Guillermo Montilla con
Bolívar en La Puerta.
Por Oswaldo Manrique (*)
Cumpliendo este mes de agosto, 4
décadas del interesante y particular discurso sobre el Bicentenario del Nacimiento del Libertador Simón Bolívar, en
nuestra Parroquia, lo hemos podido rescatar gracias a la colaboración del amigo
Benito Rivas, directivo del Comité Pro Defensa de La Puerta; valiosa
información, que aquí en pocos fragmentos, compartimos.
Con la sinceridad de la amistad que siempre profesó por sus amigos y con su buen verbo, respondiendo a esa simbiosis de su querencia por esta comarca, el periodista Guillermo Montilla, fue el invitado de honor, en el acto homenaje que hizo La Puerta al Padre de la Patria, el domingo 7 de agosto de 1983. En la plaza, participó de la ofrenda floral y demás actividades organizadas para tan alto motivo.
Don Guillermo Montilla, destacado
periodista e intelectual trujillano.
Montilla, estuvo en el Cine
Parroquial, en lo que la prensa calificó como una gran asamblea popular que
desbordó el local. La comunidad toda, se volcó ante la convocatoria del
grupo de damas que en aquel tiempo conformaba una especie de matriarcado para
estimular el progreso y la cultura en esta villa edénica como se le ha llamado,
entre ellas, la señora Dolores Salas, doña Elsa Rosales de Cabrita, Alicia Peña
de Villarreal y la profesora Belkis Villegas, hubo previamente
actuaciones de carácter artístico musical del famoso grupo coral Niños Cantores del Valle del Momboy,
quienes entonaron el Himno Nacional; del Grupo
Cultural La Puerta un Pueblo; los alumnos del Grupo Escolar José Luis Fauré Sabaut y otras instituciones
culturales de la Parroquia
El periodista y cultor de la historia
don Guillermo Montilla, en su sencillo y sentido discurso de orden, comenzó
diciendo <<estoy aquí de nuevo gracias a la generosidad de ustedes que me
han dispensado siempre su afecto y consideración dimensiones invalorables para
la sensibilidad humana de quien como yo, las calibra en su cobertura infinita>>
(Diario los Andes. Valera, lunes 8 de agosto de 1983. Página 12); pues sí, asiduo
visitante y amigo de familias de la comarca.
Bolívar el hombre, no el mito.
La descripción que hizo del líder
independencista, <<Del Libertador Simón Bolívar, ese
protagonista extraordinario de la historia, esa personalidad carismática, ese
capitán de multitudes y de cálidas y vitales facetas, que no fue un mito ni un
Dios, sino un hombre de carne y hueso, con pasiones, virtudes y defectos, pero
que supo otear el horizonte y tomar en el momento preciso las riendas de la
gloria, para escribir la más hermosa y heroica epopeya libertaria que recuerden
los anales de la humanidad>>; con extraordinaria prosa, rescata a
Bolívar del marasmo de la leyenda y de las discusiones bizantinas de la
historiografía, que aún hoy, pululan por estos lares.
Bolívar y el derecho a vivir y morir como ciudadano.
Como bien lo expuso el padre Rosario
en su célebre Proclama de 1811, y haciendo uso de las reflexiones del padre
Andrade, Montilla recoge ese
principio, <<vivir libre: he aquí el ideal de todo ser humano, consciente y
normal. El Libertador que vivió prodigando el don de la libertad y soñando con
vivir libre como el viento, como los pájaros, como el agua, quiso renunciar a
todo y retornar a Caracas su ciudad nativa, a la casa paterna, poblada de
recuerdos y de sombras amables. Termina el padre Andrade su comentario sobre
este aspecto de la vida del Libertador con una reflexión poética: tampoco pudo
el Libertador vivir y morir como ciudadano. Se quedó como lo hemos dicho, en
las alturas. Hoy el ciudadano es el hombre de la urbe. Para tener derecho a
vivir en la ciudad, ha de ser un guardián del orden y de la armonía urbana. De
lo contrario, está sobrando y estorbando. Tremendo dilema...>>; es
su visión y sentido del principio libertario, aclarando, que lo tomó bajo la
óptica de quien fuera un ilustre bolivariano, el siempre recordado padre
Andrade, al referirse al Libertador como un ser <<que quiso vivir libre y
morir ciudadano referido a la carta de Bolívar al general Santander>> (Ídem). Un
análisis original, reflexivo y espiritual del párroco de Valera, también
imperecedero, sobre don Simón.
Texto del discurso del periodista Guillermo Montilla, publicado en Diario de los Andes, edición del lunes 8 de agosto de 1983. Página 12. Cortesía: Benito Rivas.
Soldado de la causa de La Puerta: un
compromiso de sangre.
Con esa sinceridad característica del
orador, agregó <<no soy un invitado especial soy un soldado
de la causa de La Puerta. Estoy aquí como diría el cantor popular Alí Primera
<<porque yo no me quedo en la casa y mi trinchera siempre estará en La Puerta,
para que no la cierren a la vida>> amo el valle, el río, las quebradas,
los pájaros, el sol y la neblina. Al inmenso mural policromo violado por las verrugas
del hormigón y el cemento de quienes una vez pretendieron marginar las
viviendas humildes, secar los manantiales, exiliar la flora y la fauna,
expulsar el silbido del aire, los canjilones y robarle al campesino su agua
fresca y su derecho a cultivar la tierra, esa identidad viene de un compromiso
de sangre, anudado por siempre>> (Ídem); este es el manifiesto
solidario con la lucha librada por este pueblo rural, contra el urbanismo
depredador, de la década de los 80 del siglo XX.
El llamado a la constancia: las
banderas de la esperanza siempre en alto.
En otra parte de su discurso dijo: <<seremos
siempre obreros del sueño y la imaginación nadie nos va a arrebatar la
fantasía. Las banderas de la esperanza las mantendremos siempre en alto y esa
solidaridad con el hombre, el ambiente, la naturaleza y ese conjunto de armonía
que son patrimonio vital de una villa edénica, será permanente en la medida de
"no bajar la guardia" ni un momento, de mantenerse siempre en
posición de combate>>. Al mantenerse solidario, promovía la contundente
realidad: era un momento histórico estelar de la vida de la pequeña comunidad
de La Puerta y la necesidad de mantener la confianza en la vida y no abandonar
las banderas de la esperanza.
Ante el dilema de la cultura del cemento.
En otra parte se le escuchó: <<tremendo
dilema el que nos plantea la cultura del cemento, la cabilla, el parque
automotor, la contaminación, la crematística y la irresponsabilidad pensamos
nosotros ante las dimensiones trágicas que acusa esta locura colectiva>>; desnudó
de esa forma, el rango de los intereses en pugna, e igualmente, la magnitud de la lucha popular
por la tierra, el ambiente y el derecho
a la vida de dicha comunidad rural andina.
Don Guillermo Montilla. |
Y sobrevino el canto de los poetas: La
Puerta comarca de la eterna primavera.
Más adelante expresó que recurría al lenguaje de un hijo de esta
Villa, trastocada y desordenada los fines de semana en el reverso de su
autenticidad por el bullicio de una época deshumanizada <<me refiero a Alirio Abreu
Burelli esta fue su visión de la comarca: el valle es una inmensa alfombra
cromática decorada por todas las flores del universo, las montañas altivas
rasgan las banderolas del viento y amenazan con alcanzar el cielo amparados en
la complicidad de la neblina que tiende manto de espuma a la curiosidad humana.
El abra gigantesca se eterniza en el infinito y la pequeña ciudad arrebajada en
el paisaje como esas aldeas de los cuentos infantiles perfila su silueta
esplendorosa y mágica. Es La Puerta comarca de la eterna primavera, es el Valle
del Momboy con su río que canta madrigales a las flores, al bosque y a los
sembradíos, el reino de las hortensias y las dalias, los claveles y las
gladiolas, las rosas y los pensamientos, los lirios y las azucenas, los
geranios y las violetas, los nardos y las margaritas, las orquídeas y los
malabares. Es el burgo del rocío y la neblina, los pájaros, la poesía y las
canciones, es el milagro de la Venezuela interiorana plena de bellezas y
encantos que labra su destino mientras labora y sueña. Es un valle de rosas y
de aromas al pie de las montañas y al lado de un río breve y musical y un
pueblo con su tímida soledad bajo la majestad de sus cerros con sus calles
anchas y solitarias y su campanario poblado de golondrinas que al atardecer
parecen ensayar figuras de ballet frente a los últimos rayos del sol>>;
por cierto, ese campanario hoy, permanece mudo, una "mano bendita" se
llevó las centenarias campanas de bronce y no ha querido devolverlas.
(*) Portador patrimonial histórico y cultural de La Puerta.
La Puerta, agosto 2023.
omanrique761@gmail.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario