Oswaldo Manrique Ramírez.
I.-
El gentilicio es el vocablo con el
que se suele llamar a una persona en relación al lugar en donde nació, de donde
es originario, venezolano por haber nacido en territorio de Venezuela. Considero
que el gentilicio trasciende actualmente esa definición, porque realmente es un
apelativo o palabra que te distingue
con orgullo y te hace perteneciente a un grupo de personas nacidos en un mismo
sitio, parroquia o región, pero también debes incluir a aquellos que pertenecen
a ese lugar y no a otro, bien porque hayan nacido o lo hayan escogido como su
lugar de vida, de área laboral, artística o de negocios, y hasta para morir en ese lugar. Es lo
bonito, interesante y gratificante del tema.
Como adjetivo es usado para significar que es “perteneciente a las gentes o naciones”, los gentiles (DRAE. 21a. edición. Tomo I. Pág. 1.035); en Venezuela del mismo modo se usa, para distinguir a los oriundos y nativos de localidades, barrios, urbanizaciones, asentamientos sociales, sitios, parroquias, distritos o estados. En el libro de historia trujillana de Mario Briceño Perozo, hay un apartado largo para este tema, en el que extrañamente no aparece el correspondiente a los nativos de La Puerta, un pueblo de los más antiguos del país y del Continente. Esto, al parecer responde a la dificultad para determinarlo en el caso de nuestra localidad, que historiadores, lingüistas y gramáticos han preferido evadirlo, a pesar que, en esto no existen reglas petrificadas de la Academia de la Lengua Española o como lo han razonado algunos escritores, que el no tenerlo o no usarlo, refiriéndose como naturales de La Puerta, se debe a que sería “entre público indocto”; solo nos adelantan que, las desinencias más comunes se integran con los sufijos nominales: ano, eño, iño, es, ero, ucho y ense, (Briceño Perozo, Mario. Historia del Estado Trujillo. págs. 313-314. ANH. Caracas.1984); hace unos pocos años, hubo una fuerte polémica en relación a si seguíamos llamándonos trujillanos o debíamos utilizar el término trujillenses. Interesante el punto.
II.- El gentilicio étnico y originario.
Por lo general, el nombre o topónimo
de la localidad de nacimiento es lo que determina el gentilicio. Los pobladores nativos, o aquellos que han
escogido a La Puerta, como el lugar de sus proyectos y de desarrollo de sus
vidas, sean nativos o no, porque desde la invasión hispana, fue considerado –al
decir del maestro Mario Briceño Iragorry- una Puebla y no un Pueblo,
con las connotaciones que eso significa, y la diversidad de gentes de distintas
nacionalidades y países europeos y de diferentes grupos indígenas que aquí se
asentaron y fueron constituyendo lo que es nuestro ADN identitario, en este
entorno paradisiaco, para algunos bucólico, cargado de bondades, generosidad,
respeto, anfitrionidad, belleza, estética, que lo notan de entrada y difunden
los que lo visitan. Por ello insistimos, que La Puerta no es un Pueblo, es una Puebla.
Hemos leído en los medios de
comunicación regional, que periodistas se han atrevido a llamarlos “Portenses”, "Puertarenses" y hasta “Porteños” como se ha llegado a
escribir, pero es el caso que ni antes, ni en el mismo siglo XV, el Bomboy, cuando
sus aguas que pudieron ser navegables, de lo que no hay registro histórico,
nunca tuvieron muelle y menos un puerto. Sus aborígenes, como lo explicamos en otros trabajos: dieron al río que atraviesa
este valle, el nombre de Bomboy, que significa aguas de espuma, río de crecido y burbujeante liquido, altivo, de consistente capa de espuma blanquecina.
Y los Bomboyes y Xikokes, del señorío de los Timotes, en lengua indígena significan hombres de cauces de las aguas, y para mayor especificidad, de aguas espumosas, templadas y blanquecinas,
debido no solo al antiguo e inmenso río, sino al vecino mayor: el caudaloso Motatán, a los llamados Chorrerones de Komboko, y el de La Maraquita, o las muy variadas y bifurcadas
quebradas, entre ellas la Guadalupe de Indios, la del Molino de Mimbón y El
Portachuelo, o las denominadas 7 Lagunas (Santuario Maen Shombuk), que se encuentran en el Páramo La Puerta, y
por supuesto, más cercana, al sur-oeste del pueblo, La Lagunita. Somos gentes
de cauces de aguas frías y altivas, lo que nos da ciertas características que
perfilan nuestro carácter y manera de ser, como por ejemplo, la altivez, la
contemplación, la inclinación por el trabajo agrícola, la convivencia con la
naturaleza, aspectos que enaltecen a los nacidos en esta localidad. El primer y
más autentico gentilicio, nos lo suministraron los indígenas Timotes, hace unos
3 mil años antes de ahora, porque fueron nuestros primeros pobladores: Bomboy.
El río lleva ese toponímico, y también el valle del Bomboy. Los nativos de este
sitio, pueden con todo derecho llamarse Bomboyes o Bomboyenses; este sería
el gentilicio étnico, autóctono, criollo y originario.
Repito, es
extraño, que La Puerta, no use gentilicio, lo he comentado a distintos
familiares, vecinos, amigos y no obtengo respuesta, inclusive a los
responsables del patrimonio cultural e histórico del Municipio, y esto que
estoy diciendo, debe ser un reclamo histórico de nuestra población, porque el
gentilicio como categoría lingüística, también tiene otra significación desde
el punto de vista personal y colectivo, como derecho de pertenencia a un
territorio, a un grupo de personas con iguales tradiciones, cultura,
cotidianidad y una misma historia local, que se sintetiza en una conciencia
comunitaria.
En conversación con el profesor
Carlos Montiel, investigador valerano, versado en estos temas del habla, me
esbozó generosamente su criterio, que es el siguiente: que, tanto la forma de pronunciar y la entonación
al hablar, que es usada por la gente de esta zona comprendida entre La Puerta y
Valera, nos viene de raíces al-andaluz, árabe-hispánico propiamente
de madres oriundas de Andalucía , España, que se asentaron en estas tierras y
que hablaban la denominada lengua materna, mezcla de árabe, morisco y
castellano, que poseen un léxico particular, que amplió el vocabulario español.
Por eso, algunas personas comentan que hablamos mal el idioma, cantadito,
recortado; pero, no comprenden que se habla derivado de la forma andaluza. Asimismo,
adoptamos sus palabras, por ejemplo, el nombre de El Portachuelo, -que le pusieron y aun se conserva-, al punto de frontera localizado en nuestra
parroquia, al que me he referido anteriormente, así como portañuela son palabras andaluzas. Igualmente, colonos y pobladores
hispanos que se asentaron en las inmediaciones de El Portachuelo, fueron
familias de origen andaluz (España musulmana), como los Ruz, Carrizo, Albornoz,
Albarrán u otras con
apellidos adoptados por los ancestros de los Cabrera, Méndez, Mendoza, Molina, Morón, Salas, Torres, Fernández, Arjona,
Barrios, que han aportado a la
evolución de nuestra comunidad. Inclusive,
la extendida costumbre gastronómica de comer albóndigas, o degustar el familiar
y casero arroz con leche, o las polvorosas son reconocidas comidas árabes y legado
cultural de las matronas al andaluz. Se ha escrito que más del 70 % de las
mujeres que se vinieron a colonizar a Trujillo, eran oriundas de Andalucía o
Extremeñas, es posible, que este arribo de las moriscas, se produjo, coincidencialmente,
cuando comenzaron a ser expulsadas de España, a comienzos del siglo XVII, y el llamado
nuevo continente, resultó ser una opción de progreso y digna de vida.
Lo importante es que no se vayan
perdiendo las expresiones, palabras, que como verdadero hibrido o sincretismo,
construyeron nuestras madres y antepasados indígenas Timotes, con las matronas
colonizadoras Andaluzas y Extremeñas, porque forma parte de nuestro patrimonio
cultural e histórico.
III.- Lapuertense, Puerteño o Puertense del Bomboy.
Buscando el
por qué de la dificultad y de la omisión del particular, se inició la pesquisa de semejanzas en algunas partes de este mundo,
encontrando que para el caso de los nacidos en La Puerta de Segura, en Jaén, España, el gentilicio es Puerteño. Por ejemplo
en el caso de los nativos de La Puerta, en Guadalajara, igualmente situada en
España, se les dice Puerteros (De la
Torre Aparicio, Tomas. Gentilicios Españoles. pag.384.Version
digital. España.2006). En el famoso y
atrayente, centro y Distrito de Madrid, conocido como La Puerta del Sol
(España), el gentilicio es portasoleño
(ña).
En La Puerta de Alcalá, también en España, el
gentilicio es Alcalaíno(a) (es.wikipedia.org). La Puerta de Guadalajara
(Castilla-La Mancha, España), es guadalajareño. En La Puerta de Alcarria
(España), es alcarreño.
Para los nativos de los distintos
Puertos españoles, se utilizan vocablos como: porteños, portuarios, puerteños, portanchuzos, porteros, portanchos,
estos tres últimos, me parecen que son remoquetes (De la Torre Aparicio: 385);
como se puede observar, es muy variada la terminología en ese sentido,
inclusive, utilizando ciertos motes y apodos picarescos.
En el caso del Municipio La Puerta,
localizado en la Región de Córdoba, República Argentina, señala en su
información oficial e institucional, que no posee gentilicio (municipalidad
argentina.com.ar); quizás es por el desanimo o ambivalencia en determinarlo. Tal actitud, parece que aqueja a lugares nuestros,
nacionales como La Puerta de Aragua (Las Tejerías), no posee gentilicio. Igual,
en la Puerta de los Llanos (Estado Guárico), se dicen simplemente guariqueños.
léxico
seria absolutamente independiente del
gentilicio étnico y pos toponímico, lo que torna más interesante este tema, en
vista de su relevancia, dentro de los procesos estandarizadores, en lo que ella
califica como “aspecto, por lo demás, también poco tratado y fundamental dentro de
las primeras etapas de regulación lingüística” ( y Acerca del gentilicio: historiografía, remoquetes y estandarización.
Chile. 2018. Digital). Este es un punto interesante, que en el campo lingüístico
y en los pueblos de Venezuela, ha sido poco discutido.
Es el gentilicio, un
aspecto importante, del inicio y evolución de La Puerta como uno de los pueblos
más antiguos de Venezuela, como añeja comunidad de gentes de más de 420 años,
que involucra, sus propias características geográficas, históricas, culturales,
tradiciones, ambientales, jurídicas y sociales.
La fórmula que nos
enseñan los gramáticos y lingüistas, incluyendo a Nebrija, es que “el gentilicio se relaciona con la fórmula
“de + nombre de lugar”, es decir, es una de las formas gentilicias
gramaticales” (Ídem). Para efectos
prácticos, en ejercicio de la delatada formula, la denominación de nuestra
parroquia (antes Municipio histórico), es La
Puerta, compuesta por el articulo La
(articulo determinado en género femenino y singular), y Puerta (sustantivo femenino, en nuestro caso el sitio, que denota
entrada a una población o lugar de acceso a un sitio).
A comienzos de la primera década del
siglo XVII, el sitio que luego se conocería como La Puerta, fue seleccionado y
adquirió importancia, debido a su
ubicación, via de comunicación, conexión serrana con el Lago de Maracaibo y por
sus características topográficas, dando relieve al paso y punto llamado El Portachuelo, que se convirtió en un mojón demarcatorio del
Nuevo Reino de Granada (la Nueva Granada, hoy Colombia), y Venezuela, pasando a pertenecer
territorialmente a esta capitanía,
deslindando jurisdiccionalmente ambos regiones. Ese sitio, que también
se fue convirtiendo en destacada zona productora agrícola, cuenta con el
denominado paso o Cuesta de la Mocotí, éste
topónimo proviene del sitio del cacique Mukutí (Timoto), complejo camino y
cuesta, que se observa en su totalidad desde El Portachuelo (palabra andaluza),
lugar adecuado para el control de los viajeros, transeúntes, y sus cargas que
se dirigían desde el Virreinato al mar Caribe (Lago de San Bartolomé, así
bautizado por el capitán Alonso de Ojeda el 24 de agoto de 1499; que luego
adopta su actual nombre indigena: Maracaibo), y viceversa. Era la entrada
natural a la Serranía venezolana y a la ciudad de Trujillo, que le daría vida
económica a pueblos colindantes como Timotes, Esnujaque, Jajó, Mendoza y Valera. Se estima ésta, como una de las razones
principales, por las que se creó este espacio de frontera, y su denominación
como La Puerta, como localidad genuinamente serrana, que se desarrollará y expresará
por medio de su cultura, historia, tradiciones, manera de ser, identidad.
Como no hemos
conocido alguna transformación que haya tenido en su estructura morfológica, el gentilicio, guiado por dichos elementos académicos, pudiera ser Puertense o Puertaleño,
sin embargo, considero no ajustados a la composición morfológica del nombre. En
razón de la regla citada, construyendo el gentilicio pudiera ser: Lapuertense,
que encierra hombre y mujer de La Puerta. Desde el punto de vista morfológico y
atreviéndonos a proponer en un acercamiento y aproximación, debo señalar que he
considerado adecuado el gentilicio Lapuertense, o cualquiera otra mención
que se aproxime, que sea resultado de la creación popular y léxica de nuestra
comunidad, eso es interesante y que pasara a formar parte de nuestra
pertenencia, identidad y particularmente de nuestra conciencia colectiva; pienso,
que eso sería parte de lo que se viene asumiendo como proceso descolonizador de
nuestro patrimonio cultural e histórico; posiblemente, algunas personas por
efectos prácticos sintetizaran el asunto en la voz: puertense.
Para la debida denominación o
gentilicio propongo sustituir las palabras que hasta el momento se han venido
usando, por la de Puertense del Bomboy, para que se use en la literatura
antropológica, y en nuestro lenguaje cotidiano y familiar de uso común, como
justa reivindicación de nuestras raíces Timoto-Hispanas.
Además de eso,
debemos agregar que existen otros gentilicios también propios de los nativos de
La Puerta, como pueden ser: riobomboyense, por el río Bomboy;
también andino, por pertenecer a los Andes; o serrano o paramero
o parameño Puertense, para los que son oriundos del Páramo de La Puerta, se
entenderia Portachueleños, para
los nativos de El Portachuelo, Lagunitenses
para los de La Lagunita, que son otros gentilicios en relación a las distintas virtudes,
características y lugares de nuestra Parroquia. Educadores, cultores,
profesionales, periodistas, comunicadores sociales, dirigentes políticos,
militares, vecinos, dirigentes comunitarios y estudiantes, en esta hora colectiva
descolonizadora, tienen la palabra.
La Puerta, enero de
2021.
Sin duda un gran trabajo, felicidades y gracias por tan significativo aporte social.
ResponderEliminarSaludos. Gracias por su generosos comentario. OM
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