Por Oswaldo Manrique (*)
Para los cronistas e historiadores, encontrar una fotografía relacionada con la investigación que realiza, es obtener un testimonio grafico revelador del instante, hecho o personaje que es captado; eso permite detallar y escudriñar en ella distintos elementos y circunstancias, que se derivan de su lectura y observación, que ayudan evidentemente a contextualizar y caracterizar. Aquí me voy a referir, a una grafica de esas, que por estos días cumple 75 años de haber sido tomada, y que ha rodado agradablemente por el mundo.
La icónica entrada a la población de La Puerta, en 1949.
Esta fotografía, descriptiva de la
entrada precisamente en el sector La Hoyada, de la hoy avenida Bolívar, donde
comienza toda la ruta urbana de La Puerta, ha ilustrado un momento histórico
interesante del aislado pueblo rural, en sus inicios por el sendero del turismo
y del proceso de conformación como “destino” turístico.
Nuestro colaborador Alfonso Briceño,
quien nos ayudó con datos para las crónicas de Pancho Delgado y la rebelión de los Chopos, asi como, de José de
las Mercedes y su tiempo, nos envió como recordatorio esta vieja
fotografía, acompañada con esta nota: <<Por allá, en el año de
1.949, fue tomada esta foto por algunos turistas alemanes en su paso hacia
Mérida, los cuales se encontraban hospedados en el recién inaugurado Hotel
Guadalupe; era la Calle Real o Calle Bolívar, hoy en día Avenida Bolívar sector
La Hoyada>> (Datos
tomados de mensaje wasap enviado por Alfonso Briceño. 08-12-2023). La fotografía vista en forma general,
en efecto, capta la Calle Real, en sentido Norte-Sur, desde la Calle 1, hasta
el templo San Pablo Apóstol. Se puede apreciar fácilmente que la calle era de
tierra y había sido patroleada recientemente.
Haciendo un ejercicio de contexto de
esta imagen fotográfica de 1949, tiempo confuso, en el que se ingresaba a un
nuevo período dictatorial en Venezuela, en La Puerta, pocos años antes habían
construido carretera y puesto en funcionamiento el Hotel Guadalupe, decano de
la hotelería occidental; asimismo, tenían construida la Plaza Bolívar y hasta contaba
con su busto monumento en honor al Libertador, donado por el presidente Isaías
Medina Angarita, es decir, avanzaba hacia su consideración como pueblo
atractivo, acogedor y turístico.
Sin dudas, la hermosa fotografía, fue
tomada por la turista como elemento de recuerdo personal, no se iba imaginar
que recorrería el mundo y pasaría a través de estos años por elementos
tecnológicos y digitales de coloración y mejoramiento, que le daría un cariz
estético moderno.
El icónico patrimonio inmobiliario.
En la primera cuadra del lado derecho,
según Alfonso Briceño, <<estaba
la Bodega de un Señor conocido como “Lolo”, ahí se ve a mi tío Esteban en la
puerta de entrada, diciéndole unas palabras al “Maneto Polo”>> (Briceño).
El mismo Briceño, sobrino de uno de
los personajes de esta fotografía (Esteban Briceño), nos guía en relación a las
casas, negocios e inmuebles, señalando: <<Se puede también observar que en
el lado derecho se encuentra uno de los
primeros hoteles en la comarca, ese es el Hotel Europa, cuyos dueños eran
inmigrantes después de la 2da. Guerra Mundial, el Sr. Miguel era mecánico y su
esposa Sofía encargada del hotel y tenían una o dos hijas, por lo que recuerdo
una se llama o se llamaba Valentina>>, se dice que eran
oriundos de Alemania u otro país europeo. Obsérvese en la esquina de la
cuadra siguiente, casa que tiene techo de zinc, paredes de tapias, 6 puertas de
madera en su frente con avenida Bolívar, y por el lado de la calle 2, tiene 2
puertas y 4 ventanas de madera, actualmente está deteriorado, pero aún en
pie. La mayoría de las casas de la época eran de techo de fajina, muy
pocas tenían teja.
El Restaurant del Hotel
Europa (luego Pensión Momboy), gozaba de la particularidad que los
turistas extranjeros que se alojaban en el Hotel Guadalupe, cuando llegaban al
pueblo, buscaban este lugar para comer, por sus finos y elaborados platos propios
de la gastronomía europea. La clientela que le iba comentaba que, <<una de las mejores Torta Negra del país se
comía en este sitio. Luego, los propietarios, construyeron otro hotel frente al
Trapiche, en la vía Mendoza-Valera, aun se puede observar la vieja casona, y
tiempo después, edificaron el Motel Europa (conocido como las
Rusas), en el sector El Cucharito. Al parecer, la novela del extinto escritor
trujillano Alizo, Nunca más Lily Martin, está basada en estas personas,
sobre la conexión del nazi Walter Hadamowsky, confinado desde 1942,
en la Mesa de Esnujaque>> (Ver nuestro artículo: Restaurantes y Hoteles de La Puerta. En el portal:
lapuertaysuhistoria.blogspot.com). Aquí trabajaron Jesús Pacheco y Golfredo
Sánchez con quienes pude conversar de este tema.
Los Postes del telégrafo.
En el mismo sentido, Alfonso Briceño, comenta que: <<también
se aprecia un poste de madera (roble) que era el tendido de Telégrafos de
Venezuela, en ese tiempo se usaba el sistema Morse; la madera muy resistente a
la humedad y difícil de atornillar o clavarse, a ese tipo de madera le llaman
“Quiebra-Hacha” y/o tal vez el famoso árbol llamado Guayacán, eran pocos los
postes que habían y sólo por calle real>>, pudo asimismo ser de
“tirindí”.
La ruralidad andina, está impresa en
la fotografía, <<siguiendo el mismo lado derecho y al fondo
se observan los cultivos de hortalizas y cañaverales, los sectores La Maraquita
- San Isidro totalmente despoblados>> (Nota citada),
características de este valle.
En la acera izquierda, se observan cuatro puntos interesantes:
La Casa de Silvio Quintero, frente a
la Bodega de “Lolo”, que es donde se ve a este señor saludando o presenciando
las palabras que se dicen Esteban y el “Maneto Polo”; se nota el desnivel entre
el ancho de la acera y la calle.
Frente al Hotel Europa, la Casa de
Benito Sánchez, que tenía su negocio familiar de comidas criollas.
Un poco más adelante, donde se observa
a dos o tres personas paradas en la acera, una casa de las más antiguas del
pueblo, era La Tienda de Tolentino Pacheco, y una de las más surtidas y
frecuentadas. Cada mañana, los vecinos veían abrir las puertas de la
conocida tienda de Tolentino, por su mismo propietario, porque
también allí estaba su casa de familia y era reconocido como buen vecino.
Al final, la foto nos permite ver la
Torre de la Iglesia, que <<era
de forma cónica en comparación con la de hoy en día>> (Briceño).
La torre de la iglesia, ha sido el símbolo eterno de La Puerta, a pesar del
caprichoso diseño arquitectónico, en la remodelación de 1964; desde principios
del siglo pasado, los poetas e historiadores,
la llaman: <<la torre alba de la iglesia>>
(Abreu, 32), en aquel tiempo tenía las campanas centenarias, que se llevaron
hace pocos años, sin permiso de la comunidad.
De los icónicos y
populares personajes.
José Esteban
Briceño. Con mucha claridad y por haberla comentado
con su padre José de las Mercedes Briceño, nos narra lo siguiente: <<bien, mi tío Esteban en la puerta
de entrada, bodega de un Sr. conocido como Lolo, en despedida del Maneto Polo>>
(Briceño), su tío Esteban, vivía a dos casas de por medio de la bodega, por eso
la frecuentaba.
El “Maneto Polo”. En la parte
derecha aparecen 2 personajes muy conocidos en el pueblo: Esteban Briceño, tío
de Alfonso, este, nos indica que <<del Maneto Polo de este personaje
no tengo referencias>> (Briceño); sin embargo, el recuerdo de
nuestros mayores, es que el “Maneto Polo”, tenía un impedimento físico en una
mano, a pesar de tener ese defecto, era muy trabajador y además, de
temperamento alegre y tratable.
Silvio Quintero llegó a temperar y se quedó.
En la acera de enfrente, lado
izquierdo, aparece en una ventana, el señor
Silvio Quintero, quien llegó para la época con su familia al pueblo a
temperar, <<venían a temperar, no de vacaciones, y que por motivos de salud les
recomendaban sitios por su buen clima, y se quedaron por el resto de sus vidas>>
(Briceño), le pasó a mucha gente.
Agregó sobre Silvio Quintero, que,
<< él llegó al pueblo con su familia completa, recuerdo que eran 3
hembras y 2 varones, uno llamado Héctor y el otro conocido como el Maracucho o
Monche, ellos vivieron casi toda su vida en el pueblo, incluso estudiaron en la
escuela>> (Briceño). Este
personaje era oriundo del Zulia.
José María Rueda, el primer telegrafista.
Instalados los postes del telégrafo,
a los primeros telegrafistas que llegaron a La Puerta, se les veía raro, como
personas misteriosas y malucas, como espías y delatores, así ocurrió con el
primero de ellos, José María Rueda, que después de amañarse en el pueblo,
resultó ser poeta y tocaba mandolina (Abreu), indispensable para las reuniones
y celebraciones populares. Según la historiografía local, Rueda, en la mañana,
cuando le llevaban el desayuno a la oficina del telégrafo, y veía las arepas,
decía:
- ¡Llegó el Sol de América!
Tolentino Pacheco, el tendero.
La casa que sirvió de local a la
Tienda de Tolentino Pacheco (hoy está Empanadas La Hoyada), avenida
Bolívar, entre calles 2 y 3, se observan, las 4 puertas y las ventanas y
el zaguán, signo de comercio próspero en esa época. Estuvo funcionando
alrededor de 50 años, se caracterizaba por las cosas que
vendía. Llegó un tiempo en que expendía
además de ropa y calzado para damas, hombres y niños, artículos de primera
necesidad y calidad para las familias y otros que solo se conseguían en su
local, como los elaborados en madera por él mismo.
El vecino o transeúnte podía
encontrar ropa, telas, alfileres, hilos, botones, peines, maquinas y hojillas
de afeitar, cuadernos, lápices, aspirinas, chucherías, caramelos,
carnes de res y cochino frescas; huevos, mortadela y los quesos que llegaban de
la finca San Pedro, velas, ungüentos y mentoles, creolina, aceites y
remedios contra los piojos, acemas, panelas y
papelón, kerosén, cigarrillos y tabaco, chimó, tenia
colonias y perfumes de afamadas marcas, como Old Spice, Pino Silvestre, Jean
Marie Farina, lavanda Atkinson; shampoo de los que guindaban en el
mostrador, pan salado y dulces que llegaban de la panadería de
Timotes, para poder acompañarlos con una Chicha A-1, o una Kola Dumbo o la
cítrica Green Spot; agregó también el expendio de toda
clase de granos criollos y las correspondientes bolsitas de aliños. Se
encontraba todo lo básico que necesitaban las señoras para mantener la
cotidianidad de sus familias.
Tolentino era nativo de Mendoza 1903
y murió en 1987; lo sucedió en el negocio su hija Carmen Pacheco.
Don Benito Sánchez, alquimista con el
díctamo real.
José Benito Sánchez Matheus, nativo
de Escuque, Estado Trujillo. Nació el 22 de marzo de 1931. Tuvo su negocio de
restaurant de comida criolla, al frente del Hotel Europa. Su hijo Wilfredo
Sánchez, nos reveló de su papá que, <<Contando
ya, con 44 años de edad, con mucho trabajo realizado y siendo muy amigo, del
señor Miguel y doña Sofía, los dueños
del Hotel Europa, en 1975, decidió irse con ellos a conocer el viejo
continente, quería llegar a Alemania. Pagó los impuestos, sacó su pasaporte,
inició el trámite de la visa; el día 23 de junio de 1975, se levantó de
madrugada y se fue al Hospital de Valera, donde se vacunó con la antivariólica,
había decidió viajar a Europa, había preparado todo, cuando de pronto, cambió
de parecer y no comentó nada, ni se supo reservado como era él, de las razones
por las que desistía del viaje. Así, de reservado fue>> (Manrique,
Oswaldo. Don Benito Sánchez y la alquimia
con el díctamo real. En el portal:
lapuertaysuhistoria.blogspot.com 2019).
Sin duda en la historia del
foto-turismo, este es un bello ejemplar de la fotografía que hace perdurar un
pedazo de nuestra antigua realidad rural andina. La era digital y los cambios
tecnológicos, quizás nos deparen nuevas satisfacciones con esta icónica imagen.
(*) Portador Patrimonial Histórico y Cultural de La Puerta.
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