sábado, 17 de septiembre de 2022

Coronel Pedro Chipía y la inquietud carachense.

 

Cnel. Pedro Miguel Chipía y la inquietud carachense. 

Por Oswaldo Manrique.


La vieja "Ciudad Letrada" trujillana lo referenció escasamente, y lo poco, lo copiaron repetitivamente; y la actual, no lo considera, ni escribe, ni se  refiere a Pedro Miguel Chipía, siendo como fue, un destacado e importante prócer en la gesta independencista de Venezuela; esto pudiera achacarse a desinformación o porque no combatió en Carabobo o simplemente porque al parecer era nativo de Carache. Discúlpeseme si en algún lugar de Trujillo, existe alguna avenida, escuela, institución que lleve el nombre de este prócer. También mantiene silenciado al coronel Manuel Gogorza Lechuga y otros valores trujillanos. 


Coronel Pedro Miguel Chipía.

Chipía, cumplió una admirable hoja de servicios a la Patria, fue edecán del Libertador, en un momento muy dramático y desesperanzador para éste, tuvo que expatriarse, resteado en sus posiciones de lucha y solidario con el líder, lo acompañó. En ese angustiante periplo, fue tan respetable Chipía que, es el oficial que recibió de Alejandro Petion, el armamento para la primera expedición que salió de Haití para la liberación de Venezuela.

Sus impresionantes acciones militares nos induce a pensar en un ser de acendradas convicciones republicanas, de férrea lealtad, cultor de la amistad, de inobjetable virilidad, con dominio y don de mando, audaz y firme en sus  decisiones, aún a costa de su vida.

 Llevó con orgullo en lo interno eso que Don Mario Briceño Iragorry, llamó <<extraversión telúrica>> que distingue al inquieto trujillano en otras latitudes, dispuesto a realizar cualquier sacrificio  en favor de importantes causas, como son los indiferenciables asuntos de la Patria.  De modales cultos y porte distinguido, era drástico y disciplinado. 

 Por su lucha desplegada entre la Nueva Granada y la Guayana, se infiere que promovió la idea de la integración suramericana, sintiendo devoción por la libertad y la igualdad, lo que asumió como su compromiso de vida y salió a pelear por ellas.

Una referencia historiográfica, señala que nació en la Villa de Carache, el año 1788, sin señalar la fuente. O' Leary, escribió que este prócer, era oriundo de Carache, así, recientemente, lo acepta y lo quiere esta población, que en antigua época, formó parte del Cantón Trujillo, y en 1875 obtiene el estatus de ciudad. Su paisaje es el hermoso valle del río Carache, en las estribaciones de la Cordillera de los Andes, una zona de prosperidad y riqueza en agricultura y cría. Con temperatura de 23 ° C, y una altura de 1.202 msnm. 

Tierras del líder rebelde jirajara Karachi, cuyo monstruoso asesinato en las pailas de Mongón, quisieron convertirlo en un cuento de Romeo y Julieta. Otro de los hechos históricos interesantes de los nativos carachenses, fue su manifestación de simpatía por el movimiento de los Comuneros de Mérida en 1781, expulsando al Visitador de la Renta Real del Tabaco, Carlos del Pozo. Acontecimientos que perduran en la memoria comunal.  

En 1811, Pedro Miguel, contando con 23 años de edad, estuvo informado de los difíciles inicios del movimiento de emancipación en su Villa, cuyo más notable conspirador fue el Capitán de Milicias Urbanas y Alcalde de Carache José Manuel La Bastida Briceño, y su esposa, Candelaria Betancourt a quienes les tocó enfrentar a la gran cantidad de pobladores que seguían las banderas realistas, sus delaciones y traiciones; este hombre, apenas contaba con 25 soldados patriotas, que constituía el grupo de caballería del capitán La Bastida, éste, con 53 años de edad enfrentó los escarceos y hostilidades de la gente del indio Reyes Vargas, en los Humocaros, Siquisique y Carora.   

En 1812, sucumbe la primera República, el Capitán José Miguel es capturado y enviado a Maracaibo, a cumplir 10 años de presidio, sus bienes fueron confiscados y su tropa quedó reducida a sus parientes. 

Puesto en libertad y regresando La Bastida a Carache, Chipía con el furor de su juventud, se integra nuevamente a la lucha armada de liberación, subordinado al Brigadier Bolívar.


Tabla cronológica.


En la siguiente resumida tabla cronológica, encontramos algunas noticias de la corta, pero intensa vida en campaña militar, de este héroe de la Patria. 

1811. Sus comienzos en la causa revolucionaria. El 31 de julio de este año, en Caracas, Don Juan de Escalona, Presidente de de los Estados Unidos de Venezuela, concede a Pedro Ramón Chipía, Cadete del Cuerpo Nacional de Artillería, el empleo de Subteniente vivo y efectivo del mismo Cuerpo (Toma de Razón. 1810 a 1812. Registro de Nombramientos. MRI. Pág.391. Caracas. 1955); además de artillero, era un buen jinete.  

1811. El 6 de diciembre de este año,  el ciudadano Baltazar Padrón, Presidente en turno del Poder Ejecutivo de los Estados Unidos de Venezuela, concedió licencia para retirarse del servicio al C. Pedro Ramón Chipía, con la misma graduación de Subteniente del Cuerpo Nacional de Artillería (Toma de Razón. Pág. 425-426). 

1812. Se hizo efectiva esta licencia, el 4 de enero de 1812. 

1813. Renace la esperanza independencista y se siente motivado a luchar. 

El escritor Lievano Aguirre, afirmó que Bolivar en Trujillo, vivió la falta de entusiasmo y cooperación de los pueblos, particularmente de los jóvenes que se escondían para no ser reclutados; tampoco -salvo algunas excepciones como el párroco de La Puerta y Mendoza, el padre Rosario -, solidarios en recursos, armas, víveres y soldados para la tropa; pero seguramente vio y recibió con agrado la incorporación de jóvenes como Chipía, Cruz Carrillo y otros que voluntariamente se le unieron, y le rompieron el pesimismo y la decepción, en una de las situaciones decisivas de su vida, continuar la empresa histórica y emprender con su pequeño ejército la Guerra a Muerte (Liévano Aguirre. Bolívar. Tomo I. 70-72).

Pedro, el Subteniente de artillería, se reincorporó al  Ejército Libertador, cuando Bolívar, pasó por Trujillo, en su Campaña Admirable. El 15 de junio de este año, en la ciudad de Trujillo, Bolívar dicta la Proclama de Guerra a Muerte, forjadora de la conciencia americana. 

Por esos días, las fuerzas republicanas revitalizan su entusiasmo, con el triunfo del comandante Girardot, en las montañas de Agua de Obispo, en Carache, precisamente el patio natural del joven Chipía. 

Está victoria, impulsó a Bolivar a ir sobre Barinas,lo que mejoró la acción de Niquitao desplegada por la tropa de José Félix Ribas.

1813. Participó en la Batalla de Araure el 5 de diciembre de este año, obtiene el grado de Capitán. Se destacó en combate con el Batallón Barlovento, comandado por el coronel Vicente Campo Elías, quienes dieron una frontal embestida a los realistas, cuerpo a cuerpo, aniquilando los restos del enemigo a bayoneta y culata. El parte de guerra, señala que Chipía fue herido en esta confrontación. 

Batalla de los Taguanes, Bolívar dirigió parcialmente este combate en Sabana de los Taguanes, y orgulloso escribió: 

<<la intrepidez de nuestras tropas produjo a los españoles el pavor>> (Informe de Simón Bolívar a don Camilo Torres, Presidente del Congreso de la Unión, en Tunja). 

Al día siguiente, los vencedores de Araure, sin dormir, sanos y heridos, con sus ropas rasgadas y sangrantes, pero felices se reunieron en el pueblo de Aparición, y el Libertador les pasó revista. Continúa la marcha, para luego entrar gloriosamente a la ciudad de Caracas.

1814. Al vivir una terrible derrota el ejército republicano el 15 de junio, comandado por Campo Elías, en La Puerta, se produjo la masiva migración a Oriente, más de 20 mil personas huyendo del enemigo. Venezuela quedó despoblada, en la miseria y bajo el control de crueles militares carniceros.  

1814. El 20 de septiembre de este año, Bolívar arriba a Cartagena, lo recibe la hostilidad y la indecisión, se le imputó la derrota del ejército patriota, y comenzaron a discutirle y criticar su autoridad y capacidad como jefe militar, siendo objeto de fuertes críticas por lo de la Guerra a Muerte, al igual que, su idea de revolución continental, aquello de <<la Patria es América>>. Le tocó emigrar a la Nueva Granada.  Bajo las órdenes de Bolivar, Pedro Chipía participó en el sitio y toma de Santa Fé de Bogotá, igualmente, en las jornadas hostiles de Mompox y Cartagena.

1815. El 25 de abril de este año, como persona ilustrada y capacitada para ello,  ocupó el cargo de Secretario de la Junta de Oficiales que se reunió en la Villa de Turbaco, entre los que se encuentra el vecino trujillano Bartolomé Cháves, para conocer de la renuncia de Bolivar a la jefatura de la campaña libertadora, ante el rechazo y oposición del gobierno de Cartagena. La Junta, no acepta la renuncia, y Bolívar en esas condiciones, entrega el mando el 8 de mayo, a fin de evitar luchas fratricidas, <<si yo permaneciera aquí, la Nueva Granada se dividiría en partidos y la guerra sería eterna>> (Carta al presidente de la Unión, Camilo Torres). Una salida noble e integradora. 

1815. En mayo de este mismo año, Chipía, decide acompañar a Bolívar en su destierro, y se dirigen a Jamaica. El 9 de mayo, en Caño Bazurto, abordan el bergantín inglés Le Decouverte. Llegan el 14 de mayo a Kingston.

1815. Viaja a las Antillas, y prosigue su actividad conspirativa por la libertad de Venezuela. Como parte de su inquietud y su necesidad de nuevos conocimientos, se apersona a los muelles, radas, a los rústicos astilleros, a observar y aprender los aspectos básicos navales, donde se va interesando por conocer de embarcaciones, también de la fabricación de barcazas, goletas, lanchas, canoas, barquetas, flecheras, curiaras, bajeles; el lenguaje de los marinos, sus costumbres y la interrelación con estos nuevos amigos. Aquel medio desconocido para él, debió impactarlo de forma maravillosa, el mar, su gente y todas sus circunstancias. Guiado por su obsesión libertaria, lo tornaba más inquieto.  

1815. El 6 de septiembre de este año, Bolívar produce su monumental Carta de Jamaica, dirigida a Mr. Henry Cullen, en la que exponen sus ideas y proyecto histórico independencista.


Por hacer respetar a su edecán Chipía, Bolivar salvo la vida. 


1815. El 12 de diciembre de este año, ordenado por el general Morillo, ocurrió el atentado a la vida de Bolívar, por su propio esclavo Pío, y es víctima en su lugar, el coronel Amestoy.  El Libertador testimonió que salvó su vida, gracias a un problema entre la dueña de la posada y el edecán Chipía, <<Efectivamente, salí a buscar otra casa sin haber participado a nadie...halle lo que buscaba, y me resolví a dormir en ella aquella noche>> (Diario de Bucaramanga, 326-327). Estaban viviendo con muchas carencias, esperando ayuda de amigos. 

Bolívar en su relato agregó: <<la posada en que estaba alojado con el actual general Pedro Briceño Méndez y mis edecanes Rafael A. Páez y Ramón Chipía, había tratado mal, y aún insultado, a este último, faltando así a la consideración debida, lo que me hizo, no solo reconvenirla fuertemente, sino que determiné mudar de alojamiento>> (Perú de Lacroix. Diario de Bucaramanga. Mencionado en Ruíz Rivas, Guillermo. Bolívar,Más allá del mito. Tomo I. 326-327. Foto Prin. Caracas.1972); el inquieto Chipía además de las penalidades por la falta de recursos económicos, fue objeto de insulto por esta desconfiada mujer.

1815. Ante la indiferencia del gobierno de Jamaica, a la causa libertaria, arriban el 31 de diciembre, a Puerto Príncipe, Haití.  

1816.

El presidente de Haití, don Alejandro Petion, proporciona recursos al Libertador, para la expedición emancipadora y parte el 31 de marzo de 1816, de los Cayos de San Luis. Es Chipía, quien recibe el armamento.  

1816.

Cuando la flotilla atraca en Juan Griego, Isla de Margarita el 3 de mayo, el alto mando revolucionario con Bolívar a la cabeza, declaró la unidad republicana y abre inmediatamente operaciones militares (Aníbal Galindo. Batallas decisivas de la libertad. En: Dávila, 98). Sale el trujillano con el grado de teniente coronel, incorporado a las fuerzas comandadas por el general Manuel Piar, hacia los llanos de Barcelona. 

1816.

El 27 de septiembre, bajo la comandancia del general Piar y MacGregor, está entre los vencedores de la sabana de El Juncal, cerca de Barcelona, que dieron una dura derrota a la tropa del realista Morales; aquí obtiene las charreteras de coronel, en la primera línea del Batallón Barlovento. De seguidas, Piar, emprende y salió en campaña hacia Guayana.

1816 

El 15 de noviembre de este año, Chipía, es considerado oficial leal y de alta credibilidad, lo que se reconoce en carta de Piar al prócer Pedro María Freytes, <<instruido exacta y circunstanciadamente por el coronel Chipía de los escandalosos atentados en Güiria>> (Del copiador de órdenes de Piar. Boletín de la Academia de Venezuela. N° 77. En: Ruíz Rivas, T1. 387-388), de elevado código de rectitud y justicia.


En la Campaña de Guayana.

1816. 

El 19 de diciembre, Chipía va al Cantón de Inaria, y con sus conocimientos obtenidos en las Antillas, a cumplir la misión de  obtener y acondicionar canoas para flecheros caribes y embarcaciones para cruzar el río Caura, movilizando tropa hacia Guayana, pero cayó enfermo de paludismo y su Batallón Barlovento, tuvo que salir al mando del mayor José Antonio Anzoátegui.  

1816.

El día 28 de diciembre de ese año, mientras Bolívar desembarca en Juan Griego, Chipía se reincorporó a la lucha, comenzando por detener a los desertores, porque tenían que evitar el salto de talanquera hacia el bando realista, y a varios capturó entre ellos puso preso al teniente coronel Manuel Matos, y los sometió a la justicia de guerra. 

1817. El primero de enero de este año, Chipía y su tropa, dominan a los realistas que defendían el paso de Los Negros y logra cruzar el Caura.  

El 19 de enero, bajo las órdenes de Piar, Chipía al frente de una columna de 100 hombres, atacó Angostura, fueron varias las arremetidas de asalto, la acción de sitio resultó infructuosa y tuvo que retirarse. 

En la denominada Segunda Campaña de Guayana, es el responsable de operaciones militares de los independencistas. 

1817.

El 4 de febrero, siendo jefe de la vanguardia y tomando en consideración su capacidad organizativa y don de mando,  es comisionado para sostener el control y dominio sobre el paso de Caruachi, que incluía garantizar mantenerlo libre de militares realistas, darle protección a los indígenas de la zona, defender el parque que había, establecer fraguas para forjar lanzas, y ejercer la autoridad y despliegue necesario con su Batallón Barlovento.  

El 17 de marzo, es designado  Comandante del Distrito Caroní, donde continua en su labor de construir piraguas tanto para ayudar al paso del río, como para usarlas en combatir a las fuerzas enemigas. El historiador Vicente Dávila, hizo una aclaratoria, que en el Diario de Operaciones militares se le llamó Pedro Miguel, también, en el parte de guerra de Tomás Montilla, sobre la Batalla de Araure.


El héroe de San Félix. 


En el curso de las acciones  militares de Guayana, mencionadas por Dávila, el 11 de abril de 1817, entre las riveras del Orinoco y el Caroní, se consuma la cruenta Batalla en San Félix, Chipía al frente del Batallón Barlovento, no dió tregua a las fuerzas monarquistas del Brigadier Miguel de la Torre. El guerrero trujillano, al frente de la caballería sin aguardar órdenes del general Piar, resonó su voz de mando: <<Alto, frente, alinear>> (Dávila, 95), que completó el capitán Landaeta con <<fuego a la bayoneta>>, fueron estas las palabras marciales y entusiastas del triunfo republicano, en el que nuestro personaje se coronó de gloria. Con el resultado obtenido, se reafirmó la República y se conquista Angostura, que se convertirá posteriormente, en sede del gobierno nacional. En esta batalla, Pedro Miguel Chipía dió su tributo a la libertad de Venezuela, que le correspondió como trujillano, ofrendó su vida este varón carachense.

Para los sureños venezolanos, Chipía tiene un alto significado y valor, porque estuvo personalmente involucrado, con  responsabilidades en los planes y acciones militares para la liberación de Oriente y Guayana. Es parte de su historia regional y significativa.

He tenido conocimiento de una loable y justa iniciativa para llevar los restos mortales de Chipía al Panteón Nacional, la que los trujillanos y trujillanas debemos asumir, o cuando menos, sumarnos a ella. 

A propósito del arrojo personal de este militar trujillano, el historiador Vicente Dávila, escribió que, son << ¡Felices los que mueren así, dejando en su país una hoja de laurel que a medida que los años pasan reverdece más! >> (Dávila, 97). Sin lugar a dudas, Chipía es ejemplo para la juventud venezolana, legó su caudal de nobleza y de lealtad de conciencia para la defensa de la libertad y soberanía de la Patria.

Escuchamos de nuestro noble cantor que <<los que mueren por la vida no pueden llamarse muertos>> ¡Chipía vive!

 La Puerta, septiembre 2022  

omanrique761@gmail.com


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