sábado, 31 de mayo de 2025

Tesoro lingüístico de La Puerta: Sus topónimos indígenas.

    Por Oswaldo Manrique


    Estas notas sobre vocablos indígenas puertenses, que aun se usan y están vigentes en su mayoría; son un aporte dirigido a la misión de reconstrucción  histórica, cultural y etnolingüística, que se debe realizar en todos los pueblos andinos.

    Sin aspiraciones de que se tome como un estudio de dialectología, lexicografía  o lingüística o etnolingüística, este conjunto de topónimos propios del colorido y fonetismo Timoto, usadas por nuestra comunidad, han formado parte de su patrimonio histórico y tesoro cultural, que se ha considerado pertinente ordenarlas y difundirlas, con sus respectivas definiciones o explicaciones. 


      La lengua o dialecto indígena Timoto.


    Los datos e informaciones tempranas que se poseen, títulos de encomiendas, dan cuenta que para el siglo XVI,  el área del valle del Bomboy, de la que comprende hoy la parroquia La Puerta, estuvo ocupada mayormente por grupos de lengua Timoto, de la familia lingüística Muku-Chibcha, en desplazamiento desde Tunja (hoy Colombia), hacia el lago de Coquivacoa, buscando salida al Mar Caribe. Se evidencia una marcada y definida posesión espacial de expresiones grupales y comunidades de dicha poderosa Nación indígena. En varios puntos de su territorio, esta signada por la topografía, hidrografía y por los contextos históricos que  le dieron impulso a la evolución de La Puerta, como pueblo.

    La lengua Timoto, prácticamente ha desaparecido. Para atrevernos a la elaboración de este sencillo artículo, además del conocimiento geográfico de nuestra Parroquia, y los documentos añejos, de encomiendas, títulos de propiedad, libros de la Parroquia eclesiástica archivados en la Diócesis de Trujillo, y el escaso material historiográfico con que se cuenta, tomamos en consideración algunas pautas importantes, adelantadas por la profesora Jacqueline Clarac. Los cronistas, conquistadores, alcaldes, escribanos, notarios y demás integrantes de la “ciudad letrada” hispana, <<…como no hablaban las lenguas indígenas, interpretaban lo que querían y anotaban los nombres indígenas (sin saber si se trataba de caciques, de comunidades o de grupos más numerosos) con un descuido total>>; por eso, complementando con el criterio del doctor Fonseca en su trabajo sobre dialectología, los nombres indígenas siendo como eran onomatopéyicos, algunos símiles de sonidos de animales, ríos, y demás elementos de la naturaleza, cuando los indígenas les respondían, ellos anotaban como iban escuchando, indistintamente a como se lo hablaba uno y otro indígena; agregando que, como en nuestro caso, eran oriundos de distintos países de Europa, encontramos encomenderos portugueses, venecianos, vascos y españoles moriscos (Al-Andaluz), escribían los nombres a su manera y gramática. Por ejemplo, el vocablo Bomboy, lo escribieron de diferentes maneras: Vomvoy, Vonboy, Bomboi, Bombas, Bombay, pero mayormente Bomboy, como lo asientan los viejos documentos.  

    Otro aspecto interesante que hemos notado en nuestra Parroquia, lo ha denominado la citada profesora, como fenómeno de desplazamiento, que ratifica lo que han anotado viejos Cronistas de Indias, según el cual, se produjeron mudanzas de conglomerados indígenas y cambios de lugar, por intereses de los encomenderos, a lo que hay que agregar también, como causa, para dividir y neutralizar la carga de rebeldía de los aborígenes, lo que ayudó a mezclar la información original  (Clarac de Briceño, J. 1999. Los grupos étnicos andinos venezolanos en la visión de Julio C. Salas y la de investigadores contemporáneos. Boletín Antropológico 47: 35-28. Portal académico de la Universidad de Los Andes. 29 Mar. 2009).  En nuestro caso, encontramos un grupo que por inducido desplazamiento, se asentó en la parte sur de esta comunidad como Mucutí,  y otro, el de los Xikokes, en el páramo de la Puerta (oeste), ambos de origen Timoto.


    Descripción de topónimos indígenas y distribución espacial de lugares de La         Puerta del Bomboy.

    Los topónimos locales, nos ayudan a desempolvar parte de nuestra historia prehispánica local, fuente del proceso de ocupación y adaptación del ser humano sobre la tierra y sus elementos naturales y convertirlos en hábitat, espacio de vida y labor, de  costumbres y cotidianidad, sus expresiones mágico religiosas,  inclusive, marca su manera de ser, de sentir y pensar.

    Aquí, partimos de once (14) topónimos locativos indígenas, de los cuales 13 son usados en la actualidad, y otro, encontrado en los registros de antiguos geógrafos, fue sustituido; aparte, hemos registrado nueve (9) antropónimos, que son objeto de un artículo publicado en lapuertaysuhistoria.blogspot.com.  Entre esos topónimos, que nos van dando idea para la reconstrucción del proceso de evolución como pueblo de La Puerta del Bomboy, tenemos:

    Bomboy, San Pablo de Bomboy. Los denominados conquistadores hispanos, en su empresa de invasión dieron a nuestra aldea indígena, el nombre de Pueblo Cabecera de Doctrina San Pablo de Bomboy; así lo patentizan los documentos de organización de Doctrinas (Alcega, 1608;  Valera y Messa, 1687; Libros Eclesiásticos aperturados por el padre Rosario en 1795), asimismo,  asentado como Valle de Vomvoy (Titulo de “Encomienda Valle de Vomboy”), Vonboy o Bomboi.

    Este vocablo Bomboy, en dialecto Timoto, significa río de aguas de espuma; sin embargo, la dinámica social de la invasión y la realidad del lugar, fue sustituyéndolo por imposición española, por un nombre más práctico: La Puerta.  Para 1777, el uso popular del cognomento La Puerta, fue recogido y asentado en el Informe de la visita pastoral del Obispo Mariano Martí, como San Pablo de Bomboy alias La Puerta. En los primeros libros de nacimientos y defunciones de esta parroquia, así es asentado.  Había pasado por la fuerza de los hechos a llamarse La Puerta del Bomboy, como espacio de frontera que era, acceso a la Provincia de Venezuela.  El valle y el río, pasaron la tormenta de la cultura española, y equivalentemente, el apoderamiento violento de estas tierras por los oligarcas, sostuvieron su nombre indígena: Bomboy, como hasta ahora se le conoce, aunque con el reiterado descuido de sustituir la “b” por la “m”.  

    Américo Briceño Valero, sobre este valle, escribió en su Geografía del Estado Trujillo (1926),  lo siguiente: <<El valle del Bomboy principia en las fuentes del río de este nombre, se dirige al NE y luego toma rumbo hasta unirse casi completamente en la desembocadura del rio, cuyas aguas vierte sobre el Motatán>> (Briceño Valero: 122). Morfológicamente, el Dr. Fonseca hizo esta distinción <<Bomboi: smomosh – la espuma>> (Fonseca: T1. 269).

    Hemos propuesto, que a los fines de revalorizar nuestras raíces étnicas, en esta hora de descolonización de la historia local, en los ensayos, escritos oficiales y educativos, información de medios de comunicación social, que nuestra parroquia, debería denominarse La Puerta del Bomboy, y tener como gentilicio Puertenses del Bomboy.   


        En el norte de la parroquia:

      Molino de Mimbón, el tiempo y la practicidad, ha venido borrando este nombre; hoy es conocido simplemente como El Molino, caserío, cuya historia desde el siglo XVIII, ha venido girando alrededor del Molino antigua propiedad de los Briceños conquistadores y encomenderos, que los naturales llamaban de Mimbón para diferenciarlo. Mimbón, significa en dialecto Timoto, rio grande, uniendo la palabra española, con la Timoto, tenemos Molino de rio grande, como en efecto era el Bomboy, propulsor de este instrumento de la producción de harina de trigo de aquella época, en la que según el sabio Humboldt, se producía mucho trigo en La Puerta y una de las mejores harinas; esto lo anotó en su obra Viajes a las regiones equinocciales del Nuevo Continente. A la gente que vive en este sector, se le llamaba y aun se le llama escuetamente con el gentilicio de Molineros. Américo Briceño Valero, lo anotó así: Molino de Mimbón, en su lista de <<caseríos y comarcas de La Puerta>> (Briceño Valero, Américo. Geografía del Estado Trujillo. pag.123. Editorial cultural venezolana. Caracas. 1926). También, lo  encontramos en Guía General de Venezuela, del geógrafo francés Francis Benet. Lo adecuado, es que se usara por lo menos en la escritura, el gentilicio de Molineros de Mimbón. 

Vicuyes o Los Bicuyes, es la entrada del camino norte que lleva al Páramo de La Puerta y a Pan de Azúcar, donde hoy está la carretera agrícola. Este vocablo lo usaban los indígenas para señalar un arbusto pequeño, silvestre, que sirve de aliño, de fuerte olor no muy agradable, pero que da muy buen sabor a las comidas, que ellos preparaban. El termino es semejante al carvajalense: Bucuy o Bucúx, por el que se entiende sitio de cocuiza y fibras vegetales, producto que permitió el desarrollo de la cestería en esa zona. A la gente que vive en este sector de La Puerta, se le llama con el gentilicio de Bicuyeros.   

    En el Sur de la parroquia:


Mocotí.  Algunos de los nombres de tribus o parcialidades, respondían a los nombres de sus caciques, principales o tabiskayes, que gobernaban en el tiempo de la llamada conquista europea. Uno de los jefes y principales dirigentes de los nativos Bomboyes, de los Páramos y del valle del mismo nombre, reconocido por los llamados conquistadores que llegaron al espacio geográfico que constituye hoy La Puerta, es Mukutí.

Al parecer, esta comunidad indígena se establece en La Lagunita, El Portachuelo (punto de frontera entre el Nuevo Reino de Granada, actual Colombia, y la jurisdicción de la capitanía General de Venezuela), caseríos del Valle del Bomboy (La Puerta) y en zona cercana al santuario Maen Shombuk (Páramo de las Siete Lagunas), como consecuencia del traslado que les había impuesto su encomendero y amo,  al momento en que ingresó el alcalde y capitán Juan Rodríguez Suarez, en el siglo XVI,  a un sitio también llamado Mocotí, en el rio de montaña que forma parte de la cuenca del rio Chama, y el extenso valle del mismo nombre ubicado en el occidente del Estado Mérida, Bailadores y Páramo de La Negra. Sus habitantes Mucutís,  fueron entregados en encomiendas, luego divididos y sufrieron varios traslados desde su lugar originario. Seguramente, los Mocotis asentados en La Puerta, eran una parcialidad de los de Mérida. 

El topónimo indígena Mocotí, en dialecto Timoto,  significa según Amílcar Fonseca <<tierra templada>> (Fonseca: T1. 310). Este lugar, calificado por este historiador y filólogo, como tierra del cacique Mukutí,  fue escenario de varios hechos históricos violentos, entre ellos, la batalla de 1892, en el que el ejército de los Ponchos Oligarcas, del Araujismo-Baptista, fue totalmente vencido por los liberales “Lagartijos”, comandados por Rafael Montilla Petaquero, quien posteriormente llamarían “El Tigre de Guaitó”.

Mukuti, el cacique, pudo haber nacido hacia el año 1555, y tendría unos 53 años de edad, cuando fue trasladado con su gente a concentrarse en tierras del Valle de Bomboy en 1608, para trabajar las haciendas y fundos del capitán Juan Álvarez de Dabuyn, Blas Tafallés y Hernando Hurtado de Mendoza. Su cacicazgo lo heredó de su padre, quien usó ese mismo nombre. Como lo reconocen los historiadores trujillanos, sus predios y posesiones estaban ubicados en el sitio conocido como Mocotí, en términos del Pueblo de San Pablo del Bomboy (hoy La Puerta), a cuyo Señorío indígena  pertenecía; << Mocotí o Mucotí, es el nombre del sitio de residencia del cacique Mukutí>> (Fonseca: T 1. Pág. 294).  Ese sitio se encuentra localizado geográficamente en la zona sur-oeste de la Parroquia La Puerta, Municipio Valera, del estado Trujillo, en Venezuela; donde se involucra con otros sitios históricos como El Portachuelo, Los Aposentos y Altamira de Garabulla, estos dos últimos, pertenecientes política administrativamente al actual Municipio Miranda del estado Mérida, pero de hecho, hacen vida efectiva con el valle de La Puerta.

Isnabus. Se ha llamado así, un lugar, ubicado en la vía a Agua Fría, al parecer asiento de un grupo indígena perteneciente a los Tirandaes, que morarían en tierras de San Lázaro y Santiago del Burrero, de lo cual no contamos con documentación que nos lo confirme, su localización se confunde como parte de La Puerta, porque está apenas a 2 kilómetros de La Lagunita.

Garabulla, este topónimo, tiene relación con un caserío que se denomina Altamira de Garabulla, cerca de La Lagunita, en la parte suroeste de La Puerta, que se confunde con la jurisdicción de otras Parroquias. En nuestra pesquisa, significa tierra larga o mucha; hay un lugar llamado Garabulla en la laguna de Sinamaica (La Guajira).  

Maraquita, (derivado del guaraní mbaracá), es el llamado Derrame o Chorrerón de La Maraquita, que se desprende del páramo de las Siete Lagunas; fue el primer camino indígena para llegar a dicho Páramo. Es lindero principal de las posesiones del Resguardo Indígena de La Puerta (Partición de 1891). Se le llama así, porque antes de construir el dique, cuando llovía en la cabecera (Paramo), avisaba con un ruido que asemejaba una maraca, asi, los agricultores de la zona baja cercana al río Bomboy, se resguardaban ellos y sus animales, para evitar se los llevara la crecida. 

         En el lado Este de la parroquia:

    Komboko, Kombokoy (Comboco), según Amílcar Fonseca, este topónimo <<Convocoy (Kombokoy) significaba río seco, pues la aféresis es muy propia para Mocoy, río de esta ciudad que solo tiene la categoría de vertiente por la escasez de sus aguas>> (Fonseca: T1. 310);  la compara fonéticamente con el listado de palabras relacionadas con aguas. Hace pocos años, esta quebrada y caída de agua dormida o escasa, tuvo un temporal que arrasó con todo un lugar de turismo, destruyendo edificaciones, cabañas, restaurant, zonas de esparcimiento. Es un lugar conformado por laderas y barrancos de importancia, a la altura de la carretera trasandina que va de La Puerta a Timotes.  

Es lindero principal de las posesiones del Resguardo Indígena de La Puerta (Partición de 1891), y parcialidad indígena Timoto, ubicada hacia el Sur-Este, jurisdicción de nuestra parroquia, vecindad con las tribus hermanas Durí, Esnujaque, Jajó, cercanas al torrentoso Hitatán o río Motatán.

Se ha venido sustituyendo el topónimo indígena del lugar Comboco, por nombres como La Nevera, Neblina  y otros parecidos.

    Motatán (Hitatan).  En cuanto al nombre del río Motatán (Hitatan),   significa “Stimots-Ustate-An”, traducido del dialecto indígena significa “Timotes-Puerta-Yo”, es decir, en sentido amplio: yo soy la Puerta de los Timotes. (Fonseca: 309). En su rivera oeste, se fueron asentando los Kombokos, grupo que conformaron desde El Horno, Mesa de Esnujaque y Timotes hasta el río Bomboy los primeros pobladores del valle y Comuna Indígena del Bomboy. Esta puede ser una hipótesis valedera, sobre el origen del nombre de nuestra parroquia, <<yo soy la Puerta de los Timotes>>, que habría derivado en la articulación de la expresión castellana La Puerta y la aborigen Bomboy, resultando La Puerta del Bomboy,  asunto que no se ha ahondado en su estudio.   

    Pitimay, uno de los nombres de mayor uso en nuestra toponimia local es Pitimay; además se mantiene inscrito en añejos documentos de titularidad de la propiedad de un vasto perímetro de tierras, entre el sector Carorita y el Molino, incluso lo han dividido, entre Llano de Pitimay y la Cima de Pitimay; es además un punto oficial político-territorial, como lindero de nuestra Parroquia, con Los Cerrillos, jurisdicción de la Parroquia Mendoza. La combinación Pitimay significa, en lengua Timoto, Pity o piti, cuatro (4), y may: plumas, fuerza, o nivel, que en nuestro criterio equivale a cacique de cuatro rangos. Se asemeja al nombre del cacique de los Visipites, encomendado al capitán Joan Román en 1565,  es decir, Pitijay o Pitisay, que significa cuatro buenos. 

    Kukuruy, un ejemplo interesante de un nombre que se ha querido borrar, ya no se utiliza, es el de Kukuruy. Este topónimo indígena femenino (Cucuruy), lo registró para la posteridad, el agrimensor e historiador Américo Briceño Valero, en su lista de <<caseríos y comarcas de La Puerta>> (Briceño Valero, Américo. Geografía del Estado Trujillo. pag.123. Editorial cultural venezolana. Caracas. 1926). Igualmente, lo  encontramos en una importante obra de conocimiento histórico, como lo es Guía General de Venezuela, encomendada por el gobierno de Juan Vicente Gómez, al geógrafo francés Francis Bennet; éste en su recorrido por el Municipio La Puerta, señaló al sector de lo que hoy se conoce como Carorita, con el nombre de Kukuruy, recorrido que hizo  en 1926. Briceño y Bennet, corroborando el trabajo de Codazzi del siglo XIX, registraron en sus citadas obras y divulgaron para la historia, la existencia del topónimo Kukuruy, de origen nativo. Según nuestras indagaciones Kukuruy (Cucuruy),  este hermoso vocablo indígena puede significar india muy buena, por su terminación una persona prehispánica de mucho poder, de acuerdo al Diccionario de Dialectología de Fonseca. También, tierra o lugar brumoso y frio. Por su parecido al sonido gutural de algunos sublimes animales, puede ser paloma de cuello o cola larga. Bastante parecida a la voz onomatopéyica Cuculí, del Quechua, que significa especie de paloma silvestre del tamaño de la domestica, pero de forma más esbelta; de color cenizo y con una faja de azul muy vivo alrededor de cada ojo, cola larga, alas cortas finas, pico largo y curvado, con patas con dos dedos hacia adelante y dos hacia atrás (DRAE). De ser esta palabra de origen quechua, como otras,  pudo ser traída por los curas o misioneros católicos, a estas tierras. El topónimo  Kukuruy, en nuestro criterio es propio de los Timotes, en esa riqueza de creación de nombres para los jefes principales de los sitios, de acuerdo a las características de los mismos o de las denominadas parcialidades (toponímicos);  por lo que sería propio de la gran variedad dialectal de los Timotes.     

    Los Timotes, en su organización social del trabajo, asignaban las labores de cestería, telares y la cerámica a las mujeres, dirigida por una jefa o caudilla. En este sitio, se explotaba y actualmente también, una mina de arcilla, se trabaja  la cerámica, el barro, no solo para elaborar piezas de utilidad domestica, sino para fabricar los famosos chorotes o piezas de tributo a los dioses indígenas, por lo que perseguían y castigaban los sacerdotes de las encomiendas. Este hermoso nombre que fue orgullo de los aborígenes, y usado por una caudilla artesana, según la memoria oral, fue borrado por orden del general oligarca Juan Araujo, en una de las reformas de la división político-territorial, luego del despojo de tierras del Resguardo Indígena de La Puerta, en 1891, sustituyéndolo por el de Carorita. Los despojaron de las tierras y también de uno de sus sellos de identidad cultural. Sería interesante dentro de este proceso descolonizador de saberes y de nuestra historia, que las autoridades locales y municipales, estudiaran la posibilidad de renombrar este sector Carorita, con el de Kukuruy.     

    Jumangues. Se ha denominado así, un lugar en el lado este, del casco urbano de la Parroquia, donde antiguamente estaba el cementerio indígena, fue llamado el Callejón de los Muertos, de donde se han originado algunos mitos y viejas leyendas; como referencia, está detrás de la calle Sucre y el templo parroquial. Jumangue es un árbol originario del Amazonas (cinaro), que da unas frutillas dulces y aromáticas; sus ramales y tronco son de forma torcida, su aceite tiene propiedades medicinales. Sale mucho, en esta zona.   

        En el oeste de la parroquia:

    Chegué, vocablo de origen muisca, de donde deriva la lengua Timoto, que significa sumo sacerdote, algunos lo asemejan a mohán. Fray Pedro Simón, lo define: <<es el sacerdote de los ídolos, el que ayuna, y hace las ofrendas>>.

    Chegué queda cerca de “Los Asientos”, donde se origina el agua que va a dar a la Quebrada de San Martín, forma parte del Parque nacional Sierra de La Culata. Para acceder al sitio Chegué, se llega a La Lagunita, cercana a La Mocotí, (Sur de nuestra Parroquia), busca la entrada para subir al Paramito, se emprende la subida y se llega a Chegué, un sector muy frio e inhóspito que tendrá unas 15 casas en la actualidad, queda a pocos kilómetros de la Laguna Negra, Santuario Maen Shombuk.

    Se repite en los páramos de La Puerta, la leyenda que este indígena rebelde participó en la guasábara que comandó el Tabiskey Jaruma, líder de los Escukekeyes, cuando enfrentó a la tropa de Diego García de Paredes, al invadir sus tierras. Según la memoria oral, este guerrero fiel devoto de la diosa Ikake, pasó mucho tiempo en el Quibao, llenando su espíritu de valor guerrero;  vivió más de 150 años, porque comía a diario el díctamo real y jalea de frailejón de Maen Shombuch. Fue un hombre muy respetado, inclusive, por los europeos invasores.

    Xikoke. Los Timotohablantes, en su creatividad para escoger topónimos, llamaban a los lugares de viviendas cercanas y ubicadas en el margen de quebradas y ríos: Xikoke (Sicoque); esto fue delineando la personalidad y características de un grupo de familias indígenas, quizás de parentelas, por su conexión y cooperativismo, que construían sus viviendas cerca de los cauces de las quebradas y de los ríos, o  riveras de las aguas.

    Uno de los casos de desplazamiento de pueblos originarios hacia nuestra parroquia es el de Xikokes. Hubo una parcialidad Quicoqui (Xikoke), que con Durí, Jajó y Esnujaque fueron trasladados por su rebeldía, varios de estos grupos aborígenes al Valle del Bomboy, que ayudaron a conformar la Comunidad Indígena de este lugar.

    Desde tiempos muy antiguos, y así lo evidencian escrituras, la posesión el Xikoke (Sicoque), en el páramo de La Puerta ha sido tierra indígena; en ella se puede encontrar los vestigios de las plantas base en piedra de 4 viviendas indígenas muy antiguas; hoy es propiedad de la familia Rivas, gente mestiza descendiente de esos Xikokes. Pudiera agregarse, a lo que planteamos con el caso de Kukuruy, se consultara la posibilidad de renombrar el Páramo de La Puerta, hoy llamado “Los Torres”, nombre que ni siquiera era de las primeras pobladas mestizas de esas montañas,  con el de Xikoke, Páramo de Xikokes.  Las autoridades locales y municipales, tienen la palabra.

    Maen Sombeuch  (Páramo de Siete Lagunas).

    El denominado Santuario Maen Sombeuch, ubicado en el Páramo de Siete Lagunas, parte oeste de nuestra parroquia, está conformado por igual número de Lagunas o espejos de agua, cada una con su respectivo nombre y su propia historia, ya españolizada: la Calzona, de la que más se habla por sus mitos y leyendas; la Laguna Negra, sitio de reencuentros; la Laguna Gata, considerada muy bonita, por sus formas;  la Corcovada, Corazón, La Ciega o Tapada y la Madre de la Laguna Gata. Cuenta la memoria oral parameña, que en este espacio se veneraban las divinidades o elementos fundamentales de los indígenas, y también, los espíritus de sus antepasados. A tal fin, los restos de sus muertos, eran enterrados en las distintas cuevas que están cercanas a estas lagunas, y era su costumbre, ir en grupos como en especie de peregrinación familiar, a rendir tributo a sus antepasados o a realizar sus actos y ritos mágico religiosos, por ejemplo a dar gracias al Dios de las cosechas, o al de la lluvia. 

 Morfológicamente, sombeuch o shombuch, nombre genérico  significa agua, el agua (Fonseca T1.299). El numeral Maen, representa siete; articulando ambos vocablos, obtenemos Maen Shombuch, que significa las Siete Lagunas.

                                                                        *

    Con estos datos, se van aclarando algunos aspectos, como la integración social de los Timoto; el desplazamiento, migraciones o traslados de familias de otras naciones como la Kuika, Jirajara a esta comunidad del Bomboy; la fusión cultural hispana europea.  

    Sirva este pequeño aporte sobre la toponimia indígena, para que los estudiantes y educadores de nuestra parroquia La Puerta del Bomboy,  así como estudiosos,  investigadores y hasta curiosos, se conduzcan por el camino del rescate de nuestros nombres y vocablos autóctonos, a la protección de ese patrimonio inmaterial, como auténticos complementos de la reconstrucción  histórica y  para que no se borren de nuestras familias, que aun las usan y las mantienen en su cotidianidad, junto con la carga cultural del Al Andaluz,  lo que ayuda a la revitalización de nuestra forma de hablar, sentir y pensar de nuestra comunidad.

    Imagen cortesía: pintura nativos, autor Richard Terán. 

(*) Portador Patrimonial Historico y Cultural de La Puerta.  

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