viernes, 1 de enero de 2021

La Puerta y su gentilicio.


Oswaldo Manrique Ramírez.

                         I.-                                                              

El gentilicio es el vocablo con el que se suele llamar a una persona en relación al lugar en donde nació, de donde es originario, venezolano por haber nacido en territorio de Venezuela. Considero que el gentilicio trasciende actualmente esa definición, porque realmente es un apelativo o palabra que te distingue con orgullo y te hace perteneciente a un grupo de personas nacidos en un mismo sitio, parroquia o región, pero también debes incluir a aquellos que pertenecen a ese lugar y no a otro, bien porque hayan nacido o lo hayan escogido como su lugar de vida, de área laboral, artística o de negocios,  y hasta para morir en ese lugar. Es lo bonito, interesante y gratificante del tema. 

 Como adjetivo es usado para significar que es “perteneciente a las gentes o naciones”, los gentiles (DRAE. 21a. edición. Tomo I. Pág. 1.035); en Venezuela del mismo modo se usa, para  distinguir a los oriundos y nativos de localidades, barrios, urbanizaciones, asentamientos sociales, sitios, parroquias, distritos o estados. En el libro de historia trujillana de Mario Briceño Perozo, hay un apartado largo para este tema, en el que extrañamente  no aparece el correspondiente a los nativos de La Puerta, un pueblo de los más antiguos del país y del Continente.  Esto, al parecer responde a la dificultad para determinarlo en el caso de nuestra localidad, que historiadores, lingüistas y gramáticos han preferido evadirlo, a pesar que, en esto no existen reglas petrificadas de la Academia de la Lengua Española o como lo han razonado algunos escritores, que el no tenerlo o no usarlo, refiriéndose como naturales de La Puerta,  se debe a que sería “entre público indocto”; solo nos adelantan que, las desinencias más comunes se integran con los sufijos nominales: ano, eño, iño, es, ero, ucho y ense, (Briceño Perozo, Mario. Historia del Estado Trujillo. págs. 313-314. ANH. Caracas.1984); hace unos pocos años, hubo una fuerte polémica en relación a si seguíamos llamándonos trujillanos o debíamos utilizar el término trujillenses.  Interesante el punto.


Gráfica tomada desde el centro de la plaza Bolívar de La Puerta, al fondo se puede observar el templo San Pablo Apóstol, La Puerta, estado Trujillo, Venezuela. Cronografia propia de este blog, N° 2774.  


II.- El gentilicio étnico y originario. 

Por lo general, el nombre o topónimo de la localidad de nacimiento es lo que determina el gentilicio.  Los pobladores nativos, o aquellos que han escogido a La Puerta, como el lugar de sus proyectos y de desarrollo de sus vidas, sean nativos o no, porque desde la invasión hispana, fue considerado –al decir del maestro Mario Briceño Iragorry- una Puebla y no un Pueblo, con las connotaciones que eso significa, y la diversidad de gentes de distintas nacionalidades y países europeos y de diferentes grupos indígenas que aquí se asentaron y fueron constituyendo lo que es nuestro ADN identitario, en este entorno paradisiaco, para algunos bucólico, cargado de bondades, generosidad, respeto, anfitrionidad, belleza, estética, que lo notan de entrada y difunden los que lo visitan. Por ello insistimos, que La Puerta no es un Pueblo, es una Puebla.

Hemos leído en los medios de comunicación regional, que periodistas se han atrevido a llamarlos “Portenses”, "Puertarenses" y hasta “Porteños” como se ha llegado a   escribir, pero es el caso que ni antes, ni en el mismo siglo XV, el Bomboy, cuando sus aguas que pudieron ser navegables, de lo que no hay registro histórico, nunca tuvieron muelle y menos un puerto. Sus aborígenes, como lo explicamos en  otros trabajos: dieron al río que atraviesa este valle, el nombre de Bomboy, que significa aguas de espuma, río de crecido y burbujeante liquido, altivo, de consistente capa de espuma blanquecina. Y los Bomboyes y Xikokes, del señorío de los Timotes,  en lengua indígena significan  hombres de cauces de las aguas, y para mayor especificidad, de aguas espumosas, templadas  y blanquecinas, debido no solo al antiguo e inmenso río, sino al vecino mayor: el caudaloso Motatán,  a los llamados Chorrerones de Komboko, y el de  La Maraquita, o las muy variadas y bifurcadas quebradas, entre ellas la Guadalupe de Indios, la del Molino de Mimbón y El Portachuelo, o las denominadas 7 Lagunas (Santuario Maen Shombuk),  que se encuentran en el Páramo La Puerta, y por supuesto, más cercana, al sur-oeste del pueblo, La Lagunita. Somos gentes de cauces de aguas frías y altivas, lo que nos da ciertas características que perfilan nuestro carácter y manera de ser, como por ejemplo, la altivez, la contemplación, la inclinación por el trabajo agrícola, la convivencia con la naturaleza, aspectos que enaltecen a los nacidos en esta localidad. El primer y más autentico gentilicio, nos lo suministraron los indígenas Timotes, hace unos 3 mil años antes de ahora, porque fueron nuestros primeros pobladores: Bomboy. El río lleva ese toponímico, y también el valle del Bomboy. Los nativos de este sitio, pueden con todo derecho llamarse Bomboyes o Bomboyenses; este sería el gentilicio étnico, autóctono, criollo y originario.  

Repito, es extraño, que La Puerta, no use gentilicio, lo he comentado a distintos familiares, vecinos, amigos y no obtengo respuesta, inclusive a los responsables del patrimonio cultural e histórico del Municipio, y esto que estoy diciendo, debe ser un reclamo histórico de nuestra población, porque el gentilicio como categoría lingüística, también tiene otra significación desde el punto de vista personal y colectivo, como derecho de pertenencia a un territorio, a un grupo de personas con iguales tradiciones, cultura, cotidianidad y una misma historia local, que se sintetiza en una conciencia comunitaria.  

En conversación con el profesor Carlos Montiel, investigador valerano, versado en estos temas del habla, me esbozó generosamente su criterio, que es el siguiente: que,  tanto la forma de pronunciar y la entonación al hablar, que es usada por la gente de esta zona comprendida entre La Puerta y Valera,  nos viene de raíces al-andaluz, árabe-hispánico propiamente de madres oriundas de Andalucía , España, que se asentaron en estas tierras y que hablaban la denominada lengua materna, mezcla de árabe, morisco y castellano, que poseen un léxico particular, que amplió el vocabulario español. Por eso, algunas personas comentan que hablamos mal el idioma, cantadito, recortado; pero, no comprenden que se habla derivado de la forma andaluza. Asimismo, adoptamos sus palabras, por ejemplo, el nombre de El Portachuelo, -que le pusieron y aun se conserva-,  al punto de frontera localizado en nuestra parroquia, al que me he referido anteriormente, así como portañuela son palabras andaluzas. Igualmente, colonos y pobladores hispanos que se asentaron en las inmediaciones de El Portachuelo, fueron familias de origen andaluz (España musulmana), como los Ruz, Carrizo, Albornoz,  Albarrán u otras con apellidos adoptados por los ancestros de los Cabrera, Méndez, Mendoza, Molina,  Morón, Salas, Torres, Fernández, Arjona, Barrios,  que han aportado a la evolución de nuestra comunidad.  Inclusive, la extendida costumbre gastronómica de comer albóndigas, o degustar el familiar y casero arroz con leche, o las polvorosas son reconocidas comidas árabes y legado cultural de las matronas al andaluz. Se ha escrito que más del 70 % de las mujeres que se vinieron a colonizar a Trujillo, eran oriundas de Andalucía o Extremeñas, es posible, que este arribo de las moriscas, se produjo, coincidencialmente, cuando comenzaron a ser expulsadas de España, a comienzos del siglo XVII, y el llamado nuevo continente, resultó ser una opción de progreso y digna de vida.   

Lo importante es que no se vayan perdiendo las expresiones, palabras, que como verdadero hibrido o sincretismo, construyeron nuestras madres y antepasados indígenas Timotes, con las matronas colonizadoras Andaluzas y Extremeñas, porque forma parte de nuestro patrimonio cultural e histórico.  


III.-  Lapuertense, Puerteño o Puertense del Bomboy.

Buscando el por qué de la dificultad y de la omisión del particular, se inició la pesquisa  de semejanzas en algunas partes de este mundo, encontrando que para el caso de los nacidos en La Puerta de Segura, en Jaén, España, el gentilicio es   Puerteño. Por ejemplo en el caso de los nativos de La Puerta, en Guadalajara, igualmente situada en España, se les dice Puerteros (De la Torre Aparicio,  Tomas. Gentilicios Españoles. pag.384.Version digital. España.2006).  En el famoso y atrayente, centro y Distrito de Madrid, conocido como La Puerta del Sol (España), el gentilicio es portasoleño (ña).

 En La Puerta de Alcalá, también en España, el gentilicio es Alcalaíno(a) (es.wikipedia.org). La Puerta de Guadalajara (Castilla-La Mancha, España), es guadalajareño. En La Puerta de Alcarria (España), es alcarreño.

Para los nativos de los distintos Puertos españoles, se utilizan vocablos como: porteños, portuarios, puerteños, portanchuzos, porteros, portanchos, estos tres últimos, me parecen que son remoquetes (De la Torre Aparicio: 385); como se puede observar, es muy variada la terminología en ese sentido, inclusive, utilizando ciertos motes y apodos picarescos.

En el caso del Municipio La Puerta, localizado en la Región de Córdoba, República Argentina, señala en su información oficial e institucional, que no posee gentilicio (municipalidad argentina.com.ar); quizás es por el desanimo o ambivalencia en determinarlo.  Tal actitud, parece que aqueja a lugares nuestros, nacionales como La Puerta de Aragua (Las Tejerías), no posee gentilicio. Igual, en la Puerta de los Llanos (Estado Guárico), se dicen simplemente guariqueños.

En un interesante trabajo de la Dra. en Filosofía y Lingüística, Soledad Chávez Fajardo, sobre gentilicios chilenos, cuyo léxico seria  absolutamente independiente del gentilicio étnico y pos toponímico, lo que torna más interesante este tema, en vista de su relevancia, dentro de los procesos estandarizadores, en lo que ella califica como “aspecto, por lo demás, también poco tratado y fundamental dentro de las primeras etapas de regulación lingüística” (Soledad Chávez Fajardo y Raïssa Kordic Riquelme. Acerca del gentilicio: historiografía, remoquetes y estandarización. Chile. 2018. Digital).  Este es un punto interesante, que en el campo lingüístico y en los pueblos de Venezuela, ha sido poco discutido.

Es el gentilicio, un aspecto importante, del inicio y evolución de La Puerta como uno de los pueblos más antiguos de Venezuela, como añeja comunidad de gentes de más de 420 años, que involucra, sus propias características geográficas, históricas, culturales, tradiciones, ambientales, jurídicas y sociales.

La fórmula que nos enseñan los gramáticos y lingüistas, incluyendo a Nebrija,  es que “el gentilicio se relaciona con la fórmula “de + nombre de lugar”, es decir, es una de las formas gentilicias gramaticales” (Ídem).  Para efectos prácticos, en ejercicio de la delatada formula, la denominación de nuestra parroquia (antes Municipio histórico), es La Puerta, compuesta por el articulo La (articulo determinado en género femenino y singular), y Puerta (sustantivo femenino, en nuestro caso el sitio, que denota entrada a una población o lugar de acceso a un sitio).

A comienzos de la primera década del siglo XVII, el sitio que luego se conocería como La Puerta, fue seleccionado y adquirió importancia,  debido a su ubicación, via de comunicación, conexión serrana con el Lago de Maracaibo y por sus características topográficas, dando relieve al paso y punto llamado  El Portachuelo,  que se convirtió en un mojón demarcatorio del Nuevo Reino de Granada (la Nueva Granada, hoy Colombia), y   Venezuela, pasando a pertenecer territorialmente a esta capitanía,  deslindando jurisdiccionalmente ambos regiones. Ese sitio, que también se fue convirtiendo en destacada zona productora agrícola, cuenta con el denominado paso o Cuesta de la  Mocotí, éste topónimo proviene del sitio del cacique Mukutí (Timoto), complejo camino y cuesta, que se observa en su totalidad desde El Portachuelo (palabra andaluza), lugar adecuado para el control de los viajeros, transeúntes, y sus cargas que se dirigían desde el Virreinato al mar Caribe (Lago de San Bartolomé, así bautizado por el capitán Alonso de Ojeda el 24 de agoto de 1499; que luego adopta su actual nombre indigena: Maracaibo), y viceversa. Era la entrada natural a la Serranía venezolana y a la ciudad de Trujillo, que le daría vida económica a pueblos colindantes como Timotes, Esnujaque, Jajó, Mendoza y Valera.  Se estima ésta, como una de las razones principales, por las que se creó este espacio de frontera, y su denominación como La Puerta, como localidad genuinamente serrana, que se desarrollará y expresará por medio de su cultura, historia, tradiciones, manera de ser, identidad.

Como no hemos conocido alguna transformación que haya tenido en su estructura morfológica, el gentilicio, guiado por dichos elementos académicos, pudiera ser Puertense o Puertaleño, sin embargo, considero no ajustados a la composición morfológica del nombre. En razón de la regla citada, construyendo el  gentilicio pudiera ser: Lapuertense, que encierra hombre y mujer de La Puerta. Desde el punto de vista morfológico y atreviéndonos a proponer en un acercamiento y aproximación, debo señalar que he considerado adecuado el gentilicio Lapuertense,  o cualquiera otra mención que se aproxime, que sea resultado de la creación popular y léxica de nuestra comunidad, eso es interesante y que pasara a formar parte de nuestra pertenencia, identidad y particularmente de nuestra conciencia colectiva; pienso, que eso sería parte de lo que se viene asumiendo como proceso descolonizador de nuestro patrimonio cultural e histórico; posiblemente, algunas personas por efectos prácticos sintetizaran el asunto en la voz: puertense.

Para la debida denominación o gentilicio propongo sustituir las palabras que hasta el momento se han venido usando, por la de Puertense del Bomboy, para que se use en la literatura antropológica, y en nuestro lenguaje cotidiano y familiar de uso común, como justa reivindicación de nuestras raíces Timoto-Hispanas.

Además de eso, debemos agregar que existen otros gentilicios también propios de los nativos de La Puerta, como pueden ser:   riobomboyense, por el río Bomboy; también andino, por pertenecer a los Andes; o serrano o paramero o parameño Puertense, para los que son oriundos del Páramo de La Puerta, se entenderia Portachueleños, para los nativos de El Portachuelo, Lagunitenses para los de La Lagunita, que son otros gentilicios en relación a las distintas virtudes, características y lugares de nuestra Parroquia. Educadores, cultores, profesionales, periodistas, comunicadores sociales, dirigentes políticos, militares, vecinos, dirigentes comunitarios y estudiantes, en esta hora colectiva descolonizadora,  tienen la palabra.


La Puerta, enero de 2021.

Omanrique761@gmail.com


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