El Padre Trejo, el gran devoto del
Dr. José Gregorio Hernández.
Oswaldo Manrique Ramírez.
Contenido:
1.- Nota introductoria.
2.- Comienzo de la devoción por el
médico de los pobres en La Puerta
3.- La historia del primer Vitral
en honor a José Gregorio Hernández.
4.- El gran devoto del Dr.
Hernández.
5.- A manera de Conclusión.
6.- Tabla cronológica.
7.- Consultado.
Nota introductoria.
Este 30 de abril, los católicos y los
devotos de José Gregorio Hernández, celebrarán solemnemente su beatificación.
Es importante el momento en que se desarrolla este magno acto, en medio de una
pandemia mundial y el estado de limitaciones económicas y sociales que está
viviendo la población venezolana. Es en este contexto y se comprende, que el
Papa Francisco lo haya decretado, como una forma de mitigar espiritualmente los
estragos a que esta sometida.
Es La Puerta, uno de los primeros pueblos
del mundo en expresar su devoción por el Santo médico, y nos atrevemos a señalar
que es el lugar donde se manifestó una de las iníciales devociones más
entusiastas por este Venerable, por su
beatificación y por supuesto, guiado
ejemplarmente, por quien hay que considerar históricamente el principal devoto
de José Gregorio Hernández, el padre Ramón de Jesús Trejo.
Aun cuando ser devoto no es
obligatorio y menos, en un antiguo pueblo de tradición mariana, ocurrió algo
especial en la feligresía local. Fue este ilustre y abnegado cura, el que
fomentó el amor, la veneración y el fervor religioso por este médico trujillano
de los pobres, en un tiempo en que apenas se estaban conociendo aspectos
generales de su existencia y luego la lamentable muerte, como suceso que
aturdió a la sociedad capitalina venezolana. Trejo, en su actividad pastoral
hablaba de la vida caritativa y de entrega por el necesitado, de este laico
piadoso, y también de los favores y
milagros que se comenzaban a difundir. Inclusive, en una de sus más admirables
obras, el nuevo templo de la Parroquia La Puerta (anteriormente Municipio) del
estado Trujillo en Venezuela, apartó y asignó un lugar hermoso, para que fuera
rezado y adorado por sus fieles. Fue una labor callada, pero constante.
Manifiesta la tradición oral local católica, que el Santo médico, había realizado
varios milagros y favores a pobladores que se vieron abatidos por graves
enfermedades y hasta de fuertes problemas personales.
Esta es una pequeña reseña histórica,
de tan ilustre levita y excelso devoto del Beato trujillano, que se considera
interesante dar a conocer.
Comienzo de la devoción
por el médico de los pobres en La Puerta.
Se habla de un siglo de fe, que se ha desarrollado en Venezuela a partir de la fecha de muerte del Beato trujillano, en 1919. En la población de La Puerta, comenzó esa devoción a partir de la llegada como párroco, del padre Trejo, quien organizó el grupo de devoción y también pro beatificación del médico de los pobres, y estimuló y guió lo relacionado con lo que es hoy esta viva fe y creencia espiritual católica, participando de sus distintas misas de reconocimiento y gratitud por favores, ceremonias, procesión y celebraciones; a raíz de peticiones, y así, se fue expandiendo la fama de milagroso del nativo de Isnotú, atribuyéndole favores recibidos por algunas personas.
Antiguo Templo de San Pablo Apóstol de La Puerta. |
Con
su respetada firmeza de carácter y profundidad en sus convicciones, expresaba
en lo personal, del mismo modo, su inclinación caritativa, era un hombre incansable,
de mucho tesón, cumplidor de sus deberes, en cada casa de familia que visitaba,
allí llevaba el mensaje josegregoriano, y a los enfermos, les llevaba palabras
de aliento y consuelo, advocando y orando al médico de los desamparados. Desde
el púlpito del viejo templo, enfilaba su afable y cultivada oratoria, como
constante tributo al sanador de los necesitados, con lo que se fue gestando
esta incipiente expectativa de fe, que se fue arraigando en nuestra comunidad.
Recordaban nuestros mayores, que el
cura Trejo, al hablar de José Gregorio, notaban que profundizaba en su ser,
sensibilidad y generosidad piadosa, desbordando un sentimiento puro que
devolvía la fe, animaba y entusiasmaba el alma y la bondad del más escéptico de
los católicos, por quien en la posteridad de su vida, iría a los altares y su
devoción trascendería nuestras fronteras. Posiblemente, asumió por virtud
teológica, esa causa de devoción, con dinamismo y disposición para cumplir con
lo que consideró era la santa voluntad de Dios.
Cómo no sentirse entusiasmado y
conmovido, al escuchar a uno de los Sacerdotes más ilustrados y cultos, a quien
querían como su apóstol y conductor durante muchos años en la Parroquia, hablando
apasionadamente del futuro Santo, por supuesto, fue algo novedoso para el
catolicismo local. Hoy que se eleva al Dr. Hernández, a la condición de Beato,
es pertinente reconocer a ese otro ser humano que tuvo la iniciativa de fomentar la devoción por el excepcional
trujillano ¿cómo podemos ser indiferentes ante este Sacerdote que fue capaz de
despertar en todos los niveles de la población, ricos y pobres, ese sentimiento
de respeto y devoción por quien en aquel tiempo era solo un respetado
filántropo católico seglar franciscano? Fue esencialmente un ser de carne y
hueso y se le conoció como el padre Ramón de Jesús Trejo.
La
manifestación adoradora por el hoy Beato, en nuestra comarca, según la memoria
oral, se inició en la década de los años 40 del siglo pasado, cuando se comenzaron
a difundir noticias de él, de sus intercesiones, favores y milagros por la prensa
regional y por las noticias radiales; esto, 20 años después de su trágica
muerte; asimismo, en templos, como en el caso local, en que un joven Sacerdote
se preocupaba desde el pulpito, hablar de este trujillano benefactor y profundamente
cristiano. Se fue constituyendo, estimulado por el padre Trejo, un grupo fraterno,
que aun existe, de este Santo, que le realiza sus misas y celebraciones y lo
venera como Beato de Dios. Pareciera que había hecho suya, como causa de vida y
consagrado a aquella promoción espiritual entre su grey, del que con el tiempo
seria Siervo de Dios. De esa forma, se convirtió en el gran devoto de este Santo,
que apenas –en aquel tiempo-, iniciaban su causa de beatificación.
Cuando comienzan a realizarse desde
Caracas y otras partes del país, las peregrinaciones a Isnotú, el padre Trejo
organizaba participaciones y caminatas de la feligresía parroquial hacia el Santuario,
al punto que ya contaba con una sociedad devota, que fue dinámica en las
distintas celebraciones litúrgicas. Asimismo, será el gran devoto que diseñó y
creó el sencillo y hermoso vitral que se encuentra como entrada de luz
celestial, en la fachada del Templo parroquial San Pablo Apóstol; estaríamos
pasando las 8 décadas de devoción.
La historia del primer Vitral en honor a José Gregorio Hernández.
Fue en el año 1948, cuando se comenzó
a construir lo que es el actual templo de San Pablo Apóstol de La Puerta. Como promotor
y constructor de la obra, había contratado a un ingeniero italiano de nombre
Mazeud, lo llamaba la gente del pueblo, señor “Masó”. La idea del padre Trejo,
era construir un templo amplio y moderno, con capacidad y comodidad para la
feligresía que iba creciendo y los visitantes y peregrinos que estaban
llegando.
En 1949, ocurrió un hecho que le dio mayor entusiasmo e impulso a la labor del párroco de La Puerta y Mendoza, cuando se dio comienzo formalmente al proceso de beatificación para reconocer su poder divino, y en señal de ese fervor cristiano, decidió al planificar y proyectar lo que sería nuestro actual Templo, incorporar simbólicamente en forma permanente al Santo trujillano, lo que atendió el maestro y artista italiano Salvatore, encargado de realizar los vitrales de la fachada del templo San Pablo Apóstol, logrando así, una de las joyas valiosas de nuestro patrimonio artístico, cultural y religioso.
El señor Víctor Delgado, a quien
afectivamente le decían “el Gordo Víctor”, que trabajó en esta obra desde 1948, relató
que el Padre Trejo, estaba atento en la creación del vitral, asesoraba al
maestro Salvatore en cuanto a las cualidades y características del Santo, le
suministró fotografías, le entregó una pequeña biografía, para la elaboración
del boceto general del Dr. José Gregorio Hernández, en laminas de cartón
grueso, que sirvió de modelo, al que podemos disfrutar hoy en la fachada del
Templo Parroquial, y estuvo en todo corte, color, trazo de vidrio duro, y lo acompañó
en la labor de armar aquel rompecabezas, unir, probar y soldar las piezas de
vidrio, luego en el enmarcamiento, labor de más detalle (Manrique, Oswaldo. El “gordo” Víctor Delgado. 2019. En:
lapuertaysuhistoria.blogspot.com). El cura aportó parte de su conocimiento,
todo un legado iconográfico muy propio de su sabiduría.
En su fachada principal, como imágenes de luz,
hay cinco vitrales, uno de ellos está dedicado al Dr. José Gregorio Hernández. Este sería el primer Vitral que se habría
elaborado en Venezuela y por un artista italiano, bajo la dirección de un Sacerdote
venezolano, en tributo a este Santo, es decir, dedicado a un seglar franciscano,
que para aquel tiempo era catalogado como un filántropo de vocación religiosa, que
se conocería después, como el Siervo de Dios (1972), luego Venerable (1986).
Por falta de recursos, tuvo que paralizar la obra, el personal italiano que
había contratado tuvo que ir a construir
casas de vecinos, en la misma Parroquia, mientras el Padre lograba algún aporte
para continuarla. Realmente, del gobierno no iba a conseguir nada, siendo como
era enemigo declarado de la dictadura perezjimenista. Esa imposibilidad de
obtener recursos para terminar la edificación, quizás fue, lo que le generó la
enfermedad, que le fue abrumando su salud.
A mediados de agosto de 1963, el
Obispo de Trujillo, Monseñor Dr. José León Rojas, llamó al Padre Trejo, que
tenía muchos años cumpliendo labor como párroco de La Puerta y Mendoza, y le
informó que había destinado para atender a aquella
Parroquia a un cura español, que estaba en Cuicas, que se le presentaría
en los siguientes días. En efecto, el 16 de ese mismo mes y año, se le presentó
el Padre Mario Castillejo, lo invitó a cenar y lo llevó a conocer el pueblo,
igualmente el viejo templo de San Pablo, con su hermoso campanario, que quedó
en pie pero modificado. Fueron a la construcción avanzada del templo nuevo, de
lo que hablaron largo rato.
En una remembranza, el nuevo cura,
afirmó que al encargarse de la Parroquia, le << preocupaba mucho la
terminación del templo del pueblo, que años antes había empezado el padre
Trejo… un domingo, después de los oficios religiosos, me encontraba yo a la puerta de la iglesia junto a la
baranda, y se me acerca un señor…después de saludarme me dice: “padre, yo soy
Miguel Ángel Burelli. Estoy al tanto de
la gran obra que viene realizando en el pueblo y ni qué decir, estoy a su
entera disposición. como hijo del pueblo he querido presentarle mi
agradecimiento>> (Fragmentos
del discurso dado por el cura Mario Castillejo (ex-párroco de la Parroquia La
Puerta en los años 1963/1975), con motivo de la celebración del 25 aniversario
de la inauguración del templo parroquial de La Puerta). El Dr. Burelli, era en
ese momento Ministro de Justicia.
Ya no se estaba bajo la bota de la
dictadura militar, que hostigaba al Padre Trejo; el nuevo cura, tuvo más
suerte, en conseguir la colaboración de nativos de la localidad en funciones de
gobernantes, para la culminación del templo, Castillejo contó, que << Con la diligencia del caso preparó
la solicitud de obra de parte de la Parroquia y demás documentos pertinentes y
ya el Dr. Miguel Ángel se había conseguido al mejor arquitecto del momento, Dr.
Graziano Gasparini, quien proyectó en la forma más bella la remodelación. Y a
los pocos días vimos invadida nuestra iglesia por el extraordinario equipo del
constructor Giacomo Spera, especialista en ese tipo de trabajos. El y su gente,
les hacían rendir a los días trabajando horas extras, suspendiendo únicamente
su actividad en días domingo para que pudiéramos celebrar los oficios
religiosos>> (Ídem). Sin embargo, se respetó un poco el concepto
arquitectónico original del padre Trejo, entre ellos, los Vitrales de la fachada
de la iglesia, y principalmente el del Dr. José Gregorio Hernández, de quien el
nuevo Párroco, llegado de España,
tendría alguna información. En
los doce meses siguientes, ya habían efectuado los frisos y remates que faltaban de la obra, para finales
de noviembre de 1964, existía nuevo templo parroquial.
El año 1965, será de gran júbilo para la colectividad católica trujillana, y también para el padre Trejo, el día 23 de enero, fue inaugurada su obra, y dentro de esa hermosa edificación, estaría para siempre, el hermoso vitral dedicado a José Gregorio Hernández.
Es cierto, que el Templo fue
inaugurado en 1965, sin embargo, no se puede esconder, que fue construido su
mayor parte en la década de los 50 del siglo XX, cuando tuvo que paralizarse la
edificación por falta de recursos económicos, no así los vitrales, que ya los
había hecho el maestro vitralista y artista italiano Salvatore. Su obra dotó de gran luminosidad el interior
de este sitio religioso. La combinación del vitral de José Gregorio, con el de
San Benito, el Patrono San Pablo Apóstol, San Isidro, patrono de los
agricultores y la Virgen, le da a la fachada, una carga importante de simbología
católica (Manrique, Oswaldo. El primer vitral de José Gregorio Hernández.
2019. En: lapuertaysuhistoria.blogspot.com), que era la aspiración de su
creador, el padre Ramón Trejo.
El gran devoto del Dr. Hernández.
Una prueba hermosa de la devoción y
culto por el beato trujillano, que seguramente desconoce la mayoría de la
población, es lo ocurrido en La Puerta, estado Trujillo en Venezuela. A
comienzos de los años 40 del siglo XX, fue designado Párroco de nuestra
localidad, un hombre con virtudes extraordinarias, dinámico, laborioso de obras
religiosas, estudioso, reflexivo, intelectual, culto, amante del arte, que venía
de ejercer el sacerdocio en Isnotú y en
los pueblos aledaños a éste, llamado comúnmente el Padre Trejo. Lo curioso es que cuando comienza su
actividad pastoral, cotidianamente dedicaba palabras con mucho fervor y teniendo como Santo de su devoción, a uno
que no era Santo, a un médico nativo de Isnotú, muy caritativo, que había
tenido una trágica muerte en Caracas, el Dr. José Gregorio Hernández, y les
decía que era su devoto.
Ramón de Jesús Trejo, nació en el 25
de mayo de 1907, en la bonita población de Mucurubá, localizada en las
imponentes cumbres que constituyen la Cordillera del Estado Mérida. Integrante
de una familia trabajadora, decorosa y católica, como cualquiera de las
numerosas que viven en aquellas serranías. Fue ordenado sacerdote el 15 de
agosto de 1929, en la catedral de la ciudad de Mérida, con Humberto
Corredor Tancredi, acto que presidió Monseñor
Acacio Chacón.
El padre Trejo, hombre culto y de reflexión.
Amante de las letras, la poesía, del arte, de un nivel intelectual envidiable y
con una sorprendente cualidad oratoria, fue profundo conocedor de la cultura
andina, e investigador de la espiritualidad de estos pueblos; fue el que
descubrió el talento artístico innato de nuestra pintora Josefa Sulbarán, a la
que visitaba frecuentemente en su trabajo pastoral y protagonista de la
historia del famoso cuadro del paisaje de Los Cerrillos, que ella elaboró en un
pedazo de caja de cartón. Dijo su primera misa el 8 de septiembre de 1929, en Mucuchíes,
y predicó en ella el Presbítero José Humberto Quintero, nativo de este lugar, quien
con el correr de los años, será Arzobispo coadjutor de la Arquidiócesis de Mérida,
con Monseñor Acacio Chacón y primer Cardenal de Veneciuela. A este acto
litúrgico, asistió también Monseñor Chacón.
Contando 22 años de edad, tuvo su
primer encuentro con un pedazo del idílico paisaje tierra donde pasó su niñez
nuestro insigne coterráneo Dr. José Gregorio Hernández. Trejo, se desempeñará
como Teniente Cura en la iglesia de
Betijoque, en la época en que estuvo el padre Moncada; aquí comenzó a escuchar en
varias ocasiones del “médico de los pobres”, lo que le despertó la sed de
información sobre la vida del excepcional laico católico; pasó luego en su apostolado a la población de Santiago.
Tuvo una dilatada labor pastoral,
desempeñando lo siguiente: en el Libro del Clero, está asentado que antes de ir
a Santiago, en calidad de Párroco, donde
estuvo por 4 años, fue ayudante de Monseñor Estanislao Carrillo, en la Iglesia
Matriz de Trujillo (Libro del Clero 1 de la Diócesis
de Trujillo, página 219); el humilde, sabio y compasivo pastor trujillano.
Cuando tiene 28 años de edad, tiene
su segundo contacto con el ambiente Josegregoriano, le tocó desempeñarse como Párroco en el
apartado pueblo de Isnotú, cercano a Betijoque, cumpliendo también labor en El
Alto y Sabana Libre, en ese proceso de adaptación y conexión con las creencias
y costumbres de los pueblos trujillanos, recogió de la oralidad aldeana,
familiares de Jose Gregorio, información sobre la vida, y de miembros de esta
comunidad datos de los favores y la obra piadosa del hombre blanco y bondadoso nativo
de aquella parroquia, que era medico, el Dr. José Gregorio Hernández; este
sería su segundo contacto con ese ambiente espiritual del sitio y de la gente
creyente en su prodigioso apostolado. En
1888, para cumplir con su deuda de servicio con la tierra nativa, ejerció en
Isnotú, Betijoque y en Valera, también en Mucuchíes y Mérida, por unos 7 meses, luego se fue a Caracas, a
seguir estudiando e investigando, pero de su actividad caritativa y desprendida
en favor de los más necesitados, llegaban siempre noticias a estos pueblos rurales
andinos. Todo eso, lo fue valorando el Padre Trejo.
Comienza así, una de las más preclaras
labores pastorales de la región andina, pero no solo eso, sino que comenzó una
de las gestiones espirituales extraordinarias, asumiendo como propósito fomentar
la devoción por aquel hombre bondadoso y
de fe cristiana.
Estuvo un tiempo de Párroco en Montecarmelo.
Enfermó y se fue a vivir a la ciudad de Mérida, pasó a Timotes, también como Párroco que lo fue por
espacio de 14 años. En La Puerta y Mendoza, fue Párroco durante 26 años.
En virtud de su relación de formación
y amistad, tuvo ocasión de analizar la profundidad del pensamiento de Monseñor Chacón,
su mentor y guía espiritual, quien expresó en una Conferencia, dictada en el
Palacio Arzobispal, denominada “La
Iglesia y la Civilización”, en la que entre otras ideas, planteó que, el “Progreso material es el bienestar razonable
del cuerpo, el mejoramiento de las condiciones de vida”. Asimismo, que “El progreso intelectual consiste en la
difusión de la verdad, de las ciencias y de las artes”. (Guerra Zambrano,
Nilson. Monseñor Acacio Chacón Guerra,
patriarca de los andes. pág. 64. http://nilsonguerra.com.ve/documentos);
y Trejo, junto con estos postulados, a los que honró, en su mensaje, iba
incorporando la mención a la vida piadosa del Siervo de Dios.
En 1957, avanzando poco a poco, en su
empeño de construir el nuevo templo de San Pablo, recibe la información de
Monseñor Chacón, que también da a los feligreses trujillanos, que por decisión
de su Santidad Pio XII, se había creado el Obispado del Estado Trujillo, que se
materializará en ceremonia a la que asistirá el día 4 de junio de 1957. Esto,
por supuesto, le abriría una nueva etapa en su vida pastoral, luego de haber
estado por unos 30 años, bajo la guía de Chacón. El primer Obispo de Trujillo,
fue Monseñor Antonio Ignacio Camargo.
El padre Trejo, era un hombre de
sencillas costumbres, de buen trato, en La Puerta, vivió en la denominada “Casa
de Teja”, subiendo por el sector El Viso, ubicada en el lado este del río
Bomboy, a pocos metros de La Flecha, punto carretero para continuar a la población
de Timotes. La vivienda amplia, cómoda, construida con paredes de tapia, la
típica casa andina, en la que el comedor estaba bien iluminado, mesón ancho y
rectangular de madera, varias sillas, y un aroma general de fogón y arepa, que
invitaba a entrar. Una sala grande donde leía el Padre y recibía las visitas;
al frente el patio central con variadas plantas medicinales y ornamentales,
cuyas fragancias se complementaban con el calor del sol y el aire fresco y puro
de la serranía.
La entrada, abierta a todos, a pobres
y ricos, campesinos y hacendados, caudillos y civiles, donde acudían a procurar
consejo u orientación espiritual, o sencillamente necesitados de socorro
material, o a compartir de su mesa y sus bienes; así fue el Padre Trejo. Sus días como Párroco de La Puerta concluyeron el 16 de
agosto de 1963, cuando fue sustituido por el cura español Mario Castillejo;
pero lejos de calmarlo y darle sosiego, le incitaron sus deseos de volver y
reencontrarse con su gente. Se fue a vivir a Mendoza, del que no se separaría,
y contando con 77 años de edad, tal como se indica en la página 219, del
Libro del Clero 1 de la Diócesis de Trujillo “Descansó en la paz del
Señor en la primera hora de la tarde del 17 de julio de 1984, en Mendoza” el cura emprendedor, y precursor
en el Valle del Bomboy, de la devoción popular por el Beato Dr. José Gregorio
Hernández.
A manera de Conclusión:
Próximo a la beatificación de nuestro
coterráneo, y cumplidos 56 años de la inauguración del hermoso vitral al que
nos hemos referido, es oportuno recordar a su creador, y al promotor de la
devoción por el Beato de Isnotú,
valorando, difundiendo y exaltando la vida y obra de tan importante personaje y
símbolo religioso de nuestra Parroquia.
El 25 de mayo próximo, se cumplirán
114 años del nacimiento del Padre Trejo; confiamos que las autoridades civiles
y eclesiásticas organicen el homenaje y recordatorio que tan amplia y justicieramente
se merece este Sacerdote ejemplar, admirado ciudadano, quien fue pionero de la
devoción por el Beato José Gregorio Hernández, en nuestro valle del Bomboy.
Nota: mas información, en articulo completo, disponible en PDF, a través de nuestros contactos.
Portada: fotografía y composición gráfica de Prof. Adriana Manrique.
La Puerta, abril 2021.
omanrique761@gmail.com
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