domingo, 1 de diciembre de 2019

El padre Verde y el padre Trejo, se excomulgan recíprocamente.


                                                                  Oswaldo Manrique Ramírez.


En el año 1948, nuestra parroquia es asiento de uno de los episodios   más controversiales y polémicos en su historia religiosa. Siendo ésta, una de las comunidades andinas de mayor religiosidad católica, desde que se asentó como Pueblo de Indios San Pablo de Bomboy en 1601, pueblo amantísimo de sus 4 joyas:  el patrono San Pablo Apóstol, la Virgen de la Paz, San Isidro y la Purísima, que en forma tranquila y sosegada practicaba su devoción, fue interrumpido por una desbandada dentro de la feligresía, considerando que los dos curas protagonistas de estos hechos, fueron párrocos y autoridad católicas de nuestra población, y además, buenos y queridos pastores.

Ni cuando la ruptura del gobierno de Guzmán Blanco, en 1877, que tuvo la idea en el Congreso Nacional de crear una iglesia venezolana por decreto, lo que no se le dio,  ni cuando el general Gómez, que se quebrantaron las relaciones con la autoridad eclesiástica, no se conocía que se hubiese producido un cisma dentro de ella, ya que fue religión oficial de Venezuela, inclusive, consagrada en las Constituciones nacionales.  
El anticlericalismo  del gobierno adeco, durante el llamado Trienio, casi desbordado en las mentes de los cureros dio pie a una campaña anticomunista. Una de las preocupaciones de un sector de la sociedad, era el tema de las autoridades oligarcas de la Iglesia católica. Un reconocido y popular sacerdote de Caracas y otros de varios Estados del país, promovieron la creación de una nueva, y constituyeron la denominada Iglesia Católica Apostólica Venezolana (ICAV), a ésta, se sumó un grupo importante de sacerdotes, y de fieles que fueron dando cuerpo a esta nueva comunidad religiosa criolla, una iglesia católica nacional. Entre ellos, se integró el  conocido padre Verde, nuestro párroco de La Puerta, lo que fue criticado por unos, y apoyado por otros.

La particularidad en cuanto a espacio, es que el cisma eclesiástico, se dio con mayor énfasis en Caracas, donde hacía vida pastoral el padre Castillo Méndez, y en Trujillo, donde estaba el padre Francisco José Verde, particularmente La Puerta, donde éste tenía su residencia personal y también la oficial. Antes y después de su consagración como Obispo, siguió viviendo en nuestra parroquia (antes Municipio). Ya siendo Obispo de los Andes, despachaba desde su residencia en esta misma localidad. 
  


Fachada del viejo Templo, donde ofició durante varios años el padre Verde, como párroco de La Puerta. 2785. 
Al incorporarse a la Iglesia criolla, Verde fue sancionado por el delito de apostasía, herejía y cisma. Debatió con varios sacerdotes y autoridades sus ideas y los motivos del cisma, que debían encontrar en la propia actuación ostentosa, pecuniaria y de doble discurso de los Obispos y curas católicos. Promovió la Iglesia criolla, es decir, una moderna en la que se utilizaba el idioma castellano en las misas y en los matrimonios, abandonando el latín que solo los curas entendían y apartaba a los feligreses del mensaje de Cristo.

En la tarde de un domingo, se presentaron a la casa de este clérigo, varios fieles y amigos, entre ellos las más connotadas beatas de la población, quienes consternados, le llevaron la noticia de que había sido excomulgado. Lo que les causó más conmoción, fue que durante la misa dominical, desde el púlpito, el mismo Padre Trejo, con sus propia voz,  había expuesto la sentencia de excomulgación. El ya Obispo de la nueva comunidad religiosa, no se inmutó y les explicó lo que estaba pasando en la Iglesia.


Gráfica de la nota de prensa, publicada por “El Crisol” en su edición del 21 de octubre de 1948, página 2,  que anuncia la llegada del Obispo verde a Trujillo, y por consiguiente a su residencia personal y obispal en La Puerta.  3094.


La Iglesia Católica Venezolana excomulga a 4 sacerdotes.  El Obispo Francisco José, ejerce su autoridad.
Los dos curas se dictaron sentencias como autoridades eclesiásticas, acusándose de incurrir en faltas condenadas por la iglesia, acarreándoles la prohibición de la comunión y del uso de  los  sacramentos y sufragios comunes de los fieles.  Los periódicos de ese tiempo cubrieron dicho polémico episodio; una de estas publicaciones reseñó lo siguiente:

Semanario Crisol, de la ciudad de Valera, Dirigido por Manuel I. Molina. Edición del día 25-11-1948. Pág. 3. N° 20. Valor: Una locha.
“REMITIDO. Nos. Francisco José Verde, Obispo titular de Nueva Cádiz y Visitador Apostólico del territorio venezolano hago constar que: hace tiempo me separé de la Iglesia Romana por razones que expuse en oficio privado ante la Nunciatura Apostólica, como también ante el Arzobispo de Caracas y ante las autoridades eclesiásticas de Mérida. Por esas razones es bastante extraño que los Pbros. José Humberto Contreras, Ramón de J. Trejo, Rafael Ernesto Monsalve y Pedro Parra, Párrocos de Valera, Mendoza, Escuque y Carvajal, respectivamente, se hayan ocupado de Nos con excomuniones y censuras en los púlpitos de ¡las Iglesias!...- Por estos motivos, Nos, con la suprema autoridad divina que nos asiste declaramos Excomulgados, con la Excomunión latae sententiae, reservada a Nos, a los susodichos presbíteros José Humberto Contreras, Ramón de J. Trejo, Rafael Ernesto Monsalve y Pedro Parra. Esta Excomunión solamente podrá ser levantada por Nos, o por cualquiera de los sacerdotes de Nuestra Iglesia, Católica, Apostólica y Venezolana, siempre y cuando los fulminados por ella, den señales de arrepentimiento y contrición.- mandamos, pues, a los fieles de nuestras Iglesia Venezolana tengan a estos sacerdotes como excomulgados –sino vitandos-, al menos tolerados y dignos de compasión.  Dado y sellado en nuestra provisional Residencia de La Puerta a los veinticinco días del mes de octubre de mil novecientos cuarenta y ocho. (L.S.) FRANCISCO JOSÉ. Obispo Titular de Nueva Cádiz y Visitador Apostólico de Venezuela”  (González, Luis. Testimonios del periodismo trujillano. Tomo XII. Pág. 1301-A. Editorial Venezuela, Valera, 1987). 
Se desprende fácilmente de este Remitido, que el padre Verde, excomulgó al cura Ramón de Jesús Trejo, párroco de La Puerta, también al padre Pedro Parra y al presbítero José Humberto Contreras, admirado padre por sus obras sociales en favor de los sectores pobres de Valera; sin embargo, piadoso, la sentencia, aclara que podían ser tolerados y dignos de compasión.




Gráfica del Remitido ex comulgatorio, copiada de “El Crisol”, del 25 noviembre de 1948. 3093.


¿Quiénes son nuestros apasionados, polémicos y admirados párrocos?     
          Don Luis González, apreciado cronista y periodista, en su meritoria recopilación sobre el periodismo regional, denominó al padre Verde,  como un “personaje de antología”, agregamos que también lo fue el padre Trejo, el constructor de nuestro templo católico de San Pablo Apóstol. 

El padre Francisco José Verde, fue párroco de La Puerta, en la década de los  40 del siglo pasado; era un hombre estudioso, de una formación y doctrina de alta densidad. Nuestros abuelos lo recordaban como de carácter afable, de gran sensibilidad,  inclinado a la acción y pastoral social, preocupado por los desamparados, enfermos, desvalidos, un tipo de sacerdote humanista, vinculado a la iglesia de los pobres, preocupado por compartir y comunicarse en forma sencilla con su feligresía. Nació el 4 de noviembre de 1899, en Carora, estado Lara, Venezuela. Hijo de Francisco Verde Gallardo y Rosaura Elisa Bracho Pérez, ambos nativos de Carora. Su dos hermanas, Soledad nació en el año 1894 y Amelia nació en 1902.
Cuando sobreviene en 1948, el golpe de estado contra el gobierno adeco,  los oligarcas se alzan en Jajó y La Mesa,  grupos armados se organizaron bajo la comandancia del general Juan Araujo.  El padre Verde, al parecer, en su coherente línea anti oligarca,   marchó acompañando a la tropa del general Luis Felipe Llovera Páez, su amigo, desde que era Capellán del Ejercito, y ahora,   designado para reducir las fuerzas anti gobierno del general Araujo (Angulo Rivas, Alfredo. Adiós a la utopía).  

El padre Ramón de Jesús Trejo, fue párroco de La Puerta, hasta finales de la década de los 50 del siglo XX,  recordado por la comunidad por ser un hombre de acción, fue más inclinado al mejoramiento de la condiciones para que las actividades litúrgicas se realizaran  en condiciones adecuadas. A él, debe nuestra parroquia el que hoy tengamos el hermoso templo de San Pablo Apóstol. Se preocupó en demasía por lograr su construcción, viejos vecinos que en su juventud trabajaron en dicha obra, lo vieron muchas veces  hablando con los albañiles con los planos en la mano, o con su sotana negra llena de engrudo, o manchada por los elementos de construcción y otras veces, bajando y trasladando materiales, o ayudando en cualquier actividad en que se necesitara mano de obra.
Culto, estudioso, valoraba las expresiones culturales autóctonas; fue la primera persona que avizoró el talento natural de Josefa Sulbarán la pintora trujillana. El padre Trejo, fue la persona que vio la primera obra pictórica de Josefa, un día que fue en actividad pastoral, y ella le mostró el famoso cuadro con la panorámica de “Los Cerrillos”, lugar donde ella vivía con su familia, después llamado el cuadro perdido. A partir de este conocimiento, en el que él le pide que le haga uno parecido, entusiasmándola a que siguiera pintando,  se fue difundiendo la obra de esta excepcional artista.
Al contrario de lo que se lee en la placa inaugural, que está fijada en la fachada de nuestro actual templo, fue este cura, quien promovió la idea, proyectó, buscó el financiamiento, contó con la generosidad del señor Audón Lamus, uno de los hombres de mayor fortuna económica,  los maestros italianos que trabajaron, y  los construyó casi en su totalidad. Podemos decir, que fue su máxima realización material en nuestra parroquia, que pueden disfrutar tanto habitantes como los visitantes.

El padre Trejo, nació el 25 de mayo de 1907, en la población de Mucurubá, Estado Mérida.  Ordenado sacerdote el 15 de agosto de 1929, en la Catedral de Mérida, con Humberto Corredor Tancredi, por Monseñor Chacón. Dijo su primera misa el 8 de septiembre de 1929, en Mucuchíes y predicó el Presbítero José Humberto Quintero, luego Cardenal de Caracas; también asistió Monseñor Acacio Chacón.

Desempeñó varios cargos eclesiásticos, entre ellos, Teniente de Betijoque, cuando el padre Moncada fue el párroco. Ayudó a Monseñor Carrillo en Trujillo. Pasó a ser Párroco de Santiago, estuvo 4 años. Párroco de El Alto, Sabana Libre e Isnotú. Luego Párroco de Montecarmelo. Enfermó y vivió un tiempo en Mérida, se incorpora como Párroco de Timotes, donde estuvo 14 años. Luego, párroco de La Puerta y Mendoza Fría, durante 26 años. Murió el 17 de julio de 1984, en Mendoza.
 Ese resumen biográfico, nos da una idea de la densidad y el calibre de la obra de estos sacerdotes.

 El cisma en la Iglesia.  El cuerpo social confundido y fiel a sus creencias de orden espiritual.
         En un trabajo sobre la Compañía de Jesús, como institución educativa en nuestro país, se refiere al cisma de la iglesia católica tradicional y la creación de una nueva iglesia; explica que en abril de 1948, en pleno primer gobierno adeco, se produjo un cisma en la Iglesia tradicional católica, en el que el reverendísimo sacerdote venezolano Luis Fernando Castillo Méndez, fue ordenado Obispo por Carlos Duarte Costa, fundador de la Iglesia Católica Nacional de Brasil. Su consagración fue como Obispo Primado de Venezuela y se hizo el 3 de mayo de ese año en la ciudad de Balboa, en República de Panamá (Yepez Castillo, Aureo. La Universidad Católica Andrés Bello en el marco histórico educativo de los jesuitas en Venezuela. Págs. 122 y 123. UCAB. Caracas. 1994).

En el citado ensayo, se incluye la opinión del político, ex Ministro social cristiano y elemento del Opus Dei, Rodolfo José Cárdenas, quien escribió sobre “el vedetismo de Castillo Méndez como líder cismático” que poco a poco se fue desinflando  basándose en las palabras de un cura de apellido Cortada, que anduvo con el prelado y lo acusó con lo siguiente de “ceremonias exageradas, devociones superfluas y cada día más abundantes lujos, comodidades de todas clases y misticismos carantoñeros para engañar a las pobres gentes” (Ídem).   A Castillo Méndez, en virtud de sus acciones religiosas revolucionaria dentro de la iglesia católica, fue calificado como comunista y pieza de supuestas maniobras políticas. Ocurrido el golpe de estado el 24 de noviembre de  1948,  el gobierno militar curero, ordenó vigilarlo y acosarlo,  fue apresado y torturado, y reacciona la población que rodea el Cuartel de policía en Caracas,  y posteriormente exiliado por el dictador Pérez Jiménez. Castillo Méndez  nació en Caracas, en 1922. Fue designado como Patriarca, es decir, el Prelado principal de la nueva Iglesia en Brasil,  hasta que murió en 2009.  

Las principales propuestas de la nueva iglesia católica, eran la elección popular de los Obispos, rechazo de la dictadura, particularmente la de Francisco Franco en España, y eliminar el celibato eclesiástico. No pudo trascender más allá del trienio adeco (1945-1948), esta iglesia nacional, rebelde y popular.
El padre Verde siempre se mantuvo en el marco diario de la enseñanza de la fe, obedeciendo el mensaje de Cristo y siempre al lado de los pobres, se le atribuye que era abiertamente anti oligarca, pero expresando el respeto a la iglesia católica, pues su influencia ideológica y formación venia de ella.  Sin embargo, el político socialcristiano Rodolfo José Cárdenas, pretendía también  descalificar al padre Verde, porque había declarado a la prensa, la manera sui generis de percibir la Iglesia.

El padre Verde, dio una declaración al diario  El Nacional,  publicada el 21 de noviembre 1948, en la que dijo:
“seré activo hasta la temeridad en este nuevo ideal (…) la iglesia católica venezolana no toma en cuenta la política. Para ella todos los hombres son sus hijos: los blancos, los rojos, los marrones, los verdes. Para salvar un alma no toma en cuenta la ideología de la materia que contiene. La nueva Iglesia fomentará entre sacerdotes y seminaristas, el respeto por las legítimas autoridades, por el gobierno constitucional, por los gobiernos eclesiásticos sean ellos protestantes, católicos, anglicanos...En el mundo actual lo que se necesita es   comprensión, acercamiento, amor, generosidad, desprendimiento. Nunca como ahora se hace necesario predicar el dulce mandamiento de Cristo: Amaos los unos a los otros”. (Ídem).

El padre Verde se mantenía en el marco diario de la enseñanza de la fe, obedeciendo el mensaje de Cristo y siempre al lado de los pobres, a la vez,  ratificando el respeto que sentía por la iglesia católica que lo había formado y ahora excomulgado. 


Presbítero José Humberto Contreras, uno de los excomulgados por el padre Verde. Gráfica copiada de  Testimonios del periodismo trujillano, de don Luis González. 3023.

Como se puede entender de su declaración, este movimiento eclesiástico, fue víctima de una campaña política curera, por parte de una conspiración de la dictadura militar, de Copei y las Ligas anticomunistas que se habían formado, de la autoridad inquisitorial de la vieja iglesia católica romana y lo sectores mas oscurantistas del Opus Dei.
  


 El cura Pedro Parra, párroco de la Iglesia San Juan Bautista de Valera, otro de los excomulgados por el padre Verde. Gráfica copiada de  Testimonios del periodismo trujillano, de don Luis González. 3021.


El padre Verde regresa a Trujillo, como Obispo de los Andes.
Días antes de aquella polémica declaración de prensa, el popular padre Francisco José, ex párroco de La Puerta, regresó a Trujillo,  realizó una gira por varias poblaciones, en las que fue promoviendo la nueva iglesia y sumando voluntades y fieles para su conformación. El Semanario Crisol, de la ciudad de Valera, Dirigido por Manuel I. Molina. Edición del día 21-10-1948. Pág. 2. N° 20. Valor: Una locha.  Tituló: Llegó Monseñor Verde.  

“Informaciones de la capital del Estado nos ponen en conocimiento que llegó Monseñor Francisco José Verde, Obispo de la Iglesia Católica Venezolana, recién elevado al rango de Obispo de los Andes, por Monseñor Castillo Méndez, Primado de Venezuela.
Monseñor Verde, perteneciendo aun a la Iglesia Internacional Romana ejerció el curato de varios pueblos trujillanos, entre ellos La Puerta, Mendoza, La Mesa, etc., luego fue Capellán del ejército. Se sumó a la Iglesia Católica Venezolana liderizada por Castillo Méndez, y viene a fundar su iglesia en los andes, donde aproximadamente empezaran los católicos a escuchar misas y otros oficios en lengua nativa.
…pero es presumible que gracias a la presencia y su labor infatigable Monseñor Verde…abandonaran la sotana negra para vestir la blanca que llevan los sacerdotes de esta iglesia revolucionaria que desconoce la autoridad extranjera del pontífice romano, y surge con plena autonomía venezolanista, a semejanza a la Iglesia Católica Brasileña, o la Ortodoxa de Inglaterra, Rusia, Grecia y otros países.
Seguramente veremos en breve una recia pugna religiosa entre católicos romanos y católicos venezolanos” 
(González, Luis. Testimonios del periodismo trujillano. Tomo XII. Pág. 1195. Editorial Venezuela, Valera, 1987). 


Gráfica de la llegada del Padre Verde a Pampán. Semanario Crisol, de la ciudad de Valera, Dirigido por Manuel I. Molina. Edición del día 11-11-1948. Pág. 2. N° 20. Valor: Una locha. 3092.

Leyenda pie de foto:” Un grupo de católicos en la población de Pampán, reciben a Monseñor Francisco José Verde, Obispo de la Iglesia Católica Venezolana. Éste celebrará próximamente en el Barrio Bella Vista de Valera una Misa en idioma castellano”. (González, Luis. Testimonios del periodismo trujillano. Tomo XII. Pág. 1301. Editorial Venezuela, Valera, 1987). 

La ICAV, creada por Castillo Méndez y el padre Verde entre otros, sigue existiendo, socialmente limitada, sus sacerdotes siguen construyéndola poco a poco,  realizando su trabajo de fe, de bajo perfil, sin ostentación y sin estridencia.
El verdadero motivo que nos mueve con esta crónica es, porque queremos en primer término al compartir este episodio, rescatar valores y personajes históricos importantes, de gran valía, de obra y pensamiento trascendente, quienes lucharon desinteresadamente por mejorar los condiciones materiales y espirituales de nuestra comunidad en épocas pasadas; y en segundo término, porque es hora,  que se haga el reconocimiento público  a la meritoria labor  de estos dos sacerdotes, que se desempeñaron como benefactores ejemplares de nuestro pueblo.
La Puerta, noviembre 2019.
Omanrique761@gmail.com


2 comentarios:

  1. Curiosa esta historia de la excomulgación mutua.
    Sobre El General Juan Araujo ¿Podrías ampliar sus datos de vida?

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  2. Saludos. Con gusto. estoy revisando un trabajo sobre Sofia Baptista, pariente del León de la Cordillera y del otro general Juan Araujo, y uno contemporáneo, el del Coronel Burelli, involucrados en la resistencia contra la dictadura de Gómez.

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