domingo, 15 de diciembre de 2019

La 1ª. Tragedia aérea en el Páramo de La Puerta (1950)




            Oswaldo Manrique R.

La tragedia y la fatalidad se aparecen  en cualquier tiempo y en cualquier lugar, incluyendo, los espacios más apartados e ignorados del planeta, los más tranquilos y  los de mayor flujo de alegría. Tres meses después del evento telúrico que sacudió y  surcó la tierra en el Xikoke y en La Puerta, qué se iba a imaginar Concio Rivas,   que al comenzar la tarde del 15 de diciembre de 1950, precisamente en el páramo donde nació y vivía,  donde estaba siendo objeto él,  de un proceso de estabilización y madurez, ocurriría una de las tragedias que mayor dolor y consternación causó a la sociedad venezolana.  
Un aterrador y estruendoso ruido, anunciaba que se había estrellado el DC-3, siglas YVC-AVU, de la empresa Avensa, que debía cubrir la ruta Mérida- Maiquetía, llevando 31 personas,  a pocas horas de camino en el mismo páramo de Las 7 Lagunas, en un cerro conocido como La Palma, a una altura de 2.800 m.s.n.m., concretamente en la cabecera de la Quebrada Grande, al suroeste de Montecarmelo. No hubo sobrevivientes.


Modelo de avión DC-3, con 2 motores Pratt & Whitney, similar al de Avensa que se estrelló contra uno de los cerros del Páramo (7 Lagunas), en 1950.

Sin duda, aquel suceso marcó hito y tuvo gran significación para los parameños, acostumbrados a su bucólica vida de montaña, y que será recordado con mucha tristeza. Durante las primeras horas de haberse conocido la noticia, se produce el tumulto y movilización empírica en la población más cercana: La Puerta. Las personas bajaron del páramo, se sentían confundidas, hubo alboroto y sumidas en una consternación colectiva que se iba intensificando en la medida que iban llegando los familiares de las víctimas, los deudos, los curas del Colegio San José, incluyendo a su rector, el padre chileno Vélaz, que participó directamente en la búsqueda de los cadáveres y agradeció personalmente a Concio por su colaboración. El Padre José María  Vélaz, fue el Fundador de Fe y Alegría, labor educativa que inició en un rancho prestado del sector popular del 23 de enero, de la ciudad de Caracas.   


Padre jesuita José María Vélaz (n. 1910, Rancagua, Chile – m. 1985, Masparro, Venezuela), Rector del Colegio San José de la ciudad de Mérida, donde estudiaban los jóvenes siniestrados, quien participó directamente en la búsqueda de los cadáveres.

Los 3 tripulantes de la aeronave, un estudiante universitario y los 27 estudiantes de bachillerato del Colegio San José de la ciudad de Mérida, que habían salido de vacaciones navideñas y eran esperados por sus familiares en el aeropuerto de Maiquetía, murieron. El avión era piloteado por uno de los más diestros  profesionales de la aviación, el capitán Powers y a su lado,  como copiloto iba Roberto Suprani, quienes habían despegado del aeropuerto Alberto Adriani, a las 12 y 13 minutos del mediodía, cogieron su ruta habitual por el valle del Chama, vía el Lago de Maracaibo, hacia Maiquetía, pero encontró una espesa nubosidad, y a la media hora de vuelo, se estrelló contra el cerro La Palma, en el Páramo de las 7 Lagunas.


Obsérvese la cima en la vía a las 7 Lagunas, cercana al sitio del accidente de aviación. Cronografía 2633, lente de Antonio Lino Rivero.

El mismo día en la tarde, un campesino de Montecarmelo dio aviso al prefecto y a las autoridades policiales; la noticia vía telegráfica fue difundida al país. Los organismos de seguridad,  policiales y militares, se movilizaron y organizaron una comisión al mando de oficiales de la Guardia Nacional, que dirigió el operativo de rescate de las víctimas.  Al conseguir los baquianos y los improvisados rescatistas, el grupo salió de La Puerta, vía La Lagunita. Llegaron al día siguiente en la madrugada, a pie. El hombre de la plateada montaña, experimentado baqueano, pensaba subir al día siguiente, haría algunas diligencias. Fue sorprendido, porque cuando el jefe de la comisión de la Guardia Nacional se enteró que era el más experimentado baqueano de la zona, no hubo excusa e inmediatamente, lo obligó a subir hasta el sitio de la tragedia. Al llegar a Quebrada Grande, vieron que el avión, no se había despedazado, todos los cadáveres se encontraron; ante aquella dramática escena, de jóvenes estudiantes,  Concio colaboró en el rescate y con sus bestias ayudó al traslado de los cadáveres.  


De pie, con sombrero Concio Rivas, el baquiano del Páramo de La Puerta, quien colaboró con el rescate de los cadáveres de los que iban en el avión siniestrado en 1950.

Las bestias, hundían sus cascos en el barrial de los cangilones y cavas por donde pasaron, Concio arreaba las suyas, en sigiloso y cautelar movimiento para que no se soltaran los sacos rústicos que envolvían los cadáveres de los estudiantes del San José, cortejo mular que al llegar al pueblo, conmovían los nervios más templados que se encontraban en la plaza Bolívar de La Puerta. Todos los ojos estupefactos, permanecieron volcados hacia las figuras de los sudorosos animales, con sus cargas funerarias.


Capilla en el sector Laguna Negra, cercana al sitio del accidente de aviación, se observa mucha neblina. Cronografía 2635, lente de Antonio Lino Rivero.

Desde Valera, los cadáveres fueron llevados a Caracas el día 19 de diciembre, donde serían sepultados.  Al año siguiente, los familiares, los curas y estudiantes del Colegio San José, subieron y levantaron una enorme Cruz de madera, en el sitio del siniestro, que luego sería sustituida por una de aluminio, y hoy, hay construida una  hermosa  ermita, donde los deudos, sus amigos y los rescatistas y jóvenes de nuestra comarca, todos los años suben a conmemorar y rezar por las víctimas de ese accidente aéreo.


Panorámica de la capilla en el sector Laguna Negra,  cercana al sitio del accidente de aviación. Cronografía 2636, lente de Antonio Lino Rivero.

Nota: El anterior relato,  forma parte de las aventuras del abuelo Concio Rivas, de mi libro Relatos y Cuentos del Páramo de La Puerta, que transcribo y comparto, a propósito que el año que viene se cumplen 70 años de tan lamentable tragedia aérea, y en tributo y memoria a los estudiantes y demás víctimas.  El 5 de marzo de 1991, ocurrió otro accidente aéreo en este páramo; el avión llevaba 45 personas, no hubo sobrevivientes.

La Puerta, diciembre 2019.


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