Don Natividad Sulbarán, proverbial y prolífico.
Oswaldo Manrique.
Natividad Sulbarán, nació en 1866.
Obviamente a este trujillano, le tocó vivir el tiempo de caudillos, y aunque
tuvo simpatía por ciertas causas políticas, fue un hombre de paz, de espíritu
conciliador, de una notable cordialidad y siempre anduvo con el mejor buen
humor.
Su particular historia, se remonta a
los comienzos del tercer poblamiento de La Puerta, luego del reprochable
destierro de los indígenas en 1891. Natividad tuvo una pequeña y
productiva finca en el sector San Pedro, en el estrecho y ascendente camino que
va de Comboquito, hoy La Flecha, hasta el Portachuelo, hoy La Lagunita, que era
un legendario paso, porque fueron los predios de los coroneles Sandalio Ruz y
Américo Burelli García, paladines nacionalistas y enemigos de la tiranía.
Siendo muy trabajador y próspero hacendado, cultivaba su tierra, a la que dedicó todo su esfuerzo, bastante cercana a los trigales y plantaciones de los Burelli García y de los Lamus, la recuerdan como una hermosa heredad. Mario Briceño-Iragorry, lo inmortaliza al describir su personalidad y su estancia, en la novela Los Rivera, por cierto la única que escribió don Mario, allí describe la belleza de esta finca, así:<<Un camino que conduce a La Puerta a través del estrecho y delicioso valle…Enfrascados los viajeros en el interesante tema de la política, no se dieron cuenta de la vía ni de los dorados trigales del contorno, hasta que llegaron al delicioso sitio de “El Pozo”, ya despejado de la niebla mañanera y en cambio alumbrado por un sol esplendoroso que daba mayor nitidez a los lirios inmensos y vueltos hacia el suelo, pendiente de las frondosas matas de floripón ahiladas a la vera del camino. Los viajeros se detuvieron en la más grande casa del lugar. En realidad, las casas del pintoresco vecindario no pasaban de cuatro, la de Don Natividad…La mejor, la más grande, la de mayores recursos era la de Don Natividad>> (Briceño-Iragorry, Mario. Los Ribera. Pág. 80. En: La Puerta, un pueblo. José Rafael Abreu. Tomado de Una aldea, un valle, un río, de Alirio Abreu Burelli).
En esta vieja grafica, Don Natividad Sulbarán con una parte de su extenso grupo familiar. Obsérvese que usaba sombrero pelo e' guama, como lo describió Mario Briceño Iragorry. Cronografía N° 2802. |
Igualmente, Briceño Iragorry, al escrutar que había pocas casas, narra
que se apearon en la más grande y bonita, y quien los atendió fue su dueño Don
Natividad Sulbarán, a quien detalló,
que, <<lucía su ruana azul y su
ancho sombrero pelo de guama>> éste Sulbarán, además de hacendado, era primera autoridad del
Municipio. Los invitó a desayunar, <<les fueron servidos los típicos platos de la tierra fría>> (Ídem). Refirió la amabilidad de este personaje, y el gusto de ver y
tener la visita de esporádicos visitantes, de seres de otros lugares, así
fuesen de Mérida y del mismo Trujillo.
En su casa de hacienda, donde se
respiraba un ambiente hogareño, que él en forma natural iluminaba, proveía a su
familia de profundo afecto y de atención a sus necesidades. Entre la
amplia lista de hijos que se recuerdan están: Froilána Sulbarán Rivas, Josefa
María Rivas, Rafael Abreu, Prudenciana Sulbarán y Ruperto Sulbarán, nativos de
La Puerta, Aurelio González, de San Pedro, Alcibíades Briceño, de Los
Cerrillos, y Enrique Sulbarán, de Mendoza
Su hijo Ruperto, fue seminarista,
quien favorecido por su formación en derecho canónico y la influencia civilista
le valió para ingresar al servicio de la administración pública, siguiendo el
ejemplo de su papá, entre otros cargos, fue el Secretario del Tribunal de La
Puerta. Martin Sulbarán, también hijo, fue un agricultor y comerciante,
quien tuvo una prolífica familia. El menor de Don Natividad, al parecer, fue
Antonio Tiburcio Sulbarán, quien estuvo pendiente de él, en sus últimos años de
existencia. Don Natividad, estaba emparentado con Josefa Sulbarán, la
destacada pintora de Los Cerrillos.
En las primeras décadas del siglo XX,
su participación activa en los asuntos colectivos del pueblo, lo fue destacando
cuando lo que hoy constituye el área urbana de La Puerta, era un sitio de 38
casas de tapias y techos de fajina, y apenas 260 habitantes.
Pese a sus ocupaciones como productor
agropecuario, se distingue como organizador, con iniciativa, como dirigente en
la comunidad, en las actividades religiosas y populares, su canto y sus versos
le imprimían lucidez a alguna casa, fiesta y a las damas, dentro de las
incipientes actividades festivas de aquel pequeño pueblo acogedor y
campesino.
Destacó tanto por su personalidad,
como por su buen trato y mejor verbo. Estuvo al frente de la Municipalidad, Presidente de la Junta Comunal, Secretario del Tribunal, luego ocupó otros
cargos, donde destacó en su carrera como empleado público.
En la literatura local, se le
recuerda por sus gestiones en cuanto a las festividades que algunos
comentaristas clasifican como de sincretismo religioso, específicamente la
iniciativa por la celebración de San Isidro, del cual fue muy devoto, que, <<hiciera el señor Natividad Sulbarán
de mandar a celebrar anualmente una misa, el 16 de mayo, en honor del santo
patrono de los agricultores>>
(Abreu, José Rafael. La Puerta un pueblo. pág. 59. Editorial Arte. Caracas. 1969).
En esta histórica gráfica, el campanario en la época del antiguo templo parroquial de La Puerta. Cronografía N° 2785. |
Formó parte de aquellos
recordados e <<insustituibles cantores en estas ocasiones…Natividad Sulbarán>>
(Abreu, pág. 84); villancicos,
gaitas y coplas y canciones que llenaban las noches de fiestas religiosas y
populares, tanto las decembrinas, las patronales de enero y especialmente la
del 16, ahora 15 de mayo, dedicada a San Isidro, el patrono de los
agricultores.
Su tiempo fue desde
finales del siglo XIX hasta casi mediados del siglo siguiente, la crónica lo
describe así: <<en realidad, las casas del pintoresco vecindario no pasaban de
cuatro, la de don Natividad…La mejor, la más grande, la de mayores recursos era
la de Don Natividad>> (Abreu
Burelli, Alirio. Un valle, una aldea, un
río. pág. 31. Caracas. 2007); se refiere al caserío donde esta ubicada la
finca, otro tanto se percibía en aquella pequeña y apartada comunidad rural
andina, que pugnaba por hacer sus primeros trillos de poblamiento, después que
los indígenas Bomboyes fueron desalojados fraudulentamente de sus tierras y sus
casas quemadas y destruidas.
Dentro de lo anecdótico, al viejo roble de los Sulbarán, devoto
de San Isidro, le gustaba cantar, y siempre tenía un verso para obsequiar a las
damas, uno de ellos, de los que más se recuerdan, es el siguiente:
<<Señores y señoritas tengan lastima de mí, porque se
fue de mi lado, la paloma que escogí>>;
Cuando en La Puerta se recibía la
visita pastoral de algún Obispo u otro Prelado, o se celebraban misas,
bautizos, o confirmaciones u otro acto eclesiástico, y llegaban los muchos
hijos uniformados al templo San Pablo Apóstol, la gente del pueblo decía:
"allí viene el colegio de Natividad Sulbarán"; todos con el mismo
color de ropa. Era que, él, compraba un corte de tela para niños, con el que
les elaboraban un mismo tipo de camisa, y otro para las niñas, y les hacían un
repetido modelo de vestidos para todas, los uniformaba, pero
ninguno de los hijos quedaba sin su ropa y sin calzado, porque fue un hombre
que vio de todos sus hijos, tanto los de matrimonio, como los
extramatrimoniales. A mediados de noviembre de 1946, cayó en cama como
consecuencia de una enfermedad que no logró superar. Murió en La Puerta,
el 11 de enero de 1947.
Como parte de la investigación documental
realizada para la elaboración de esta reseña biográfica sobre Natividad Sulbarán, de los preocupados forjadores del avance, crecimiento y progreso de La
Puerta, en su tercer poblamiento, se localizó la partida de defunción, de cuyo
texto se sacaron importantes datos de su vida, y la compartimos a
continuación.
Partida defunción
de Natividad Sulbarán. Transcripción del
original.
<<N° 3.- Antonio José Simancas Herrera, Jefe Civil del Municipio La
Puerta, hago constar que hoy doce de enero de mil novecientos cuarenta y siete,
se presentó a este Despacho Antonio Tiburcio Sulbarán, de mayor edad,
comerciante y de este domicilio y manifestó que ayer a las cuatro de la tarde
falleció en esta población su legítimo padre Natividad Sulbarán de ochenta años
de edad y tres meses, viudo, empleado público y de este domicilio, no dejó
hijos menores ni bienes de fortuna, duró enfermo mes y medio, de tensión alta e
infección en la Cabeza que le causó la muerte. Los testigos presenciales de este
acto fueron Wenceslao Briceño y Obdulio Palomares mayores de edad y vecinos de
este Municipio. Leída la presente acta al exponente y testigos manifestaron
estar conformes y firman. El Jefe Civil (Fdo.). Antonio J. Simancas. El
secretario (Fdo.) José Antonio González>> (Libro de defunciones año 1947.
Unidad de Registro Civil Parroquia La Puerta, Municipio Valera, estado Trujillo).
Vivió con su familia en la hacienda El Pozo, en la vía a La Lagunita. Según los recuerdos de su pariente Benito
Rivas, en las cuentas de la familia, este Sulbarán, habría procreado 60 hijos.
Su vida, su familia y su intenso amor por La Puerta, lo conserva vivo en el
recuerdo colectivo y lo aferra a perpetuidad con esta tierra serrana. Natividad
es el modelo del andino pacífico de su tiempo, emprendedor, alegre, en medio de
una dura realidad, pero con la mirada puesta en un mejor porvenir para su
comunidad.
La Puerta, junio 2022.
omanrique761@gmail.com
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