Biografía breve de
Antonio Nicolás Briceño.
Apreciados lectores, en la ocasión de estarse celebrando 240 años del natalicio de este ilustre prócer, me permito reproducir a continuación, a título
informativo, la breve nota biográfica, extraída del trabajo del historiador trujillano
Mario Briceño Perozo, para que se tenga una ligera idea, de quien fue este trujillano ejemplar, prócer y mártir de la gesta independentista. OM.
¿quién fue Antonio Nicolás Briceño?
Nació en Mendoza del Bomboy (Edo. Trujillo), 29.4.1782 —murió en Barinas (Edo. Barinas) 15.6.1813.
Abogado y coronel. Diputado al Congreso de 1811 y firmante del Acta del 5 de julio de ese año. Promotor en 1813, de la «Guerra a Muerte» contra los españoles, en represalia a la actitud adoptada por las autoridades realistas.
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Antonio Nicolás Briceño, boceto realizado por el pintor Jesus Teran Teran, en 1982. |
Descendiente de antigua familia trujillana. Su padre, Antonio Nicolás Briceño Quintero, el Abogado, tuvo en el matrimonio con su prima Francisca Briceño Pacheco, 8 hijos, el último de los cuales fue Antonio Nicolás, que llevó el mismo nombre de su progenitor. Hermano de Domingo Briceño y Briceño. Al viejo Briceño Quintero se le llamaba el Abogado por haber sido el primero de esta profesión que estableció bufete en Trujillo; en ese bufete hicieron pasantía Cristóbal Mendoza y 4 de los hijos del jurista que abrazaron esta carrera. La niñez y adolescencia de Antonio Nicolás transcurrieron en Mendoza, Trujillo y Mérida. Ocasionalmente iba a Barinas en donde el viejo tenía propiedades y ramificación familiar. En esa etapa, el muchacho se distinguió por su habilidad para representar papeles en los autos sacramentales. Nadie como él personificaba a Lucifer, de ahí que, como cognomento de colegio, recibiera el sobrenombre de «el Diablo» y con este significativo remoquete entró en la historia de Venezuela.
Cursó jurisprudencia
en Mérida y en Caracas, hasta graduarse en ambos derechos (civil y canónico).
Se recibió como abogado en las Reales Audiencias de Santa Fe y Caracas; se
avecindó en esta última ciudad, donde contrajo matrimonio, el 10 de enero de
1807 con la mantuana María de los Dolores Jerez de Aristeguieta y Aguado,
parienta de Bolívar. El único fruto de esta unión lo constituyeron 2 hijas,
María Ignacia e Isabel, que murieron célibes. El estudio de los clásicos
griegos y latinos, ingleses, franceses y españoles nutrieron su cultura, la que
enriquecerá con las ideas de los filósofos que en Francia hablan de derechos
humanos y de régimen liberal. Sus convicciones políticas le llevan a la amistad
con los caraqueños que comulgan con los principios revolucionarios. Esto le
hace participar en las conspiraciones de 1808 y 1810, sufre persecuciones,
cárcel y confinamiento; participa en todas las actividades que siguieron al 19
de abril de 1810, fue a Mérida y Trujillo a formar conciencia republicana. De
allí su elección al Congreso Constituyente de 1811 por Mérida. En el Congreso
se destaca por sus intervenciones. Es de los firmantes del Acta de la
Independencia, el 5 de julio de 1811; secretario interino del Congreso y el 21
de marzo de 1812 es elegido miembro suplente del Ejecutivo Federal. Del gobierno
republicano recibe comisiones que cumple a cabalidad; cuando Francisco de
Miranda asume en 1812 el mando como Generalísimo, él se desempeña como fiscal
militar y realiza su primera campaña al perseguir a Eusebio Antoñanzas y luchar
contra este en Camatagua. Fue asesor jurídico del Consejo de Guerra reunido en
La Victoria, que aplicó las disposiciones drásticas del decreto penal el 16 de
abril de 1812. Después de la capitulación del general Miranda, Briceño emigra a
Curazao, el 31 de julio del citado año 1812; luego se traslada a la Nueva
Granada con el firme designio de volver a Venezuela y librarla de la dominación
realista, cuyos partidarios cantaban entonces en Caracas y otras poblaciones:
«...Para siempre desterrado/todo traidor caraqueño, asesinado Briceño/Espejo
descuartizado...». Según las leyes de la monarquía los promotores de la
Independencia eran reos de lesa majestad y como tales, estaban sujetos a la
pena de muerte; como represalia, Briceño lanza en Cartagena de Indias el 16 de
enero de 1813, una proclama en la cual establece la confiscación de los bienes
de los españoles, los cuales serían distribuidos entre quienes se alistasen con
él para libertar a Venezuela y se fija igualmente un procedimiento de ascensos
militares basado en el número de españoles que lograse matar cada miembro de su
ejército. Después de haber recibido del gobierno de Cartagena el título de
coronel, que prácticamente ya había conquistado en Venezuela, marcha con sus
fuerzas a la frontera venezolana; los jefes patriotas, brigadier Simón Bolívar
y coronel Manuel del Castillo, que operan en los valles de Cúcuta, le reconocen
el grado de coronel y el mando de la caballería. En abril de 1813, está en San
Cristóbal, donde lanza una proclama el día 7, en que reforma el plan de Cartagena.
El 9 inicia la guerra a muerte con el fusilamiento de 2 españoles que se
burlaron de sus órdenes; con la sangre de las víctimas firmó documentos para
Bolívar y Castillo; en mayo, sin contar ya con el apoyo de estos avanza hacia
Guasdualito por la montaña de San Camilo; su propósito es reunirse en Barinas
con los Briceño Angulo, sus parientes, decididos republicanos, que lo tenían
como jefe de un gran movimiento para libertar a Venezuela. Pero todos fueron
traicionados; a los realistas se les avisó acerca de los pasos de Briceño y
este fue vencido en el camino; el triunfador en el combate, 15 de mayo de 1813,
fue el realista José Yáñez. Briceño cayó preso junto con 12 de sus oficiales;
logrando escapar, Jacinto Lara, Teodoro Figueredo y otros que después
continuarían luchando. A Briceño se le siguió juicio militar en Barinas; antes,
ya lo habían hecho con los Briceño Angulo y los demás patriotas que esperaban
al «Diablo» para su empresa libertadora; Juan José Briceño Angulo, el más
importante del grupo barinés, fue fusilado el 22 de mayo de 1813 y Antonio
Nicolás el 15 de junio. Horas antes había gritado desde su calabozo: «Fusílenme
pronto para no sufrir por más tiempo a los tiranos de la patria» y le había
escrito a su esposa una carta que es vivo testimonio de su vida consagrada a la
libertad de Venezuela.
Autor: Mario Briceño Perozo.
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