Presbítero Rafael Chacín “Casi Santo”.
Por:
Oswaldo Manrique.
Un dicho popular muy antiguo, enseña que "nadie es profeta en su propia tierra", según el cual, para algunas personas de sabiduría y de ejemplar vida, se les hace difícil predicar, desarrollar sus ideas y conocimientos en el propio terruño; perciben que en lugar que sus paisanos lo aprovechen, al contrario, lo obvian y no lo valoran, esto, al parecer, le ocurrió al presbítero Chacín, quien como Jesús de Nazaret, un buen día abandonó a Trujillo y se fue a los Llanos, al centro del país, donde pudo desarrollar sus talentos y ejercer su apostolado.
Uno de sus biógrafos
señala que contando 38 años de edad, salió de Valera, donde ejerció la docencia
y llegó a Altagracia de Orituco, estado Guárico, en 1948, aquí fue bienvenido,
amablemente recibido por los graciteños (López Garcés, Carlos A. El padre Chacín en Orituco. 2010); luego,
como si lo hubiesen estado esperando de muchos años, va a Valle de la Pascua
(Guárico), a finales de la década de los años cincuenta, a la Catedral de
Nuestra Señora de la Candelaria. Cuando los feligreses lo escucharon por
primera vez, viendo aquel hombre alto y atlético, su vocerrón imprimió
seguridad y sabiduría, logrando una especie de encantamiento y mucha atención
en sus escuchas.
En la
Candelaria se asentó, cumpliendo una loable labor pastoral y social como
sacerdote de la Iglesia Católica, donde fue Vicario Episcopal, también fue
educador con vocación y formación, y un apasionado investigador de asuntos
históricos de los pueblos.
Rafael Ángel,
de alta estatura, voz atronadora, que favorecía su imponente personalidad, dio lecciones
de disciplina, de dinámico quehacer, pero
además, gozaba de mucha fuerza de voluntad, de mucho ánimo para emprender las
obras sociales, religiosas y educativas, fue un ser generoso y comunicativo, de
mucha sencillez, efusivo y afectuoso, que lo fue convirtiendo en guía
espiritual de la comunidad; fue deportista, destacó como escritor, se le
reconoce como uno de los venezolanos mejor versados en la lengua castellana,
igualmente, hablaba francés, latín y griego, buen orador, músico, compositor, y
un reconocido luchador social. Franco en
sus ideas, no escondía que militaba en
la social democracia, enemigo de la tiranía, en el proceso eleccionario
de 1952, se le vio usando la franela amarilla, color insignia de la Unión
Republicana Democrática (URD), partido liderado por Mario Briceño Iragorry,
Jovito Villalba y el joven trujillano Fabricio Ojeda.
En 1961, fue
relevante su participación en el homenaje nacional al padre Rosario. Un evento
de mucha importancia, que se realizó ese año, en el Centro de Historia, en la
ciudad de Trujillo, fue la Primera Asamblea Nacional Bolivariana, realizada en
la provincia, donde participaron los Centros y Sociedades Bolivarianas de toda
la República, fue presidida por el Pbro. Rafael María Villasmil, don Alfonso
Marín, como Vicepresidente y el profesor Juan Canelón Cestari, como
Secretario.
Pero ocurrió
algo fulgurante, que debemos rescatar y difundir: en la sesión asamblearia del
25 de julio de 1961, a eso de las 6 de la tarde, fue escuchada por la selecta
plenaria, la <<Conferencia del Pbro. Rafael Chacín, sobre
la Vida y Obra del Padre Francisco Antonio Rosario, Prócer de la Independencia
y amigo y colaborador de Bolívar>>, en el Salón donde celebra sus
sesiones dicho Centro de Historia (Revista de la Sociedad Bolivariana. N° 68. Pág.
499. Caracas. 1961); fue un justo homenaje nacional de parte de los
historiadores de Venezuela, a este Cura independencista y párroco de La Puerta
y Mendoza. Aunque hubo los discursos de rigor, llama la atención, que en
esta reunión nacional de historiadores, la única conferencia formal, fue
disertada por un sacerdote trujillano, que no vivía en Trujillo, el honorable
padre Chacín.
El
Cronista del Municipio Leonardo Infante, Felipe Hernández González, registró
entre las principales y tangibles obras del padre Chacín, las siguientes:
Participó en la fundación del Instituto Tecnológico de los Llanos, de la
Casa de la Cultura “Lorenzo Rubín Zamora”, del Cuerpo de Bomberos, del Festival
Folclórico Infantil “Cantaclaro”, fue emprendedor y constructor de viviendas
del sector La Concordia de Valle de la Pascua, aquí hasta hizo de albañil,
pegando bloques, diseñando y construyendo casas para familias humildes Su obra
cumbre, según este cronista, fue, la
fundación del Colegio Militarizado “Juan Germán Roscio” , estuvo como director
de este plantel donde laboró y mantuvo hasta su muerte (Hernández G, Felipe. Recordando al padre Chacín. A 110 años de su
nacimiento. 2020); es más extensa su obra benéfica y social.
Es apropiado
compartir el recuerdo y la interesante descripción que del Padre Chacín,
expresó uno de sus ex alumnos, el escritor y poeta nacional Juan Calzadilla: <<Otro personaje de la época, que
recuerdo con cariño, era el cura Rafael Chacín, Vicario de la iglesia de
Altagracia y jugador de béisbol, que por fortuna aceptó dar la clase de
Literatura Venezolana en el Cuarto Año. Sobre su personalidad expansiva y
enérgica circulaban en el pueblo comentarios perversos, pero más allá de esto
el cura Chacín era un hombre encantador, mundano y no muy devoto, yo creo;
estaba familiarizado con la literatura venezolana y se ufanaba de conocer
personalmente a su paisano Mario Briceño Iragorry; había leído de primera mano
(no en los manuales al uso como se estila ahora) las obras de prosistas y
poetas como Uslar Pietri, Pocaterra, Pérez Bonalde, Lazo Martí, entre otros
autores, cuyas publicaciones eran difíciles de conseguir en el pueblo y a cuya
lectura teníamos acceso consultando los libros de propiedad del cura Chacín,
pues el liceo no contaba con una biblioteca. Finalmente, estimulado por el
director Blas Loreto Loreto, a Chacín le dio por hacerse cronista e historiador
de Altagracia de Orituco y no paraba en consultar los archivos de la Iglesia y
la prefectura para redactar los ensayos que le publicaba Blas Loreto Loreto en
su periódico>> (Mendoza, Néstor. “Memoria del retorno al pueblo natal. Una entrevista a Juan Calzadilla”.
La Voz de Orituco. Año 3. Nº 30. Director-Editor: Ramón Alberto Mirabal
Zapata. Altagracia de Orituco, 22 de enero de 2010, p. 6.).
El Pbro. Rafael Ángel Chacín Soto, para ese
tiempo, además de historiador, fue el primer Cronista de Valle de la Pascua,
era Doctor en Filosofía, nació en Sabana de Mendoza, estado Trujillo, el 9 de
febrero de 1910. Sus padres: Don Reinaldo Chacín y Doña
Mercedes Soto. Estudió en el Colegio Santo Tomás de Aquino, de Valera. Continuo estudios en el Seminario Conciliar
de Mérida; luego Estudios sacerdotales en el Seminario de Caracas, y en
Colombia, en el Seminario de Pamplona. Viajó a Europa, y obtuvo una
interesante formación eclesiástica
universitaria que inició en la Universidad de Lovaina, Bélgica, y en Roma, Italia, en la Universidad
Gregoriana y en el Institutum Angelicum, así como en la Universidad del Sacro
Cuore de Milán. Al regresar a Venezuela, ejerció su apostolado
en Pampán, Trujillo, Barinas, Altagracia de Orituco y Valle de la Pascua.
Murió en la ciudad de Valle de la Pascua, el
19 de abril de 1993, sus restos mortales descansan en la Catedral Nuestra
Señora de la Candelaria, Valle de la Pascua, del estado Guárico. La gente de dicho
Estado, lo sigue llamando <<Casi Santo>>, debido a
su múltiple obra social y benéfica, perpetuada hasta nuestros días. Cuánta
falta hace a los trujillanos, conocer la vida y obra del padre Chacín, quien
entre otras cosas, fue un auténtico defensor del Presbítero de la Libertad y
prócer independencista Francisco Antonio Rosario.
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