Pedrito Rangel, la
prodigiosa voz de La Puerta tempranera.
Por Oswaldo Manrique
(*)
Quizás el más destacado y recordado
cantante de La Puerta, de comienzos del siglo XX, fue Pedro Rangel. Junto a
nuestros aficionados y campechanos bardos locales, la mayoría no nacidos aquí,
pero grandes intérpretes y algunos, autores de música criolla, bambucos,
valses, canciones campesinas y populares y hasta música religiosa, eran el
deleite de aquellos tiempos virgilianos, penurias y esfuerzos por construir sin
conocimiento ni experiencia, un pueblo. Formaron sin duda, la rondalla musical
puertense.

La idea que me mueve a rescatar
información de este singular personaje, está relacionada con la necesidad de la
reformulación de La Puerta como destino agro-turístico, replantear y discutir
sobre lo que se ha tenido hasta ahora como experiencia y que podemos llamar
"turismo chapucero, revendedor de baratijas asiáticas, mercantilista,
consumista y globalizado", que como práctica ha desplazado nuestra cultura
rural andina, en todos los ámbitos. Y, lo pertinente, echar una mirada a la
música y la cultura, como fortaleza rehabilitadora del buen turismo.
La expresiones de literatura de
tradición oral, como la decimista, aguinaldos, lírica campesina,
canciones populares locales, himnos, se desconocen, no se imparten en nuestros
centros de formación, tampoco cuentan con apoyo de las instituciones públicas
ni privadas. A duras penas, haciendo abstracción de la escuela de música por
razones obvias, y los Chimbangueles, subsiste escasamente la parranda de la
búsqueda de Niño y los rosarios cantados en los aislados caseríos parameños,
gracias a la persistencia y terquedad de sus habitantes.
Obviar y olvidar la cultura
autóctona, significa un quiebre en el proceso de tradición oral de la identidad
vital, histórica, cultural, social y hasta política de los pueblos andinos,
quienes se desconectan de la experiencia virtuosa de sus ancestros, creencias,
vivencias, fortalezas, debilidades, sus luchas, encallejonándola a la perdida
de la memoria oral e histórica, que al final, es la pérdida de conciencia como
sujetos sociales y como comunidad, es decir, sostener el borrador progresivo de
conciencia, que es uno de los objetivos del "pensamiento único". Esas razones, nos inducen a rescatar y
difundir la vida y obra de este importante y espontáneo cantor andino, de
principios del siglo XX.
A partir de la muerte del general
Gómez, hubo mayor flexibilidad horaria con la "matraca", duraban más
los eventos y lo llamaban para cantar en reuniones familiares y de amigos,
incluido bautizos y casorios. Pedrito, como afectivamente se le llamó en
aquella pequeña aldea, nació en el Municipio La Puerta, hoy devenido en
Parroquia, <<Si, era un comerciante nativo de La Puerta>>
(Rivero), en el regazo de una familia de escasos recursos económicos,
católica y con ansias de vivir adecuadamente, por eso se integra al poblamiento
y urbanizaje del nuevo pueblo de La Puerta.
Trabajó desde niño en labores
agrícolas, trigales, cañamelares y en las fincas queseras, cargando sobre sus
hombros y bajo el verraco sol, cortes de leña para calmar el frío en la
casa.
Nuevo poblador,
comerciante, barbero y sobre todo, músico y poeta popular.
A pesar de las difíciles
circunstancias en las que vivía, en un incipiente pueblo de apenas 50 casas y
escasa población, Pedro, se mantuvo en el ideal constructivo.
Antonio Lino Rivero, uno de las
personas de mayor edad, que hace esfuerzos por la reconstrucción de la memoria
histórica de La Puerta, recuerda que, <<Pedrito Rangel era un comerciante muy
conocido que vivió en la avenida Bolívar entre calles 8 y 9, al lado del local
que construyeron los chinos, eso fue en las décadas 1930/40 y 50>>
(Antonio Lino Rivero. Notas Biográficas sobre Pedro Rangel, enviadas vía wasap en
diciembre de 2023); la ubicación corresponde -según la historia de los
hacendados -, a la denominada "calle culta".
Pedro Rangel era considerado un
hombre honorable y trabajador de La Puerta, la historiografía local, hace
referencia de él, y lo reconoce en su lista de personajes importantes, así: <<No
hay que olvidar a Pedro Rangel, comerciante, barbero y sobre todo, músico y
poeta popular>> (Abreu , 80).
La escritora Ligia Burelli, en su
obra de memorias de su infancia, apuntó que, <<Don Pedro Rangel, a quien ella
acudiera a pedir auxilio pues creyó que el joven era epiléptico, se asomó a la
calle por encima del mostrador de su tienda y sonrió levemente>>
(Burelli, Ligia. Un día volver. Pág.
320. Caracas. 1992); su tienda comercial.
Rivero, nuestro generoso colaborador,
nos dice: <<de Don Pedro Rangel, le
diré que yo lo conocí en el año 1945/46, era muy amigo de mi papá. Primero
vivió en el sector La Legua con su familia, era una casa bastante amplia, la
Legua era igual a un kilómetro, esa era la distancia desde la famosa tienda de
Audón Lamus, hasta el final del pueblo, la casa estaba al lado de lo que hoy es
un Restaurante (La Cabaña de Cámara), después se mudó donde los “Chinos”
construyeron un local comercial (ave Bolívar entre calles 8 y 9, al lado de
donde vivió Juan Rivero>> (Notas de Rivero).
Sobre sus facciones nos describe
Rivero, que: <<Yo lo vi últimamente en la década de los
años 1940, tenía aproximadamente 60 años y era de aspecto normal no muy blanco
ni trigueño, su estatura era entre 1.65 a 1.70 aproximadamente>>
(Notas de Rivero).
La Puerta, pueblo de recién llegados,
que mezclaba gente de labor, preocupados por mejorar económicamente, con
gamonales y aventureros, era también lugar de entretenimiento, aire cultural y
música. Pedrito, en su vida, se arrimó a los pocos hacendados con cierta
preocupación por la cultura, las familias de la “Calle Culta”. Allí, conoció a
doña Juanita Archila, al maestro Tulio Viloria, José Rafael Abreu y otros
vecinos, que representaban una avanzada musical entre los neo pobladores.
Allí comenzó a hacerse notar. En su
pulpería, y en los ratos en que no tenía que estar en el solar peluqueando a
sus clientes, leía, componía sus versos, tarareando, y ensayaba su portentosa
voz. Lo que siempre y por todos, le fue reconocida, <<Pedro Rangel era el trovero preferido, con
las canciones "Flores Negras" y "El Viajero">>
(Abreu, 79); rompió venas, con aquel bolero:
Me hacen daño
tus ojos,
me hacen daño
tus manos,
me hacen daño
tus labios,
que saben
fingir.
Y a mi sombra
pregunto,
si esos labios
que adoro,
en un beso
sagrado,
podrán mentir.
Y aunque viva,
prisionero en mi
soledad,
mi alma te
dirá…,
hay te quiero.
Nuestros labios,
guardan flama,
de un beso
voraz,
que no
olvidarás, mañana.
(Coro)
Flores negras del destino,
nos apartan sin piedad,)
pero el día vendrá en que sea,
para mi nomás, nomás.
(Repetir)
Flores Negras, dicen es la perfección
hecha canción. Solo un cantante con una capacidad torácica excepcional, puede
cantar este boleraso, lo hicieron artistas consagrados en su tiempo como Javier
Solís, Felipe Pirela, Celia Cruz y Pedro Vargas y reciente, Luis Miguel.
En su repertorio incluía baladas de
su creación. En sus vivencias de infancia, la misma Ligia Burelli, incluyó un
pequeño párrafo sobre los músicos del pueblo, y <<cómo ella supo de una dinastía de
músicos -aficionado, desde luego, pero con mucha inspiración- entre los que
sobresalía don Pedro Rangel, un "cantautor" como dicen ahora, pero
que para entonces, afortunadamente, era solo el eximio cantor de sus propias
baladas y de hermosos temas del repertorio iberoamericano>>
(Burelli, L, 331).
No existía carretera, y su
popularidad se había expandido tanto que sus fanáticos sorteaban las distancias
desde sus pueblos, para ir a escucharle cantar. Integrado al grupo de la
"Calle Culta", su vocación musical, espontánea y loable, lo convirtió
en el exponente del cancionero tradicional andino y popular, sin exigir pago de
dinero o retribución ninguna.
Aunque parezca banal, su canto, la
actividad musical de aquella espontánea rondalla, las expresiones teatrales y
culturales de su época, contribuyeron a darle identidad, querencia,
cotidianidad y solidez al proceso constructivo y cultural del nuevo pueblo.
Las "veladas culturales” de la nueva población de La Puerta.
La actividad de teatro y las veladas
musicales, populares, festivas y religiosas en La Puerta, cumpliría una labor
importante en el proceso de Neo poblamiento (sin indios) y de construcción
urbana de comienzos del siglo XX. En aquel ambiente de analfabetismo y
penurias, la construcción de un pueblo racista, de hacendados y gamonales, tuvo
en el arte escénico el espacio propicio para generar mediante el
entretenimiento, invitación y estímulo a los visitantes a integrarse y
contribuir al impulso de esta comunidad en formación, un nuevo imaginario
colectivo y local.
Las veladas eran una mezcla entre
teatro y música eran espectáculos donde actuaba la gente de la misma comunidad.
Para aquella época estamos hablando de 1930, destacó Pedro Rangel. Su sentido
dramático, le hizo participar en varias obras de teatro humorístico y otras de
contenido patriótico, siendo la más destacada Los últimos momentos del
Libertador, puesta en escena en diciembre de 1930, con motivo del centenario y
homenaje nacional al Padre de la Patria.
Su vida es prácticamente un misterio,
una especie de ídolo de nuestro acervo cultural andino, y, probablemente, el
mejor intérprete de la región trujillana. Pedrito cantaba con una voz clara,
melodiosa, era de barítono. Inigualable, la voz del pueblo, se lucía en las veladas teatrales, usando los
sonidos y resonancias típicos de la canción popular de los Andes.
Para tener una imagen más cercana de
Pedrito Rangel, reproduzco el entusiasta testimonio del antiguo
cronista José Rafael Abreu, <<No hubo una buena "velada" o
reunión familiar en que no se escuchara la música de las mandolinas, violines,
requinto, guitarras y cuatros, interpretados por don Aquilino Asuaje, Don
Ezequiel Viloria, Don Pedro González, Don José María Rueda (primer telegrafista
de La Puerta y excelente mandolinista) y el trovador preferido, de gran
sensibilidad musical, Pedrito Rangel. Las canciones oídas para entonces
eran, preferentemente, Adiós a Ocumare, Luna de Maracaibo, Tocuyito, General
Castro en La Victoria, Al despertar, Rubito, Juan Manuel, Clamores, La
Colombina, La Mazurca, La Copa del Olvido, Las tres de la tarde, El campo está
florido, Al morir la tarde>> (Abreu, José Rafael. La Puerta un
pueblo. Página 77. Caracas. 1969). Artísticamente, fue ponderado por nuestra
historiografía local, como un adelantado en todo sentido, ya que tenía todos
los componentes para convertirse en un afamado cantante.
Antonio Lino Rivero, preocupado
recopilador de biografías y fotografías de personajes de nuestra historia
parroquial, nos comenta de Rangel, que <<Él era comerciante, barbero y un
gran músico. Yo estaba muy joven cuando lo conocí tenía dos hijos que habían
salido de sexto grado y estudiaban en otros estados del país; tengo la foto de
la casa de cuando vivió en "La Legua", era una casa grande que estaba
al final de la calle Bolívar parte sur, dónde hoy funciona el Restaurant de
Cámara >>; Pedrito Rangel, era un barítono extraordinario y se
desconocen datos de dónde desarrolló el registro de su voz, aunque pudo haber
estado en la escuela de música de Trujillo.
Si tomamos en consideración la época,
en la que el general Gómez dió la pauta con gusto por el tango gardeliano,
seguramente, Rangel hubo de cantar canciones como Cuesta abajo, El día que me quieras o Por una cabeza, con algún
toque de la particular tersura de su voz.
Fiestas Navideñas con Pedrito Rangel y la rondalla de los terceros
pobladores.
Nuestro bardo serrano, en los días de
diciembre, era uno de los <<Insustituibles cantores>>
(Abreu, 84), asi, lo consideraban: insustituible.
Al pasar la Nochebuena, juntaba su
voz a la de José María y José del Rosario Ramírez "Chayo",
Mitrídates Volcán, Bernardino Rivas, Natividad Sulbarán, Manuel Briceño,
Dominguito González, Matías González, Augusto Carrasquero, Obdulio Palomares,
Pedro Villegas, Rafael Briceño, Manuel Añez, Pablo Rivas y el inspirado Rubiro
Antonio Briceño, para convertir esos momentos nocturnos, en aquellos en los que
el <<corazón se henchía con singulares emociones>> (Abreu, 84), de esa magnitud eran las interpretaciones,
según la crónica de la época.
Sobre el ocaso de su vida.
Rivero, que lo conoció, recuerda
que Pedrito Rangel era, <<Muy conocido y popular, yo estaba muy joven
cuando lo conocí, también conocí a los hijos, lamentablemente al final de su
vida, sufrió de una fuerte depresión, por problemas con algunos de los
familiares>> (Notas citadas).
En un relato de Miguel Burelli Rivas,
trata sobre el final de Rangel, <<Y ¿quién diría que no fue enlunamiento lo
que extravió la mente clara de Pedrito Rangel, poeta, pulpero y barbero,
improvisador de cálidos villancicos entre mistela y mistela, en la paradura del
niño del maestro Chayo, cuyo pesebre nos deslumbraba en cada Navidad?>>
(Abreu, 187).
Sobre su fallecimiento no hemos
encontrado mayores datos, que los que se desprenden de la partida de defunción
de su esposa Ramona Peñaloza de Rangel, que compartimos a continuación, como
parte de nuestra investigación.
<<N° 23. Amable Matheus Silva,
primera autoridad Civil del Municipio La Puerta, hago constar, que hoy cinco de
agosto de mil novecientos cincuenta y tres, se presentó a este despacho el
ciudadano Felipe Peñaloza Moreno y manifestó que ayer a las cinco de la tarde
falleció Ramona Peñaloza de Rangel en esta población lugar de su domicilio, de
esta jurisdicción, y que según noticias adquiridas aparece que la finada nació
en el Municipio Monte Carmelo, tiene 39 años de edad, viuda de Pedro Manuel
Rangel, de oficios domésticos, hija legítima de Ángel Custodio Peñaloza y María
del Carmen Moreno y qué murió a consecuencia de cáncer según certificación
médica, dejó nueve hijos nombrados Jesús Manuel, Luis Alfonso, mayores de edad,
Beatriz de diez y ocho años, Raúl Asunción díez y siete años, Pedro de de
quince años, María de quince años, Juan de de doce años, Francisco y Concepción
de diez y de ocho años respectivamente. Fueron testigos presenciales del acto
Nicolás Ceballos y Alcira González, mayores de veinte i un años>> (Transcripción fiel y exacta
del original de la Partida N° 23. Libro de Defunciones 1953. Archivo Registro
Civil de la Parroquia La Puerta).
Datos biográficos principales de
Ramona Peñaloza de Rangel, esposa de Pedro Manuel Rangel: 1.- Ella nació en
Montecarmelo en 1914. 2.- Se casó en 1932, con 18 años de edad, era menor, con
Pedro Manuel Rangel. 3.- Su Primer hijo Jesús Manuel, nació en 1933. 4.- Su segundo hijo, Luis Alfonso rangel, fue musico y tocó el armonio en la Iglesia de la Puerta. 5.- La ultima hija de nombre Concepción, nació en 1945. 6.- tuvieron 9 hijos. 7.- Ella murió el 4-8-1953, en La Puerta.
Datos biográficos principales de
Pedro Manuel Rangel, que se desprenden de la anterior partida de defunción: 1.-
Que, Pedrito pudo nacer entre 1900 y 1907.-
2.- Murió entre 1946 y 1952.- 3.- Se induce una relación con Montecarmelo, tierra de músicos italianos y
descendientes. - 4.- Es posible que haya nacido en Montecarmelo, por sus
conocimientos de canto, escritura y el arte de la poesía, que no los pudo haber
adquirido en La Puerta.
Antonio
Lino Rivero, al referirse al final de la
vida de este artista, dijo: <<últimamente se enfermó y comentaban que
tenía problemas familiares, la última vez que lo vi sufría de una tremenda
depresión y se notaba muy inquieto, fue un señor muy trabajador y tenía muchas
amistades, no recuerdo la fecha de su fallecimiento>> (Nota
citada); al parecer, perdió la razón. Su enfermedad causó una profusa
manifestación de dolor en todo el valle del Bomboy, y se sintieron realmente
conmovidos cuando se enteraron de la irreparable pérdida.
Cada vez que hablemos de música
criolla, autóctona, o con mayor densidad, busquemos en la memoria colectiva,
los sonidos silenciados, la lírica campesina obviada, de eso que llaman cultura
andina, será la voz de Pedrito Rangel, la que se escuchará, en su llamado
melodioso por el rescate firme de nuestras tradiciones y expresiones musicales,
será la voz, indiscutiblemente, de los neopobladores.
(*) Portador Patrimonial
Histórico y Cultural de La Puerta.
Omanrique761@gmail.com
La Puerta, enero 2024.