martes, 11 de mayo de 2021

Matronas del Páramo de La Puerta

 

Matronas del Páramo de La Puerta.



Oswaldo Manrique

Existen sitios que para las personas, son de agradable recordación, casi siempre el paisaje, flora, fauna. Creo que el mejor símbolo para expresar nuestro afecto a los lugares, es la propia  gente, a la que uno sigue en sus afectos, labores, valores, costumbres y su misma cotidianidad, y aun cuando perezcan, se mantienen en nuestra memoria. Eso ocurre, con los del Páramo,  ese mismo que  se encuentra enclavado una majestuosa montaña conocida como el páramo o cerro La Puerta (hoy Páramo Los Torres), hacia el lado oeste de la parroquia La Puerta. El propósito de este articulo, es ir reivindicando a las mujeres que con su esfuerzo diario, responsabilidad, fueron creando y fortaleciendo  en condiciones adversas,  la principal célula de la sociedad: la familia y además de ello, por su nobleza y su virtuosidad; las conocemos como las Matronas del Páramo.

En ese grupo, debemos comenzar por mencionar a Matilde Rivas de Villegas, quien estuvo por muchos años, viviendo en el sector La Popa, antes vivía con su esposo en Casa Quemada. Los parientes y amigos le decíamos tía “Matolda”. Fue quien donó los terrenos para construir la escuela de La Popa, y la Capilla de San Benito. Su hijo Filadelfo, fue el entusiasta promotor de la carretera agrícola que une la zona urbana de La Puerta, con este Páramo, lo que le dio empuje económico y social a los habitantes y productores de esta zona.

En la gráfica, Matilde Rivas de Villegas, en compañía del padre Sergio Tesio, y con su hijo Filadelfo Villegas.

Dentro de ese conjunto de seres forjadores de vida, recordamos a  María Bernabela Rondón Rivera, quien vivió en el sector El Llanito, luego se mudó al área urbana; era una mujer profundamente católica.

Algunos de sus visitantes llaman al Páramo como “El Llanito”, que es uno de los primeros puntos de interés turístico del Páramo de La Puerta, hoy llamado los Torres, ubicado a unos 12 Km de distancia del área urbana de la Parroquia. Tiene un pico del mismo nombre, hacia el extremo norte, su altura es de 3.536 m.s.n.m,  es considerado uno de los más altos de Venezuela. Hay mucha producción agrícola.

María Bernabela Rondón Rivera, en el templo San pablo Apóstol de La Puerta; cuando tenía 82 años.

 Igualmente, como podíamos olvidar a Petra Villarreal, esposa de Martín Salcedo, quienes vivieron e hicieron familia en el sector Los Pozos.

Petra Villarreal, matrona del Páramo.

Es necesario y obligatorio nombrar a María Guadalupe Ramírez de Rivas, a quien llamábamos“mamá Lupe” o nonita; esposa del cantautor de décimas y contrapunteo criollo Concio Rivas. Vivieron por muchos años en la posesión Xikoke (Sicoque), sitio indígena de nación Timoto. Mama Lupe, tuvo unos 14 hijos. 

Maria Guadalupe Ramirez de Rivas, cuando ya rayaba los 100 años de edad.

Una matrona que vivió una dramática experiencia en el sector San Rafaelito, vía Boca del Monte, en el Páramo de las Siete Lagunas, es María Natividad Villarreal, esposa de Oswaldo Rivero. Natividad, fue la primera mujer que llegó en forma solidaria al Cerro San Antonio, para asistir a las víctimas del accidente aéreo de Aeropostal, en 1991, sin embargo, no hubo sobrevivientes.

María Natividad Villarreal, habitante de San Rafaelito.

Otra matrona destacada, por su empeño y solidaridad comunitaria lo fue doña Gregoria Paredes, esposa del amigo Luis Villarreal (QEPD), agricultor, comerciante. Este matrimonio vivió el sector Las Mesitas, donde constituyeron una respetable familia;  hace unas pocas décadas, se mudaron al área urbana, al sector Pueblo Nuevo.

Doña Gregoria Paredes, esposa Luis Villarreal.

En forma grata recordamos a la señora Verónica Jerez, esposa de Adriano Torres, destacado labriego de nuestro Páramo, con el que fomentó una respetable familia, en el sector “La otra banda”.

Verónica Jerez, esposa de Adriano Torres.   

Incorporamos a este grupo de mujeres laboriosas de nuestro Páramo a Toña Alarcón, quien  ha vivido toda su vida en la Mesa del Aliso. Pertenece al antiguo y fecundo clan de los Alarcón. 

Toña Alarcón, en compañía de Américo.

Como homenaje justo, recordamos a doña María Cristina Salcedo de Villarreal, que habitaba junto con su familia, en el área urbana de La Puerta; una matrona bondadosa, cumplidora de sus deberes familiares y fervorosos de los compromisos con la colectividad y con la iglesia.

María Cristina Salcedo de Villarreal, en el templo San Pablo Apóstol de La Puerta, cuando tenía 97 años. 

Una de las mujeres que engrosa nuestro grupo, es Adriana Paredes, mujer de mucho temple y trabajo, colaboradora de inalterable disposición en las actividades y servicios de estas comunidades parameñas, que la hace destacar.

En la gráfica Adriana Paredes,  mujer de trabajo y páramo.

Incluimos en el conjunto de matronas, a María Zenaida Briceño, esposa de Julio Ocanto. Ella desciende del recordado y prospero comerciante y productor agrícola Serafín Briceño, nuestro deudo. Ha vivido siempre en la posesión Los Bicuyes, sitio histórico, por haber sido asentamiento indígena. 

 En la gráfica, María Zenaida Briceño, con algunas de sus hijas. 

        Cerrando este grupo de matronas de nuestra Parroquia, recordamos a la señora Aura Paredes, esposa de Blas González, hombre muy trabajador, vivieron en el sector Mesa Alta, donde fundaron respetable familia. Ella era enérgica, comunicativa y entusiasta en sus labores de madre y mujer campesina.

Aura Paredes, esposa de Blas Gonzalez.

 

La Puerta, mayo de 2021

Omanrique761@gmail.com


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