Los Paréntesis de Carlos Montiel.
Oswaldo
Manrique R.
La ocurrente interrupción que sí altera.
Publicamos hoy, una
selección de los “Paréntesis” de Carlos Montiel, quien autorizó compartirlos
libremente, para recorrer su percepción humorística y crítica, que es como
viajar en una especie de sobrevuelo sobre los principales acontecimientos de
este tiempo.
Montiel es un hombre
que conoce a su Valera como pocos; ha escrito de ella, la ha averiguado y
auscultado, vive en ella y la disfruta con sabiduría. Contribuye en esta época,
a reducir la desmemoria de los trujillanos y trujillanas, mediante sus urticantes
y frescas caricaturas, que publican algunas redes sociales valeranas, tocando
temas muy concretos de nuestra realidad;
las ha denominado Paréntesis, pero en el fondo son interrupciones en la
vida diaria de quienes lo siguen, porque sí alteran, guían o al menos, hacen reflexionar. He seleccionado algunas de ellas, muy
vigentes, para que nuestros lectores que están en el exterior, y los de aquí,
las disfruten y las interpreten a su placido,
libre y gratuito antojo.
Reveló que comenzó con
varios trazos que llamó Rostros Acorpóreos, dibujados al margen de sus notas
críticas personales, luego les puso rostros sin piernas, pero como sus notas requerían
movimiento, les puso piernas y hablaban por las partes pudendas, lo que en su
oportunidad también explicará.
1.- Sus
primeros “Paréntesis”, del año 2016, los dedicó a un tema álgido y propio de su
sensibilidad, la lucha actual campesina por la tenencia de la tierra. Un particular
caso, en el que terrateniente va a construir complejo urbanístico, en
zona agrícola. (002) (021).
2.- Este año 2020, el humor parentético de Montiel, se vierte sobre el petróleo, como elemento geopolítico y el tema internacional, que no faltan en su enfoque y conversación cotidiana. (194) (129).
3.- Las siguientes caricaturas, reflejan su percepción del saqueo patrimonial de que es objeto Venezuela en el mundo. (162) (168).
4.- Montiel a través de sus caricaturas (Paréntesis), nos muestra la realidad satinada de su fino e inteligente humor. Sobre los factores de poder y la iglesia, vean las siguientes: (190) (186).
5.- No
le falta el humor, en relación a los fenómenos naturales. (175) (148)
6.-
Sobre el tema de las drogas y la delincuencia. (165) (177)
7.- En
la crítica al estado de los servicios públicos, no se hace el musiú. (123)
(126) (135) (137)
8.-
Hasta en la pandemia que vivimos, también se ha expresado, observen esto: (120)
(121).
Quienes no conozcan a
Montiel, pueden hacerse una idea de él, con su propio testimonio. Ha comentado
que en su vida, le ha tocado estar en el “candelero” social, pero ha tenido sus
apegos fraternos con los apafuegos. En su relato vivencial, también
humorístico, hemos leído: que en 1951, con apenas 5 años tomó contacto con
los bomberos del Cuartel de Valera, donde aprendió a chorrearse <<por el tubo de emergencia, a
desenrollar mangueras..Nunca pudo enrollarlas y me hice gran amigo de “Coco del
Fuego”, el perro salvavidas>>. En 1960,
bailó con su novia -pegadito en un solo ladrillo- <<apágame la vela María
con los Melódicos>>.
En 1965, tiempo
de Leoni, el que ordenó matar a Fabricio, estudiando en la UCV, lo llamaron a
cumplir Servicio Militar Obligatorio, y le dieron la opción de Bombero
Voluntario en Caracas, al servicio del cuerpo de la Universidad. Con mucha
displicencia relató que no hubo
incendios ese año, pero si represión incendiaria: <<eran piedras contra
balas>>, en aquel candelero de los guerrilleros soñadores.
Igualmente recordó que en 1970, siendo gerente
de una empresa norteamericana y Presidente de la Cámara Junior de Valera,
organizó una <<recaudación de fondos para dotar al Cuerpo de Bomberos de
un <<carro bomba>>, pues los
hidrantes instalados en las aceras por le concejo municipal no daban abasto. lo
recibió el coronel Mendoza, en presencia de Giuseppe Alberico, Albano Molina y
Homer Hazim>>. Ha sido aparte de solidario, admirador de los
compañeros y protectores de Coco del Fuego. Confiesa que <<los incendios para mí tuvieron esa doble connotación: fueron
vivencias muy cercanas y contempladas como actos únicos dignos de
admiración>>. Así es la vida de este cultor, investigador,
historiador, artista plástico, melómano y transparente amigo valerano.
Desde aquí, expresamos nuestro agradecimiento a Carlos
Montiel, por esa ingeniosa y precoz seriedad,
en el manejo de su fino humor sobre este tiempo.
La Puerta, septiembre 2020.
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