La mulata Mari, en el certamen de belleza
(cuento infantil de La Puerta).
Oswaldo Manrique
Esto ocurrió una vez
y fue tan excepcional, que los especialistas y estudiosos, lo siguieron
comentando como un hito en la historia de los concursos de belleza, fue el caso de Mari, la Mulata, nativa de La
Puerta, estado Trujillo en Venezuela.
La concursante Mari,
la Mulata, era de ese tipo de seres, que tenían la imagen de hembra perfecta,
tanto en cuerpo, como de rostro, imagínense con el vestuario, tan exótico y
exuberante que usaba; pero en lo
interno, se la comía su fragilidad
campesina y andina, era muy insegura, lo que le restaba fuerza a su
participación con su belleza natural.
En los ensayos
previos, al desfilar en traje autóctono, le fue bien, en el de desplazamiento,
exhibió dinamismo, mas del exigido, y demostró en su recorrida, que andaba como
cualquier superstar, más arriba de la pasarela; se sentía bella y en efecto,
era bella. En uno de esos ensayos, donde
también hubo sesión de fotografía, la Mulata Mari, muy deshidratada, se
desplomó de un árbol y sufrió una
aparatosa caída que le ocasionó serias lesiones, y le costó recuperarse, para
poder cumplir el sueño de sus padres, ser la linda representante trujillana en
el certamen de belleza más importante del mundo lepidóptero nacional.
Su cuerpo al
desfilar, exhibió que era sumamente atlética, con ese color de piel hermoso,
tirando a café, que combinaba con el blanco en el borde, tirando al amarillo,
pero no eran colores para concursar, por eso recibió duras criticas por sus
características físicas; en fin, no cumplía con los requisitos de una Miss, era
muy redonda, rompía los estereotipos de la belleza, de la veleidad y la vanidad
femenina.
Estuvo pasable, en
líneas generales, desfiló bien, ante esas pantallas LED y los sofisticados
enfoques de luces. Sin embargo, lo que
más destacó, fue su inseguridad en la entrevista, al responder la pregunta que
le hizo el anfitrión del certamen, sobre cuáles eran sus planes para el futuro,
y ella le dijo: - eso es incierto, nadie lo sabe en la naturaleza y en el ambiente.
Eso le restó puntos, pensaron que vivía el día a día, sin metas ni proyectos, y
menos que estaba pendiente del futuro; se consideró que había fallado
estruendosamente, pero para ella, fue el
mejor momento del concurso, porque pudo expresar con toda libertad, algo que
sentía y era una realidad, ante la intervención del ser humano para destruir el
ambiente, los ecosistema, y el avance del calentamiento global. Sin dudas y
aunque parezca contradictorio, eso fue una lección de vida, para que la Mulata
Mari, siguiera viviendo sus sueños. Todos en el mundo, tenemos un sueño.
Ese año, la gala,
del Miss Mariposa, no se proyectó por la televisión, ni abierta ni paga, cambió
y se celebró por internet, on line, en los portales electrónicos y las redes
sociales, tampoco se transmitió por el portal de la belleza tradicional, ni de
nuestra belleza latina. La joven Mari, la mulata de ensueño, fue el batacazo,
quedó de Primera Finalista, la triunfadora fue la Mariposa Azul. El titulo se
quedó en el centro del país.
Al llegar a La
Puerta, le rindieron un gran recibimiento, en la Plaza Bolívar, fue un
fraterno, emotivo y alegre acto, de los que en la comarca se tenga recuerdo.
donde se congregaron: del Páramo, los
Frontino, bajaron con sus ositos; las marrajas lapas, con sombreros, desde los
Aposentos; el paují con su corona real, envió una delegación especial desde
Komboko; las paraulatas del Pitimay, todas con sus lentes oscuros, estuvieron
rondando y sonando sus afinados trinos; los pericos del Xikoke; los gatos
parameros de la Boca del Monte; las perdices del Molino de Mimbón; muchas
abejas permisadas endulzando el momento; hormigas que llegaron del Alto de San
Juan, bachacos se agregaron; los búhos con sus colirios, desde El Portachuelo;
los rebeldes monos, que llegaron de la Zona Baja; tarde y a tiempo se
presentaron los cachicamos y morrocoyes de Mendoza, en ligeras competencias;
asistieron los rabipelados de las Delicias; seguidos por iguanas, chivos,
ovejas de Carorita; conejos montañeros, báquiros de las Siete Lagunas y hasta
algunas arañas emancipadas. Y como si fuera poco, volaron las mariposas
amarillas, y la única mulata, era Mari; ese fue el juego de la diversión y el
encuentro mágico, en el que estuvo presente lo más granado de la sociedad
mágica y natural del Bomboy, baile, risas, bromas y tradiciones. Ese día, La
Puerta, se engalanó con todas estas representaciones, en el homenaje a la
Mulata Mari, reina de las mariposas.
La Puerta, marzo
2021.
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