Los Varones de La Culata.
Por Oswaldo Manrique
(*)
El presente artículo trata de
referenciar, en estrecha síntesis, a varios de los principales protagonistas de algunos pasajes
de la historia local de La Puerta, dentro de lo que se ha denominado
"Tiempo de Caudillos"; con esto se quiere rescatar y develar varios
hechos de los cuales se ha escrito muy poco o casi nada; y también, nada
sobre sus personajes, por eso los hemos denominado Los Varones de La Culata, tratando de relacionar a grosso modo y de rescatar algunos
de esos hechos poco históriografiados, como el que tiene que ver con la
revolución justiciera del legendario coronel Sandalio Ruz, un enfrentamiento
que tuvo directamente como objetivo guerrillero, el nido de "La "Gonzalera"
liberal, responsable del saqueo a sus bienes y posesiones de La Puerta y
Timotes; igualmente, de referenciar la extinción de la Comunidad Indígena Bomboy,
en 1891, cuando fue despojada de sus
tierras donde hoy está el área urbana de La Puerta, ocurrido después de casi
400 años que se mantuvo sobreviviendo como pueblo al periodo colonial, casi
totalmente puro, y que fue destruida y desaparecida por un grupo de ambiciosos
hacendados y gamonales de la región, comandados por Leopoldo Baptista,
amparados en un decreto del gobierno liberal guzmancista.
A ese deplorable hecho, siguió la
gran "paliza" militar y política que dieron las tropas liberales
"lagartijas", comandadas por el general González Pacheco y el futuro “Tigre
de Guaitó” Rafael Montilla Petaquero, jefe de la tropa indígena y sin tierra, a
los "ponchos" conservadores, en la fratricida Batalla de Durí - La
Mokotí - El Portachuelo, en 1892; luego la segunda derrota en 1899, en el mismo
sitio, que produjo que el macho Palomares abandonara las filas conservadoras y
se sumara a la tropa del “Tigre de
Guaitó”, y, finalmente, uno de los
grandes hechos históricos del siglo 20, que fue el levantamiento de Los Varones
de la Sierra de “La Culata”, en 1914, recordado por nuestros abuelos como la
"Guerra de los 15 días" contra la cruel dictadura de Juan Vicente
Gómez y la rebatiña de las concesiones mineras y petroleras, estos hechos
se han enmarcado tempestivamente, tomando como punto de inicio el año 1870,
cuando comete la primera insurgencia política militar el general Juan
Bautista Araujo, enfrentando el nuevo gobierno o las acciones del gobierno
del general Antonio Guzmán Blanco, esto incluye también la acción militar del
sitio de Timotes, ciudad que representaba o fue símbolo del poder político en
el Gran Estado Los Andes; este episodio de corte nacionalista y
antiimperialista, que encerraba protesta por las deprimentes condiciones de la
economía de La Puerta, basada en la agricultura del trigo y la caña de azúcar,
ante un proceso de transición al modelo económico rentista petrolero, concluyó,
precisamente con la captura del coronel Américo Burelli García, líder del
levantamiento de La Culata, y de los generales Golfredo Masini (de Tabay) y
Juan Araujo (nacido en Jajó en 1879, hijo del "León de la Cordillera",
murió en 1966, en Valera). Tiempo entonces que, definimos desde 1870 a 1917.
Ese conjunto de hechos históricos,
por supuesto, marcado por el tiempo en el que el modo de explotación económica implantado,
era evidentemente semifeudal, generando un ambiente histórico social de
violencia, y estos líderes o caudillos locales de La Puerta, medianos
productores agropecuarios, organizados precisamente con sus peones, campesinos,
parientes y arrendatarios, los sin tierra, en especie de parentelas troperas, cuyas
acciones guerreras fueron concretando, su temible fuerza militar y a la vez, su
liderazgo.
Los productores del Valle de Bomboy,
constituidos en militares de montoneras, los de amplios trigales, cañamelares,
y los cafetaleros, no tuvieron diferencias políticas y menos ideológicas, eran
conservadores y seguidores del partido de los Araujista-Baptista.
Anteriormente, era el “paecismo”, su ideario, respetado y seguido por los
líderes oligarcas trujillanos, como los La Bastida, Carrasquero, García, Araujo
y Baptista, y otros, que se renovaba. En La Puerta, hasta su principal avenida,
la de ingreso a la población, lleva el nombre de Páez. Los hijos de los
dirigentes aristócratas y terratenientes criollos del valle del Bomboy,
seguidores del “paecismo”, participarán en la organización del partido
conservador, serán los llamados "ponchos", y a finales del siglo XIX,
transmutaran al régimen liberal centralista y personalista encarnado por Castro
y Gómez.
Sandalio Ruz, sus alzamientos y revoluciones.
Pero no todo será lineal en el valle,
pues surgirán dos caudillos regionales, muy particulares, uno descendiente de
una familia monárquista, goda, el coronel Sandalio Ruz, y otro, el coronel
Américo Burelli García, hijo de una terrateniente, y de un inmigrante italiano,
quizás Garibaldino. Aunque ambos, eran de extracción conservadora y militantes
de la causa goda, en la hora que se conocieron los primeros movimientos contra
la Patria, afloraron sus ideas nacionalistas y fueron a guerrear.
Cuándo el doctor Emigdio González,
asume la gobernación de Trujillo, cometió un conjunto de fechorías en contra de
los “ponchos”. Los de la Gonzalera, poderosos en El Burrero, Santa Ana y Pampán,
cometen atropellos y saqueos, e invaden “Los Aposentos”, “Altamira de Garabulla”,
“La Cañada”, “La Mocotí”, y “El Portachuelo” de La Puerta, y en Timotes,
posesiones de Sandalio Ruz y su parental tropa.
El
coronel Sandalio Ruz, que había sido afectado en sus posesiones por la
“Gonzalera”, a finales de la década de los 70, se levanta con su propia tropa,
la organiza y se lanza en una Revolución contra la “Gonzalera”; el doctor e
historiador, de inclinación liberal,
Fabricio Gabaldón lo narra de la siguiente forma: <<un
movimiento revolucionario que acaudillaba Sandalio Ruz, quién por ser enemigo
de los González, en su primera operación se vino a El Burrero a saquear el
respetable hogar; y fueron los libros científicos, los instrumentos de cirugía
y todos los aparatos que el joven médico trajo de Francia, el botín de aquellos
salvajes. La monstruosidad de tal horda decepcionó al doctor Manuel, y en
protesta, cambió de propósitos y abandonó la profesión para dedicarse en su
terruño a las actividades agrícolas y a las intrigas de la política>>
(Gabaldón, 25). Es de agregar que Emigdio González, por su perversidad, se hizo
enemigo de todos, no solamente de los conservadores, sino de la gente de
avanzada, los liberales mismos, inclusive, de los funcionarios que lo
acompañaban en su gestión de gobierno, se hicieron sus enemigos, era
considerado un ser despreciable, asesino, cruel, que se ganó el desprecio de casi toda la
colectividad.
No olvidemos que Sandalio, estuvo en
algunas oportunidades bajo la comandancia del General Araujo “León de la
Cordillera”, pero podía alzarse por su cuenta, porque tenía organizada su
propia tropa con las parentelas de los páramos entre ellas las familias Ruz,
Carrizo, García, Rivera, los Rivero, Abreu, Malpica, Ramírez, Moreno, Paredes,
Briceño, que son las antiguas familias asentadas
en nuestros páramos de la Sierra de La Culata y que le respondía bien por ser
enfeudados, parceleros, arrendatarios, ahijados, sobrinos, familiares y el
compadrazgo, además de eso, se le sumó la parte de los indígenas que fueron
despojados de sus tierras, en 1891. Tuvo
bajo su mando, lo que se llamaba un ejército muy particular, porque eran los
peligrosos macheteros de Sandalio, un hombre justiciero, inclusive rompió, si
se puede decir de alguna manera, la fraternidad con su propio hermano coronel
Eulalio Ruz, porque se prestó y participó
en el despojo de tierras a los indígenas de el Resguardo de La Puerta, no le
dirigió más la palabra, se amenazaron de muerte y tuvieron que construir casas
en distintos sitios bien separadas y bien custodiadas para no encontrarse en el
camino.
En 1892, muerde el polvo de la derrota en su
propio patio. Desde La
Lagunita, el Estado Mayor de las fuerzas de la revolución liberal,
integrado entre otros por el general Diego Bautista Urbaneja y Rafael Montilla Petaquero, el legendario
“Tigre de Guaitó”, convirtieron a La Mucutí en un lugar de muerte, allí
quedaron tendidos más de 200 seres humanos, expuestos como festín de las aves y
demás animales de rapiña (Gabaldon, Fabricio. Rasgos Biográficos de
Trujillanos ilustres. Págs. 112 y 113).
A raíz, del rechazo de la población en
diversas regiones, contra la reelección del general Juan Vicente Gómez,
como Presidente de la República, tras haberse denunciado que
fomentaba la entrega de concesiones petroleras y mineras a empresas
norteamericanas y otros países, y la venta de territorios importantes de
Venezuela, se produce en 1914, la Rebelión de la Culata, un levantamiento
de los Caudillos nacionalistas de La Puerta, Mendoza, Escuque, Jajó, Pueblo
Llano, Timotes, Tabay y otros pueblos de la Cordillera, entre los
cabecillas de la rebelión, estaban el coronel Américo Burelli, coronel Trino
Paredes, el general Golfredo Masini, los hermanos Federico y Juan Araujo, los
hermanos Miliani y el Coronel Sandalio Ruz. Del repertorio de Concio
Rivas, Páramo de La Puerta, nos queda:
Juyan
lagartijas,
y
juyan con juerza,
que
por ‘ai viene Sandalio,
destazando
cabezas.
Este varón de la Sierra de La Culata, nació en “Los Aposentos” en 1853, murió en su casa en La
Cañada, cerca de Los Pavones, adyacente a la Quebrada de Tafallés, a las
doce del mediodía del 14 de marzo de 1929; causa de la muerte: Reumatismo
agudo.
Coronel Américo Burelli García, luego general.
En la historia de La Puerta, Trujillo, en Venezuela, suenan singulares
nombres y apellidos que gozan de alguna valoración historiográfica castiza y
transculturizadora, de diversa índole, pero hay otros
que -aun deliberadamente ocultos-, significan arrojo, patriotismo,
valentía, son visionarios que han marcado páginas de gloria, particularmente
del tiempo republicano dictatorial de caudillos, uno de ellos, el de Américo
Burelli.
Nació en 1881, en Mendoza. Desde niño, fue un ser empoderado, gozaba
además de belleza física, del don del liderazgo natural, muy familiero, su
trabajo y economía iba en función de esa institución parental y de su
comunidad: La Puerta. Productor agrícola, hacendado, comerciante, molinero,
militar de los de a verdad, con charreteras obtenidas en el campo de
batalla.
Acompañó a Baptista y la División Trujillo, en la campaña de La victoria,
en contra de la revolución de los banqueros y transnacionales en 1903. se
rebela y se alza contra la dictadura, en defensa de los intereses de la Patria,
en lo que se llamó la guerra de los 15 días, batiéndose contra las fuerzas del
gobierno en la denominada toma de Timotes, asiento del gobierno para aquella
época. Huyó por casi dos años, capturado, y enviado a la cárcel del Castillo de
San Carlos del Zulia, luego, al Castillo de Puerto Cabello, purgando 16 años de
prisión.
La vida del Coronel José Américo Burelli García, es sin duda, ejemplar
por su marcado nacionalismo democrático, por su sacrificio y querencia a la
Patria, y por su alto idealismo de genuina extracción bolivariana que siempre
guió sus acciones y sus luchas. El estado Trujillo y particularmente la
población de La Puerta, tienen en él uno de sus más claros valores. El
Coronel trujillano, falleció en Caracas, en 1939, culminando así, de cabalgar
su aventura perdida (Datos extraídos de El Coronel Burelli, cabalga la aventura perdida, publicado el 23 enero
2022)
Burelli obtuvo sus grados militares
en batalla y por riguroso ascenso oficial, a la muerte de Gómez, salió de la
cárcel, demandó al Estado y le otorgaron las charreteras de general. Burelli García está al tanto de lo que va a
ocurrir, es el oficial de confianza de Baptista, se mudó con la familia a
Caracas, y desempeñando la comandancia de armas en el centro del país,
participa en el golpe de Palacio contra Castro. Baptista con aspiraciones
presidenciales, comienza a mover sus piezas, pero con Gómez el asunto fue
diferente.
Oficial Mitrídates Volcanes, el lugarteniente.
Nativo de Pueblo Llano, siendo muy
joven, vio pasar la tropa famosa de Sandalio, y se le sumó. Pasado un tiempo, por su arrojo y lealtad, el
Coronel lo convirtió en su lugarteniente. Invadió y
desforestó la selva de “La Maraquita”,
que eran tierras indígenas, que también, se reservaban los ambiciosos
terratenientes. Mitrídates Volcanes y el coronel Sandalio Ruz, fueron dos de
los mas respetados caudillos que no respaldaron el despojo de tierras de los
Bomboyes, ni la construcción de un pueblo de “blancos” oligarcas en 1891, de
los que nos hemos referido en otro escrito sobre este particular proceso
histórico, y de esos Varones hemos señalado un orden de participación, aunque
luego llegan a establecer coincidencias, cuando rompen con el conservatismo
Araujista-Baptista, en el levantamiento democrático y nacionalista contra la
dictadura del general Gómez, por ese ideal se unieron el coronel Sandalio
Ruz, Mitrídates Volcanes, el General Américo Burelli García, y sus
correligionarios Pedro Mario Burelli García, Cesáreo Parra, y José Antonio
Pabón.
Cesáreo Parra, el barbado y filosofal.
Aquel día de 1915, presionado por las
circunstancias, salió rápidamente de
Jajó, el barbado y filosofal Cesario Parra, sobre su rucio macho, el de la
imparable cabalgata, el hombre de las conversaciones interesantes, espiritual y
labrador de "Chucumbete", que era el nombre de lo que hoy es San
Pedro, gran posesión de tierra del terrateniente Ciriaco Carrasquero, para
llegar hasta Palmira, para salvar al coronel Américo. Sus dos hermanos Hipólito
y Genaro Parra, lo acompañaron hasta cierto punto del camino.
Nació en Jajó en 1857. En 1897,
contrajo nupcias con la puertense María Mercedes Paredes. A partir de este hecho social, se inició en
varios caseríos de La Puerta, el fomentó y el asentamiento de la
familia de apellido Parra, teniendo como primero de ese apellido a José
Zesario Parra. Vivió siempre en la Media Loma, fue un campesino sin
tierra, la trabajó toda su vida, conocido por la calidad de sus cosechas y por
sus buenas acciones. En el año 1940, aquejado de una enfermedad que no pudo
vencer, se apagó la señera vida del legendario Don Cesáreo Parra, el de la
frenética y nacionalista galopada de 1914, para salvar la vida del coronel
Américo Burelli García.
José Antonio Pabón, el joven de
mirada mansa y mártir de Palmira.
Con apenas 18 años de edad, se sumó a la tropa del coronel Burelli, en la
campaña por las montañas de la Sierra de La Culata, en 1914. Estando en Palmira, y perseguidos
por los chácharos, se movilizaron sigilosos los rebeldes en la penumbra,
abandonando la concha, por las travesías de la boscosa tierra, pero ocurrió un
imprevisto, <<Como no hubo tiempo
de acomodar el morral de Pedro en su caballo, José Antonio, el muchacho de los
ojos grises, se lo echó al hombro y comenzó a correr detrás de los fugitivos>> (Burelli, 66-67); el morral contenía documentos, dinero y otras
pertenencias. Sin embargo, a pesar del sacrificio de Pabón, <<No había pasado una
hora cuando los militares le dieron alcance y regresaron con él a Palmira, a
culatazo limpio y con las manos atadas a la espalda>> (ídem); de esta forma comenzó el periodo de maltrato físico. Fue
condenado por un juez de primera instancia en lo criminal de Mérida,
debido a la jurisdicción sobre Palmira. Su reclusión la cumpliría en la antigua
cárcel de esta ciudad, que estaba situada cerca de la sede de la Gobernación y
del Cuartel de Policía. Esta información le llegó al coronel Américo
y a Pedro Mario, mediante <<Una
carta del compadre Abraham, quien le contaba que José Antonio, el mártir de
Palmira, había muerto en la cárcel de Mérida a causa de una disentería>> (Burelli,
96).
Umberto y Pedro Mario, los hermanos Burelli García.
El
día fijado para el levantamiento armado y la invasión por la costa, era el 24
de julio, fecha de nacimiento del general Gómez. Para Américo, Umberto y Pedro
Mario, la conspiración se convirtió en el centro de su pensamiento y de sus
propias vidas, los tres hermanos Burelli, así lo decidieron, al costo que
tuviere, no importaban los riesgos, ni las correrías azarosas que seguramente
se presentarían, ni las acciones inciertas o caídas que pudieran tener, era el
costo del poder, ellos cabalgarían esa aventura, participarían y serian
protagonistas en la mas revolucionaria causa de inicio del siglo XX en
Venezuela, harían historia, Américo los había convencido.
Edmundo Parra.
Hijo de la destacada educadora trujillana Agripina de Parra, preceptora de la primera escuela pública de La Puerta, en 1907, hermana del coronel Burelli. La memoria familiar, afirma que la muerte de su padre Antonio Parra, fue obra de la dictadura gomecista. Edmundo, se sumó a la tropa rebelde, en la campaña contra el dictador Gómez, por las montañas de la Sierra de La Culata. Después de la primera salida del coronel Américo, de la cárcel, este siguió conspirando contra la dictadura, era vigilado por los de la “Sagrada”, es nuevamente capturado; Edmundo joven que se había convertido en la persona de su confianza, lo acompañaba, es golpeado, amarrado y encarcelado por las fuerzas del gobierno dictatorial.
Carracciolo Palomares "Calzones Negros"
Culminando la campaña contra los “Ponchos” oligarcas trujillanos,
dirigidos por los generales Juan Bautista Araujo y José Manuel
Baptista, en 1892, al ser derrotados en forma estruendosa y sangrienta en
la Batalla de la Mucutí- El Portachuelo, el ejército del gobierno liberal
(Lagartijos), al mando de los generales Dr. Rafael González Pacheco y el
caudillo de los indios y campesinos Rafael Montilla Petaquero, luego llamado el
“Tigre de Guaitó”, autorizó a las personas de La Puerta, Mendoza, Jajó, que
fueron víctimas de saqueos y robos de sus bienes y ganado, por parte del
"Chatico" Briceño, cuñado del general Araujo, para que los
recobraran; por ello, se formaron grupos de hacendados y campesinos
para recuperarlos en los lugares donde sabían los tenía el terrible general
saqueador, pero al ir recobrando lo perdido, se llevaban “algo más”, que no les
pertenecía, que eran de otras personas o vecinos. Uno de los grupos de
resistencia, lo capitaneaba Carracciolo Palomares "Calzones Negros".
Al triunfar la Revolución Liberal
Restauradora, en 1899, comandada por Cipriano Castro, las fuerzas
oligarcas del Gral. Leopoldo Baptista, que venían promoviendo la autonomía de
Trujillo, se incorpora al nuevo gobierno. Con él, va su amigo y joven oficial
Américo Burelli García.
El temido Carracciolo Palomares
"Calzones Negros", se convirtió en liberal, de los más
radicales, se sumó a las fuerzas campesinas e indígenas del Gral. Montilla
Petaquero. El
Dr. Gabaldón en su versado testimonio, narró cómo fue la retirada en
batalla, del Macho Palomares, <<En Carora salieron fuerzas del gobierno a apresarlo, sus compañeros se
dieron a la fuga, y él solo cometió la temeraria imprudencia de hacerles
frente, defendiéndose ferozmente desesperado, hasta que cayó de su cabalgadura
muerto acribillado a balazos. ¡Triste final de este excepcional valiente!
Desechó siempre el camino que guía la gloria, para constituirse en temor y
desconfianza de todos, y particularmente de los grupos que le rodeaban>> (Gabaldón,
Fabricio. Rasgos biográficos de trujillanos ilustres. Págs. 152-153.
2a. Edición. Presidencia de la República. Caracas.1993). Ésta muerte, ocurrió
en Carora, estado Lara, un día de mayo de 1903. No participó en la “Guerra de
los 15 días”.
Desde Los Aposentos, Garabulla, el
Portachuelo, San Martín, Quebrada Seca, El Censo, los Llanos de San Pedro y por
supuesto La Puerta, salieron pobladores actuando como pueblo armado, expresando
la respuesta en colectivo contra los desmanes de caudillos, y también contra un
enemigo mayor, como lo fue la dictadura, fue el levantamiento de nuestras
montoneras puertenses contra Juan Vicente Gómez, cuando éste, comenzó la
rebatiña de las concesiones de asfalto, petróleo y minería, es el alzamiento
campesino guerrillero contra el dictador andino, que liderizaron los Varones de
la Sierra de La Culata, comenzando por el coronel Américo Burelli García, el
legendario y justiciero Coronel Sandalio Ruz, Cesáreo Parra, el de la feroz
cabalgata, Umberto Burelli, el joven de "la mirada mansa" José
Antonio Pabón “El Mártir”, Edmundo Parra y Mitrídates Volcanes el recordado
último montonero y lugarteniente del coronel Sandalio, y tantos otros que
participaron, es decir, los andinos nacionalistas, contra los andinos vende
Patria.
Al considerar realmente nuestra historia y por
supuesto este tipo de cruzada rebelde ante el problema nacional, desde una
localidad serrana, donde se incorpora todo este pequeño y gigante pueblo,
demuestra tanta intensidad y patriotismo, que realmente no se podrá borrar de
la memoria colectiva regional. La población de La Puerta, todavía espera de las
autoridades, se levante entre La Mocotí y El Portachuelo, un monolito en
recordación de los hechos históricos allí ocurridos, porque hasta Bolívar cabalgando
su caballo, ingresó por ahí a tierras trujillanas, y dejó su huella.
(*) Portador Patrimonial Histórico y
Cultural de La Puerta.
La Puerta, febrero 2024.
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