Los montoneros de La Puerta, tomaron Valera, por el "Mocho", en 1898.
Por Oswaldo Manrique
(*)
Mitrídates Volcanes, el lugarteniente
del coronel Sandalio Ruz y último montonero de La Puerta, enviaba mensajes con uno de sus hijos desde su casa en La Maraquita; según
la tradición familiar, tuvo horas,
amolando el machete y sacó de un escondite su viejo fusil y le hizo
mantenimiento.
El día anterior, en La Popa, cuando
le pidieron que le preparara avío, para salir de noche y los vio buscando a
las bestias, la india Juana Paula Rivas, les dijo molesta a sus hermanos: -
¡So vagamundos, se van con Sandalio, a moler vidrios con el rabo! ¡A eso, es que van! No le dieron respuesta, eran tiempos
de violencia, consternación y de quedarse callados.
Durante la última década del siglo
XIX, se dieron en el valle y montañas de La Puerta, algunas acciones de
carácter militar vinculadas a causas nacionales, que se deben rescatar y
considerar como jornadas históricas. Una de ellas, lo es, cuando los montoneros
de La Puerta, tomaron a Valera.
Los viejos caudillos de la
Cordillera, estaban calificados en su mayoría por decisiones que expresaban lo
que llamó Mario Briceño Iragorry "extroversión
telúrica", es decir, seres impulsivos, instintivos, que rezando y
persignándose, guiados por la necesidad de mejorar las condiciones de vida, sobrevivencia, aunque algunos los
guiaba la ambición, el trofeo de guerra de los saqueos y las destrucciones,
fueron capaces de sumarse a causas prioritarias para la Patria.
Para dicho tiempo, se desarrolló un
fenómeno nacionalista desde las entrañas del mismo liberalismo hegemónico, en
todos los lugares de la República, que inclusive, abrumó y trastocó la causa goda trujillana.
Los grupos "ponchos" y "chutos" como se les llamaba a los
del conservatismo, dieron un viraje radical, y se vincularon a lo que se
denominó el mesianismo de finales del siglo XIX.
Rafael y Jesús, hermanos de la india
Juana Paula, salieron en la noche, y tomaron el camino hacia “Pan de Azúcar”,
para unirse a la tropa de Sandalio Ruz.
Llegó el “Mocho”, quien
con dos Bolívares recorrió el país, y llegó a Trujillo.
En julio de 1896, este personaje
llegó de Estados Unidos. Su arrolladora personalidad, la describe el
historiador Ramón J. Velásquez en La
caída del liberalismo amarillo, así: << tal vez el venezolano veía en su
sencillez, en su pobreza orgullosa, en su vida errante y llena de simples
episodios, el más fiel reflejo de su propia desventura>>. Federico
Brito Figueroa, lo calificó como <<hombre progresista>>, algunos
lo llamaron el caudillo romántico, que logró enfrentar la oligarquía corrupta
liberal amarilla, y arrastró grandes simpatías a finales del siglo XIX. Un
hombre honorable convertido en la esperanza del pueblo.
El Mocho, empuja duro la caída del liberalismo amarillo.
La insurgencia de nuevos partidos políticos, y el recio malestar de una generación decepcionada por los gobiernos de los generales Guzmán Blanco y Crespo, activó el repudio popular del régimen político del liberalismo amarillo. Según el mismo Ramón J. Velázquez, <<Partido Nacionalista se va a llamar en 1897 el más vasto movimiento popular de protesta y renovación políticas que contempló el país antes de 1936, acaudillado por José Manuel Hernández>> (Velásquez, Ramón J. Confesiones imaginarias de Juan Vicente Gómez. Pág. 18. Centauro. 1979). La historiografía regional, relata que el General José Manuel Hernández alias “El Mocho”, <<estuvo en la ciudad y otros pueblos trujillanos trabajando por su propia candidatura para Presidente de la República>> (La Riva, 85), se refiere a Valera, centro político y esto, mantuvo alborotadas las pasiones y la confrontación de los grupos y tendencias políticas y electorales, en los Distritos de la región.
En 1897, es creado el partido liberal
nacionalista y lanza la candidatura del General José Manuel Hernández "El
Mocho"; quien <<recorrió el país de extremo a extremo, y
en cada pueblo planteó su programa de gobierno y terminando sus concentraciones
públicas...enseñó a sus oyentes la manera de ejercer el sufragio>>
(Cardozo, 252). Su postulación, encarnó un fuerte fervor y fanatismo
popular ante las fechorías e ineptitud de los gobiernos liberales
amarillos.
¿Y de dónde le venía lo de “Mocho”?
El historiador Vicente Lecuna, relató
que Hernández <<a los 17 años le dejaron por muerto en el
combate de Los Lirios, a principios del Septenio...que en el suelo fue
macheteado en el cuello y en el brazo, quedándole la mano derecha desfigurada,
de donde se le designó con el apodo del Mocho>> (De Armas Chitty,
9), Hernández usó en su correspondencia los seudónimos "Renó",
"Cachirulo" y "Valentín".
En Trujillo, según el recordado
historiador Arturo Cardozo, <<el
gobierno regional hace un despliegue de fuerza como si se tratase de un
invasor... Celebra mitin en Valera...toda esta gira por la sección Trujillo la
realiza durante la segunda quincena de junio>> (Cardozo, 252),
los godos ven con simpatía la candidatura del General Hernández, quien tenía un
discurso reivindicador, y sus adeptos quedaban sorprendidos mucho más cuando le
estrechaban la mano y no era tal, era un
muñón de huesos triturados cubiertos por una gruesa piel dura y encallecida,
que los saludaba. Al comentar esto, más y más gente, quería ir a mirarlo y a
saludarlo, como si se tratara de un personaje circense.
Los hacendados y pequeños y medianos
agricultores liderados por los "Ponchos" Araujo y Baptista, lo apoyan
pero éstos <<se abstienen de manifestarlo en forma pública, por razones muy
especiales: no desean estar en complicaciones con el general Crespo>>
(Cardozo, 253); al morir el general Crespo en la Mata Carmelera, quedaron
libres de compromiso y apoyan al candidato nacionalista.
Al final, el candidato del gobierno,
general Ignacio Andrade, ganó la elección presidencial, Hernández consideró que
hubo fraude electoral, <<se alzó en Queipa, estado Carabobo el 2 de
marzo de 1898>> (De Armas Chitty, 61), en consecuencia, este
alzamiento tuvo enorme apoyo popular, pero sin planes, sin armas y sin
orientación bélica alguna.
La toma de Valera por las montoneras parameñas.
Como lo había avizorado la india
Juana Paula Rivas, la tropa de Sandalio, andaba enrevueltada. La casa de
Gobierno Distrital de Valera, fue atacada a las 4 de la mañana por una partida
de hombres que se concentró previamente en la hacienda "San José" del
General José Manuel Baptista; como lo
testimonia el general Perfecto Crespo, eran grupos del partido
conservador, que apoyaron al general Hernández, bajaron de la serranía de La
Puerta, los Aposentos, la Mocotí, Quebrada Seca, San Pedro, el Molino,
Caroríta, las Delicias, conformando una tropa totalmente de campesinos, indios y mestizos, macheteros parameños, y ejecutaron la jornada del día 11 de mayo de 1898, contribuyendo a la causa nacionalista que
liderizaba el mocho Hernández; igualmente del Cucharito, La Cañada, Mendoza, cuando
<<asaltaron la ciudad>> (Crespo, 53), así calificaron esta
acción.
Entre los caudillos de La Puerta, que
menciona el general Perfecto Crespo, en sus memorias, está Noé Matheus, oriundo de la Mesa del Palmar, años mas tarde llegó a ser Coronel y Jefe Civil de Valera; el
labioso Pancho Ramírez, de las antiguas familias Ramírez, de estos predios
(Crespo, 53). Por los participantes de La Puerta al llamado de Baptista, se
nota las diferencias políticas muy marcadas con el clan Araujo, el otro
bastión del conservadurismo, que se había alzado y atrincherado en Jajó.
Los montoneros de la serranía entiéndase los de La Puerta, encabezados por el coronel Sandalio Ruz, acompañado por un grupo de su parentela guerrillera, por Mitrídates Volcanes y sus temibles macheteros. El "jurungo" Burelli, socio de Leopoldo Baptista, que iba con su hijo Umberto y también su yerno Antonio Parra, Rito Pabón y Cesáreo Parra; eran los llamados Varones de La Culata.
Igualmente, el guerrillero conservador Miguel
Delgado, un hacendado oriundo de Mendoza, quien se radicó en La Puerta, en
1893, fue propietario de la casa N° 4 de la Calle Real, hoy avenida Bolívar,
colindante con la casa de los Carrasquero, y por el otro costado, con la casa
de Juan Pedro Lamus, padre de don Audón (Abreu B, 201). Aparte de
Miguel Delgado y “El Pinto” Bernardino Silva, curruña del "Chato" Briceño, el "Atila Trujillano" que se mantuvieron araujeros, el
resto de los montoneros y caudillos de La Puerta, siguió bajo las directrices
de Leopoldo Baptista. Sandalio Ruz, que
a veces les prestó apoyo militar, como enemigo acérrimo de los González “Lagartijas”, se mantuvo de forma
independiente a las revueltas y revoluciones de los godos trujillanos.
Asimismo, bajó el "Macho"
Palomares, Carracciolo Palomares, también conocido -según el historiador
Guillermo Morón- como el legendario "Calzones Negros", considerado el
mejor francotirador del valle de Bomboy, tenía su propia guerrilla integrada
por sus hermanos y sobrinos, con los que fue tomando posiciones: Carmania, el Cerro la Cabaña, también, hacia la Gallera, Contrafuego, Curazalito, Cerro
la Cruz, Beatriz, San Pedro y Agua Negra, que divisaban los amplios cañaverales
y hasta el Zanjón del Tigre fueron vigilados por las partidas de montoneros de
La Puerta. Valera inicialmente, se había tornado en el centro del conflicto,
entre las fuerzas del gobierno y los mocheros. Años después, el “Macho” Palomares,
se fue con el Tigre de Guaitó.
Estas hoscas y reservadas montoneras,
que solo conocían de labranza, cría de ganado, y de lucha guerrillera, que
antes de cualquier acción seguían sus ritos supersticiosos, se arrodillaban y
rezaban para encomendarse, besaban y frotaban sus camándulas, para salir
ilesos, en horas de la madrugada, se comenzaron a escuchar los primeros tiros, por
los costados de la Plaza. Hicieron descargas cerca de las amplias y herméticas
puertas de los comercios, se movían sombras, así en las calles aledañas a la
Casa de Gobierno, donde resistían el general Garbi y el general Ramírez
Carrero.
Cuando entraron los temidos
seguidores de Sandalio Ruz, ataviados de sus carpetas ahumadas, disparando y
apoderándose de sitios y calles principales de la ciudad, cundió el pánico. Los
pobladores italianos y criollos, sintieron llegar por los flancos, la
desaforada y escandalosa galopa de los montoneros serranos. Los curas se
ausentaron inmediatamente del templo de San Juan Bautista y de la ciudad.
Mitrídates Volcanes, el aguerrido y leal lugarteniente de Sandalio, al
disparar, lanzó el endemoniado grito: ¡Arriba el Mocho, carajo!! ¡Viva el general Hernández! ¡Abajo
Andrade!
Los varones de la Cordillera de La
Culata, con sus rostros toteados, sobre sus mulas sudorosas, serían unos 100
hombres apenas, que sembraron ese amanecer de terror, en el denominado
"asalto de Valera".
Vencida la resistencia de los
liberales, fueron ocupadas la Casa de
Gobierno, la Plaza, la Iglesia y los sitios de acceso. El General Ramírez Carrero, fue
hecho prisionero, con su tropa, mientras el jefe civil, general Tomas Garbi,
logró escapar. No obstante, según lo señaló el general Crespo, en sus
memorias, este <<grupo revolucionario no ejerció venganza ni
tropelías contra nadie, salvo algunas detenciones de elementos civiles que eran
partidarios morales de las causas políticas>> (Crespo, 53),
demostraron que lo hosco, no quita la varonía.
Las consecuencias de estos hechos de
solidaridad con el mesianismo mochero, van a notarse en lo inmediato, con la
saga belicista, la suerte del líder, la toma del poder por los andinos de la
Restauradora, y las negociaciones de los
“Ponchos” trujillanos.
El mocho Hernández (n. Caracas, 1858
- m. Nueva York, 1921), es apresado en junio de 1898 y enviado a los calabozos
de La Rotunda, al año siguiente es puesto en libertad, por el general Cipriano
Castro. La suerte del movimiento mesiánico, quedó suspendida. En
carta de fechada en Boconó, el 27
octubre 1899, del viejo general
trujillano y “Poncho” José M. Baptista
al Gral. Garmendia, <<ahora bien, figurando el Gral. Hernández en
el nuevo Gabinete no sabemos a qué atenernos de modo que tenemos que esperar la
luz en estas circunstancias y por consiguiente nos urge conocer la actitud del
Nacionalismo, en presencia de tales hechos, para saber el rumbo fijo en nuestras
deliberaciones…Por lo demás Leopoldo trajo parque para hacernos fuertes i
esperar los acontecimientos>> (De Armas Chitty, J. A. El Mocho
Hernández, papeles de su archivo. Págs. 229 y 230. UCV. 1978). Leopoldo
Baptista, el jefe del conservadurismo, pasó a formar parte del gobierno del
liberalismo restaurador.
Desde Carache, “el Chato” Blas Briceño, en carta al “Mocho” Hernández, de fecha 27 de noviembre de
1999 le expresa: <<El doctor Leopoldo Baptista me notifica su
franca adhesión al castrismo y le intimo la desocupación del Estado de toda
fuerza nacionalista>> (Armas Chitty, 69).
Este mes, se cumplen
126 años de esta acción, en la que un grupo de montoneros de La Puerta, tomaron
la ciudad de Valera, como objetivo político militar, en la campaña nacionalista del Mocho
Hernández, lo que debe registrarse como interesante hecho, de nuestra historia
regional y local.
(*)
Portador Patrimonial Histórico y Cultural de La Puerta.
La
Puerta, mayo 2024.
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