domingo, 19 de octubre de 2025

Cuando Don Mario entró a la Academia, acompañado de El Conquistador Español

Por Oswaldo Manrique (*)

Esto ocurrió propiciamente hace 95 años. A la entrada del Palacio de las Academias, cercana a la iglesia de San Francisco, frente a la casa de las Leyes, en el centro de Caracas, lo esperan entusiastas los numerarios José Gil Fortoul, Eduardo Blanco, Laureano Vallenilla Lanz, Vicente Lecuna, era la formalidad del protocolo.

-         ¡Bienvenido doctor Briceño! Fueron las palabras del Dr. Pedro Manuel Arcaya, Director de la Academia Nacional de Historia. Con natural y sentida emoción, el joven trujillano respondió:

-         Buen día mi estimado Dr. Arcaya. Fue saludando a cada uno de los numerarios que se encontraban allí dándole la bienvenida al Palacio de las Academias.

-         ¿Amigo Mario, cómo se siente, al ingresar a la Academia? Lo abordó Gil Fortoul. Con su característica y recia voz, le respondió:

-         Debo expresarles <<mi profundo agradecimiento por la altísima honra que me habéis conferido al traerme al seno de esta docta Corporación>>. Lo que repitió en su discurso en la plenaria.  

-         Es un serio compromiso y desafío para mi, ocupar el Sillón de Don Lisandro Alvarado, un historiador de altísimos quilates. Con su modestia característica, le agregó el trujillano: Yo, <<Sin títulos que justifiquen la generosidad de vuestra elección, pues apenas en edad juvenil carezco de la obra que reclame como premio la silla que me ofrecéis>> (Discurso de ingreso de Mario Briceño Iragorry a la Academia de Historia. 29-01-1930).

-         Sabemos que Ud., lo sabrá honrar con su conocimiento e investigaciones. Agregó Vallenilla Lanz, mientras le indicaba que se dirigiera al recinto de la plenaria académica.

-         Les doy a todos mi profundo agradecimiento por tan generosa bienvenida. Concluyó el flamante y aspirante académico. Ambos, don Mario y el Conquistador Español, portando sus mejores sonrisas,  entraron  a la sala de reuniones de la Academia. Con ellos, ese día, comenzamos a conocer: a contravía de los viejos e historiados relatos y los de su tiempo, desarrollar con amplitud de detalles, fechas, hechos, espacios biográficos, orígenes y genealogía de los fundadores, obras, luchas, sitios donde dejaron raíces, de buena parte de los cimientos de la historia trujillana.

Era día miércoles, y no se sabe si fue coincidencia, que el día anterior, martes 28,  se dio la ciada de una de las dictaduras más complejas que haya tenido el Reino de España, pues señalaban como motivo del fracaso del gobierno, la diabetes del dictador general Miguel Primo de Rivera.  

Este encuentro sucedió el mismo año en que profundizó Don Mario, en sus estudios etnográficos, y observó en vestigios arqueológicos, la similitud de los indígenas de occidente, entre ellos los Timotes,  con <<los Muycas del Nuevo Reino de Granada, que por aquel tiempo ocupaban el tercer lugar entre las familias de América precolombina>> (MBI. Obras Completas. Tomo 5. 156. 1930). Indudablemente estaba fascinado por estas  investigaciones, de donde salieron resultados interesantes y desconocidos en este campo.

El "documentazo doctor, el documentazo". El maestro Luis Darío Torres.

Hasta hace pocos años, disfrutamos en La Puerta, la compañía, el humor y la sabiduría de un personaje a quien todos llamábamos el Maestro Luis Darío o simplemente Luis Darío. Sencillo, jubilado del IAN, usando esa vestimenta combinada y holgada que expresa libertad, bien peluqueado y con su bigote simétricamente cuidado, de sonrisa plena, hablar rápido, y con una aquilatada virtud: no era de esos que gozaba mostrar su cultivada y bien llevada erudición.

Andaba por las calles, como viviendo cada día una remozada libertad,  de Sur a Norte y viceversa, con sus “alegadas” alegres y cuando encontraba con quién, podían tornarse en intelectuales. Cargaba sus revistas y publicaciones de diversos tópicos, así como, los distintos diarios de circulación regional y nacional que compraba en Valera o las que llegaban a La Puerta. Era el alimento diario e importante para él. Se puede decir, era el hombre mejor informado de esta comarca, y con el que se podía conversar de cualquier tema. El que estaba ayuno de información, acudía a él, como si desempeñara una función social de atención al público, siempre orientaba a sus semejantes Y si había uno que le llevara la contraria le decía con mucho respeto y humorismo: 

- Si usted lo dice, así será.  Los que lo escuchaban, gozaban de sus ponderadas y mordaces palabras, que los hacia volver a donde se encontrara para disfrutar sus cuentos, relatos, anécdotas y sus crudos sarcasmos. Realmente, Luis Darío se había convertido en una especie de conciencia del pueblo, aquel viejo pueblo de poca escuela y de mucha penuria. Por eso se sentían orgullosos de un hombre como él en la comunidad. Nativo de Trujillo, graduado en una de las primeras promociones de la Escuela de Agricultura de Maracay. Se vino a trabajar a la Escuela de Peritos que existía aquí en La Puerta, en los años 60, dirigida por el profesor Isaac Araujo, en su proyecto de convertirlo en un pueblo estudiantil, pero lo paró el cura y la godarria municipal. 

A diario, y en determinadas horas, se dirigía a una de las dos esquinas calientes, diagonales a la plaza Bolívar, en el centro del pueblo y si estaba abrumada de silencio religioso, al poco rato surgía el cambio y hasta a los mudos los ponía a conversar.  Un día, encontrándome en la esquina de Julián Briceño, al frente de la Casa Parroquial, con el recordado y buen amigo Rafael Moreno "Camello", Hugo Rosales, y Moncho Carrillo, hablábamos de la fiesta de Trujillo. Vimos pasar a Luis Darío, y Rafael Moreno “Camello”, le gritó: -

 Indígena pa, dónde vas tan afanao. Luis Darío le respondió: 

- Vos sabés, como los profetas, sacudiéndole el polvo a las alpargates. Con una risotada estruendosa, “Camello” le dice:

- Venga que estamos alegando cosas interesantes. El maestro nos vio y algo le hizo dejar para después lo que se había propuesto hacer. Viéndose las caras le dijo el deportivo Hugo Rosales, con su mezcla de irónica, suave y fornida voz:

- Tómese una chispita. Luis Darío muy serio le respondió agarrando el "cuartel":

         - A ustedes los protege Dios, lo sé. Espontáneamente nos congregamos y salió como tema lo del 9 de octubre, es decir, lo de la fundación de Trujillo. Aquel hombre franco con sus respuestas y opiniones, dirigiéndose a mí, dijo:

- ¿Doctor y usted no ha leído el documentazo de Trujillo?  Le pregunto:

-  ¿Cuál es ese libro? Luis Darío replicó:

- El documentazo doctor, el documentazo de Mario Briceño Iragorry, es el comienzo de todo.  Exclamó mientras se retiraba su casa. Todos quedamos en silencio, nos miramos la cara, inmersos entre la incertidumbre y sacudiendo la imaginación.

Luis Darío conoció a Don Mario, por razones de orden natural y también porque había leído buena parte de su obra. 

Historia de la fundación de la ciudad de Trujillo: El pasado como constructor del presente.

Cuando don Mario, se hizo acompañar de El Conquistador Español, en tan solemne acto, estuvo movido por razones de ruptura de los anquilosados paradigmas historiográficos, <<la reacción anti-española que sucedió entre nosotros a la guerra de Independencia, ha hecho que se estudie la obra de la Madre Patria con un criterio negativo, a punto de olvidarse que las propias raíces de nuestra nacionalidad se alimentaron con la sangre de los primeros conquistadores>>, esta tesis muy polémica, agitó el campo de la historiografía,  porque de alguna forma  minimizaba el valor de la sangre de las víctimas que se produjeron con la invasión.   

Se confiesa, estudioso y admirador <<de aquellos hombres de recia contextura y de voluntad de hierro, para seguir las huellas marcadas por su paso en nuestra región nativa,…la figura de aquellos que desde El Tocuyo, en la expedición ordenada por el Cabildo el año de 1557, se adentraron en la provincia de los cuycas y dieron más tarde fundación a la ciudad de Nuestra Señora de la Paz de Trujillo>>.  La intelectualidad trujillana, evadió este delicado tema: el de los primeros 70 invasores o adelantados como los denomina la historiografía, y en su lugar, se contaba con obras poéticas, románticas y versiones Shakespearianas y griegas, edulcorantes, que poco incluyó la tragedia vivida por los pobladores originarios, en su enfrentamiento a estos conquistadores.

De cara a solidificar su tesis, sobre la nacionalidad, explicó que los herederos de estos Conquistadores <<fueron  quienes a través de los tres siglos de Colonia constituyeron la clase dirigente que se educó en América y Europa y que, llegando a sentir en sí la misma energía de la Madre Patria, declaró su derecho de Independencia política y realizó una gesta digna de sus progenitores>>. Por lo que es forzoso e indispensable, <<Estudiar, pues, el desarrollo de esta clase social y la figura de los capitanes que al fundar ciudades y mantener su hogar en ellas, dieron origen a nuestra nacionalidad, puede decirse que es una vía certera que nos llevará a una verdadera comprensión de nuestras fuentes sociales… el cuadro social de donde surgió la República de que hoy nos gloriamos>>, ¿cómo se podía obviar esto, en las investigaciones históricas?

El Conquistador Español: Los Fundadores de Trujillo. 

El documentazo, al que se refería el maestro Luis Darío, con sobrada razón, es el discurso de orden que dio aquel día de su ingreso como Numerario de la Academia Nacional de la Historia, que tuvo como titulo: El conquistador español: los fundadores de Nuestra Señora de la Paz de Trujillo. Una  obra magistral y legado perenne para nosotros: la historia de la fundación de la ciudad de Trujillo, cuyo título definitivo fue Los Fundadores de Trujillo (1930).

Tras señalar la documentación estudiada, comenzó su relación magistral, descartando aquellos capitanes que no aparecen en sus estudios documentales, vestigios de haber estado en las entrada al país de los Cuycas, y reconociendo con datos al conquistador, que si estuvo en dicha empresa, pasó hoja de fiscalía, desde el capitán  Juan de Aguirre y concluyendo con los datos de Hernando de Virues. Se había propuesto, estudiarlos <<Para conocerlos de un modo integral>>; encontrándose con grandes obstáculos: en primer lugar porque desconocía quienes eran los capitanes que murieron en la primera entrada, y de segundo, <<se ignoraba el nombre  de aquellos otros que se fueron ausentando de la región en el decurso del largo período que abarca la fundación>>. Este es un primer elemento principal: el periplo cumplido por estos Capitanes, para asentar definitivamente la ciudad de Trujillo.

Quien encara esta deuda, con el respeto crítico, ordenamiento y objetivo debidos, fue el maestro Mario Briceño Iragorry. Un hecho gigantesco, objetivo, claro y determinante. Lo ignorado pasó a ser información histórica significativa, por la palabra de un ser ampliamente instruido y versado sobre el tema.

El discurso sobre los fundadores, abarcó mucho mas de lo que se desprende del titulo,  <<Al enumerar en el presente trabajo los nombres de los descendientes de gran parte de ellos, lo hemos hecho en el deseo de que pueda advertirse el movimiento social de la Colonia y la significación que lograron los descendientes de los Conquistadores, elevados a la categoría de clase privilegiada de acuerdo con la Cédula Real datada en el Bosque de Segovia el 13 de julio de 1573, según la cual se hacían "Hijosdalgos de solar conocido a ellos y sus descendientes legítimos para que en el pueblo que poblaren y otras cualesquiera partes destas Indias sean Hijosdalgos e personas nobles de Linaje y Solar conocido y por tales sean habidos e tenidos e gozen de todas las honras e primicias e puedan hacer todas las cosas que todos los hombres Hijosdalgos y Caballeros destos Reinos de Castilla según fuero Leyez y costumbres de España pueden y deben haber y gozar" (Discurso citado).

¿Qué era o significaba para él, el Conquistador español?  ¿Cuáles fueron las  razones de hacerse acompañar por él en su entrada a la Academia?  Don Mario respondió: <<El conquistador español es tipo único en la historia de la humanidad; su advenimiento a la escena del mundo significa el de un nuevo y portentoso arquetipo humano… Es la reencarnación integral y conjunta, sublimada en intensidad y del argonauta griego, del legionario romano y del cruzado medioeval>> (Ídem).  La entrada e invasión a esta región de valles y montañas selváticas, que progresivamente fue dominada por las persistentes tropas invasoras poseedoras de esas cualidades, dieron un resultado en la conformación histórica de lo que hoy es Trujillo. 

Con eso, nos esta revelando, con claridad meridiana, que se trataba del ciclo abierto por la espada del Conquistador Español, en el que  la llamada civilización europea entró a dominar a sangre y fuego, y con la cruz y la biblia, en un lento y quizás atrasado proceso de incorporación al imperio español, a lo que sería con el tiempo, Trujillo. De eso se trata este documentazo y por eso, se lo llevó a la Academia de Historia. Ciertamente, un Don Mario atrevido y crítico frente a la historiografía romancera.   

Cuando expuso en la Academia de la Historia, este significativo trabajo, habían transcurrido cuatro siglos de que la civilización, violencia y cultura europea se había incrustado en tierra trujillana, por eso exhorta a los historiadores a comenzar  <<la labor de una síntesis histórica que partiendo de la crítica del documento, se eleva a través de la hermenéutica científica, hacía la explicación integral de los sucesos y convencidos los nuevos historiadores del peligro de las conclusiones categóricas y considerando como provisional la investigación de aquellos hechos cuyas fuentes todas no se tienen a la mano, han dado a nuestros estudios el carácter de una disciplina experimental>> (Discurso citado). Y, los estimula, << por cuanto lo que a una historia unilateral fue imposible hacer en un momento dado, puede lograrse después, cuando se estudia el fenómeno psicosociológico desde las múltiples posiciones alternas que permitan apreciar la validez de todo el conjunto y la concatenación de todas las circunstancias causales>>.


El toque de humor bien hilvanado y mejor surtido de Don Mario.


Si hay algo que llama la atención en los textos de don Mario, que quizás muchos escritores y biógrafos se abstienen de comentar por la personalidad espiritual, entidad intelectual, y por su obra formal, de profunda dedicación, seria, detallada, analitica, es el toque de humor bien hilvanado y mejor surtido.  En su investigación, la psicología de los hombres nuevos de la República, afirmó que era la síntesis de los hombres de la Conquista, los viejos de la Colonia y la de generaciones sucedáneas de aquéllos en la conformación del alma trujillana, entre ello, su buen humor. Seleccioné de este trabajo, estas curiosidades:  

El encantador e irresistible Capitán Don Sancho Briceño.

La tradición es reiterativa en la causa que haya tantos trujillanos con el apellido Briceño, la alianza de familias, por medio del casorio de Ana Briceño, hija de “El Encantador”, con el capitán y fundador de la ciudad, don Francisco de la Bastida. Familias que se asentaron y dejaron huella imborrable en el Valle de Bomboy.

Dentro del grupo de hechos relevantes y jocosos, de un personaje de características excepcionales, esta el de Sancho Briceño,  <<Don Sancho entró con Alfinger a la conquista de Venezuela y en la ciudad de Coro fue Alcalde Ordinario. Acompañó a Jorge Spira en sus expediciones y se halló en la famosa batalla de los Omeguas con Felipe de Hutten. Al regreso de esta expedición se halló presente en la muerte del conquistador ordenada por Juan de Carvajal, y él mismo debió haber estado a punto de morir, pues Herrera erróneamente dice que fue ahorcado por el Gobernador>> (Ídem); aquí, en este dramático pasaje de su vida, fue objeto de la llamada profecía del Dr. Fausto que acompañó a Hutten y sus compañeros por tierras de lo que sera Venezuela, de lo que he escrito mi opinión en otra oportunidad.

En su disertación, el Dr. Mario Briceño Iragorry, expresó que Sancho: estuvo con Francisco Ruiz <<en la reconquista de los cuycas y repoblación de la Nueva Trujillo, donde fue Maese de Campo y avecindado estaba en aquella ciudad cuando fue electo para ir de primer Procurador de la Provincia de Venezuela ante la Corte de España, en 1560>>; tamaño compromiso: el representante de toda la Provincia.

En España logró entre otras cosas, algo trascendental que, <<Entre las Cédulas que alcanzó el negociador es notable por sí sola la que confiaba el gobierno de las nuevas ciudades a sus Alcaldes cuando ocurría la muerte del Gobernador de la Provincia, y la cual, según Depons, sirve para demostrar más la habilidad del Procurador que la previsión de quienes concedieron tal prerrogativa. Si Briceño careciese de otras ejecutorias en los anales de Venezuela, la simple obtención de esta Cédula sería suficiente para consagrar su nombre con relieve eminente>> (Ídem). Un logro que solo podía obtener un hombre con cualidades excepcionales de convencimiento y atracción.

El cronista Oviedo y Baños, calificó a don Sancho, como el hombre de un “extraño hado”, duchado por la afable providencia y destino; sin duda, tanto por sus logros, como por gozar de esa singular cualidad de poseer esa fuerza desconocida, irresistible sobre los demás y sobre los sucesos, para que le fueran favorables a sus planteamientos. Así era Don Sancho “el encantador”. A pesar que, Briceño Iragorry, desciende de este Capitán, se observa que no ahonda en esta estirpe, sino que sugiere leer los trabajos de los escritores como Tejera y el Dr.Vicente Dávila (Próceres Trujillanos).

Otro descendiente de El Encantador Don Sancho, el  Dr. José de Briceño, hijo del prócer independentista  Domingo Briceño “El Negro”,  escribió en una síntesis sobre la vida de sus ancestros y familiares cercanos, que la suerte de estos, dependió de una especie estigma. Briceño Iragorry, coherente con su planteamiento general, señala que de este tronco genealógico, resultará el Diablo Antonio Nicolas Briceño,  <<en 1811 fue al Primer Congreso Constituyente en representación de la Provincia de Mérida. Fogoso patriota, tomó parte activa en los acontecimientos de aquel año memorable y…Su figura ha pasado a la historia con tintes de tragedia: la crueldad a que lo llevaron las urgencias y exaltaciones de la guerra, hizo que sus medios de lucha fueran de una eficacia dolorosa: cabezas de españoles como hojas de servicio para ganar ascensos que hacen contraste con la clemencia que invocaba en el seno del Congreso>> (Ïdem); quizás fueron las consecuencias del presagio de Fausto, según el Dr. Francisco Herrera Luque.

El Maestre de Campo Sancho Briceño de la Bastida y su último traje: un hábito de serafín franco, con el que aspiraba llegar al reino de los cielos.

Si uno estudia este discurso, encuentra protagonistas y hechos interesantes, pero mas interesantes son porque tienen el toque chistoso, la chispa briceñana que estimula a su lectura y re-lectura, por ejemplo cuando se refiere a los descendientes del Conquistador Francisco de La bastida, fundador de la ciudad, allá en el Valle de los Mucas, nos encontramos que su descendiente:  <<Maestre de Campo Sancho Briceño de la Bastida, bautizado el 20 de enero de 1667, quien falleció en Trujillo el 23 de diciembre de 1723 según declaración del Alcalde José de Asuaje en el acto de la apertura de su testamento, en el cual dijo que había visto "su cuerpo amortajado con el havito de tercero del serafín franco en un ataúd en la sala" de su morada>> (Discurso citado). Nos da a entender que, lo vistieron de angelito y príncipe celestial, porque seguramente iba a engrosar a algún coro seráfico, pero no, era que pertenecía a la 3ª. Orden de los seglares Franciscanos, que al pasar de los años y aventuras, comenzaban a conducirse por el camino del bien.    

De la misma familia, Don Sancho Antonio Briceño, Maestre de Campo, Regidor y Alférez Real de Trujillo, enfrentó a los Comuneros del Socorro. Don Mario, explicó que, este personaje,  siendo Alcalde, en 1777,  cuando el ilustre Señor Obispo Martí, <<estuvo en visita en Trujillo estrechó amistad con el Alférez Briceño, quien lo acompañó en sus viajes por los pueblos de aquella provincia, lo cual no fue óbice para que el Obispo llamase seriamente la atención a Briceño por mantener pública concubina en menosprecio de las leyes del matrimonio>> (Ïdem). Fue uno de los alcaldes, señalados como corrupto y controlador del poder, y para congraciarse siendo Alcalde de primer turno formó parte del Cabildo que en 1786, dio carácter oficial a la Escuela que dicho Obispo  había fundado en aquella ciudad. 

Debemos estar orgullosos de esos escapes humorísticos de don Mario, lo que no faltó en El Conquistador Español, como estas otras curiosidades:

Capitán Tomás Davoín, el portugués, que fue Alguacil Mayor de la ciudad de Trujillo, y se casó con una viuda de la tercera edad.

         El primer encomendero del Valle de Bomboy” (hoy La Puerta), <<En el 76  formaba en el Cabildo con el cargo de Alcalde Ordinario. Era natural del Reino de Portugal y casó en Trujillo con Juana Escoto, viuda de Francisco de Graterol, quien aún vivía por el año de 1617, ya centenaria, pues entró a la Gobernación casada con su primer marido el año de 1534>> (Ídem). El portugués tenía 45 años en 1576, al parecer, la señora ya de la tercera edad y viuda,  procreó con este capitán, 4 hijos, entre  los años 1580  y 1590 aproximadamente. Un vientre excepcional. Uno de sus hijos, Juan Alvarez Dabuyn, el vencedor de Nigale y las tribus indómitas del lago de Coquivacoa (Maracaibo) en 1607.

A Domingo Blas, le tocó salir a buscar las pertenencias del difunto “Marañon”  Juan de la Mota.

De este capitán señaló lo siguiente: << A éste se señala en 1568 como vecino de la ciudad y fue mandado entonces por Alonso Pacheco al repartimiento de Juan Guillen de Saavedra a confiscar las armas y el caballo de Juan de la Mota, marañón de los de Lope de Aguirre que allí estaba oculto>> (Ïdem). Habían desplumado al secuaz del  Príncipe de la Libertad o las tomaron como “trofeo de guerra”.

Francisco Camacho, el ganadero, lo quebraron económicamente y se volvió a levantar.

De este interesante personaje, señaló <<Tomó parte Camacho en la primera expedición que se formó el año de 1557 para ir a reducir los cuycas al mando del Capitán Diego García de Paredes, y a más de sus armas y caballo, llevó gran cantidad de ovejas y ganado mayor. Perdida la primera empresa de Paredes, volvió a entrar el año siguiente con el Capitán Francisco Ruiz y llevado de su espíritu industrioso, hizo nuevo acopio de ganado. Puede por tanto considerarse a Camacho como el fundador de la industria pecuaria en el Estado Trujillo>> (Ídem). Fue encomendero, en el primer repartimiento y sus indios incluyendo el Principal Paraca estaban en jurisdicción del actual Distrito Boconó, junto a la encomienda de Tomás Davoin.

Teniente  Luis de Castro, el  “Malmandado”, que vendió una botella de vino a un precio irrisorio y sin permiso.

De este anecdótico Conquistador, destaca que, <<El 11 de mayo de 1570 se hallaba en la casa de la morada del Capitán Francisco Ruiz en la dicha ciudad del Tocuyo, cuando llegó a ella el Alcalde Diego de Escorcha a reclamar a Castro que había vendido una botija de vino sin medida y a notificarle que estaba de hecho condenado a la pérdida del precio. Castro replicó al Alcalde y, subido de palabras, le dijo que aquello estaba mal mandado, y al punto Escorcha exclamó: "¿Malmandado?, yos a la Cárcel". No alegó más el condenado, limitándose sólo a recordarle que era apenas por un año que estaba en ejercicio de la Alcaldía y que en la próxima ocasión lo sería él probablemente>> (Ídem). Posteriormente, intervino el Teniente Justicia Mayor, Francisco Carrizo, y el Malmandado, fue puesto en libertad  y se le  siguió un juicio en que se alegó la falta de competencia del Teniente.

Gaspar Cornieles, dejó de cabalgar y competir en carrera de cintas.

El caso del Capitán Gómez Cornieles, el mismo del Mayorazgo, inmensamente pudiente de fortuna y tierras, sujeto de pasajes románticos, es también curioso, don Mario expresó de este Alcalde: que fue  <<protector material del Convento Dominico de Nuestra Señora de la Candelaria y quien levantó la Iglesia de éste, para cumplir un voto hecho cuando se hallaba en peligro de perecer por habérsele desbocado el caballo en que corría cintas en las fiestas patronales de Trujillo y el cual, como por milagro, se detuvo cuando iba a lanzarse por la peña donde se levantó aquel templo. En ella eran sepultados los Mayorazgos, y dice la leyenda popular que en la cripta de la Iglesia se les enterraba sentados en ricas sillas doradas y adornados de sus joyas>> (Ídem);  cumplidor y tradicionalista este privilegiado. 

Los seleccionados y precedentes pasajes, contienen cuadros y expresiones del humorismo paisano, de los que solo trujillanos, pueden reír a carcajada tendida y sabrosa, pero que a la vez, forman parte de la fisonomía espiritual de este pueblo.

Una de sus mejores biógrafos, la investigadora Laura Febres, escribió de este ingreso a la Academia,  lo siguiente: <<La contestación estuvo a cargo del académico Luis Alberto Sucre, quien no deja de señalar la importancia de los estudios genealogicos dentro del campo de la historia, en los que se destacaba Briceño-Iragorry. Ademas de los nombrados, amigos de don Mario, son importantes los miembros de la Academia Nacional de la Historia con los cuales conversó y discutió sobre la problematica historica nacional, entre los que se encontraban Monseñor Nicolas Navarro, Luis Correa, Luis Alberto Sucre, Carracciolo Parra León, Hector Garcia Chuecos y el hermano Nectario Maria, asi como los contemporaneos de su infancia trujillana como Amilcar Fonseca>> (Febres, Laura. Mario Briceño Iragorry. N° 48. Biblioteca Biográfica Venezolana. Págs. 25 y 26. El Nacional. Caracas. 2007).  A Monseñor Navarro, se le recuerda por su particular posición ante la iniciativa de santificación de José Gregorio Hernández.    

Evidentemente, se puede incluir El Conquistador Español, acompañante de don Mario, en su trabajo: origen de la tierra de María Santísima, dentro de lo que permitía elaborar una definición de las bases para <<un concepto claro y sencillo de la organización política que culminó en la obra de 1777>>, proceso e hito histórico por el que se funda la Nación Venezolana. (MBI. Obras Completas. Tomo 4.72. Congreso de la República. Caracas. 1988 a 1998), una lección de lo que él consideró con mucha razón: <<el pasado como constructor del presente>>; adicionalmente, por sus destellos de fino humor y delicados sarcasmos, se puede considerar como una obra muy agradable de leer.

¿Por qué sorprendernos de celebrar este día, dentro de nuestras efemérides regionales? Suena raro, pero tiene sentido y es importante para nosotros. La fecha: 29 de enero de 1930. 

Imágenes: izquierda, Diego García de Paredes, a la derecha, Mario Briceño Iragorry, difusión pública. 

(*) Portador Patrimonial Histórico y Cultural de La Puerta. 


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