Francisco Antonio Rosario, Fray Ignacio Álvarez  y otros,“…la actividad desplegada por Briceño, unida a su prestigio e influencia en el medio, determinaron bien pronto la adhesión de los trujillanos al movimiento caraqueño…de esa asamblea de patricios surgió la provincia autonómica de Trujillo, el 9 de octubre del citado año 1810…” (Briceño Perozo, Mario. Historia de Trujillo. pág. 117. ANH). Sí,  provincia autónoma dentro del proyecto histórico de  la República Confederada y Soberana de Venezuela. Sin obviar que,  patriotas como Francisco Labastida, llamado El Provincialista, retataranieto del capitán español fundador de la ciudad, venían promoviendo desde 1808, la causa autonómica, que facilitaría la toma de esta decisión tan significativa…>>
<<…Este hecho y su fecha, es el acto político-jurídico primigenio, que marca el paso trascendental que rompe con el dominio  del imperio español sobre los predios y gente trujillanos, y del ascenso digno a la posición de Provincia, rompiendo también, con las amarras y subordinación a otras provincias, es decir, este acto emancipatorio, es a la vez, un acto fundacional de nuestra Provincia, que hasta el momento solo había sido una dependencia de la Provincia realista de Maracaibo. Antes, “mientras este territorio formó parte de la Provincia de Venezuela constituyó un Distrito Municipal, cuya capital era Trujillo…En 1810 (9 de octubre), este Distrito se declaró Provincia Confederada…” (Briceño Valero, Américo. Geografía del Estado Trujillo. Pag.63. Tipografía General Venezolana. Caracas. 1920)…>>.   
Seguidamente y sin descanso,  se convocó el proceso   eleccionario de la Constituyente Provincial como primer paso para la elevación de Trujillo a la condición de Provincia y sumarse a la Confederación republicana. Hizo el pronunciamiento en La Puerta, ante sus vecinos,  para la causa de la separación del imperio español,  y fue esta localidad una de las primeras en manifestarse a su favor. 
  
 
Uno de los más antiquísimos Escudos de armas es el de la familia La Bastida. La casa principal de la familia La Bastida en la ciudad colonial de Trujillo tenia este blasón en la fachada, demostrativo del linaje de esta familia.   Al parecer esta dinastía se fundó en el país vasco cerca del año 1.157.  Según Atienza –mencionado por el genealogista Valery-  asentó que este linaje de los La Bastida, “es catalán, originario de la Provincia de Lérida, y que tuvo su inicio en Juan Ruiz Bezudo, inventor de la máquina de guerra llamada bastida --cuyo nombre tomó por apellido--, armazón o andamio colocado sobre ruedas, más alto que las murallas atacadas”.  (Fotografía y  Boceto propio de este blog. 2823).

Su elección como constituyente
Se daba por descontado en los sectores revolucionarios que un hombre como Labastida, líder político y con influencia  entre los hacendados, mantuanos, eclesiásticos, letrados y de los vecinos, saldría electo Constituyente por el pueblo de La Puerta, donde fomentaba cañaverales y trigales y ganado vacuno y ovino en el sector San Pedro, la Media Loma y El Pozo;  se le rendía mucho respeto, como en efecto resultó electo por los vecinos delegados en la Asamblea realizada en la iglesia de San Pablo Apóstol, bajo la dirección del padre Francisco Rosario, cura párroco y promotor del movimiento independentista. 
Fue aquí, en el templo católico de esta comarca, donde Francisco Antonio Labastida Briceño y Fernández, en el año de 1811, recibió la revelación provincial,  ante varios de sus vecinos y del párroco padre Rosario, de lo que iba a ser su destino inmediato, fue precisamente en este lugar donde pudo repetir emulando a nuestro señor San Pablo, cuando le dijo a  los corintios: “ se me ha abierto una Puerta grande y espaciosa”, y también pudo comprender que al asumir la representación constituyente de este pueblo, era el comienzo de una nueva aurora, de los tiempos de cambio, de tomar el cauce de la libertad, que comenzaba a entrar el sol de la emancipación y de la gloria que pronto se pondría en el horizonte de la Patria. 
Estaba escrito que representar a esa Puerta grande y espaciosa, a la que lo unía  tantos afectos, era para que formara parte de la Patria adulta, forjadora, soberana  y dueña de su propio destino, apuntalada en el brazo imbatible y en la genialidad del que  comandaría el sueño de los Libertadores. 
Para concluir sus palabras ante la asamblea de electores de este pueblo, les diría: ¡honorables vecinos! Comencé con un pasaje bíblico, para agradeceros vuestra confianza y con otro pasaje de este libro sagrado, palabra del mismo Cristo, será con el que voy a concluir. Oíd lo que dijo el mismo Cristo: “¡Yo soy la Puerta!, y el que  por mi entrare será salvo y gozará de la abundancia de todos los bienes”; con esto quiero deciros que mis brazos y atención estarán siempre abiertos para todos los habitantes de este pueblo. Por supuesto este discurso mereció el estruendoso y apoteósico aplauso de los presentes.  
Fue un activo protagonista de este evento fundamental para la soberanía y elevación de Trujillo como Provincia y activo luchador contra el latifundio, aunque parezca contradictorio, siendo hacendado y hombre de gran fortuna económica.  El día 2 de septiembre de 1811, se dictó la primera Constitución Política de Trujillo, su partida de nacimiento libertaria, adicionándole la Proclama de la Libertad, cuyo contenido expresa con claridad que la independencia no era condicionada, ni sujeta a gobernante extranjero alguno. De esta manera, se concretaban las reglas de esa independencia y autonomía, elevando a Trujillo a la condición de Provincia, y estableciendo su propio gobierno y sus autoridades judiciales, administrativas, tributarias y militares. Francisco Labastida, estampó su firma en ese documento trascendental para la Patria.
Inmediatamente, hubo la reacción del gobierno de Maracaibo, lo que obligó al novel gobierno trujillano a enfrentar la arremetida de las fuerzas realistas. La independencia provincial, fue declarada el día 9 de octubre de 1810, los patriotas estaban organizando con sus milicias y los rebeldes espontáneos y leales agregados, sumando también, a esclavos a quienes se les había prometido su libertad. Tenían la seguridad de que contaban con las fuerzas patriotas que dirigían los oficiales republicanos desde Barinas y otra que venía desde Caracas, para poder enfrentar la arremetida realista que hubo desde Maracaibo.  


Fotografía de la caratula de Las Constituciones Provinciales, publicación de la ANH, en el sesquicentenario de la independencia. Caracas. 1959. La Constitución de la Provincia de Trujillo, está inserta desde la página 296 hasta la 394. Como dato curioso finaliza precisamente con la certificación dada por el Dr. Francisco Antonio De La Bastida Briceño, Alcalde Mayor de la Villa de Escuque, Mendoza y La Puerta, de que tomó juramento de Independencia a los vecinos mayores de quince años de Motatán, el 8 de diciembre de 1811, en la Casa Real de esa parroquia, a quienes se les leyó el Manifiesto, la Proclama de la Libertad y la Constitución Provincial, concluye con su firma. Cronografía propia de este blog. 2821.

 Otros Fragmentos del ensayo biográfico inédito “Francisco Labastida, un prócer trujillano postergado”, autor Oswaldo Manrique.
Labastida,  nació en la ciudad de Trujillo de Nuestra Señora de la Paz, en 1755. << Tuvo formación militar   “…fue Capitán de Milicias de Infantería del Batallón de Blancos de Caracas, cargo y formación con que el Rey de España lo había premiado por sus servicios a la Corona…” (Tori, Francisco. Datos biográficos de Francisco Labastida. 2018).  Entendemos que se refiere a los servicios prestados como alcalde y teniente de justicia mayor en la ciudad de Trujillo, como se acostumbraba en la época, dotar a los mantuanos y a sus hijos de ciertos rangos militares reales >>.(Manrique: pág. 7).
         << Se graduó de doctor en derecho. Fue alcalde  ordinario de la ciudad de Trujillo, años 1790, 1794 y 1795, además de Alcalde provincial  y Regidor Perpetuo (Ídem); fue la primera autoridad de la región >>. (Manrique: pág. 7).
<< El representante constituyente del Pueblo de La Puerta, se vinculó desde muchacho a  aquel pueblo y luego se haría cargo de la hacienda “San Francisco”,  propiedad familiar,  que tenían en el valle del Bomboy, así como, de otras posesiones en Jajó. Como hemos apuntado antes, Francisco Antonio, era hijo del matrimonio conformado por Don Vicente Antonio Labastida y Briceño, que fue Alcalde de Trujillo  a mediados del siglo XVIII,  y la señora Laurenciana Fernández Carrasquero, que por su linaje, podía hacer  uso indiferentemente de los apellidos de su padre o de su madre.   Había nacido en la vieja casona de la familia La Bastida, que por ser espaciosa y propiedad de patriotas, en 1813  alojaría  parte de la oficialidad del ejército libertador, en momentos que el Brigadier General Simón  Bolívar redactaba su Decreto de Guerra a Muerte>> (Manrique: pág. 7 - 8).


Toma fotográfica de la firma o rubrica personal del prócer Dr. Francisco Antonio Labastida Briceño y Fernández, encontrada en el libro Próceres Trujillanos, del historiador tachirense Vicente Dávila.  Cronografía propia de este blog. 2826.

Propagación y juramento de la Constitución Provincial de Trujillo libre.
          Poco después de que  se aprobó y promulgo la Constitución Provincial,   los trujillanos tomaban el control total del gobierno de su región y comenzaron a conspirar para liberar a Maracaibo, con el negro Domingo Briceño al frente.
Obligado por mandato constitucional, Labastida reunió a los pobladores de La Puerta y les informó de la significación de este instrumento republicano confederado y de lucha que le cambiaba la vida a los trujillanos, y asimismo, lo hizo en el pueblo de Motatán, haciendo circular rápidamente, ejemplares de la Constitución, para que fuera leída y discutida, por los que podían ya que la mayoría de la población era analfabeta.
Considero, que uno de los personajes y próceres civiles que se ha postergado su reconocimiento como trujillano de meritos, obviado por la historiografía regional y nacional, es el Dr. Francisco Antonio Labastida Briceño y Fernández, quien además, es el esposo de la matrona patriota Doña Asunción Betancourt y padre del Dr. Ricardo Labastida, flamante primer gobernador republicano de Trujillo, tras la separación de la Gran Colombia. Es hora de reivindicar y reconocer el merito histórico de este patriota  libertario. Murió en octubre de 1813, a las pocas semanas de la visita que le hiciera el Libertador en su hacienda San Francisco.

 
Toma fotográfica de la casa colonial de la Hacienda San Francisco, propiedad de Francisco Antonio Labastida Briceño, donde según datos del historiador Américo Briceño Valero, fue el primer sitio donde se alojó el Libertador Simón Bolívar, llegando el 12 de junio de 1813. Cronografía propia de este blog. 0809.

El caso de Francisco Labastida, es un ejemplo del silencio en el que lo ha mantenido la historiografía patria, quizás, con un evidente menosprecio por parte de los académicos e historiadores, que solo consideran próceres independentistas a los que empuñaron las armas y se batieron ferozmente en batalla, obviando a quienes con su esfuerzo personal y sacrificio dieron los primeros pasos para enrumbar el proceso de liberación en la provincia.
 Siendo mantuano, hacendado, hombre pudiente, y con poder de gobierno, este personaje no fue un hombre aislado de su realidad, conocía lo que se estaba produciendo ideológica y organizativamente en los círculos políticos y de poder en Caracas, pero también, lo que se comentaba en las esquinas de la ciudad de Trujillo, en las clases campesinas, blancos, mestizos e indígenas, en los comerciantes, hacendados, el clero, era algo que definitivamente no pasaría desapercibido.   Fue protagonista  y analista de la realidad regional, nacional e internacional en la que vivió.
Su vida, su pensamiento  y su obra dan cuenta de haber sido además de un político reflexivo, una referencia resplandeciente para la clase política y decisoria de Trujillo, ante aquel desiderátum de mantenerse subordinado al viejo régimen colonial o rebelarse y construir la patria nueva, había llegado el momento de asumir compromisos, jugándose comprensiblemente  lo más valorado por ellos.  Defendió su provincia autónoma confederada, por eso lo llamaban “El Provincialista”,  ideal que sembró en el pensamiento de su hijo Ricardo Augusto Labastida Betancourt, primer gobernador republicano de Trujillo, disuelta la Gran Colombia. Nuestro prócer se pronunció y logró en la Constituyente Provincial, la primera norma contra la mayor expresión del latifundio: el mayorazgo. Dio muestras de sostener   profundas, ideas  liberales y cristianas. Una vida y una obra que tendrá que ser rescatada, estudiada y valorada por las futuras generaciones de trujillanos. La dirigencia social, política, educativa de la región y particularmente de La Puerta, tiene la palabra.

1 comentario:

  1. Excelente documento ,escrito en una busqueda por hacer mas ciudadana nuestra historia republicana a traves de personajes civiles con vocacion libertaria.

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